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JUDAISMO Y PSICOANALISIS Dr. Mortimer Ostow El Dr. Mortimer Ostow es un prestigioso psicoanalistay psiquiatra. Es autor de numerosas obras sobre la salud mental y Profesor de Psiquia- trfa Pastoral en el Jewish Theological Seminary de N. York. Tomado de su libro “Judaism and Psychoanalysis”, Ktav Publishing House, Inc., New York, 1982. Comentario del Editor Este articulo escrito como introduccién al volumen, deba- te la cuestién de porqué el judatsmo y el psicoandlisis estén relacionados tan a menudo. Trata el hecho de que ambos valorizan el conocimiento, al punto de sugerir elaboraciones misticas (conocimiento esotérico) de sus respectivas disciplinas. Sugiere que los judtos fueron atratdos a la disciplina enlosatios primeros cuando ambos, judtos y psicoandlisis, estaban margi- nados. Discute cémo el psicoandlisis como profesién, ayuda a los psicoanalistas judtos a resolver su ambivalencia hacia el judatsmo. Y evalia las primeras aplicaciones de la teorta psicoanalitica al estudio de la historia, la cultura y las Escritu- ras judtas. En una carta escrita en 1918 a su amigo e] Reverendo Oskar Pfister, Sigmund Freud preguntaba: “;Por qué ninguno de los piadosos descubrie- ronjamés el psicoanilisis? ;Por qué hubo que esperar a un judio totalmen- te ateo? (Meng and Freud, p. 63). La pregunta de Freud tenfa probable- mente una intencién traviesa y provocativa, pero sin embargo invita a una respuesta {Por qué fue efectivamente un judio no creyente el que descu- brié el psicoandlisis y fueron judios quienes lo adoptaron? {Fue justamen- teuna asociacién fortuita, o existe una conexidn verdadera entre judaismo y psicoandlisis? El psicoandlisis es atribuido a veces a una ciencia judia, como si hubiese algo esencialmente judio en é1. La asociacién se mantiene aun cuando es bien sabido que Freud no escatimaba oportunidad para decla- rar surechazo a la religién judiajunto con las otras religiones. En realidad los unicos comentarios amables que tuvo para la religidn, se expresaron en las cartas escritas a Pfister. En este ensayo examinaré cuatro dreas en Jas que judaismo y psicoandlisis se relacionan entre si. Ambos ensefian que la salvacién, aunque conceptuada distintamente, puede obtenerse en virtud de un conocimiento especial, judaismoy psicoandlisis participan de 36 MAJ'SHAVOT la marginalidad: los judios son considerados socialmente marginados y el psicoandlisis es considerado académicamente marginal. El psicoandlisis ofrece una actividad en la que los judios esforzdndose en el contacto entre comunidad judia y mundo no judio, puedan expresar sus necesidades conflictivas. El psicoandlisis ofrece un nuevo enfoque al estudio de la religién judia, ideas y comportamiento, una dimensi6n adicional de entendimiento. El poder del conocimiento Pirke Avot, una concisa afirmaci6n mishnaica bien conocida del ideal del ethos rabinico, subraya esta direccién y un sentido del significado de la vida que proviene del estudio y del conocimiento, como también del compromiso y participacién de la comunidad. El ignorante puede ser naturalmente bueno, pero relata el texto, no puede lograr la clase de cumplimiento religioso que exige la tradicién rabinica. E] judio observan- te reza tres veces al dia por conocimiento, comprensién y juicio. Aunque el estudio no estaba al alcance de las masas lo valoraban y los estudiosos eran respetados y prestigiados. Por supuesto que el movimiento jasidico intenté reemplazar el estudio por el entusiasmo y el compromiso como requerimientos para la piedad o por lo menos para hacerlos igualmente validos. En el judaismo normativo, como sea, el compromiso religioso exige estudiar. La teoria psicoanalitica ensefia que el alivio de la neurosis puede lograrse por el conocimiento adquirido acerca de uno mismo. La informa- cién especifica requerida es la que existe dentro de la propia psiquis, pero que noes generalmente recuperable sin asistencia técnica, principalmen- te con la aplicacién del método psicoanalitico. Cuando se aprende acerca de los impulsos las reacciones afectivas y las maniobras defensivas que uno oculta de si mismo y cuando se aprende a detectarlas en sus derivados mentales en la vida consciente, y cuando se aprende acerca de sus origenes en la infancia, entonces uno adquiere cierto grado de control sobre aquéllas y cierto alivio de la neurosis. El judaismo y el psicoandlisis comparten por lo tanto el principio basico de la necesidad de conocimiento para obtener los beneficios que cada uno ofrece: en primera instancia la conduccién de una vida de mitzvot y la obtencién de su recompensa, y la liberacin de la incapacidad y el dolor de una enfermedad mental en segunda instancia. Ambas postulan que un conocimiento especial es un prerrequisito para una posicién de elite y el dominio personal de un aspecto crucial del propio destino, El concepto de que el conocimiento conduce ala propia mejoria 0 que para obtener los beneficios de toda disciplina uno debe dominar su aa eli ci ad cia ls auras + | i | j i | JUDAISMO Y PSICOANALISIS 37 practica, puede aplicarse aun gran numero de areas del esfuerzo humano. El hecho de que este principio se aplique a judaismo y psicoandlisis no es por lo tanto singular. Hubo desarrollos en ambas disciplinas que extienden el concepto del poder del conocimiento mas alld de la categoria de utilidad instrumental. Periddicamente en la historia del judaismo como también probablemente en todas las demas religiones, los hombres aspiraron a la experiencia trascendente de lo divino, como un modo de huir de las frustraciones y angustias de la vida diaria. Cuando la busqueda de la experiencia trascendente atrajo a grupos mas que a individuos, se originaron los mayores movimientos misticos. En el judafsmo sabemos del misticismo rabinico de los siglos II y II, el misticismo del Zohar en el siglo XIII, el cabalismo luridnico del siglo XVI, el misticismo del jasidismo del siglo XVIII y siguientes. La trascendencia de Jas afirmaciones misticas es comunmente experimentaday descrita como “conocimiento”. “El misticis- mo de acuerdo a su definicién histérica y psicolégica es la intuicién 0 experiencia directa de Diosy un mistico es una persona que tiene en mayor o menor grado semejante experiencia directa - cuya religién y vida estan centradas no simplemente en una creencia o practica admitidas, sino en las que él considera un conocimiento personal de primera mano” (Under- hill, pp. 9 y sig.). La mistica judia estuvo siempre preocupada por obtener un conoci- miento secreto y esotérico. El conocimiento del significado esotérico de los versiculos de las Escrituras y el conocimiento de Dios. La adquisicién y contemplacién de este conocimiento era la experiencia mistica (ver Scho- lem, pp. 20y sig.). En el psicoandlisis, segtin Freud, el conocimiento buscado era el conocimiento de los conflictos inconscientes de uno y su origen en una traumatica experiencia infantil. El propésito de adquirir este conocimien- to era solamente a efectos de curar la neurosis del paciente. Freud pensé que el método psicoanalitico podia aplicarse también a los mitos y otras formas de literatura, con el fin de dilucidar la historia primera del grupo y sus fantasfas colectivas. Alenté a sus estudiantes a estudiar mitologia (Ellenberger, p. 695), y 61 mismo publieé Totem y Tabu (1913), un ensayo especulativo en el que traté de reconstruir la historia de la organizacién humana, socialy religiosa. Mucho mas tarde, compuso Moisés y Monotets- mo (1939), una contribucién psicoanalitica a la comprensién del judaismo y de los judios. Estos estudios aspiraban no al logro de un objetivo practico como el alivio de enfermedades, sino a la obtencién en primera instancia del conocimiento respecto del origen y naturaleza basica de la sociedad humana y del pueblo judfo en la segunda. Esta técnica de especulacién histérica informada psicoanaliticamente, aspiré a la obtencién de los principios universales que uno podia pensar como prevalenciendo sobre y més alld de toda sociedad especifica existente. La busqueda de principios universales es una actividad respetada cientificamente, pero la suposi- 38 MAJ'SHAVOT cién de que tales principios de arqueo existen y su busqueda, sugiere la actitud del mistico que persigue su vision de eternas y celestiales verda- des, sea en un contexto religioso o no. dung dio un paso mas adelante en la transicién de la inquietud del conocimiento instrumental al misticismo. Compartié el interés de Freud por la mitologia, pero lo continué con mas intensidad que otros analistas. Se separ6 de Freud y llegé a teorias de funcién mental que no pueden ser consideradas de otro modo que misticas. Hablé de una “inconsciencia colectiva” en la que participa la inconsciencia de cada individuo. Tiene seguin lo describid, una existencia independiente y esté representada en cada individuo, por simbolos y temas universales. (Jung - 1934). La psicoterapia tal cual la practicaba, intentaba aliviar no sélo la enferme- dad, sino educar a la gente para la independencia y liberacién moral; aspiraba a promover la relacién humana entre los individuos y su intima conexién dentro de la sociedad (Jung, 1966). Por el hecho de que las elaboraciones misticas se hayan desarrollado en el judafsmo y en el psicoandlisis, surge la pregunta de si son elabora- ciones de inclinaciones misticas presentes en las disciplinas normativas respectivas, pero generalmente no reconocidas o admitidas. Kadushin habla de un “misticismo normal” en la vida judia, esto es la experiencia de Dios en ausencia de la percepcién sensorial de El, volviendo importan- tes cada fenémeno y situacién diariay confiriendo una conciencia mistica de la relacién con Dios.* Pocos psicoanalistas reconocerian que algun elemento de misticismo colorea la prdctica normativa de su profesién. Sin embargo, pienso que ese es el caso muchas veces. El paciente analitico inconscientemente siente a su analista como una representacién de la figura paterna de su infancia y nifiez. Este fenémeno se llama transferencia. Durante el andlisis sus sentimientos hacia el analista varian, como varian los sentimientos de los nifios hacia sus padres, dependiendo de cireunstancias externas y el grado de grati- ficacion o frustracién que experimentan. Hay periodos en muchos 0 en la mayoria de los andlisis en que el paciente aspira a estar cerca e intimar, conocer o fundirse con los padres 0 con surepresentante, el analista. Tales deseos son normales de la nifiez y se reactivan en la enfermedad mental adulta, pero también en la transferencia. Cuando se desarrolla una * Bakan sugiere que en la disciplina del psicoandlisis Freud presenta una versién secularizada del misticismo judfo. Veo poco mérito en esta hipstesis. Cualquier elemento mistico que contribuye a la creacién del psicoandlisis no puede distinguirse del misticismo de muchos otros cientfficos, incluso algunos de los mas grandes (por ejemplo Newton y Einstein) que, en su empefio cient{fico buscaban dilucidar lo que consideraban ser la esencial unidad del universo. Esta conviccién de unidad, la unio mystica cristiana o el d'vekut judfo, supera el sentido de alienacién. Adems no hay nada en cualquier misticismo inherente al psicoandlisis que justifica que haya una asociacién més cercana al misticismo Judo que al misticismo secular cristiano. JUDAISMO ¥ PSICOANALISIS 39 ilusién, la transferencia adquiere una cualidad mistica. Crea laimpresion de reunirse con el objeto paterno, el precursor de la imagen de Dios; es privado; es muy gratificante; est asociada con una alteracién de la percepcién de la realidad y casi no es susceptible de comunicacién. Ambos, paciente y analista enfocan el tratamiento con la conviccién de que el conocimiento que se adquiera, liberard al primero de restricciones inter- nas. Es conocimiento secreto, desconocido para el puiblico; el analistay el paciente. Es esotérico en el sentido de que sélo puede adquirirse por una clase especial, de revelacién. No es simplemente que los datos deban ser dilucidados por una técnica especial, sino que una vez dilucidados y trasladados de vuelta al paciente por interpretacién o reconstruccién, éste responde afectivamente. Esla experiencia de escuchar de un representan- te paterno omnisciente, la reconstruccién de una parte olvidada de su vida, respondiendo a la formulacién con un fuerte afecto, y comprendien- do cémo lo subyacente influye en su comportamiento y sentido corrientes, lo que constituye la experiencia de la revelacién. La actitud del paciente ante la adquisicidn de la idea liberadora sugiere el principio gnéstico de que aprendiendo los nombres de los demonios existentes y las técnicas para vencerlos 0 eludirlos, permitiré al alma ascender a la pleroma, la plenitud de la vida de Dios (Sholem, p. 49 y sig.). El analista, por supuesto, sostendré que conduce sélo un procedi- miento técnico, basado en principios cientificos, No negara posiblemente que el paciente al buscar un alivio a su angustia esperaré que la revelacién lo alivie y pueda atribuir a,poderes m4gicos haberle sido concedida la revelacion por los padres -y en la fantasfa, figuras omniscientes. {Debe el analista también atribuir poder magico a estas revelaciones? No, paraun analista objetivo estrictamente cientifico. Los analistas que no siempre son absolutamente cientificos, pueden inconscientemente investir estas revelaciones con poder magico de curacién. Todos nosotros encontramos dificil valorar objetivamente nuestro trabajo, y a medida que cambia el humor, nuestra evaluacién fluctia entre la sobreestimacién y la subesti- macién. Cuando el analista sobreestima sus aptitudes, exagera el poder terapéutico de la revelacién que proporciona. Cada analista moderno fue una vez paciente; su formacién requiere que él mismo participe del proceso psicoanalitico, como paciente que sigue un tratamiento de psicoandlisis. En este papel experimenta él mismo el poder magico de la revelacién. Es cierto que tedricamente ningun andlisis es completo salvo que la transferencia sea analizada, ésto es salvo que la figura del analista sea liberada del aura magica, irreal con que lo dotala transferencia. Pero nadie que haya ofdo a un analista hablar de su propio aprendizaje, creerd que la idealizacién no fue hecha totalmente. Creo que es razonable concluir que para algunos analistas y muchos pacientes el proceso psicoanalitico se contempla conscientemente como un procedi- 40 MAJ'SHAVOT miento técnico, pero inconscientemente como algo que a veces enfoca 0 sugiere una experiencia mistica. La caracteristica del judaismo y del psicoandlisis que primero se presenta a la mente cuando se los piensa en conjunto, es el principio de que el significado de un asunto no se agota en su presentacién o texto literal, sino que el conocimiento verdadero, el aspecto esencial del signi- ficado puede obtenerse solamente por un proceso de interpretacién o exégesis. En el judafsmo, la exégesis ocupé a sus maestros, pensadores, tedlogos y filésofos desde siglos antes de la destruccién del Segundo Templo, hasta siglos recientes. Sila ley cotidiana, la observancia ritual, Ja ética, la moral, las normas y los valores se basaran en el Pentateuco, seharia necesario deducirlos del texto y los versiculos del mismo. La Ley escrita tuvo qué complementarse con la Ley oral. También, desde que las circunstancias de la vida judia cambiaban de tiempo en tiempo y de lugar en lugar, dehfan alterarse las interpretaciones, cambiarlas y reemplazar- las. Mas adelante los cambios en las tendencias del pensamiento y prdcticas judias, ocasionados por las fuerzas sociales y preocupaciones culturales de las poblaciones anfitrionas, no pudieron hacerse sin la sancién impuesta por las fuentes tradicionales. Hacer estos cambios exigia la reinterpretacién de estas fuentes. Bl arte dela interpretacién se desarrollé altamente en el judaismo. Fueron reconocidas convencional- mente una diversidad de maneras. Primero se comprobaba el evidente significado del texto. (p’shat). Segundo, se podria encontrar insinuaciones de alternativas que implicaran significados (remez). Por ejemplo uno podfa tratar una palabra del texto como abreviatura deuna frase (es decir como sigla) 0 como combinacién de palabras (notarikon). Tercero, uno podfa extraer del texto un sentido homilético (d’rash). Cuarto, cada uno de los misticos de distintas generaciones lefa en el texto un significado esotérico (sod), que apoyaba su propio punto de vista sobre la experimen- tacién inmediata de Dios y sus consecuencias. En la época medieval el término pardés, sigla (prds), se empleaba para designar esta coleccién de técnicas. Fueron usadas con propésitos hermenéuticos como también exegéticos. Tres series de principios hermenéuticos como también exegé- ticos son vdlidos para la exégesis talmuidica del Pentateuco. (Kedushin; Moore). La palabra pilpul designa el ejercicio de controversia energética para una interpretacién més exacta del texto. En el periodo talmudico, fue seguido por estudiantes de las ieshivot. Originalmente se intenté como un método serio para llegar a la verdad, pero en los ultimos siglos degeneré a veces en exhibicién de un debate de habilidad. Por este motivo el término se aplica a veces peyorativamente a sutilezas escoldsticas y ar- gumentaciones de poca importancia. El procedimiento psicoanalitico exige el examen del material pre- sentado por el paciente para su significado oculto. El material puede JUDAISMO Y PSICOANALISIS 41 consistir en informes de lo que hizo el paciente, o los planes para hacer, fantasias, suefios, composiciones poéticas o en prosa, o cualquier otra produccién de su funcién mental. La presuncién es que cuando se lo examina cuidadosamente en una atmésfera conveniente, el material revelara debajo de su significado superficial, impulsos, defensa contra ellos o sus derivaciones, recuerdos de infancia, intenciones, miedos 0 inquietudes que el paciente se resiste a conocer y que excluye de su conciencia. El examen puede compararse con el procedimiento de la exégesis. Asf como los rabinos del Talmud concibieron los principios dela exégesis biblica, asf concibid Freud técnicas interpretativas psicoanaliti- cas. Por ejemplo cuando el comportamiento de un individuo parece contradictorio con respecto a sus intenciones declaradas, lo primero puede tomarse como la indicacién mas segura de sus intenciones inconscientes. Cuando comete un error en su lenguaje o escritura que tiene un significa- do que parece inadecuado, traiciona probablemente una intencién incons- ciente. Cuando una cantidad de items independientes se mencionan en. sucesién 0 aparentemente al azar, si se puede hallar un tema unificador, ésto probablemente estd molestando en ese momento al individuo. Un rechazo muy enérgico de un pensamiento, sugiere una aceptacién incons- ciente de él. Algunas imagenes no humanas que aparecen por ejemplo en el suefio, simboliza a menudo a humanos o estructuras del cuerpo humano. Cuando se repiten durante la vida del individuo modelos espe- cificos de comportamiento, es probable que ocurrieron primero durante la infancia, ya sea como repeticién de alguna experiencia generalmente de parte de los padres o su rechazo a ellos. Los sintomas de enfermedades pueden comprenderse como expresién de conflictos incluidos en el proceso de Ja enfermedad 0 la historia de ella. En muchos o en Ja mayoria de los casos, la experiencia psicoanalitica con estos principios de exégesis cumple con la expectativa, de modo que la mayorfa de los analistas estardn de acuerdo en la interpretacién de una parte dada del material. En otros casos las claves son tan tenues o tan atipicas que distintos analistas ofrecerdn distintas interpretaciones. Aun cuando los dos procedimientos, la exégesis biblica y la interpre- tacién psicoanalitica proceden de diferentes presunciones y se aplican a diferentes materias, y se ejecutan con diferentes propésitos, se parecen sin embargo en que ambos deducen significados ocultos de un texto evidente, por medio de la aplicacién de reglas. En una carta dirigida a Freud en 1908, Abraham escribia: “Hace algunos dias me atrajo extrafiamente un corto articulo en Jokes. Cuando lo examiné mas de cerca, encontré que la técnica de oposicién y toda su estructura, era completamente talmudica”. (Abraham y Freud, p. 36). Esta similitud ayuda a crear la impresion de una afinidad entre judaismo y psicoandlisis. 42 MAJ'SHAVOT Marginalidad Cuando se piensa en la conexién entre. judaismo y psicoandlisis, uno considera también el heclio de que en sus comienzos el movimiento psicoanalitico estuvo sostenido casi exclusivamente por judios, con pocas excepciones. Actualmente la proporcién de judios entre los psicoanalistas es considerablemente més baja. Nombres que me parecen reconocida- mente judios en la lista de los variados componentes de la Internacional Psycho-Analytical Association, constituyen apenas la mitad de los nom- bres de la American Psychoanalytic Association; un tercio a un cuarto de los enumerados a un cuarto de los enumerados en Inglaterra; un cuarto de ellos de la Argentina; un quinto en Canada, Francia y Bélgica; entre un quinto y un décimo en los demas paises sudamericanos y una proporcién algo mas baja entre Jos nombres de otros paises en Europa Occidental. Desde luego que en cada pais la proporcién de judios psicoa- nalistas excede grandemente a la del total de judios de la poblacién. 1 movimiento psicoanalitico comenzé en Europa Central a fines de un siglo de emancipacién progresiva de los judios europeos, pafs por pais. “En realidad el fin del siglo XIX vio los comienzos de una reaccién a la emancipacion y la intensificacién de una agitacién antisemita. Freud mismo tenia once afios en el momento dela emancipacién de Austria-Hungria en 1867. La Emancipacién fue un movimiento legal, pero por sf misma hizo poco para la superacién del antisemitismo. Insinuaciones en la temprana literatura del psicoandlisis y en la corres- pondencia publicada, revelan que el antisemitismo fue una constante preocupacién en la primera generacién de psicoanalistas. Todas, con excepcion de pocas, de las veintinueve referencias a “judios” en el indice de la Standard Edition de la Complete Psychological Works of Sigmund Freud, son referencias al prejuicio 0 al antisemitismo. Enfrentados con oportunidades nuevamente disponibles para desempefiar un papel en la sociedad en general, en el comercio, Jas artes, la vida intelectual y profesional, y enfrentados simultdéneamente con focos de antisemitismo, muchos judios respondieron en cada caso de dos maneras. Primero como pueblo marginado abrazaron ocupaciones marginales y segundo muchos de los que no se convirtieron trataron de expresar su judafsmo en intereses y actividades universalistas y humanistas. Estas dos tenden- cias convergieron en la creacién del movimiento psicoanalitico. Los judios eran marginales en el sentido de que aunque no incapa- citados legalmente, se los mantenfa todavia fuera de las instituciones centrales de la industria y la sociedad. Como consecuencia tuvieron que hallar por simismos, aperturas en donde hubiera lugar para ellosy donde fueran aceptados. En yealidad permanecieron en ocupaciones en las que estuvieron comprometidos tradicionalmente, esto es en Jas finanzas, los negocios, el comercio. Pero les atraian también ocupaciones de talento individual m4s que las conexiones familiares, hecha para el éxito tales SUDAISMO ¥ PSICOANALISIS 43 como las artes creativas, las profesiones, la academia. Estas ocupaciones los atrafan porque les conferia un status social mas elevado y porque encarnaban el valor tradicional judio de un logro intelectual. Al tener poco arraigo en las viejas tradiciones del pais anfitrién, no estaban inhibidos de estar a la cabeza abrazando lo que era moderno y lo que era nuevo, de modo que no solo se favorecieron las ocupaciones, sino las ocupaciones de vanguardia. Eran los “modernistas” de Viena y de Berlin. Peter Gay (1978) sefiala que no fueron los tinicos modernistas. Tampoco fueron todos modernistas. De cualquier modo estaban bien representados entre ellos. (Para una discusién mds amplia de las profesiones judias ver Kuznets). La emancipacién politica de los judios no signified una redencién de un status inferior. La orientacién hacia mayores oportunidades que en la 6poca anterior, hizo surgir esperanzas extravagantes de progreso social. Unos pocos judios esperaron lograr un status de primera clase al conver- tirse como también al asimilarse. Esto es porque Freud (1925) escribid: “Mis padres fueron judios y yomismo permanecfjudio”. La mayoria, igual que Freud, desdefié la conversién y traté de expresar su judaismo en términos universalistas humanistas. Por ésto rechazaron abiertamente lo que cristianos —y bajo su influencia muchos judfos—, denominaban lo sacerdotal y ritual, modos particularistas de ser judios y proclamaron su lealtad a los ideales proféticos de justicia social y caridad en la comunidad general. Yehezkel Kaufmann (1930, vol. III, Parte 2, Libro 1, pp. 248 y sig.) observaba que muchos judios abrazaron la oportunidad de una asimila- cién nacional y cultural y aunque muchos rechazaron la religion judia, en general la comunidad judfa no opté por la conversién. En la comunicacién de 1926 de Freud a B’nai B'rith (1941) hablo de su atraccién por el pueblojudio, como consistiendo de varios componentes: una conciencia clara de identidad interior, la segura privacidad de una construccién mental comin, la libertad comin y en la rdpida decisién de ponerse de pie ante un enemigo comin. Su preocupacién por el antisemi- tismo y la correccién de su actitud hacia éste, est4 expresada en muchos escritos (por ejemplo Freud, 1900, pp. 196 y sig.). Pero también estuvo preocupado por lo que realmente era judaismo. Es evidente que su interés por los chistes judios surgié del deseo de averiguar cémo es realmente un judfo, Freud (1905) observé que los chistes por él citados demostraban que los judios estan inusualmente inclinados a la autocritica, que piensan en la comunidad judia en términos democraticos de modo que con frecuencia parece indisciplinada, que estan religiosamente obligados a cuidar a Jos judios pobres, que son cinicos con pesimismo y que no dudan en atacar sus propias creencias religiosas. El término identidad en Freud, es el primero en la literatura psicoanalitica. El interés psicoanalitico por la identidad comenzé con Ja cuestion de la identidad judia. En efecto Erik Erikson, que desarrollé el 44 MAJ'SHAVOT concepto mds detenidamente, reconoce que el problema de su propio origen judio, estimuld su interés por la identidad. (ver Coles, p. 180). La obra de Freud Moisés y Monoteismo puede verse como un esfuerzo por averiguar cudnto de lo que es especificamente historia y cardcter judios pueden comprenderse, para determinar el paradigma del complejo de Edipo. Un amplio estudio de la actitud de Freud ante su judaismo, se encontrar en el articulo de Bergmann. Obviamente Freud vio que el judaismo coloca al judio fuera de la comunidad general o por lo menos en sus margenes. Rothman e Isenberg atribuyen al conocimiento de Freud de su marginalidad judia, la intencién de encontrar no simplemente una posi- cin social aceptable y un rol profesional. Proponen también que lanueva disciplina al establecer una psicologia universalista “rechaza la realidad de la cultura y las diferencias culturales”, Sefialan que hay tres maneras de escapar de la marginalidad. Primera, uno puede intentar asimilarse alacultura de la mayoria. Freud consideré a veces la conversion religiosa, pero siempre la rechaz6, Segunda, uno puede tratar de socavar la cultura dominante que delimita el margen. Tercera, se puede tratar Ja transfor- maci6n de uno mismoy el propio grupo en una mayoria, como lo hicieron Jos sionistas. Freud dudé en aceptar la ideologia sionista (Freud 1926, p. 273). La segunda opcién que derriba las categorias culturales que definen al judo como marginal, fue propuesta por Charles Liebman como expli- cacién de la adhesién judia a las ideas universalistas de naturaleza radical o liberal. Rothman e Isenberg siguiendo a Schorske, plantearon que el primitive coqueteo de Freud con la politica radical en sus afios uni- versitarios y su ambicién de adoptar una carrera legal y politica dedicada a la reforma social, fueron puestos a un lado a favor de un “intento de resolver los dilemas de la politica liberal en un nivel psicoldgico con la obtencién de libertad interior”. El psicoan4lisis no sélo proporcioné un medio profesional para intelectuales judfos ansiosos de rechazar el par- ticularismo judio. Se transformé en una fuerza revolucionaria que socavé la cultura religiosa europea que determinaba la marginalidad de los judios. Podria ser que el antagonismo al dominio de instituciones de predo- minio cultural y politico atrajo y todavia atrae a los liberales y radicales politicos judios a la profesién psicoanalitica, mas que simplemente a la oportunidad de escapar hacia las disciplinas universalistas. Encuentro esta sugerencia de Rothman e Isenberg digna de consideracién, porque parece evidente que el psicoandlisis ha contribuido mucho ala revolucién cultural del siglo XX. Trabajo en la interfase La incorporacién en la vanguardia del movimiento del psicoanilisis, JUDAISMO Y PSICOANALISIS 45 proporcioné una nueva ocupacién profesional en la que los ideales mas elevados del servicio humanitario podian expresarse sin la exigencia de conversion. Entre los primeros analistas se encuentra un rechazo de la observancia del rito religioso, un standard alto de comportamiento perso- naly preocupacién por el antisemitismo, causa de su marginalidad social. Estos valores prevalecen en la conducta personal y profesional. Por qué rechazaron Freud y sus primeros asociados, tan vigorosa- mente la religién judia? Desde luego el Iluminismo que afecté al mundo judio y cristiano, hizo posible el rechazo. Pero la necesidad de rechazo ‘surgié probablemente del malestar por la marginalidad judia. Liebman sugiere que la atracci6n judia por las ideas liberales fue motivada por el deseo de socavar las categorias culturales que definian a los judios como marginales. Pero un limite esta definido por dos campos. Muchos judios se resintieron no sélo por la cultura excluyente, sino también por la cultura que era excluida. El rechazo de los judios por los gentiles desafié su autoestimacién. La busqueda de autoestima y prestigio no menos que las presiones econémicas, dieron motivo a que muchos judios intentaran escapar de su marginalidad. “Una media docena de duelos —escribia Theodor Herzl— elevaria muchisimo la posicién social de los judios”. (citado en Schorske, p. 160). Mientras la ruta de la asimilacién fue elegida por algunos, seguin observé Kaufmann (1930), la mayorfa la rechaz6. Pero rechazar la conversién no significaba hacer la paz con el judaismo. La ambivalencia resultante fue solucionada por Freud y sus amigos al concentrar sus resentimientos en la religion judia, mientras profesaban todavia suadhesién al pueblojudio y susideales proféticos. Robert (1976), en un cuidadoso y perceptivo estudio, documenta el menosprecio de Freud por su origen judio. Junto al rechazo de la religién y el rito, pocos de los primeros analistas desarrollaron y mantuvieron un interés positivo por un judais- mo no religioso, es decir secular, cultural, sionista, social e histérico. La participacién de Freud en la B’nai B'rith de Viena sirvié como ejemplo y modelo. De acuerdo a Knoepfmacher, fue incorporado en esta actividad por Bibring, Hitschman, Reik y Sperling. Durante las primeras décadas del siglo XX, algunos analistas se hicieron sionistas activos. Unos pocos se incorporaron en Blau-Weiss, réplica del movimiento juvenil germano, Wandervogel. Siegfried Bernfeld fue un organizador activo dela juventud sionista y fund6 un periddico, Jerubbaal, para promover su programa Willi Hoffer, que era también activo en Blau-Weiss, se asocié a algunas de las actividades de Bernfeld (ver Hoffer y Utley, 1979, ay b). Desafortuna- damente no se dispone facilmente de datos. Max Eitingon fue a Palestina en 1933 y prontamente fue seguido por otros analistas europeos. Algunos se retiraron por conveniencia, algunos por conviccién y algunos por los dos motivos. Muchos analistas, Loewenstein (1951), Simmel (1946), Jones (1945) y Fenichel (1946), escribieron durante y después de la Segunda Guerra 46 MAJ'SHAVOT Mundial, acerca del antisemitismo. La mayoria de sus explicaciones jnvocaban el fenémeno del chivo emisario, es decir que el antisemitismo es el resultado de la proyeccién y desplazamiento del complejo de Edipo, en el que el judio se ve como una representacion del padre punitivo 0 el hijo rebelde. Aparte de escribir sobre el antisemitismo, estas personas no emprendieron ninguna accién en nombre de la comunidad judia. Por cierto que analistas americanos y briténicos hicieron vigorosos esfuerz0s para rescatar a colegas europeos antes y durante la guerray ayudarlos a que sé establecieran de nuevo. Paul Friedman (1948) visité campos de jnternacién en Chipre en 1948 y kibutzim que habjan absorbido refugia- dos, y escribié acerca de las condiciones de nifios y adultos con elojodeun analista y el corazén de un judio. En los afios 1950 y 1960 aparecieron en Ja literatura de Europa, Israel y Estados Unidos, descripciones de los efectos psiquicos de los campos de concentracién y la experiencia de supervivencia: hechos por Koystal, ‘Niederland, Bettelheimy Chodoff (ver también Krystal y Niederland). Elhecho es que se admitio que jamayoria de las victimas fueron judios, pero nadie comenté la jmportancia del Holocausto como ejemplo del destino judio y lo que significé para el judio como tal, con respecto a Jas victimas y a los sobrevivientes. Klein y Last, sin embargo, estudiaron en Israel el efecto del Holocausto en la autoes- timacién en nifios judfos de Israel y Estados Unidos. Neubauer y Bettel- heim y otros estudiaron a nifios educados en kibutzim. Se podria argumentar que el movimiento psicoanalitico por Jo menos en sus primeros afios, puede verse como una asociacién de culto, dentro del judaismo, en Ja que casi exclusivamente participaban judios. Estos judyostenian su autoconciencia y por lo tanto alentaron y atendieron alos ‘miembros no judios. Fue para superar Ja evidenciajudia del movimiento, que Freud promovié la candidatura de Jung para la presidencia de la Asociacién Analitica Internacional. La intolerancia de otras religiones caracterizan a las sectas religiosas. El movimiento psicoanalitico rechazé a la religién convencional como nula o no digna para cualquier otro propésito que no fuera el estudio objetivo del estudio psicoanalitico. Tan recientemente como hace treina afios, la creenciao afiliacion religiosa fue considerada por los psicoanalistas, una sefial suficiente de neurosis. La estructura de la primera comunidad psicoanalista, sugiere la de unculto, oporlomenos lade una secta disidente sino casi religiosa. Freud fue ellider y ningun cuestionamiento desu autoridad o sabiduria se podia aceptara consecuencia de ladesercién dealgunos delosprimerosanalitas prominentes, Adler, Stekel, Jung, Ernest Jones (1955), propusieron a Freud la formacién de una “Vieja Guardia” secreta. “Le daria” decia Jones, “la seguridad que solamente un cuerpo estable de amigos firmes puede dar, serfa un alivio en el caso de nuevas deserciones y nos posibilitariala asistencia practica contestando a criticas y proporcionan- do la literatura necesaria, jlustraciones para la obra, obtenidas de nuestra propia experiencia, ete. Habria solamente una obligacién defini- JUDAISMO Y PSICOANALISIS AT da entre nosotros: si cualqui i 2 quiera desearfa apartarse de los do: sicua ad ‘ emas funda- neo a teorta DO aaah or ejemplo el concepto de represién, , de sexualidad i ‘antil, ete., deberfa prometer no hacer- lo publico antes de discutir su punto de vista con los demas. Toda la idea 7 ante agrepacin aay tenia, por supuesto, en mi mente su : historias de los paladines de Carlom: i i oe sociedades secretas de la literatura”. Beer eee cael aed ae igs ee que después de 1919 contaba con seis le Freud, demostraron su unidad y compromis' + . 0 ine 7 anillo con un grabado griego proporcionado por Freud. primitive oe ae re os disidentes, Ja agrupacién psicoanalitica i s dogmas centrales del grupo principal por ica eae 2 Sa Vamon otras caracteristicas de la pape ipal. Eran cualidades orgulio de Freud, Jas i esencialmente judias, especialmente, us: eee aaa ; dias, , usando sus palabras, “w 16 mental comin”, libertad de la restriccién i u ispensadas con la co iccidn intelectual, dispensad: I aprobacién de la “compacta mayoria”, fi sub Stavismo Qe yoria”, Podria ser que su humanitari esencial, su respeto por la integri {sit et personne nial, su | gridad fisica y mental de 1 derivara del judafsmo. Como sefialé i an < de lesprime. L . alé anteriormente, muchos de | i ros analistas incluso Freud, partici i 4 vvaban la reli 0s $ it , iparon, mientras rechazaban la reli- gion, de actividade: i j ‘ ividade: ee x s sociales judias, de autodefensa y de actividades La recopilacién de los escritos d ; 3 ion le Freud fue tratada como un can Hae Wittels escribié en 1924: “E] problema surge de la supresién dela pi denis a dela ae La supresién hace irritable a la gente. ros tienen inclinaciones metapsicolégicas y tem ; 5, . . 0 qu Peta adesviarse por sendas escolasticas... Freud 7 tratade decked idiés' 0 aun como un dios. No se permite critic: i 1 5. : as a sus expresiones. a ee ad i — Tres Contribuciones a la Teorta del ‘Sexo es te analitica. Esto no es una simple figura retéri bli a isto ica. Los fiel bcd consideran’sin importancia los libros de otros. No teberlosen ne a otra anton ar de Freud, raramente leen o citan a otro. en una cita, es la del Maestro, para ofr “1 ” de Ja Palabra. El elemento médic 1 Snel aise % . 0 pasa a segundo plano. Los filésofc r I ; pase . ‘lésofos aa J ones informé que Rank insistia en publicar las obras reunidas roud apne wa razones de devocién y en parte comerciales”. ; edida que el movimiento crecia y era ace] c A ‘ vimi ptado por much oe y eee 2 adios. especialmente después de fa muerte de d egunda Guerra Mundial, perdié su calidad c autoridad central se debilité y de 46 ease Sade e y desaparecié. La condicién de ibii un dogma fijo fue evitada. Se desafi: i slataron tele 0 i . jaron, modificaron o reempl: cantidad de creencias clasicas no si ‘ movimiento ! 1 empre con ventaja. El movimi shantene Ja reserva y buscé afiliarse con smpliita rebesioa a las ciaciones médicas. El desprecio por la religién y los religiosos fue 48 MAJ'SHAVOT amortiguado. Se aceptaron miembros de érdenes catélicas religiosas y judios observantes, asi como graduados de institutos psicoanaliticos. Bien puede ser que una general, vaga aprehensién de entender que el primitivo movimiento psicoanalitico sugirié un culto disidente dentro del judaismo, contribuyé a la impresién difundida de que judaismo y psicoandlisis estaban estrechamente ligados. Que Freud viera al judafsmo especialmente conveniente para el psicoandlisis, esta indicado en la cita siguiente de las cartas a Abraham (escritas en 1908). “Por favor, debes ser tolerante y no olvides que realmente es mas facil para ti que para Jung seguir mis ideas, en primer lugar porque eres independiente y luego, estas mas cerca de mi constitu- cién intelectual a causa de la afinidad racial, mientras que é1 como cristiano e hijo de un pastor, encuentra su camino hacia mi solo contra una gran resistencia intima. Por eso su asociacidn con nosotros es valiosa. Casi dije que solo por su aparicién en escena el psicoandlisis escapé del peligro de transformarse en un asunto nacional judfo”. (Ver Abraham y Freud, p. 34). Dos meses més tarde Freud escribia con respecto al mismo tema “en general es més facil para nosotros los judios, desde que carecemos de elemento mistico”. (p. 46) Freud vio parecida la actitud de los no judios hacia el psicoandlisis a su actitud hacia los judios, como explicaba en otra carta muy poco después. “Abrigo la sospecha de que el disimulado antisemitismo que Suiza me dispensa, es desviado en forma reforzada hacia usted. Pero pienso que nosotros como judios si queremos participar, debemos desa- rrollar un poco de masoquisms, estar listos para sufrir cierto mal. De otro modo no hay manera de estar de acuerdo. Tenga la seguridad de que sime lamara Oberhuber, a pesar de todas mis innovaciones me habria encon- trado con mucho menos resistencia” (I. ¢., p. 46). Con la desaparicién del elemento de culto y especialmente durante los tiltimos quince afios, poco m4s o menos, muchos psicoanalistas judios comenzaron a interesarse por lo que sucedia a losjudfos por encimay mas alla de los problemas creados por el antisemitismo. Existe una cantidad de razones para este cambio, agregadas a larelajacin de lasrestricciones del culto. Los judfos de este pais adquirieron, paraddjicamente, una sancién de orgullo como resultado del enorme sacrificio de los judios en el Holocausto y el triunfo del Estado de Israel, y el heroismo de su pueblo. El pluralismo se hizo respetable en Estados Unidos. Tenemos una canti- dad de campos en los que los judifos pueden ser activos como judios, ademés de su religién que todavia es un anatema para la mayoria de los psicoanalistas. Los analistas judios empezaron a participar, como ana- listas, en la recoleccidn de fondos para la comunidad judia. Un grupo de ellos con la conduccién de Judith Kestenberg, Milton Jucovy y Martin Bergmann, iniciaron un estudio sobre la influencia de la experiencia de sobrevida de los sobrevivientes y sus hijos. E] logro mds notable fue la SUDAISMO ¥ PSICOANALISIS 49 fundacién de la cdtedra Freud en la Universidad Hebrea con la conduccién enérgica y la inspiracién de Martin Wangh. Joseph Sandler se constituyé en el primer Profesor de Psicoandlisis de la Universidad Hebrea. Estudios psicoanaliticos del judaismo Los ensayos de este libro —con una excepcién el de Bergman sobre el judaismo de Freud— sirven de ejemplo de la conexién entre judaismo y psicoanilisis, es decir el estudio psicoanalitico del judaismo y de los judios. Los primeros analistas publicaron estudios similares, pero trataré de demostrar las limitaciones de sus estudios y su origen no sélo en el estado primitivo de la disciplina psicoanalitica y Ja ignorancia de los estudiosos sino también en su ambivalencia. Los estudios de Freud del judaismo y los judios traicionaron su ambivalencia bien descrita por Bergmann y por Robert. Supuso en sus trabajos psicoanaliticos que familiarizado con Roma y Grecia clasicas, su literatura y lengua, sabia casi nada acerca de laliteraturay lengua judias y poco de historia judia. En cierta medida ésto pudo ser una postura. Cuando su padre con motivo de cumplir treinta y cinco afios, le devolvié la Biblia Phillipson (en hebreo y aleman) que Freud estudié y descarté cuando nifio y que su padre preservé “como los fragmentos de las Tablas rotas”, la acompaiié de un mensaje en hebreo, esperando evidentemente que su hijo lo entendiera. Sabemos que como miembro concurris ala B’nai B’rith de Viena durante muchos afios no sélo con regularidad, sino que colaboré activamente en el comité de programa (Knoepfmacher). Berg- mann sefiala que en el andlisis de sus suefios Freud menciona haber visto una obra de teatro, The New Ghetto, pero omite mencionar el nombre del autor, Theodor Herzl (ver también Simon, p.274y Falk, p. 10). Bergmann cuestiona la explicacién simple de Jones de que Freud no estaba familia- rizado con el término “menord”, por su “falta de familiaridad con las sinagogas”. Nadie con el pasado de Freud con cualquiera educacién religiosa propuesta o aceptada, viviendo en la comunidad judia de Viena, asistiendo regularmente a las reuniones de B’nai B’rith, podfa no estar familiarizado con la menoré o su nombre. Si en ninguna otra parte, la encontraria en los cementerios judfos. Falk (p. 15) manifiesta también su escepticismo sobre la negativa de Freud de conocer cosas judias. Rainey reconstruyé lo que era probable- mente el curriculum de sus estudios judios. Gerson D. Cohen inspeccioné este material, examiné los textos que Freud estudié en su juventud y las referencias de Moisés y Monotetsmo, y me informé que en su opinién estudié mucho en su juventud acerca de judaismo e historia judfa, como también la lengua hebrea y aprendié mds aun cuando escribié Moisés y Monoteismo. Sin embargo en muchos sitios menciona (1925) queignoraba “la lengua y literatura hebrea” Cuando al final abandoné Viena por Londres en 1938, Freud se 50 MAJ'SHAVOT comparé con Yojanan ben Zakai (Jones 1957, p. 221). “Después de la destruccién del Templo de Jerusalem por Tito”, sefialaba “Yojanan ben Zakai pidié autorizacién para abrir en Iavne una escuela para estudiar la Tord. Nosotros haremos lo mismo, Estamos acostumbrados a la persecu- cin seguin nuestra historia, tradicién y algunos de nosotros por experien- cia personal”. Las metéforas romanas y griegas de la primera etapa de su vida, cedieron el paso a metdforas judias. Es evidente que Freud estuvo interesado en estudiar el pueblo judfo y comprender sus caracteristicas. Ya hemos mencionado su estudio de los judios a través del humor. En la introduccién de la edicién hebrea de Totem y Tabi (1980) expres6: “Si se me preguntara «desde que usted © abandon6é todas estas caracteristicas comunes con sus compatriotas {qué es lo que le quedé del judio?» Contestaria: «mucho, y probablemente toda su esencia», No podria expresar esa esencia claramente con palabras; pero alguin dia, sin duda, seria accesible a la mente cientifica”. E] mismo deseo de comprender se expresa en el siguiente extracto de una carta a Arnold Zweig escrita en 1932: “Qué extrafia debié parecerle esta tierra trégicamente insensata que visit6... Palestina nunca produjo mds que un religioso sagrado frenesf, intentos atrevidos de superar aspectos del mundo exterior por medio del mundo interior de ilusiones. Y procedemos de alls; nuestros antecesores vivieron allf durante medio o todo un milenio y es imposible decir qué herencia de esta tierra hemos llevado en nuestra sangre y nervios. jOh!, la vida podria ser muy interesante si sélo compren- diéramos y conociéramos mas acerca de ella”. Su mayor esfuerzo por entender a los judfos y al judaismo se presenta en Moisés y Monotetsmo. Parece probable que su intento de comprender al judaismo reflejé un aspecto de su intento de comprenderse a s{ mismo, o sea al de un autoanilisis. Freud aplicé los métodos de interpretacién que aprendié de tratar a los pacientes, para obtener una idea de su propia personalidad. Es evidente que a partir de sus escritos acerca de su autoanilisis, tuvo éxito en reconstruir el complejo de Edipo, pero no existe evidencia explicita de haber logrado una idea de las complejidades residuales de sus primeros sentimientos conflictivos haciasu madre. Al familiarizarse con el comple- jo de Edipo en el autoandlisis y en su andlisis de los pacientes neurdticos, exploré la aplicacién del paradigma de Edipo en los asuntos humanos en general. Tomé un interés especial en establecer la relacién entre ese complejo y el grupo psicolégico, y exploré también su relevancia en la organizacién de la comunidad religiosa. (Freud 1915, 1921). Finalmente en 1939 publicé su composicién resumida Moisés y Monotetsmo que se puede interpretar como respuesta a esta pregunta: {qué podemos apren- der del paradigma Edipo acerca de la naturaleza del pueblo judio? (El doctor Gerson D. Cohen distinguié un mensaje esotérico en Moisés y Monotetsmo junto a la tesis familiar exotérica. E] mensaje es una refuta- JUDAISMO Y PSICOANALISIS 51 cién vigorosa a la acusacién antijudia y una afirmacién igualmente vigorosa de las virtudes y energia de los judios). A causa de su interés en aplicar el psicoandlisis a los problemas de Ja sociedad, Freud alenté a sus estudiantes a investigar la posibilidad de un tipo psicoanalitico de andlisis de la mitologia. Muchos asi Jo hicieron y obtuvieron resultados sorprendentes. En realidad Jung hizo del estudio de la mitologia un punto de partida de su propia psicologia. Tom6 los mitos cldsicos como claves de una realidad psicolégica trascendente, omnipre- sente y eterna, de la que surge cada psique individual y con la que permanece en contacto. Un numero de analistas eligié la “mitologia” judfa como su tema. De éstos el mas prolifico fue Theodor Reik. Escribié sobre el origen de la oracién Kol Nidre (1931), el Shofar (1931), y “el manto de oracién y las filacterias de los judios” entre otros tépicos religiosos judfos (1951). La mayoria de los primeros psicoanalistas judios que escribieron acerca de la “mitologia” judia, aplicaron principos psicoanaliticos a un conocimiento fragmentario del judaismo que aprendieron en sujuventud. Susimpresio- nes infantiles fueron completadas ocasionalmente con referencias a los trabajos de historiadores, tedlogos y otros comentaristas. Los primeros analistas en sus discusiones en la Sociedad Psicoana- litica de Viena hablaron de los judfos con estereotipos bastante despecti- vos. (Nunberg y Federn, 1961, 1967). Sélo Freud hizo un comentario positivo (1.c. vol. 111, p.273). Abraham (1920) en un articulo titulado “The Day of Atonement”, escribié sobre temas judios con aire de autoridad aunque cometié alli una cantidad de errores. Reik por otra parte trae citas a partir de autoridades legitimas a quienes leyé aparentemente con cuidado. Supongo que los textos hebreos fueron leidos en traducciones publicadas o que pasajes apropiados le fueron traducidos, porque de sus errores de pronunciacién pareceria no estar muy familiarizado con la lengua hebrea. Pero en su caso también se siente que contempla a un pueblo extrafio con ojos de cientifico amable, pero objetivo y remoto. Con toda su erudicién también comete errores serios. Por ejemplo en Mystery on the Mountain (1959), menciona diez dias como la edad para la circuncisién ritual. En un libro publicado por el afio 1941 hace la sorprendente afirmacién que sigue (p. 397): “Existe un silencio extrafio en el pueblo judio respecto de su sufrimiento. Jehova no le permitié expresar lo que soporta. Ninguno de los grandes poetas expres6 sus quejas y denuncias. Es como si aceptaran y reconocieran el sufrimiento como parte inmutable de su destino. Los labios estan sellados y la voz enmudecida” (Reik, 1941). Admitido que las Crénicas de las Cruzadas y las obras de consuelo que siguieron a la expulsién de Espafia noson conocidas ampliamente (aunque una buena traduccién alemana de las primeras estuvo disponible a fines del siglo XIX), nadie que esté familiarizado con la liturgia judia, el servicio de Tisha B’Av, el libro de 52 MAJ'SHAVOT. Lamentaciones, o aun el Av Harajamim sabatico, o el Salmo 137, haria semejante afirmacién. {Cual fue la intencién de estas primeras exploraciones psicoanaliti- cas en las practicas judias? Probablemente no seria valido presumir que todos los investigadores tuvieran los mismos motivos y no tenemos muchos datos biogrdficos a los cuales atenernos. De la evidente ambiva- lencia de estos primeros psicoanalistas hacia sus antecedentes religiosos y del modo como manejaron los elementos, se creeria que sus investiga- ciones servirian por lo menos a tres propésitos. Primero, sirvieron para demostrar la validez del método y teorias psicoanaliticas aun en otras esferas del comportamiento humano. Segundo, no sélo era valido el enfoque psicoanalitico, sino que tomé la misma medida que la religién judia; expuso su irracionalidad y limitaciones. Si una disciplina A puede “explicar” una disciplina B, y no viceversa, entonces la disciplina A “triunfé sobre” la B, El “andlisis” psicoanalitico del judafsmo puede verse como una especie de imperialismo intelectual. Tercero, debajo de la actitud critica, despectiva, bien pudo ocultarse una afectuosa y elogiosa actitud. Por ejemplo aun en las actas de la Sociedad Psicoanalitica de Viena, se cita a Freud como habiendo dicho en 1911: “La vieja religién judia ha rendido un gran servicio a la restriccién de la sexualidad pervertida por el cauce de la propagacién” (vol. III, p. 273). Herman Nunberg me conté que en sus tltimos afios, los comentarios de Freud sobre la religién fueron mas suaves, y menos despectivos que los de sus afios primeros. Pero hay un propésito positivo, por lo menos en el caso de Reik (1931). Parece haber compartido con Freud la idea de que el estudio psicoanalitico de las primeras experiencias legendarias del pueblo judio, segun se hallan reflejadas en las Escrituras, dirfan algo acerca de la naturaleza del pueblo judio, los secretos de su supervivencia y la perso- nalidad de la vida judia de ahora “Cada estudioso del desenvolvimiento del judaismo es impulsado irresistiblemente a encarar la importante cuestién: {qué fuerzas psicolégicas armoniosas 0 discordantes, actuando ahora como antes en su religién como en su historia nacional, dominan in- visiblemente el desarrollo del pueblo judio? Su historia de sufrimientos, su existencia bajo condiciones anormales de vida y el misterio de su per- sistencia deben ser del mayor interés para el psicoanalista, desde que la psicologia de lo consciente no es capaz de darnos una explicacién suficien- te. Se sentirfa que, a medida en que se absorbié en la historia de la extraordinaria cultura del judaismo, procesos dinémicos de naturaleza inconsciente, procesos hasta ahora no considerados, tomaron y toman todavia una grande e importante participacién en su desarrollo” (p. 23). {Qué aprendié Reik? Aprendio lo que esperaba aprender, es decir donde quiera que se mire en la Biblia judia o en la practica religiosa, uno encuentra el complejo de Edipo y conflictos entre padre e hijo, como también entre Dios y el pueblo y entre lideres y seguidores. Kol Nidre NE ar ie iit illite SUDAISMO Y PSICOANALISIS 53 expresa un compromiso entre el repudio rebelde del pacto con Dios y el arrepentimiento por proceder asi. El sonido del shofar representa la identificacién triunfal del lider con el totem buey o el dios ternero y al mismo tiempo sugiere el sonido de un animal al que se esta matando; asusta al adorador de modo que no estara tentado a repetir el acto. Talit y tfilin simbolizan ponerse la piel del animal sacrificado. En su ultimo trabajo sobre este tema, Mistery on the Mountain, escrito considerablemente mas tarde (1959), Reik recapitula varios de sus primeros estudios, pero desde una perspectiva mds amplia. Introduce por Jo menos dos nuevas ideas de cierto interés. La primera es su propuesta de que lo sucedido en Monte Sinai fue un rito de iniciacién en el que el pueblo de Israel fue inducido al pacto con Dios que Moisés Jes estaba presentando. Al desarrollar estos temas compara este pacto con ritos de grupos de la pubertad e iniciaciones de cohortes de gente joven en sociedades secretas antiguas. Muestra que en tales ritos, el iniciado esta sometido a ruidos y visiones espantosas. La experiencia del miedo, dice, anima la cohesién del grupo. Los ruidos y visiones que acompafiaron ala teofania del Monte Sinaf y las amenazas implicitas en las precauciones preliminares, sirvieron similarmente para unificar el grupo en una tinica comunidad religiosa. Encuentro dos aspectos de interés en estas ideas, aunque el razona- miento no me convence. Primero, la sugerencia, valida 0 no, se mueve un poco més lejos de Freud en el intento de establecer una psicologia analitica de grupo mas que del individuo. Reik esta diciendo que cuando los adolescentes se exponen a una experiencia terrible en presencia de sus contempordneos, son impulsados, presumiblemente de modo defensivo, a asociarse en un grupo coherente con éstos: Segundo y de modo més general, esta hipétesis me recuerda ciertas observaciones sobre el efecto de que ciertos estimulos nocivos mostrados por un padre u otra figura poderosa, fracasa no sélo en inducir aversién, sino que aun facilita la adhesién. Tales fenémenos fueron observados en los laboratorios. Harlow y Harlow separaron a un grupo de monos jévenes de sus madres y los expusieron a maniquies mecdnicos hostiles y aun traumatizantes. Com- probaron que los monitos se aferraban tanto més estrechamente a estos modelos cuanto més abrasivos eran. En una revista reciente aparece un debate sobre el tema de la adhesin infantil aumentada paraddjicamente por maltrato, entre Rajecki, Lam y Obmescher. Mas interesante atin acerca de estas generalizaciones, es que expli- can una cantidad de misteriosos fenémenos clinicos. Nifios criados por madres hostiles tienden en general a agarrarse estrechamente a ellas y fracasar en madurar para laindependencia. También adultos tiranizados por otros - por ejemplo en una situacién de rehén de terroristas 0 en un interrogatorio de “lavado de cerebro”, tienden a desarrollar sentimientos de afecto, obediencia y respeto por sus captores. Este hecho sirve de base a declaraciones ocasionales, exageradas ficticiamente, de adhesiones 56 MAJSHAVOT posterior, requeriremos algo mas que el conocimiento del trauma para decir si estard representado como una fantasia inoperante, como sintoma neurotico, como una personalidad earacteristica 0 como una actividad sublimada. Por ejemplo la primera experiencia por Ja muerte de un hermano puede ocasionar una culpa neurética, inhibicién para tener éxito, miedo obsesivo de morir, o por otra parte una necesidad de ayudar a otros 0 el deseo de llegar a ser médico con éxito, 0 médico cientffico. Segundo, no hay evidencia de que lo que es verdad en el individuo es también verdad en el grupo. : Encuentro también defectuoso el hecho de que el material seleccio- nado para el estudio psicoanalitico en estos primeros esfuerzos, es elegido para confirmar un punto de vista: el paradigma de Edipo. El material relacionado con las deidades maternas es, por ejemplo, totalmente igno- rado, aunque su culto tuvo un papel importante en las sociedades de las cuales surgié nuestra sociedad y sus religiones. Desde el punto de vista del judaismo ya mencioné dos reservas; esto es erudicién pobre y prejuicio de parte del escritor. Permitaseme detallar algunos de los serios errores y descuidos detectados. En muchos de tales estudios se examina la institucién del monteismo judio. El problema es que los autores no comprenden la unicidad del monoteismo judio. Este no consiste ciertamente en el hecho de que los judiostienenun solo Dios en vez de muchos dioses. Tampoco elde que Dios es invisible. Estas caracteristicas también prevalecen en otros sistemas religiosos. Las ideas originales de Yejezkel Kaufmann (1960) nos infor- mai convincentemente de que fue y es unico en el monotefsmo judio, al que su Dios no esté sometido a limitaciones e ideas impuestas sobre El, por un césmos preexistente. E] Dios judio no surge de una primordial esencia césmica que determina y limita Sus poderes. EI solo posee un control absoluto de todos los elementos del universo y no comparte ese control con otras deidades o influencias que puedan existir en lo que Kaufmann denomina “realeza metadivina” (javayd al elohit). Sospecho que Reik estaba inseguro de su jdea cuando en Mystery on the Mountain afirmé que era el superego mas que la unicidad de Dios lo que caracterizaba al monoteismo judio, pero no Negé a la formulacién de Kaufmann. Se puede decir en defensa de los psicoanalistas escritores que solamente se dispuso de la obra de Kaufmann en inglés en 1960, después de que todos estos estudios fueran escritos. Pero ésto excusa sélo la falta de informacién de los escritores; no presta validez a sus deducciones sin fundamento. Para ser justo: las rotundas generalizaciones de Kaufmann no son plenamente reconocidas por todos Jos estudiosos de historia judia. Y probablemente las doctrinas actuales de monoteistas y paganos coinci- dieron parcialmente en grado apreciable, por Jo menos pre-consciente- mente o inconscientemente, si no conscientemente. Las diferencias con- ceptuales que introdujo son tan convincentes e instructivas que parece imposible discutir la cuestién sin examinarlas. JUDAISMO Y¥ PSICOANALISIS 57 Es interesante en especial la interpretacién de Kaufmann de la diferencia entre monoteismo y paganismo, que permite una afirmacién psicoanalitica de la fundamental y psicoldgica distincién entre ambos. Kaufmann dice: “todas estas personificaciones involucran una idea que es la prueba que distingue al pensamiento pagano, Ja idea de que existe un reino anterior a los dioses y por encima de ellos, del que los dioses dependen y cuyos decretos deben obedecer. La deidad pertenece y provie- ne de un reino primoridal” (1. ¢., p. 21). El dios es de este modo una encarnacion personal de una de Jas fuerzas seminales del reino primor- dial. Sunaturaleza y destino estan determinados por lanaturaleza de esta fuerza. La multiplicidad de los doises paganos deriva de los multiples poderes y “simientes” del reino primordial, cada uno de los cuales es concebido como una entidad divina auto-contenida. Agua, cielo, luz, oscuridad, vida, muerte, etc., todos provienen del reino primordial; ésto establece los lazos naturales y eternos para el dominio de cada deidad pagana. No es la pluralidad de dioses per se, entonces que expresa la esencia del politeismo, sino mas bien la nocién de muchas entidades con poder, todos a la par de unos con otros y todos arraigados en el reino primoridal” (p.p. 22 y sig.). “Bxisten dos reinos, el de los poderes divinos y el de los metadivinos. También los dioses estén representados como jnvocando fuerzas metadi- vinas para superar las propias predestinadas limitaciones. El pagano se siente sujetado y con necesidad de ambos reinos. Reza a los dioses para obtener su ayuda, pero consciente de que los dioses mismos son encarna- ciones especificas de un poder mas generalizado y aprendiendo de sus mitos que invocan a fuerzas fuera de ellos mismos, el pagano emplea también la magia, esperando asi activar Jas fuerzas de lo metadivino” (pp. 23 y sig.). De la religién israelita dice: “La idea fundamental de la religién israelita es que Dios es supremo por sobre todo. No existe reino por encima ni al lado de El para limitar su soberania absoluta. El es totalmente distintodel mundo: no esta sujetoaleyes,ni acompulsién, nia poderes que Jo trasciendan. E] es, en resumen, no mitolégico. Esta es la esencia de la religion israelita y lo que la separa de todas las formas de paganismo”. (p. 60). “La provision de leyendas biblicas carece del mito fundamental del paganismo: la teogonia. Todo motivo teogénico esta igualmente ausente. El Dios de Israel no tiene genealogia, padres 0 generaciones, no heredani lega su autoridad. No muere ni resucita. No tiene cualidad o deseo sexual y no demuestra necesidad o dependencia de poderes fuera de si mismo” (pp. 60 y sig.). En términos psicoanaliticos este contraste puede volver a exponerse como sigue. El pagano puebla su cosmos con una coleccién de criaturas de fantasia a quienes considera deidades. Al examen estas deidades parecen representar compuestos jdealizados del mundo en el que vive, es decir 58 MAJ'SHAVOT madres, padres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, maridos, mujeres, como individuos, parejas o grupos. Estos dioses pueden ser descritos como proyecciones de imagenes que cada individuo contiene en su propio aparato psiquico, especificamente la parte accesible a la conciencia que denominamos ego. Todos conservamos en nuestros egos imagenes de individuos con quienes nos hemos relacionado 0 con los que nos relacio- namos significativamente. En estas imagenes volvemos a ver el pasado, examinamos el presente y planeamos el futuro. En un sentido no vivimos realmente en un mundo de gente, vivimos en un mundo de imagenes. Cuando nos afecta la sensacién de que vivimos en un cosmos inhos- pitalario, los peligros de lo que parece aplastarnos no sélo a nosotros sino también a nuestra comunidad, tendemos a proyectar dentro de este cosmos vacio, inhéspito, las figuras familiares de nuestros egos respecti- vos. Las imagenes de la madre, por ejemplo, que aparece en los suefios y fantasias del nifio, son una hada madrina o una bruja, segin se lo vea como persona agradable o frustratoria. En este sentido las imagenes césmicas divinas son también estereotipadas. También lo son en otro sentido. Cuando un individuo proyecta sus propias fantasias personales, salvo que sea psicético no atribuye la calidad de realidad a estas imagenes. Sin embargo cuando se entera de que comparte ciertas fantasias y las imagenes que contienen con otros miembros de su comunidad, él y ellos juntos les imprimen el sello de realidad. Por lo tanto para asegurar esta sancién grupal, los individuos comparten sus imagenes proyectadas con los miembros de la comunidad, de modo que las imagenes se transforman en estereotipos. Son estas imaégenesy caricaturas compartidas que pueblan el cosmos de cada grupo pagano y constituyen sus deidades. Sucede ahora otra cosainteresante. No essencillo que un panteén de imdagenes estaticas se proyecte hacia afuera. De nuevo como en suefios y fantasias, los deseos comunes, impulsos, necesidades y miedos del indi- viduo son atribuidos a estas deidades, como lo son las acciones que resultan comtinmente de estos elementos de motivacién. De modo que lo que emerge es una fantasia de grupo, que el grupo est4 rodeado por una comunidad divina de dioses que se comportan entre si como lo hacen los humanos. E] grupo reside dentro de una comunidad familiar de criaturas celestiales. Ya no esta mds solo. El comportamiento caracteristico de los dioses no sélo los hace més familiares y representativos, sino también mas reales y mas inmediatos. La consideraci6n de la relacién y conducta de los dioses entre sf, constituye la coleccién de mitos de la religién local. Los rituales del culto de la religién, permiten a sus miembros sentir que estan participando de la vida de los dioses y conseguir por eso cualquier propésito a su favor. Por ejemplo los ritos de muerte y resurreccién de muchas religiones aseguran al hombre piadoso que también él esta participando al alentar y gozar los frutos de la experiencia de muerte y resurreccién. JUDAISMO Y PSICOANALISIS 59 Kaufmann (1960) enfatiza la materia primordial que precede y limita a los dioses. Sospecho que este concepto de matriz primordial dela cual emergen los dioses y de la que estén compuestos, representa la estructura psiquica, el ego mismo dentro del que se forman las imagenes y dela que se proyectan dentro del universo celestial. Teogonia y mitologia caracterizan cada sistema religioso pagano. La teogonia representa la creacién psfquica de una poblacién césmica imaginada, mientras que la mitologfa simboliza y expliea las actitudes, afectos y tendencias motiva- doras asociadas con cada una de las imagenes proyectadas del ego. En contraste, el Dios del monotefsmo judfo tal como observa Kauf- mann, no surge de una matriz primordial preexistente, no genera otras deidades, no se comporta como los humanos, no participa de sus senti- mientos 0 motivos, nose relaciona ni contiende con otras deidades, no esta limitado por su naturaleza y origen. Se preocupa solamente por la lealtad y obediencia de su pueblo. Esta contento con él cuando se comporta apropiadamente y descontento cuando se comporta mal. No lo rodea ninguna mitologia. El culto sefiala que el piadoso acepta el dominio de Diosy no que participa de modo alguno de las experiencias de Dios. El Dios del monoteismo judio puede describirse como una proyeccién del superego. Este incorpora ideales de moral y comportamiento ético, un sistema de premios y castigo y el principio de que los impulsos debe uno reprimirlos por deferencia alas demandas de Dios. Esta fue la idea, creo, ala que Reik estaba legando (1959). “El progreso en la espiritualidad que hizo la experiencia del Sinai, el giro decisivo de la aventura humana es el establecimiento del superego colectivo, de una norma intima dentro del pueblo creada por la introduc- cién de Yahve en la formacién del ego. Esta nueva accion es el logro mayor de Moisés- no del monoteismo. La mayor contribucién de los judios a la cultura humana, es la creacién de una deidad invisible y de su sucesor y heredero con la forma de un super-ego colectivo” (Reik, 1959, p. 169). Yo no dirfa que Moisés creé un superego colectivo. Reemplazé el panteén de proyecciones del ego con un Dios tinico que representa para cada individuo su propio superego. Los individuos comparten el Dios al que rinden culto, pero ésto no significa que cada uno lo percibe idéntica- mente. La sensacién de familiaridad y comodidad en el cosmos ya no se logra con la participacién de la vida de representantes celestiales de hamanos limitados sino de controlar el comportamiento propio como para merecer el favor de un omnipotente y omnisciente solitario, divino Padre y Juez. Por cierto que la literatura cldsica judia, tanto btblica como rabinica contiene muchas explicaciones de tipicos amores y odios dentro de la familia ajustandose a la dindmica de la misma tan conocida por el psicoanalista. Difieren de las explicaciones paganas en que son leyendas mas que mitos. Generalmente se pasa por alto la diferencia entre leyenda y mito y los dos términos se intercambian con frecuencia, para designar 60 MAJ'SHAVOT conceptos no objetivos de acontecimientos que son afectivamente signifi- cativos para la comunidad que los tiene y los transmite; acontecimientos que naturalmente se supone que han tenido lugar primitivamente en su historia. De acuerdo al Oxford English Dictionary, el mito trata figuras sobrenaturales mientras que la leyenda contiene el niicleo de un hecho. En las religiones paganas son los dioses los que se comprometen en luchas, mientras que en la tradicién judia es un antecesor humano. Algunos de nuestros antecesores aparecen en la leyenda como firmemente justos, otros son primitivamente malvados, pero la mayoria exhiben virtudes y defectos. Muchos de estos antecesores estan presen- tados obviamente como ideales con quienes el individuo y especialmente el nifio, estan alentados a identificarse. E] hecho de que cometan faltas y a veces se comprometan en actividades indignas hace que parezcan menos remotos; las imagenes no son tan ideales que parezean desnatura- lizadas. En Ja literatura cldsica judia no se transgrede el limite humano- divino. Mientras los humanos son alentados a imitar a Dios (ejemplo Levitico 19:2), nunca deben identificarse con El. El pasado judio esta poblado de figuras legendarias ancestrales que nos proveen de ideales y nos alientan a creer que Israel es una comunidad eterna. Pero ni ellas, algunas de las cuales tuvieron una comunicacién con Dios, ni nosotros, se ven libres del dominio de Dios o exentos de Sus mandamientos. Los mitos y leyendas del mundo pagano incluyen algunas figuras que cruzan la frontera humano-divina; la pareja de dioses genera una progenie hibrida; algunos se encarnan con la forma humana; algunos humanos logran la apoteosis. En el mundo pagano los humanos y los dioses no escapan al destino y estan limitados por las propiedades inherentes al material primordial del cual derivan. pero no estan sujetos al control del unico, dominante, omnisciente y omnipotente Dios. En el mundo pagano los dioses reflejan debilidades humanas, en el mudo judfo Dios premia la superacién de estas debilidades y castiga a quienes sucumben a ellas. Estoy sugiriendo que estas diferencias reflejan los origenes diferentes dentro de la psique individual, de las imagenes que se proyectan hacia afuera: imagenes ego y su comportamiento reflejan realidad; imagenes superego establecen ideales. En la mayoria de los estudios psicoanaliticos y especialmente la mitologia judia, uno encuentra la falacia genética. Especificamente el autor revela el “origen” pagano de la corriente. Ese “origen”y los conflictos psicodindmicos que le acompafian, se toman como “explicacién” de la practica religiosa.Esta implicito que desde que los “origenes” son tan primitivos, la practica corriente es igualmente de poco mérito, un ejerci- cio, si no de psicopatologia, entonces ciertamente de pensamiento primi- tivo, magico. Es cierto que en Israel antiguo persistian algunas pocas practicas paganas en las costumbres de la gente. Pero Kaufmann (1960) infiere que eran residuos menores que no se inmiseufan con alcance serio en la religién israelita, excepto unos pocos episodios breves limitados SUDAISMO Y PSICOANALISIS 61 localmente, no asociados a un culto organizado. La denuncia profética de la prdctica pagana, ofrece una idea exagerada de su prevalencia e importancia. “El culto biblico al igual que otros aspectos de la religion biblica es una creacién compuesta de raices que yacen en la prehistoria pagana de Israel. Los eruditos se han esforzado en analizar los materiales antiguos y encontraron ritos encarnando nociones magicas, animistas, demonfa- cas. Pero en ésto, especialmente las analogias paganas son aptas para el engafio. Porque las religiones paganas del antiguo Cercano Oriente, combinaban elementos muy dispares en el curso de una evolucién gradual y organica. Creencias y practicas envejecieron y quedaron fuera de moda sin llegar a ser rechazadas. El politeismo fue capaz de mantener sus raices y ramas més antiguas sin podarlas como miembros marchitos. La religion judfa repudia el culto de dioses fuera de YHWH, prohibe el culto de los muertos, los espiritus, los animales. Rompié con la vieja religién, por lo tanto su relacién con los elementos antiguos preservados en ella era diferente. Todo fue reforrnado y armonizado con la nueva idea. Las leyes de culto de la Biblia no tienen fondo mitoldgico o magico- es el centro de la transformacién. Transformacién que no fue un producto consciente o racional realizado por el clero de cierta edad. Es el resultado de un desenvolvimiento orgdnico de la religién israelita durante el curso de generaciones” (p.p. 101 y sig.). “El examen de los mil afios de lucha de los escritores de la Biblia contra la idolatria, sefiala que ya en tiempos de los jueces y los primeros reyes no hubo lucha con la idea fundamental del paganismo, el mito. La idea pagana, el concepto del mundo mitolégico-magico del paganismo, no existié mas en Israel. La lucha biblica con la idolatria se reduce totalmen- te al rea del culto y la ceremonia lo que es una prueba decisiva de que desde los tiempos primitivos ya no fue mds un pueblo genuinamente pagano” (p. 147). Ei tema que se relaciona con nuestro interés es que se aprende considerablemente menos acerca de los judios y el judafsmo de las caracteristicas de sus precursores paganos, que de lo que hicieron con su herencia pagana. Es dificil conocer cudles caracteristicas de los judios fueron tenidas en cuenta por los estudios de los psicoanalistas de la religién judfa. Freud (1939) manifiesta interés en aprender el secreto de la autoconfianza y optimismo de los judfos, que explica su resistencia al exterminio. Lo atribuye a haber sido elegido por Moisés (pp. 105 y sig.). Pens6 también que un sentido penetrante de culpa pudo tenerse en cuenta como reaccién a una hostilidad homicida hacia el padre. El sentido de culpa a su vez dio surgimiento a ideales rigurosamente éticos que vio como “caracteristicas... formaciones de reaccién neurética obsesiva” (pp. 134 y sig.). Encuentro que estas conclusiones no son convincentes. La tesis de que la confianza judfa en si mismos se atribuya a la eleccién de Moisés por 62 MAJ'SHAVOT Jos judios, no esté demostrada. Creo que la autoconfianza judia debe comprenderse como respuesta a su vulnerabilidad y sus repetidas derro- tas. La doctrina de la eleccién de Israel racionaliza esa autoconfianza y la alienta. Tiende a sostener la moral cuando la moral esta amenazada. Uno puede preguntar si los sentimientos de culpa son mds caracte- risticos de los judios que de otros si se tiene en cuenta la tragedia judfa. El infortunio crea una sensacién de culpa; es una observacién clinica normal. El sentimiento de culpa parece surgir de una sensacién de desamparo y retrocede cuando retrocede el desamparo. Es este el meca- nismo que explica la culpa encontrada con frecuencia en el pensamiento y escritos judios. Cuando la tragedia esta ausente en la historia judia, la cupla no aparece. El autor del Deuteronomio comprendié bien que la prosperidad engendra arrogancia y rebelién, lo opuesto a culpa. El versiculo 15 del capitulo 32 dice: YY engrosé Yeshurun y tiré coces; Engordaste, engrosaste y te recubriste; Y dejé a Dios que lo cred Y menosprecié la Roca de su salvacién. Freud considera a los profetas responsables de crear una sensacién exagerada de culpa, mientras que el examen de las escrituras nos dice que su preocupacién fue porque habia poca culpa en Israel. Kaufmann (1960) explica la censura profética como requerida por la teodicea, esto es justificar a Dios por haber permitido los infortunios de Israel. Freud sugiere que fue por lo mismo, la teodicea, que participé en la creacién de Ja sensacién de culpa. No puedo creer que un estado profundamente afectivo pueda ser generado justamente para racionalizar una creencia. EI sentimiento de culpa fue inducido simplemente por la experiencia de una catastrofe. El “masoquismo moral” que explica el desarrollo ético hipertrofiado puede rastrearse en la culpa, inducido por el infortunio. Reik, en Mystery on the Mountain dice” “Quienquiera desee comprender la religién de Israel y quienquiera desee investigar el misterio del destino judio y los rasgos del caracter judio, tiene que tomar el Exodo y el Sinai como punto de partida... Asif como es imposible para un psicdlogo comprender el cardcter y vicisitudes de una persona sin explorar su infancia, asi es impracticable comprender la naturaleza y destino del pueblo judo sin explorar las primitivas fases de su historia, de su emergencia en la escena y de sus afios formativos «cuando Israel era un nifio»... Sin comprender la significacién del Exodo-Sinai como el acontecimiento mas importante, la solidaridad de los judfos seguird siendo siempre un misterio” (p.p. 30 y sig.). La esperanza de esta comprensién no se cumple nunca en el libro de Reik. La “solidaridad” de los judios es explicada por su hipétesis de que Ja teofanfa en el monte Sinai fue en realidad una iniciacién ritual. Pero la hipétesis est4 simplemente sefialada, no demostrada. Estos estudios psicoanaliticos del judaismo parecen suponer una JUDAISMO Y PSICOANALISIS 63 transmisién bastante continua de caracteristicas personales desde los tiempos antiguos hasta el presente. Freud (1939) habla de “precipitados psiquicos del perfodo primitivo” que “se transforman en caracteristica heredada que en cada generacién nueva no exigfa adquisicién sino solamente un despertar” (1939, p. 132). Rechaza la idea de Jung de un inconsciente colectivo, que, para mf, leva consigo alusiones misticas. Sospecho que fue esta aura mistica la que la hizo inaceptable para Freud, aunque tal como ya mencioné, la racionalizacién por medio de un “preci- pitado psiquico” no elimina el sabor mistico de las suposiciones de Freud. Yehuda Halevi (1905) hablaba de una esencia divina, una semilla divina y una influencia divina que pasaba de generacidn a generacién de judios, un concepto igualmente mistico. Este es un concepto que apela alosjudfos. Los hace sentir cerca de sus ancestros y miembros de una comunidad mas coherente. Si hay alguna verdad en ello, debe atin establecerse qué verdad especifica hay. Con palabras de Robert Alter: “Evidentemente hay temas conceptuales recurrentes en la Biblia y también ciertos sugeridos de lineas de continuidad desigual entre el mundo biblico y las etapas histéricas sucesivas de la vida judia. Lo que deberia evitarse a toda costa es introducir estereotipos étnicos en discusiones intelectuales serias, al elaborar en nombre de un andlisis semistico, una mente hebrea monoli- tica que domina las acciones de los judios, desde el Levitico al Likud. La experiencia histérica judfa de cerca de tres y medio milenios ha mostrado mas que una tinica estrategia para ordenar la realidad: induda- blemente la persistente polifonia de la cultura judia puede ser finalmen- te uno de los secretos de la supervivencia de este pueblo peculiar” (p. 52). Los estudios psicoanaliticos de Freud y sus primeros seguidores me parecen defectuosos. En cierta medida podemos atribuir estos defectos a ingorancia del tema y al estado primitivo del psicoandlisis en momentos de su formacién. En un grado mayor, me parece, debemos considerarlos como reflejando la ambivalencia de los autores a su propia religién, cultura y pueblo. Cada individuo elegira de su medio cultural ciertos componentes que le den especial gusto, mientras ignora a los que no lo hacen asi. De alli que de una critica innecesariamente fuerte, si no la indiferencia, sospechamos naturalmente la ambivalencia. En el tiempo en que estos escritores se volvieron analistas el entrenamiento en el andlisis no estaba instituido como exigencia para la practica de la disciplina. Como consecuencia los primeros analistas aunque brillantes y perspicaces estaban sin embargo parcialmente cega- dos por complejos y prejuicios no analizados. La ambivalencia hacia el judaismo fue uno de estos complejos problematicos. Mas adelante desde que estos patriarcas del andlisis fueron los primeros en conducir el ejercicio del andlisis, sus estudiantes judfos también quedaron con la ambivalencia no analizada identificdndose con sus analistas, psicoanalis- tas judfos en mayor proporcién que otros profesionales judios, hasta afios recientes, y distanciados del judaismo. 64 MAJ'SHAVOT Volviendo ahora ala pregunta de Freud a Pfister, el psicoandlisis fue descubierto y abrazado por judfos ateos, porque como judios estaban marginados en el mundo gentil; y desde que era su judaismo lo que los hacia marginales, rechazaban lo que crefan ser creencias y ceremonias de su religién, pero se adherian a su tradicién intelectual y a sus ideales universalistas de justicia social. El psicoandlisis intenta demostrar que es la vida mental del individuo lo que determina Jahistoriahumanay que Ja percepcién de la realidad exterior es lo efectivo, més que la realidad misma. Seguin las palabras de Lionel Trilling, “Debemos reconocer qué asequible para la cultura general llegé a ser el individuo, qué poco protegido esta de las fuerzas culturales, qué unificada y exigente ha llegado a ser nuestra cultura libre. En la medida en que lo reconozcamos, podemos empezar a ver el porqué del énfasis de Freud en la biologia como idea liberadora. Es una resistencia a la omnipotencia de la cultura. Reflexionemos que en alguna parie en el nifio, en alguna parte en el adulto, existe un nucleo jrreductible, obstinado de urgencia piolégica y necesidad biolégica y una razén bioldgica, que la cultura no puede alcanzar y que reserva el derecho, que ejercerd mas pronto o mas tarde, de juzgar ala cultura, resisitirle y corregirla. Me parece que quienquiera que legue a ser consciente de cémo nos vemos envueltos totalmente por nuestra cultura y eémocontrolados totalmente por ella nos creemos estar destinados, predestinados y predeterminados por ella, debe legarnos cierto sentido de liberacién cuando recordamos nuestra personalidad bioldgica”. No deseo significar que no veo posibilidad de que los estudios psicoanaliticos puedan iluminar Ja historia judfa, el pensamiento judio o el comportamiento personal judio. Puedo ver grandes posibilidades para el estudio del material judio por el método psicoanalitico con el resultado de que judaismo, judios y judeidad serdn mejor iluminados y que se desarrollara una teorfa de conducta social psicoanalitica. Estos estudios deben ser considerablemente mejores que Jos clasicos alos que me referi. Sies posible deberfan basarse en Ja experiencia clinica actual, enelestado mental del individuo reflejando la importancia de su participacién en el grupo. Por cierto que eso sdlo podria ser para Jos estados comunes de la mente. La sofisticacién psicoanalitica de los investigadores deberia co- rresponderse con su sofisticacién al tratar los materiales judios. Deben considerar el comportamiento judio como determinado no simplemente por lahistoria antigua, sino por la historia subsiguientey las experiencias corrientes. Los investigadores deben tener en mente que producir una afirmacién escrita sobre cualquier punto de Ja historia, responde a una necesidad de esa época. Richard Rubenstein en su libro The Religious Imagination (1968), enfoca esta clase de estudio psicoanalitico del judaismo. Para ilustrar lo que consideroun enfoque analitico util al judaismo, permitaseme citar su Ultimo parrafo: “La Agada fijé la atencién del judio donde correspondia. JUDAISMO Y PSICOANALISIS 65 Ayud6 al judio a formular una concepeién de su lugar en el cosmos, sus obligaciones hacia sus pares y hacia su Dios, el significado de su situacion historica precaria, los conflictos psiquicos jrracionales que loamenazaban enelorden personal y social y la naturaleza de la esperanza en un mundo quebrado y tragico. Sin la terminologia precisa de la profundidad psicold- gica contempordnea, ayuda al judio a hacer frente a tales dilemas psiquicos como sus arcaicas luchas orales, su impresionante sentimiento ambivalente hacia la madre, su temor de la necesidad de identificarse con el padre, como también sus conflictos en cualquier nivel de desarrollo psicosexual” (p. 183). Traduccién: Dr. José Kaplan REFERENCIAS Abroham, H. C., y Freud, E.L,, (1968). A Psychoanalytic Dialogue: The Letters of Sigmund Freud and Karl Abraham, 1907-1926. Traducido por B. Marsh y H.C. Abraham. New York: Basie Books. ‘Abraham, K. 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