1
quedaran como una cascara vaciada de sustancia. Espaa contina siendo
foco de opresin. Lo saben sus mujeres, su juventud, las naciones y pueblos
vasco, cataln, rabe, gitano, andaluz, gallego, canario, etc.
Por otro lado silencia toda posibilidad de voz conciencial. Este libro es un
ejemplo. Quemado tras un golpe militar en Bolivia, ocultado en depsitos
hmedos de una imprenta en Mxico pese a la demanda, una editorial
norteamericana grande incumpli el contrato de publicacin por no haber
sido convertido en elogio del capitalismo, su traduccin francesa, aos de
2
esfuerzo, desapareci por obra de un francs, antroplogo e izquierdista,
todava considerado defensor del indio.
3
inarmnico -aunque sincronizados- convencieron al mundo que son entre s
enemigos irreconciliables. Europa, mediante ellos obliga a los pueblos a
matarse unos a otros y a s mismos. Est claro, cualquier resultado ser la
victoria del colonialismo europeo.
4
El comunismo y el capitalismo no slo se parecen y complementan,
Forman una sola unidad. Son el proceso de dominacin mundial del
hombre blanco. Pueden existir solamente juntos, porque la razn de ser del
uno es el otro. Por eso las superpotencias, despus del regateo aconsejado
por las buenas maneras diplomticas, se reparten pases y continentes.
5
en la adoracin al amo europeo, le sacrifican incluso su sangre. La juventud
andina no crea, copia; no piensa, asimila y memoriza trozos de verdades
ajenas; no habla, rumia ecos; no ilumina con ideas nuevas el ambiente
poltico, es parte de la sombra y, como tal expande sombra; no acciona,
reacciona, pues no ejecuta decisiones propias. Y como todo reaccionario
jams analiza las races de sus creencias.
6
Conocernos ser respetarnos.
Que el Inti, la Mamapacha, los Achachilas, los Apus, los Wamanis nos
iluminen.