(9) Algunas personas que conocen estas reflexiones las han tildado de
nihilistas o, por lo menos, de pesimistas, criterio que no comparte. Negar la
posibilidad de un cambio profundo en la pedagoga equivaldra a cerrar los ojos a
la historia. Pero el optimismo no debe inducir a ingenuidad en cuanto a las
dificultades seras que acarrear cualquier intento profundamente renovador
Dificultades contextuales (sociales, econmicas, polticas) tanto personales como
interpersonales (que son el objeto de este informe) en la medida en que el
contexto no opera slo como un marco sino como subtexto, trama intrincada,
generalmente inconsciente, de relaciones que son correlativas (pero no
mecnicamente determinadas por) de las relaciones contextuales y que dan
sentido al texto: el acto educativo. Simplemente, que considero banal cualquier
modificacin meramente textual que no atienda a la forma en que lo contextual y
subtextual habran de ser concomitantemente (sino, previamente) modificados.
En el punto intermedio en que la pedagoga se instala, entre los sistemas y las
personas, los valores y los instrumentos tcnicos, si algo puede esperar de la
psicologa es justamente la posibilidad de lectura de ese subtexto (lo que
vagamente llamamos interno, variables personal o subjetiva, estructura
endopsquica, etc.). Esto intento hacer, con optimismo pero sin ingenuidad.
(Nota de R. Bohoslavsky.) .*
* Vale prestar especial cuidado a la nota de R Bohoslavsky. Si no se atiende con
profundidad a la serie de elementos sociales y psicolgicos que subyacen en el
acto educativo, se corre el riesgo de confundir los cambios formales con cambios
estructurales, fenmeno bastante frecuente en las reformas educativas (N. del A.).