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5. LAS HIPOTESIS: ,QUE COSA SON? Horacio Chitarroni Tanto da formularse una pregunta como otra sino tenemos respuestas que ofrecer Lewis Carroll 1. Las hipétesis: respuestas tentativas a las preguntas de investigacién La investigacién es un juego de preguntas y respuestas. Comienza con la inquietud de Henar un vacio, con la tensién de un interrogante; y contintia con un ensayo de respuesta. “No es posible avanzar un solo paso en la investigaci6n han dicho Cohen y Nagel, 1976: 18)- si no se comienza por sugerir una explicaciém o solucién de la dificultad que la origi- n6. Tales explicaciones tentativas nos son sugeridas por los elementos del objeto de estudio ¥ Por nuestro conocimiento anterior. Cuando se las formula en forma de proposiciones reci- ben el nombre de hipétesis” . En efecto: investigar supone, esencialmente, ls posibilidad de formular preguntas. Y, generalmente aunque no siempre , Tespuestas tentativas a tales preguntas. Estas respuestas son hipétesis. A veces, tales respuestas hipotéticas se articulan entre si para dar lugar a enteros corpus tedricos. Otras veces, provienen de teorias ya existentes. Las teorias, las hipétesis, las respuestas, podran estar dotadas de originalidad si lo estan las preguntas (que les son logicamente previas). Las oportunidades de investigacién, vale decir, la capacidad de detectar preguntas sin responder, dependen del grado de conocimiento que tenemos del tema: al saber mas se advierte qué cosas se ignoran. No es que las preguntas estén siempre, ya formuladas, en algiin sitio: a veces lo estén ~porque otros ya las formularon~ pero per- manecen sin respuestas satisfactorias. En otras ocasiones, nadie las ha formulado atin. Cabe aqui una mayor originalidad: la capacidad de problematizar la realidad, de advertir dilemas donde otros no los han advertido, es precisamente la capacidad de innovacién en el corpus del conocimiento. La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar Ia realidad social 2. Las hipétesis: enunciados conjeturales Segiin una definicién corrientemente aceptada, las hipétesis cientificas son enunciados de cardcter conjetural, con contenido empirico y susceptibles de contrastacién, con cierto grado de generalidad (Bunge, 1995: 60). Estos enunciados procuran responder a interro- gantes previamente planteados. Zetterberg, asimismo, reserva la denominacién de hipéte- sis para “aquellas proposiciones que necesitan confirmacién....” (1976: 85). Cohen y Nagel (1976), por su parte, exigen ciertas condiciones que deben cumplir las hipotesis: + deben estar formuladas de manera que se puedan dedueir de ellas consecuencias veri- ficables (y, por tanto, deben ser potencialmente falsables) + deben ofrecer una respuesta al problema que originé la investigacion + deben permitir formular predicciones {Qué quiere decir esto? En primer lugar, que se trata de afirmaciones que contienen suposiciones. Se refieren a hechos 0 a relaciones entre hechos no constatadas o comproba- das. En segundo lugar, que estos hechos o relaciones entre ellos deben ser accesibles a la experiencia aunque sea de un modo indirecto- de manera que puedan ponerse a prueba las proposiciones relacionadas con ellos. Por otra parte, deben estar referidas a tipos de eventos y no a sucesos individuales. Esto tltimo podria entenderse como relativo en el caso de las ciencias sociales, dada la particular naturaleza de sus objetos de estudio: las conductas humanas, dotadas de singula- ridad. Aunque también es verdad que Hempel (1979) ha negado la existencia de una dife- rencia sustancial entre distintos tipos de disciplinas faicticas, puesto que también los fend- menos de la naturaleza como las Iluvias o los eclipses son esencialmente singulares. Aun si se reclama estrictamente el cardcter de ciencias idiograficas —frente a las nomoldgicas 0 generalizadoras~ para disciplinas como la historia, cuyos sucesos serian tinicos ¢ irrepeti- bles, es posible arribar a una solucién mediante la admision de dos tipos de proposiciones: a) las que involucran generalizaciones ¥ per le tanto no tienen un contenido empirico inmediato: Las revoluciones sociales van precedidas d= una fuerte deslegitimacién de la estructura de poder vigente. b) las que se refieren a sucesos individualles y por lo tanto si que tienen inmediato con- tenido empirico: La revolucién rusa fue precedida por una fuerte deslegitimacién del régimen zarista La revolucién francesa fue precedida de una fuerte deslegitimacién del régimen monar- quico La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social ‘Obsérvese que las dos tltimas proposiciones estén contenidas en la anterior, de conteni- mds general. En otras palabras, constituyen sendos casos de la proposicién més general. + de paso, que las dos iltimas afirmaciones mo son ya conjeturas. No son suposicio- enuncian hechos suficientemente comprobades y muy poco discutibles: hallazgos ricos, seguin los denomina Zetterberg (1976: 86). ¥ pueden deducirse logicamente de Primera proposicién: si fuera cierto que las revolluciones suceden en el contexto de una deslegitimacién del régimen que las precede entonces tanto la revolucién rusa como francesa deberian haber tenido lugar en medio de un clima de fuerte rechazo por las luias absolutas encabezadas por el Zar Nicollés I y Luis XVI. Se trata, en realidad, de que las dos segundas proposiciones, que enuncian hechos, sir- ‘yen de apoyatura empirica a la primera, que se refiere a clases genéricas de hechos, tales ‘gomo las revoluciones y la deslegitimaciée. Por cieto que estos hechos no son cosas mate- Sales que puedan ser identificadas més. Se requiere todo un proce- que abordaremos oportunamente, pase Saseeibalios sucesos que tuvieron lugar en Fran- en las postrimerias del siglo XVII o los que acaecieron en Rusia a comienzos del siglo atales clases de hechos que denominames zewallaciones. Zetterberg (1976) ha sefialado que cuanto suis sbarcativa y general es una hipétesis es su valor informativo. Esto es, cuamtos mals sacesos individuales es capaz de expli- tanto més valiosa resultard, pero a la wez estan ands expuesta a posibles refutaciones: ir, a que los hechos no se jicién lo enuncia. La primera a — ra “revoluciones” (por cierto que, prewasmemis, Gebiéramos haber decidido a qué Ila- revoluciones). Pero tambiém pods iemagamarse una proposicién mas abarcativa y ta, acerca del cambio social, de siones son solo una modalidad parti- Una proposicién que pretendi Jcambio social en general estaria aun ‘expuesta, porque ya no seria con los episodios revolucionarios Ppracticamente, con el en p Se trataria, sin duda, de una proposi- valiosisima pero ~a menos 4 z firmar generalidades~ correria un gran de caer abatida bajo el fuego de las pruebas en contrario. En otras palabras, mien- decimos, mas peligro de equivocarmescneremos. podemos situarnos en el extremssepmesto. de afirmar obviedades para correr riesgo de errar. Ya hemos visto que Coles y Nagel (1976), como también Popper ) pedian que las hipétesis cientificas fueram potencialmente falsables: de lo contrario trian talee, cino meras tautologias. En efecto, fa proposicién que analizamos cumplia esta exigencia, porque si los testimonios y documentos de época no dieran cuenta de tal iio, sino de una fuerte simpatia popular por alguno —o por ambos- de los regimenes ‘La investigaci6n en Ciencias Sociales: ligicas. métodos y técnicas para abordar la realidad social aludidos, entonces nos Pareceria evidente de toda evidencia que la afirmacién general seria falsa. Al menos, en su enunciacién mas simple. 3. Los nexos légicos: ,qué afirman las hipétesis? Como lo hemos visto, Cohen y Nagel (1976) han agregado otra condicién: las hipotesis debieran permitir hacer predicciones, vale detir, anticipar sucesos futuros. Esta iltima peti- cion es, quizas, en excesoexigente. En efecto, para que este requisito pudiera cumplirse, toda hipétesis debiera postular una vinculaci6a entre, al'menos, dos tipos de fenémenos. Sin embargo—y aun asi- zqué tipo de vinculo'seris preciso sostener? A los efectos de escla- recer el sentido de las afirmaciones contenidasien las hipétesis y evaluar su capacidad pre- dictiva, seguiremos aqui el planteo de Zetterberg (1976). Veamos que nuestro ejemplo anterior establece una vinculacién entre dos clases de hechos: deslegitimaciones y revoluciones. ¥ Sugieren que los del primer tipo preparan el terreno para que ocurran los de la segunda clase. Inclusive, podria interpretarse que son necesarios para que ocurran los de la segunda clase. Pero en cambio, asi como esta enun- ciada la proposicién, no se desprende de ella al menos en forma necesaria— que los prime- ros deban tener siempre por resultado a los segundos. Si pretendiéramos afirmarlo asi, estariames enunciando una proposicién de tipo deter- minista (siempre que suceda X ocurrira Y). Pero tales proposiciones son poco frecuentes en las ciencias sociales. En cambio, si decimos que lo primero simplemente aumenta la proba- bilidad de que ocurra lo segundo, entonces el vinculo propuesto sera de tipo estocdstico 0 probabilistico, lo que es mucho mas frecwente y menos aventurado. Por otra parte, nuestro enunciade sostiene que los hechos del primer tipo siempre acom- pafian a los segundos. Pero no especifiea gue otras condiciones deben concurrir para que se produzcan estos tiltimos. Parece evidente que la falta de legitimidad, por si sola, no alcan- za: un régimen impopular, desprestigiado, cuya autoridad no es reconocida por los gober- nados puede, sin embargo, persistir largo tiempo si posce la fuerza represora suficiente, La historia -ain la historia reciente~ ofrecer ejemplos a poco que se los busque. Esto Ultimo sugiere que se requieren otras condiciones (Z, W, etc.), ademas de X, para que suceda Y. Si con s6lo presentarse ¥ se garantizara la ocurrencia de X, entonces habla- riamos de un vinculo suficiente. Pero si X es apenas una de las condiciones antecedentes de Y (requiriéndose otras varias), entonces se trata de un vinculo contingente, pero no sufi- ciente. Puesto que hay pocos fenémenos -tal vez ninguno- monocausados, los segundos no son los mas usuales, Por fin, también podria suceder que X ni siquiera fuera imprescindible para la ocurren- La investigacién en Ciencias Sociales: lOgicas, métodos y sécnicas para abordar la realidad social ide Y. Acaso también W o Z puedan causar ¥ emausencia de X. Tal vez las revoluciones Producirse sin deslegitimacién previa: por ejemplo porque una minoria muy activa, ionada y dindmica fuera capaz de tomar el poder'y realizar cambios radicales, aun a ano de la opinién mayoritaria. Si afirmames que se requiere imprescindiblemente deslegitimacién previa (X) para que ocuma ems revollucién (Y), entonces postulamos Winculo necesario. Pero si una minoria lo sufieientemente activa (W) puede lograr el resultado, entonces se trata de un vinculle sastmaiie Por otra parte, la coincidencia entre los des kechos podria tener un solo sentido posible: (parece ser en nuestro ejemplo, ya que la Geslesitimscion precederia a la revolucién y no inversa. Pero hay casos en que también ida y vuelta. Un aumento de los precios de aumentos de los salarios. Pero tambaee) @ costos y generar incrementos de precios. ible, en tanto que en el segundo el ive, podria ocurrir -y el ultimo de los e de salarios puede ser trasla- antecede a las revoluciones, creando condiciones propicias para que ellas ocurran. en cambio, no es facil apreciar qué cosa ocurre antes: ls debilidad de un régimen poli- para implementar ciertas politicas o la merma de apoyo de sus partidarios. Son fené- que se presentan juntos, pero sin una seeuescis Semporal claramente distinguible: podria suceder que las vacilaciones del gobierno le testaran consenso, como que el ilitamiento de sus bases sociales le dificultara su @eciomar. En el primer caso se habla de los secuenciales, en tanto que en el segundo se Gite que son coexistentes. Podemos retornar ahora a la cuestiOn de las predlcciomes: ~ en rigor, sélo serian capaces de incluir predicciones las proposiciones que sostuvieran relaciones secuenciales entre los fenémenos y no aquellas donde la relacién fuera coe- xistente: en este ultimo caso la ocurrencia del primer suceso permitiria deducir que tam- bién debiera haber ocurrido el segundo, mas no anticipario - Lacomprobacién de la des- legitimaci6n politica anticiparia la ocurrencia posterior de una revolucién. - una proposicién secuencial cuyo contenido afirmara una relaci6n de tipo determinista entre dos fenémenos sin duda permitiria anticipar la segura ocurrencia del segundo toda vez que se presentara el primero. Si, en cambio, el vinculo propuesto fuera estocastico, La investigacion en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad cocial entonces la presencia del primer fenomeno simplemente aumentaria la probabilidad de que se presentara el segundo: una creciente deslegitimacién aumentaria la probabilidad de que hubiera una revoluci6n dentro de cierto tiempo. ~ una proposicién secuencial que enunciara una relacién de cardcter suficiente entre dos tipos de sucesos permitiria formular predicciones seguras, a diferencia de una de caréc- ter contingente: salvo que la proposicién incluya todas las condiciones antecedentes requeridas. La deslegitimacion —ya lo vimos~ no basta para producir un estallido revo- lucionario: se requiere el concurso de otras condiciones. Si la proposicién se limitara a enunciar sdlo esta, apenas podria permitir predicciones inseguras. ~ una proposicién secuencial que postulara un vinculo de carécter necesario permitiria predicciones; de ser sustituible también podrian resultar revoluciones no precedidas de pérdida de legitimidad. En este caso, le deslegitimacién podria permitir anticipar la pro- babilidad de ocurrencia de una revolucién. Pero no al revés: la ausencia de ella no per- mitiria afirmar la imposibilidad de un estallido revolucionario. ‘A poco que se lo piense se advertira que la mayor parte de las proposiciones de caracter hipotético propias de las ciencias sociales afirman vinculos de tipo estocéstico, contingen- te y sustituible. De ello resulta una inocultable debilidad para el ejercicio de Ia prediccién por parte de estas disciplinas, que parecen mas aptas para as explicaciones ex post: ningun socidlogo, historiador o cientista politico fue capaz de prever la caida del Muro de Berlin y la Unién Soviética en la segunda mitad de los afios ochenta, cuando Gor- bachov inicié la perestroika y la glasnost y puso fin a la Guerra Fria. Mas cercanamente, tampoco los cientificos sociales argentinos formularon hipotesis que ansicipers” of drast- co viraje ideologico del partido justicialista durante los afios noventa, cuando el presidente Menem accedié al poder en medio del caos de la hiperinflacién que acabé con el gobierno radical, En cambio, una vez sucedidos estos hechos una abundantisima literatura fue capaz de formular hipétesis acerca de sus causas, incluyéndolos en tipos de fenémenos mas gene- rales: el viraje neoliberal del justicialismo, por ejemplo, pudo entenderse como un fenéme- no de alcances mundiales, resultante de las nuevas condiciones establecidas por la globali- zaci6n y la expansién hegeménica del capitalismo y aplicable 2 muchos otros contextos geograficos y fuerzas politicas, como el PSOE espaol o el PSDB del presidente Cardoso en Brasil. Tal Lexi “ol como lo ha sefialado Hobsbawm (1998: 15), ~_-el éxito de los pronosticadores de los tltimos treinta o cuarenta afios, con independencis de sus aptitudes profesionales como rofetas, ha si espectacularmente baj o e rofetas, ha sido tan bajo que sélo les gobiernos y los institutos de investigacién econémica siguen confiando en ellos, o aparentan hacerlo”. la desaparicién de l La investigacién en Ciencias Sociales: l6gicas, ‘éenicas para abordar la realidad social 4 (Las hipétesis siempre incluyen dos variables? Todo el apartado anterior examina proposicsomes que relacionan dos variables. No debe ‘pensarse que las preguntas de investigacim y sms tespeestas hipotéticas~ se refieren siem- a relaciones entre fendmenos. Como tampees que siempre hemos de interrogarnos ‘acerca de causas y efectos. En consecuencia, €5 peesiso desterrar la idea estereotipada de Bipétesis de la forma: = A mayor X—» mayor Y, 0 bien wa Si X —» entonces también Y a Las hipotesis que pueden formalizarse de este sasGe son aquellas que suponen variacién ‘conjunta o ~al menos— copresencia de ciertos a, 2 veces, pero no siempre, este es contenido (Mora y Araujo, 1973). , Por ejemplo, si tratamos de imaginar qué cosss las variaciones en los ingresos Jos trabajadores, podemos suponer que ~at pueden estar producidas por ferencias en sus calificaciones educativas. ¥ extonces hipotetizaremos que\a mayores ificaciones educativas mayores posibilidades de seceso 2 los ingresos. En cambio, si nuestro interés estriba en estableser bajo qué condiciones puede tener una conmocién social del tipo de las que agitarom 2 le Argentina a fines de 1989 0 de 1, tal vez tendamos a pensar que ello requiere que tengs lugar una fuerte depreciacion la moneda, con la consiguiente y traumatica liewaciée Ge les ingresos de los trabajado- Y diremos que si sucede un empobrecimiento sébite y generalizado, aumenta la proba- idad de que ocurra también una rupture del orden social establecido. Las hipotesis, ya se ha dicho, son respuestas conjeturalles 2 muestros interrogantes. En cuencia, en las investigaciones descriptivas cuando silo pretendemos dar cuenta de caracteristicas especificas de un cierto fenémeno o Gomjanto de fenémenos—las hipote- no responden a este modelo. A veces, apenas si las bay: suclien no aparecer explicita- . Sin embargo, cuando seleccionamos ciertas dimensiones de un fenémeno (y no }) para. describirlo 0 delimitarlo, de algiin modo estamos hipotetizando que su especi- dad (lo que lo distingue) estriba precisamente en estos aspectos. Por ejemplo, si pretendemos descriir la imsereie taboral de la poblacién de origen ite, hay implicito un primer supuesto o comjetura: em aligo diferiran de los no migran- Si ademis, examinamos los ingresos, la categoria Geapscional, la duracién de la joma- y los beneficios sociales como variables de comparacién. estaremos apostando a que en aspectos los trabajadores migrantes se diferenciam de los nativos: tal vez creamos que menos, trabajan mas horas y son generalmente asallariados. Luego, en el contexto de ificacion, podremos confirmar o refutar este supuesto. La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social Las hipdtesis no son ocurrencias caprichosas 0 antojadizas, sino que tienen por lo comun un fundamento basado en conocimientos previos. Sabemos lo suficiente como para pensar que los empleadores suelen asociar las calificaciones educativas formales con mayores conocimientos y, por eso, pagan mas. Hay teorias que dicen que el estudio es tra- bajo acumulado y — por eso- tarde o temprano sera remunerado: seria una remuneracién diferida por un trabajo realizado en el pasado. Hay motivos que nos haran pensar que los migrantes trabajen mas y ganen menos que los trabajadores nativos: sino tienen su documentacién en regla, se sabe que suelen ser objeto de explotacién por parte de los empleadores. Estén forzados a aceptar condiciones de desempefio duras para poder subsistir en un medio extrafio y donde carecen de otros recursos que el propio trabajo. ‘Vemos, pues, que frente a ciertas preguntas que nos sugiere la observacién de ciertos fenémenos —zpor qué difieren los ingresos laborales de las personas? {cOmo se insertan en el mercado de trabajo los migrantes?— tratamos de imaginar respuestas desde el conoci- miento con qué contamos (Cohen y Nagel, 1976). Por supuesto, las hipétesis pueden ser mas complicadas, si los mismos fendmenos que observamos se nos aparecen més complejos. Esta muy estudiado por economistas, socidlo- gos y otros especialistas que ha tenido lugar una extensién de la educacién de nivel medio y superior. A diferencia de lo que sucedia hace medio siglo, un titulo secundario 0 aun uni- versitario no es un atributo de acceso restringido a estrechas minorias. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, un tercio de las personas que cuentan entre 25 y 60 afios se ha graduado en la educacién superior y la mitad posee un titulo secundario. De resultas de ello, estas calificaciones tendieron a devaluarse y hay gente que, a pesar de tener diplomas gana poco. De manera que tenderemos a formular nuestra hipdtesis de otro modo: ganar mucho dinero exige contar con buenas calificaciones educativas, pero ellas no garantizan buenos ingresos: Tal vez diremos que si la educaci6n es baja los ingresos también lo son, pero si la edu- caci6n es alta pueden ser tanto altos come bajos: Si Xp (educacién baja) —» entonces Yj, (ingresos bajos) Si X, (educacién alta)» entonces ¥g 0 Yp, (ingresos altos o ingresos bajos) 5. Las hip6tesis y su puesta a prache Si las hipétesis son respuestas tentativas, en algiin momento debiera averiguarse si encierran algo de verdad. “En primer lugar—dicen Cohen y Nagel (1976: 24)- una hipéte- sis debe estar formulada de manera tal que puedan hacerse deducciones de ella y arribar a una decision acerca de si explica 0 no los hechos considerados”, La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social Tal como se ha visto, las hipétesis empiezan por ser formuladas como proposiciones de sarécter descriptivo, explicativo o predictive que se refieren a fendmenos de la realidad y ‘que deben someterse a prueba. Es decir, hace falta saber si las cosas son tal como supone- ‘mos, si suceden tal como lo creemos. Puesto queestas Proposiciones se basan, generalmen- fe, en conocimientos previos, podemos decir que tienen cardcter tedrico: se trata de poner a prueba lo que afirma la teoria Para que sea posible llevar a cabo estos procedimientos de contrastacién, es necesario + algunos pasos. Para Bruyn (1972), una wee formulada una proposicion al nivel teé- €s preciso: » formalizar las hipdtesis al modo de relaciones entre variables * traducir estas variables a indicadores, vale deeir'@ manifestaciones observables o men- Smables Los conceptos formales median, pues, entre los canceptos operacionales y los tedricos , 1972). Mora y Araujo (1973), por su parte, fea denominado a estos dos niveles de is como hipétesis sustantivas e hipétesis de walidaci6n, respectivamente. ‘Yeamos un ejemplo de lo dicho. Observamos que existe un considerable proceso de pre- szacion de las relaciones laborales. Los datos recientes dan cuenta de que la mayor par- © los empleos que se crean en la Argentina som de baja remuneracién y no estén regis- s legalmente. Esto es informacion empirica, pero nos suscita una pregunta en un pla- ‘Be mis tedrico ~el de la teoria sustantiva o especificamente referida a un orden acotado de Senomenos: el mercado de trabajo— ;Por qué razones ls dinamica de la creacion de empleo Sgue este curso? Podemos imaginar mas de una Tespwesi2, pero una linea de explicacién Posible —una respuesta hipotética de carécter teérico~ mos diria que, tal vez, los cambios Secnol6gicos hacen que los empleos de mejor ealidad demanden crecientes calificaciones. Destrezas tales como el manejo de una computadora, que sélo posee —o adquiere facilmen- #=- una persona con medianas calificaciones educativas. Podria ser que hubiera una brecha entre las demandas técnicas del mercado y las calificaciones de los postulantes. Tendriamos que formalizar esta suposicién en forma de relaci6n entre variables: Hip6tesis sustantiva o teorica: La inadecuacién a las erecientes exigencias del mercado Jaboral produce precarizacién laboral (repérese en que esta proposicién incluye términos feéricos formales, tales como inadecuacién a Jas exigencias del mercado Jaboral y preca- sizacién laboral) Hipotesis de validacion: La proporcién de trabajadores con bajo nivel educativo seré mucho mayor en las empresas mds pequetias (reparese en que esta proposicion contiene ‘érminos con inmediata referencia empirica, tales como el nivel educativo que alguien alcanzé 0 el tamafio de una empresa) La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social A la vez, Mora y Araujo (1973) sostiene que para conectar uno y otro nivel es menester hacer uso de un tercer tipo de hipotesis: las hipétesis auxiliares de validez, que son aquellas Que afirman la relacién entre las variables teéricas involucradas y los indicadores elegidos para medirlas. En este caso, una hipdtesis de esta clase implicaria suponer que el nivel edu- cativo formal es un buen indicador de ajuste/desajuste a las exigencias del mercado laboral, en tanto que el tamafio de las empresas lo es del grado de acceso a las tecnol tivas mas modernas. Por fin, el mismo autor considera un cuarto tipo de hipétesis: las hipotesis auxiliares estadisticas, Ellas nos permitirian confiar em que lo que apreciamos en una muestra -ya fuere la distribucién de una variable o la eventual relacién entre dos o mas variables— tam- bién ocurre en la poblacién de la que esta muestra proviene, yno obedece a un simple capri- cho del azar. Este esquema, que conecta la formulacién de-supuestos tedricos con los datos observa- bles, a través de la formalizaci6n de los Primeros en forma de relaciones entre variables, el modo habitual de proceder en los enfoques cuantitativos o naturalistas, En tanto q cuando se parte del paradigma comprensivo y se emplean técnicas cualitativas, la medi ci6n entre el nivel de la teoria y el de los conceptos concretos o de ‘uso corriente remitiri: los conceptos sensibilizadores (Bruyn, 1972). logias produc- es jue. lia- jaa 6. Las hipétesis: guias para el andlisis Las hip6tesis operan como faros que nos alumbran el camino. Son las que guian la tarea de obtencién de los datos, asi como el modo en que operamos al analizarlos. Todo sugiere, Pues, que resultan muy valiosas'en la investigacién.'Y que la maxima aspiracién de cual. quier investigador seria comprobar que sus hipétesis soportan repetidamente la puesta a prueba. Sin embargo, gpierden todo valor cuando esto no sucede? . 6.1. ¢Se desechan las hipétesis? Ya hemos visto que formulamos Preguntas para arriesgar respuestas que nos parecen verosimiles. Y que —puesto que ignoramos si estas respuestas son en verdad acertadas— pro- curamos cotejarlas con la realidad. éQué sucede si los hechos observables parecen confir- mar nuestras conjeturas?: nada definitivo (Popper, 1971; Bunge, 1995). Pues que seguirin siendo respuestas verosimiles hasta que alguien demuestre lo contratio, Por consiguiente, apenas las habremos corroborado -no confirmado~ y podremos guiarnos provisionalmen. te por ellas, La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social 4Y si los hechos las contradicen? Popper creia que era menester descartarlas, junto con todo el corpus te6rico del que formaban parte integrante. Muchos piensan, sin embargo, que no es tan asi. El falsacionismo atenuado, formulado por Lakatos, se inclina por estable- er un cinturén protector en torno a las teorias, abandonando a su suerte apenas los retofios menos afortunados. La teoria siempre podra ser reformada Para que pueda dar cuenta de hechos inopinados. Por otra parte, ya hemos visto que el canacter estocdstico o Probabilistico no permite Sino afirmar que X incrementa la probabilidad de que suceda Y, sin permitir asegurar que ‘sera asi en todas las ocasiones. Por otra parte, si casi todo fenémeno reconoce un conjunto muy amplio y complejo de causas y si aceptamos que munca seria posible incluirlas a todas elas en una afirmacion hipotética, entonces habrd que aceptar que el contenido de cual- ‘ier afirmacién serd meramente probabilistico y pestileré vinculos contingentes antes qe necesarios. gas Una hipétesis, pues, podria mostrarse util para explliear y aun predecir ciertos fendme- ‘es en muchas ocasiones, aun cuando sea incompleta, so cemtemple todas las condiciones ‘J S= muestre errada en otras muchas oportunidades. ow Por otra parte, no pocas veces, los investigadores deseam retener ciertas hipétesis, aun endo que no son del todo ciertas. La razén estribe em se valor heuristico, que las con- en guias para la investigacién y en fuentes de ewentuslies descubrimientos, aun cuan- no resulten confirmadas 0, mas bien, seam disconfirmades. Pues el hecho de que no lo que tenemos buenas razones para esperar qBe pase exige una explicacion: y bus- aumenta nuestro conocimiento. Esto ocurre tanto en las ciencias sociales como en lies otras. Hay buenas razones para mer que cuando un joven busca su primer empleo teadrs més probabilidades de conse- irlo si posee mejores calificaciones educativas. Este €s'ums conjetura que nos brinda una Tespuesta a la pregunta de por qué algunos jOwenes tienen wentaja sobre otros para obtener ‘Sabajo. Cuando arriesgamos esta respuesta, mi Siguiers creemos que sea del todo cierta y mucho menos que sea la unica posible: seguramente, habbes otras muchas razones. Pero si ‘so es cierta, al menos es util: empezar por elle nos comducird —eventualmente- a esas otras sazones que todavia no vislumbramos. En términos formales, esta hipétesis diria que 2 mayor nivel educativo, menor desem- pleo. O —lo que es lo mismo- que 2 mayor nivel educative, mas probabilidad de obtener empleo. Si quisiéramos averiguar si nuestra hipétesis es correcta, seguramente comparari- amos las tasas de desempleo de los jéyenes com diferentes calificaciones educativas: al hacerlo advertiriamos que los hechos no se comportan exactamente como lo esperabamos. En realidad, las tasas de desempleo van en aumento @ medida que mejoran las calificacio- La investigacién en Ciencias Sociales: légicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social nes educativas y solo bajan en el caso de los que tienen estudios de nivel superior comple- tos {Como es esto posible? ces perjudicial, acaso, estudiar si se quiere obtener un empleo? Este resultado inesperado es, en si mismo, una nueva pregunta: nos obliga a reflexionar y a plantear nuevas hipétesis que lo expliquen. Por ejemplo, podemos pensar que, tal vez, suceda que los jévenes menos instruidos aceptan cualquier trabajo (tal vez realicen actividades por cuenta propia de muy baja cali- ficacién), en tanto que los que han estudiado més prefieren prolongar sus biisquedas pero son mas exigentes para aceptar un trabajo. Tendriamos que ver si esto es cierto, examinan- do las condiciones de trabajo de unos y otros, cuando logran emplearse. Podria ser, también, que los menos educados pertenezcan a hogares de muy pocos recur- sos y estén, por eso, forzados a aceptar cualquier actividad laboral, aun cuando fuera desa- gradable y mal remunerada: eso explicaria su mayor facilidad para emplearse. Es otra hipd- tesis y también podriamos someterla a contrastacién. Como vemos, aun las hipétesis falsas nos proveen mas conocimiento: por de pronto, sabemos que son falsas y estamos forzados a explicar por qué las cosas suceden como suce- den, a través de nuevas hipétesis. Y si estas también resultaran falsas, seguramente imagi- nariamos otras. El proceso de construccién de conocimiento sigue, pues, un curso espirala- do en el que nos sirven tanto las conjeturas que aceptamos y damos por buenas ~siempre provisionalmente— como las que rechazamos. Y tal vez ni siguiera sea preciso desechar por entero nuestra hipétesis inicial: acaso bas- taria con acotarla un poco, ponerle ciertas condiciones 0 -como es usual decir especificar- la mas: lo que afirmamos solo sucede bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, si se trata de jovenes que provienen de hogares con recursos suficientes como para prolongar sus bits- quedas y elegir. En este caso, estas biisquedas se dilataran menos cuanto mejor calificados estén {Realmente sera asi? No lo sabemos: se trata —una vez mds~ de una hipotesis... ‘Tampoco es bueno extremar este procedimiento de formular hipétesis ad-hoc, con el propésito de “salvar teorias de la falsacién”, ya que ello suele complicar los sistemas teéri- cos. Pero si es razonable reconocer que @ veces una “ampliacién” de una hipétesis puede mejorar sus posibilidades de supervivencia. Por fin, también sucede que en el momento de la contrastacién ponemos a prueba supuestos que damos por “ciertos” y que, en rigor, también tienen cardcter hipotético: es el caso de las hipotesis auxiliares de validez, ya mencionadas. En ocasiones puede suceder que sean ellas las “culpables” de la refutaci6n de nuestra hipétesis. por ello, sin caer en una posicién cartesiana que Ileve a poner en duda absolutamente todo, debemos sospechar de éstos supuestos. Tal situacién se presenta cuando damos por valido un instrumento de {La investigacion en Ciencias Sociales: Iigicas, métodos y téenicas para abordar la realidad social medicién 0 un indicador que en realidad no lo es. Schuster ha sefialado, asimismo, ‘que antes de desechar una hipétesis -o una entera teo- ria— debiéramos preguntarnos si hay otra mejor en su reemplazo. Si no Ia hay, la existente debe mantenerse “...restringiendo su campo de accién o emparchindola” (Schuster, 1986: 64). Es que, aun parcialmente demostradas sus inexactitudes, las hipétesis pueden seguir siendo titiles para proveer, por ejemplo, predicciones acertadas. En definitiva, que cada hipétesis mos habra servido de guia para avanzar en el anilisis: nos habra Ilevado a seleccionar cierta informacin para someterla a prueba. Y el resultado de estas pruebas —favorable 0 desfavorablle~mas conducira a su vez a formular nuevas con- Jeturas. Detenernos o continuar en este proceso dependerd de un conjunto de factores: la imaginacion para proponer nuevas explicsciones alternativas no es el menos importante... Tal como lo han afirmado Cohen'y Nagel (1976-25): “Una hipétesis falsa puede dirigir nuestra atencién hacia hechos o relaciones entre hechos antes insospechados, aumentando asi los elementos de juicio a favor de otras'tearias La historia de la investigacion humana esta Ilena de hipétesis rechazadas por falsas pero que han cumplido un propésito util”. 62. {Se conservan las hipétesis? En realidad, si pudiéramos saber de una vez y para siempre que una proposicién es ver- dadera, ya no estariamos frente a una hipétesis Estariamos, dice Zetterberg (1976: 86), frente a una invarianza. Esto es demasiado temminante Para las ciencias sociales, y aun para €ste mundo un tanto incierto en el que habitames La verdad es esquiva. Por eso, es més atinado y seguro pensar que, antes que verdaderas de una vez y para siempre, las hipétesis son mas 0 menos utiles. Una proposicién podra robustecerse, sim ada si a lo largo del tiempo mumerosas y repetidas observaciones le dan la razon. ‘Pero mada garantiza que asi seri hasta el fin de los Sempos. Bien podria ocurrir, algin dia, que multitudinarios alzamientos populares acaba- ran derrocando un régimen que gozara de amplia popularidad. Acaso la conjuncién de los planetas haya cambiado y los astros tengam, sobre los sucesos politicos, una influencia que jamds hemos sospechadi Si tenemos en cuenta la infinita complejidad del mundo —y en especial de las conductas humanas- se entenderé facilmente que es muy dificil que podamos alcanzar un conoci- miento total, completo, exhaustivo y final acerea de un fenémeno. Por eso, en realidad ni siquiera es deseable conservar ad infinitum wna hipétesis: mejor ser4, en todos los casos, encontrar situaciones en que ella no se cumple, con el propésito de averiguar por qué razén sucede eso: de esa manera es como se avanza en el conocimiento de la realidad. El error ensefia y permite progresar. La investigacién en Ciencias Sociales: logicas, métodos y técnicas para abordar la realidad social En resumen, que nunca tend: mos certezas definitivas. Solo hipotesis -mas 0 menos Tobustecidas por el reiterado sometimiento a procedimientos de verificacién— que procuran dar cuenta de las cosas. Pero la aproximacién de las hipdtesis a los hechos siempre tendri cardcter parcial y provisional. El progreso del conocimiento procede por sucesivas y gra- duales aproximaciones, frecuentemente sinuosas y aun erréneas. Tal como lo afirmo Priets- ley Bastan teorias muy defectuosas e imperfectas para sugerir experimentos titiles que y dar origen a otras mas perfectas. Estas, luego motivan nuevos sirven para corregirl expetimentos que nos llevan atin mds cerca de la verdad; y debemos contentarnos con este método de aproximacién; debemos conside nos felices s cemos algiin progre- so real mediante este lento procedimiento” ( itado por Cohen y Nagel, 1976: 38) La duda y el cuestionamiento permanente, atin Ia desconfianza —que no la certeza constituyen, pues. el motor que permite avanzar. La duda es propia-de la ciencia, bajo la presuncién de que nada es exactamente como ereemos y de que el conocimiento es siem: Pre aproximativo. La certeza y la seguridad, en cambio, son lo propio del dogma. Bibliografia - BUNGE, M. (1995). La ciencia, su métodeysu filosofia. Buenos Aires: Editorial Suda- mericana. - BRUYN, S. (1 Editores - CARROLL, L. (1971), Aventuras de Alicia en el Pais de las Maravillas. Buenos Aires: Editorial Brujula - COHEN, M. y NAGEL, E. (1976), Introd nos Aires: Amorrortu. HEMPEL, C. (1979). La explicacién cientifica. Buenos Aires: Paidés HOBSBAWM, E. (1998). Historia del Siglo XX. Buenos Aires: Grupo Editorial Planeta. - MORA y ARAUJO, M. (1973 de relaciones entre variables y la puesta a prueba de hipétesis estadisticas”, en Mora y A\ 2). La perspectiva humana en sociologia. Buenos Aires: Amorrortu ecién a la légica y al método cientifico. Bue- El analisi: jo, M. (compilador), EI andlisis de los datos en Ia investigaci6n social. Buenos Aires: Ediciones Nueva Vision. - POPPER, Karl (1971). La lég cidn cientifica. Madrid: Tecnos. - SCHUSTER, F. (1976). Explicacién y prediceién. La validez del conocimiento en cien- cias sociales. Buenos Aires: CLACSO. de la invest en Ciencias Sociales: légicas, métodos y tenicas pars abordar la realidad social La investigaci Notas 1 La excepcidn estaria dada por las investigaciones de tipe exploratorio, donde casi se carece de supuestos y la aproximacién al campo u objeto de estudio se lleva 2 eabe com una maxima apertura. 2 Existen, sin embargo, las llamadas retrodicciones (prediccsones “hacia el pasado”), que son frecuentes en dis- ciplinas como Ia astronomia, la geologia c. inclusive. is historia. Por decirlo de un modo simple. si disponemos de una hipétesis segin la cual un sitio donde abors existe une llanura fue, hace muchos milenios, un lecho oce- nico, entonces debieran haber quedado depositadies en ef subsuelo (en ese pasado remoto) los restos fésiles de animales marinos. De todas formas, esta prediccitm iacia atrés, se convertiria en la prediccién hacia el futuro de que, si excavamos, hallaremos tales fésiles. we

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