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5. EL PRINCIPIO DE COMPETITIVIDAD (O DE LA BASE DE EXPORTACION) 5.1 La base econémica urbana Descie hace mucho tiempo se ha reconocido la necesidad de distinguir de forma simplificada, en el interior de las funciones desarrolladas en la ciudad, entre aque- las funciones que se dirigen a una demanda externa y aquellas que, por el con- trario, se dirigen a satisfacer las necesidades de la poblaci6n residente. Entre las primeras funciones estarian aquellas que plasman las caracteristicas especificas de la ciudad, su especializacién y su papel en la divisién espacial del trabajo; las segundas, serian las que permiten el sustento de la poblacién urbana ocupada en las primeras. Ya en 1902 Werner Sombart distinguia en la ciudad las actividades “de base” (Studtegriinder) y las actividades “complementarias” (Stadtefilller), y gran parte del debate economicourbanistico de los aftos veinte-treinta en Estados Unidos se aso- ciaba a esta visién dicot6mica: por una parte, las actividades fundamentales (city- {funiling) y, por la otra, las actividades de relleno (city filling), generalmente iden- tificadas, por simplicidad, en las actividades industriales y en las de servicios, respectivamente.! A partir de esta vision general se han desarrollado algunos modelos muy sim- plificados sobre la “fisiologfa” y la estructura interna de la ciudad, muy a menudo utilizados para efectuar previsiones de desarrollo agregado a corto y medio plazo. Se trata de modelos que, a diferencia de todos Jos que hemos anali- zado hasta ahora, no se dirigen a la estructura de las localizaciones de las distin- tas actividades en la ciudad, sino sélo a la dimensién y ala dindnica cuantitatioa de dichas actividades, agregadas en pocos sectores (por ejemplo, a través de una tabla input-output urbana) o, més a menudo, en tan sélo dos sectores. Estamos, pues, en presencia de un cambio de enfoque respecto a los capitulos precedentes, que se refleja en el tipo de aproximacién y de modelizaci6n utilizada, de clara derivacién macroeconémica. * Vease Sombart (2987); Thompson (1963), Derycke (1970) 138 / ECONOMIA URBANA, La ciudad es observada directamente como una gran maquina para producit, un microcosmos que reproduce las caracteristicas de un sistema econémico agre- gado, cuya tinica peculiaridad consiste en una “apertura” mucho mayor al Comercio exterior. La necesidad de importar todos los bienes primarios, que por definicién estén excluidos de la produccién urbana, asf como la imposibilidad de producit toda la gama de bienes y de servicios debido a las reducidas dimensio- nes del mercado tanto de bienes como de factores, hacen qute para la ciudad las exportaciones no sean un hecho casual sino un elemento necesario. Lo que mas nos interesa subrayar de las caracteristicas de este enfoque agre- gado es Ja idea, tal vez mas implicita que explicita en muchos modelos, de que pata exportar es necesario que la ciudad alcance niveles relevantes de conipetiti- aidad externa. Dicha competitividad se puede alcanzar: a) mediante la especializaci6n en las funciones caracteristicas del propio nivel jerarquico, como esta implicito en los modelos a la Christaller, en el cuai cada cen- tro exporta, en cascada, los productos de dichas funciones a su rea de mercado en un proceso unidireccional (ios centros mas grandes no importan nada de los cen- tros mas pequefios, a excepcidn de los bienes agricolas de los pueblos), Pero la competitividad puede ser alcanzada mediante procesos menos automsticos, como por ejemplo: 'b) mediante la especializaci6n en algunos bienes que se convierten en la “voca- Gién productiva” de una ciudad (como implican los modelos de “base cle expor- tacién”); c) mediante procesos especificns de integracién entre industria (exportadora) y sector terciario “productivo” (tal como implican las visiones mas recientes del mismo proceso); d) mediante procesos de integracién horizontal (por sinergia) 0 vertical (por complementariedad a lo largo de una “filiére” de produccién), que conducen de todas formas a la especializacién y a la exportacién. Una vez explicada, o asumida por hipétesis, la competitividad externa, es faci licito realizar un pequefio paso légico y afirmar, en linea con gran parte dela teo- ria del desarrollo econémico de origen keynesiane, la importancia de la dimensiGn y de la dinamica de las exportaciones para el crecimiento de Ja ciudad. Las acti dades “de base”, que trabajan para el mercado exterior, se convierten en el motor de la dinamica urbana. De su crecimiento depende, de hecho, no sélo la ocupacion y Ja renta de quien trabaja en la ciudad, sino también, como resultado de diversos mecanismos de interdependencia en la produccién y en el consumo, la ocupacisn y'la renta de las actividades relacionadas, previas a las actividades de exportacién. asi como la ocupaciéa y la renta de las activiclades de servicios que se dirigen 9 la poblacién urbana total. El principio de competitividad (o de la base de exportaci6n) (c. 5) / 139 Este enfoque, sobre todo por su simplicidad conceptual y la reducida necesi- dad de datos que comporta, ha disfrutado durante mucho tiempo de una gran for- tuna, sobre todo en el émbito urbanistico, una fortuna que no obstante ha contr buido a acentuar la simplificacién de su I6gica interna y a olvidar cuanto hemos dicho més arriba: que la afirmacién sobre la importancia de las exportaciones puede aceptarse sdlo si se explica (0 se asume) una competitividad extema de las exportaciones mismas Por esta razén, renovadas y mds profundas reflexiones recientes han revelado is forma a menudo distorsionante en que el modelo de base de exportacién ha side utilizado, particularmente cuando el objetivo es el de suministrar una explicaci6n tedrica del desarrollo de la ciudad. De hecho, en el andlisis de los fenémenos de desarrollo local, el enfoque de demanda tipico de los modelos de base de exportacién, ha sido cada vez mas explicitamente sustituido por enfoques centrados en la oferte calidad de los factores productivos, sinergias intersectoriales y economias de aglo- meracién, progreso técnico y capacidad de innovacién son vistos, de hecho, como, los verdaderos elementos sobre los cuales se fundamenta la competitividad y, por tanto, en iiltima instancia, la capacidad de desarrollo a largo plazo de un area netropolitana, Desde este nuevo punto de vista, el sector “residencial” 0 de los servicios, pasa a asumir ya no un papel pasivo, como en la légica de los modelos de base de exportacidn, sino un papel activo de precondicién de las exportaciones mismas: la calidad de los servicios a las empresas es, pues, uno de los principales canales de difusion del progreso técnico y de las innovaciones organizativas y de producto (y, por tanto, una de las fuentes de la competitividad de la industria local), y también la calidad de los servicios a la poblacin (pensemos tan s6lo en la educacién, o en la sanidad) aparece, bien pensado, como una condicién de desarrollo similar. Por el contrario, la dinémica de la demanda de un producto especifico de espe- Jalizaci6n, en su volatilidad temporal, puede explicar tal vez s6lo a corto plazo los fenémenos de desarrollo territorial. Es muy cierto, de hecho, que el desarrollo de una ciudad especializada en la produccién de automéviles depende del creci- miento de! mercado mundial de automéviles; pero esto es valido sélo a corto y, tal vez, a medio plazo, mientras que a largo plazo se pone en evidencia la capacidad de sustituir las producciones en declive por nuevas producciones, asi como la capacidad de innovacién continua del producto y de relanzamiento de la compe- litividad internacional de la ciudad. Estas consideraciones han Ilevado a sostener que hoy en dia atin se puede hablar del enfogue tedrico de la base de exportacién més por “nostalgia” que por su intrinseco valor heuristico,’ Nosotros consideramos que dicho enfoque ha cons- ‘Vease Richardson (1978), p. 83 140 / Econowa urBaNa tituido nada menos que un impostante paso en la comprensién de los fenémenos utbanos, y que sigue siendo importante también por las profundizaciones ( por Tos vuelcos kigicos) a los que ha dado lugar. 5.2 Los modelos En este epigrafe presentamos los principales modelos que han sido propuestos his- téricamente como formulaciones del principio de la base econémica urbana. Dicho principio considera, como hemos dicho més arriba, las actividades “de base”, orientadas a la exportacién, como elemento determinante de la dimension global de las actividades econémicas urbanas y de su dindmica agregada El origen histérico de dichos modelos es doble. Por una parte, tenemos una xgénesis inicial y pionera dentro del mbito urbano en los afios treinta, en la que la atenci6n se dirige a la dimension fisica de las distintas actividades (en particule a la poblacién ya la ocupacién); por la otra, tenemos un sticesivo e independiente fundamento en el ambito de la macroeconomia keynesiana aplicada a la ciudad, en el que las variables observadas son el producto bruto y la demanda interna y externa, Pertenecen a la primera corriente los modelos (y sus sucesivos refina- mientos) presentados en los apartados 5.2.1-5.2.2, y a la segunda los modelos pre- sentados en el apartado 5.2.3, En ambos casos, existen tanto versiones mas pro- piamente estiticas como versiones més dinmicas. A continuacién, presentamos el modelo input-output aplicado al émt urbano, el cual también es un modelo “de demanda” que se puede considerar correctamente como una versién desagregada en sentido sectorial del modelo de la base de exportacién. Por tiltimo, después de una serie de consideraciones criticas, orientadas a ilu- minar el papel de los servicios, presentamos esa relevante familia de modelos que han integrado el principio de la base cle exportacién con el principio de interaccién espacial; éstos son conocidos como modelos “generales” o large-scale de localiza- cién y uso del suelo y su fundador es el modelo de Lowry. 5.2.1 El modelo de la base urbana de H. Hoyt Fin los afos treinta Homer Hoyt, a la biisqueda de un método simple de definicion de las perspectivas de desarrollo de las ciudades americanas para ofrecerlo a la Federal Housing Administration, distingufa la ocupacién urbana total (L,) en ocu- pacién de base (L,) y ocupacién no-de-base o en servicios (L.), proponiendo las siguientes relaciones:* Verse Hoyt (1954) El principio de competitividad (o de la base de exportacidn) (c.5) / 141 i 5.1) 1, =D, L, =bL, O vease Rerluglis, Rebino (1975), para el danbito territorial de Biella; Costa, Pisentin (128), pars el Ambito territorial de Venecia. Véase el capitulo 9 de Camagni (20008). Para los desatzollos del modelo de Lowry ent los pri- merosdligr ahos pasterion:s a su formlacién, véase Wilson (1974): Camagni (1977): para tos dosarmo- lin siguientes, wéase Rabine (1991); Campisi (1991)

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