Anda di halaman 1dari 155
a Sendero rs la Pe i SANTERIA CUBANA EL SENDERO DE LA NOCHE RAUL CANIZARES f. 0 Q6$2-UU7-KD44 Lasser Press Mexicana, s.a. de c.v. México, DE. Titulo original: Cuban Santeria Traduccion al espafiol por: Mercedes Cordoba y Magro de la edicion en inglés de Destiny Books, One Park Street, Rochester, Vermont 05767, USA. www.InnerTraditions.com Destiny Books es una divisién de Inner Traditions International Disefio de cubierta: Peri Champine llustraciones de cubierta: Raul Canizares Hustraciones de los interiores y pinturas a color: Rail Canizares Disefio y formacién de interiores: Randi Jinkins Derechos reservados: © 1993 Raul Canizares © 2001 Lasser Press Mexicana, S.A. de C.V. Praga 56, Col. Juarez México, DF. No esta permitida la reproduccién total o parcial de este libro, ni la recopilacién en un sistema informatico, ni la transmisién en cualquier forma o por cualquier medio, por registro 0 por otros métodos, sin el previo permiso del editor. 1098765432 ISBN 0-89281-961-8 (Destiny Books) Printed and bound in the United States INDICE PREAMBULO 9 AGRADECIAIENTOS 19 PROLOGO POR WILLIAM J. HEIA 21 INTRODUCCION 23 capPiTULo 1 MANTILLA 31 CAPITULO 2 LA HERENCIA 38 CAPITULO 3 EVOLUCION Y SUPERVIVENCIA DE LA SANTERIA 44 CAPITULO 4 LA TERARQUIA 50 caPituLo 5 ASINCRETISAO 0 DISIAULO? 61 CAPITULO 6 LOS ORISHAS DE LA SANTERIA 71 CAPITULO 7 ORO: mOsica DIVINA 92 CAPITULO 8 SANTERIA Y ESPIRITISMO 98 CAPITULO 9 FL EBBO 0 SACRIFICIO 109 CAPITULO 10 EL SECRETO DEL HOMBRE LOBO 115 CAPITULO 11 ORISHAS EWE: USO DE LAS PLANTAS EN LA SANTERIA 122 CAPITULO 12 CHARADA CHINA 131 CAPITULO 13 EL LADO OSCURO DE LA SANTERIA 136 CAPITULO 14 LA SANTERTA: ,RELIGION MUNDIAL? 146 APENDICE | PANORAMA DE LOS NEGROS EN CUBA 152 APENDICE II fh 165 GLOSARIO 169 PREAMBULO Las figuras vestidas de blanco surgieron de entre la niebla cuando abri los ojos. Poco a poco se reunieron en un cuadro de camara lenta al estilo de Fellini; fui reconociendo sus formas imprecisas cada vez mejor. Cuando se enfocaron, me di cuenta de que las conocia. No eran personas desconocidas, sino las fuertes mujeres de nuestra ca- sa. En los ojos de todas ellas -eran cerca de diez— habia lagrimas, in- cluso en los de mi madre y en los de mi querida madrina, Amanda Gémez. Se agruparon alrededor de la silla en la que yo estaba sentado y me contemplaron con miradas de evidente respeto. Si bien yo era un nifio brillante y perspicaz, cuando tenfa siete afios todavia me in- timidaba ser el centro de tanta atencién. Suavemente, casi impercep- tiblemente, Amanda tom6 con sus dedos grandes y morenos mi manita pAlida y me saludé: —Bienvenido de vuelta, Raulito. Durante las tltimas dos horas Baba ha estado hablando a través de ti. Laentidad que habfa estado hablando a través de mf era un oris- ha, uno de los semidioses del panteén Yoruba. La teologia Yoruba ensefia que Dios Todopoderoso, llamado Olodumare, creéa los oris- has y les otorgé el ashé (gracia o facultad) de fungir como emisarios suyos. Estos orishas desempefian una funcién parecida a lade los 4n- geles custodios, pues cuidan y gufan a las personas. En otros senti- 10 SANTERIA CUBANA dos, los orishas son como los santos patronos del catolicismo romano popular. De hecho, fue esta similitud con la devoci6n catoli- ca lo que provocé que se llamara “santeria” a la religion que se esta- bleci6 en Cuba entre los descendientes de los yorubas. Originalmente, este término burl6én, empleado por los extrajios, que- ria decir mds o menos “la cosa esa de los santos”!. A pesar de que la religién yoruba sufrié numerosos cambios en su adaptacién al ambiente cubano, muchos de sus elementos importan- tes se trajeron de Africa. Entre estos, la creencia de que Dios Todopo- deroso esta demasiado lejos para intervenir en los asuntos humanos, la creencia en el poder de los orishas para intervenir en la vida diaria, yla idea de que todos los elementos, todas las fuerzas de la naturale- za y todas las fabricaciones imaginables estan regidas por orishas de- terminados, por lo que hay un orisha para el trueno, otro para los rios, otro para el oro, y asi sucesivamente. Se cree que estos orishas reaccionan ante las stiplicas de los humanos, especialmente si van acompafiadas de ofrendas, que a veces consisten en el sacrificio de animales. Para que los humanos supieran qué ofrenda se requeria para que determinado orisha concediera una peticién, recurrian alos oraculos. También estos sobrevivieron el Corredor Medio, yse insta- laron en Cuba. En orden ascendente de importancia, estos oraculos son: el de coco o de la nuez de cola, el oraculo de 16 caracoles, el oraculo de Ifa, y la posesién por un orisha. En las sociedades de in- fluencia europea, la palabra posesi6n tiene una carga negativa (“po- sesién demoniaca”), pero en las culturas indigenas puede significar el ser poseido por fuerzas divinas. El oraculo de coco, que puede ser utilizado por todos los creyen- tes, consta de cuatro pedazos de coco (en Africa, se utilizan pedazos de nuez de cola, en lugar de coco), cada uno de aproximadamente cinco centimetros cuadrados. Cuando se arrojan caen en uno de cin- co arreglos, dependiendo de cudntos pedazos caen con el lado suave, blanco y carnoso, para arriba. Una persona puede comunicarse con los guias espirituales y los orishas si plantea sus preguntas cuidado- samente para que puedan ser contestadas con si ono. El oraculode caracoles de cauri, que s6lo pueden leer quienes detentan el sacerdo- cio, consta de 16 conchitas de caracol de cauri que se arrojan; el nt- provoco WT mero de las que caen con la abertura hacia arriba, determina qué historias de la tradicién oral deben recitarse y qué orisha hay que consultar y propiciar para lograr determinado resultado o para al- canzar el fin deseado. El oraculode Ifa, que s6lo esconsultadopor los sacerdotes del orisha Orunmila (también conocido como If), evolu- cionéda partir del oréculo de conchitas de caracol, y consta de un am- plio cuerpo de historias sacadas de las 16 secciones principales, ahora escritas en forma de capftulos llamados odu, y 240 secciones formadas por diversas combinaciones de las primeras 16; estos odu menores se conocen a veces técnicamente como omodu, lo que signi- fica “hijo del odu”. El If se lee ya sea con 16 coquitos de palmera o arrojando una cadena pequefia con 8 piezas oblongas o circulares de cAscara de calabaza, de coco, ode alguna otra sustancia parecida, que miden 2.5 cm. La posesién del orisha ocurre cuando la conciencia de un sacerdote es embargada totalmente por la conciencia de un oris- ha, loque hace posible que los humanos conversen directamente con los seres divinos, para recibir sus consejos. Cuando yo tenfa siete afios, ya habfa visto el fendmeno de la pose- sién del orisha las veces suficientes para saber de qué hablaba Aman- da Gémez. Por nuestra comunidad se difundié rapidamente la noticia de que un nifio santero habia sido poseido por la majestuosa manifestacién de Obatala conocida como Oba Moré, y que las pala- bras que habia expresado el orisha tenian una fuerza increible. Desde esa tierna edad he compartido los espacios mas internos de mi ser con los espfritus que deciden hablar a través de mi. Debido a esto, se me ha considerado una maravilla o un chiflado, dependiendo de con quién esté yo en determinado momento. También desde muy tierna edad he tenido la experiencia de ser objeto tanto de gran reverencia como de gran ridiculo, a veces simult4neamente. Apesar de que la lectura ha sido siempre mi pasi6n, incurri en los estudios formales relativamente entradoen afios. Al final de mi ado- lescencia asisti durante medio semestre al Brooklyn College, pero tu- ve que cumplir los 27 afios para empezar a emprender con seriedad el aprendizaje académico. Estos estudios culminaron cuando obtuve la maestria en Estudios Religiosos dela Universidad de Florida del Sur, donde més tarde ocupé el puesto de profesor adjunto, luego de ser 12° SANTERIA CUBANA aceptado en el Departamento del Programa de Doctorado en Antro- pologia. En un principio, cuando empecé mi educacién académica, mi propésitoera el de aprender el discurso adecuado para comunicar ala comunidad académica la religién de mi alma: la santeria. El doc- tor Robert Farris Thompson, de Yale, y el doctor Joseph Murphy, de Georgetown, habian escrito textos iluminadores sobre esta religion, pero yo deseaba afiadir, como complemento de su trabajo, la voz de alguien que habia pertenecido a la santeria durante toda su vida, una voz que provenia de una de las pocas familias que realmente podian remontarsulinajea una familia precisa de Oyo, ciudad ubicada en lo que hoy es Nigeria. Descubrir el mundo de la investigaci6n académica fue embriaga- dor. Durante algitin tiempo senti un fervor casi religioso por lo acadé- mico. Disfrutaba del respeto con que en general se trata a los conferencistas, respeto que la sociedad en general no concede a los santeros. En realidad, con frecuencia he observado a santeros trata- dos como excéntricos de carnaval. A pesar de que habia emprendido mi experiencia universitaria, porque deseaba adquirir las herra- mientas necesarias para presentar la santerfa con un sustento acadé- mico, no tardé en encontrarme enamorado de la academia, y me consideraba académico por encima de todo. Llegué al extremo de de- jar de practicar la santeria para lograr la distancia necesaria (“erudi- cién objetiva”) para escribir tratados especializados acerca de ella. Cuando aparecié en 1992 Cuban Santeria: Walking with the Night (originalmente con el titulo Walking with the Night: The Afro Cuban World of Santeria), senti que mis esfuerzos habian sido bien recom- pensados, ya que el libro recibié elogios tanto de los especialistas co- mo de los practicantes. Adem4s, como conferencista, el libro me abrié puertas a lugares tan variados comola UCLA y el Colby College de Waterville, Maine. Si bien la santerfa valora la individualidad y el derecho de las per- sonas a elegir, también subraya la importancia de la interrelacién y, en algunos casos, la incapacidad de las personas para escapar de su destino. Por ejemplo, varios pasajes de mi ita (lectura efectuada en la iniciacién de un sacerdote, que dice el futuro del iniciado)? me altera- ron. Uno era “no debes abandonar a tus ahijados mAs de tres veces, o proLoco 13, encararas una muerte prematura”. Cuando vine a Estados Unidos perdf la pista del nico ahijado que tenia en Cuba, mi primito Meme: primera vez. Cuando dejé la practica activa dela santeriaa principios de la década de 1990 (para regresar a ella mas tarde), le transferi mis ahijados, que esta vez eran mAs de uno, a una prima mayor que yo: segunda vez. Otra parte de mi ita decfa que “durante la cuarta década de tu vida, revolucionaras el mundo de nuestros espiritus” (es decir, de los orishas). Cuando escribf este libro tenia 37 afios, por lo que pensé que la manera en que esta prediccién podia hacerse real era a través de mis escritos. Con todo, a medida que me acercaba alos 40 afios de edad, todo mi mundo empezé a cambiar, poniéndose franca- mente de cabeza. A pesar de que por entonces yo habia dejado mi practica como sacerdote de la santeria, seguia venerando a mi orisha en privado e incluso asesoraba y guiaba a unos cuantos ahijados tan persistentes, que no lograba disuadirlos de buscar mi consejo. En 1994, la muerte de mi querida madre y la de un ahijado muy querido, un penoso divorcio, un incendio que me quemé terrible- mente la cara (me curé de manera milagrosa y no me quedé 1a menor cicatriz) y la pérdida de mis posesiones materiales fueron sdlo algu- nos de los sucesos que cambiaron mi vida para siempre. Uno de los aspectos de los orishas (en especial del tramposo sefior de las encru- cijadas, Eshu) que siempre me ha parecido curioso, es su sentido del humor, que con frecuencia es negro. A fines de 1994 me encargaron la direccién de un taller en el Open Center de Nueva York y me pidie- ron que pronunciara una conferencia en el Centro Cultural Yoruba. Ademas, iba a exhibir mis pinturas en una galeria de Soho. Debido a que estos compromisos en Nueva York me obligarian a estar lejos de mi casa de Tampa durante un largo periodo, hice una lectura sobre mi préximo viaje. Sucedié algo interesante: por medio de mi oraculo de coco, entend{ que todos mis orishas deseaban que los guardase mientras estuviera fuera, aunque no me explicaron por qué. Lo me- nos que puedo decir es que esto es sumamente raro. Nunca habia es- cuchado antes que los orishas desearan estar almacenados. Su deseo de que los guardara en otro lugar me parecié todavia mas inusitado, debido a que yo habfa contratadoa una persona digna de mi absoluta confianza para que cuidara la casa mientras yo estaba ausente. 14 SANTERIA CUBANA Para abreviar esta historia, diré que durante mi ausencia Ilama- Ton a esta persona con motivo de una emergencia familiar y mi casa fue saqueada. El trabajo de los ladrones fue tan minucioso que cuan- do regresé la casa estaba tan limpia como una patena: no dejaron ab- solutamente nada. No sélo se llevaron lo que llamamos objetos de valor: el equipo electrénico, los estéreos, las computadoras y demds, sino también recuerdos irremplazables: albumes fotograficos, tro- feos y diplomas, chucherfas sentimentales, manuscritos tnicos, li- bros, y una serie de souvenirs de mis viajes. Si bien para efectuar el robo debieron estacionar un semi-remolque frente a mi casa, y varias personas deben haber entrado y salido de ella muchas veces, ningu- no de mis vecinos vio nada. Lo tinico que no se llevaron fueron los orishas, porque estaban almacenados. Para mi fue dolorosamente patente por qué habjan solicitado que los guardara lejos de la casa. Recordando el viejo dicho de que “el abogado que se encarga de su propia defensa tiene un cliente loco”, me comuniqué con Marcos Ifa- lona, un babalawo que vivia en Nueva York, que fue el primer sacer- dote de If4 Megado de Uruguay, y un original pensador de rara sensibilidad. Le pedi que me hiciera una importante lectura que es- peraba que meayudaria a corregir mi estadodesesperado, resultante de toda la confusién de mi vida. Yo habia conocido a Marcos por me- dio de un amigo mutuo, pero la raz6n por la que lo elegi a él y no a otro babalawo més cercano fue que deseaba la lectura mAs objetiva posible. Marcos hizo la lectura guiado por su padrino, el babalawo cubano Iyakumbika, reconocido como uno de los sacerdotes de Ifa mis entendidos de Estados Unidos, y con la ayuda de un tercer sumo babalawo. Lo que dijo Orunla, el orisha de la adivinacién, fue que yo iba a empezar una casa (congregacién) en Nueva York, que iba a di- fundir las ensefianzas de la erudita anciana que habia iniciado a mi madrina3, que iba a restablecer la espiritualidad basada en el linaje que habian encabezado mis antepasados de Oyo, incluyendo la for- maci6n de un concejo de ogboni (concejo de ancianos) y el nombra- miento de un heredero. Orunla dijo también que la casa que yo dirigiria durante la cuarta década de mi vida “revolucionaria el mun- do de nuestros espiritus”. Cuando escuché esta ltima frase senti que se me helaba la columna vertebral y que se me enchinaba la piel; ies- protoco = 15 to era exactamente lo que habfa dicho mi ita! Alentado por Marcos, deseché todas las precauciones y me puse en manos del orisha. Dejando atras la seguridad de mi empleo, mis lazos familiares y mi cémodo ambiente, me fui a Nueva York sin llevar ms que mi re- novada fe en los orishas. Para que las cosas fueran aparentemente peores, los guias espirituales me prohibieron dar conferencias (que eran una fuente importante de ingresos para mf) durante tres afios. Enrealidad me dijeron que no hiciera nada mas que servir a los oris- has como sacerdote y que me concentrara en la construccién de mi casa. Con la paz curiosamente profunda que surge al saber que uno hace locorrecto, me dediqué de lleno a la construccién de mi casa es- piritual: era mi tercera y Ultima oportunidad. No podia darme el lujo de una tercera vez. El 24 de marzo de 1995 se consagré el temploy ashram Ilé Oba Moré (que ahora se llama Movimiento de Conciencia de los Orishas) en la seccién del Soho de Manhattan, zona conocida por sus elegantes galerias y restaurantes y por sus disefiadores de modas, no por sus templos de santeria. Este templo pudo construirse gracias ala generosidad de la duefia del edificio en el que se encuen- tra, Sulo Perry (Omisesti), sacerdotisa de Yemayé y posiblemente la primera santera singapuresa. Los afios posteriores al inicio del templo no han sido faciles. Los dolores del parto siempre se relacionan con el milagro del nacimien- to, yen muchos sentidos fue un milagro c6mo se conjuntaron tantos factores para facilitar el nacimiento del templo. Pero en este naci- miento no faltaron las dificultades. Como entidad nueva, el Movi- miento de la Conciencia de los Orishas sigue experimentando los dolores del crecimiento. Sin embargo, suficiente magia nos visita to- dos los dias para mantenernos en un constante estado de asombroy maravilla. Hoy, cuando veo la diferencia que marcan los orishas en tantas vidas, cuando observo sus efectos balsimicos y transformado- res en personas de Asia, del norte de Europa y de Sudamérica, siento el privilegio de ser como una gota de agua de esta ola espiritual. Ahora que se ha levantado nuestro templo y que me siento en paz con mi papel de padrino o baba, he recibido las bendiciones del oris- ha para volver a mis escritos y mis conferencias. En la academia tra- dicional se cree que el practicante de una fe determinada no puede 16 SANTERIA CUBANA estudiar esa misma fe. Incluso en el caso de aquellos antropélogos cuyo método de estudio consiste en observar al participante, no se espera que “adopten las costumbres de sus sujetos”, sino mas bien que pongan entre paréntesis su propio sistema de creencias y lo rec- tifiquen cuidadosamente cuando hayan completado su proyecto. Cuando empecé a dar conferencias, mi intencié6n era difundir la in- formacién correcta. Esto seguiré haciéndolo ya sea que los dem4s me consideren estudioso académico 0 no. Ahora que he dejado de sentir la presi6n dedemostrarme que losoy, me siento mucho més relajado cuando hablo en piblico, sin tener que contenerme en aras de la ins- titucién académica que yo pueda estar representando. Sin embargo, el proselitismo nunca ha sido parte de la santerfa. Por esto, en mis conferencias publicas mi interés sigue siendo propagar el conoci- miento exacto, no “convertir” a los demas. Desde que abri el templo de Nueva York he sentido las bendicio- nes de losorishas en un sinfin de maneras, a veces como si las gracias de Yemaya cayeran en cascada, como atronadores triunfos de Shan- 6, como rfos de vida de Oshiin, como océanos de misericordia de Olokun, como comprensién pura de Obatal4, o como la gracia de te- ner oportunidades proporcionados por Esht. Las bendiciones de los orishas Ilegan a veces por caminos inesperados, como en la dignidad que una victima de SIDA demuestra en su lecho de muerte, cuando transita al reino espiritual con una sonrisaen el rostro, mientras ala- ba suavemente a Babalti por haberle ensefiado a vivir con este virus, ocon la compasién que le mostré el Orisha Oshaginyan a su devoto Eddie Obatala, quien murié poco después de solicitar a su amado orisha que loaliviara de una existencia insoportable prolongada arti- ficialmente. Si: he presenciado los conocidos milagros “sobrenatura- les”: un enfermo de SIDA, después de haber sido iniciado en la santeria, de pronto resulté negativo en una prueba; una mujer su- puestamente estéril se embarazé después de que hicimos un trabajo con Oshiin para que ella concibiera. Puede que los miles de devotos que arman sus tiendas a lo largo del cintur6n de la Biblia cuenten his- torias parecidas. Empero, estos casos no me impresionan tantocomo los de verdadera trascendencia, los de transformacién verdadera, que superan las manifestaciones fisicas. proLoco 17 Algunas manifestaciones fisicas de los poderes de los orishas es- t4n cargadas de humor. Antes de visitar a mi hermano en Tampa, le pedi que me hiciera el favor de buscar una pieza de madera que hu- biera sido fulminada por un rayo, que era mucho mas facil encontrar ahi que en Nueva York. Yola necesitaba para una importante ofrenda que le preparaba a Shangé, la deidad tutelar tradicional de Oyo, de donde era oriunda la parte africana de mi familia. Le recordé a mi hermano, conocido por ser un poco laxo en sus deberes religiosos, que no debia bromear con Shang6, y que por favor tuviera la bondad de por lo menos tratar de conseguir la madera fulminada. Cuando llegué a Tampa dias mas tarde, esa misma semana, me sorprendié encontrar un montén de astillas de palmera real tocadas por el rayo esperandome en la casa de mi hermano. Cuando lo abracé, le dije: —Vaya, Johnny, iqué exagerado! No sélo conseguiste la madera, sino que es de palmera real, la que prefiere Shang6. Con cierto cansancio, Johnny replicé: —No fue tan dificil, hermano. El rayo tocé la palmera de nuestro traspatio esta majiana, a las seis. Que el seis sea el niimero relacionado con Shangé en la santeria hace que este suceso sea mucho mas notable. Cuando se publicé este libro, presenté la informacién que conte- nia, de la manera mas objetiva posible. Y, si bien es valida académi- camente, algunos de los hechos de que informaba no eran exactamente como los que yo habia experimentado. En esta edici6n explico con mis detalle estas dicotomias. He agregado también un apéndice sobre Ifa, ya que el andlisis de este aspecto de la devoci6n a los orishas esta siendo mas frecuente. Quizé el hito legal mas signifi- cativo de la santeria desde que este libro salié ala luz, es la atronado- ra victoria que gané ante la Suprema Corte la Iglesia de Lukumi/Babalii Aye, con sede en Hialeah, sobre el sacrificios de ani- males en la santerfa. En la mas cubana de las ciudades de Estados Unidos (més del 80 por ciento), el concejo de la ciudad habia dictado reglamentos que prohibian la matanza ritual de animales, excepto los métodos de matanza Kosher y Halal. En otras palabras, en Hia- leah uno podia matar legalmente un animal como deporte, en la caza y en la pesca, por razones humanas (Sociedad Protectora de Anima- 18 SANTERIA CUBANA Jes), para alimento, para controlar las plagas, e incluso para obtener su piel, pero no podia matarlo como parte de un ritual de la santeria, si biena los judios y alos musulmanes se les permite efectuar rituales en los que matan animales para comerlos. El 11 de junio de 1993, con un asombroso voto unanime, la corte mas alta de la tierra descubrié que los reglamentos de la ciudad en realidad se dirigian a una reli- gién determinada (la santerfa) y que la Iglesia de Lukumi/Babali Aye tenja el derecho de practicar sus antiguos ritos, que compren- dian la matanza ritual de ciertos animales. La aparicién de voceros de prestigio internacional, como el doctor Wande Abimbola, tam- bién esta revolucionando la devocién a los orishas en todo el mundo. Con la llegada del nuevo milenio, el antiguo paradigma de los orishas recupera su importancia. El consejo intemporal de los oris- has y sus remedios seculares se necesitan tanto ahora como en cual- quier momento del pasado. Con la mayor humildad, y junto con mis ahijados, estoy listo para avanzar con nuestros gufas espirituales alo largo del siglo XXI. Que nuestros actos lleven al equilibrio. /Ashé! NOTAS 1. Sibien muchos practicantes se oponen a la palabra “santerfa” consideran- dola un nombre erréneo de los tiempos coloniales, y prefieren los términos Lukum( o Ayoba, creo que la identificacién que ha alcanzado la palabra san- teria, asi como el hecho de que a millones de santeros no les importe el em- pleo de esta palabra, le han dado credenciales de legitimidad. Los mormones han enfrentado una situacién parecida: no obstante que su de- nominacién propia preferida es Santos de los Ultimos Dias, han terminado poraceptar el término Mormones, que originalmenteera burlén, como titu- Io legitimo. 2. Se llama “ita” a toda lectura importante relacionada con la recepeién de un orisha, y a veces a la que se hace después de una ofrenda. Se considera que la ita de lainiciacién de un santero como sacerdote es la més importante de su vida, salvo quedicha persona llegue a ser babalawo, o sacerdotede If, que en Cuba yen muchas comunidades que veneran alos orishas es conside- rado un sacerdote de rango mas alto. 3. Fermina Gémez, que inicié a su prima Amanda, fue probablemente la santera mas venerada e ilustrada de Cuba. AGRADECIMIENTOS Una considerable cantidad de la informacién contenidaen esta obra, es el resultado directo de la investigacién que emprendi para com- pletar la tesis de mi maestria en Estudios Religiosos en la Universi- dad de Florida del Sur. Me gustaria expresar mi agradecimiento a mis sinodales: Michael Angrosino, Mozella Mitchell, Joseph Murphy y Nathan Katz. También tengo una deuda enorme con William Shea, que generosamente me ayudé a dar forma a las ideas incluidas en es- te libro, con lo cual ha contribuido mas de lo que se imagina. A mi amiga que todo lo sabe, Jill Lones, secretaria de la Universidad del Departamento de Estudios Religiosos de Florida del Sur, le debo lo mucho que me alenté y su buena voluntad. Estoy profundamente agradecido con el doctor William Heim, profesor de Estudios Religiosos y de Inglés de la Universidad de Flo- rida del Sur, reconocido como una autoridad en las llamadas religio- nes ocultas, y quien con tan buena disposici6n escribié el prélogo de este libro. Igualmente agradecido estoy con Omi Dina, cuya perspec- tiva me ayud6 a comprender mejor como ven la santeria quienes no son cubanos. También estoy en deuda con Ade Atare, quien me sugi- rid antes que nadie que enviara a Innner Traditions el manuscrito de Walking with the Night. Otros eruditos que me ayudaron a com- prender mejor no sélo los temas tratados en este libro, sino la reli- 9 20° SANTERIA CUBANA gin en general, son Darrell Fasching y James Strange, ambos de la Universidad de Florida del Sur. Mis gracias mas sentidas también al Departamento de Préstamos Interbibliotecarios de la Universidad de Florida del Sur, en especial a Sharon Epps y a Mary Kay Hartung, que me ayudaron con toda diligencia a conseguir raros manuscritos y articulos sobre santeria. También deseo expresar mi agradecimiento al profesor Andrés Isidoro Pérez y Mena, de la Universidad Rutgers, cuyos profundos conocimientos me ayudaron a forjar el diagrama de la cosmogonia de la santeria incluido en esta obra (Figura 2). Seria redundante agradecer a todos los miembros de la comunidad sante- ra, vivos y muertos, que han contribuido a que yo comprendiera nuestra religion, pues este libro es tan suyo como mio. En Inner Traditions encontré verdadero apoyo y estimulo en la editora general Leslie Colket y en el editor Ehud Sperling. La contri- bucién dela directora del departamento de arte, Estella Arias, es ina- preciable. Gracias también a Lee Wood y a los demas profesionales de Inner Traditions que han participado de manera tan positiva en Walking with the Night. La correctora Cornelia Bland Wright efec- tud una labor asombrosa al transformar una mezcolanza de historias que podian ser interesantes en un todo coherente: se lo agradezco. Por tltimo, reservo mis gracias mas profundas y mi gratitud més sentida al brillante especialista en Estudios Religiosos, Nathan Katz, que fue mi tutor durante varios aiios, y ha creido en m{ y en mi traba- jo, dandome un apoyo increible. El profesor Katz me animé a efec- tuar investigaciones sistematicas sobrela santeria, y me proporcioné las herramientas para hacerlo de manera profesional. La palabra “gracias” no alcanza a expresar lo que le debo al doctor Katz, perono existe otra mejor. PROLOGO Ala santeria, religién bella y conciliadora, con frecuencia se le califi- ca erréneamente de “primitiva”, al compararla con los credos mono- tefstas de Occidente. Esta idea es equivocada. Por supuesto, la santeria no es la religién primitiva de un pueblo retrégrado. En las paginas que siguen, Ratil Canizares demuestra que es la respuesta meditada y deliberada de un pueblo reflexivo ante un ambiente so- cial hostil. Es la fede un pueblo que experimenta su propia diaspora y, en sus raices, es tan fiel a sus origenes como el judaismo modernoa los dias en que el Templo se tenia en pie. La impresién general de la santeria como religién politeista desa- parece al estudiarla de cerca. Asi como los santos de la Iglesia Catdli- ca fungen como patronos ante diferentes preocupaciones humanas, sin menoscabo de la unidad de Dios, de la misma manera los orishas, disfrazados con los ropajes de los santos, son las proyecciones de una fuerza tinica y fundamental: Ashé. Esta fuerza evolucioné como con- ciencia (Olodumare) y luego como accién (Olofi). Ashé se manifesté a través de Olofi en la generacién de los orishas, que representan as- pectos especificos de la fuerza de maneras mas o menos comprensi- bles para los mortales. Me recuerdan los misterios cabalisticos de la tradici6n occidental: el estado original del ser, ain, evolucioné como conciencia por medio de los velos de la existencia negativa, ain soph 2 22 SANTERIA CUBANA yain soph aur, para lograr la manifestacion a través de las diez ema- naciones de las que result el universo creado. Aqui estan compren- didos cada uno de los diez aspectos de la mente divina, mediante personificaciones, en un arcdngel. Conociendo las correspondencias entre las fuerzas celestiales y las fuerzas del mundo, el creyente pue- de efectuar cambios en el plano fisico y lograr el crecimiento perso- nal enel plano espiritual. No estoy sugiriendo que la santeria y la cabala hermética tengan mas similitudes que diferencias. Lo que si sugiero es que quienes se acercan al estudio de la santerfa esperando encontrar una religién primitiva deben observar sus propias casas y descartar un adjetivo que carece de significado. Si la santeria es primitiva, entonces todos estamos en la misma cueva. Este es un libro que hacia falta, especialmente desde que la sante- ria esta a punto de pasar a ser una religién mundial. El autor contri- buye con su capacidad de erudito y con toda una vida de experiencia para crear una obra al mismo tiempo objetiva y con buena disposi- cién. En este librose unen magistralmente la erudicién y la narrativa personal, en lo que puede resultar el estudio ms fino sobre la sante- ria publicado en inglés. Asf pues, invito al lector a acompafiar a Ratil Canizares en una breve caminata con la noche. Puede que capte sombras imprecisas y que escuche raros tambores, pero al final no habia nada que temer, y su mapa le sera ser mas util por haberle agregado otro sendero. Doctor William J. Heim Profesor de Inglés y miembro del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Florida del Sur. INTRODUCCION Debido a una informacién confidencial, una partida de agentes de policia y algunos miembros de una sociedad protectora de animales irrumpieron en una vivienda del Bronx ayer por la tarde, interrumpiendo un primitivo rito religioso que implicaba la matanza ritual de animales... las personas que estaban en el departamento aceptaron per- tenecer a un culto conocido como santeria... en el cual en otro tiempo se practicaban el infanticidio y el sacrificio de animales. Esta declaracién sensacionalista no aparecié en un tabloide comin y corriente, sino en el respetado New York Times. Parece que la infor- macion erronea sobre la santeria que priva en los medios de comuni- cacién es mas bien la norma que la excepcién. En ocasiones, lo mismo sucede en los informes supuestamente académicos. Las razo- nes por las cuales las tradiciones de Africa, de la India, dela Australia aborigen y de los pueblos nativos de América del Norte y del Sur es- tan abiertas a experiencias que no forman parte de la sensibilidad de la mayoria de los pueblos occidentales, pueden deberse a los valores apreciados por estas sociedades. Los conceptos que no se utilizan, igual que los mtisculos, suelen perder su eficacia; hablando figurati- 23 24 SANTERIA CUBANA vamente, hace tanto tiempo que los pueblos de las sociedades occi- dentales no emplean los “misculos” que se utilizan para ver més alla de loinmediatamente tangible o de lo material, que han olvidado cé- mo hacerlo. Por fortuna, en medio de la incredulidad y de las creen- cias doctrinarias, hay personas sumamente interesadas en descubrir si las antiguas tradiciones de las sociedades no occidentales tienen algode valor. Normalmente, estas personas son recompensadas con una mayor conciencia que enriquece sus vidas. éQué es la santeria? Noes una religién recreada, como la wicca, y tampoco es una religién nueva. Las rafces de la santeria se remontan ininterrumpidamente por lo menos tanto como cualquiera otra de las religiones antiguas que perduran. La religién que ahora Ilama- mos santer{a empezé en Africa, como toda la vida. Mas precisamen- te, en el Valle del Nilo, en el pueblo de los twas. Del grupo original de twas surgieron cuatro ramas que se separaron del centro; a los del norte se les conocié como ta-merrianos 0 aegipcios, a los del sur co- mo amazulus, alos del este como agikuyus, y a los del oeste como yo- rubas. Hace cuarenta milafios, los twas concibieron a Dios de tal manera que esta concepcién se convirtié en la base de muchas religiones afri- canas. Los twas llamaron a su dios sencillamente “El Mayor Creador de Todos”, el Desconocido. Los ta-merrianos llamaron Aten a este dios, y los yorubas lo llamaron Olodumare. La civilizacién yoruba se remonta cuando menos a mil afios, ala fundaci6n de Ile-Ife, ciudad santa de los yorubasy centro de su impe- rio. Quienes estudian a los yorubas han propuesto diferentes teorias sobre su origen, y algunos han Ilegado a sugerir una relaci6n con los paises del Medio Oriente. El cayado de Oranyan, monolito que se di- ce que tiene mil afios, y que es el simbolo Yoruba, tiene tallada la letra hebrea yod cerca de su punta. Cuando los mereaderes europeos, comerciantes del sufrimiento humana, llegaron a las costas del oeste de Africa en el siglo XVI, ya habia empezado a desvanecerse la magnificencia de la cultura yoru- ka. Con todo, exquisitas obras de arte, sobre todo esculturas, atesti- guan la grandeza de la civilizacion que se extendfa desde Ife hasta gran parte del Africa occidental. Los yorubas alcanzaron una catego- INTRODUCCION §— 25 ria legendaria nosélo en el arte, sino también en la religién. La belle- za de los mitos religiosos de los yorubas se equipara a los de la antigua Grecia. La desintegracién del imperio yoruba coincide con la caida de Alafin Awole en 1796. Como resultado de lasinvasiones de musulma- nes de la tribu de Fulani a principios del siglo XIX, cientas de miles de vorubas fueron encadenados y embarcados al Nuevo Mundo co- moesclavos en el infame Corredor Medio. Muchos perdieron la vida. Entre los yorubas, Olodumare, también llamado Olorun, era la mayor de las divinidades, la que repartia a las divinidades menores, Tlamadas orishas, el ashé, fuente de todos los poderes. Se considera- baque el Alto Dios Olodumare estaba demasiado alejado dela huma- nidad para ayudarla en sus problemas cotidianos; por esto, los yorubas yy sus descendientes del Nuevo Mundo, los lucumies ylos na- gos, se dirigian a los orishas. El 4rea principal de la tierra yoruba se encuentra en la parte su- roccidental de la moderna nacién de Nigeria, aunque buen ntimero de yorubas viven en los vecinos paises de Benin y Ghana. Durante los oscuros y vergonzosos dias del trafico de esclavos, cientos de miles de yorubas fueron arrancados de su tierra natal y vendidos como bienes muebles en el norte, el centro y el sur del continente americano, y también en el Caribe. En algunas partes del Nuevo Mundo, por razo- Nes que examinaremos después, el pueblo yoruba logré preservar importantes elementos de su fe. Tuvieron especial éxito en la conser- vacién de su cultura en Cuba, donde se les lleg6 a conocer como lucu- mies, y en Brasil, donde se les conoce como nagos. La palabra yoruba se referia originalmente sdlo a la gente de la ciudad-estado de Oyo; empez6a referirse a todos los demas miembros de la hegemonia Ife enel siglo XIX. Segiin la fe yoruba, la ciudad de Ife, llamada Ile-Ife, es la cuna de la creaci6n. Se cree que el jefe supremo de Ife, llamado el Oni de Ife, es el director espiritual de los yorubas. La religién yoruba sufrié las adaptaciones necesarias para sobrevivir en el hostil ambiente cuba- no, hasta Iegar a conocerse como santeria. Con todo, sus fieles si- guieron venerando a Ife. Por ejemplo, los esclavos cantaban esta cancién cuando trabajaban: “Mientras que mi cuerpo en Cuba se aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 28 SANTERIA CUBANA teros. El sacerdote siente que esta ayudando a sus vecinos al eliminar esta tentacién de practicar la idolatria, pecado mortal. Sin embargo, los santeros sienten que el sacerdote catélico ha provocado un serio desequilibrio. Un santero consulta a un oraculo, el cual le indica que el sacerdote ca- tdlico sufriré las consecuencias de haber causado este de- sequilibrio. Esa noche, el sacerdote sufre un ataque cardiaco y muere. Los catélicos denuncian a los santeros por pertenecer a un culto satanico que empleé magia ne- gra para dafiar a un hombre santo. Desde la perspectiva cristiana, podria defenderse al sacerdote ca- télico por haber seguido los dictados de su fe. Sin embargo, desde la perspectiva de los santeros, el sacerdote corté una entidad sagrada y un depésito de ashé; por ende, cometié un acto de agresi6n sin que se le provocara, equivalente a un asesinato. Para los santeros, la muerte del sacerdote indicaria su culpabilidad. Un argumento desde la pers- pectiva dela santeria seria queel problema del sacerdote que he ima- ginado es su deficiente sistema de valores: las prohibiciones de los mandamientos judeocristianos. Un santero diria que la rigida ética de la cristiandad occidental consiste en un conjunto arbitrario de re- glas impuestas desde fuera que, debido a su naturaleza estatica, no tienen relacion con determinadas situaciones. Los santeros creen que un curso de accién mis realista, natural y, por supuesto, mas moral, es aquél dictado por el propioashé de la persona. Los santeros creen que el ashé de cada persona lo inspira internamente a obrar con armonia, de manera congruente con Ja evitaci6n del desequili- brio. El desequilibrio se produce cuando una persona tiene dificulta- des para entrar en contacto con su ashé. Cuando los creyentes experimentan dificultades, procuran saber cémo volver a comuni- carse con su ashé. En estas situaciones recurren a los especialistas, como por ejemplo los babalaos. Muchas veces un babalao, 0 miem- bro del orden mas alto de sacerdotes de la santeria, se comunica con el eleda de la persona (su orisha 0 “Angel custodio” personal), para pedirle su ayuda a fin de que la persona afligida recupere el equili- brio. IWTRODUCCION — 29 Si bien mis origenes espafioles, yorubas, franceses, italianos, de las Islas Canarias, filipinos, y de indigenas americanos, pueden parecer complejos segtin las normas estadounidenses, no es raro que un cu- bano tenga esta mezcla de antepasados. (En mi opinion, Cuba es un crisol de razas mucho mas variadas que Estados Unidos). Mi madre, que era sacerdotisa santera, proviene de una larga linea de sacerdo- tesy sacerdotisas yorubas, cuyas raices se encuentran en la ciudad de Oyo, en Africa. Mi primera iniciacion tuvo lugar antes de mi naci- miento, en una ceremonia de dedicacién en la que fui preordenado como sacerdote de Obatalé, el jefe de los orishas. Para cuando cumpli los siete afios, ya habia recibido la mayoria de las iniciaciones que puede recibir un santero, incluyendo la importantisima iniciacién de la kariocha (literalmente, “sentarse sobre la cabeza” en lucumi). En esta ceremonia, el orisha personal del que va a iniciarse se incrusta en la cabeza de dicha persona mediante un ritual en el que le rapan la cabeza y le hacen una pequefia herida en el cuero cabelludo, donde colocan los secretos del orisha, por medio de una sustancia pastosa elaborada secretamente por los sacerdotes y las sacerdotisas que efecttian la iniciacién. Cuando sana la herida, el ashé (gracia, poten- cia) del orisha es parte del ser del santero para siempre. Como especialista, me he dedicado con seriedad al estudio de la santeria. Tengo una maestria en Estudios Religiosos de la Universi- dad del Sur de Florida, y actualmente trabajo en la tesis para mi doc- torado en antropologia. El hecho de que conozca intimamente las interioridades de esta pujante religién y que también posea las he- rramientas académicas para interpretarla con verosimilitud, me co- loca en una posicién extraordinaria. Espero que esta combinacién me permita dar algo de la cohesién necesaria a los estudios sobre la santeria, que estén adquiriendo importancia debido al creciente nti- mero de personas de todos los origenes étnicos que deciden formar parte de esta tradicién. Si bien mi investigacién formal se ha enfocado en el grado de con- ciencia con que los practicantes de la santeria utilizaron disfraces ca- tdélicos para conservar su fe en un medio hostil, me parece que esta informaci6n tiene mas sentido cuandose presentacomoelementode un marco tedrico mas amplio. En este libro presento el factor del en- 30 SANTERIA CUBANA gafio y el disimulo junto con otros elementos importantes de la san- teria, sobre todo las fases jerarquicas de la religién. Debido a mi historia personal con la santeria, una parte impor- tante de este libro son los relatos que ilustran aspectos de la santeria que en cualquier otra forma seria dificil que los comprendieran los extrafios. La naturaleza de estos relatos traspasa los limites de la rea- lidad cotidiana, y sin embargo puedo decir honradamente queen es- te libro me limité muchisimo al no incluir material que las sociedades occidentales considerarian verdaderamente increible. En la medida de loposible, me limité a presentar este trabajo de manera que tenga sustento académico. Con todo, puede que en el futuro lle- gue un momento en el que convenga analizar todo el sinfin de acon- tecimientos sobrenaturales que he experimentado, igual que muchas otras personas relacionadas con las tradiciones no occidentales. Por tltimo, este libro completaré otros delicados trabajos de eru- ditos sobre la santeria, al ofrecer la perspectiva extraordinaria de un estudioso que nacié dentro de esta tradici6n. Tras una cuidadosa re- visién de los textos y de las actuales investigaciones sobre santerfa, he llegado a la conclusién de que no reflejan adecuadamente la pers- pectiva de sus altos iniciados, de sus sacerdotes y sacerdotisas, y de Sus sumos sacerdotes, y que no son accesible para la comunidad an- glofona. Yo, que naci dentro de esta tradicién, cuento con armas ex- traordinarias para esta investigacién académica. La uni6n de la experiencia con la disciplina académica nos ser muy util para estu- diar aspectos hasta ahora desconocidos de la fascinante religién dela santeria. NOTA 1. Segiin los teéricos yorubas modernos, estas bipolaridades se estén ha- ciendo cada vez mas evidentes debido a las influencias judeocristianas e is- lamicas. CAPITULO 1 MANTILLA —Pero, padrino, no puedo ir alld yo solo, me da miedo la oscuri- dad, me da miedo la noche —dijo asustado el nifiito. El viejo babalao le contesté: —No debes temerle a la oscuridad, pues la oscuridad es el vientre del que surge toda la vida; tampoco debes temerle a la Noche, pues la noche es tu amiga, la que nos trae el reposo. Aprende a caminar con la Noche y ella seré una buena compafiera. Confundido por la peculiar manera de hablar del anciano, el nifii- to pregunté: —éQuieres decir caminar por la noche, o caminar de noche? —No, hijo, camina con la noche, no por la noche ni de noche. Pasaria mucho tiempo antes de que el niflito comprendie- 3] aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. AANTILLA 33 nor de religi6n y al hijo de ésta a un mundo de ritmos palpitantes de magia, a un mundo tan alejado de El Vedado como Lagos, la capital de Nigeria, de Madrid. Ese dia habfa cafdo una fuerte lluvia y los caminos de tierra roja de Mantilla tenfan la consistencia de un batidillo. Por fin Andrés de- tuvo el autoy dijo que tendriamos que seguir a pie los ultimos 50 me- tros que faltaban para el complejo de Amanda, visible en un claro en medio de los arbustos. Empezaba a ser la hora del creptisculo y el cie- lo estaba tan rojocomoel piso. Andrés interpreté que esto significa- ba que Shang6, el orisha del trueno, iba a hacer sentir su regia presencia esa noche (el color emblemitico de Shangé es el rojo). Amanda era una santera o sacerdotisa en cuyo bembé fbamos a participar (un bembé es una fiesta dada por un santero o santera en honor de un orisha, normalmente en accién de gracias 0 para corres- ponder a una gracia conferida por el orisha). Su complejo consistia en.una construccién grande y rectangular de madera con techo de la- mina acanalada y cuatro estructuras de paja mas pequefias, dos a ca- da lado de la grande. Las cinco casas formaban un semicirculo alrededor de una capilla de piedra de coral en forma de cuipula, que medfa poco mas de un metro de alto. Esta era la casa del Eleggua de Amanda, el orisha que guarda las entradas y que es sefior de los sen- deros. Desde esta posicién en el centro, Eleggua vigilaba el ilé (casa) de Amanda. Aparentemente Amanda no era la tinica santera que ofrecia un bembé al orisha esa noche en Mantilla, pues a medida que nos acer- cAbamos a la casona escuchabamos los tambores y canticos incesan- tes de varias fiestas provenientes de los cuatro puntos cardinales. Un coro de ranas toro ofrecia un contrapunto fundamental a los canticos y los tambores, creando una inexplicable sinfonia de imponente be- lleza. Cuando entramos al enorme salén, observamos a unas 25 per- sonas; la mayorfa eran mujeres negras que charlaban alegremente, refan y convivian. Era la escena tipica de una fiesta, salvo por dos co- sas: casi todos estaban vestidos de blanco, y nadie bebia ni comia. Eso seria mas tarde. Las mujeres Ilevaban puestas faldas largas y amplias, y mascadas blancas en Ja cabeza. La mayorfa llevaba puestos los collares de cuen- 34 SANTERIA CUBANA tas multicolores que las identificaban como creyentes de la santeria. El traje oscuro de negocios de Andrés y su corbata, asi como el traje negro de vestir de mi madre y su estola de zorro plateado, parecian curiosamente fuera de lugar. Sin embargo, los dos eran personas co- nocidas por lo quetodo el mundolos saludaba con carifio. Una mujer pequefia de piel negra clara, de unos setenta afios, se acercé a través de la muchedumbre. Era Zena, la madre de Andrés, una de las ayu- dantes principales de Amanda. Zena era una famosa bailarina de santeria; a pesar de su edad avanzada, era capaz de ejecutar los com- plicados pasos de los antiguos orishas desde el amanecer hasta el ocaso. Después de saludar a Andrés, Zena invit6é a mi madre a refres- carse en su casa antes de ira ver a Amanda. Zena y Andrés ocuparon la cabafia de dos habitaciones que estaba a la izquierda de la casa principal. Uno de los clientes ricos de Amanda instalé un bafio mo- derno y agua corriente en la casa principal, pero las demas casas del complejo todavia no contaban con estas comodidades. Roxana, que ocultaba su cabello platinado bajo una mascada blanca y usaba la falda larga y amplia que Zena le habia regalado, se veia muy diferente de la sefiora blanca que parecia ser minutos antes, como si su herencia africana, oculta bajo la piel europea de su padre, hubiera surgido de algtin lugar recéndito dentro de ella, donde habia estado dormida, esperando a que la llamaran. Andrés, mi madre y yo entramos de nuevo a la casona por una habitaci6n trasera donde ha- bfa cinco hombres sentados tranquilamente en petates, charlando. Llevaban puestos los cintos de cuentas verdes y amarillas que los identificaban como babalaos, los sumos sacerdotes de la santeria. Uno de esos hombres era Juan Garcia, nuestro padrino. Mi madre y yo nos postramos frente al anciano, cantando “Ibori iboyaibé che- ché”, el antiguo saludo que se da a los babalaos (incluso los africanos dicen que esto es intraducible, pero puede que se refiera a las tres mujeres relacionadas con el primer babalao mistico). Mi padrino permanecié de pie; ayudé a mi madre a levantarse y la abraz6 carifio- samente al estilo tradicional de la santeria, chocindose los hombros: el izquierdo con el izquierdo, y el derecho con el derecho. Sentada en un taburete, a un lado de la habitacion, Amanda pare- cia sumida en sus pensamientos. Cuando nos acercamos a ella, se le- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. AANTILLA = 37 El bembé de Amanda a Shangé fue todo un éxito. Ocho o nueve orishas bajaron del cielo para aconsejar a los presentes. Mi madre y yonos quedamos, invitados por Zena, y dormimos en petates. Cuan- do pasé la noche, las ranas toro se callaron y fueron remplazadas por una orquesta de grillos. La brisa fresca del amanecer trajo el suave aroma de un naranjal cercano. A través de la abertura cuadrada que hacfa las veces de ventana, el niflito que yo era pudo ver estrellas tan enormes como las de la reproduccién de Van Gogh que estaba colga- daenla oficina de mi padre. El cielo hab{a adquirido un color azul os- curo; Shangé debe habérselo cedido a Yemayé, la gran diosa madre de la santeria, cuyo color emblemitico es tan azul como los siete ma- res de que es soberana. Cuando por fin el suefio vencié mi emocién de nifio, sofié con un lugar lejano donde rige el rey dios Shangé y donde los hombres y los espiritus conviven, un lugar muy lejos de El Vedado. NOTAS 1, La sociedad cubana esta formada basicamente por tres razas: se conside- raa los negros de piel clara (los mulates) como un grupo aparte de los blan- cos y de los negros. 2. Los santeros cubanos celebran la fiesta de Obatalé el 24 de septiembre, el mismo dia en que los catélicos celebran a Nuestra Sefiora de la Merced, lo que leda una fachada a Obatala. En la santerfa, se dice que los nifios que na- cen con el velo de la placenta en la cabeza pertenecen a Obatala. 3. Cabiosilees la forma lucum{ del saludo tradicional paralosalafin de Oyo. KG ii é é sinilé significa literalmente “no existe preguntarle a él pregunta alguna”; en otras palabras, es demasiado elevado para hacerle preguntas . CAPITULO 2 LA HERENCIA a i ali " Mi tio, el genealogista Jorge Canizares, efectué una cuidadosa inves- tigacién sobre los antepasados europeos de mi padre. Entreellos hay varios personajes aristécratas. Sin embargo, me parece que el ladode mi familia materna, aunque de ninguna maneraes tan “distinguido”, es infinitamente mas pintoresco. Es sorprendente que, proviniendo de origenes tan distintos, mi madre y mi padre tengan un antepasado comiin, pues es posible que el abuelo legitimo de mi padre, el conde Brunet, sea el bisabuelo ilegitimo de mi madre. M4s omenos por 1870, Maria, que tenia 15 afios, era esclava en la casa del conde Brunet, el principal terrateniente de la ciudad cubana de Trinidad. La madre de Maria, Francisca, era lucum{ (yoruba) y ha- bia nacido en Africa, en la ciudad—estado de Oyo. Francisca llevaba muchos afios con la familia del conde. El conde habia dado a Marfa 38 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ta serarguia = 55 be absorber la sangre del sacrificio, a fin de queel collar se car- gue de ashé. Los patrones de colores de cada collar indican a qué orisha representa. Casi siempre, el primer collar que se confiere es el de Eleggua, quien, como Sefior de las Puertas, abre todas las ceremonias de la santeria; el collar de Eleggua esta hecho de cuentas negras y rojas alternadas. Algunos ilés dan primero el collar de Obatala, que es blanco, ya que Obata- la es el orisha ms grande de todos. E] nimero de collares que sedan en una ceremonia varia ligeramente, y los santeros pue- den seguir afiadiendo los collares que se necesiten. Sin embar- go, casi siempre los primeros cinco collares que se reciben son los de Eleggua, Obatal4, Yemay4, Shang6y Oshin. Ogiin y Ba- balti Ayé son otros orishas frecuentemente representados. Hablando técnicamente, los iniciados de collares no son san- teros (sacerdotes), sin embargo, en esta fase muchas personas consideran que la santeria es su religion. Una persona que tie- neel rango de iniciado de collares cuenta con la constante pro- teccién de los orishas. Los collares suelen darse a las personas destinadas a ser santeros y que todavia no cuentan con los me- dios econémicos para sufragar la costosa kariocha, 0 ceremo- nia de iniciacién completa, que en Estados Unidos puede costar entre 5,000 y 50,000 ddlares, o incluso mas, de acuer- do con el orisha de que se trate. Santeros Si bien con frecuencia se llama santeros a los creyen- tes de la santeria, el término de santero es técnico y significa “sacerdotes”. En la nueva santeria que esta surgiendo en Estados Unidos, se invita a todos los que se acercan a recibir la iniciaci6n completa, pero en la santeria cubana tradicional s6- lo deben recibir la kariocha (que en lucumi quiere decir “sen- tarse en la cabeza”) aquellos pocos cuyas cabezas han sido reclamadas por un orisha. Tras un prolongado periodo de preparacién, que tradicio- nalmente dura mas o menos tres afios (aunque en Estados Unidos, debido al acelerado ritmo de la sociedad estadouni- dense, puede acortarse a tres meses), aquellos Ilamados para 56 SANTERIA CUBANA sersanteros pasan por una iniciacién sumamente complejaen la queintervienen varios practicantes muy preparados. La cul- minacién de la ceremonia, que también se llama asientoo ha- cer santo, es una fiesta de tres dias durante la cual el neéfito es presentado a la comunidad como nuevo hermano o hermana, segtin el caso. En Cuba normalmente en este momento el oris- ha posefa al nedfito que se habia “sentado”. La verdadera po- sesiOn orisha, obligatoria en la santeria cubana, es mucho menos frecuente en Estados Unidos, posiblemente porque también son muy escasos los tambores de bata, que deben to- carse a fin de que los orishas posean al neéfito. Después de la iniciacién, tanto a los hombres como a las mujeres se les llama con el nombre femenino de iyabé (en yo- Tuba, iyawd6), que literalmente significa “novia”, pero que en. la santeria se interpreta como “novicio” o “novicia”). Durante el consiguiente noviciado de un afio, los iyabés deben vestirde blanco y observar numerosos tabiies, algunos de los cuales ha- bran de respetar durante el resto de sus vidas. Estos tabties, asi como el curso que el ne6fito debe seguir durante su nueva vida de santeroo de santera, se encuentran en el ita, importan- te adivinacién que hace un gran santero especialmente prepa- rado y conocido como italero, quien basicamente le dice al novicio como va a ser su futuro. A veces, a algunas personas que prevén una practica lucrativa en la santeria después de su iniciacion, se les dice durante el ita que no pueden lucrar con la santeria. Durante su ajio de iyabés, los santeros también aprenden. los aspectos técnicos y practicos de su nueva categoria como sacerdotes completamente iniciados. Esto incluye aprender a hacer pociones mégicas, aprender a arrojar y leer los caraco- les, aprender lucumi{ (por lo menos lo necesario para los ritua- les), y aprender a mirar al mundo de otra manera, lo que con frecuencia implica un cambio de la perspectiva europea a la perspectiva africana tradicional. En este momento, muchos santeros también cambian los valores de la iglesia catolica por los dela tradicién yoruba. Todavia no se me olvida el asombro Ui JeraRguia 57 que senti cuando, durante mi noviciado, mi viejo padrino de la santeria medijo que Nuestra Sefiora de la Merced, a la que me habfan ensefiado a venerar como Obatalf, no era en realidad Obatala. Muchos de los que participan marginalmente en la santeria, asi como algunos iniciados de nivel intermedio, creen que los orishas africanos y los santos catélicos son las mismas entidades con diferentes nombres. Cuando especialis- tas como Melville Herskovits investigan la religién, éste es fre- cuentemente el punto de vista que se les expone, por lo que su conclusién es que la santeria es sincrética. Cuando yo tenfa siete afigs, durante mi noviciado, estaba orando ante una imagen de Nuestra Sefiora de la Merced, cuando se acercé mi padrino y me pregunté qué hacia yo. “Le rezo a Obatala”, le dije. El anciano levanté lentamente su mi- rada hacia la estatua y luego la bajé para encarar la mia, y me dijo suavemente: “No, hijo mio, esa no es Obatala”. Me llevé a la habitaci6n en la que guardaba las soperas que en la santeria se utilizan para ocultar las piedras fundamentales de los oris- has, y levanté la tapa de la sopera blanca, donde estaban las piedras sagradas de Obatala. Con voz cargada de emocién, ex- clamé: “iEsta es Obatala”. Al observar mi expresi6n de extra- fieza, mi padrino agregé, sonriendo: “Obatalé s6lo puede estar en las otdn [piedras] y aqui”, y se golped suavemente la cabeza con un dedo. Este fueel primer barrunto que tuve de que la san- teria es sincrética a propésito, y no de manera inconsciente. Babalaos En la santeria, se considera a los babalaos (del yoruba babalawo, Padre del Misterio) como los sumos sacerdotes de la religién. En Cuba, la mayoria de los babalaos eran iniciados como santeros antes de hacerse sacerdotes del poderoso orisha Ifa; esto sélo esta permitido después de que su Hamado para que sean babalaos aparece en su ita. Sélo pueden ser ba- balaos los hombres de buen caracter. Esto es mas bien pecu- liar, ya que la santeria no tiende a hacer juicios en el tradicional sentido occidental. No pueden ser babalaos los ho- mosexuales, las mujeres, y los mediums de los espiritus. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. CAPITULO 6 LOS ORISHAS DE LA SANTERIA Los orishas mas populares de la santeria suman menos de dos doce- nas, y sdlo se considera muy importante a una docena de ellos. Den- tro de la compleja cosmogonfa de la santerfa, los orishas ocupan un plano vital (véase la Figura 2, pagina 75). Hay una distincién basica y fundamental entre los orishas que se instalan en un ritual dentro de las cabezas de los miembros del sacerdocio, y los que no se instalan. Enla jerga de la santeria, cuandose dice que una persona “hizo” san- to, significa que ha pasado por la ceremonia de la kariocha, en la cual uno de los orishas que pueden instalarse se ha colocado dentro de la 71 72 SANTERIA CUBANA cabeza de dicha persona, durante un ritual, lo que le da a ésta el dere- cho de ser llamado santero o santera. Por tradicién, a los siete orishas que pueden instalarse dentro de una persona, a aquellos orishas que definen literalmente quién es santero o santera, se les llama las Siete Potencias. Por desgracia, la mayoria de los escritores han traducido la palabra potencia como fuerza, aunque éno son fuerzas también los demas orishas? Traducir potencia como fuerza en este caso es engafioso. Potencia, segiin las definiciones primera y cuarta, respectivamente, del diccionario es- pafiol Aristos, significa “facultad para ejercer una cosa o producir un efecto... virtud generativa” (el derechode actuar con cierta capacidad o de producir un efecto... fuerza generativa). Asi pues, a los orishas conocidos como las Siete Potencias debe llamarseles en inglés “los siete orishas facultantes”, pues son los que le dan a los santeros la fuerza generativa para producir determinados efectos. En otras pala- bras, los siete orishas facultantes o habilitadores, debido a su facul- tad de volverse parte fisica del ser de los santeros y de las santeras, otorgan la facultad de efectuar ciertas acciones relacionadas con los orishas, como la de adivinar el futuro de una persona por medio de conchitas de cauri, lo que los santeros no podrian Ilevar a cabo sin el ashé de estos orishas. Obatalé, el orisha principal, es el mds importante de las Siete Po- tencias tradicionales. Representa la pureza y la paciencia. Tiene dos caminos 0 manifestaciones: una femenina y otra masculina. Cuando una persona va a iniciarse en el sacerdocio, no solo tiene que descubrir qué orisha ha de instalarse en su cabeza, sino qué camino del orisha, ya que la mayoria de los orishas tienen varias manifestaciones o avata- res. Eleggua tiene la lave del futuro de las personas y, como mensajero de Dios y de los demas orishas, puede permitir o prohibirla comunica- cién entre las personas y los orishas. Es el primer orisha conel que hay que congraciarse en las ceremonias de la santeria. Shangé es el sefior del trueno ydel relampago, de los tambores y delas danzas, y es el pro- totipo de la belleza masculina. Yemayé es la reina de los océanos, la diosa madre de los orishas. Oshiin, la reina de los rios, es el prototipo de la belleza y la sensualidad femeninas; protege a las embarazadas y previene las afecciones intestinales. Ogtin es el sefior del hierro y se OS ORISHAS DE LA SANIERIA. 73 identifica con la guerra. Por tiltimo, Oya es el soberano de las tormen- tas y vive a la puerta de los cementerios. Con frecuencia se incluye entre las Siete Potencias al poderoso orisha If, también llamado Orula en Cuba, aunque la ceremonia de iniciaci6n para “hacer If4” o ascender a babalao es muy diferente de la ceremonia de la kariocha. Para empezar, Orula no “se sienta” en la cabeza del iniciado. A fin de que se efecttie la ceremonia de Ifa, debe estar presente un artefacto sumamente sagrado que representa a Olofi (aspecto del Dios Todopoderoso, Olodumare). Segtin la antro- péloga cubana Natalia Bolivar Arostegui, este artefacto de Olofi, que probablemente es una piedra antigua sagrada, preparada en un ri- tual, fue traidoa Cuba en la tiltima parte del siglo XIX. Cuando Cuba liberd a los esclavos en 1880, algunos decidieron regresar a Africa. Uno de estos fue el legendario santero de la provincia de Matanzas, Eulogio Gutiérrez. Cuando llegéa Ile-Ife, el Oni, o emperador de Ife, lo reconocié como oba o rey; entonces le indicé que se iniciara como un babalawo, (el término empleado en Africa) un sacerdote de Ifa. Luego de que Gutiérrez habia vivido felizmente en Africa durante diez afios, Ifa, a través de su ordculo, leindicé que regresara a Cuba, y que iniciara ahi a los babalaos. Gutiérrez, que entonces era rico, re- gresé a regafiadientes a Matanzas con el artefacto de Olofi, compréla plantacién de cafia de aziicar en la que habfa sido esclavo, e instituyS entre los santeros cubanos el culto a Ifa. Se dice que en la década de 1860 otro artefacto de Olofi fue lleva- do ocultamente a Cuba por un esclavo llamado Asunci6n Villalonga, el cual ocult6 su Olofi durante varios afios. También Villalonga cred babalaos nuevos, aunque en circunstancias muy secretas. Hasta don- de se sabe, estos dos artefactos son los que se han empleado para ini- ciar a todos los babalaos de Cuba. Supuestamente, Carlos Ojeda trajo a Miami uno de estos olofis en la década de 1960, con lo que instaur6 el culto de If4 en Estados Unidos. Ademis de las Siete Potencias y de If4, otros orishas importantes son Babald Ayé, sefior de la lepra, la viruela y otras enfermedades de Ja piel; Aggayu, sefior de los volcanes, estrechamente relacionado con Shang6; Inle, sefior de las plantas medicinales; Osain, sefior de todas las plantas; Ochosi, el cazador; los gemelos Ibeyi, que se dice 74 SANTERIA CUBANA que son hijos de Shangé; Olokun, poderoso soberano andrégino de las profundidades oceAnicas, estrechamente relacionado con Yema- ya; Orishaoko, sefior de la agricultura; Dada, hermana mayor de la madre adoptiva de Shango; Yewa, la orisha virgen de los cemente- rios; Nana Buruku, la luna, relacionada con Babalu Ayé y con las ser- pientes; Obba, la esposa principal de Shang6; y Oddudta, a quien a veces se identifica con Obatal4. Normalmente estos orishas nose ins- talan en las cabezas de los miembros del sacerdocio de la santeria, aunque se dice que en las ceremonias particulares de cada orisha és- tos los “reciben”, y a veces también los que no son santeros. Ya sea que el ashé delas Siete Potencias se implante en la cabeza de un santeroode una santera, durante las ceremonias de iniciacién de estos otros orishas su potencia, representada por un artefacto determinado, se coloca en el hombro del iniciado para que éste pueda sentir o “recibir” el ashé y la protecci6n del orisha. No obstante, el ashé no se funde con el ser delini- ciado, como sucede en el caso de las Siete Potencias o de If. Hay otros orishas considerados menores, como Afia, espiritu de los tambores de bat4, que es servidor de Shango; Osan, vigilante de las puertas, servidor de Eleggua; Iroki, espiritu del capoquero; y Oshumare, el arcoiris. Otros orishas se mencionaban en las libretas de la santeria hasta principios del siglo XX, pero por alguna raz6n ya no se conocen tan ampliamente, como Olosi, orisha de los lagos y las lagunas; Olosa, guardian de las entradas, cuya funcién desempefian ahora Eleggua y Osun; Aroni, sefior de los perros; Oggan, Obén y Ogboni, asistentes de Obatal4; Ayana, orisha del rio; Aja, orisha de las plantas, que probablemente fue reemplazado por Inle y por Osain; Chugudi, otro servidor de Eleggua; Ayad, hermana de Oya, y Boromti, orisha del desierto, cuyo culto decliné probablemente por- que en Cuba no hay desiertos. En la Figura 2 (pagina 75) se muestran los reinos que ocupan los orishas y la relacién existente tanto entre los orishas, como entre és- tos y los iniciados en la santeria. 1, Plano material. El mundodela carne, enel caso de las personas (los animales y las plantas tienen mas tanto del mundo material como del espiritual), consiste de aleyos, FIGURA 2: COSMOGONIA DE LA SANTERIA 6. MORADA DE DIOS (1 OLORUN) Potencias tradicionales, més If (Orula) 1. PLANO MATERIAL, Enel plano material estan los niveles a los que tenemos acceso directo. Los santeros tienen acceso a todos los orishas y planos a los que tienen acceso los aleyos (extrafios). Los babalaos tienen acceso a todos los orishas y pla- nos a los que tienen acceso los santeros, aunque no necesariamente sean accesibles para los aleyos, como muestran las lineas continuas. Sin embar- 90, hay orishas y planos a los que sélo los babalaos tienen acceso; son los que estan indicados,con Iineas interrumpidas. 7 — SANTERIA CUBANA algunos de los cuales se vuelven santeros, y otros se vuel- ven babalaos. Estas fases (aleyo, santero, babalao) deter- minan la accesibilidad a los otros planos. 2. Plano espiritual. E] mundo del espiritu, llamado también mundo de la verdad. Esta es la siguiente fase na- tural por la que todos pasaremos cuando dejemos|la mate- ria, cuando muramos. Este plano esta habitado por seres que van de los espfritus de gran luza los esptritus oscuros. Los seres de este plano estan en constante contacto con los seres del mundo material. Todos podemos tener acceso a este plano, aunque es mAs facil entrar en él para los espe- cialistas, como por ejemplo los mediums. Las relaciones entre los espfritus y los seres materiales son complejas y reciprocas; los espfritus ayudan a la gente pero también la estorban; y la gente que colabora con los espiritus puede aumentar su luz, pero también puede utilizarlos con malos Propésitos. 3. Plano de Ocha (orishas que pueden “sentarse”). Son las Siete Potencias tradicionales, los siete orishas (a veces considerados ochas para distinguirlos de los orishas que no pueden sentarse) que se instalan en las cabezas de los santeros en la ceremonia de la kariocha. Estos Siete (Obatalé, Eleggua, Yemay4, Oshtin, Shangé, Ogin, y Oy, més Orula (Orunmila, If4), que identifican los babalaos, son los orishas més importantes de la santerfa; son los que poseen a sus hijos (con la excepcién de Ifa, queen realidad no posee a los babalaos) y son los més venerados. Se dice que son los orishas que pueden “hacerse” (hacer santo, hacer ocha}. . 4. Orishas menores. A veces se les llama espiritus de la naturaleza. Generalmente se reciben junto con algin as- pecto de los Siete tradicionales (Osun junto con Ogtin y con Eleggua en el caso de los guerreros, por ejemplo), yno son objeto de especial devocién o veneracién. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LOS ORISHAS DE LASANTERIA 81 obra de Olofi, dandole cabezas a los humanos, raz6n por la cual hasta la fecha Obatalé es el duefio de las cabezas de todos. Para llevar la fer- tilidad al mundo, Obatala se volvié dos seres, uno masculino y otro femenino. El Obatala masculino se llamé Oddudua; el femenino se llamé Yemmu. Los cuatro primeros hijos de Oddudtia y de Yenmu fueron Olokun, el mar, deidad andrégina de inmenso poder; Aggaya, las montafias y los volcanes, y soberano del sol; Orishaoko, la cose- cha, y Babalu Ayé, el pantano, sefior de las enfermedades. Estos cua- troorishas son poderosisimos; tienen casi tanto ashé como Obatalé. El incesto A Obatal4-Oddudta le preocupaban las atenciones que su esposa, Obatal4-Yemmu, tenfa con el hijo de ambos, Ogiin, sefior del hierro. Yemmu no trataba a su hijo como una madre, sino como una mujer enamorada. Oddudiia tenfa un gallo encantado, Osun, del que espe- raba que le informara cuanto sucedfa en la casa cuando estaba au- sente. Hasta entonces, Osun no le habfa informado que hubiera alguna relacién desusada entre Ogiin y su madre. Pasado algun tiem- po, Oddudiia observé que su hijo Eleggua, el eternamente nifio, esta- ba malhumorado y se encontraba en los huesos. Oddudia le pregunt6: “éQué pasa, Eleggua? ¢Por qué estas tan triste?” Eleggua respondi6: “Baba-mi. Me duele tener que decirtelo, pero Ogtin ha estado haciendo algo horrible con mi Madre. Le da toda mi comida a Osun, para que éste se duerma; entonces me saca de lacasa para que yo no pueda ver lo que sucede, aunque si lo sé”. Esa noche, Oddudiia le dijo a Yemmu que le preparara comida co- mo para dos dias, ya que partiria de viaje. En cuanto Oddudia se fue a su supuesto viaje, Ogtin y Yemmu empezaron a hacerse el amor. Oddudiia, que no se habia alejado mucho, regresé y sorprendié a su esposa y a su hijo cometiendo el acto vergonzoso. Horrorizado, Ogin secubridel rostro y grit6: “No me maldigas, Baba-mi, porque yo mis- mo me maldigo. Durante el resto de mi vida trabajaré dia y noche sin cesar. Ya no conoceré la paz del descanso. Le ensefiaré a la humani- dad el secreto para elaborar el hierro, de manera que también dejaré de ser el sefior del hierro”. 82 SANTERIA CUBANA Oddudtia declaré: “Asi sea. Vete ahora y no regreses mas”. Oddudtia se dirigié a Yemmu y le dijo: “A ti no puedo maldecirte, pues me maldeciria a mi mismo. Sin embargo, enterraré vivo al pré- ximo hijo varén que tengas”. Oddudtia mirdéa su amadobebito, Shango, y dijo: “Shango se ira a vivir con su hermana Dada, en la puntade una palmera. Sdlo Eleggua se quedara a mi lado”. Odudtia se dirigié a Osun: “A partir de este dia, s6lo comeras lo que Eleggua quiera darte, y le serviras para siempre”. Orula’ Poco después de que Ogtin fue desterrado de la casa de Oddudiia, Yemmu se embaraz6. Cuando nacié el nifio, Oddudtia le ordendé que lo enterrara vivo. Con el coraz6n roto, Yemmu enterré al nifio hasta el cuello, al pie del sagrado arbol de Iroko. Yemmu sabia que el Iroko le cuidaria a su hijo, a quien le dio el nombre de Orula. Orula supo por Iroko los secretos de la adivinacién. Al pie del arbol, y enterrado hasta el cuello, llegé a ser el mayor de los adivinos, el baba 'awo 0 Padre de los Misterios. La gente venfa a verlo y le daba de comer a cambio de que les dijera la fortuna. La fama de Orula creci6; un dia Eleggua vino a verlo, reconocié a su hermano, y le dijo: “No te preo- cupes. Le pediré a nuestro padre que te perdone”. Durante mucho tiempo, Eleggua utiliz6 sus argumentos mas con- vincentes para que Odduditia perdonara a su hijo Orula. Por tiltimo, el viejo orisha fue a ver a Orula. Oddudtia lloré cuando vio al joven enterrado hasta el cuello, levanté el brazo, y le ordené a la tierra que liberara a Orula. “Ven, hijo mio, nos vamos a casa”. Sorprendido, Orula dijo: “Pido perdén a mi padre, pero no puedo dejar la sombra de Iroko, que ha sido como una madre para mi”. Oddudtia miré al arbol-dios y dijo: “No te preocupes, Orula, pues Iroko siempre estara contigo”. Oddudiia sefialé al arbol, y le lanz6 un rayo de energia que lo transform6 en una bandeja redonda, la que Orula tomé con carifio. En esta bandeja leen la fortuna Orula y sus descendientes espiritua- les, los babalaos. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 84 SANTERIA CUBANA abandoné para siempre al sencillo Ogtin. Desde ese dia, Shangé y Ogzun han sido enemigos mortales. Por esto, cuando un santero es poseido por Ogtin y otro por Shangé, deben mantenerse alejados, pa- Ta que ninguno mate el “caballo” (medium) del otro. Las tres mujeres de Shangé La esposa legitima de Shangé es Obba, majestuosa reina de su casti- Ilo. Resulta que ninguna mujer puede satisfacer al dios de la virili- dad. Shang6 necesita el fuegoy la pasion que despiertan en él sus dos amantes, Oya y Oshiin. Obba le ofrece a Shang6 devocién perpetua y estabilidad, ya que es la orisha patrona de los constructores de casas. Oshun, la Afrodita yoruba, le proporciona a Shang6 los placeres sen- suales que éste anhela, en tanto que Oy4, que probablemente es su favorita, es la tnica mujer que Oshiin se lleva a la guerra, pues estan buena guerrera como él. La oreja de Obba Obba, la majestuosa esposa de Shangé, deseaba despertar en su mari- do la misma pasién que su amante Oshiin despertaba en él. La tortuo- sa Oshiin, fingiendo apiadarsedeella, le dijo quese cortara una oreja y que sela sirviera a Shangéen su platillopreferido, el amala, que se ha- ce de harina de maiz y de quimbombé. Asilo hizo Obba, que ante todo deseaba complacer a su marido. Cuando Shangé regresé a casa esa tarde, después de que comid el amala observé que Obba tenia vendada ‘una oreja. Cuandosupo el motivo, se enfurecié yla desair6, diciéndole con voz atronadora: “iJuro por mi padre que nunca volveré a dormir contigo. Lo que me hiciste es asqueroso. Serds siempre mi esposa y la dueiia de mi castillo, pero no volveré a acostarme contigo!” Desde ese dia, Obba es el simbolo de la esposa abnegada y devota. Rara vez poseea sus devotos, a los que les gusta bailar una danza len- ta y majestuosa para ella, cubriéndose la oreja derecha con una ma- no, en recuerdo de su sacrificio. LOS ORISHAS DE LASANTERIA = 85 Por qué Shangé le teme a la muerte Una de las caracteristicas que identifican a los devotos de Shangé es sutemor a la muerte. Estoes raro en la santeria, religién que concede una gran importancia a los actos propicios para los muertos. Un pro- verbio de la santeriaes “No hay santo sin muerto”. Todas las ceremo- nias de la santeria empiezan con una oracién a los muertos, y primerose propicia a los antepasados y a los espiritus custodios. Se- gtin cuenta la historia, lo que deseaba ms que nada Shang6, que en- tonces era conocido con el nombre de Jakuta en Ile-Ife, la ciudad santa de los orishas, era experimentar la vida como humano. Shang6 descendi6 a la ciudad de Oyo para ser su alafin (rey). A Shango se le llama Alafin en esta manifestacién, y se le saluda con la frase “Cabio sile” (Bienvenido, sefior.) Shangé no tuvo mucho éxito como rey humano; nunca debié ha- ber salido de Ile-Ife. Estaba en constante tensién, dado que sus stib- ditos no dejaban de quejarse y que sus tres mujeres no se adaptaban a la vida humana. Una noche, como ya no soportaba mas, en un ca- racteristico ataque de rabia se fue al bosque y se colgé de un cedro. Algunos de sus stibditos vieron su cuerpo y empezaron a esparcir el rumor: “Oba so”, el rey se ahore6. Shang6, que era orisha, se encon- traba enel mundo de los iku, los muertos, experiencia que nunca ol- vidaria y que lo atormentaria para siempre. Luego de siete dias, Obatalé se enteré de lo sucedido y rescaté a su hijo de entre los muer- tos, devolviéndole la inmortalidad. Desde Ile-Ife, Shangé podia ver a sus antiguos stibditos de Oyo, que se refan de él diciendo: “iOba so! iOba so!”. Utilizando el poder que tenfa sobre los relampagos, Shan- g6fulminé a todos los que decian “iOba so!”. Desde ese dia, siempre que truena, la gente de Oyo dice “oba ko s0” (el rey no se colg6). Esta historia rara vez se cuenta en la santeria, pues se cree que a Shang6 no le gusta que se repitan las historias sobre su padecimiento como humano y como muerto. Hoy, muchos santeros desconocen el signi- ficado de la frase “obakoso”. La propia Lydia Cabrera traduce erré- neamente “obakoso” como “rey de Koso”. Cuando Lydia quiso conocer la historia de Shang6, un informante le advirti6: “En la san- teria hay cosas de las que no se puede hablar, y una de éstas es el re- 88 SANTERIA CUBANA entre su Morada y el mundo; sdlo Obatalé y Eleggua saben cémo lle- gar a él. Olofi merece que lo veneren porque es Dios, pero no hay que solicitarle favores. Por esto nos dejé a los orishas detras, a fin de que se ocupen de las necesidades de los humanos. COMO LLEGARON AL MUNDO LAS ENFERAEDADES En una gran fiesta que dio Obatala en Ile-Ife, todos los orishas baila- ron y cantaron. También bailé el poderoso Shopona, que era cojo. Debidoa este defecto, Shopona era torpe para bailar las danzas rapi- das, y algunos orishas se refan de él. La rabia lo poseyéa tal grado por este motivo, que lanzé todo tipo de plagas al mundo. Obatala apenas logré contener las enfermedades entre los orishas, pero no pudo con- tenerlas entre los humanos, y expulsé de Ile-Ife a Shopona. Shopona se traslado a la tierra de Arar, donde se transformé en el amado Ba- bali Ayé, Padre del mundo. Desde ahi, lamentando lo que habia he- cho, Babalti Ayé se dedicé a curar a la gente de las plagas que habia lanzado en un momento de rabia. Esta historia nos ensefia que no de- bemos burlarnos de las personas con impedimentos. En Africa, se considera que Babalfi Ayé es el dios de la viruela yse le venera por temor. En la santerfa, se ama a Babalti Ayé como figura paternal y se cree que es amable y amoroso. Tal vez las influencias cristianas ablandaron el caracter de Shopona en el Nuevo Mundo, o tal vez esta imagen mds amable de Babalii Ayé refleja las primeras concepciones africanas del orisha. La HISTORIA DE OBI Unodelos hijos de Obatala, el principe Obi, vivia en una castillo her- moso y resplandeciente que estaba en lo alto de las palmeras. Ahi da- ba audiencia ataviado con ropajes blancos impecables y de exquisita belleza. Obatala habia instalado a Obi como orisha patrono de una regién préspera. La corte de Obi se convirtié en la mas opulenta del mundo, y de todo el orbe venfan los reyes a rendirle sus respetos a Obi. El hermano de Obi, el impredecible Eleggua, observé que el joven principe se habia vuelto orgulloso y presuntuoso. Descuidaba a sus LOS ORISHAS DE LA SANTERIA 89 stibditos pobres y de baja condicién, y sélo recibfa en su castillo a los ticos y poderosos. Obi dio una fiesta a la que slo invité a los reyes mis ricos. Eleggua, disfrazado de mendigo, no fue admitido en el castillo de su hermano. Obi, que no lo reconoci6, le grit6: “éComo te atreves a venir en tales andrajos? iGuardias, retiren aeste hombre!” Eleggua corrié con Obatala y le conté lo sucedido. Obatalé tam- bién se disfrazé de pordiosero y, junto con Eleggua, se dirigié al casti- Ilo de Obi. Este, indignado, grit6: “éQué es esto? éOtro miserable? Lleven a estos dos a las mazmorras”. —Me parece que te equivocas, Obi. El principe Obi reconocié de inmediato la potente voz de su padre y, postréndose de hinojos, se cubrié el rostro con las manos, supli- cando: “Perdéname, padre, no sabia lo que hacia”. Cuando Obi retiré las manos de sus ojos, vio a Obatald en su ra- diante manifestaci6n de “Rey del Ropaje Blanco”. Obatala levanté la mano yy maldijo a Obi: “De hoy en adelante, esas ropas blancas que usas con tanto orgullo estaran dentro de ti, y por fuera usars siempre harapos pardos y sucios; caeras de esta palmera una y otra vez, y los nifios te patearan en sus juegos; tus hermanos los orishas y los adivinos humanos te cortaran en pedazos, y sers el oréculo mas sencillo; ya no te venerarén, sino que te utilizaran”. Esta es la historia de cémo surgié el coco. Incluso hoy, los santeros ilustra- dos sienten un gran respeto por el coco, pues estan al tanto de las pasa- das glorias de Obi, y de su anterior categoria de orisha. CONO SE HIZO OSHON PATRONA DE CUBA Este es uno de los pocos mitos de la santeria que no son de origen africano. Obviamente, se trata de una invencién cubana relativa- mente reciente. Oshiin, diosa del amor y de los rios, contemplaba con tristeza que gran numero de sus hijos eran arrancados y llevados a la fuerza auna tierra lejana llamada Cuba. Oshiin, confundida por la situacién y por su incapacidad para impedir que los extranjeros blancos siguieran raptando a sus fieles, fue a visitar a su hermana mayor, la madre Ye- maya, en busca de consejo. 90 — SANTERIA CUBANA —Sabia hermana, équé sucede? Por qué no puedo impedir que ocurra esta tragedia? Yemaya le respondié con tristeza: “Asi tenia que ser, Oshtin. Nuestros hijos le hablaran a todo el mundo de nuestras maravillas, y millones que nos han echado en el olvido volveran a venerarnos”. Impulsada por el intenso deseo de estar con sus dolientes hijos, Oshiin decidié trasladarse a Cuba. Pero tenia miedo, pues nunca an- tes habia salido de su reino, el rio de Oshiin. —Dime, Yemayé, ttt, cuyos siete mares acarician las tierras de to- do el mundo écémo es Cuba? La augusta reina reflexioné y contesté: “Se parece mucho a este lugar: los dias son calurosos, las noches largas, la vegetacién exube- rante y los rios tranquilos. —éHay algo de Cuba y de su gente que deba saber antes de irme para alla? —~Si, no todos son negros como nosotros; también hay muchos blancos —respondié Yemaya. Oshtin, que es impulsiva, le pidid a Yemaya que le concediera dos deseos: —Alaciame los cabellos y aclarame la piel, para que todos los cu- banos vean en mi algo de ellos. Con un majestuoso movimiento de la mano, Yemayé le concedid los deseos a su hermana. Por esto, en Cuba Oshtin tiene los cabellos largos y ondulados, y la piel clara. Por esto todos los cubanos, sea cual fuere el color desu piel, veneran a “Cachita” (el nombre de cari- fio de Oshuin). LOS ORACULOS Si bien algunos estudiosos yorubas han tratado de equiparar el oraculo de 1f4 con las escrituras judeocristianas, yo afirmo que esta comparaci6n no es posible. El oraculo de Ifa consta de un cuerpo de historias sagradas (patakfes) que los babalaos se aprenden de memo- ria. El babalao arroja una cadena que tiene ocho piezas céncavas y ovales de cuero, coco o cascara de calabaza; asi obtiene una configu- racion que indica qué oddu o capitulo del oraculo de Ifa ha de recitar- LOS ORISHAS DE LA SANTERIA = 91 se en determinado momento a determinada persona. En general, estas historias son muy ambiguas; el babalao debe confiaren suashé para explicar correctamente la historia 0 a la situacién. Si bien el oraculo de If4 se considera fidedigno, no se consulta con la misma frecuencia que los caracoles o mediloggun. Se dice que los caracoles son las bocas de los orishas. Cualquier sacerdote o sacerdotisa dela santeria tiene derecho a aprender a leerlos. El ordculo de los caracoles es mucho mas sencillo que el sistema de Ifa. En el Ifa llegan a aparecer hasta 256 oddus; en cambio, en la adivinacién con caracoles solo aparecen 16 letras (equivalentes a od- dus). Se arrojan 16 caracoles; el ntimero de caracoles que caen con la abertura para arriba determina la /etra que ha de recitarse. Cual- quier santero o santera puede interpretar las letras 1 a 12; para leer las letras 13 a 16 se necesita un babalao. Con mucho, el oraculo de la santeria mas consultado es el obi 0 lectura del coco. Cualquiera pue- de aprender a leer los cocos; incluso los no iniciados. En el sistema de adivinacién del obi se arrojan cuatro pedazos de coco. Puede haber hasta cinco respuestas, dependiendo del ntimero de piezas que cai- gan con la pulpa para arriba; entre estas respuestas estan “s{”, “no”, “tal vez” y “consulta a un ordculo mas complejo”. Las preguntas de- ben expresarse de tal manera que la respuesta pueda ser “si” o “no”. Hay personas que saben leer muy bien los cocos, pues “tienen mucho ashé” y pueden obtener una cantidad sorprendente de respuestas de este sencillo oraculo. NOTAS 1. En Africa, todos los orishas pueden “sentarse”. Por qué en Cuba algunos si pueden sentarse y otros no, probablemente se debe a que no Hegaron a Cuba los saverdotes que conoefan las ceremonias adecuadas para instalar a algunos orishas en lus cabezas de los devotos, oa que no transmitieron sus seeretos. 2. Orula u Orunmila es el profeta de Ifa y patrono de todos los babalaos. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. SANTERIA Y ESPIRITISMO 99 tos de la comunidad. Si bien el espiritismo cumple con una valiosa funci6n en la santeria, no ha sido absorbido por ésta. Un dicho cuba- no reza: “Todos los santeros son espiritistas, pero no todos los espiri- tistas son santeros.” Esto es cierto en buena medida, pues la santerfa ha llegado a depender de ciertas practicas espiritistas; sin embargo, el espiritismo, especialmente el kardequiano, conserva su propia identidad y su caracter no africano. Allan Kardec, fundador del kardequismo, se llamé Hypolite Léon Denizard Rivail, y nacié el 3 de octubre de 1804 en Lyon, Francia. Fue un maestro de renombre con sélidas bases académicas que pu- blicé ocho libros especializados entre 1824 y 1849. A los 51 afios, lue- gode hacerse de una buena reputacién académica, entré en contacto con el espiritismo. El espiritualismo habia recorrido los Estados Unidos a mediados del siglo XIX. En 1854 y 1855, los fendmenos de los mediums de Estados Unidos invadieron Europa; en esta época, Rivail, que sentia un agudo interés por los fenomenos paranormales, conocié las me- Sas giratorias y las sesiones de mesas parlantes. Convencido de la au- tenticidad de estos fenémenos, empezé a considerar que los espiritus lo habfan elegido para que codificara el espiritismo, y adoptéel nom- bre de una encarnacién anterior, un druida dela antigua Galia llama- do Allan Kardec. Kardec dedic6 su considerable talento a escribir sobre espiritis- mo, plasmando una amplia filosofia en obras como Qu’est-ce-que le Spiritisme? [éQué es el espiritismo?] (1859); Le Livre des mediums [El libro de los mediums] (1861); y L’Evangile selon le spiritisme [El Evangelio segtin el espiritismo] (1864). The Encyclopedia of Reli- gion proporciona una descripcién sucinta de la doctrina espiritista kardequiana: Hay almas o espiritus de personas fallecidas que pueden comunicarse con los vivos por medio de mediums. Perte- necen a un mundo invisible, aunque natural; en el karde- quismo no se habla de magia, de milagros ni de lo sobrenatural. Como parte del mundo natural, este mundo invisible y no material puede experimentarse, pero, a dife- 102 SANTERIA CUBANA santeria. Como decia mi viejo padrino: “Primero estan los muertos, después Eleggua, después los demés orishas”. “EY Dios qué?”, le pre- guntaba yo. “Esta en todas partes”, contestaba mi padrino. Uno de los informantes de Lydia Cabrera reitera también la ascendencia de los antepasados sobre los demas seres: A los muertos hay que tenerlos contentos... el muerto en todas las reglas pare al santo... antes de saludar a los san- tos, se saluda a los muertos. En la santeria moderna, no sélo se propicia a los muertos con la misa catélica reglamentaria nueve dias después del deceso, sino tam- bién con la misa espiritual, que de hechoes una sesién kardequiana. Las Oraciones selectas de Kardec se utilizan como lectura inspirado- ra en los momentos de duelo y se encuentran en los hogares de todos los santeros, si bien la santeria no toma en cuenta sus obras mas filo- sOficas. En lasanteria, el centro de la devocién a los antepasados es la bd- veda espiritual, que es un altar que se hace cubriendo una mesa con una tela blanca y colocando encima cierto niimero de vasos transpa- rentes con agua. Cada vaso de agua representa a determinado ante- pasado o gufa espiritual. También se colocan sobre la mesa un crucifijo y fotos de los seres queridos fallecidos. Los espfritus gufas con frecuencia son lucumfes 0 congoleses, indios de las praderas y gi- tanos. La aparicién de indios de las praderas en la santerfa cubana es curiosa, y probablemente se originé con el espiritualismo del siglo XIX en Estados Unidos, donde estos guias indios eran frecuentes. Para una misa tipica, se instala en la casa de un médium una bé- veda, como centro de la reunién. Los mediums y los visitantes, que normalmente se visten de blanco, se sientan en sillas colocadas de tal manera que todos los participantes puedan ver los vasos que estén sobre la béveda. Muchos espiritistas practican la lectura del agua, forma de adivinacién parecida a la lectura de la bola de cristal. Se cuenta con agua bendita de una iglesia catélica, agua de plantas me- dicinales, y la colonia conocida como agua de Florida. Los presentes se turnan para pasar a la b6veda yy ponerse algunodeestos limpiado- SANTERIA Y ESPIRITISAO — 103 res, 0 todos, en las sienes, las manos, y otras partes del cuerpo. Se cree que con esto desaparecen las vibraciones negativas de los parti- cipantes, que quedan listos para recibir a los espiritus de los falleci- dos, de preferencia a los espiritus buenos. Una vez que se leen las oraciones iniciales de las Oraciones selectas de Kardec, los espiritus empiezan a poseer alos mediums. Los espiritus elevados dan conse- jos, en tanto que se ayuda a los espiritus retrégrados con las oracio- nes y encantamientos de los participantes. Por tltimo, se leen las oraciones finales del libro de Kardec y la misa llega a su fin. Mi primer verdadero encuentro con el espiritismo fue en 1963, més omenos un afio después dela muerte de mi abuela, cuando deci- dieron que asistiera yo a una de las misas que se dijeron por el primer aniversario de su muerte. Como habia estado ocupado con mis pro- pios deberes de iyabé (novicio), no habfa participado en ninguna de las misas anteriores. Esta misa iba a decirse en la casa de Amanda. Cuando entré a la casa con mi madre, me sorprendié sentir una at- mésfera muy distinta, como si no fuera el lugar en que yo habia reci- bido tantas de mis primeras ensefianzas sobre los procedimientos lucumies. La sala estaba arreglada de otra manera, las sillas forma- ban un cfrculo, y una mesa en la periferia del cfrculo era el centro del arreglo. La mesa estaba decorada hermosamente con flores, vasos de agua y velas. En cuanto divisé a Amanda sentada junto a la mesa, co- rria presentarle mis respetos al estilo lucumi, pero ella parecié incé- moda, me dijo “Dios te bendiga” en espafiol y me pidiéd que me sentara con mi madre y mi tia. Recorri con la mirada la habitacién y descubri muchos rostros conocidos, como el de Zena y el de Andrés, pero también vi a muchas personas blancas desconocidas. Asimismo noté que nadie llevaba sus collares emblematicos. Sentado con mi tia y con mi madre, las escuché charlar. Mi tia Haydée comenté: —No debié ser grosera con el muchacho; écémo se supone que él sepa que hoy ella noes la gran iyalocha, sino una consumada espiri- tista? Mi madre le contest6 tajantemente: —Shsh, Haydée. No critiques a mi madrina. Sabes que a muchos de estos blancos les desagrada la santeria. Ella tiene que procurarlos. SANTERTA Y ESPIRITISAO 105 Un visitante coment: “Como puede Zena hablar en inglés? Ha- ce afios que la conozco y apenas puede hablar en espajiol”. Tras una risita forzada, Amanda dijo que si bien el fendémeno que estabamos presenciando era raro (la mayor parte de los espiritus hablan en el idioma de sus anfitriones), los espfritus a veces deciden hablar en un idioma que el médium desconoce, a fin de demostrar la realidad de su presencia y para disipar el temor al fraude 0 al auto engafio. El cambio de Zena me tenfa fascinado. Su postura era regia, pero muy natural. En la mascada blanca con que se cubria el rostro vi cla- ramente el rostro del hombre barbudo y de cabellos largos que habia descrito ella, como si una pelicula se proyectara sobre la tela blanca. Emma se transform6 en una actrizimportante de la extrafia obra que empezaba a descifrarse, pues era su intérprete. El ser declaré lo si- guiente (mi madre conserva apuntes de ese dia): Saludos. Que la paz y la comprensi6n sean con todas y ca- da uno. Esta es la tinica vez que permitiré que mi presencia irrumpa en una reunién como ésta, pero debo decir algu- nas palabras de advertencia. Soy Maha Bagwan Manust- hava, y tengo un vinculo karmico con ese joven [me sefial6]. La matanza de animalesy la btisqueda de lo magi- co por medio de la sangre no son para él; noes su camino. Manténganlo alejado de todo tipo de carne; que coma los frutos que la tierra nos prodiga. Llegara el dia en que sepa por qué vine hoy. Entonces, el espiritu me miré directamente, y de pronto senti que toda la habitacién desaparecia y que s6lo él y yo estébamos ahi; éra- mos reales. El espiritu me dijo: “Siempre que te sientas desesperado Otriste, ocuandonecesites consuelo, repite sin parar: Paz, aquiétate, y sabe que yo soy Dios. Hazlo y nunca seras vencido”. Hasta la fecha, cuando repito la frase que me dijo el espiritu hace tanto tiempo, me tranquilizo y caigo en un estado meditativo que no alcanzo con nin- gunas otras palabras. Cuandoel espiritu se hubo ido, dejando detrasa un grupo de espi- ritistas y santeros cubanos totalmente desconcertados, Zena informé 106 SANTERIA CUBANA que se sentia de lo mas dichosa: “Hace afios que no me sentia tan bien”. Mi madre estaba agitada: —Ese chico de Manitoba, como se lla- me, debe ser un espiritu malo, de otra forma no hubiera hablado en contra de nuestra religién, que es lo que hizo. Amanda traté de poner de nuevo orden en la sesién, pero todos estaban demasiado confundidos para concentrarse. Entonces, abruptamente empez6 a leer las tiltimas oraciones y terminé lamisa. Cuando todos los extrafios se fueron, mi tia le pregunt6 a Amanda: “Madrina, éDe qué rayos se trat6 todo esto? ¢Era un espfritu bur- In?!” Amanda encendié uno de sus puros pequefios, yechando bocana- das lentamente, dijo: En los 50 y pico de afios quellevo siendo espi- ritista, he visto a espiritus oscuros hablar mal de la religién, a espfritus buenos recomendarle a alguien que siga un camino religio- So, pero nunca a un espiritu bueno que hablara mal de nuestra reli- gion. €Cémo pudo burlar a nuestros espiritus guardianes, la mayoria de los cuales fueron santeros durante su vida? ¢Y qué tipo de vida le recomend6 al nifio, sin comer carne? iNunca habfa escuchado nada parecido! —éQué debemos hacer, madrina? Sera malo para el nifio ese espi- ritu? Zena intervino: —Nosé qué sucedié, porque yo estaba fuera cuan- do ese anciano tomé mi cuerpo, pero puedo asegurar que noes un es+ piritu malo. En realidad, en mis 72 afios como médium nunca habia hospedado a un ser mas alto. Mi madre pregunté: —éNi siquiera a los orishas? Estaba hablan- do como espiritista; ocha (las Siete Potencias) es algo totalmente di- ferente. Después de dar largas bocanadas a su puro, cantandole suave- mente a Obatala para que le concediera sabiduria, Amanda dijo fi- nalmente: —Me siento confusa; mas vale que consultemos al If4 a este respecto. Decidieron que mi madre y todo nuestro grupo pas4ramos la no- che en casa de Amanda; al dia siguiente todos irlamosa Luyané para consultar al oréculo de If con mi padrino. SANTERIA Y ESPIRITISNO 107 Me habia impresionado tanto lo que habia dicho “Manitoba” que menegué a comer el sandwich dejam6n que me preparé Amanda pa- ra el desayuno. Querfa hacer lo que Manitoba me habia indicado. Esto molest6 a mi madre: “Tienes que comer carne o te moriras”. En Luyané, mi padrino, luego de consultar la tabla de Ifa, dijo: —El espiritunoera malo y siempre estaré cerca del muchacho, haga- mos lo que hagamos. Fue como un huésped no invitado que no com- prende dénde se ha metido. Si ha de ser el guia de nuestro chico, esto no debe suceder ahora, pues el chico no podria comprender las ense- fianzas de este espfritu, y probablemente perderia la raz6n. Sin em- bargo, creo que el destino de Rail es volverse a encontrar con Manitoba. Mas por ahora me aseguraré de que no reaparezca en el futuro cercano. No volvi a saber de Manitoba hasta que cumpli 13 afios. Peroesa es otra historia. Amanda se sentia mal por lo sucedido durante la misa, asi que ofrecié organizar una segunda sesién “gratis” para darle al espiritu de mi abuela la oportunidad de hablar. Lo que presencié en esa se- sién -ylo he cotejadocon las versiones de muchos de los que ahi estu- vieron- sélo puede calificarse de paranormal o sobrenatural. Un espfritu que se identificé como mi abuela poseyd a Amanda. Los parientes que se reunieron para la misa no se impresionaron y de hecho dudaron dela sinceridad del espiritu, pues mi abuela no habl6 como hablaba normalmente y no nos Ilamé a ninguno de nosotros por los nombres de carifio que nos daba. Sélo dijo que nos extrafiaba y que todavia no se conformaba con haber muerto. Sin embargo, lue- go de la visita de mi supuesta abuela, en la que nada notable sucedié, un espfritu que afirmé que era su padre se apoderé de Inés, una mu- jercita bastante solemne. Esta visita dejé francamente pasmados a mis parientes, pues Inés hablaba igual que mi bisabuelo y sabia cosas que no era posible que ella supiera. El espiritu, mirandoa un parien- te que pesaba 117 kilos y media 1.90 metros, le dijo: “Yo era alto, mas alto que tu. De hecho, voy a demostrartelo”. Al decirlo, la mujercita (Inés no puede haber medido mas de 1.60 m) tom al hombrachén aquel aparentemente sin el menor esfuerzo, se lo eché a la espalda, y corrié por la habitaci6n, riendo. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ISONCABE TA-D-aNzBL- TU TSBN-10: 0-89281-9b wm 0892"8196 14!

Anda mungkin juga menyukai