Así pues, me váis a permitir que haga un pequeño adelanto de este ilustre
“aldeavileño”, “reviraño”, aunque seguro que muchos de vosotros, lectores de
este Blog, podríais hacerlo mucho mejor: os animo a ello. Probablemente Don
Javier pudiera hacernos una pequeña semblanza… o cualquiera de los maestros o
profesores de Aldeadávila.
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Su carrera es continua: Doctor en Ciencias Políticas y Económicas,
Catedrático de la Universidad Pontificia de salamanca, catedrático de la U.
Francisco de Vitoria, investigador del CSIC, Director del Corpus Hispanorum de
Pace… la nómina es interminable, historiador, jurista, investigador, pensador…
es difícil poder encajarle, porque su acción de investigación ha sido amplísima y
de mucho alcance. Suele decirse que con la perspectiva de los años es como
mejor se ve todo el horizonte creador, y su influencia en la corriente filosófica.
Tal es el caso, que no he logrado un resumen, una visión general de su obra…
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o “Proceso a la leyenda negra. Testimonio del Emperador Carlos V”.
Madrid, 1.988.
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lo que separa y une a los hombres: la guerra y la esperanza de la paz. En el
techo cinco colosos (las cinco partes del mundo), unen sus manos en el espacio.
A sus pies, los sabios españoles discuten, rodeados de alumnos, en la famosa
Universidad de Salamanca donde se enseñaban, en el siglo XVI, los rudimentos
del Derecho internacional. Obispos, monjes, guerreros a caballo, estudiantes
que escuchan o leen grandes libros y campesinos con chambergo asisten a la
famosa lección, dirigiendo su mirada hacia Francisco de Vitoria, que con algunos
discípulos se encaraman en la esfera terrestre.
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La sensibilidad humana y sabiduría filosófica permitieron a Francisco de
Vitoria poner las bases científicas de los derechos fundamentales del hombre.
Muchos de sus principios se han hecho, con el paso de los siglos, realidad, y han
sido aceptados como definitivos, gracias al alto contenido moral y científico que
los inspiraban. Hoy, más que nunca, sus ideas son plenamente válidas, cuando se
trata de rescatar la condición humana frente a una legislación apresurada fruto
de nuestra época de globalización. La dignidad de la persona humana es siempre
un valor superior a todo avance científico, y debe de ser preservado por todos
los medios y a cualquier precio.
“DERECHOS DE LA HUMANIDAD
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- El derecho de la Humanidad a la supervivencia no se limita a
sobrellevar dificultades económicas, de salud y ambientales; sobrevivir es tener
la facultad de superar los obstáculos y, además, de gozar de una vida sin
sobresaltos, sana, digna, prolongada y feliz.
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convivencia entre los pueblos; dio origen al pensamiento moderno. En esta
revolución de ideas se destacó un ilustre dominico.
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El hombre era libre para determinarse políticamente; podía pertenecer al
estado que quisiera; tenía derecho a emigrar y a domiciliarse en cualquier parte
del mundo. El derecho a la vida era inalienable. Y la persona, porque tenía
dominio sobre sí misma, tenía también derecho a la propiedad privada en
función del bien común. Fundamentalmente, los indios tenían los mismos
derechos que los españoles. Eran igualmente personas.
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Melchor Cano había definido la tesis de la hispanidad. Se proyectó en sus
discípulos Juan de la Peña, Pedro de Sotomayor, Alonso Velázquez, Juan Ruiz,
Gaspar Cardillo de Villalpando, Domingo Báñez, Bartolomé de Medina, Juan de
Ribera y fray Luis de León. Hacía escuela. El nuevo documento es un testimonio
más de la lucha de España por la verdad y la justicia”-