ÎSTVÄN ÊÄLDHÈLM

SÊRËNTHÁ D’ÔBÏÒLS
na pregunta, sólo una
Aislados... pregunta que queda al
aire… ¿Cuál es esa
Lunas y Madrugadas,
pregunta? Una pregunta
Entre Sueños y Vigilias… que sólo se propuso, pero nunca
Alfonso Maya Trejo llegó. ¿Dónde está la pregunta? A
ésta, ¿cuál podría ser la respuesta?
No. Se trata de una pregunta
absurda… no la que me interesa…
no hay nada más qué agregar, sino
que debo dejar atrás mis
expectativas, dejar de soñar… si
2008
hubiera destino, diría que el mío está
trazado y nada puedo hacer por
cambiarlo…
Y sí. Soy yo quien necesita ahora de
la medicina.

CALZ. BELLAVISTA MZ.8 LT.12, HACIENDA OJO DE AGUA,

TECÁMAC, MÉXICO, C.P.55770, TÉL.:5938 5604.
Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Índice Un nuevo intento…

"U
no los dos" (Miranda, 2004) es el
Un nuevo intento… 2 recuento de los daños provocados
Credo y Vida… 3 por una ruptura. Esto, junto con la
Ventanas Abiertas… 6 lectura de "Diario de un
Amistad… 7 Teólogo" (Congar, 1946-1956), provoca la necesidad de un
Sudor de Luna 9
recuento personal. Una vez lo intenté, y me gustó la redacción del
1er capítulo: La descripción del colegio, donde todo inició
Mirar, mirada… 10
vocacionalmente. Lástima que extravié el borrador y única copia;
Vivir, que se vive… 12 sólo sobrevivió un pequeño párrafo que cito en mi "Plan de Vida":
Cómo… 14
“Vino entonces mi ruptura y salida de los Hermanos de las
Arte y Vida… 15 Escuelas Cristianas. Una salida intempestuosa y difícil de digerir.
Treinta y Cinco, Dos Mil Ocho… 16 Surgía la idea del sacerdocio, encontrada con la del laico consagrado
Vocación y Alpinismo 19 y la del matrimonio. Y estaban, además, presentes tres nuevos
Seminario y Vida… 21 elementos en mi vida: la universidad, el teatro y el trabajo. ¿Cómo
Disertación sobre los Secretos… 23 jugar con todo esto a la vez?, ¿estaría listo para esa experiencia?
Ser. Siendo… Soy 25 Respuesta: No. Todo lo que hasta el momento había construido, lo
que sabía de mí, lo que era, mis proyectos, todo se vino abajo. El
Mar y Uno… 27
desastre fue total. No había fe, no había identidad. Había nada.”
Libertad y pasado 29
Creo que me refería al proceso de crisis personal, quizá uno
Identidad 31
de los más severos que he vivido, por lo que relato, durante agosto
Soledad y Recuerdo 33
de 1994. Quizá valga la pena intentar un nuevo acto de catarsis y
¿Dónde está «Musa»? 34 emprender una vez más un psicodélico viaje al pasado, con
Humanidad sin Fundamento 36 boleto de vuelta, espero, aunque de antemano se que no será tan
El péndulo de la vida 39 encantador como aquel intento; es decir, estos ejercicios de
El Camino inicia 40 reminiscencias no son gratos a determinada altura de la vida,
Y el camino sigue… Crecer… 42 como mis años actuales
comprueban.
Y el camino sigue… Madurar 44
Y el camino sigue… Ser Adulto 46 Ahora que lo pienso
bien, hay otro intento que
Así, un día el camino termina… 48
tengo aún entre mis papeles,
El Camino y la Meta 50
un tanto ingenuo y romántico;
Dolor 51 una especie de prontuario o
Recuerdos y temores 52 índex, con ganas de ser verso:
Una Carta, un mensaje… 53 "Treinta y Tres". Creo que lo
Unidad 54 usaré como esquema guía.
El Juego 56
Imagen: Imagen Ambivalente.
Lo que no pudo ser… 58
Salvador Dalí, 1933. Pictures, p. 310.
Soñando… 59
Volver a Escribir 60
¿Ceder? 63
-01- -02-
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Credo y Vida… descubriendo al Dios Cristiano del Amor y

del Perdón, al Dios Cristiano de la
“I can’t deny what I believe; I can’t be what I’m Comprensión y de la

D
not” Compasión, al Dios
esde chico me he formado en la Fe Cristiana Padre, Todopoderoso
Católica, he estudiado sus dogmas, memorizado y lleno de Misericordia,
sus verdades y formulaciones, he orado con sus “lento a la cólera y rico en
oraciones, y he defendido sus presupuestos: he vivido de misericordia, generoso para
acuerdo al culto, al dogma, a la moral Cristiana; al menos, perdonar…”, fui conociendo el
hasta hace un par de años… verdadero rostro Amantísimo de
Cristo, Dios Hijo, hecho Hombre para
Aunque cuando nací ya habían pasado más de diez redimir a la humanidad y darle vida,
años de iniciado el Concilio Vaticano II todavía me tocó “¡Y Vida en abundancia!”
vivir un concepto de religión ciertamente arcaico; es decir,
una fe donde la premisa era el miedo: a un Dios Aquella religión y, por lo tanto,
todopoderoso, omnipotente, omnipresente y omnividente; aquella Iglesia llena de condenas y
a un demonio casi divino, atento al primer tropezón para condenados se volvió, lentamente,
caer encima y alejarme de aquél Dios que, por el mismo en un remanso dónde encontrarme
tropezón, ya me había apartado de su vista. El factor con Cristo Crucificado y Resucitado,
primordial del “amor al Padre” no era la “contrición”, sino Amor de Amores, que sabe que el
la “atrición”. El “santo temor de Dios” era más bien miedo hombre cae y que le ayuda
al castigo que el sano “temor” de su Santa Presencia misericordiosamente a levantarse:
(“Quítate las sandalias, que el suelo que pisas es Emmanuel, “Dios con Nosotros”.
sagrado…” le dirá Dios a Moisés). Y lo viví, y lo enseñé: me creí
Una vez vi una película en la que aparecía una “perfecto”, me creí un “santo”.
figurita de marfil donde se representaban tres “monitos”, Y me volví como aquella Iglesia
uno tapándose los ojos, otro tapándose los oídos y el temida, arcana y anciana: lleno de
último la boca, y se alcanzaba a leer: “see no evil, ear no prejuicios y corta visión, acomodado
evil, say no evil”. Me vino al instante a la cabeza las en la comodidad de la engañosa
imágenes de esa religión predicada por pías damas perfección farisaica. Y aprendí a gritar
llamadas “mamás catequistas” en el colegio donde el pecado, a condenar al pecador, a
estudié. exigir en otros las tantas cargas
Con gran pena debo reconocer que era una religión morales y doctrinales que, según yo,
sofocante, castrante, donde muchas cosas y muchos vivía a la perfección. Me ufanaba de
temas, casi todos, eran un peligroso tabú que podría mi virginidad y mi vida inmaculada,
conducirme al fuego eterno del infierno… de mi inocencia y de mi falta de
malicia. ¡Estúpido corazón
Sin embargo, aprendí a amarla, con temor y todo, confundido!, ¡miserable entre los
supe amarla: algo muy dentro de mí me decía que ese miserables que no se saben miserables…!; gritando a los
Dios que me predicaban no podía ser tan terrible. Todo cuatro vientos la oración del necio: “Gracias Padre, porque
era cosa de esperar y estudiar profundamente sus no me has hecho como los otros…”
misterios.
Pero un día caí y caí muy bajo.
Conforme la fui estudiando y profundizando
comprobé esa voz que me hablaba de un Dios distinto al Un día caí y no me quise levantar. No quise aceptar
predicado por esas mujeres. Poco a poco fui que era igual o peor que tantos pecadores que hay sobre

-03- -04-
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la tierra. Me hice un hombre soberbio,

orgulloso, inefable, fatalmente más pecador
que muchos de los
Ventanas Abiertas…
pecadores a los que yo
les había gritado y vociferado su
propia condenación.
Hasta que un día… me desplomé de
rodillas ante el Sagrario implorando el
perdón tan añorado, reconociendo mi
pequeñez ante el Misterio que creía
totalmente dominado. Así conocí la
verdadera religión de Cristo: la religión
del Amor y del Perdón.
Así comprendí que la Iglesia no era
un fin, sino un medio. Así conocí la
conmiseración, la empatía con el
otro, el saberme uno más entre la
multitud de los que adoraban al
Señor. Pero de un modo diferente,
desde otro punto de vista. La vista
del pecador. La vista del que

D
realmente necesita ser redimido. La
vista del que ha caído mil veces y
que mil veces ha necesitado e una u otra forma siempre me han gustado las
levantarse, del que lucha día a día ventanas -no importa que estén limpias o sucias-,
consigo mismo y con su propio especialmente las que están abiertas.
pecado para retornar a los brazos La ventana, cual sea, me significan un sin fin de
amorosos de Cristo Eucaristía, de posibilidades... me intriga saber qué hay detrás de ellas,
Cristo Redención y Reconciliación y cuál es el panorama que muestran, qué tanto dejan ver -
Sacerdote Eterno… aclaro que me gusta verlas de dentro hacia fuera, porque
No puedo negar lo que creo. Ni lo que al contrario sería internarme en mundos privados e
viene con aquello que creo. Pero no íntimos que no están hechos para mis ojos o los de
puedo ser lo que no soy. ¿Qué me cualquiera-, cómo se ven las cosas a través de ellas.
hace diferente a los demás? Un día Ellas además, dejan entrar la luz y a otros seres -
conocí el pecado; pero ese mismo algunos molestos, otros oportunos- que me recuerdan
día conocí el Amor de Dios. que estoy vivo y que formo parte del mundo y de la vida,
aunque sienta estar solo.
Imagen: Colección sobre el Infierno, No. 10. Salvador Dalí. Pictures, p. Insisto, una ventana significa posibilidad. La
1075. posibilidad, a su vez, implica aventura. La aventura es
vida. ¡Me gusta vivir! Y con intensidad...

Imagen: Madrid, Arquitectura y Álamos. Salvador Dalí, 1922.

Pictures, p. 107.

-05- -06-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
Amistad…
¿C
ómo definir ‘amistad’? Creo que
definir es jugar con las palabras. Al
definir, nos dice la ley inquebrantable de la lógica,
ponemos fronteras, conceptualizamos y elevamos al nivel
abstracto lo concreto. Es un severo ejercicio mental, una
herencia innegable del mundo escolástico. Es un encerrar
en ‘realidades positivas’ todo cuanto nos rodea,
incluyendo –aunque con ello los asesinemos- los
sentimientos, las emociones y los sucesos del orden de lo
espiritual. Y siempre que uno intenta esquematizar en
palabras lo que le rodea, más cuando se trata de una
realidad abstracta, se pide el definir, el aclarar términos, el
clasificarlos: especie más género más diferencia
específica; categorizarlos, y explicarlos mediante
-07-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
silogismos altamente complicados como
resultado del largo proceso de formación
del pensamiento post-contemporáneo. El
hoy.
Definir ‘amistad’ se vuelve entonces en un
querer forzar en palabras lo que con
palabras no puede decirse sin peligro de que se pierda su
verdadero significado. ¡Claro que en aquél entonces pude
haberte dado una definición que bastara a tu
experimentado entendimiento! Aquél chico de diez y seis
años hubiera podido decirte: “amistad es aquel lazo de
unión entre dos o más personas que son afines en
gustos, ideas y conceptos…bla, bla, bla…”
Hoy simplemente te diría, siguiendo tus esquemas
intelectuales, que la amistad es lo que une sólidamente a
dos almas; se trata de una unión verdadera que involucra
todo lo que la persona es, fue y será. Y sí, supongo que
encontrarás mil silogismos para rechazar este pobre
concepto. Pero vuelvo al principio, definir es matar el
verdadero y pleno significado vital de la realidad. Definir es
nominalizar la Realidad. Y hay muchos aspectos de la
Realidad que son indefinibles, “innominalizables”. El ser
ahí, cognoscible, pero indefinible.
Imagen: Espejo Mujer, Espejo Cabezas. Salvador Dalí, 1982.
Pictures, p.1012.
-08-
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Sudor de Luna Mirar, mirada…

H L
e mirado algunos rincones de mi a Mirada es el espejo del interior del
espacio: hombre, de su alma, de su esencia,
Un espacio lunar, aunque etéreo, a la vez lejano, de lo que él es en verdad. Mirar hacia
Cercano e íntimo, breve y largo, ufano… adentro, por los ojos del otro, del que está
ahí, parado, delante de ti, es penetrar hasta lo más íntimo,
Lo he mirado y lo he sentido, ahí en el silencio, despacio.
hasta lo que es intocable, lo que no se comparte con
Lo he recorrido y le he aspirado, lento, profundo,
Ha penetrado ya hasta lo más hondo de mis entrañas:
Lo he descubierto poco a poco, no son promesas
vanas…
Y es; hay melancolía, nostalgia, hay vida; no me
confundo.

Juego con él y lo poseo; lo tomo entre mis brazos,

está en mí: ¡Oh, vida!
Sueño y despierto: mis manos, mi piel, ellas están
húmedas,
Gotas de sudor juegan al recorrerlas con sólo el recuerdo;
¡míralas! No son tardas…
Están listas para bajar, descender por las grietas; y mi
vista, perdida.

El espacio se diluye enteramente con mi vida,

eternamente,
Se hacen uno: unidas, vida y
espacio, un solo sentido, un
solo instante;
Nada queda al acaso, nada a
la suerte, nada se ha
perdido, es constante…
¡La suerte está echada!, lo
ha dicho César…
Déjame vivir, vivir mi
espacio, mi vida, mi fuente:
así, simplemente.

Imagen: Sol. Salvador Dalí,

1928. Pictures, p. 202.

-09- -10-
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cualquiera. Por eso hay que saber mirar a los

ojos. Por eso hay que saber interpretar cada Vivir, que se vive…
brillo, cada reflejo, cada luz, cada
movimiento en la mirada del que se tiene
delante. ¿Cómo interpretarlo? ¿Cómo saberlo?
Así, tras una verdadera mirada más allá de lo
evidente, más allá de la luz del reflejo, más allá de lo
externo obliga a quedarse en absoluto silencio. No es
necesaria la palabra, ella es orgullosa y piensa que puede
decirlo todo. No, basta una sola y simple mirada.
Evidentemente la oscuridad hace que uno se
extravíe, o bien, que uno mismo se oculte un poco.
Sentirse invadido de repente por la mirada escrutadora del
otro confunde y pone en tinieblas la mente propia. La
mirada confunde con su esplendor y llama la atención
poderosamente.
Ese mirar dice tantas cosas. No son necesarias las
palabras, no es preciso, tampoco, el silencio. La luna y las
estrellas son testigos del suceso, del acontecimiento de
dos mundos que se encuentran en su camino, de frente,
destinados definitivamente a chocar y a demolerse para,
como el fénix, de las cenizas renacer de nueva cuenta,
para morir ahora y cruzar el umbral del imposible retorno.
Sin mirar hacia atrás, sin voltear el rostro. El rostro. Espejo
del hombre.

Imagen: Cabeza en Explosión. Salvador Dalí, 1982. Pictures, p.

1000.

E
n realidad, ¿qué es la vida? ¿Qué es vivir? Me
refiero no al concepto metafísico, o al problema
existencial, sino a la experiencia misma de vivir,
al acto, a la experiencia de la acción de vivir. No se trata
tampoco del problema biológico. Quiero hablar del vivir en
el sentido real: experimentar la vida humana en cada
momento, en cada segundo; es sobre el sentirse vivo, la
sensación de la vida misma.
Es este vivir desde un respiro, hasta una unión sexual
que trascienda la persona amada. Es este vivir el aroma
de una flor, hasta el éxtasis de una oración más allá de las
palabras o de la contemplación... Del decir “mamá” hasta
-11- -12-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
el exclamar con voz en cuello “¡Señor mío,
Dios mío!”. Del levantarse con el sol y la
bruma matutina, con el rocío, del caer de
rodillas ante la grandeza del Ser...
Ahora saboreo un café y paladeo el humo de un
delicioso cigarrillo, todo después de haber disfrutado al
máximo la fracción del pan cristiana...
Vivir cada momento y cada segundo. Denunciar el
momento, su sensación, su realidad, su signo y su
significado. Decir lo que la palabra no puede explicar más
que con razonamientos negativos, silogismos vanos,
artificios equivocados, metáforas escondidas... Vivir...
¿Qué es vivir?, me sigo preguntando... Será que nos
ocultamos... Que me oculto en el “no sucede nada”. Ser
yo mismo, lo que ahora soy y que no quiero ser; lo que
quiero ser y no soy, lo que no puedo ser, lo que no seré
jamás porque no me es lícito ser... Jamás.
El jamás que nunca debería pronunciarse porque
hacerlo significaría recurrir a la nada, porque decir jamás
es negar lo que es y que no puede dejar de ser por un
momento. La vida misma que es sólo el reflejo de la
eternidad, de lo perpetuo, de lo que nunca dejará de ser
porque lo es... Ser yo, ser lo que soy ahora y lo que he de
ser mañana y siempre.
Vivir es la continuación, la extensión de mí mismo, de
lo que soy. Es dejar el prejuicio de vivir, hacer a un lado el
miedo de ser yo mismo. El miedo mismo de lo que vivir
importa. Saber ser vida. ¡Solo Uno es la Vida...!
Imagen: Sin Título (Pintura Estereoscópica). Salvador Dalí,
1972. Pictures, P. 853.
-13-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
Cómo…
A
quién le puedo contar, a quién le
puedo decir: lo que siento, lo que
soy, lo que espero, lo que deseo. Es
una realidad el que estoy partido a la mitad.
Tengo una fe, y yo pensé era firme. Pero también tengo
necesidades difíciles de conciliar con esa fe. Nuevamente,
por un lado he sido educado y he aceptado, y he vivido,
ciertos valores, ciertas enseñanzas, cierta doctrina de la
que, de cierto, he sentido y razonado como real y
verdadera, en absoluto. Pero también he tenido ciertas
experiencias en la vida que han trastornado mi ser y mi
pensar, así como mi actuar.
Cómo conciliar todo eso. Cómo aprender a vivir con
ello, muchas veces quedándome callado, ocultándolo las
más de las veces; aparentando ser lo que yo sé que no
soy. No sólo de pan vive el hombre, dice el Evangelio. Y
eso es cierto. He sido amado. Pero también he sido
agredido.
Imagen: Reloj Suave al momento de la primera explosión.
Salvador Dalí, 1954. Pictures, p. 654.
-14-
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Arte y Vida… Treinta y Cinco,

H Dos Mil Ocho…

e descubierto que muchas veces vivo

H
a través del drama y la literatura. Es
decir, mucho de lo que sé, soy y hago tiene que ace un par de días encontré una
ver con estas artes. Me atrevería a decir que soy el reflexión manuscrita fechada el 14 de
resultado de tantas y tantas historias que he visto en enero de 2008, con motivo de mi
teatro, películas, series televisivas y lecturas personales. cumpleaños. Enseguida la
Quizá por esto es que me encanta ver televisión, ir al transcribo.
cine, al teatro –ambos no mucho, pues sale caro asistir a Año dos mil ocho. Hace catorce días que comenzó; es
tales lugares de esparcimiento y distracción-, leer – decir, veinte mil ciento
muchas veces de prestado-, escribir –cosa que no hago setenta y cuatro minutos han
muy bien-, oír música –y cantarla a veces, un tanto transcurrido de los
desentonado casi siempre- y actuar –cosa que tampoco quinientos veintisiete mil
hago muy bien-. Porque encuentro en estas artes la cuarenta que tiene un año
posibilidad de vivir lo que en la realidad no me atrevería a bisiesto como el presente.
vivir o a expresar como convicción personal. Quizá Pero estos números que he
también, y gracias a todo escrito significan sólo una
esto, es que no me he medida de tiempo:
vuelto loco, no he perdido convencional como muchas
aún la razón, al menos no cosas son alrededor del
del todo, con la crudeza y mundo. Estos cálculos me
brutalidad de la época que fueron sugeridos al escuchar
me ha tocado vivir. ¡Y eso una canción titulada
que vivo en una de las “Seasons of Love” del
naciones y sociedades más musical ‘Rent’. ¿Cómo medir
pacíficas y probablemente lo que se ha vivido en un
más estables –ciertamente año? –se preguntan los
no me refiero a lo personajes de esta obra. Yo
económico- del mundo! me pregunto hoy: ¿Cómo
Ya lo he escrito antes: medir lo que he vivido, no en
soy hijo de la época que me uno, sino en treinta y cinco
ha tocado vivir y, también años?
ya lo he mencionado antes, Hoy los cumplo. Treinta y
hago propio el sentir de G. cinco años dicen de
K. Chesterton: “Somos cuatrocientos veinte meses,
jóvenes, amigo mío, en un mundo viejo”. lo que equivale a doce mil setecientos ochenta y tres días,
los que suman dieciocho millones cuatrocientos siete mil
Imagen: Autorretrato Cubista con “La Publicitat”. Salvador quinientos veinte minutos de vida o un mil ciento cuatro
Dalí, 1923. Pictures, p. 113. millones cuatrocientos cincuenta y un mil doscientos
segundos respirando sobre la faz de este planeta llamado
Tierra; y esto sin contar los nueve meses que
aproximadamente pasé en el vientre materno desde que
fui concebido. En resumen, sólo una forma de medir el
-15- -16-
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tiempo, mi tiempo. significativos en mi vida. Desde mi primera

“Seasons of Love” propone otras formas: sensación de aire en mis pulmones, hasta
kilómetros recorridos, sueños soñados, esta última bocanada de aire sabor tabaco;
pulgadas medidas, trazas de café bebidas, desde la primera luz –quizá una blanca de
cigarrillos fumados, libros leídos… y cuestiona ¿qué tal quirófano- a esta luz mortecina de una fría
con el medir con el amor? Esto es muy real. Hace algunos tarde de invierno, como aquella del ’73.
años tuve una charla semejante con mi amigo Alex O., He vivido y soy. Y van treinta y cinco años. ¿Cuántos
tras reencontrarlos después de no vernos en casi tres más me concederá el Creador de todo cuanto existe?
años –él estudiando su doctorado en España, yo Treinta y cinco años. Doce mil setecientos ochenta y tres
estudiando en el Seminario-; en tiempo dos o tres años días. Dieciocho millones cuatrocientos siete mil quinientos
desde nuestro último encuentro pero, por los sucesos que veinte minutos. Un mil ciento cuatro millones
ambos habíamos vivido cuatrocientos cincuenta y un mil doscientos segundos.
durante ese lapso de tiempo, Muchos litros de café bebidos, y tantos de tinta derramada
parecía que hacía muchísimo en miles de hojas. Muchos cigarrillos fumados en once
tiempo que no nos veíamos años y, por lo menos, cuatrocientos veinte libros leídos,
para charlar. En esa ocasión, sin contar los académicos… y no cuento tampoco ni mis
tras sesudas reflexiones triunfos, que son pocos, ni mis fracasos, que son
sobre la medida del tiempo, muchos; ni mis oraciones, ni por pena, mis tantos
nos preguntamos, ya no en pecados.
términos de días, meses o
años, sino: “¿Hace cuántos
Imagen: La Persistencia de la Memoria. Salvador Dalí, 1931.
acontecimientos que no nos Pictures, p. 261.
vemos?”. Vaya, hacía
mucho, mucho tiempo…
Cierta vez intenté escribir un
poema que titulé “Treinta y
Tres” porque justo había
cumplido esa misteriosa
edad, y una vez terminada,
noté que cada estrofa crecía
según el año que versaba.
Hoy, al acercarme al umbral
de los treinta y cinco
descubro que he vivido
tantos sucesos como
minutos o segundos han
transcurrido: cada instante, cada aroma, cada textura,
cada olor, cada color, cada sabor, cada conocimiento,
cada sueño, cada enojo, cada alegría…
Quizá no he logrado profesional o vocacionalmente lo
que otros a mi edad, pero puedo decir a mi favor, y con
cierta satisfacción, que me doy cuenta que, en efecto, he
vivido un mil ciento cuatro millones cuatrocientos
cincuenta y un mil doscientos segundos en sucesos
-17- -18-
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Vocación y Alpinismo con un poco de realismo- encontrarse más

cerca de Dios: en la cima “que engendró el
anhelo de romper las nubes y tocar el
cielo”.
El alpinismo tiene mucho qué ver con la
vocación. Esto de subir montañas,
arremeter con esfuerzo contra una pendiente, contra tierra
ligera y roca dura, bajo el rayo del sol, o contra el frío
inclemente, contra el duro hielo, sirve para meditar en lo
que significa la vocación. La cima es el ideal al que hay
que llegar, y para eso es preciso emprender un difícil
camino hacia arriba, con lo que todo eso implica. Llevar
un ritmo, respirar adecuadamente, equilibrar la carga,
vencer el cansancio, descansar poco y sólo lo necesario…
ver la cima lejana, aunque por efecto óptico cercana, y
pensar: “sólo son cinco minutos más, ¿qué me cuesta?”;
y sobre todo, no mirar atrás para no añorar el valle dejado
abajo.
Para que al llegar a la cima… ¡qué gozo! Mirar de cerca
al que te ama y al que amas: “Tú reinarás, éste es el grito,
que ardiente exhala nuestra fe…”; luego tomar un trago de
anís, para entrar en calor, un chocolate para acompañar el
cansancio… y luego, sumirse en la oración… un rato, o
sólo unos instantes, antes de emprender el regreso: dos

M
horas de viaje hacia arriba, unos minutos en la cima, una
ientras estaba en casa de formación de los hora de regreso… ¡sólo unos minutos en la cima!...Y
Hermanos de las Escuelas Cristianas, y yo tendría pensar ahora en la siguiente cumbre a vencer…
unos catorce años, cercanos ya a los quince, incluyendo tu propia naturaleza… Vocación, el camino
comencé a practicar alpinismo y excursionismo – para llegar a Dios, que te llama y te espera con paciencia,
actividades ya olvidadas hace tiempo por mí, que escribo mientras tú subes, mientras él te contempla y con su sola
unos veinte años después-, y la experiencia, que al mirada ayuda a tu esfuerzo… vocación y cima: ¡Tan
principio fue detestable, como todo lo que tenía que ver Parecidos!
con hacer deporte y ejercicio, resultó con la práctica
bastante agradable y enriquecedora.
Imagen: Figura en la Forma de una Nube. Salvador Dalí,
“Cuesta arriba, siempre cuesta arriba, siempre la 1960. Pictures, p. 746.
pendiente, con las uñas, con los dientes, aferrado por
llegar…”, recuerdo como entre sueños estos versos de
una vieja y desconocida canción, que relata lo que
significa medirse con una montaña o un volcán, siempre
rumbo a la cima, donde sé, que en lo alto, he de
encontrarme con algo que vale la pena el esfuerzo. Para
algunos sólo se trata de vencerse y vencer la naturaleza y,
al final, gozar con un precioso paisaje. Para mí, como para
otros, la oportunidad de –metafóricamente hablando, y
-19- -20-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
Seminario y Vida…
H
e llegado al espacio donde, por
así decirlo, se detiene el tiempo, donde, como
suelen decir, las cosas simplemente pasan y,
algunas, quedan en la memoria cuando otras, las
más, se pierden en el inconsciente de cuantos
habitamos en este lugar…El Seminario, este lugar
donde vivimos tantos jóvenes y no tan jóvenes con
aspiraciones al sacerdocio ministerial, es ese
espacio. Todos provenimos de distintos rincones de
la diócesis. Provenimos de muy diversos orígenes
sociales, culturales, aunque con una constante: la fe.
Pero aún ésta es muy diversa, no en su contenido, sí
en su expresión. Para mucha gente, allá afuera, sólo
atravesando los muros de esta casa, somos gente
extraña, gente que tiene un toque especial, un don,
una estrella que nos hace predilectos a los ojos de
Dios, nos tienen, muchos de los de afuera, por
prácticamente santos… y nada más lejano a la
realidad que cada uno experimenta en sí mismo y en
el conocimiento que va teniendo de los otros, los de
aquí dentro.
No se trata de hacer un relato vocacional ni nada
-21-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
por el estilo. Se trata de poner sobre la
mesa lo que nos hace ser lo que
somos: Seminaristas. Hombres
tomados de entre los hombres, con
todas las características que ser
hombres comportan. Con nuestras virtudes y dones,
pero también con nuestros vicios y pecados. No es
tampoco un afán de acusar, sino de mostrar una
realidad difícilmente conocida por quien afuera vive y
por quien, creyéndola conocer, equivoca al rumorear
lo que no es, ni ha sido jamás.
Somos gente tocada por Dios, como cualquier
otro miembro fiel a nuestra fe. Lo único que nos
diferencia es que cada uno de los que aquí vivimos,
seminaristas y curas, hemos tenido la valentía de
escuchar lo que Dios quiere de nosotros, con el
peligro de equivocarnos, con el peligro de
encontrarnos verdaderamente llamados y con la
gracia de verdaderamente intentar lo que Él quiere
que logremos: la santidad en el servicio ministerial
consagrando totalmente nuestras personas,
renunciando a muchas cosas que, para los de fuera,
serían una locura renunciar.
Y vaya que esta renuncia cuesta la vida. Vaya que
esta renuncia nos hace, a cualquiera de nosotros,
aunque no lo aparentemos, sudar sangre y llorar
muchas lágrimas… así como nos proporciona
también grandes alegrías y riquezas que, al
descubrirlas y gozarlas, sabemos que no son para
nosotros solos, sino para compartir con los de fuera,
porque esa ha de ser nuestra misión irrevocable e
insustituible, por poco que se nos comprenda y
mucho que se nos juzgue y exija…
Imagen: La Última Cena. Salvador Dalí, 1955. Pictures, p. 667.
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Disertación sobre los disfraz tiene que ser consistente y muy

convincente. Hay que jugar a ser actores,

Secretos… utilizar todas las herramientas histriónicas

para mantener “eso” perfectamente oculto.
“Quería tan sólo intentar vivir lo que tendía a Pero también hay que ser camaleónico, es
brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de decir, adaptarnos a cada una de las

T
serme tan difícil?” Herman Hesse, “Demian”. situaciones que se nos presenten. En la oficina ser uno,
odos tenemos un otro distinto en el colegio; dar una cara diferente en la
sucio secreto qué universidad, saber comportarse en la parroquia; intentar
esconder. De una u ser el mismo, el de siempre en casa. Pero siempre alerta
otra forma, todos tenemos para que lo que no queremos que salga a flote se
en nuestro pasado y en descubra; al menos no con facilidad.
nuestro presente algún Sin embargo, también necesitamos una fuga, un
hecho, alguna manía, escape, una válvula que permita sacar toda la presión, la
alguna costumbre que tensión originada por la presión personal y social ante el
necesitamos mantener secreto. Necesitamos que alguien juegue con nosotros el
fuera de la vista de los mismo juego, que sea nuestro confidente: el diario no
demás. No siempre se trata puede serlo, puesto que no comparte jamás dicho
de algo que pudiera acabar secreto. Si no encontramos este escape, la soledad que
con nuestra vida, o con sobreviene se vuelve contra nosotros convirtiéndonos en
nuestra buena fama. Pero seres especialmente extraños a los ojos de los demás.
siempre es algo que puede
avergonzarnos delante del
Imagen: Oposición. Salvador Dalí, 1952. Pictures, p. 639.
mundo. Hay secretos de
ciertos sucesos en la
historia personal, pasados y
actuales, que más valiera
jamás se conozcan.
Todos tenemos un secreto así qué poner fuera de las
miradas curiosas. Hay acciones perturbadoras, hay
emociones extrañas, sentimientos arcanos que ocultamos
en el fondo del clóset. Y conviene dejarlos ahí, para acudir
a ellos cuando los necesitamos, o para ocultarlos
definitivamente incluso de nuestra propia mirada.
Desgraciadamente no es posible deshacerse de ellos. Los
secretos.
Es entonces cuando buscamos todas las formas
posibles para esconder ese especialmente perturbador
secreto. Generalmente nos ocultamos detrás de
máscaras, jugamos charadas con los demás, usamos un
disfraz.
Entonces las noches se vuelven más largas,
especialmente cuando “el secreto” está ahí presente en la
conciencia, cuando está presente en nuestro diario. El
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Ser. Siendo… Soy altura, el vértigo, la cercanía con el

espacio.

S
“Una pregunta: ¿Vives?, ¿Amas?” Mirando a lo lejos: más allá del horizonte.
entir el viento en el rostro. Ese sentimiento de Contemplando atentamente el espacio en
libertad que pocas veces llega a uno con tal ímpetu, que se pisa: siente el aire, la brisa, el sol, el
como ninguno, que te hace cometer cierto tipo de calor… siente tu presencia y la presencia ahí
locuras, sin medir las consecuencias de tus actos. No sé. escondida. El trigo lo sabe, y tu cuerpo también. Tú lo
Trepar por las escalerillas de bomberos de un edificio, o quieres, él también lo desea. Sigue con tu vista ese
subir un árbol, aunque ya no estás en edad de esos espacio dorado. Encontrarás seguramente cosas nuevas
juegos, hacer el amor en el campo, al aire libre… cada vez que pongas atención. Escucha el viento y su
Simplemente sentirte joven y devolverle a la vida una rozar las espigas: siempre cuentan historias añejas y
amable sonrisa de agradecimiento, aunque a la vez de arcanas para los oídos inexpertos. ¿Logras escucharlas y
nostalgia. Es un sentimiento extraño que no se puede entenderlas? Quizá con un poco de práctica puedas
definir ni encerrar en definiciones con palabras que, como lograrlo.
siempre, no dicen realmente lo que cruza por la mente Es el reto. La emoción, la pasión, el entusiasmo de
justo en ese instante. saberse ser siendo… Soy.
Es un sentir el viento, el aire a velocidad, el sol en el
rostro, una caricia de la naturaleza en las mejillas, un oír Imagen: Después del “Niño en cuclillas” de Miguel Ángel.
‘te quiero’. Vuelvo a las imágenes del pasado para Salvador Dalí, 1982. Pictures, p. 1002.
describir con un poco de más exactitud el sentimiento
presente. Un sentir al otro, inconfundiblemente parte de ti
mismo. Ya lo dijo algún poeta: “Nada hay aquí… ¡la
tumba está vacía!”.
Es un sentir vida. Estar
vivo, respirar, ver con
toda la atención lo que
nos rodea, gustar con
toda intensidad los
sabores y los aromas
que hay alrededor,
tocar las superficies,
encontrarse con lo
suave y lo áspero de
las cosas. Jugar con la
imaginación,
encontrarse con la
memoria, saberse de
pie, con los brazos
abiertos, como
queriendo abrazar de
un solo instante todo lo
que se pueda abrazar
ahí, ante el espacio
infinito, sintiendo la
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Mar y Uno… marcan, como la batuta marca el ritmo y el

‘tempo’ a la orquesta.
“¿No pueden ver lo que yo soy? ¿No puedo Pero luego algo sucede en ti. Ya estás

¿H
hablar de mi amor sin avergonzarme, acaso?”
as intentado ser parte del mar? Yo una vez, y
estuve a punto de morir ahogado. Sin embargo
me sentó excelente.
La sensación es curiosamente maravillosa –me refiero
dentro del mar. Él te atrapa, te hipnotiza,
quieres seguir más adentro, ir más allá de lo
prudentemente permitido, de los límites que
el humano mismo se impone. Descubres en ti el firme
deseo de ser espuma de mar, de ser ola, de ser sal, de
ser una pequeña molécula de dos oxígenos más un
hidrógeno, o de ser arena totalmente mojada, suelo,
fondo arenoso que es frontera de lo líquido y donde
empieza lo sólido antes de volver a ser líquido y
candente.
El mar te atrapa y te exige ser uno con él, y para él
solamente… justo como dos cuerpos que se encuentran
en la inmensidad del amor…

Imagen: Paisaje. Salvador Dalí, 1920. Pictures, p. 44.

a la de ser parte del mar-, ese sentir bajo las plantas de tus
pies la fresca arena de la playa, el mirar cómo tus huellas
primero quedan marcadas en esa arena mojada para
desaparecer poco después sin dejar rastro de tu paso. El
intentar huir de la ola que ataca para no dejarte mojar,
hasta que el mar te vence y no puedes evitarlo más. El
agua fríamente deliciosa. Ésa que te invita a zambullirte, a
que tu cuerpo la pruebe por entero. Te metes poco a
poco, te va cubriendo conforme avanzas sobre la suave
pendiente mar adentro. Una ola, luego otra; la resaca te
invita a meterte cada vez más. Luego tus pies dejan de
pisar el fondo, comienzas a flotar. Llegan más olas
furiosas de no haberte podido tirar sus antecesoras, ellas
intentan cubrirte por completo, tú las evades dejando que
tu cuerpo se eleve con la cadencia que ellas mismas

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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
Libertad y pasado
¿Q
uién eres?, ¿qué eres?... Hay momentos y
hay ideas en las que y con las que nada
pasa, no esperan, no hay sucesos que
indiquen senderos que haya que seguir, ni senderos
que haya que descubrir. Las preguntas existenciales
nunca han sido mi fuerte, muchas veces me he
detenido en ellas y poco fruto he obtenido tras las
ineptas respuestas. Incongruencia, incoherencia,
fastidio y frustración están ahí, presentes, listas para
detener cualquier proceso de auto juicio.
Definitivamente soy el peor juez designado para mí
mismo.
Sin embargo, reconozco que estos
planteamientos son totalmente necesarios e
inaplazables. Hay que detenerse y pensar, meditar
en lo que uno es y en quién se es.
Al echar un vistazo al pasado, al meditar sobre
lo que me ha traído a este momento, descubro que
hay mil sucesos, mil situaciones que han definido lo
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Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
que hoy soy. Esto es lógico y
totalmente ocioso traerlo a colación. Sin
embargo, el pasado nos condena.
A veces pienso en que la libertad es un
engaño. Porque pareciera que nuestro
hado está escrito con tinta indeleble y es imposible
cambiarlo, porque pareciera que no importa lo que
hagas y te esfuerces por enmendar los errores de
ayer, o por lograr aciertos hoy, lo que has de ser lo
serás irremediablemente.
Sin embargo, siempre afirmo la libertad como
algo totalmente real. Y es que ella consiste en el
asumir totalmente las consecuencias de nuestros
actos. Efectivamente, un error puede marcar y definir
indefectiblemente tu futuro. Hay errores que
aparentemente no afectan absolutamente en nada lo
que ha de seguir adelante; el peligro radica en que
esos errores “mínimos” se olvidan fácilmente y
quedan ocultos ante cualquier análisis del pasado.
Cuando se descubren como causa eficiente de lo
que se es hoy y se tiene, resulta demasiado tarde
para enmendarlos y suprimir así las consecuencias
lamentables. Pero también –y éstos son aún más
peligrosos que aquéllos- están esos errores
inefables, conscientes, claros, que son cometidos y
que sabemos que afectan totalmente el porvenir.
Sabemos que ellos tienen que ser reparados, pero
también sabemos que, hagamos lo que hagamos,
han sido cometidos y nada ha de borrarlos.
Entonces se hace presente la desesperanza y
descubrimos el desamor que hemos provocado.
¿Cuál o cuáles son los hechos de mi vida que
han definido mi hoy? Llorar en la infancia, sentir en la
adolescencia, consentir en la juventud.
Imagen: La Ascensión de Cristo. Salvador Dalí, 1958. Pictures, p.
718.
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
Identidad
“Un poco de ti, para sobrevivir, este
Y
mundo recuerda tu presencia…”
un día lo supe. Y ese saberlo tiene historia. Es
como un sueño. Lleno de confusiones y pocas
certezas. Pero esas pocas certezas definen el
verdadero sentimiento. Si tengo que ser honesto, primero
debo intentarlo, la sinceridad, conmigo mismo. ¿Cómo
empezó todo, dónde comienza esta parte de mí mismo,
de mi propia historia?
Siempre me supe diferente. Al principio era una
pregunta constante una incertidumbre, simplemente había
señales poco claras, muy confusas: no entendía el
proceder de los demás hacia mí, ni mi propio proceder
hacia los demás. Se trataba de un mundo extraño, donde
la realidad no concuerda en los demás como en mí
mismo. Es decir, por un lado se me enseñaba que las
cosas eran de cierta forma, determinada por la historia,
por las costumbres, por las reglas y por las leyes: diez
divinas, algunas naturales, otras humanas. Pero el camino
y el proceder estaban perfectamente señalados, claros y
concisos. Sólo había que seguir lo que otros ya habían
-31-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
explorado. Lo habían explorado y habían
impuesto a las generaciones futuras un
camino que a su experiencia había
funcionado. Las cosas son así y es ahí
donde tienes que encajar. Si no encajas,
algo anda mal, hay que corregirlo y hacer
que encajes en ello. No importa lo que sientas, no importa
lo que piensas, no importa lo que quieras, simplemente
ahí está el camino. No se vale cuestionarlo. ¡Simplemente
hazlo!
Y en verdad, no encajaba. Al principio no comprendía
si era yo o si eran los demás. Luego fue más claro. O así
me lo hicieron ver, o así lo entendí yo en mi corto
entendimiento. Yo no encajaba y el único culpable era yo.
Lo que no tenía claro –de hecho, aún no lo tengo claro-
era el qué y el porqué no encajaba. Ahora lo veo: era
diferente. ¡Y tenía derecho de serlo! Sólo que así no
estaba marcado.
Creo que siempre he pensado de más. Siempre he
pensado caminos diferentes. Para mí no todo tenía que
ser como indicaba el mapa. Tendría que haber otros
caminos. A lo mejor no tan directos, pero sí más bellos:
no es igual la carretera recta, sin curvas, la carretera que
cruza el valle, que la carretera que tiene que cruzar por las
montañas. En la primera basta seguir de frente. Se sabe
qué hay delante, puesto que se ve claramente: el
horizonte. En la de la montaña cada curva es una
sorpresa, es un secreto que tiene que ser develado, en
ella el horizonte se alcanza cada segundo y se descubre
uno nuevo, una promesa más que se tiene que descubrir.
Prefiero estos caminos a los simples y directos, aunque
sean más rápidos y más fáciles.
Siempre fui diferente y lo sigo siendo. La diferencia es
que antes no lo aceptaba así y me hacía un ser dual.
Ahora trato de integrarlo a mí, ser yo para dejar de ser dos
o tres, sino uno: el que realmente soy. Mi vida se convirtió
en un desastre cuando intenté ser dos, aún cuando sabía
que sólo podía ser yo…
Imagen: Los Tres Gloriosos Enigmas de Gala (Segunda
Versión). Salvador Dalí, 1982. Pictures, p. 989.
-32-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Soledad y Recuerdo ¿Dónde está «Musa»?

“Aquí estoy solo una vez más, sin un amigo “La fecha y el papel, cuatro palabras que quieren

E T
y en secreto…” correr… para decirte cosas que callé…”
n realidad, esto de la soledad puede ser una aventu- odas las noches, ante la
ra. Una aventura que depara muchas sorpresas, co- computadora, me está pasando lo
mo la sorpresa de disfrutar el sol, por ejemplo. No mismo. Llego con muchas ideas,
resulta precisamente una delicia después de cierto tiempo muchas imágenes, con la terrible necesidad de vaciar mi
–me refiero a la soledad, no al sol-, no siempre se apetece “diario” en las páginas blancas del procesador de textos.
un día entero sin alguien a tu lado. Te encuentras contigo Prendo la máquina mientras el café está listo. Me
mismo y muchos de tus demonios vuelven a salir a flote dispongo con toda tranquilidad a teclear todo aquello que
recordándote que sólo eres un simple ser humano perdi- me traigo en mí… y nada. Todo queda en blanco ante la
do en el tiempo y en el espacio, un grano de arena entre pantalla. Todo se ha desvanecido, pero la necesidad no
los millones que hay en un desierto. Recuerdas que el uni- se va. Permanezco frente al ordenador en espera de que
verso es infinito y que tú tienes un momento muy peque- todo fluya. Pero las cosas se quedan en el interior,
ño de vida. Reconoces tu finitud, tus límites, tu principio y negándose a salir a flote, resistiéndose a dejarse compartir
tu fin. No hay en realidad nada que pueda definirte sino y vaciar en una hoja electrónica.
sólo el concepto de que eres un ser humano entre tantos
Intento con un papel y una pluma, al modo
otros, a la vez igual que los otros, pero con características
tradicional, y sucede exactamente lo mismo. Nada pasa, y
tan distintas que te hacen único; pero único entre tantos
sin embargo, todo permanece ahí, sin querer fluir, pero
granos de trigo, que al final sirven para alimentar a los
llenando el contenedor de forma bastante peligrosa,
cuervos.
atiborrándolo de emociones, afectos, pasiones, intereses,
memorias, sensaciones, percepciones, encuentros,
desencuentros, fijaciones, obsesiones, objeciones,
Imagen: Cabeza Ins-
conceptos, ideas, planteamientos, correcciones,
pirada por Miguel
imaginaciones, sueños, fantasías y versos, juicios,
Ángel. Salvador Dalí,
1983. Pictures, p.
1022.

-33- -34-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

perjuicios y prejuicios... Todo contenido en

un simple recipiente que tiende a llenarse y Humanidad sin
que, de un momento a otro, más pronto o
más tarde, ha de explotar por no poder Fundamento
mantener escondido aquello que ahora se niega a salir y “Si la voluntad no quiere
que no permite mantener la puerta abierta, ni siquiera una aceptar algo, la mente
ventana, o un resquicio donde ir liberando, aunque sea

T
encuentra siempre razones para no
poco a poco, toda esa energía, todos aquellos resultados creer.”
de sinapsis químicas y eléctricas, que provocan remolinos engo que poner en orden mis
de invención y de inspiración aún no saciada, aún no pensamientos. Me duele la cabeza
resuelta. Al parecer los viejos tienen razón: el mundo es y tengo nauseas. Por un lado está
real y nada más puede ser agregado a esa realidad, ni la enorme cantidad de trabajo no
siquiera un par de sueños. realizado y que urge; por otro la
necesidad imperiosa de escribir, de vaciar
mis sentimientos, mis ideas, mis sueños.
Imagen: Figura de Roca después de la Cabeza de Cristo Es imperativo que concluya el trabajo
en la “Piedad” de Palestrina por Miguel Ángel. 1982. Pictures, p. pendiente, pero en estos momentos no
1005. logro concentrarme lo suficiente como
para poder proseguir con ello.
Las ideas se revuelven en mi cabeza y
me tienen en un estado de confusión
total. En realidad, el material que tengo
delante de mí lo siento, en su
fundamento, vacuo. En sí, las temáticas
propuestas por el nuevo programa escolar
de “Formación Cívica y Ética” son
bastante interesantes y muestran un
panorama prometedor que implica tratar
dichos temas con la seriedad que
reclaman y con el profesionalismo
necesario para no provocar confusión y
desasosiego. Pero, insisto, su
fundamento es pobre. En un intento de
humanizar al hombre se le desnuda a tal
punto que se pierde toda razón
fundamental de su propia existencia.
Creo, afirmo, que no es posible
desenraizar la naturaleza humana de su
propio principio y fin. Si separamos al
hombre de su propio principio y fin
dejamos un hombre que no encuentra
sentido a su vida, ni a las formas de vida
con las que se encuentra por la simple y
sencilla razón de que, en un afán de

-35- -36-
 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
separarlo de dicho principio y de dicho fin, se
le deja solo e indefenso consigo mismo y
contra sí mismo, además de contra el resto
de la humanidad.
Me refiero propiamente al
principio y fin llamado Dios.
Se coloca al hombre como
medida del propio hombre.
El resultado es un ciego
que guía a otros ciegos. Es
decir, ¿cómo lo imperfecto
pretende medir lo
imperfecto y dictar caminos
de perfección? Nada surge
de la nada, la Potencia no
puede generar el Acto, de
la imperfección jamás
resultará la perfección,
aunque se le mienta a la
imperfección de tener esa
capacidad. El hombre no
puede ser su propia
medida. Al intentarlo el
resultado es pobre y sin
sentido. ¿De dónde manan
todas esas leyes, normas y
valores con las que se
pretenden que el hombre
sea realmente hombre?
Ciertamente no del mismo
hombre. Tenemos que
reconocer que el hombre
no hace al hombre, aunque
el hombre crece con el
hombre. El sinsentido de la
vida humana empieza aquí,
cuando se le separa de su
origen, de su naturaleza y
de su propia esencia.
Quiero enfatizarlo. Dios.
El hombre es capaz de
Dios. Su principio, su origen
y su fin están enteramente
ligados a Él, pues de Él
-37-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
procede y a Él tiende. El hombre no es
dueño del Ser, sino que participa de Él
porque Él así lo ha decidido en su infinita
sabiduría. El hombre no es dueño del Ser
porque el ser le ha sido dado y, por lo tanto,
él no puede darlo, ni compartirlo siquiera.
Hay una fuerza mayor que rige todo el cosmos, humano y
extrahumano. Hay quien, en un afán de engrandecer al
hombre mismo, se atreve, o bien a negar dicho
presupuesto, o a hacerlo a un lado como cosa que
estorba. Ese alguien, que se atreve a tanto,
definitivamente ha tomado el camino errado,
principalmente porque no ha querido tener ese encuentro
personal con quien le ha dado el Ser por temor al
compromiso y a la entrega que el Ser reclama para sí y
para el resto de la humanidad y para el resto de lo que Él
ha hecho y engendrado. La libertad no consiste, como
piensan algunos, en no tener compromisos que lo
“encadenen” a uno; la libertad consiste, justamente, en
saber tenerlos, en saberse comprometer, encadenar por
amor…
Hombres ciegos que pretenden entender su propia
esencia como algo separado de su origen. Esos hombres
no tienen ni la menor noción de lo que ser humano
implica y significa. Dicen estar de acuerdo al progreso,
libres de “mitos” y creencias añejas y arcanas. Cuán
equivocados están de pensar que ellos mismos son los
creadores de ellos mismos y su entorno. Cuántas
palabras vacías han vertido en precioso papel para
perjuicio propio y de cuantos les rodean. Ciegos que
guían ciegos.
Imagen: Colección sobre el Infierno, No. 9. Salvador
Dalí. Pictures, p. 1074.
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

El péndulo de la vida El Camino inicia

E
sto es así, un ir y venir de memorias y
recuerdos, unos gratos, otros nefastos, unos
culposos, otros liberadores, pero siempre es estar
en este péndulo de la vida, en el que se está en uno y
otro extremo dándose impulso para el movimiento que
sigue, y así, con el peligro de convertirlo en algo que por
la inercia no consiga nunca detenerse, o detenerse
demasiado tarde, cuando el daño a sí mismo está hecho.
Este vivir en el péndulo resulta hartamente peligroso,
se corre el riesgo
de perder la propia
identidad e incluso
la propia
personalidad,
cambiarla por otra
máscara, por otro
cuarto, por otra
forma de vida, y
no la que se ha
buscado hasta el
momento. Vivir
este péndulo
significa hacerlo
siempre con temor

A
de que las cosas
no salgan bien, o ún queda mucho qué recorrer. El camino siempre
con el temor de va por delante, distante y cercano, no siempre bien
hallarse pavimentado y marcado. Y sigue a lo desconocido,
descubierto como aunque ahí al frente, sé que está el lar de antaño, el que
lo que no se quiere no guardé en el equipaje.
que se descubra.
Es jugar las charadas, vestir máscaras que ocultan el Todo camino representa la vida. Siempre está
verdadero ser interior. Desconozco dónde nació todo adelante. Uno nace, al comenzar el camino, y sigue,
esto, pero en ese momento me supo amargo, un veneno muchas veces sin mirar atrás; otras, sí miramos, y lo que
que no quería consumir y que, sin embargo, tenía que vemos parece desdibujarse de nuestra vista y
hacerlo. desaparecer atrás, a lo lejos del camino que se ha ido ya,
que se ha perdido entre las imágenes de un recuerdo
borroso, nublado, sin vida, o con una vida efímera que
más valiera dejarlo ir y no hacerlo regresar nunca más…
Imagen: No Titulada (Sueños en la Playa). Salvador Dalí, 1934.
Pictures, 368. Al pasar de los años las cosas se ven desde una
perspectiva diferente. Muchos hechos pasan

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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
desapercibidos en su momento y se
convierten en pesados lastres más adelante,
cuando ya han madurado lentamente, como
virus, como pequeños bichos parásitos que
se alimentan de la sangre, de la savia, de la vida de otro.
Así es ahora.
Volteo la mirada hacia atrás. Me veo como el de
siempre. Deseoso de vivir, pero impedido por un eterno
temor, por un lejano y muy oculto miedo a algo que no sé
dónde se encuentra, o dónde va. Ese miedo de siempre
me ata y me deja inútil, como siempre.
No hay nada delante. Sólo el camino que sigue y
sigue. ¿Por qué querer siempre retratar el cotidiano en
palabras que al final no dicen nada? Pero el camino sigue.
Volver al origen no siempre es grato. ¿Por qué he tenido
que hacer este viaje? Me lo sigo preguntando a cada
nuevo kilómetro, en cada curva, en cada señal de tránsito,
en cada rebase. Sin embargo el camino sigue. Sigue
delante como una promesa de encontrar un tesoro. Aquel
tesoro que enterré cuando niño en el jardín de atrás. Un
tesoro que no sé si siga en su lugar, que no sé si pueda
reconocerlo o él reconocerme… ¿Será?
Imagen: Lullus –Homenaje a Raymundus Lullus (Diseñado
para una pintura de techo). Salvador Dalí, 1975. Pictures, p. 879.
-41-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
Y el camino sigue…
Crecer…
Y
uno crece, avanzando, siguiendo el
camino, más allá de lo que alcanza-
mos a ver en el horizonte; sin embar-
go, sin llegar nunca a él. El horizonte siempre se nos anto-
ja como algo deseado, como el ideal con el que tantas
noches hemos soñado, y que también hemos dejado pa-
sar, muchas veces, sin ni siquiera mirarle el rostro, ni los
ademanes, ni los gestos, ni escuchar su lenguaje. El hori-
zonte se ve allá adelante, lejos, aunque siempre cerca;
pero nunca llegaremos a él, porque siempre estará pre-
sente delante de nosotros, al frente, sin dejarse alcanzar…
cualquiera que sea el viaje.
No todos los viajes son iguales. O al hablar de via-
jes, los hay en sentido análogo y doble en significado. Los
viajes, especialmente aquellos que son meta de un largo
viaje, llevan siempre, dentro de nuestro equipaje, una do-
sis de aventura, aunque también nostalgia.
La nostalgia frecuentemente se hace presente. Tie-
ne su propio aroma, su propia voz, su propio sabor de
antaño. Está ahí, presente, aunque escondida para salir al
paso cuando uno menos lo espera. La nostalgia es una
especie de tristeza: tristeza por lo que se ha dejado, por lo
que ha quedado atrás, perdido en el tiempo, allá en el
baúl que está en el desván del inconsciente, donde todo
cabe, donde todo puede estar sin necesidad de ser catalo-
gado… en el viejo baúl donde se guarda aquello que no
queremos que la memoria recuerde, pero que, sin embar-
go, queda en ella registrado y no se va –como el baúl en
el desván al que podemos regresar si es necesario-, no
nos deja, se queda ahí listo para herir, para lastimar y pa-
ra, muy de vez en cuando, dejar una sonrisa sobre el do-
lor frustrado…
Imagen: Cabeza, Escalera del Museo. Salvador Dalí, 1977.
Pictures, p. 894
-42-
Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

Y el camino sigue…
Madurar

Y
maduramos, siempre conforme avanzamos
apenas una veintena de kilómetros. El kilómetro es
una medida constante, es un devenir que regula lo
permanente en nosotros: ¡Vaya contradicción!, pero es
real. Y constantemente tendremos que contarlos al ir
avanzando; quizá un día lleguemos a alcanzar nuestro
horizonte: madurar significa aceptar que no lo
alcanzaremos, aunque seguimos intentándolo
eternamente, viviendo, viviendo, viviendo…
En fin. Decía que hablar de viajes es hablar en sentido
análogo. De todos ellos podemos afirmar lo mismo: un ir
y venir; pero en sentido diverso: su naturaleza, su destino:

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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

su móvil, su causa, su necesidad o su

contingencia, su grado o su perfección, su Y el camino sigue…
orden y su fin. Todo viaje tiene estas cinco
Ser Adulto

Y
características que lo hacen único, diverso;
aunque igual en fondo a otros en muchos sentidos. somos adultos, según nos vamos
Hay viajes reales, los hay imaginarios; hay viajes acercando a la meta; el camino ya no
lejanos, los hay cortos; aquellos que duran años, otros es tan sinuoso, ya no presenta tantas
que duran meses, algunos que duran días, y esos, desviaciones ni tantas encrucijadas que nos puedan
finalmente, que duran apenas un instante: fugaz el deleite distraer de avanzar, siempre adelante, por el camino
que se vive en y por ellos. Hay otros viajes, los que se apenas señalado, aunque seguro y firme, ya sin
hacen durante el sueño, o también los que se logran aún semáforos que nos detengan; ya hemos entendido que
despiertos. Hay algunos viajes raros, como en los que se
utiliza una ‘balsa de piedra’. También hay viajes en los
que se tiene que llevar una gran cantidad de equipaje,
como los que se hacen por un fin de semana; y hay otros
en los que el equipaje es poco, o nada, especialmente si
son muy largos. Hay viajes que llevan toda una vida:
como el mío, como el de este relato…
Un viaje que para muchos, incluso para mi madre y mi
padre, ha sido inútil, innecesario; yo lo he creído
absolutamente imprescindible. Lo he necesitado porque
todo mundo necesita crecer, hacer-se a sí mismo; y éste
ha sido mi modo, mi camino… mi viaje.

Imagen: Camino de los Enigmas (Segunda Versión). Salvador

Dalí, 1981. Pictures, p. 942.

hay que detenerse de vez en cuando, ya hemos

aprendido a no rebasar los límites de velocidad, ni rebasar
por la derecha, ni cuando hay línea divisoria continua: el
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horizonte sigue adelante, mostrándose cada

vez más cercano, aunque sabemos bien lo Así, un día el camino
lejos que aún está de nosotros, inalcanzable,
y por lo mismo, imperturbable; ya no nos termina…
preocupa tanto, ya sabemos que está ahí, a lo lejos,
esperando a que lo alcancemos, a pesar de que bien
sabemos no será posible, ni en los sueños, ni con
proyectos, ni con magia, ¡mucho menos con fantasía!; a
lo mejor, manteniendo ilusiones que nos soportan en la
cuerda floja por la que caminamos conforme nos
acercamos al final; el final que sigue incierto, pero que es
la única verdad que nadie se ha atrevido a negar, ni a
disertar como si fuera un universal, trascendental de la
filosofía que envuelve a la vida y la deja seguir, siempre
adelante, sobre el camino…
Tampoco me di cuenta que aquél niño de mis
memorias confusas, se hizo hombre, moría a la inocencia
y nacía a las ideas nuevas que, en veces, contaminaban
el campo cuidadosamente cultivado por el viejo maestro
del lejano y oculto bosque. Mi adolescencia pasó de largo.
Pero quizá no sea la imagen correcta.
Corrí por la vida y la viví deprisa. Bebí el buen vino,
como los dioses; disfruté también de la carne y de las
frutas, aunque también de las bebidas amargas. No me
creas tan inocente, ni tan lejano a ella, siempre he creído
disfrutar de la vida, del espacio que me rodea y de las
ciencias que llenan mi intelecto. Desde entonces disfruto
con gran placer del café, el tabaco y un buen libro. Conocí
las letras de Ende y Tolkien, Wojtyla y Saramago.

Imagen: Camino de los Enigmas (Primera Versión). Salvador

E
Dalí, 1981. Pictures, p. 956.
ntramos a la vejez –supongo-, el camino se estropea
un poco, pero no importa si se mantiene el volante
firme. Si hacemos las paradas necesarias para
revisar el motor, las refacciones de recambio, para poner
un poco de combustible y llenar los neumáticos con aire
fresco. Ya no hay ilusiones, sólo seguridades, que con la
vejez, también se hacen inciertas, aunque esto ya lo
sabemos con anterioridad. Es necesario cargar con el
bastón, con el abrigo y el sombrero; siempre con rezos en
los labios, siempre criticando al que inicia el camino, o al
que va entre los kilómetros quince y veinticinco, pues
seguido se quieren comer el mundo; el horizonte, aunque
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constantemente presente delante de

El Camino y la Meta

H
nosotros, se manifiesta nuevamente
nebuloso y, en ocasiones perdido, separado oy vuelvo a casa por el camino
de una realidad en la que ya no creemos empedrado. Puedo contemplar, aún
fácilmente, aunque sea lo último que nos queda por aquí, las torres laterales de la
delante. parroquia del Pueblo, que son campanarios
Es entonces cuando miramos hacia atrás: los que cuentan historias de ayer y de calvarios. ¿Puede ser la
recuerdos nos sostienen, nos dictan el camino, no los mía una historia más que pueda ser confiada a sus
queremos perder; sin embargo ya nos han dejado sólidos muros?
marchar: el final es más claro, próxima la meta, un Ya he cruzado el viejo portal, ya he contemplado la
horizonte lejano, pero a la vuelta de la esquina. Cabellos vieja fuente de cantera y mosaico de Talavera. Viejos
canos, surcos en la piel, paso lento, arrastrando los pies, recuerdos vuelven a oprimir mis sienes, viejos hechos,
pero viviendo y muriendo lentamente: el horizonte ya no junto con el viejo Jardinero, puedo evocar en este
queda tan lejos. instante. Ya no les tengo miedo, pues de ellos he vivido, y
Por fin morimos: no sé si cerca o ya dejado bastante ellos me han forjado. Acepto la culpa y la sentencia.
atrás el horizonte que nos cerraba el paso; ya no está y ni Me siento feliz y ya no llueve. Me veo un poco ante los
siquiera lo alcanzamos a divisar –por eso decimos que ya cristales que dan acceso al lar paterno: visto de negro y
lo hemos pasado. El camino pues, ha terminado: a veces talar, con un detalle blanco al cuello. En mis cabellos
fue obstruido, otras sencillamente ha cesado. Pero la meta escondo un par de canas, con penosa vanidad y por
ya está ahí; felicidad o fracaso, triunfo o derrota, vida ironía. Ya estoy tranquilo; hace treinta años que me
vivida o muerte mientras vivimos. La muerte. marché un día, y vuelvo a la finca, a mi origen…
La vida es como un camino; todo camino representa la
vida, porque al final, sólo queda la muerte. Imagen:
El atribulado príncipe dijo al amigo antes de morir: “el Techo
resto es silencio”; un rey que había perdido la corona por del Hall
su vejez, ciñendo nuevamente esa corona –ahora por del
última vez- con sus canas, cansadas y gastadas, concluye Castillo
una vieja historia con un: “no más vida”. de Gala
en
Pubol.
Imagen: Enigma (Versión incompleta de “Los Tres Gloriosos Salvador
Enigmas de Gala”). Salvador Dalí, 1982. Pictures, p. 997. Dalí,
1971.
Pictures,
p. 828.

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Dolor Recuerdos y temores

E ¡V
l dolor humano, aún a través del aya si es difícil
enfrentarse a lo que
tiempo, puede ser algo difícil de vencer.
más se teme! Como
Constantemente se lucha contra él, uno busca hoy –que estoy relatando el
dejarlo atrás, pero se empareja tenazmente y no se más largo de mis viajes-,
deja rebasar. El dolor humano puede llegar a colmar que pienso en lo que me
la paciencia, y puede inducirnos a buscar otra puerta espera mañana: el final de
de salida, a veces la falsa. Y cuando uno cree haber algo tan soñado, que quién
ganado la batalla, se da cuenta que la guerra sabe qué podrá suceder, si
continúa y que la estrategia ha sido mala. Jamás es se podrá lograr con éxito o
uno el mejor general de sus ejércitos. será uno más de mis
fracasos; no podría tolerar
Imagen: Colección sobre el Infierno, No. 31. Salvador Dalí. uno más. Sin embargo,
Pictures, p. 1096.
estoy al borde. Mañana
podría ser el día de mi
muerte: tal vez no de la
muerte física –esa sería un
premio, incluso un alivio-,
sino la muerte a la que
tengo más miedo: la
muerte en vida, la
desesperación, el
desprecio, la autodestrucción, la depresión más honda, de
la que, quizá esta vez, no pueda salir sin quedar
profundamente herido y lastimado. El miedo a lo que me
espera mañana.
Hay recuerdos que no queremos hacer presentes…
Borrar ciertos recuerdos puede producir hastío y
desgastar la vida al punto de dejarla escapar poco a poco.
Y la vida no perdona –lo he aprendido desde entonces-,
se cobra todos y cada uno de los errores con creces y
con saña. No deja espacio para el descanso: los
recuerdos no se borran, y nunca lo harán, sino que
permanecerán ahí, muy cerca, muy dentro de nosotros y
esperarán el momento para salir a la superficie y
recordarnos quiénes somos y de dónde venimos…
¡Nunca el hacia dónde vamos!

Imagen: Colección sobre el Purgatorio, No. 1. Salvador Dalí.

Pictures, p. 1033.

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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
Una Carta, un
mensaje…
“C
uando siento tu apoyo, cuando soportas mi
vida y mi espacio, cuando soy tuyo,
encuentro que mi vida cobra un sentido
nuevo, especial, uno que no había conocido a pesar de
mis abundantes lecturas, a pesar de la búsqueda
constante de la verdad, de mis estudios, de mis afanes.
Está aquí y te lo agradezco; estás aquí y me siento
plenamente seguro. Te tengo ahora y confieso que
dependo de ti como jamás he dependido de nadie. Sé que
cuento contigo en cada instante de mi vida, sé también
que estás aquí y que ni el viento, ni la tormenta, ni la
adversidad, harán que me separe de ti el día de mañana.
Hoy, por este momento, me sé seguro, me siento confiado
del presente y para el futuro. Te tengo y me tienes.
Formamos uno y proseguimos juntos, abrazados hasta el
alba del nuevo día que se anuncia genial, pues tú y yo
somos, y seremos eternamente…”
Imagen: “Aparición del
Rostro de Afrodita de
Cnide en un Paisaje”,
Salvador Dalí, 1981.
Pictures, p. 941.
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Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
Unidad
S
entir el contacto de su mano con la
tuya. Ahí inicia todo: con un contacto.
Casi siempre es la vista la primera en
actuar. Luego se escucha: el sonido de la
voz propia cuando se dice ‘hola’ o ‘aquí estoy’, la voz del
otro, el sonido de las respiraciones de ambos, el eco del
latir del corazón, incluso, el sonido del silencio y del
espacio que hay entre ambos.
Viene entonces el primer contacto físico. Maravilloso,
cálido, afectuoso. Primero con un poco de pudor. Un
toque de manos, una caricia en el rostro, un abrazo, un
beso… sentir su aroma, compartir el sudor de ambos, oler
el aliento, extraer su esencia. Y luego… el contacto y el
choque de los cuerpos sedientos uno del otro.
La caricia que va más allá del rostro: la que se enrolla y
juega con el cabello, la que pasa por la nuca y desciende
por la espalda hasta posarse en la cintura. Sentir su pecho
contra el tuyo, su abdomen que engarza perfectamente al
tuyo como se unen las piezas correctas de un
rompecabezas. La caricia vuelve a subir y a bajar,
lentamente, cálida, suave y vertiginosa a la vez, fuerte
pero delicada, siempre describiendo la espalda y la
cintura, sube nuevamente y descansa un poco sobre los
hombros, acariciando lo vulnerable del cuello y la nuca.
Baja nuevamente hasta la cintura, aprieta un poco, suelta
y sigue descendiendo. Sientes las manos relajarse y jugar
un poco con tus glúteos.
Tú ya has seguido, casi al par, el mismo ritual. Ambos
ahora se preparan para el gran encuentro de dos cuerpos
que se gritan y se necesitan. Son como dos imanes de
polos opuestos que con su fuerza se atraen mutuamente
y difícilmente son separados. A donde va uno va el otro.
Se presenta el juego de las bocas y de las lenguas. Se
tocan, se rechazan. Se bebe un poco el jugo de la otra. Se
hace propio, se prueba y gusta. Se quiere más.
Nuevamente se intenta el juego. Esta vez las bocas han
ganado. Se han juntado y no se dejan la una de la otra. Se
penetran mutuamente. Los jugos se comparten,
simplemente ellos son parte de ti ahora y los tuyos de él y
juntos, comienzan el juego del hacerse uno solo: ‘sarx
intra sarx’
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Por fin llega el turno a las ropas. Son la

El Juego
A
cubierta, la cáscara que hay que retirar
lentamente, con cierto disfrute, con cierto veces pienso que amar se trata de
deleite, con la fruición del que sabe lo que un juego cruel. Un juego que
les espera dentro de esa cáscara que hay que retirar. Se estamos destinados a perder, o al
va pelando poco a poco y saboreando ya el sabor de la
pulpa que encarcelan. Es el juego. Un juego que se trata
de descubrir qué hay detrás de la envoltura.
Los cuerpos están desnudos ahora. Él entra en ti y tú
en él. Ahora son uno. Las lámparas de aceite aún están
encendidas y se había iniciado la travesía. Luego, el
desborde total de sensaciones, emociones, pasiones,
sensualidad y lujuria. Al inicio de la noche éramos dos.
Para media noche, las lámparas de aceite se habían
agotado, el universo se había concentrado en una sola
sensación, el barco había logrado llegar a puerto…

Imagen: Sin Título (Primer Estudio de “Los Tres Gloriosos

Enigmas de Gala”). Salvador Dalí, 1982. Pictures, p. 995.

menos yo estoy destinado a perder, aunque no creo que

el hado tenga nada que ver en estos menesteres. Sin
embargo, es fácil dejarse arrollar por este juego que es la
vida. En este juego se tiene mucho qué perder y siempre
tiene uno que apostar todo lo que tiene: su propio ser. Y
no es fácil, para nada. Se tiene que invertir mucho tiempo
y la meta es sobrevivir. El amor desempeña un papel muy
importante en todo esto. Él es quien guía y quien da la
fuerza para seguir jugando y, si es posible, vencer. Pero
yo he perdido.
Pero cómo dejar atrás lo que se ha vivido, cómo
recuperar las pérdidas, cómo balancear lo que se tiene
con lo que se tuvo y que jamás regresará. ¡¿Cómo?!
El juego prosigue y hay que tener cuidado con el resto
de las jugadas. Es decir, las tácticas a emplear de ahora
en adelante deben ser perfectamente pensadas y
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

calculadas, sopesadas, planeadas y

Lo que no pudo ser…

M
controladas en su ejecución. Sobre todo
porque lo que se tiene en juego es tan uchas veces pienso que hubo
valioso y se sabe que se puede perder en un muchos momentos mágicos.
instante si no se tiene la debida pericia que este juego Aquellos instantes en los que
exige. No hay que vagar. No hay que perder la atención, éramos uno solo. Aquellos momentos en
ni la concentración, las habilidades del arte del buen jugar. los que siendo uno nos diferenciábamos a la perfección.
Hay que competir con el justo deportivismo que se espera Aquellos momentos en los que, siendo diferentes,
del jugador. De esto se trata la vida. De esto se trata caíamos en lo mismo por diversos caminos. Los
cuando uno ama. momentos de luz, los momentos de oscuridad, los
Creo que el tablero está listo nuevamente, las piezas ya momentos de silencio…
están acomodadas y reorganizadas. Los dados fueron Cuando se ama, uno se entrega del todo y por todo.
supervisados y no están ‘tocados’. Sólo queda esperar a Dicen que un amor así no es verdad. Hay quien se atreve
que el contrincante realice la primera jugada. Y a partir de a llamarlo una falacia, un falso sueño, una utopía. Y en
ahí no hay marcha atrás y no se puede abandonar el cierto sentido esto es real. El amor cuesta. Más cuando se
juego: ni con mucha sangre regada en la tina de baño. Se involucran en él tantos elementos, tantas constantes y
sabe que se puede llegar a perder, sin embargo, el todo tantas variables. Hay que saber usarlas todas, hay que
por el todo es imperante en el esfuerzo que se ponga para saber seguir las fórmulas sin perder ningún detalle. Al
iniciar, proseguir y llegar a terminar con un triunfo: lo amar uno tiene que cuidar cada uno de sus actos,
interesante es que este triunfo ni sea robado, ni pierda la siempre pensando en el bien del otro, pues de él depende
frescura del primer momento. el propio. Una relación así difícilmente encontrará final un
día. Al menos eso creía. No fue así, desgraciadamente.
Imagen: “Polyhedron. Jugadores de Basketball siendo Una caricia en la mano, una mirada, un gesto, un
transformados en Ángeles”, Salvador Dalí, 1972. Pictures, p. sonido o una sencilla sonrisa eran los códigos más
838. frecuentes y más claros en nuestra relación. Pero un día
llegó el frío y congeló
nuestros ánimos al
punto de hacerlos
estallar por no poder
contener más hielo. El
proceso fue
imperceptible.
Simplemente las cosas
dejaron de suceder.
Simplemente la vida,
nuestra vida, se estancó
por un instante que se
volvió eterno. ¿Dónde
nos perdimos?

Imagen: “El Barco”,

Salvador Dalí, 1934.
Pictures, p. 350.

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Soñando… Volver a Escribir

C V
reo que fue otro sueño. Estaba frente a uelvo una vez más a intentarlo, sin
un templo, sentado en una banca. A mi pluma, sin papel, sin tintero; sólo la
lado había alguien. No logré distinguir –o al menos pantalla en blanco –una plantilla de
no logro recordarlo- quién pues casi siempre su rostro lo «Word», con mi logo y mi nombre-, y el
veía oculto. Creo que no charlamos. Simplemente teclado en frente. Necesito vaciar lo que hay aquí, en mi
mirábamos al frente, viendo la gente salir de misa. Yo mente, en mi corazón: mis sentimientos, mis emociones,
miraba con atención los rostros de los que salían. Mucho mis ideas –frescas y no tan frescas, probablemente hasta
nos dicen los rostros. Los hay perplejos, aquellos que algunas caducas-, y aquellas cosas que vienen de repente
pareciera que salen pensando, cavilando la palabra oída y y que fingen ser la musa, o que en verdad lo son – ¿cómo
la Palabra dada. Los hay somnolientos, los que, saberlo? -; necesito seguir
seguramente, se desvelaron anoche y ahora quedaron adelante con mis
adormecidos por el intenso calor primaveral y profundo reflexiones, y mis tensiones
aroma a incienso, picante, pero relajante. También hay a escribir, aunque sea sólo
rostros inexpresivos, probablemente de aquellas personas por la necesidad de
que vinieron sólo con el fin de cumplir un precepto, hacerlo, de sacar, de
estuvieron, pero no presentes en el misterio sino ausentes expresar; aunque condene
en sí mismos… el sueño ha sido extraño. No oí palabra estos escritos al fólder de lo
alguna, no respiré aroma alguno, ni siquiera estaba “no publicable”, o de lo que
presente emoción alguna. Sólo ha sido un sueño como se queda “en proceso”, en
tantos otros, brumoso en su recuerdo, opaco en su espera de que algún día me
realidad, etéreo, ilusorio… un sueño. acuerde que fue escrito y lo
deje ver la luz de miradas
Imagen: “El extrañas que quizá nunca
Bañista”, entiendan lo que muestran
Salvador Dalí, o que, al entenderlo, rían a
1924. Pictures, carcajadas por la
p. 133. simplicidad y lo ingenuo de
ellas, las palabras y las
ideas, los símbolos, los
signos, las reflexiones, las
confesiones, los oráculos,
los sueños soñados y las
ficciones, las «aleph» y las
«tau», las «alpha», y las
«omega»… yo, tú, nosotros.
Conocer la amistad,
experimentarla, vivirla,
crearla y recrearla. Muchas
veces es un juego cruel. No niego que es hermoso tener
un amigo, pero también es cruel porque se trata de amar.
Amar duele. Amar da vida, motiva a vivir, a sentir, a
experimentar, a dejarse tocar, a expresar. También motiva
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls
a ser prudente, a negarse, a vaciarse, a salir
de sí mismo… amistad siempre implica vivir
mucho y morir un poco cada vez. No sé si
logro explicarme –es verdad que cuando uno
pone en palabras lo que piensa y siente, lo que siente y
piensa, no siempre logra expresar en estos símbolos lo
que realmente se pretende expresar-. La amistad, la
verdadera amistad, no se entrega a cualquiera, o al
primero que se ponga enfrente y entable una
conversación con nosotros. La amistad es para unos
cuantos, porque se llega a ella después de un complicado
proceso que, según el caso, puede tardar años, o sólo
unos meses, o sólo unos
días, o sólo unas horas,
pero el complicado proceso
exige mucho de uno
mismo. Entre otras cosas,
exige no confundir. No
confundir afectos, sobre
todo.
Ser amigo implica tener
pocos amigos. Ser amigo
implica reciprocidad. No
puedo ser amigo de quien
no es mi amigo, no puede
ser amigo quien no quiere
ser amigo del que lo
considera a uno amigo. Ser
amigo implica ya no un
«yo» ni un «tú», sino un
«nosotros», amplio y relación de conveniencia o en “sociedad de convivencia”.
bastante complejo y Esto evita que el otro deje de ser por mí o que yo deje de
complicado. Un «nosotros»
que tampoco mate ni el
«tú», ni el «yo», que los
haga crecer, pero junto con
el «nosotros»; un
«nosotros» verdadero y
pleno. Un «nosotros»
incluyente de todo lo que
hace bien, crecer,
perfeccionar, ser; un «nosotros» excluyente de todo
aquello que hace daño, que hiere, que miente, que mutila
o que degrada.
-61-
Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...
Por eso estoy convencido de que en la
amistad no debe haber, bajo ningún motivo,
confusiones de ningún tipo. Todo mal
entendido debe aclararse oportunamente,
con cuidado, con delicadeza, con elegancia.
No se trata de la diplomacia hipócrita que
dice «sí» queriendo decir «no», que dice «tal vez»,
queriendo decir «jamás». Sino de hablar con la verdad que
estima los ojos del otro, del amigo. La verdad que,
aunque duela, sea clara y dé dignidad al otro, al amigo. Y
esto es terriblemente complicado.
Amistad auto-negación implica. Auto-negación porque
uno debe, por fuerza de amar, dejar de pensar en sí
mismo, para pensar en el que se tiene enfrente y que se
sabe –y sé- amigo. Auto-negación porque muchas veces
hay que ceder –que no tolerar- ante las faltas del otro, del
amigo. Auto-negación porque, pensando en el otro, se
piensa en sí, porque la felicidad propia consiste en la
felicidad del otro. Esa es la verdadera amistad a mi juicio y
entender.
Amistad amor implica. Amor porque si no se ama no
se es amigo. No se es amigo si el amor no está de por
medio. No hay amor si no se deja a un lado toda
apariencia de desprendimiento, de donación, de entrega.
No se es amigo si la amistad no es clara, si hay
confusiones que hieran o dañen peligrosamente al otro, al
amigo. Amor porque implica que yo me defina por el otro
y en el otro, y viceversa, el otro, el amigo, se defina por
mí y en mí. Esto evita que la amistad se convierta en algo
sucio y vulgar. Esto evita que la amistad se convierta en
ser por el otro.
La amistad, al final, es ver tu rostro reflejado en los ojos
del otro, limpiamente, con pureza, con verdaderos deseos
de que el otro, el amigo, forme parte del «yo mismo». El
amigo está ahí, porque yo estoy ahí. Yo estoy ahí, porque
el amigo está ahí. Soy porque el otro es. El otro es, el
amigo es, porque yo soy.
La amistad es un juego cruel. Y yo vuelvo a escribir
hoy con este pretexto. Cruel amistad que lo provoca.
Imagen: “Aún vida con dos limones”, Salvador Dalí, 1926.
Pictures, p. 182
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 Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls Lunas y Madrugadas, entre Sueños y Vigilias...

¿Ceder? Aún no me doy la oportunidad de aceptar,

R
de abrirme a la Redención que se me
evisando las hojas que he de tirar a la ofrece; aún no logro dominar al «cerbero»
basura por su inutilidad, encontré una, que soy con mi pecado.
que no he de tirar, con esta frase escrita a mano ¡Gracias por la frase que me sensibiliza un
con letra especial: poco más!... ¡Ya cederé!
“No hay peor soledad en el corazón del hombre que en la
que no está Dios” Imagen: “Figura en las Rocas”, Salvador Dalí, 1926. Pictures, p.
Lo ha escrito Iván. Y me ha calado hasta los huesos. 173.
Hay sido como una bofetada, como si me hubiesen
echado encima un balde de agua helada, esa que pica
como mil cuchillos a la vez. Una frase muy afortunada,
por cierto, y muy verdadera. Una frase que me sienta de
maravilla pues tantas veces ha sido mi queja: la soledad…
¡mi gran temor!
¿Qué sucede en el corazón del hombre que ha perdido
a Dios de su horizonte?
La respuesta es muy simple: basta con mirarme. Cristo
llama a gente como yo “oveja perdida”. Pero creo que
pertenezco a esa clase de ovejas perdidas que no se
dejan encontrar y rescatar con facilidad: busco en mis
delitos lo que sólo en Dios puedo encontrar.
Mi soledad es mi infierno. Un infierno que yo mismo
me he construido. El egoísmo conduce al odio y el odio a
la autodestrucción. El anatema se da por voluntad propia.

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Îstvän Êäldhèlm Sêrënthá D’Ôbïòls

One Day More…!

D ice una canción

Misérables":
del musical "Les

"One day more!

Another day, another destiny..."
Y creo que Víctor Hugo, ayudado por la
inspiración musical de Schönberg y Boublil,
tiene razón. Cada día nos presenta una nueva
oportunidad, una nueva serie de posibilidades
y aventuras.
Cada paso, cada momento, cada minuto
ofrecen grandes expectativas y posibles
realizaciones. Descubrirlas es el reto. Y vivirlas
es ese "destino" -si tal cosa existe- al que
estamos llamados.
Ahora que el día termina quizá podamos
decir: ¡Hemos vivido!

2008

CALZ. BELLAVISTA MZ.8 LT.12, HACIENDA OJO DE AGUA,

TECÁMAC, MÉXICO, C.P.55770, TÉL.:5938 5604.