Por ltimo, el trabajo realizado me hace sentir con rabia a una sociedad patriarcal,
que nos siente como objetos, que debemos seguir sus patrones de conducta, desde la
ropa que utilizamos, como nos comportamos, y que nos violenta si no lo hacemos,
justifica que si nos ponemos una falda ms corta nos estamos buscando que nos
piropeen que las seoritas no se visten de tal manera. Ese patriarcado nos limita. Que
lamentablemente se manifiesta no solo en la calle, tambin en el trabajo, donde ganamos
menos solo por ser mujeres, que nos dicta normas sobre nuestro cuerpo, sin posibilitar el
aborto si lo queremos, donde se siguen haciendo a nuestras nias jugar a ser buenas
madres o planchar.
Se estn dando pasos, pero nos encontramos con un senado tradicionalista,
machista y retrogrado, que no es capaz an de legislar por las mujeres, por nuestro
derecho a ser libres. Nos queda la tarea de desvelar los mecanismos polticos,
econmicos e ideolgicos que han convertido la diferencia anatmica entre hombres y
mujeres en una diferencia poltica en clave de dominacin y subordinacin.