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l "Aan revoluciones drabes Causas, consecuencias en América Latina impacto CColoquio Intemacional Buenos Aires, 8 y 9 de septiembre de 2011 blomatique ie Santiago Alba Rico Pedro Brieger Luis Britto Garcia Elizabeth Carvalho Berard Cassen Pierre Conesa Knatchik DerGhougassian Dima Khatib John G, Mason ‘Sami Nair Ignacio Ramonet Gustavo Sierra Zeev Sternhell © captal lec 8.4, 2012 Primera einen Ageing eter de 2012 ‘capita telectual 8.4 ea, tb, epic mensis ie Monde porate, een Con Su wnncldglar) Directo lo Nets Cocnadr dla Cees Le Monde dau: Caos en En y comet: ing Cate ‘Fedutores: Dena Odsaas, Gite Reco, Mafara Sal, Coun Soars Yates Net 20 Die tapa oar: Caos Tes Prensn: Nareno We Foto etapa Marea Longa (A Oech Pag 1595 (C1051100) Cuda de Sunos Atos, Agertna Telfno: (58-12) 48721300 wwmoatoraapncomar ‘Suscipoonas: seowtraeakipo. ow Pots on Aina: poste con.ar Peis dence eer exanoreapincom ar in: 2.000 gerpoes ‘san gveoer-s1e3%.4 Hecho ol dept qu arena a Ly 12.723 ‘Ub de asta sara, mgreso on Agha, etd in Agena Pronbida a reproduce tt pari ests cba por usar imei 0 procdiniern eel perso eso la edo. ‘nat nen ai a ao) £200 p; 2215 on 2 Monde diplomats 8) ‘ct par aa sot) Fach cp: ogouz042 indice Capitulo 1: Una ruptura hstéica Panorama geoplico anes els Insurescones Bernard Casson a inicaa © eRewota revel en el mundo drab? Pedro Breger ‘Tinery Eeoo: eis gob y evohcén demoerstea 9 Santiago Alba Rico + despear os abes 6 ima Kats 1s rdes oes on I EUEHES BBEE nnn BD ‘Copia 3: Israel y EE.UU. frente ata “Primavera drabe” © confit laelo-palestno y as evluions babes eo Stornh a 111. Satombre de 2001: luo ta John @. Mason 8 ‘Capitulo 4: 1 Impacto en América Latina encanto def eeu ya rextn fe Estaco (rogesita) wn ‘natok DerGhougassian eyotuciny ontarewucn on el mundo musuimée is Brito Garcia uy Las veones rebels ce Amédea Lstna ‘sooe ln febeones sree . ‘Ezabeth Carvalho ‘capitulo: Claves para entonder futuro + Sigrcade y ever de ls revotuconesdrabes ‘Sam! Nalr a6 eHaciaqub nun ‘sstoma-mundo”? lgacto Ramonot os autores Presentacién Seguramente Mohamed Bouszizi no sabia que, con su decisién de prenderse fuego frente ala municipalided de Sidi Bouzid, estaba dando inicio a uno de los grandes cambios de las itimas déeadss, comparable por su profundided,y por sus consecuencias todavia abiertas, ala cada del Muro de Berin 0 alos atentados del 11 de septiembre de 200 Pero lo trremotes geopoitices son ast: slo después de un tempo, aunque el fuego todavia no se haya apaga- do, es posible hacers una idea de sus verdadero efectos. ‘Pr produciseen el tea de mayoresreservas hidrocarburfeeas el mundo, ese “aro irs de todas Ia isis” que va desde Pakistin hasta el Sahara Occidental, las répicas de ls revoluciones arabes sacuden con mis 0 menos ferocidad a todo ol plancts, El Ibro que el lector tiene en sus manos es resultado del Colo- ‘quio Internacional “Las revolucionesdrabesy la nueva geopolitica ‘mundia” organizado conjuntamente por la Fundacidn Mémoire des Iuttes y Le Monde uiplomaigue,eicius Conv Sus. Reaizady ox ‘Buenos Airs los dias 8 y9 de septiembre de 201, cont com la pre~ sencia de prestgiosos especial érabes,europeos, estadouniden- se5ylatinoamericanes,y fue un éxito de pli que desbord los saones de Cirulo Italiano, sede del encuento Pero el libro no es una simple transcripcién de las ponencas. Debid a la necesidad de reservar espacio para el debate, los ex- nes, elacionesintemas, relaiones internacionales, etc. Nada pare- id ha curio en los acontecimientos recientes. Se tata de unt renovacin de las chsesdirgentes que organizaron golps de Esta- do “con suavidad”. Es, pues, apenas un principio: todas las opcio- nes quedan abierts. Una encuesta del Arab Barometer leads & cabo en ocho paises érabes sobre una muesta de 13.650 personas demuestra Ia ambigiedad de los deseos politicos: aunque la mayo- ria piensa que la democracia ese! mejor sistema, la sta propor- «dm desea que la slaria sea In base de la ey ‘Ninguna dels fuerzaspoliticassgnficativas planta un proyec- to democtitico.Losdos modelos politicos analizados agus tenen en ‘comin una visi dita del poder-es Uno, ya sea ol Dictador, Dios ‘el Imi, La laieidad indispensable para la democraca sn objet- vo todavia Iejan (9. Los jévenes prfesionales (harragas) siguen sbandonando el pas después de las revoluciones:prusba de que no ‘ven ninginfaturoapesar del cambio politico. Los ejrcitos dejron hacer, tanto en Tinez como en Egipto, Su rol en Jos asuntes piblicos goza exteriormente de una gran legit midad y se tiene la seasacin de una rupura profunds con el rg men anterior. Peo, ces la situaién realmente diferente? Washing- ton desea que evoliconen hacia un pape “ala tures”, sin oeupar el poder ~slvo en caso de fuerza mayor-, garantes de Ia etail- ‘dad del pais conta el islamismo y sin hostilidad hacia Israel, El ejemplo egipcio demuestra que este esquema es optimist, “Traducin: Masian Sei spn Rin ri ptt o oes Le Moi pm sl Dil Cpl cecal Capitulo 2 En nombre de la dignidad 2Revuelta o revolucién en el mundo érabe?* Pedro Breer Introduccién La revuelta popular que comenz6 en Tinez en diciembre de 2010 en muy poco tiempo tuvo un efeeto de contagio en casi todor los paises rabes. Aunque era muy difi establoce ise trataba de una vuelta mis de las tants que habla conocido el mundo étabeo se ‘stab fente a una siuacia cualitativamente diferente, en my po- 0 tiempo se tuo la peroepeiia de que se estaba ante un nuevo fe- ‘némeno, Huo dos elements significativos que apaeciern l poco ‘tiempo de comenzada la revueta en Tine. Por un lado, en ores pai 8 drabes también comenzaron a organizarse manifestaciones es Pontineas de protestasin liderango definidos y con tna masividad ‘nsitad, Pr el otro, la palabra “tevolucién’” (“thaura” en drabe) Se comenzé a utilizar ampliamente en boca de los protagonists y ‘de los medios de comunicacién durante el proceso de derrocamien to de los gobiemnos de Zine El Abidine Ben Alien Tinez y Hosni ‘Mubarak en Egiptoy, por extesin, también en los ottos paises. Para poder comprender con mayor justeza el aleance y la pro- fundidad de los eventos es fundamental poder deterinar si os le= ‘anes pn pee pce) elcopon ease arrester Fa vantamicntos en curio representan revultas 0 verdaderasrevolu- cones. Aunque ls revels orebolonessuclen estar asociadas con evoluciones, no tenen el mismo significado y siempre ha existido ‘una gran dificultad po precisar eudndo o en gué momento una r= ‘wulta se converte en una revolucia, Desde el punto de vst teéico esta pregunta tiene diversas res- puesta interpretacones,y aun més tomando en eventa que la his- toria ha conactdo revuetas de masas y estalldos revolucionaros ‘que no necesariamerte desembocaron en la toma revolucinaria del poder. Entonces, jeémo determinar si es una revuela © una evolu- idn?: por el momento de Ia caida de un regimen determinado?, {por Ios resultados, por el éxito de la misma? Hay que tomar en ‘venta que son innurerables los estudios qu se han realizado sobre revolucionesfracasadas donde, una vez conocido el resultado Final, «queda elipsado inciso su comienzo. Es lo que sostiene Hamid Da- brash, profesor de la Universidad de Columbia, cuando afima que In insurreccién revolucionaria en Iria en 1979 no fue a inicio una “revolucidn ilimics" sino que fue “una revolucién islamizada" por sposteiordesenlace i, Ademis, en estecaso,no se est analizan- una “revoluign”. Inter roa« srs i Oe ce ecco % ces Le Md pm Dp / Cpl eke Bl objetivo de este trabajo es analiza los diferentes aspects de Jas “revueltasrabes™ para tatar de comprender si el mundo drabe est travesando una serie de revuetas populares 0 se trata de una verdadera revolucion on alcanceshistéricos mis profundos. Para tal fines indispensable una conceptalizacin de los eventos, aali= 2zarel impacto que los levantamiontos en Tine y Egipto tienen enel resto de los paises drabes y a nvel internacional asi como también Ja profundidad dels reclamosy los cambios obtenidos.Asimismo, fundamental determinar en qué momento se comenza a utilizar amas expresiones y muy en petcular “revolucin” en un sentido mis profundo que “revuelta", aunque podremos encontat que m= cos atore, medios de comunicacin y analists la ulizan ind tintamente, Dado que estos estallidos sociales afectan en prime l= gar a os paises drabes y considerando la historia de revoluciones| fabes de siglo XIX y XX, asi como los rcos debates que se inicia- fon una vez que se extenderon ls revueltas, en este trabajo hemos Aecidio privilepiar a lectua de a prensa y lo autores dabes, aun que no sin incorporarcontribuciones de otras repiones. No e8 un tema menor pensar que ~conceptualmente- Ia revolucia abe no debe hablar onl lenguaje de Occidente aunque puede utilizar ellen gusje del universalsmo sobre las bases de sociedades musulmanes Pluralistas, como afirma Jacqueline O'Rourke Algunas diferencias entro revuelta y revoluci Sise analiza lahistoria rabe se podria pensar que 2011 marcaelmo- ‘mento de un nuevo “despertar” (Naha) dado que, como sefalan va ios autores, este concepto cs tans andar pat I ide Yidad modem érabe @}. El palestino Bliss Tuma, profesor de a Universidad de California, analiza los acontecimientos de 2011 a luz de Ia propia historia drabey considera que representan “el cu 2 Vise te Ova ere 20 erect ” to desprtar abe" Sostene Tuma que el primero fe a fines de i- ‘lo XIX euando nae el patriotism drabe-al menos en su forma i ‘eras expresando#!descontento con el poder otomano, su opre- sin, sutirania. El segundo despertat feel asceno de Lideres sabes ens primers dos décadas de siglo XX conta los otomanos, pero ‘encolaboracién con titniosy franceses, quienes tenian sus propias mbiciones en a regi y que les impidieronacceder a una el inde- pendenca, ques lrraria entre 1922 (Epipto)y 1971 (Bahrein, Qa- ‘ar, EAU), proceso que Tuma ealifca como el tercerdespetar drab. ara continuar con la linea de pensamientotrazada por Tuma y comprender Ia actualidad hay que recordar que Ia inmensa mayor de los paises drabes fueron ereads en el proceso de desintegracién del Imperio Otomanny durante laeolonizacion brine y franes- sa, cuando ls potnsas se repartieron el Medio Oriente al finalizar Ja Primere Guerra Mundial e incorporarn Ia regia al mercado munilal capitaista. Al retrarse dejaron monargas su servicio, algunas de las cuales todavia estin en el poder (Jordana, Arabia ‘Saudita) En los aos 50 y 60 varios golpes de Estado liderados por nilitares. derrocaron a las monarquias de Eipto (1952), lak (1958), Siria (1963) y Libia (1969) alentando la conformacién de Repiblias. Estos process revolucionaros eon un discursonacio- nasa y antiimperiista no posieron fren a las politeassutoritae rias existent ene! pasado ni desarollaron sociedadesciviles dind- micas, sino todo lo conzario. Los Estados conrolaron por medio de tu partido tno ~0 sin partido casi todos los aspectos de la vida pablica ypivada Ls fuereas queen el presente se pusieron en no- vimiento proponen una amplia democratzacién que euestiona al sistema poltico asia sus cimienos. Asi, noes casual que se com- pic cate nxvimientswcténioo del mundo abe con as revoclo- nes burguesas de Europa en 1848, la eaida del muro de Berlin en 1989 o que Fidel Casto dijera que sera “nis profunda que la que en 1789 se desaté en Europa con la toma de Ia Billa”, ‘esencins ial dem » nes L Mod patie Dit Capel lca) En la historia abundan las revultasdefinidas de innumerales ‘manera, pero no hay muchos eventos sabre los cuales exista el consenso analitice de que representa verdaderasrevoluciones. Las ‘evuetas involucran movimientos sociales, situaciones de confic= ‘o, movilizciones de multitudes, manifestaciones pacfieas 0 vio- Jentas frente a situciones puntuales o generals de injustcia. Las revueltas pueden desembocar en profundos cambios sociales, pero también pueden quedaracotadas a conflicts especificas que invo- Iran a un sector determinado dela poblacién. Revisando acepcio- nes utlzadas para definir estos hechos uno puede encontrar que Ia palabra “revuelta” tiene numerosos sinnitmas utilizades con fre- cuencia y que van desde “alboroto” e “insurreccién” hasta “levan- ‘amiento”,“ebelién, y aumeroses ms que pueden tener comnota- cones positivas © negativassegin quién ls utile (©, ELmundo abe ha conocido innumerables revels yrevoluco= nes, tanto en el siglo XIX como en el XX. Aungue un examen rigu= roso de dichosproeesos ~que también involucaron enfrentamientos ‘entre el Imperio Otomano y ls potencias occidentales— excede ropésito de nuestro trabajo, es importante econdar que algunas de «las se realizaron conta las potencas oeupante y tras contra sus ropios gobernantes. Puntualmente, Rashi Khalid, profesor de Es- ‘dios Arabes en la Universidad de Columbia, resalta ls anteceden- tes de revues y evolucones en ef mundo drabe pare pode com render los hechos de 2011. Asi, recuerda en Egipo las revels ‘contra la ocupacién francesa en El Caro en 1880, conta los brité- nicos en 1882 y en 1919 (que clifiea de “gran revlucin”) y la de 1952; aqullas conta os franceses en Siri en 1925-26; la resistene ia libia contra os itaianos en 191, que duré mis de 20 aos; ai {ui de 1920; en Maeruccos en 1925-26; In gua sevuclia palatine contra los bitnicos ye sionismo en 1936-38, entre tants tras (), Respecto del concepto de “revolucién”,e8 muy comin utilizar ‘la Revolucién Norteamericana de 1776 y ala Francesa de 1789 Trae rear » como punto de partda para cualquier andlisis sobre une stuacién revolucionais en los simas dosciento aes. La extensin del modo Ge produccin capitalist impuso también la influencia de ls he- hos politicos que cotibuyeron al desarrollo del capitalism y a su posterior derrocaniento por rovolucones tiunfantes (Rusi, ‘China, Cuba) y muchas facasadss. A su vez, la extensa bibliog fia ha permitido eberdajes desde dstntos éngulosteéricos pero ‘casi siempre tomands como referencia la Revolucién Francesa des- ‘de un puto de vst hstoriografico (Es lo que hizo también Lesa ‘Trotsky cuando calif lata del poder sovitico por parte de St lin como una reaccién termidorians,invocando el mes del calenda- rio epublicano francis asociado ala eontarrevlucin @), Segin Waldo Ansaldiy Patricia Funes el vocablo “revolucion” cs tomado dels ciercias naturales y mis especifieamente del s- ‘wonomia, Ellosafirman que los antiguas romanos fueron Tos pec :meros en ulizarlo como metifora en la politica), Para ambos a= ‘ores una cuestién fundamental es la “firme volunted de crear un ‘mundo nuevo sobre a base dela destrucién del antiguo” (0) ex- tendiendo, como yao habia planteado Karl Mars, que: “Toda r= volucincancela a vieja sociedad; en este sentido, toda revoluciin social. Toda revotueién derrota el Pode antiguo, y al hacerlo, toda revolucin es politica” ca. Hobsbawm agrega que a revolu- cin “tiene qu tener la eapacidad de transferir el poder de un anti- _guorégimen a un nuevo régimen, aunque no todas ls revoluciones consiguen esa tansfrencia" 12, En los levantamentos populares drabes una de las principales (2 GaSe Un ues Nie ops po ao ay Pa 1 Ltn Ty La na, Ea ect, uo A 1 232 Eder on ope ” ‘coe Le Mone don ol ipl Cpt eat que se siguen ritmo diferentes en cada pais 4 que es muy probate que estemos frente a procesos que habrin de dura aos. Pro as percepciones de gobernantesy gobernados ‘son muy similares, Al decir de Marwan Ben Yahmed director de la revista Jeune Afrique “el viento de cambio que soplen el Magreb yen el Medio Oriente representa un gro histrico, que todavia es ‘fc de aprecarentoda su dimensién pero que representa el ms- yor evento geopolitco de comienzns del siglo XXI e irreversible Por su dimensin” cam esto, pra el mundo drab, es una verde- sera revolucin 32 Maan Be hme, ts 32 penn came ohare sinemortcaroms manson seein nn i gle “ ‘oe Le Note dpoatg sl Dipl Cpt! a Tunez y Egipto: crisis global y revolucién democratica ‘Santiago Alba Rico En un mundo en el que las Sorpresasparcefan descartadas oslo se presentaban en forma de sobresalto, un acontecimiento fulgurante os obliga a dejar aun Tado Tos moldes en los que hasta ahora veni- amos encejando, més o menos ebmodamente, nuestros andi: las primera revoluciones populares de un siglo que se anuncia muy convuls han estallado, en efct, en a regin més inesperada y en el pafs menos prevsible 117 de diciembre de 2010 Ia enésima b= rmlacin policial llevé a Mohamed Bouazizi, un joven vendedor ambulante de una ciudad perfrica de Tinez aun gesto de desespe- ‘ign, Su autoinmolacin frente al placio del gobernador de Sidi ‘Bouzid produjo un incendio que amin la naturaleza del régimen dictatorial de Ben Ali antes de acabar con ély se extends después por una zona del mundo largamentepreparada para coger y multe pliearesachispa. Todos, en culguer caso, reaccionaron con asom- ‘bro. Unos porque ebian cedido I itusininteresada de Is propa _gandao del silencio meditico; otros porque, habiendo luchado toda su vida para est estado, habian dado fuera de sus andiss ese ‘componente que el scidlogotunecino Sadri Khari enunciaba con Alegria tas la salida del dctador: “No hay servidumbre voluntaria sino séo a espera paciente del momento de Is eclosin. 1 apres 011A eed debian psec

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