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DESTINO DEL CANTO Dis diag i cemis Meiing ronda god age gh NO QUIERO DISIMULAR, no podria disimularlo aunque quisiera, el orgullo que siento al estar entee ustedes. No sé cules puedan ser fos merecimientos «que tenga yo para haberlo conseguido, Acaso, mis que Tos que provienen de mi decidida vocacién por las letra, scan los que se fundan en mi buena suerte de ‘que me ampare a estimacién de mis maestros. En todo 1 «2s, me norgllezoprofundamene dels obligain queen adelanteesaré seo, y dela qucitentaréser Agno con tdol exer de gue soy capa Que agut desde bor testimonio dela dead de gratiud qu an mis maser me liga Ea peimer Inga, on los que me uzgaron mercer de pert necer a esta Corporacin,y que par elo me prop siton: on don Julio Torr, con don Franco Gonzslez Guerrero, cya reciente pda final eo lamertamos;con don Agotn Ysera ay esi late y genera amistad mealegro de conocer que dsb cuanto haya hecho opcds Hegar a haceren el i wabajo de reac itera, Desps, cn ot <= apoyandola propsicin de aquellos hicron ci- ‘ami presen net sitio yen este moment. a obliga a que me he rerid se ncrement por caldad de a pertona que cup antes que oe sia que shor me orga Al hablar deffo Vasonlose me hace presente tnd que manca mi propia peg, lo desirmae do pr plena cocina de lt me nrevo a reer drlo en voz alta. A evocas, as, la figura de aquel 6 hombre en quien la vida creciaincesantemente con el aparente desorden de una gran primaveras aque en quien se combattan sin teegua enormes fuerzas con- trarias que muchas veces fueron inconciliables. efor de ka dualidad, como el dios terrible de los nabuas que se inventaba a sf mismo; poseedor de dos costros ‘opuestos, como] Janode Roma, gue encendia la gue- sa frunciendo el ceo colérico,y sonreia «a bien aventuranza de la paz, fue conducido por un anbelo de unidad humana; de unidad del individuo dentro de sé consigo mismo, y fuera de s con el conjunto de Jos hombres con quien compart la vida unidad en la libertad y el conocimiento, apoyados éstos en la ees ponsabilidad que vuelve incorruptibls los hombres Apto para perdonar una afensa hecha a su persona concret; implacable con quien seatreviera a ofender ala sociedad. Grande de suyo, vioaumentada siempre su estatura porque encarnaron en él ingentes ansias coectivas y a menudo sincié que su suetio era acid, _y su accin era teasposada por la lumbre del herofso, Y¥ supo que la accin conjunta era la dnicaefeciva, y procuré zcunira los hombres por medio de a cultura, ign. ¥ todo esto mientras en su interior trababan combate sin término Quetzaleéatl y Huitzilopacktli, Javida y la muerte, el amor y la célera, y Minerva era a menudo insuficiente a cancliar los paderes de Dionisio y Apolo, de ta pasién y le intligenia, Solidario de los vencidos, no compartié cl jabilo del enced, sino la gloria de la plebe colonial que sofa- ‘con la ruin del imperinsconsiente de que la pros- Peridad dels idea radia en el deeroch, fue peédigo hasta excederse asf mismo. ¥ del roce desu espitita com la vida brotaron lamaradias oscurasoriginadoras de deslumbramiento. Sometido a pruckas supremas, hhubo de ser, primero, str madee,y sv pode después, pra tener la virtad de comenzaraser él mismo, Y fl ‘todo que iba siendoen sty por si, no pudo per ‘manecer eon los brazos inméviles ante el espectéculo de la vida que sacudia Tas cosas en tomma suyosrecha- 26 e indigno taje del espectador del testigo, y en ‘odo tomé la pactcipacion que le dcté su espity ou sangre. Y alzévuelo,yabrazé en él ala América india 1 latina, como las alas del condor y el duila que gua recen el cco con gue dots la Universidad de Mesico. Mochos pueden decir ques equivocal juzga,y tulcom pucde ser admits, Eshugar comin que nadie pede sr juery parte en una caus. El ara no pecar de sikezsy cobain ane so jos, avo que ser ace y arte enodaslas que zg porque fie parte en todas las causes. Norechaz6 ningun, a nad se negé donde hubiraposbidad de comprometese sn raiionar Inti eld a se Peto con tod eso, su obeay su vida come todo cuanto ha nacido de algo muy ean, levantan cimascternasahumbradas por un sol sin muerte. All queda la maria de ss abundances pinas perfects, cya vibracin apasionadao cuya lecida fuera expirtal lo establecen sidament en- tre nuestros cisions irenuncibls alli, sa magna ra de educsdor que seal, con nail certena de ituminado, caminos edentores que todavia no acaban de recorere all su bisqucda de historador dvi da al encuentro de los argumentos que hicean al pueblo susepile de selvacionli también ls uces de sufilosoffa, que constituyen un sistema caherente y difcilmente atacable, original en medio de sus cerca y distancias con respecto de los dems sistemas filoséficos vigentes. Pero sobre todas cosas, permanece all la presencia insustinible del gran hombre; del hombre grande y nuestro, vencedor incansable de toda medidas del ser Ihumano que tomaba en serio la existenci, y que en su merca sombra,¢lelaroscuro vital originado en el movimiento de nuestra sangre mezclada, Pues si mezclada es éta, de ser por necesidad nuestros modos fesdonseominier torte, vin socowmmetinetcmetes loess Doles mara, jos inpreknerd ee, ie ian cba ene sd Yale no sini or el iano, enon Epis rincnolcamino sebrad de ules hue In y bear en apes de os de as princes sevidaes de que roveimos ena debs nos yl ely nahuts,priclarnene algunas eles i os ei a cope un combo dee que Sere sree, cnfua.a veces ee Psy, meee eas halen Taal pen shed exrpertyun po some Porte ex grvln e ba xical cmaa Gaon de spn ome ogi up pnt Bese ese esi egal air sete pose desman soe. cién, Y tal vez el examen comparado nos orientard hacia a nocin que ls dos grupos bumanostenfan de Tn pos, ya través de ta se nos mote suloncep) (cia del mundo su visi lima del hombre y de tas Dice un poeta: “Ni la piedad dard demora a las arruggs, ala instante senectud y a la indomada muer~ te” (Horacio, das If xiv). Y otto, empujado por una conviccién de aparienciasemejant,afirma: "No pa- 12 siempre estamnos en la tierra; sdlo un poco agus" (manuserito Cantaves mesicanes, fol 10 v).* Un gran dolor pasa de claza la voz de los que can- tan; una certidumbre voraz, una canciencia que se ‘chcla. Yel tiempo en fig irreparable, de Virgilio, y el dia que se va, de Catul, hermanan su rosto con las co- Sas que irremisiblemente nos van dejando, de Neza- hhualedyod, Pero si se abonda, siquiera sea de modo superficial, en la corriente del cant; si dejamos que el ‘nimo bucce con los ojos abiertos en las ondas de esa ‘eriente, empezaremos a advertir separacionesieee- * Tel wens de ens de og Ma Garibay K, y Miguel Leée- Portilla mi docile, cursos acaso contaris Se lamenta el latino de un dolor individual ve la smediable cadvcidad de su propio se dnico; se sien- temorit como hombre, y frente a la muerte compren- de que est solo sin armas. Nos ajeno el abun a ese dolor lo padece tain, lo sume todo el tempo Gquevineenla era, Perc sentiode su canto vais sald, El siente que la muerte que lo rodea es una ame- az tal, Nos slo l quien muere: desde oscuro rumfos horizontals del univer, ydetdelo que hacia arriba y hacia abso sobrepua lo que sos, eg la ominos presencia de na destruct sma inmi- ene; dena noche sin fondo enla quel mundo, des- pedazdndoe, e huni sn emisin YY en tanto que a sulgerteza de la muerte| a la que so retarda i siquiera la fuera del elo piedad, citaineopone cl anhelo deer en el presente, go do hasta el fonde sindose a ncooresperanzas desproporconadas con Ja brevedad de a vids, saiendo que nada pod vaso del istant@que huye, ne- Aestuie Jo que una vez tajo la hora fugitiva, el riahoa, en tanto, conoce que ese gozo es muy poco a I 'mas que nada, y que lo tnica que acaso sea bastante adetener la venida de la muerte general es su propia muerte de individuo, que se sacrifica para mantenee tf inestable equilibrio del universo, Pues “no a la verdad es flor preciosa, muy anhelada y ambiciona da, morir con muerte florida, morir con muerte Aeleitosa?” (ol. 69 x). ¥ porque aqui lo un ins tante dura la reunién, ningun de tus amigos tiene sai, s6l0 un poco aqui nos damas en préstamo” (fl +2), Aun “la nobleza en el campo de la guerra, con 1 que se enlazan el seforio y el mando, sélo son secas lores" ibid), yal fin: “ga dénde iremos que la muerte no exista?” (fl. 69 v), Ha pasado el mundo por cuatro edades, cada una de las cuales terminé de manera violent descuajada por el torbellino de un catalismo, Ahora, merced al sactificio de los dioses que oftendaron su sangee para hhacer vivir a los hombres, exstenéstos sobre la irra Y para que se prolongue esta quinta edad, a fin de preservar la subsistencia de este sol, los hombres de- hen corresponder al sacrifcio de la sangre dvina com of dela propia sangre, vertida en el altar oen el lore. 4 (apr ter oe ciente campo de combate: “Corazén mfo, no temas ‘ex medio de la lanura quiere mi corazsa la muerte de obsidiana. Sélo quiere mi corazén la muerte en guerra” (ol. 90) Y¥ con toda esto, el terror que ocasionaba el amago soterine del aniquilamiento césmico lata sin reposo en la médula del ser humano, cobraba fuerzas y ere- fa como una marea de angustia cuando se acercaba el ‘Movimiento lo que ccurria una 0 dos veces al a, fecha en que, segin el calendario magico, peli- _graba la vida del univers, y se enerespaba con impul- so casi incontrasable cada vez que se cerraba al t- rmino de cincuenta y dos ais, la atadura de un sigh, se apagaba el fuego para esperar el acabamiento del sol, ¥ cuando este acabamiento se evitaba, y lameaba de nuevo la hz desde el pecho sangriento de un hom- bre recgn sacrificado, renacia la débil esperanza de durar un poco todavis, La esperanza débil,oscureci- dda porel temor indesplazable “Luego,el universo asumfa caricer azaroso, y todo lo pertenecient «los hombres era as, tenido como en préstamo, como tomado por casualidad: “Porque no 3s Sunn vez vernal ra. Sn ad fore a cin dee mtene? San pone teens Es ved gue or amen £Quécomencinen dl ine ptr egpara comping opis mn? Fone ea doves intr meer decane ma tbe son poe aus bizar sw rc | inom run: Qu ed por setrgon ne { (fol. 10 v.), ste habria ‘Tesponidido sin dudas: “Roma” ) Rona sn ties i eng Roma aye’ inseam con ne delaceideleog sh. "Seté teen lr qu vended meses, I Capit el pote cn ta vig Hori (I, )y Ova peta eg deen ene apr dined price comely: "Mindless ain le Nec tn ie domo oe ea sei" tc Seer del md sean cad pre a Yl cadun quel ena cr tidoe ce lhe cine detasis Quo 4 pun cedure spatiamar oo sae 26 ymin meeps i sco Raa ana pene pr don . sa mundo vacilante, un deseo sin ilusiones: nina nce pro Bf cs. Conarsrericenes,F. 10 ¥)-¥ de seguro, al iB tirlo, sentia mezclarse en su coraz6n, esto & su tend cna weary dete ini cla. Abunonan bs proce Basco ot ain con le ani, Fond ann nn opal {atone que lsesen pen el ele 1a y en la de Roma afirmaciones que ence- Fe reindeer I fs co iets Cs, magi in eo ers jnmo al Bes hand, wecedor dita ees ‘en dies pueblos, yensaya cl carina al Olimpo" e- ctibe el poeta romano (Virgilio, Gegias, IN, 558- 4361). el de Mésico canta “Ab, ls Bores del escudo hhumeante no en verdad, na en verdad: jams cee, amis chris Gute macs, 20»). “Bn aingtin emo ha de cesar la guerea florida” (ol a 181). O bien: “Yael sol prosgue Ia guersa: sean armas twades los hombres: todo acabard en conjunto” (Me de Palacio de Madrid, fl 278 r) ‘A pooo que se observe, se percibiré claramente el ‘spacio que separa en orientacin los poemas que se confrontan, Mientras el romano, sevider dela poll. 8 imperial de César, mira en la guerra, reprobable ‘Por s{ misma, un instrumento de paz, una manera de ‘vilizar a 1asnaciones sometidas por la fuerza, tem- plando los dsperos siglos para deponer finalmente les _Buerras, el nahua,seguidoro vietima de las docrinas politias y religiosas de Tlacaéll la concibe como una obligacion que no tiene objeto pacifico. De acuerdo om tales doetrinas, el campo de batalla habria de ser coma un mercado perpetwamenteabiertoenel que el Sol, por medio de su ejrcito,aeudira a comprar, con la sangre y la cabeza ye corazén ya vida de se, vc- ‘nas para el sacrficio: “Es vempo ya de que el Sal ea complacido, Hacen estruendo ls escudos, dispuesta fst la sociedad que ha de coger prisioneros” (ms. antares mericana, fol. 18 x) Dicho mis brevemente: aunque tanto México- 2s “Tenochtitlan como Roma luckaban por su propio en- grandecmeto Ia guerra imperialists de Roma tenia ‘como fin la paz, que permitia a est naci6n un domi- rio stable sobre las otras. Por el contrario, ls guerra fRorida de México-Tenochitlan perseguta un estado bético permanente, que al cabo fue la ralz dela eual creci6 su perdicion definitivs {Los poetas mexicanos y los latinos rellejaron en sus cantos eses dor actinides. Véase, por ejemplo: “La mansién del 4guila, la mansin del tigee perdura: as ces lugar de combates Ia ciudad de México. Hacen es ‘rvendo bellas, vaiadas flores de guerra, Se xtreme cen" (fol 20 ¢). “Abrécense Ios Aguilas y tigees, en tanto que resuenan los escudos. Los principes estin eunidos pata el festin: van a coger prisioneros (ol 18 1), y compérense estos versos con los que siguen: “Las guerras, detestadas por las madres” (Horacio, (04as, 1, s“Entonces la matanza para el género de os hombres; entonces los combates nacieron, y para la muerte eruel se abrié un eamino mis corto” (Tibulo, legis, 1, x); “Fl dia que acabé fa guests, termind para tila ira dela guerra” (Ovidio, Ties, «lala belicosa Roma dar leyes alos meds” (Horacio, Ota, i“ cinabro... oo sis, domade oon tarda cadena; ya los sca, fondo el arco, pienan, Aja nuestro campos”, iO todavia: "No em 1S temulto ni mori port vclnca, mints Césay se lee as errs", x), Y mls ats “Of, ob cual henfco, des lang dis de esas alia”, », Yalirdenuetoa lescannsazteisseniemosque & ints honda Ia diferencia, més penoss de salvar lg dlstncia: “Nada como la muerte -en guera, nade Como fa muerte lords que ha legado a hace precio. ‘al didor dela vida, Lejos la veo: a quiere mi cons, 260” (5. Camares meicancs, fo. 66 Luego se Inch fr de ecudo a tenis pred ch prio. - (Properci, Elgar, II i). "Si pes algo de verdad tie nen [os presagios dels vats, lego, cuando muera, no seré ayo, dea” (Ovid, Tits, 1V, 3). “Finalmente, la gloria deal dnimo no parvas fuerza (Vx). Un solo yaniszo lint impulsa Tos verso rasladados fa seguridad de que el poems superar con mucho el @Y plaza dea la terrestre, Cambia el modo de fos auto- +, pero queda uno, en el fondo, el canto, Aparte de la via para ascender ala fama eterna, bbusca.en el arte el pot latino el reposogeat, la sere. ‘a paz que el cjrcicio podtico le otorga: "Cunndo es dado algo de ocio, me divero scbiendo” (Horacio, ‘Satins, yin) cones ete; y aquel: “En ese tempo, ‘me alentaba la dulce Parténope, a mi, disreto en tos deletes de un ocio plebeyo” (Virgilio, Gaspicay,1V, 562-565). ¥ ottosvienen a eoincidir can elo: “No. buseaba la fama, sino ct descanso”(Ovidio, Tries, LV, 8). “Con los eantos busco los olvidos de las cosas mise. tables”, vi). “Los cantos son alegre trabajo" (V, xi) Inconforme con ls costumbres del sociedad que lo xray el poeta se var del arte para intenar coreg las, Probo él mismo, y honest sentir en a la fuctza ‘moral bastante a condenar las deshonestidades y la fla de probidadl de os otros, Queé se pode dei en contra, “s alguien, send ieneprochable,maleljre als dignos de oprobio"? (Horacio, Sas, 1) Alguno, digi dose aun amigo, le esribe: “Eres pulido en el habla omni. en raer fatigantes costumbres doct, y en s rT le" Perso, V,15- er el vico con juego honorable” (Persio, epee 46),¥ uno ms, después de condena,niciando su en: ™ gpeccién, las muchas perversion dela ciudad, declara soley noon as "Lon hee pintabon — dice se fueron acabando sus libros de pinturas aqui al sentido exchusivamente religioso de Ia poesla 8

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