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SARMIENTO Y LA EDUCACION FISICA I Ninguno de los numerosos problemas que la educacién pibliea ofrece a la consideracién del estudioso dejé de merecer preferente atencién a Sarmiento, el apasionado de la cultura popular, Es ast como en su extraordinaria labor eserita se encuentran pasajes en que alude, con énfasis, a la necesidad de atender la educacién fisiea de los en tiempos en que esta principalisima actividad educativa no inica y regular, en los planes de estudios de ento a su concepto umente su bidgrafo jovene: figuraba, en forma 01 las eseuelas, Responde esta preoeupacién de Sarn integral de la edueacién, ‘‘Integralista, dice preci: Tugones, quiere que Ia educacién intelectual esté fundada sobre la edueacién fisica’’. Con motivo de Ja apertura de la Escuela Normal de Instruceién Primaria, realizada en Santiago de Chile el 14 de junio de 1842, al referirse a tan auspicioso acontecimiento para la educacién del pueblo diseurre, en el mimero que ‘El Mercurio’? publicara cuatro dias después, sobre la esencia de In igualdad proelamada por nuestras insti- iuciones y sostiene que ella ‘consiste solamente en que la ley no esta- Dlezea diferencias entre hombre y hombre, dejando a la naturaleza y a la fortuna ese cuidado; consiste en que todas las instituciones ten- gan por objeto la mejora moral, intelectual y fisica de la clase més mumerosa y mis pobre de la sociedad”. Esta tiltima afirmacién —euyo subrayado le pertenece— sefiala en forma preeisa y admirable el objetivo sustancial de la eseucla pitblica: favoreeer y dirigir el des- arrollo moral, intelectual y fisieo de todo nijio, con el propésito de alean- var Ja formacién arménica de la personalidad y libertar al hombre por medio de la educacién. En 1849, después de su viaje a Europa y Estados Unidos, pu- Dlica, de regreso en Chile, ‘‘Educacién Popular’; libro éste que, segiin el sabio decir de Rieardo Rojas, ‘‘es In primera exposicién orginien de su doctrina; verdadera obra de precursor, de reforma- dor, de educador con voeacién y saber’’. Constituye esta obra, como at == se sabe, el informe que Sarmiento presentara a su grande amigo el ministro Montt. En ella expone en forma amplia, con método y pre- cisién, su pensamiento sobre la educacién popular. Su doetrina pe- dagégiea y social, Ja estruetura sobre una base firme y definitiva: la cducacién debe ser integral y la escuela formar al cindadano me- diante el cultiyo de todas sus aptitudes, Lugones, después de annlizar el plan propuesto por Sarmiento, afirma: “Es, como se ve, todo el integralismo; cducacién fisiea, estétiea e intelectual’. Al destaear el paralelismo ¢ igual importancia que las sociedades modernas, volviendo al plan de edueacién de los pueblos antiguos, comenzabun a reconocer en esa époea al desenvolvimiento fisico del hombre y a su desarrollo intelectual, Sarmiento, en la obra ya citada, apunta: ‘Es el euerpo humano una miiquina de aecién, y un objeto de arte; y Ja educacién gimnistica es indispensable para dar a las fuerzas de impulsién o de resistencia todo el resorte de que son sus- eeptibles, al talante toda la gracia artistiea de los movimientos viriles, Por Ia primera de estas dos adquisiciones se aumenta el poder, In salud, y la facultad de obrar del individua; por Ja segunda adqniere Jas exterioridades que mis ennoblecen al ser humano, Algu- nos nacen con las primera s segundas; pero ‘sélo Ja edueaeién puede generalizar estas aptitudes’’. Estas ideas pedagdégicas de Sarmiento habian tenido diez afios antes (1839), un principio de realizacién prietica. En efecto; en el plan de estudios del Pensionado de Niias 0 Colegio de Santa Rosa de América, que él fundara en San Juan bajo el gobierno de Bena- videz y del que fuera director, figuran la ensefianza de la misiea ins- trumental; del eanto ‘‘como estudio y pasatiempo’’; del baile ‘‘como juego y como gimnasia’’; de actividades mannales, consistentes en la fabrieacién de canastillos; de juegos de salon, ‘‘de destreza 0 de in- genio”, porque ‘los juguetes y entretenimientos de la edad infantil, son una parte muy esencial de Ja educacién”. ‘El baile, que estaba ineluso en el programa —dice Sarmiento en “De la educacién de las mujeres”, al referirse al pensionado—, nunea pudo Megar a ense- fiarse’’; lamenténdose de las consecuencias que Ja falta de este ejer- ‘cicio trajo. La propaganda que hiciera en favor de la ensefianza del canto y del baile, como asi también del dibujo —arte este altimo que habia eultivado en San Juan, y al que consideraba uno de los fines de la educacién popular—, junto a otras diseiplinas basieas que no dejaban de figurar en los planes de estudios de las escuelas primarias, prueba asimismo cl concepto integral que Sarmiento tenfa de la edueacién y le concede titulos de genial precursor de la nueva pedagogia. —%35 El principio general emitido por Sarmiento en Chile en 1842, y que afios mas tarde desenvolveria en ‘“Educacién popwlar’’, define Ja Tinea que en materia de politica edueacional habria de seguir en su patria al iniciar Ja eampaiia por la educacién del pueblo, en 1856; casi treinta afios después la tesis sarmientina lograria la merecida consagracién publica en el congreso pedagégieo de 1882. Este con- greso nacional, de proyecciones continentales, hizo suyo el pensamiento pedagigico de Sarmiento, y ejereié preponderante influencia en el piritu de los legisladores del 84 al sancionar la ley 1420 de educa- cién comin, cuyo primer artieulo, que concreta el sentido de la ley, establece: La escuela primaria tiene por tinico objeto favorecer y di- rigir simulléneamente el desarrollo moral, intelectual y fisico de todo nifio de 6 a 14 aitos de edad. El pensamiento de Sarmiento aleanzé, con la ley, eonsagracién oficial. Il ‘Aunque Sarmiento, como observa con exactitud Cassani, no se ocupé de sistematizar su pedagogia, es posible ordenar sus ideas en materia de educaci6n fisiea espigando en su obra escrita: todas ellas guardan relacién I6giea y arménica con el concepto bisico de la edu- eacién que enuncia en cl comentario periodistico eitado, y desarrolla en su obra fundamental sobre la edueacién popular. Sarmiento coneibe a la educacién fisiea como proceso inseparable de 1a educacién, y, consecuente con su coneepeién integralista, sostiene Ja existeneia de influencias reciprocas entre lo fisico, lo pstquico y lo espiritual, que la edueacién debe cuidar. Le preocupa la salud fisiea de las generaciones futuras, a las que quiere vigorosas, para poder afrontar con éxito la gran tarea civilizadora a que ¢1 esta consagrado desde joven, y de la que es artifice maestro; pues bien sabe que la miseria fisien trae aparejada la ruina moral, y que las poblaciones depanperadas inferiorizan el capital humano de Ja nacién. Su pre- ceupaciin trasciende los limites de lo ind colectivo, porque piensa con yi dual y se adentra en lo én amplia en el porvenir de la na- cionalidad que su esfuerzo contribuye a construir. Conocedor profundo de la psicologia del hombre de la campaiia, que tantas veces habia formado en Ias filas de Ia montonera anir- quiea, y sibiéndolo admirador de la fuerza y la destreza fisicas, desea para las clases cultas y educadas idéntico vigor. Desde Nueva York eseribe en 1868: ‘‘La educacién de la Edad Media deseuidé completa- mente los ejercieios corparales, como extrafios a la clevacién del —ig — cardeter; y con las ideas aristoeratieas de Ia époea se Megé a consi- derar como desdoroso atm el mis leve esfuerzo corporal en las clases educadas, Los paisanos de nuestros campos ereen, a efecto de estas preoeupaciones no sin aparente justicia, inherente a la idea de ins- truecién y cultura, Ia debilidad corporal, la inereia y atin In afe- minacién de costumbres; y Dios sabe cudnta influencia ha ejereido en el Jevantamiento de las masas ignorantes de las campaiias de nuestro pais, esta general idea de la inferioridad fisica de las clases cultas’’, En 1884 la realizacién de algunos juegos. atléticos en Palermo, ‘por jévenes de la colcetividad inglesa, le brinda una nueva oportu- ‘nidad para insistir en su prédica en favor de la educacién fisica. Desde Jas paginas de ‘El Nacional’? hace un lamamiento a los padres de familia para interesarlos en la educacién fisica de sus hijos, mos- trandoles con Ilana crudeza las consecuencias que la falta de esta actividad traeré a las futuras generaciones. Hace referencia en su erénica a la formacién en Alemania de una sociedad de hombres pi- Dlicos, profesores y veeinos ‘‘para introducir en las escuclas mas ejereicios eorporales y disminuir horas de ensefianza, en imitacién de las prdctieas inglesas, que tienen por objeto educar hombres, y no iteratos 0 profesores’’, ‘‘Aun la gimndstiea alemana —agrega, mos- trando su acertado desacnerdo con la misma— no satisface, pues tiende a hacer prnebistas, en Iugar de corredores infatigables, jinctes, remeros enérgicos, y otras aplicaciones de la fuerza a las necesidades de la vida?’ Destaca a continuacién el comentario de una revista francesa a una incidencia promovida por un magistrado inglés que al revestir la toga, renuneié por dignidad de su empleo a formar parte de la sociedad de jugadores a las boehas, en que ocupaba el primer rango; y senteneia: ‘Hombres, hombres sabios si se puede, pero hombres robustos, enérgicos, tenaces y sufridos’. No quita Sarmiento, desde luego, importancia a la formacién inteleetual; pero quiere, eon eriterio cierto, que la educacién fisiea sea la base orgdnica de la educacién, pues de otra manera no puede el hombre aleanzar ta plenitud en el proceso evolutivo de su desenvolvimiento. Hace referencia mas adelante a las comodidades de la vida mo- derna y a su influencia perjudieial sobre la salud; y alnde a la funcién social a que est destinado el Parque 8 de Febrero, uno de los frutos de su magnifico genio creador. Finalmente se dirige en tono enérgico a los padres de familia, responsables de la educacién de sus hijos, y hace pedagogia ‘“‘para in- dicarles que deben preocuparse de Ja educacién fisica y el desenvol- — 20 — yimiento de Jas fuerzas corporales de sus hijos, si no quieren ver que les suceda una generacién raquitica”’. “Hste es un grave punto, insiste, a que Namamos Ja atencién de Jos padres de familia, sobre 1a educacién de sus hijos, que al paso que va, formar Inego una generacién de relamidos, gomosos, enteeados, sin museulatura y sin energia fisiea, de donde sale la energia moral’. Dos puntos de importancia tocados de paso en el comentario ante- r, le dan tema en otras oportunidades para hacer algunas obser- vaciones agudas sobre el valor de la edueacién fisiea relacionado con el de Ja educacién intelectual, y como factor estimable de la edueacién moral y la disviplina soeial. Anticipindose a las conquistas de la peda- gogia contemporanen advierte que, junto a las horas empleadas dia- Tiamente en la educacién intelectual, debe dejarse ‘al euerpo sus horas de educacién y desarrollo en los ejercicios y pasatiempos que irresistiblomente exige al mismo tiempo'’. Corresponde destacar aqui la importancia que Sarmiento asigna a los “‘pasat educador ri mpos"’, cuya funcidn aproveché habilmente en su Pensionado; actividades estas jncorporadas actwalmente a la reereaciin, “La alegria del animo, dice, viene en los nifios de la satisfaceién de las propensiones al movimiento ¥ disipacién, que no es tal en ellos, sino porque la atencién se dirige a todo con avider”. Contrariamente a lo que algunos educadores y hombres de go- hierno no aleanzan atin a comprender, Sarmiento destacé también, ‘en su época, la importaneia de la gimnasia como factor de disciplina social, eapaz de sublimar los impulsos primitives y desarménicos del nifio y educarlo moralmente. ‘‘Una hora de mover los brazos —i nota en 1886, refiriéndose a la instruecién popular—, la cabeza a la dere- cha, a Ja izquierda, hacia arriba, hacia abajo, a la voz del maestro, todos a un mismo tiempo, y en perfeeta igualdad, vale mis que todos los preeeptos de moral eserita, ;Cudntas veces obedece un 1 para ejecutar actos arménieos, de conjunto, acompasados, que no dependen de su voluntad? He ahi la moral. El gaucho, el manolo, el napolitano, el griego dan una puiialada 0 hunden un estilete, como el caballo da co como el toro bravio embiste, por erispacién de ner- yios, contra el color colorado que Jo irrita, por la facilidad de eneenderse en célera, hombre 0 toro a ¢: riedad. La escuela, 1a gimnastica, la fila, la hilera, el compas, van disminuyendo las crispaciones, la regla, la repeticién de los movimientos vienen amasando el animalito bipedo que cuando Hega a la plenitud de su fuerza es un hombre y no un tigre, habituado a todos los contaetos, y avezado a todas las disciplinas sociales’, Empefiado como esta en la tarea eivilizadora de enaltecer a sus concindadanos, piensa que ‘‘las escuelas salva- a contr esi Siam rian doseientas vidas anualmente, con la gimnistica, y el sentarse y levantarse metédicamente”’, ‘La gimnistiea, sostiene, civilizard los Tobas, que no eonocen disciplina sino cuando van a Ja guerra, a fin de robar y matar con éxito”, I Con este criterio de unidad funcional de la educacién (edueacién fisiea, intelectual y moral) en que las partes guardan dentro del eon- junto relacidn arménica de interdependeneia, propugna hacer de toda la Reptibliea una escuela, “4; Si! —exclama—, una escuela donde todos aprendan, donde todos se ilustren...”. Su atencién esté puesta de modo permanente en las clases més pobres y desheredadas de la sociedad, en el pueblo trabajador, cuyo cuerpo y espiritu desea redimir por obra de a educacidn, Como el aire, el movimiento y los juegos son necesarios para vigorizar el cuer- po, s¢ lamenta de 1a falta de pascos piblicos que den a los habitantes de la ciudad lugar apropiado para su espareimiento; con Jo que se beneficiarian por ignal Ia salud del cuerpo ¥ del alma, y, ‘sobre todo del pueblo, trabajador’’. Porque como é1 mismo lo dice— tiene la eon- viccién intima de que puede haeer el bien, porque sabe en que consiste, vuelea Sarmiento todo el peso de sus inagotables energias para conse- guir la construceién del parque imaginado: asi se ered el Parque 3 de Febrero, por ley del Congreso, construido en los terrenos de Palermo donde tuviera su resideneia Rosas. En oeasién de inangurarse el paseo, dice Sarmiento, con clara vision del porvenir; ‘El Parque 3 de Febrero seri de hoy en adelante el patrimonio del pueblo, verdadero tratamiento higi¢nico, que ro- busteceré sus miembros por el saludable ejercicio, dilataré su Animo por el especticulo de las perspectivas grandiosas que aleanza en todas direcciones la vista, y cultivar cl buen gusto, con la combinacién de bellezas naturales y artisticas que estos dilatados jardines ofrecerin”. Los propisitos que tuviera en cuenta el maestro para su creaciin pron- to fueron satisfechos; y hoy, en la amplia extensién del paseo, y en sus veeindades, numerosos campos deportivos brindan a los habitantes de Ja gran ciudad donde practicar el saludable ejercieio y gozar las influencias Lenéficas del sol y del aire, bienes del cuerpo y del espi- ritu, en um marco estimulante de natural belleza. Iv . Los ejercicios gimnisticos, los juegos y deportes y las actividades reereativas tuvieron en Sarmiento un constante difusor. Desde que — 22 — formara en Chile ‘“‘sus primeras y sélidas ideas sobre Ja ensefianza de los idiomas vivos y los ejereicios fisicos’’ hasta la presidencia (1868- 74), en que introdujera la gimnasia en los colegios, no dejé de soste- ner con pasién de convencido, en cuanta oportunidad Je fuera pro- picia, la neeesidad ineludible de eduear las aptitudes fisicas de los nifios y jévencs paralclamente a las psiquieas; con Ja firme conviccién de que tras la educacién se oculta el gran seereto de la perfeecién de Ja naturaleza humana, como sostiene la férmula kantiana, Perseguia Sarmiento, con su eoncepeién integralista de la edueacién, cl hombre completo. ‘He aqui la solucién del problema social —dice, acordin- dole aprobaeién—, tal como la propone el eslavo Grisogon Bortolazzi, “desarrollar cl hombre de manera que se encuentre en un justo equi- librio, los grandes momentos del complicado mecanismo que lo eonsti- tuye, Ja vida fisiea con la intelectual, para que la humanidad no pro- duzca ni enanos ni sabios, ni atletas sanguinarios o idiotas”’. Como acontece con toda In obra sarmientina —producto del genio— su pensamiento en materia educativa apunta hacia el futuro, y su reali- zacién practien es més propia de nuestro tiempo que de] suye. Las ideas y pricticas pedagégieas tradicionales, que fueron eritieadas por Sar- miento, han experimentado en Ia actualidad una profunda transfor- macién: Ia edueneién eontemporé Mantovani, ne informacién del intelecto, sino una superacién de toda exelusividad intelectualista, dirigida a fomentar el desarrollo de la universalidad de aspectos que cada hombre Meva po- tencialmente en si, para realizar un ideal universal : el desenvolvimiento de Ja plenitud humana. Atender la edueacién del euerpo adquiere asi una importancia fundamental; y la educacién fi nea tiende a ser, como dil no un mero proceso de formac respondiendo al concepto unitario de la educacién, deja de ser subestimada y aleanza de parte de los cdueadores y gobiernos una consideracién particular, La a figura ya en forma orginiea y sistematizada en todos Jos planes dle estudios de las eseuclas primarias y medias; y silo difiere, en los distintos paises, en cuanto al eriterio pedagégico con que se encara su ensefianza y a la Vinea politica de su utilizacién, En los iiltimos aiios de su vida, poco después de renunciar Ja Superintendencia General de Escuelas de la Nacién, Sarmiento mues- tra una vez mas su entusinsmo al presenciar una clase de gimnasia infantil en Ja Eseuela Normal de Parana, ‘‘La gimniistiea infantil que he presenciado en la Escuela Normal de Paranii, dice en esa o asién, sobrepasa en belleza y fuerza a todos los sistemas hasta hoy aplicados al desarrollo de los mienibros del cuerpo, a fin de restablecer la fisono- mia y formas elegantes que adquirié desde muy antiguo el hombre culto ¥ perdié la edad media, dejindonos un animal sin gracia para movernos, sae Bas y tenernos de pic. La gimnistica viene a completar las formas y ha- cerlas desenvolver arménicamente. Cuando estos métodos estén por vosotros difundides por toda la Repibliea se sentira la influencia de la gimnfstica en el garbo de las posturas, en la desenvoltura de los. miembros”, Qué gimnasia satisfaefa n Sarmiento? Antes de caer en la res-' puesta, hagamos una advertencia, Queda dicho ya que Sarmiento no se eneargé de sistematizar sus principios pedagégicos; asimismo, como sostiene Rojas, ‘Ia vocacién docente de Sarmiento, tan precoz y es- pontinea en él, tomé las formas que le imponian el recuerdo de su infaneia desamparada y su experiencia del ambiente politico en que le toed desenvolverse”. Ademiis, agrega, ‘no todo es doctrina, no todo es experiencia de viajes por paises eivilizados, sino memoria de su nifiez sin eseuela y de aquel aprendizaje azaroso en libros que en- contré a la ventura’, Pensamos que ha de servir el juicio para ex- plicar el entusiasmo natural de Sarmiento por la gimnasia militar que 4 practicara de nifio, y que en su vejez deseaba ver establecida en las eseuelas de su querida San Juan. En su provincia natal Sarmiento asistié, siendo nifio, a la “Es- cuela de la Patria’’, que suplantara a la del rey existente en la colo- nia, inaugurada en 1816 bajo el gobierno del doctor Roza y dirigida por don Ignacio Fermin Rodriguez, el maestro venerable, de bende- cida memoria —como su ilustre disefpulo le Hamara— y cuya figura recordaria tantas veces con hondo earifio a lo largo de su aceidentada vida, Rodriguez, a quien ayudaban en su tarea docente sus hermanos Indalecio y José, intenté organizar con los alummos de la eseuela un regimiento de nifios, haciéndoles ejeeutar marchas y evoluciones a golpe de tambor. Sarmiento euenta en sus Memorias que al aproximarse las fiestas mayas, don Fermin escogia de entre los alumnos un grupo de jovenes de buen porte y los disciplinaba regularmente en ejercicios y marehas militares, partiefpando en los festejos matinales del 25; con- memoracién que en la obra citada Mama de In “fiesta solar”. En esto consistian los ejercicios fisicos en la escuela a la que Sarmiento concurriera en su nifiez, con asistencia y puntualidad tan ejemplares que han pasado a ser proverbiales. Estos ejercicios fisicos de corte militar impresionaron tan viva- mente al pequeiio Sarmiento, que en su ancianidad atin los recordaba €on emocionado entusiasmo y deseaba se practienran en las escuclas de su provincia natal. El 23 de mayo embaredse en el Cosmos rumbo al Paraguay, donde pocos meses después habria de sorprenderle la muerte. ‘En Bella sae Bas y tenernos de pic. La gimnistica viene a completar las formas y ha- cerlas desenvolver arménicamente. Cuando estos métodos estén por vosotros difundides por toda la Repibliea se sentira la influencia de la gimnfstica en el garbo de las posturas, en la desenvoltura de los. miembros”, Qué gimnasia satisfaefa n Sarmiento? Antes de caer en la res-' puesta, hagamos una advertencia, Queda dicho ya que Sarmiento no se eneargé de sistematizar sus principios pedagégicos; asimismo, como sostiene Rojas, ‘Ia vocacién docente de Sarmiento, tan precoz y es- pontinea en él, tomé las formas que le imponian el recuerdo de su infaneia desamparada y su experiencia del ambiente politico en que le toed desenvolverse”. Ademiis, agrega, ‘no todo es doctrina, no todo es experiencia de viajes por paises eivilizados, sino memoria de su nifiez sin eseuela y de aquel aprendizaje azaroso en libros que en- contré a la ventura’, Pensamos que ha de servir el juicio para ex- plicar el entusiasmo natural de Sarmiento por la gimnasia militar que 4 practicara de nifio, y que en su vejez deseaba ver establecida en las eseuelas de su querida San Juan. En su provincia natal Sarmiento asistié, siendo nifio, a la “Es- cuela de la Patria’’, que suplantara a la del rey existente en la colo- nia, inaugurada en 1816 bajo el gobierno del doctor Roza y dirigida por don Ignacio Fermin Rodriguez, el maestro venerable, de bende- cida memoria —como su ilustre disefpulo le Hamara— y cuya figura recordaria tantas veces con hondo earifio a lo largo de su aceidentada vida, Rodriguez, a quien ayudaban en su tarea docente sus hermanos Indalecio y José, intenté organizar con los alummos de la eseuela un regimiento de nifios, haciéndoles ejeeutar marchas y evoluciones a golpe de tambor. Sarmiento euenta en sus Memorias que al aproximarse las fiestas mayas, don Fermin escogia de entre los alumnos un grupo de jovenes de buen porte y los disciplinaba regularmente en ejercicios y marehas militares, partiefpando en los festejos matinales del 25; con- memoracién que en la obra citada Mama de In “fiesta solar”. En esto consistian los ejercicios fisicos en la escuela a la que Sarmiento concurriera en su nifiez, con asistencia y puntualidad tan ejemplares que han pasado a ser proverbiales. Estos ejercicios fisicos de corte militar impresionaron tan viva- mente al pequeiio Sarmiento, que en su ancianidad atin los recordaba €on emocionado entusiasmo y deseaba se practienran en las escuclas de su provincia natal. El 23 de mayo embaredse en el Cosmos rumbo al Paraguay, donde pocos meses después habria de sorprenderle la muerte. ‘En Bella — 4 Vista —dice Ricardo Rojas—, sobre la ribera correntina atracé el Cosmos y vinieron a saludar a Sarmiento los jévenes de un colegio, militarmente wniformados, divididos en dos ecompaiiias, armada Ia una de tereerolas y la otra de lanzas, En honor del viejo maestro y general hicieron evoluciones muy eorreetas; ¥ como debia decirles algo ‘@ e808 nifios, comenz6 a hablarles, no obstante la ronquera y la res- piracién dificil. Deseribié cémo era la eseuelita de la Patria en San Juan donde 61 estudié y donde también se practicaban ejercicios mili- tares y desfiles de nifios uniformados en las fiestras mayas. Recordé una vez mis a su maestro Rodriguez, a sus condiseipulos de antaio, todos muertos ya. Al ver a aquellos correntinitos con uniformes y sus armas, ptisose a discurrir sobre los motivos de Ja educacién militar en Jas escuclas y sobre la necesidad de prepararse desde 1a adolescencia para eumplir con todos los deberes que la patria nos impone’’. Siete afos antes, en 1881, Sarmiento habia expuesto los motivos de los ejereicios militares en la nifiez, en ocasién de haberse introducido estas prict! ilo de Huérfanos de Buenos Aires, ‘Todas las naciones, decia entonces, han adoptado ya los ejercicios militares en Jas eseuelas como gimnfistica e higiene. El nifio necesita movimiento para dar ereeimiento y fuerzas a sus miembros. Los ejereicios de con- junto, robustecen el espiritu de asociacion, y fortalecen la facultad de prestar atencidn incesantemente, y obrar con deliberacién en cada mo- imiento, Por fin, jugando y disciplinandose de nifio, se ahorra de adul- to, Ia vergiienza y el trabajo de aprender en el cuartel, con pérdida de un tiempo itil, a marchar en conjunto ejecutando maniobras ne- cesarias en guerra’. us en el A Poco tiempo después, al referirse en sus Memorias a la cién de la gimnasia militar en las eseuelas francesas y al discurso del ministro Waldeck Rousseau en presencia de esos héroes armados de doce afios, reeuerda los ejercicios militares de la escuela de la Patria y propugna el establecimiento de los mismos en Ins escuelas, Hamiin- doles ‘germen de In institueién del porvenir”. Alude asimismo a la introduecién, con éxito, de esos ejercicios en el asilo de huérfanos de Ia ficbre amarilla en Buenos Aires; y 1a suspensién de los mismos en ama escuela en que fueran aplicados por su director, por pareeer “fuera del orden de ideas a que debe conducir la ensefianza’’. Vol- viendo nego a In preparacién militar de los cindadanos en Francia, dis- curre sobre la necesidad de hacer practicar ejereicios gimmisticos a los nifios. “El nifio, anota, mis que el adulto necesita ejereitar sus miem- bros, afinar sus sentidos, ver con precisién, marehar.con garbo, y dis- minuir la fatiga muscular, adiestrar sus manos, ete. Pero todavia necesitaria otra clase de ejercicios que perfeccionen su ser. El ejercicio troduc- — 23 — de Jos juegos infantiles o del trabajo, forma y desarrolla al individuo; los ejercicios colectivos, en eadeneia, a una voz de mando, para obtener un fin conocido, constituye 1a sociedad y nos dan esa fuerza formidable que constituye los imperios’’. Mis adelante al recordar Ja forma en que los egipcios movian sus cantos de piedra, sdlidos como el hueco de una habitaeién, sin méquinas, agrega: ‘Pero requiere tiempo aprender a ser nacién armada y se le puede tomar a la nifiez aiios economizados a la edad adulta, ganando Ins dos, La escuela requiere orden, y el nifio movimiento, Pueden hacer un econvenio entre maestro y diseipulo. Moverse en orden’. La gimnasia alemana, con aparatos costosos y ejercicios de equi- librio, es calificada por Sarmiento de artificial, pues tenderia a formar aerbatas y haria perder el tiempo. La gimnistica militar en cambio “‘ahorra tiempo, perdido en aprenderla en la edad adulta y desen- vuelve en el nifio cualidades artistieas de que carece naturalmente: tenerse ereeto..., marchar con aplomo, sacar el pie con gracia, mover brazos y cuello con elegancia y levar la eabeza erguida y la vista al frente. Pero lo que no se ve, es que los ejereicios de conjunto, forman el rudimento de la asociacién, habituando a contar uno eon otro, a recibir ¥ comuniear un pensamiento tinico, a regularizar la yoluntad por con- sideraciones extrafias, independientes de nosotros mismos y aun contra nuestro sentir individual’, Ademas el paso redoblado o el regular “ejercitan la cadencia, el sentimiento del niimero que es la miisiea...’”. Esta fuerza diseiplinadora de la gimnasia, que fuera bien advertida por Sarmiento, lo afirma en la creencia de que los nifios neeesitan “aprender a obrar de concierto, a ejecutar una idea, a hacer que sus piernas aprendan a medir el largo preciso, inerrable, de manera que marchando al galope, Heguen a su destino de alto, en la misma cantidad de segundos que treseientos compaiieros que forman la linca y han empleado 1a misma cantidad de segundos en dar cien pasos a la ca- rrera’’, . Numerosas cireunstancias de indole diversa explican el entusias- mo de Sarmiento por la formacién de batallones eseolares, y Ja ereencia de que sélo con la gimnasia militar podrian aleanzarse en Ia nifiex los objetivos que él analizara en .sus eser endo indiscutible el pensamiento general y la intencién que movié a Sarmiento a propiciar los ejercicios gimnisticos en las escuelas, no es posible sostener en Ja actualidad su criterio en cuanto a los instrumentos eseogidos para realizar los fines propuestos, Los batallones escolares han pasado a ser, desde comienzos del parte, tiene sus aplicaciones muy titiles y especifieas en cl adiestra- miento del hombre para la defensa armada de la nacién, ilo, cosa juzgada; la gimnasia militar, por su — 26 — BI concepto moderno que se tiene de la educacién fisiea, a tono con el erecimiento evolutive de las cieneias de la educacién, sefiala Ja necesidad de su prictiea en todos los perfodos de la escolaridad (en- sefianza primaria, media y superior), asi como también en Ins etapas pre y post-escolares de la vida del hombre; y distingue, dentro de la unidad de la educacidn fisiea, cuatro momentos: a, de formacién (in- fantil y juvenil); b, premilitar; ¢, militar; d, post-militar, y que los meneionades objetivos condicionan Ja forma de proceder en eada uno de estos periodos, En la primera etapa Ia educacién fisiea, como parte in. tegrante de la educacién general, tiene por objeto la formacién total del ciudadano, desarrollando aptitudes igualmente ditiles para la vida civil y militar; en las dos siguientes, proeura la formacidn especializada que capacita a los j6venes para reeibir la ensefianza militar en primer tér- mino, y eontribuye, en segundo, a la mejor formacién del soldado por el acrecentamiento de as aptitudes, ya edueadas, de aplicacién a la vida militar, Bn cl primer caso la edueaein fisiea es problema que concierne a las antoridades eseolares y en el segundo, a Jas mi- litares. La finalidad utilitaria de Sarmiento, de ganar durante Ja nifiez el tiempo que luego habria de perderse en Ja edad adulta, queda am- pliamente conseguida con Ja nueva concepeién pedagdgica, sin des- medro para los intereses vitales del nifio y las necesidades funda- mentales de Ja nacién, La saludable preocupaeién de Sarmiento por la educacién fis de los nifios y jovenes demuestra una vez mis la potencialidad extra- ordinaria de su genio, Hoy, a sesenta afios de su muerte, al enjuiciar sus “Ja actitud que euadra, como dice uno de sus bidgrafos, ica ideas y sus obra consiste en un estudio reflexive y cordial, a la luz de un eriterio desprejuiciado, libre de evalquier atadura que no sea Tn que surja del sentimiento de lo justo, euya auseneia denuneia una deprava- cion moral, y del claro discernimiento de la verdad’’, Esta actitud permite comprobar eémo las ideas sostenidas por Sarmiento en materia de educacién fisien —que traducen todo el saber de su tiempo—, no han perdido actualidad, Junto a Jas numerosas adquisiciones pos- teriores de esta ciencia —que han operado su notable erecimiento—, ge las encuentra ordenadas en wna nueva eseala de valores que presenta a la cducacién fisica como expresin indiscutible de la eultura. Guillermo L, CANESSA. Ese, N? 2 C, EF, 99

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