Las teoras psicolgicas (desde Max Mller o Edward Tylor a sir James Frazer o Ernest
Crawley) proponen que tanto las religiones como la magia son estados psicolgicos,
producto de emociones, sentimientos y tensiones, cuya funcin consiste en aliviar a los
seres humanos de la ansiedad y darles confianza y esperanza. En definitiva, que las
religiones son pura ilusin y cumplen tan slo un cometido de consuelo. Evans-Pritchard
mantiene que estas teoras son nicamente conjeturas, sobre todo porque se basan en
una serie de suposiciones o figuraciones que no podemos aseverar como ciertas
(cmo estar seguro de lo que sienten los creyentes?) o porque existen estados
emocionales similares pero en nada relacionados con la experiencia religiosa (quien
huye de un bfalo sufre una gran tensin, pero seguramente no vinculada a aquella).
Por su parte, las teoras sociolgicas de las religiones primitivas (de las que es su
principal exponente Emile Durkheim) plantean que stas son un hecho social, un asunto
de grupo y que no habra religin sin una existencia humana socio-cultural. En palabras
de Durkheim, las religiones son sistemas unificados de creencias y prcticas referidas a
cosas sagradas, y la idea de espritu o alma puede explicarse como proyecciones de la
sociedad. No importa si las religiones son verdaderas, lo que cuenta es que cumplen
una funcin social bsica, aportando cohesin y continuidad dentro de la comunidad. Sin
embargo, Evans-Pritchard tambin critica la rgida dicotoma entre los sagrado y lo
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profano que hacen las teoras sociolgicas, la inexactitud de los datos y el hecho de que
queden sin explicar los ejemplos negativos. El problema reside en que no podemos
saber si son ciertas o falsas dichas teoras porque van ms all de la descripcin de
hechos, lo cual dificulta enormemente su verificacin experimental.