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Este documento describe las diferencias en los estilos cerámicos del norte y sur del Perú precolombino. En el norte, predominaban las expresiones escultóricas y el gollete estribo, mientras que en el sur eran más comunes las formas pictóricas como el doble gollete con asa puente. Estos diferentes estilos reflejaban visiones contrastantes del espacio y las relaciones humanas entre las culturas del norte y sur. El documento también analiza la evolución y adaptación de estas formas cerámicas a través del tiempo entre diferentes
Este documento describe las diferencias en los estilos cerámicos del norte y sur del Perú precolombino. En el norte, predominaban las expresiones escultóricas y el gollete estribo, mientras que en el sur eran más comunes las formas pictóricas como el doble gollete con asa puente. Estos diferentes estilos reflejaban visiones contrastantes del espacio y las relaciones humanas entre las culturas del norte y sur. El documento también analiza la evolución y adaptación de estas formas cerámicas a través del tiempo entre diferentes
Este documento describe las diferencias en los estilos cerámicos del norte y sur del Perú precolombino. En el norte, predominaban las expresiones escultóricas y el gollete estribo, mientras que en el sur eran más comunes las formas pictóricas como el doble gollete con asa puente. Estos diferentes estilos reflejaban visiones contrastantes del espacio y las relaciones humanas entre las culturas del norte y sur. El documento también analiza la evolución y adaptación de estas formas cerámicas a través del tiempo entre diferentes
EL GOLLETE ESTRIBO DE LA CERMICA PRECOLOMBINA PERUANA 87
EL GOLLETE ESTRIBO Y EL DOBLE GOLLETE CON ASA PUENTE
Adems del gollete estribo, de origen norteo, el otro tipo de gollete
que sobresale en las culturas precolombinas peruanas es el doble gollete con asa puente, de procedencia surea. Estos dos tipos de gollete pertenecen a las dos tendencias estilsticas descritas en la denominada cultura andina: en el norte existe un predominio de las expresiones escultricas mientras que, en el sur, son las formas pictricas las que adquieren mayor relevancia (Lum- breras, 1960, 1978) (Harth-Terr, 1976a). A nuestro entender, en la forma ca- racterstica del gollete y en la manera de tratarlo artsticamente, manifestacio- nes de la tendencia estilstica regional, quiz expresen, de manera plstica, rasgos culturales generales propios a cada regin a los que intentamos anali- zar a la luz de nuestra propuesta interpretativa.
En la escultura, las formas se desplazan en el espacio, repiten vol-
menes reales, los imitan; es sensual e invita a la proximidad tctil, como lo seala Muelle (1933) cuando se refiere a la cermica mochica, prototipo de las culturas escultricas norteas. Por el contrario, en la pintura, las formas se representan bidimensionalmente sobre superficies planas y requiere, por eso, que stas sean amplias. Antes que al acercamiento y contacto fsico, la pintu- ra invita ms bien a la contemplacin a distancia, como evidencian las coloridas expresiones artsticas de Nasca, prototipo de las formas sureas.
En la cermica de las culturas norteas, la parte escultrica realista
se desarrolla a partir del cuerpo; ste crece al adquirir nuevas formas y despla- 88 JOS LI NING ANTICONA
za -como hemos visto- en ubicacin e importancia, al gollete. Cuando el cuer-
po no se desarrolla de esta manera, es el gollete estribo el que crece y, as, adquiere proporciones escultricas (fig. 64). En este caso, lo escultrico no se manifiesta realistamente, como ocurre con el cuerpo; sino en forma abstracta, a travs de la forma pura, teniendo como recurso formal importante al gollete estribo. Una muestra ms de la maestra adquirida en la composicin plstica mediante elementos formales puros, aparentemente no figurativos porque desconocemos el significado de lo representado, la tenemos en la figura 66. En estos casos, la representacin realista no queda eliminada del todo; persis- te en los diseos grficos de la superficie, sobre todo en el cuerpo, el cual resulta, as, ser el portador de las representaciones figurativas.
fig. 64 fig. 65
En las culturas del sur, el cuerpo mantiene su forma globular y crece
su proporcin respecto al gollete (fig. 65, 67). Ofrece de esta manera mayor superficie para la pintura y, a la vez, confiere mayor importancia a su cualidad de recipiente y por ende al contenido. El doble gollete con asa puente de Paracas y Nasca es pequeo, a manera de respiradero que se yergue sobre una amplia superficie y que sirve de comunicacin con el espacio interno ocul- to. La pintura y las manifestaciones escultricas de estas culturas se alejan de los cnones realistas y recurren a simplificaciones casi abstractas; pero car- gadas de fuerza expresiva, como se observa en Tiahuanaco, en Huari y sobre todo en Nasca, cuya evolucin estilstica ha sido estudiada por Yacovleff (1932) y Harth-Terr (1965, 1974). EL GOLLETE ESTRIBO DE LA CERMICA PRECOLOMBINA PERUANA 89
fig. 66 fig. 67
Al referirse al horizonte temprano, donde seala un complejo norteo y
dos sureos, Lumbreras dice:
La diferencia entre estos tres grupos es notable claramente en la
cermica, siendo la del Complejo Norteo la que se presenta mejore laborada, artstica y tcnicamente, y, la del Sur-oriental, la menos; pero, aparte de la cermica, la cultura total parece que tambin tiene algunas diferencias de forma importante; por ejem- plo, mientras que en los complejos Norteo y Sureo (Paracas), el elemento Pirmide en la arquitectura es importante, en el com- plejo Sur-occidental, parece que no juega un papel semejante (Lum- breras, 1960, p.225).
Luego, seala:
En el norte, la cultura Mochica haba logrado elevar a nivel inespe-
rado los elementos chavinoides, logrando hacer de las pirmides antiguas gigantescos monumentos como lo son las as llamadas wakas del Sol y de la Luna en el valle de Moche (op.cit., p.226).
Ravines, refirindose a la nortea cultura Chim hace precisiones se-
mejantes: 90 JOS LI NING ANTICONA
Dentro del rea andina, la regin de Lambayeque contiene el ma-
yor nmero conocido de estructuras monumentales, de las cuales las ms impresionantes son Chim. Algunas pirmides aterrazadas, como las denominadas huacas Chotuna, Solecape, Mamape, Carniche o el complejo de plataformas aterrazadas de El Purgatorio, en el valle inferior del ro La Leche, son espectaculares. De la misma categora son los grupos de Batn Grande, Apurlec, Tcume Viejo, Ptapo, Saltur y Sipn, y las huacas Solecape, La Pava, La Ventana, La Merced, El Oro, el Santillo, La Rodillona, El Corte, La Mayanga y Las Botijas (Ravines, 1981, p.101).
Al contrario de lo descrito en la cermica del norte, donde sobresalen
las monumentales y espectaculares construcciones piramidales, en el sur no slo son escasas estas edificaciones sino que, como es sabido, Tello y Meja (1979) descubrieron, en Arena Blanca, una serie de tumbas construidas en el subsuelo que previamente haban sido utilizadas como viviendas.
Esta preferencia diferente por la ubicacin del espacio construido refle-
jara la importancia que otorga cada cultura a los compartimientos del espacio tripartito. Los norteos, sensuales segn Muelle (1933) o extrovertidos segn Harth-Terr (1976a), otorgan ms importancia al espacio considerado como mundo terrenal, el espacio intermedio del universo tripartito; con sus pirmides utilizan este mundo como apoyo para acercarse a las alturas celes- tiales y al ms all, en un movimiento ascendente. Los sureos, por otro lado, parecen otorgar ms importancia al mundo oculto y subterrneo.
En concordancia con lo que acabamos de decir, en las culturas
norteas, escultricas, el tema del hombre es abundante, tanto en la represen- tacin pictrica como en la escultrica. Sobresalen, por su profundidad psico- lgica, los famosos huacos retrato mochicas (fig. 36, 39, 40, 54, 55), cuya armnica y equilibrada expresin esttica no deja de despertar asociaciones con las manifestaciones escultricas de la Grecia clsica, donde el hombre es punto de referencia para la medida del universo. Por el contrario, en las cultu- ras sureas los personajes humanos son, en general, menos representados que en el norte; con excepcin de una profusin de esquemticas y expresionistas cabezas-trofeo.
Consecuentemente, los diferentes tipos de golletes posiblemente re-
flejan maneras distintas de concebir las relaciones con el espacio (y el tiem- po). Si fuese as, seran expresiones de las diferencias que existen entre las diversas subculturas que conforman la unitaria cultura andina. Algunos EL GOLLETE ESTRIBO DE LA CERMICA PRECOLOMBINA PERUANA 91
fig. 68
fig. 69 92 JOS LI NING ANTICONA
autores, como Horkheimer, han insistido en subrayar las diferencias locales:
reconocemos la bsica similitud de las culturas peruanas, pero por otro lado descubrimos disonancias estticas y psicolgicas que, segn nuestro ver, no permiten sealar una unidad completa (Horkheimer, 1950, p.271).
Por eso, aunque no pretendemos plantear un anlisis de todas las
formas de gollete, no nos parece casual que, en los denominados horizontes culturales panandinos: Chavn, Huari e Inca, el gollete nico, casi siempre no- tablemente largo, haya conseguido un notable predominio, como si los espa- cios superior e intermedio se hubieran unificado en una sola representacin que impresiona como poderosa por ser prominente y central.
Finalmente, en la evolucin que sigui el doble gollete con asa puente,
a travs de diferentes culturas, encontramos una prueba de las modificaciones adaptativas que sufre un elemento cultural cuando es asimilado por una cultura de orientacin estilstica diferente. En sus orgenes, en Paracas, el doble golle- te y el asa puente son pequeos; los picos verticales tienen una leve divergen- cia que evita una disposicin completamente paralela. Esta forma paracas se mantiene en la ulterior cultura Nasca. Luego es transmitida a la cultura Huari, en la sierra vecina. Durante su apogeo, Huari la difunde a todo el norte peruano. Tiene gran aceptacin en Lambayeque donde llega a ser uno de sus distintivos culturales; sus recursos formales son desarrollados y explotados al mximo dentro de los cnones del estilo norteo: la tmida forma paracas llega a ser reemplazada por una forma exhuberante, de picos prominentes y francamente divergentes, en actitud sensual o extrovertida; y los grandes picos estn unidos por un puente profusamente adornado con diseos geomtricos (fig. 68) o con figuras escultricas (fig. 69), convirtindose as en la parte ms importan- te del conjunto escultrico, como lo fue, en sus grandes momentos y en la misma regin nortea, el gollete estribo.