Desde Edward W. Said, no se puede negar que el Otro es el resultado de una construccin
ideolgica en la que interviene toda clase de filtros y discriminaciones generalmente
interiorizados. Es por eso que el sujeto del discurso debe, pues, identificar su posicin
social e intelectual para poner en evidencia las relaciones de poderinvolucradas en sus
palabras. Muchos cientficos empiezan a darse cuenta que el poder del investigador es el
que finalmente se impone para construir la etnografa.
La metfora del dilogo expresa que, para obtener una comprensin intercultural, es
preciso reconocerse a s mismo (esto es, su propia cultura), reconocer al Otro y dialogar
con el Otro sobre la base de la alteridad que nos constituye. En este dilogo nadie tiene la
ltima palabra, ninguna voz reduce la otra a una simple condicin de objeto, y el otro es
reconocido como sujeto. Comprender la cultura del Otro implica un dilogo continuo entre
mis 'prejuicios' culturales y los del Otro, en cuyo horizonte su diferencia aparece como una
de las manifestaciones mltiples de la unidad del ser humano. La escritura etnogrfica se
torna, as, multisubjetiva y la multiplicidad de citas textuales adquiere sentido y
coherencia en actos concretos de lectura. Y estas lecturas estn ms all del control de
cualquier autoridad singular.
El problema aparece con eso que Bajtn denomina heteroglosia y que consiste en un lugar
donde las voces estn en oposicin, en conflicto permanente. La alternativa consiste en
la elaboracin conjunta con los nativos. este trabajo de autora colectiva, a la larga,
tambin sera dirigido y editado por alguna autoridad que decidir los temas de inters y
el recorte final para la investigacin. Clifford propone hacer uso consciente de los modelos
experienciales, interpretativos, dialgicos y polifnicos para controlar lo ms posible la
autoridad etnogrfica.