Mi hermano Alberto cay al pozo cuando tena cinco aos.
Fue una de esas tragedias familiares que slo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte aos despus mi hermano Eloy sacaba agua un da de aquel pozo al que nadie jams haba vuelto a asomarse. En el caldero descubri una pequea botella con un papel en el interior. "Este es un mundo como otro cualquiera", deca el mensaje.
NO DEBERA HABER TELFONOS EN EL HOGAR DE UN MINERO
Marisa no tuvo que levantar el auricular para saber lo que le iban a decir al otro lado del hilo telefnico: eran las cuatro menos diez de la madrugada y Jaime estaba en el pozu... pero lo levant. Marisa, oye mira que soy Serafn, tas bien?, vete a buscar a la mi muyer, nun tes sola, ye que mira... Marisa oye dime algo... Marisa colg el telfono sin decir nada, arrop a Jacobo que dorma en la cuna y comenz a llorar. Al poco, son el timbre. Eran las vecinas. Ellas tampoco dijeron nada.
OTRO DA IREMOS, MAM
Cerr los ojos, sopl las velas, pero no pidi deseo alguno. Desmont el mvil del palo selfie y envi la fotografa a sus hijos, que por la maana le haban llamado con las excusas de siempre, as creeran que no lo haba celebrado sola. No volvi a congelar la tarta de nuevo, ya que no le hara falta para el prximo ao.
Lo tena todo pensado. Vaci el arcn congelador de la cocina, se meti en su interior, dej caer la tapa y sonri. Solo pensaba que no se fuese la luz, para que cuando por fin acudiesen a verla la encontrasen feliz.