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Haba una vez una ratita que era muy presumida.

Estaba un da barriendo
la puerta de su casa cuando se encontr con una moneda de oro. En cuanto
la vio empez a pensar lo que hara con ella:

- Podra comprarme unos caramelos pero mejor no, porque me doler la


barriga. Podra comprarme unos alfileres no tampoco, porque me podra
pincharme Ya s! Me comprar una cinta de seda y har con ella unos
lacitos.

Y as lo hizo la ratita. Con su lazo en la cabeza y su lazo en la colita la ratita


sali al balcn para que todos la vieran. Entonces apareci por ah un
burro:

- Buenos das ratita, qu guapa ests.

- Muchas gracias seor burro - dijo la ratita con voz presumida

- Te quieres casar conmigo?

- Depende. Cmo hars por las noches?

- Hiooo, hiooo!

- Uy no no, que me asustars

El burro se fue triste y cabizbajo y en ese momento lleg un gallo.

- Buenos das ratita. Hoy ests especialmente guapa, tanto que te tengo
que pedir que te cases conmigo. Aceptars?

- Tal vez. Y qu hars por las noches?

- Kikirikiii, kikirikiiii! - dijo el gallo esforzndose por sonar bien

- Ah no! Que me despertars

Entonces lleg su vecino, un ratoncito que estaba enamorado de ella.

- Buenos das vecina!

- Ah! Hola vecino! - dijo sin tan siquiera mirarle

- Ests hoy muy bonita.


- Ya.. gracias pero no puedo entretenerme a hablar contigo, estoy muy
ocupada.

El ratoncito se march de ah abatido y entonces lleg el seor gato.

- Hola ratita!

- Hola seor gato!

- Ests hoy deslumbrante. Dime, querras casarte conmigo?

- No s y cmo hars por las noches?

- Miauu, miauu!, dijo el gato con un maullido muy dulce

- Claro que s, contigo me quiero casar!

El da de antes de la boda el seor gato le dijo a la ratita que quera llevarla


de picnic al bosque. Mientras el gato preparaba el fuego la ratita cogi la
cesta para poner la mesa y

- Pero si la cesta est vaca! Y slo


hay un tenedor y un cuchillo Dnde estar la comida?

- Aqui! T eres la comida! - dijo el gato abalanzndose sobre ella.

Pero afortunadamente el ratoncito, que haba sospechado del gato desde el


primer momento, los haba seguido hasta el bosque. As que al or esto
cogi un palo, le peg fuego metindolo en la hoguera y se lo acerc a la
cola del gato. El gato sali despavorido gritando y as logr salvar a la
ratita.

- Gracias ratoncito

- De nada ratita. Te querrs casar ahora conmigo?

- Y qu hars por las noches?

- Yo? Dormir y callar ratita, dormir y callar

Y la ratita y el ratoncito se casaron y fueron muy felices.

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