Este eje articulador, la prctica, en este caso, psicopedaggica, nos remite a un discurso
recurrente: la queja, la falta, porque no se trata de una disciplina definida por la
constitucin de un objeto terico sino por la institucionalizacin y por consiguiente, la
legitimacin de un conjunto de prcticas.
El contexto histrico
Al principio la psicopedagoga se concibi como un recurso auxiliar de la neurologa,
desde donde la reeducacin consista en restituir aquello carenciado en lo orgnico.
La falta tal vez se debe a que la psicopedagoga no posee la singularidad de un campo
propio, alimentado desde una nica teora, pero de lo que sin dudas podemos dar cuenta
es que el verdadero soporte reside en la eficacia de nuestra prctica. Al respecto
queremos expresar algo que en la clnica nos resulta habitual: una misma situacin
puede ser vista desde pticas diferentes (particularmente lo comprobamos en los
espacios de supervisin grupal desde la ctedra), y paradjicamente descubrimos que
aquello que puede constituirse como falta, como obstculo, es posible de ser
transformado en posibilidad y en apertura.
Los problemas de aprendizaje han sido estudiados desde diversas disciplinas. Desde
una lectura socio-poltica-pedaggica se lo ha tratado como fracaso escolar,
enfocndolo, la mayora de las veces, descriptivamente. Se han buscado sus causas en
races socio-eco-nmicas y desajustes curriculares, autoritaria y eficazmente
transmitidos al alumno mediante actitu-des simblicamente violentas, por parte del
educador o la institu-cin que lo atraviesa.
Algunas reflexiones