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FICHA DE LECTURA

MARCO TERICO

Las pasiones ordinarias. Antropologa de las emociones David Le Breton

VI. La paradoja del actor: Esbozo de una antropologa del cuerpo en escena.

La paradoja del actor es la paradoja de la simblica corporal, la prolongacin de la libertad


propia del hombre de prestar testimonio ante los otros de las nicas significaciones que
pretende darles (D. Le Breton, 1998: 220)

El arte del actor explota ese yacimiento de signos, hace con ellos un juego de escritura que
proclama un estado moral de su personaje. Y los movimientos de su cuerpo, la tonalidad
vocal de su expresin son esenciales a su juego (D. Le Breton, 1998: 220)

El actor transmite a su pblico la impresin de vivir por primera vez los acontecimientos
con los que se enfrenta, aunque haga varias semanas que la pieza est en cartel (D. Le
Breton, 1998: 221)

Pero la trasmutacin solo es posible porque las pasiones no se erigen en naturaleza, sino
que son obra de una construccin social y cultural y se expresan en un juego de signos que
el hombre siempre tiene la posibilidad de desplegar, aunque no las sienta (D. Le Breton,
1998:221)

El talento del actor est relacionado con la personalidad que este posee para ganar la
adhesin de la sala.

El papel no es una serie de frmulas prefabricadas que hay que declinar, sino una
elaboracin personal y significativa en una trama comn, a la que agrega una originalidad
propia, es decir, una composicin (D. Le Breton, 1998:222)

El actor es un profesional de la duplicidad. La facultad de desprenderse de sus propios


sentimientos y engaar gracias al uso apropiado de los signos: en eso consisten su oficio y
su talento. (D. Le Breton, 1998:222)

El arte del actor o del mimo, y tambin el del narrador, adems de la puesta en accin de la
palabra, descansa por completo en la ritualidad del rostro y el cuerpo, la postura, los
desplazamientos o la respiracin; no podra modificar sus usos sin romper la significacin
del espectculo. (D. Le Breton, 1998:224)

La posesin del actor est relacionada con las pasiones corrientes, ya que es provisoria,
lcida, trabajada, y consiste para el actor en transformar su cuerpo en signos de los que se
deshace una vez interpretada su partitura. (224-225)

La composicin del actor no es una posesin, sino un trabajo sobre s mismo, un cincelado
de la afectividad, los gestos, los desplazamientos y la voz que debe llevar al rigor fsico y
moral del papel representado. (D. Le Breton, 1998:225)

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