Ciudadanos
Magistrados de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia.
República Bolivariana de Venezuela.
Su Despacho.-
Espacio Público, asociación civil domiciliada en la ciudad de Caracas, sin fines de lucro
registrada en la Oficina Subalterna del Sexto Circuito de Registro del Municipio Libertador del
Distrito Capital en fecha 20 de febrero de 2003, bajo el Nº 28, Tomo 02, Protocolo 1°, según se
evidencia del documento constitutivo-estatutario que anexamos marcado con la letra “A”, junto
el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP),cuyos estatutos se registraron ante el
Ministerio del Trabajo, bajo el N° 236, Folio 44, Tomo II, de fecha 02 de mayo de 2006 del
Libro de Registro de Sindicatos Nacionales y Regionales, documentos que se anexa marcado
letra “B” representado en esta acto por Marco Antonio Ruiz, titular de la cédula de identidad
N° 14. 344.828, Secretario General del SNTP, elegido en elecciones celebradas el 10 de
diciembre de 2009 y reconocido por el Consejo Nacional Electoral en sesión celebrada el 25 de
marzo de 2010, notificado mediante oficio DGASG/M 33/ 2010, que se anexa marco letra “C”
y “D”, con facultades para ejercer representación judicial del SNTP tal como consta en estatutos
constitutivos en su artículo 33 literal b, que se anexa marcado letra “E” y el Colegio Nacional de
Periodistas, corporación de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio,
distinto e independiente del Fisco Nacional, conforme a la Ley de Ejercicio de Periodismo,
publicada en Gaceta Oficial N° 4819 de fecha 22 de diciembre de 1994, representada en este acto
por su Vicepresidente, Alonso Moleiro Dugarte,titular de la cédula de identidad N° 10.797.255,
tal como consta en acta de asamblea inscrita bajo el Número 11, folio 43 del Tomo 27 de fecha
30 de marzo de 2009 ante el Registro Cuarto del Municipio Libertador, que se anexa marcado
con letra “F”, representado el primero y asistidos los segundos en este acto por, Marianna
Belalba, abogada en ejercicio, de este domicilio, debidamente inscrita en el Instituto de Previsión
Social del Abogado bajo el número 124.496 y Yael de Jesús Bello Toro, venezolana, mayor de
edad, soltera, de este domicilio, e inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el
Nº 99.306, carácter que se desprende de los instrumentos poder que se anexan marcados con la
letra “G” y “H”; ocurrimos muy respetuosamente, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 22, 23, 25, 26 y 27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y el
artículo 5 ordinal 31 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, así como los artículos
76 y siguientes de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, a fin de:
Interponer RECURSO DE NULIDAD POR INCONSTITUCIONALIDAD, contra el Decreto
Presidencial Número 7.454 de fecha 01 de junio de 2010, publicado en Gaceta Oficial número
39.436, de fecha 1 de junio de 2010, que anexamos marcado con la letra “I”, el cual ordena la
creación del Centro de Estudio Situacional de la Nación (CESNA), con carácter de órgano
desconcentrado del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, en
virtud de que viola los artículos 57, 58, 143, 325 y 339 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; y el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos
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Humanos, publicada en la Gaceta Oficial número 31.256 del 14 junio de1977. A tal efecto,
exponemos lo siguiente:
COMPETENCIA
Así pues, la Constitución vigente atribuye a la Sala Político Administrativa de este Supremo
Tribunal, el conocimiento de las acciones de nulidad contra los actos administrativos generales o
individuales del Ejecutivo Nacional, con independencia de que los vicios sean por razones de
inconstitucionalidad o de ilegalidad.
Al respecto, ha señalado la Sala Político-Administrativa en su jurisprudencia que:
Igualmente, el ordinal 31 del artículo 5 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
establece que es la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia la competente
para “Declarar la nulidad, cuando sea procedente por razones de inconstitucionalidad o de
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ilegalidad, de los actos administrativos generales o individuales de los órganos que ejerzan el
Poder Público de rango Nacional”.
Por las consideraciones antes expuestas, según las normas constitucionales y la jurisprudencia
precedentemente señaladas, resulta forzoso concluir que el tribunal competente para conocer de
la acción indicada en autos, por estar dirigido a la anulación de un acto administrativo de efectos
generales emanado del Ejecutivo Nacional, es la Sala Político Administrativa de este Tribunal
Supremo de Justicia, y así solicitamos sea declarado.
II
DE LA LEGITIMIDAD DE LOS DEMANDANTES PARA INTERPONER ESTE
RECURSO
De conformidad con lo previsto en el noveno aparte del artículo 21 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia, la legitimación activa en el caso de las demandas de nulidad de
leyes o actos administrativos de efectos generales la tienen aquellas personas que sean afectadas
en sus derechos o intereses por el acto impugnado o la ley impugnada de ser ese el caso. En
efecto, el noveno aparte del artículo 21 del texto orgánico que rige las funciones de ese Máximo
Juzgado dispone lo siguiente:
En el presente caso, el Decreto N° 7.454 crea el Centro de Estudio Situacional de la Nación, con
facultades para declarar información reservada, clasificada o de divulgación limitada, de manera
vaga e imprecisa, otorgando facultades discrecionales a los funcionarios públicos a la hora de
limitar el acceso a la información de los ciudadanos. Ahora bien, Espacio Público, como
organización de derechos humanos que tiene como finalidad la promoción del derecho a la
libertad de expresión y acceso a la información, tal como se desprende de la cláusula cuarta de su
documento constitutivo estatutario, el cual producimos como anexo del presente recurso marcado
con la letra “A”, al considerar que el Decreto viola el derecho de acceso a la información de los
ciudadanos, se encuentra plenamente legitimada para interponer la presente acción de nulidad por
inconstitucionalidad, como parte de su misión de exigencia y garantía del derecho de acceso a la
información en Venezuela.
Por su parte, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, tiene por objeto el estudio,
defensa, desarrollo y protección de los intereses profesionales, económicos, culturales y morales
de sus miembros, así como la defensa de las libertades de expresión y de prensa y del derecho a
la información, a la sindicalización y de los derechos humanos en general de todos los
trabajadores y, en particular, los de las industrias de la información y la comunicación, tal como
se desprende de el artículo 1 de sus estatutos que se anexan marcados letra D.
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El Colegio Nacional de Periodistas, tal como establece el artículo 2 de los estatutos, tiene como
función la lucha por una auténtica e integral libertad de prensa y por el libre acceso a las fuentes
informativas.
III
El Decreto Presidencial Número 7.454 de fecha 01 de junio de 2010, publicado en Gaceta Oficial
número 39.436, de fecha 1 de junio de 2010, ordena la creación del Centro de Estudio Situacional
de la Nación. En su artículo 9 faculta al Presidenta o Presidenta del CESNA a declarar el carácter
de reservada, clasificada o de divulgación limitada cualquier información. Textualmente señala el
artículo:” El Presidente o Presidenta del Centro de Estudio Situacional de la Nación podrá
declarar el carácter de reservada, clasificada o de divulgación limitada a cualesquiera
información, hecho o circunstancia, que en cumplimiento de sus funciones tenga conocimiento o
sea tramitada por el Centro de Estudio Situacional de la Nación, de conformidad con lo
establecido en el artículo 59 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos y el artículo
171 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública.”
Ahora bien, el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, con jerarquía
constitucional de conformidad con el artículo 23 de la Constitución, consagra expresamente el
derecho a la libertad de expresión de la siguiente manera:
En efecto, el derecho consagrado en el referido artículo 13, comprende además del derecho a la
libertad de pensamiento y de expresión, el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole, entre la que destaca el derecho a obtener información bajo
el control del Estado. De esta manera, el derecho de acceso a la información se inserta dentro del
marco general de la libertad de expresión.
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En este mismo sentido, nuestro derecho interno establece diversas normas que consagran y
garantizan ese derecho a la libertad de expresión, que deben ser interpretadas conforme a la
normativa y la jurisprudencia internacional, no sólo por configurar una obligación internacional
del Estado venezolano, sino además por ser una obligación constitucional con jerarquía
constitucional y prevalecer en el orden interno. En este sentido, el artículo 57 de nuestra
Constitución reconoce el “derecho de toda persona a expresar libremente sus pensamientos, sus
ideas u opiniones (…) y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión,
sin que pueda establecerse censura”. Igualmente, el artículo 58 reconoce el derecho de toda
persona a la información oportuna, veraz e imparcial.
En segundo lugar, los límites al derecho de acceso a la información establecidos por ley deben
responder a un objetivo permitido por la Convención Americana. Al respecto, el artículo 13.2 de
la Convención permite que se realicen restricciones necesarias para asegurar “el respeto a los
derechos o a la reputación de los demás” o “la protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud o la moral públicas”.
Finalmente, las restricciones que se impongan deben ser necesarias en una sociedad democrática,
por cuanto las mismas deben estar orientadas a satisfacer un interés público imperativo. Entre
varias opciones para alcanzar ese objetivo, debe escogerse aquéllas que restrinjan en menor
escala el derecho protegido. Es decir, la restricción debe ser proporcional al interés que la
justifica y debe ser conducente para alcanzar el logro de ese legítimo objetivo, interfiriendo en la
menor medida posible en el efectivo ejercicio del derecho (Véase decisiones de la CrIDH, Caso
Palamara Iribarne, párr. 85; Caso Ricardo Canese, párr. 96; Caso Herrera Ulloa, párrs. 121 y
123; y Opinión Consultiva OC-5/85, párr. 46)
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Las limitaciones al derecho de acceso a la información deben estar previa y expresamente fijadas
en una ley. Al respecto, se aplica la definición de la Corte Interamericana en la Opinión
Consultiva OC 6/86, según la cual la expresión leyes no significa cualquier norma jurídica, sino
actos normativos generales adoptados por el órgano legislativo constitucionalmente previsto y
democráticamente elegido, según los procedimientos establecidos en la Constitución.
Ahora bien, observamos que este requisito no se cumple en el presente caso. El CESNA, con
facultad para declarar cualquier información como reservada o clasificada, fue creado mediante el
Decreto Presidencial N° 7454, no mediante una ley formal emanada del órgano deliberativo. En
este sentido, al limitar un derecho constitucional vía Decreto no sólo se violan los estándares
internacionales indicados, sino también un mandato expreso de la Constitución Nacional, que
establece en su artículo 325 lo siguiente: “El Ejecutivo Nacional se reserva la clasificación y
divulgación de aquellos asuntos que guarden relación directa con la planificación y ejecución de
operaciones concernientes a la seguridad de la Nación, en los términos que la ley establezca.”
(Resaltados añadidos)
El tercer considerando del Decreto vincula la creación del CESNA a un mandato constitucional
que le permite, tal como lo establece el artículo 325 de la Constitución, reservarse y clasificar
información que guarde relación con asuntos concernientes a la seguridad de la Nación. El
aludido precepto constitucional es muy claro al establecer que es mediante una ley que estas
limitaciones podrán establecerse.
b.2. Las limitaciones deben establecerse mediante leyes redactadas de manera clara
y precisa.
Toda limitación a la libertad de expresión debe estar establecida en forma previa y de manera
expresa, taxativa, precisa y clara en una ley. En este sentido, el principio 6 de la Resolución del
Comité Jurídico Interamericano relativa a los “Principios sobre el derecho de Acceso a la
Información” establece que las excepciones al derecho de acceso a la información deben ser
establecidas por ley, ser claras y limitadas.
Las leyes que establecen limitaciones al derecho de acceso a la información bajo el control del
estado deben responder a los objetivos establecidos en la Convención Americana y la
Constitución Nacional.
Si bien el Decreto se ha redactado con una vaguedad que impide caracterizar la legitimidad de los
propósitos de las limitaciones, el tercer considerando del decreto alude a información que guarde
relación directa con la planificación y ejecución de operaciones concernientes a la seguridad de la
Nación.
Este supuesto está permitido constitucionalmente, pero la expresión seguridad nacional debe
interpretarse de manera muy estricta y precisa para impedir que se niegue información bajo esta
limitación de una manera arbitraria, y menos aún para amparar actos irregulares un una
Administración.
La expresión seguridad nacional, como acotamos, sólo aparece en el tercer considerando del
Decreto, la normativa en ningún momento establece con precisión que se entiende por seguridad
nacional, y los criterios de clasificación de la información, por lo que la vaguedad de la norma
conduce a una limitación no ajustada a los estándares internacionales, y por ende una limitación
ilegítima.
IV
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PETITORIO
1.- Que ADMITA el presente recurso de nulidad por inconstitucionalidad contra el Decreto
Presidencial Número 7.454 de fecha 01 de junio de 2010, publicado en Gaceta Oficial número
39.436, de fecha 1 de junio de 2010.
2.- Que DECLARE CON LUGAR el recurso de nulidad por inconstitucionalidad contra el
Decreto Presidencial Número 7.454 de fecha 01 de junio de 2010, publicado en Gaceta Oficial
número 39.436, de fecha 1 de junio de 2010, y en consecuencia anule los artículos 3 y 9 del
Decreto en referencia.
V
DOMICILIO PROCESAL
Señalamos como domicilio procesal de las personas que hemos identificado supra, y que
interponen el presente recurso, el siguiente: Avenida Universidad, Esquinas Traposos a Chorro,
Edif Centro Empresarial, Piso 12, Ofic. H, Urb. Catedral, Municipio Libertador, Caracas,
Venezuela. Teléfono: 212-5417002, Fax: 5417002, a la atención de Marianna Belalba.
Es justicia que esperamos en la ciudad de Caracas, a la fecha de su presentación.