Con
frecuencia, sufre ataques de risa desquiciada. Se le ocurre visitar el zoolgico,
pero cuando mira el cuello de la jirafa, la melena del len o las pas del
puercoespn, no puede impedir que le gane la risa. Por supuesto, a ellos no les
causa ninguna gracia y s mucho enojo. Mientras se dirige a la jaula de los
monos con el mismo cometido, los leones advierten a los simios de la actitud de
la perra, que se encuentra con una sorpresa al llegar a esta jaula: los monos se
burlan de su cola antes de que ella pueda pronunciar una palabra. Guillermina,
compungida, se observa atentamente en el espejo y reconoce el dao que su
actitud provoca en los dems, de manera que al da siguiente vuelve al
zoolgico con una conducta reparadora.