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El monsttuo vend aaa del arroyo\ acon oP oA Marit Por son comp ALFAGUARA| ae JUVENTL Pitt Mew 94 EI monstruo del arroyo — Mario Méndez fuseneaiFeci a pn oo Sabian todos los habitants de Los Tepuales, Asa hora, y en plena tormenta, era mejor no asomar- se, La cena se reper, sguramente, en muchas de las cass baja del pueblo, esa misma noche. ¥ se venia reptiendo desde hacks ya varios aos, desde el momento cn que se instalé en el pucblo Jo que primero fse un rumor y después una cert 2a que nadie eatrevia a discutie: que en ls afve fas de Lo Tepuales, en el caso abundonado de la ctancia Lé Margate, nwo al aroyo Tis, viva EL pblo se haba entero de ean extra noticia en ora preci noche de torments aguas ‘en que un paisino que vena al pucblo ens cabs lo vio un hur en la vieja casona dest, se asomé acurosear y muy poco desputs entra galope por alle fila, grtando hororizado su des- cubimiento: “Un monsteuo! {Un monstruo!, clamaba el arrado puisano y desde aquellos gritos ya nada fe igual en Los Tepuals, La noticia que habla traido aquel paisano ssustdo enseguida te hizo verdad entre los vec os spersticiowos, que muy pronto sacaron are ici as eyendas mde antiguas: que en La Marg rita vivé un sabio loco, decan algunos ~y que oa i ". Nocues DE ToRMENTA Un selimpago iumind la oscurs noche pucbleina yal instante un traeno romp sen: clo delay ales desires. Lalluva, que abla caido durante toda la tarde, hizo mis poeente 2 ‘tansfoemdndose en una implacable cortna de agua que anegaba ls elles de ierra de Los Tepuales edo se asomé a la ventana desu casa y cotrié ls cortinas enseguida a vor de su ta Cata lo regresé ala mesa, donde lo esperaban ls taeas de la escuela, Pedro —alijo la ta con tono amable, como excusindose—, tends que terminates deberes ademds, ya sabes, Pedro movié la abera,asinciendo, —Si, ya sé —aijotrstemene,y se quedé allo, Lo que Peo sabia xa lo mismo que también ids todavia estaba all agegahun ors en vor oie QS rope dite rede Wile nl por pogulsima aga que atraxtabs sino porque en lc habla ahogado tuna vieja hechicer,y que ta vieja anes de morn haba mali la aguas concurs, © que La Margarita no xe vendia no por problemas de sucsén, como arguientaban lo shogados, sino porque el dueto que ~supontan= sabia lo dl sbio loco, o fo del vig hecicea, to queria haces cargo de la suet de os utuos. cupantes Lo cierto esque durante much tempo el | sem slender omveraciones lox ‘tepualenses fue La Margarita y su monstruoso ha- bltane, Amuy pocor sles ocuré pensar qu a ‘ez aquel gaucho cutiwo eta un poquito pase do de copay los que x consideraban ea post Tidad respondian om algo que para ellos era una verdad indixcutbe os chicos ~asegurabin, los locos y los borrchos nunca mienten. ‘Pero como a pesar de todo siempre hay al- ten que no perl aber, hubo en Los Tepua- ‘es una persona que dudé de los dichos del pueblo, BF decir de nica exces del lag era de los ‘poquisimos que se refan del cuento y fue él quien “ ctrosal dia siguiente de su partida,y ala semana ya nadie dudaba de que, efecivamente, se tba esca- pando del monstruo. s Joggs reunie una expedicién que se anima a ins peccionar La Margaia, Cineo hombres y el direc tor particton un dia poco antes del atardece,reo- rer I estancia abandonaa y enraron al ia ‘asona cuando ya oscureia. Vovieton muy poco sdspués: uno de los expdiionaios, que en reai- dad no cra tan valiente como pare, se enganch «poncho en un clvoy peg tito que asus 2 ‘ss compas. Todos coniron, salvo el director, ‘que a pear de los gritos se animé a seguir. Volvié ‘uy tarde, cansado y embarado hasta ls roils. Enel ba dl pucblo lo speraban sus compaieos ¥ muchos vecinos. Fes dijo que no habia visto inggin monstruo, aungue agregs que en el fon- do de la cast le habia parecido ver una luz y que al acercars a luz se habia apagado. —Un relimpago —asegutd, pero ya era tarde, Hasta sus misinos compateros se conven cieron de que “algo” habla y ya nadie se animé 2 volver por all Para colmo, dos meses despucs el director se jubil6 reyresd a su pueblo natal, con lo que los comentarios se hicieron unsnimes: “Por algo sev, decfan algunos aun antes de que el director abandonara el pucblo. “El lo vio', aseguraban r u ‘ Aico Que en La Margarita habla “algo”, aun- aque patezca mentira, era la mis pura verdad. Lo que se contaba acerca de las sombras que se movian en los alrededores de la estancia, 0 de las ltices que ttlaban en Ja casa en ruinas, era cierto, Un extrait ser solia moverse por entre los érboles del bosquccito que rodeaba la cas, casi siempre a la llegada del arardecer, cargando en ls largos bra 29s los moncones de lia con los que encendia los fuegos de que se hablaba en el pueblo. Ese “algo”, ce ser grande y peludo, vivia en la casa desde ha- ia muchos afios, en la soledad mas absoluta, sin ccomunicarse con nadie, sin mis comodidades que su camastro de eueros ¥ pajay la lefia que quign sabe cémo habia aprendido a utilizar y que lo ce lenraba en el inviesno. ‘Cémo habia llegado a La Margarita era ‘un misterio que ni él mismo, si hubiera podido 6 hablar, habria explicado, Por lo que el monstrue sabia, siempre habia estado en esa, su guarida, y siempre esata all, alimenténdose con lo que en- ‘contrabay evtando todo contacto con los vecinos del pueblo, por los que no senca ninguna simpa- ‘a: habia bajado alguna que otra vex hasta Los Te- ppuales, siempre oculeindose en la sombras dela noche y dos o tes veces los perros lo habian co- rrido, ladrindole. De ellos, precisimente, habia aprendido a defenderse, copiindoles lo ladridos, que lesallan muy a su maneea: mostraba lo dien- tes, grufia y emitia una especie de alli largo y desafinado que no asustaba demasiado a los pe- ‘os pero mantenia, sin que l pudieraadivinarlo, a todos los vecinosencerrados en sus cass, aters- dos ante fa posibilidad de que el monsteuo al fin se hubiers decidido a aacarlo Después de ess rarasincusionesl pueblo, volva, como siempre, a su guarida ene arroyo. Se acomodaba en alguna de las piezas de la easona y ‘evitaba, sin saber por qué, los rests del auto rojo s- rmivoleado contra un drbol, a pocos metros del ea sa. Qué erase armatoste roo en medio del bosque eo resultaba algo que el monstruo no estaba capa -clmonstuo no mole ‘Mis val, pars etn tcpuaenss moss, seguir encerrndose por las nochesy soportat, de tanto en tao, avers come fa de ls tubos de gs ‘Ouro, en cambio, creian quel inciava de enentar al monstruo ea muy buena, Dentro de ete grupo ‘etaban los que proponian lamar ala gendarmerlao al ecto y otros, mds valentes, deian que lo me jor era organaarescudils de vigjlantes mientas Se preparaba ls mas jvenes ara tomar la esa cia por aalto. Y por dkimo se opinaba que era suf ‘lente arma una buena defens preventiva, una de fensa que mantuvieta al monstruo arya sin artes gar la vide de made [Enel Municipio se ecuchaban ls voces de Ica I incerpre los eepusenss y cad funciona tacidn que crea més conveniente para el inten dente ys grupo. Por fn, el incendence ve decid Y tom6 una resolucidn que hizo publics por la ‘emisora del pueblo. Desde los micrdfonos de Ra dio Los Tepuales,engolando la vor como un locu- tor denuncis a los que antes no crefan que el rmonstruo era el principal eulpable de las pérdidas dela Municipalidad y concluyé con un anuncio sorprendente: sx gobierno se encargarta de insa- n todas las lar modernisimos sistemas de defensa entradas de peblo yen ls puncos clave, sn que importran -y remates este punto- ls estos que Ihubiera que pagae. Rail y Marta escuchando la radio, ter- baron can el anuncio, Si no importaban los cos {os ra, sguramente, porque una parc imporan- te ria 4 parar a ls bolsillo del imendentey sus colaboradores, Lo certo esque mis all de as sospechas de algunos, a obra conté con el apoyo de as too a ppucblo, Unas extras yenories miquinas que de- ‘lan Made in Tastnn nade sabia qué rani dnd ‘taba Twamn-— fueron instaladas en as entradas de Lo Tepes, en fa plaza principal y en ls exreania de a cancha de Defensores de Los Tepuales, el cub ‘nis grande del pelo, Elscretaro de Obras hablo entonces desde laine buna dela cancha, Si curso, Ino de erminos tenis, fae muy aplud- do, aunque nadie ented gran cos. Lo nico que _quedaba miso menos caro cra que ls costossimas riquinas eran wna especie de tamperasgigantes accinadas eleenicamente Micniras todo ete movimiento se realza- ba, Peto y Mari tambicnvieron sus vidas moi ‘as, Mati, qu antes no sabi rer en les cuentas de la gente o en lis cena zones de sus padres, ‘i ahora exaba casi convencila de que «l monstruo verdaderamenteexistia y Pedro, que nunca habia ddudado de su exisenca, haba levado tal impre- sin con la cabeza latimada de Rail, que ya nose prometiavstar La Margarita: aor ni siquiera co tia as cortnas de su casa cuando leg la noche Pero el mis grande de todos los cambios er, sin duda, el de Marta La madre de Marilee taba tan indignada con la reaccin del intenlemte _ysus colaboradores, que pasé del temor por los ‘edd a Rail a una irevocabledecisin: ella ya no sabia sien realidad habia un monstruo en el aroyo, pero no descansarta hasta comprobalo per- sonalmente. Y como estaba convencida de que Rail 5 habia equivocada al coneale a todo el pueblo sus planes, ella haria todo lo contratio, Nadie, ni siquiera su familia, sabria de su plan hasta después ‘de qu lo hubiera cumplido ao La miguina cra un armatoseinservible cuya ini- a utlidad eral de permite que los gobernantes del pucblo se Hevaran un pooo més de dinero fi- cil Pensando en la estas no pudo resistirse ala tenvacin y agachdadose a unos pasos de la ma- quia recog tna peda y se la lan con todas sus fuerzas, con tana puntela que a pede ents limpiamente por una especie de ventana que tenia cl armatoste ;huego de reborr varias veces en sit rerio, puso el arteficto en funcionamiento. Es teal imo que Mara hubiera deseado, Viendo ‘mo una especie de mano meta sala dela caja paca arrer el piso a su alrededor, Marta conié 2 csconderse entre unos arbustos. Esperaba que la sirens del mecanismo -que segin decian exaba conectada ala Intendencia- pronto despercaria a Tos miembros dela seguridad y étos legarfan en ‘unos instants, Peo nada el tempo coe y ni lox Fancionarios nila guar especial que se hab creado para capruraral monsrue apaceron pore hg Agnaapada en su escondice, Mara reso ‘plo Sin alivio porque su plan podia continua, Peto a la verse le redoblé la ronca:acababa de ‘comprobar una nueva esta del intendence. “Todiviaresoplando salié dl esconlte y empezs x La SALIDA DE MaKra, La oportunidad le legs a Marta un jueves ‘tla noche. Después de mucho insti, Marl habia eonseguido que sus padres le dian permiso para aqudarse en la casa de Pedro y Rail lo habian ve- ‘ido a buscar desde un campo vino, por un pes saccidentado. Mara sini que eru cl momento, La ‘asualidad ola suerte le haan puesto por dente camino del aroyo ella estaba decid 2 tomar, ‘Antes de salir le eeribié a Rasl una nota, ‘explicindole que a ella también la requerfan por ‘un enfermo, y aunque no le gustaha ment, pen- 6 que era mejor no preocupar asu marido, Lue- 0 sali Ilevéndose tan s6lo una linerna y una {gues cumpera de cuero, Con cso dela baare En aera dl pub se devo a obserar ‘apa deli miquina que el inendens habia compre do para straparal monsrve. Le dois, ybrooca ala er que los tpualnses acptaran smganteestala a caminar. En xe momento peribié cl alido. La quinn ya te habia para y no emi uid a- sino, lo que Mare habia ecchado no po ovis de un pero. Con caclaencendé la in- tema y van pao apo hacia cl lager de donde Je parca que habia llega argo y desafnado Iadrido. Buscé con el haz de luz yentoncs vio surgi dete dena peda un gra top que se Iuamboleaba ent as ombras. Parca i 0, un rn 00 peludo. Marta quis rar, pero el suo Je habia quitado a vor monsteuo cami unos pos hacia ela cuando al fin la pudo ver eon claidad, retocedi, Parca ean aun comm la ‘misna Mae. En un instante se metié de nevo nla oscuriady ve pent de via, ‘Lentamne, a mama de Marl reasons Apa a inten y whi camsinando hasta uc 12 ths pensand en el eaminolo que despues se e- psa em La cocina, mientas se calenaba vn “El monstuo ext! Peo no puede ser muy mao, A menos no con seman cara de sata ae wie vi al mons. iQue Que vial monstruo Rail son Dale, che, No me cargoes. Te hablo en serio —eonfirms Mare Rail la mit6a los ojos. Conocts bien a su cesposa y se dio cuenta de que hablaba muy en se- fio, Pero él no creia en el monstruo. —Fscuchame, Martta le dijo abrazin- dola—; te habe parecido, vos sabés.. la no lo dej6 terminar. Se za del abra- zo y se levant6, enojada. Te digo que lo vil —le repitié— Y si ng me vas a creer, no te cuento nada Ral tambin se evanté. Volvi6 a abrazar su mer y fa eranquilies “Esté bien, Pern. Sentate y contame, dale ‘Marta le conté toda la hi dar ningin detalle, Su salida de la casa, la nora {que le dejé excita, el piedrazo ala maquina y, por suptesto, codo lo que sintié al ver al monseruo. Hizo una descripeién To mis preciss que pudo, sin olvi- REVELACIONES La noche de encuentro con el monstruo fie sy lng para Mara. Saba que no pode dor- ‘mie ynisiquiera hizo el inenco de meters en ba cr ‘a, Calenindore el essimago con téy masticando de puro nervosa unas galletas dua, a joven doctora ‘prs a su esposo. Rail legs cuando ya amaneci “Tina cara de haber dormido poco y mays encom ‘on la sorprss de ver 4 Mara esperindalo en el o- ‘medor, completamente vestiday como si esis a punto de ali = Que pass, Mara? —pregunié aust, —Sentate, Radl le contests su mujer, “tomaindolo de la mano y levindolo hasta sill _de la sala. Tengo que decir algo Ras x asus ain ms — SPasé algo con Mail —No, mida dees. Quedate eranguilo, Lo ‘que pasées que esta noche sll. so aclarindole a su marido que estaba oscuro y no poslia ser demasiado exact De lo que estoy segura —le i visndose el enésimo té—es que no es ni de erea como contaron Adolfo y José, Para nada, Yo no le ¥i gars, ni colmillos. Es peludo, s0 sf y muy grande. Tiene unos ojos enormes...Y ten deasustado! Rail escuchaba en silencio, cada vex mis sorprendido, De pronto s le ocurtié una idea. — No seria un oso, Mar? Marta volviéa cnojanc. Rail x dio cuenta yse dsculps, —Si, supongo que sabés muy bien imo es tun oso, Tero qué quer’... muy dif aceprar que estamos précticamente conviviendo con un mons- tro. Hasta ahora fo ms pared aun monstruo que en Los Tepuales ee intendenee, Marea se ti, Se abrazaron. En ese mo- mento entré Marlf que, inslitamente, xe dia ia madrugado, —=Bjem, jbuen dia! —sonié la nif, jendo a sus padres abrazados Los res se sentaron en el sillén. Rail mi 4 Marta por sobee la cabera de Mari y le hizo « tana sofia con las exjas como dine “ojo, por ahora no le digarnos nad’, Marta expe, también con un gest. ‘Sin cobargo, Mariya habla notado que algo aro pasa, Tenia, como tenen tds law chi ns una especial intuciin para aber lo que los pa dies no quieren que sepan Los mit a los ds sie giendo ea inticién de nda hizo como que n0 habla dado cuenta de nada y se fue as carta. “Marea se despidis de su esposo, que renfa ‘que ie al dispensatio,y le pidis que la eubriera por un rato, Pensaba acostarse un par de horas para desputs ira trabajar mis descansada. Marit lavio dirigis aI piezay fue ts ella, Apenas ‘mare se medi en la cama, ent, Man. empeas a deci = QQ, hi? respond imitindola = Que pasé anoche? —Anoche? —dsimuld Marea. Nada, ‘Marl. Abs, vinieron a busear a padre pari tender a un accidenad. Nada mis? —insits Mail, davando los ojos en los de su made. Marea se rindid. No podia ~ni queria senile as hia. a —Si, algo mis pass. Pero nose lo cucntes a mie 2 Mari corr a sears en la cama y seu ch el relato. Caando Marta terminé, Marl alban con fuerza y le dio un gran beso. Sos re-valent, mail ‘Marta sone, contents. Ahora dormf, ma, yo voy a hacer unos Aeberes—dijo la nena y volvié a su cuareo. ‘Sesenté en el escrtoio, abr as carpets, tomé un lipieyempext a hacer garabatos. No po- da concentraree. Ahora era ella la que tenia una dea. Necesitaba ue ayudance, er indispensable que hablar com Pedeo, Si se dijo results, ya mismo tengo que habla con Pedro. XI Manitt ¥ PEDRO “ ‘ No bien, Marilicomprab.que su: madre se habia dormido, sali dela casa en silencio y se digits Ao des amigo, Pras alegi aia Cat habia si- hacer as compra y los dos se psieon cimodas Ia cocina: Pero sentado sobre Ia mesa, comien- tun sindwich, y Mai yendo y viniendo af lang Trangosta cocina, incapz de dene su ensisno. Mi mamd me lo confirms, Pedro —de- Ja niga —. El monstrvo existe! Qué —fam- novedad ~fam-! le con- Pedro entre dos mordisos, —Bueno, pero yo no estaba segura. Vahors Si, ahora st. Asi que cuando yo te lo contab, vos no cxclas —se ofendié Pedro. ‘Marl Jo pensé un paca y pronto uve la Pero 0s no lo ite munca, y mi mans Ahora era Pero el que no tena respuesta. ens un poco, mastcd otro poco yal fin se rndi —Esti bien, tenés razén —alijo con un resoplido—. ZY ahora qué querés hacer? sa er a pregunta que Mari estaba espe rando, Peéeticamente sn roma aire le conté todo lo que habla planeado un rato antes en su cuart si sus padres habjan fracasdo, ella, en cambio, tendria éxito. Tenfan que ira La Margarita, scar foros, hacer dibujos y, de ser posible, conversar con el monstru. ‘Aor esto iltimo, Pedr cas se ee de lt mesa, Dej el pedazo de sindwich que le falta- ba comer y,abriendo ls bros, etal {Convert con el mons {Vox es chifladtConversarcon el monstro! Es como si una ‘oxen quisiera conversa con un lobo, como sel ero cualara con es, como. — Bueno, basta —Ho eoetd Maril—, pa ralacom as comparaciones! Mi mana me dijo que el monseruo renfa cara de susto: no estan led, tan lobo, Ademés yo ereo que no vamos a hablar con dl por ah slo lo vemos. Pedro no estaba convencido, Volvié a agarar «sind, montiqus un peo, pens a Bn ren qué ns ume que no ened Sai sero ne qe dei sa qu Tapp no ee mons eri veg Ta ard Any Tomar Yost ces 10 embin Los mo ve aom mal oo ean ons Monee ques dec par qu ue? Msc quel De promo se ia dd cen de ue mig tna El ae gutanpr= qe sti eo 20 Pi por au Cera ou gory punn Pe FeMib enced 8 Mar oon- crete porque wo aia qué dec Actin co Trager un de ign ype de iis acar ou pune dai: orl “Scns mines mids Feliove pus calorad Quer conet peso nose cia adn Mail ei con lo en min Sn is mid ie nt, : “Ahora era Pedro el que tenia bronca. Mic- dh ante cao, pono conf asamigs pil! Nada de miedo —aijo—. Si quer ie, vamos, Peo después a aguantars, eh? Mari sales de alegia, Lo abr y le es amps un beso en a mela. Pedro se puso rojo ‘Sal, chet protests, aunque le habla sgustado—. Cimo hacemo? “Mail se apoyé en Ia mesada, sc6 un pa pel exctitoy dibujo por todos lads y se puso a ceaplicar, Lo habia pensido todo. Tenia que ser el domingo, queer el dia de a festa de Las Tepus- les. Ese dia, como cada aniversario del puclo, se onganizaba una caravana de bcilets en aque pa ticpaban todos los chicas, los adolescenes y chos padres. Marl sabia que laa Cat nunc a- aba en bicileta y que sus padtes no podrian ic porque a Ral le habia bad tania bicieta grande la noche dels expedicién. El domingo era dé. Ala primera oportunidad, ls ds se dessa tian del camino de bs carsvana y enlaian con ‘La Margarita. No podian fill; ex ver la defniiva 0 lamioncto prepara para cargar las icicles 0 tas pinchadas, a los ciclsas que se quedaban, dea pic, Pedro y Mari se ubiaron eas al final. Ela no podia contencr a emocin; en cambio, se de bat ented! temor al monstruo y el entusismo por laaventura, A llegar a una esqina, se_prodjo un amontonamient: alguien se haba cao, prowocan- ‘don peqeio chaque. Maile hio una sia a Pe ‘oy ambos, aprovechanda a confsin abandona- ron la arvana, excondindose entre uns arbustos. “iY hora? —pregunts Pedro. —Dejemos que la caravan se vaya y slic ‘mos por el camino de tierra hasta La Margarita, — (Bas segura? Por supuesto. No tengas miedo. siel monstro nos agar che? No pasa nada, Pedro intents tran- uilzalo Mari. :Dénde vste que un mons- truo ext Ievantado un domingo ala manana? dro mened la cabeza esignado: Mari cstaba decidida y no abla forma de persuades. co rato despues, silts icicles de la earavana se perdieron de vista y los dos chicos “ aa \ LA CARAVANA DE BICICLETAS, Dips ied ialegs ie Hilen dita Pocos minutos des dea ena gan ‘anda de cosy n0 tn chicos cons bie learn para england de bandera o- tee. El inedeteempens wn lag dnc para leeugia nce corona peo ale quecnte bul de chicory iy venir de noni dors made aca cio, es dar camo ors mad y oar cinta de aad pra el Rectal Com soos los aos orienta en dar ut ice compen al pbl, eg i por I nr op rin nel os br tualmorary rape +b pla, doe wtb ia bicices ene odo lor parame “adline ibn lon oni cee fw his ncn ds seul coma de Inca savando aps de mie, marcha a parteron en sentido coneraio, Pedalcaon un buen rato por el camino de era y alin se encontraron con la tanguera semicaida de La Margarita, —Dejamos as bcs ac? —propaso Pade. Maril lo pensé un poco. —Buevo — i despuds— Mejor sensu ‘aminanda, “Apoyaron las bicicles en la wanquera'y ‘caminaron por a senda cubierta de pasts que le- ‘aba hasta la caso No se ofan un slo rua, :monstruo estaba, estaba dormido. ‘Dieron una gran vues alrededor de la a- sy se encontraron com ls estos del auto rojo. Se scerearon dspacio. Adentro habia wos ceros y algunos palos, pero nada mis Pedra june core Bueno che —dijo—; ya que estamosaci, “Mari enfa un poco de miedo, pro ahora ‘nose ibaa char aris Vamos, si —aijo, intentando sonreit, ‘Tamados de las manos, ls dos se metie- ron en l'eau Tropezaron un par de veces con los -escombrosy se denviron en a eina, Revalieron Jos roncos mao quemads que alguna vex habian sido parce de una fogatay después se meseron en las piesa De los techoscoaban algunos murcié- Ingos dormidos,y ada tanto tenfan que aparase tclas de araia cde as cara. No habia ninguna dife- rencia on una cast abandonada cualquier, y del Famoxo monstruo no se vlan rast Salieron decepcionados. Mari ve cond de la cémara que Hevaba nla mocha y sacé al- ignas fons Lego lesacb a Pedioy se hizo reatar poyada en el auto rojo —,Qué hacemos —pregunts Pero luego de ba ssid foogriica. No sé dud Mail. :Nos vamos? Yo tengo habe. Si, mejor vimonos. Volvieron por la senda y a unos cuantos metros de a tranquera ela lo desi = Una carrera basta las bis! —grieé—. iA.que te gano! edko sali. disparado, dejando a Marl saris Legs primero ab ranquer, la ep en dos pss ye dio wl, una “Tegan a a grits ‘and ls palabras elon ela boct. Marl habia quedado del oto lad de a anquers. stabs ‘muy quiet, como parlizada As ado se bumbo- leaba la enorme y elude suet del monsrvo. [No tenia tiempo pata perder. Subié a bt Dicicleea y salsa toda velocidad por el camino de sierra El miedo de que algo le pasaea a Mari lo empujaba como ve viento. Tha tan pido y an Aesesperalo que al egal asf del ruta tod Ia curva como ven, sin aminorar el paleo: ‘manubrio se le ecap6 de las manos y la biciclets se fu ebalando hata Ia cunet, unos metos por Aebajo de in rata. Pedro quedé ah trado, con as pieras y las manos lstimadas y_ momentinea- ‘Mientras rato, la caravana habia legado hasta el campo donde e detenian a almorrar. De grupos os chicos fueron sacando comida y bbi- ds de las mochilasy se acomodaon en el paso. ‘Uno de los grupos exaba integra por varios de los chicos del esto de Pero y Marl. Hugo, no a grado, pregunt por lls. Nadie os habla visto. Era muy rao. Lo pensron un poco ydcideron ‘que lo mejor a avissles los organizadores.Ca- tminaron hasta el camioncio de ls bei ras y comprobaron que al tampoco etaban sus com- pavers. El chofer del camisn los vio busca algo ye les acre. 2Qué pasa, chico®A quién busca? oa xiv HACIA EL PUEBLO ‘ Desde fa tranquera, con la biciclesa tem blindole en as manos, Pero vio eémo el monsruo ‘extend unos de sus brazos yaguraba a Mail por los hombros. Quiso gta, salar, hace algo, pero ‘taba inmévl, mud, sin ideas. Le parca que el ‘moastruo iba a comerse a su amiga. Oa matarla. Pero eso no pass. No ain, al menos ast le parscié Pedro, Sin esfuerzo algun el monstruo se lle a ‘Marl hacia la easona, cand por entre le = Boles del bosquecito,y Pedro ya no pudo vesos Recién entonces eaccions, Poa salar a eranguc: 4 agrrar una pied, un palo, y racar al mons “tuo para defender 2 Mail Dio un paso hacia la ‘ranqueray cuando empers a subirlacomprendis que ra dna locur. Tal vez To nico que eonsegi- era enfiecer ala bestia. Lo mejor que pada Ihacer era ir al pueblo, avisares 2 todos lo que ha- bia paudo y actos al rescate de Mail los le explicaron al chofer lo que estaba pasando y ensguida dos de loe organizadores se sumaron a l bdsqueda. Poe supuesto, no los en- contraron, ye jefe de la caravana decid pele 4 no de los muchachos de la seguridad que Fae- ‘a hasta el pucblo, a ver si Pedro y Marl habian ‘elt su casa, En a cuet, al poco rat, Pro fe eac- -ionando de a poquit, Se sa la bic de encima y 4 revisd Ls astimaduras. Le ardian ls manos yas Piernas, pero no tents nada roto. De a estope- dda bicileta abt donde esaba y emperd a caminar por la ruta, medio rengueando, rumbo al pueblo. ‘Cuando ya legaba a la entrada oy que lo lam bran, Era muchacho dea caravana, que vena pe- Aaleando por la misma ut Ss pase age pate deun seo. edo le conts todo com pul, hacen do facra para no largarseallort El machacho lo ‘subié al cao desu bicicletay asf entraron a Los “Tepuals. than la casa de Mari los padres dela iia revisarian a Pedro y,seguramente, organiaa- fan el rescate Sila miedo. Quizis recondaba la cara asustada del rioiviruo y Te pareca que no era peligroso, Pero Jgualmenteetaba preocupada dio Mae ts. Hay que ira busarla, pero no solos. Vrnos —Traemos de tanquilzarmos hasta a Tntendencia y untemos ala gee En el preciso momento en que llegaton al “Municipio, l inendente estaba levantando si co pa para brindar wna vee ts por el aniverstio de [Lo Tepes. Bn la larga mesa dispesea ene po tio de la Intendenca se encontras todas as a toridades del pueblo, junto com ls vecinos més destacados, Marea —Sefones —cs grt, com limo alien trrumpié el almuerza, to dela crera—. Mi hij est en La Margarita. Pe Aro vio cima et monstr se levaba Ts ayudarnos HH intendente y los demés comensles se en que «quedaron heads. Un silencio toa gané la mes, Jasta que al fn uno de los vecinosreaecions. Nano — grit, didi ;Vamos yl H gio soa tds del inmoviidad. De inmadiato se paraon lox hombres ¥ mujeres que ‘onpavan elalmcreo ys pusiron en camino, Esa tm iy venir desordenado y nitdowo, El imendente z av . ‘UN GRUPO FuRIOso (Cuando Rail vio legar a amigo de su hie jay lo miré la cars supo de inmedito que algo ‘malo estaba sucediende, El muchacho que acom- Daa Pedro quiso explicate lo que pasa, pero Rail nol do tiempo, —2Qué pas6? —pregunté. agachindose junto al nino. :Dénde ets Marl Qué e pas Ami hi? Desde I cacina Mara oy6 los gitos des ‘marido y sli I carrera Ella también se sumé al incertogaoro, Al in Pedro pudo explicales. Rs no lo pod creer. = zfero cfmo, cbma hacen «0? —esta- 6. 2¥ shore? Marea intents wanquilizarl, Estab tan in como su marido, caro, pero por alga- an que no alcanzaba a entender dl todo, 10 las al comisaro y le ordené rar los dos patra- Ileros del pucblo yh eamioneta de los bomberos ‘Uno dels secrctarios mandé aun cade a gitar ta novedad por as calles y en pocos minutos Los "Tepuales estvo enterad: al legar a la said del pueblo el grupo de reseate era una pequefia mul- titud de mis de cen personas, algunas muy alte- radas,armadas con pla y pcos y dspuestas a to- do para recupert a la nifi atl y Mara, comprendiendo que a vio- Tencin podta resularpeligrosa para su hija inten arom calmatos. “Por fivor —pedia Ral alos gritos—, ‘por favor, nase precipten. Vayamnosripido, pero no perdames la alma Deen quc el comisaro organice el cate —grtaba Marta—. {Que el monstru0 no se moje a se aust! eto prcticamente nadie los escuchaba. Parecia que tanosafos de temor y de encierr al fin habian explorado en los tranuilostepuaen ses, que de pronto ya no estaban dispuests a 30- porta ls ataques del monstruo. Pensaban resca- tara Mail como fuer, y deeroraral monstruo de Ja tinia forma tual y defintva: matindolo, 2 modo: el famoso engedeo le parela tan sélo un animal grande y curios, una bes que quiz po- dia resulta peligro, pero queno la estaba atacan- do, Y comprendis de inmate que monstr e- ‘aba sol, temblemente slo, Llegaron a la casonay el monstru la em ‘pu con trpers hacia adenteo. Marl rasabillé, pero siguié adelante sin enoj, tomindolo como tuna invtacidn, como si aquel se fuera un amigo revo que Ia levabs a recorrer su casa. Pasaron por le sala donde dormaan los murcglagos, pot lx cj cocina lena de lia quemaday luego por un Ihimedo pasillo que iba hasta el bao. Mari se soprendis. Con Pedro habia pasado por all por lo menos dos veces yn lo hablan visto, tan bien cscondida estaba, El manstruo agaché su cabezo- ta poluda y ented. Una vez adeneréemitié un cot to grusido: era una nueva invitacién, que Mari cept de inmediat, El bao en ruinas era la nueva habiacion

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