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GRIETA SANTIDAD KEVIN DEYOUNG Este libro es clasico de DeYoung; biblico: inexorablemente —John Piper, Pastor de Predicacién y Vision, Iglesia Bautista Bethlehem, Twin Cities, Minnesota. iMi corazon resoné profundamente cuando escuché por primera vez a Kevin hablar acerca de este tema! El men- saje es una llamada de atencién para el Pueblo de Dios: oportuna, profética y desesperadamente precisa en este tiempo. Como tedlogo y pensador dotado, Kevin aborda muchas de las complejidades y matices de la verdadera santidad. Como pastor, evidencia la compasion y el inte- rés verdadero por el estado del rebafio. Como compafiero peregrino, llega al centro de las formas de pensamien- to y vida que nos impiden reflejar a nuestro Dios santo en este mundo oscuro. Como siervo y amante de Cristo, sostiene una visién de la belleza y del poder de la santi- dad personal. —Nancy Leigh DeMoss, autora de Revive Our Hearts [Reaviva nuestro coraz6n], presentadora de radio. Una vez, la santidad fue un componente central para se- guir a Cristo. Pero en la actualidad, para muchos, la vida cristiana es poco mas que una celebracién de gracia barata y seudolibertad, con una alta tolerancia por el pecado. En este libro bien escrito y muy necesario, Kevin DeYoung, de forma considerada, nos sefiala una libertad poco po- pular, no obstante, extrafiamente liberadora: que Dios es santo y que espera que nosotros seamos santos. Sin nin- guna pista de legalismo o aburrimiento, Kevin ofrece una visién balanceada y comprometida acerca de la ley y de la gracia. Kevin DeYoung es uno de mis escritores favo- ritos y este libro demuestra por qué. De forma reiterada dije: “jSi!”, mientras daba vuelta a estas paginas. jEstoy convencido de que los seguidores de Cristo necesitan, de forma desesperada, leer, discutir y vivir por el resto de sus vidas el oportuno mensaje que exalta a Dios en La grieta en la santidad\” —Randy Alcorn, fundador y director, Ministerio Perspectiva Eterna; autor de If God is Good [Si Dios es bueno] y El Cielo. La gracia es demasiado asombrosa como para salvarnos de la culpa del pecado y dejarnos simplemente bajo su cruel tirana. En este libro, Kevin DeYoung nos recuerda que el Evangelio es la base de nuestra justificacién y santificacién. Al mismo tiempo, nos recuerda muchas de las exhortacio- nes que se encuentran en La Escritura para buscar la santi- dad como el fruto de nuestra unién con Cristo en el poder del Espiritu. Una grieta en tu santidad ofrece reflexiones importantes sobre un tema crucial en el continuo didlogo acerca de las alegrias y luchas de la vida cristiana. —Michael Horton, Profesor de Teologia, Seminario Westminster California; autor de The Christian Faith: A Systematic Theology for Pilgrims on the Way [La fe cristiana: una teologia sistematica para los peregrinos en el camino]. Uno pude esperar que un libro acerca de la santidad sea pesado en cuanto a que nos apunta con el dedo, se inclina hacia el legalismo y se encuentra vergonzosamente fuera de foco. Pero Una grieta en tu santidad no es ninguna de esas cosas. Al contrario, Kevin DeYoung es especifico con respecto a cémo luce el esfuerzo hacia la santidad cuando es inspirado por el Espiritu y conducido por el Evangelio. Al profundizar en “inténtalo con ms fuerza” y “cree me- jor”, este libro implanta en los lectores no solo un anhelo de ser santos, sino una esperanza real en que esto puede suceder. —Nancy Guthrie, autora de la serie de estudios Seeing Jesus in the Old Testament Bible [Ver a Jesus en La Biblia del Antiguo Testamento]. J. C. Ryle escribié el clasico Santidad sin preocuparse de que “los cristianos modernos en este pais no prestan la suficiente atencién a la santidad practica y a la consagra- cién entera a Dios”. Es con la misma preocupacién pro- fética y con la misma perspicacia pastoral que mi amigo Kevin DeYoung ha escrito lo que considero un equiva- lente moderno, que exhorta a una generacién nueva de cristianos a obedecer el mandamiento de Dios de“... sean santos, porque yo soy santo”. Permitamos que Una grieta en tu santidad produzca en nuestra era lo que Santidad pro- n una época previa: promover la santidad centrada io tanto en los cristianos como en las iglesias voc eé en el Evangel alrededor del mundo. —C. J. Mahaney, Ministerio Gracia Soberana La fuerza de este libro se encuentra en la comprensién biblica de que todo renuevo grande se basa en el cono- cimiento de la bondad y de la santidad de Dios. Se nos ordena que seamos santos porque El es santo y solo en Cristo podemos entrenarnos de acuerdo con esta palabra: “En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvacion y nos ensefa a rechazar la im- piedad y las pasiones mundanas. Asi podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio” Tito 2:11. Oro para que las palabras de Kevin sean lefdas y para que la Iglesia se haga conocida como un pueblo “celoso por las buenas obras” al ver la santidad del Padre y la obra reden- tora de Cristo. —John M. Perkins, Presidente de la Fundacion para la reconciliacién y el desarrollo John M. Perkins. Me ha encantado estar bajo la ensefianza de Kevin du- rante los arios de la universidad, especfficamente en este tema de la santidad. Es un material de lectura indispen- sable para todos los que desean una vida santa. A pesar de que somos personas caidas, Kevin sefiala el potencial que tenemos para la santidad y cémo el Progreso que ha- cemos en esta area es de suprema importancia. jTen listo el resaltador! —Kirk Cousins, antiguo mariscal de campo titular Universidad del i Universidad del estado de Michigan; mariscal de campo Washington Re dskins GRIETA EN SANTIDAD KEVIN DEYOUNG ve PENIEL BUENOS AIRES ~ MIAMI - SAN JOSE - SANTIAGO www.peniel.com Para los ancianos y pastores de la Iglesia Reformada de la Universidad, con gratitud por su ardua tarea y por su busqueda de santidad. CONTENIDO Ure Cuicad OcOmMlani str MPP cn... 11 2. La razon para la redencién................... BD) 3. El modelo dela piedad...................... 41 4 Eloumpentvonlocttnpentivos 10. Que todos vean tu progreso....-..+++++ +555: Preguntas de Eicon Capitulo uno CUIDADO CON LA FISURA Jamas comprendj la atraccién por acampar. A pesar de que tengo muchos amigos y parientes que son avidos cam- pistas, siempre me ha parecido extrafio que alguien tra- bajara duro durante todo el afio para poder ir a vivir al aire libre por una semana. Comprendo todo el tema del compafierismo, pero épor qué hacerlo en carpas con bajfios comunitarios? Puedo entender que acampar es como una aventura. Sujetas un bulto en la espalda y vas a hacer una le Dios. Genial. Pero empacar en la camioneta como si fuera el arca de Noé y conducir a un camping plagado de mosquitos donde reconstruyes una version incémoda de la cocina y de la habitacién, sen- cillamente no tiene sentido. ¢Quién decidié que las vaca- ciones deberfan ser como la vida normal, pero mas dura? excursi6n por la creacion d 1 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD Todos los aiios la iglesia anuncia el “campamento fa- miliar”. Todos los afios, mi esposa quiere ir y, todos los afios, sorprendentemente, terminamos en algtin otro es- tado durante la semana asignada a la iglesia. Lo mejor que puedo decir, lo que encuentro atractivo de a en familia, es que los nifios, sin la intervencién mo de los padres, corren libres y sucios desde la salida la puesta del sol; una especie de El senor de las moscas pa los pequefios de Michigan. Pero, aunque suene atractivo tener a la descendencia ausente y pasar un tiempo de re- poso con mis amigos, debe existir una forma mas limpia y menos humeda de exportar a los nifios por una semana (gno es para eso que esta la Escuela Biblica de vacacio- nes?). Pero, aunque los nifos pasen un tiempo estupen- do, el clima ayude, nadie necesite suturas y los diecisiete perritos calientes estén tan buenos como el primero, aun asi, seguira siendo dificil quitar toda la arena de los libros. Sé que existen muchos campistas duros de matar en el mundo. No les culpo por su pasatiempo. Es que, simple- mente no es lo mio. No creci acampando. Mi familia no era lo que llamarias “amantes del aire libre”. No estaba- mos en contra de esto. Con frecuencia, disfrutabamos del aire libre a través de las ventanas, y nos cruzabamos con é] cuando fbamos a las tiendas. Pero ni una sola vez fuimos ing. No teniamos una carpa o una casa rodante o rueda. Nadie cazaba. Nadie pe scaba. Incluso TO de la casa (en serio, un Jenny-Air He sido muy ignorante con respecto al tema de acam- par durante toda la vida. Y me siento muy bien con eso. Es una cosa mas de la que no tengo que preocuparme. Acampar puede ser genial para otras personas, pero estoy contento de no hablar ni pensar jamés en ello y de no ir nunca. Haz lo que quieras con el refrigerador y las sillas plegables, pero acampar no es necesario para mi y estoy bien sin hacerlo. LA SANTIDAD ES EL NUEVO CAMPING éEs posible que mires tu santidad personal de la forma en _ la que miro el acampar? Esta bien para otras personas. Res- petas, en cierto modo, a aquellos que hacen que su vida sea més dificil de lo que debe ser. Realmente no es lo tuyo. No creciste con un interés por la santidad. No era algo acerca de lo cual hablabas. No era aquello por lo que tu familia tba o en lo que tu iglesia enfatizaba. Entonces, hasta el ente, esta no es tu pasién. La busqueda de la santi- es una cosa mas de la que preocuparte en una vida in posible. Seguro, seria espectacular ser una persona yerdad, esperas evitar los pecados realmente ro te imaginas, ya que somos salvos por gracia, que la santidad no se te requiere y, francamente, tu vida est bien sin ella. La grieta en la santidad es que, en realidad, esta no nos interesa mucho. La exhortacién apasionada para buscar la santidad guiada por el Evangelio apenas se 13 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD escucha en la mayoria de las iglesias. No es que no ha- blemos acerca del pecado 0 que no alentemos una con- ducta decente. Demasiados sermones son, bdsicamente, seminarios de autoayuda sobre cémo convertirte en una persona mejor. Esto es moralismo y no es util. Cualquier evangelio que solo dice lo que debes hacer y jamas anun- cia lo que Cristo ha hecho no es Evangelio para nada. Asi que no hablo acerca de que te apaleen todos los domin- gos por ver el noticiero deportivo o conducir un vehiculo utilitario deportivo. Hablo acerca del fracaso de los cris- tianos, en especial, las generaciones mas jévenes y, prin- cipalmente, aquellas que mas menosprecian la “religion” y el “legalismo”, para tomar en serio uno de los objetivos primordiales de nuestra redencién y una de las eviden- cias requeridas para la vida eterna: la santidad. J. C. Ryle, un obispo de Liverpool del siglo XIX, esta- ba en lo correcto: Debemos ser santos, porque este es un gran final y propésito por el cual Cristo vino al mundo... Jestis es un Salvador completo. No quita solo la culpa de un pecado del creyente, hace mas: quiebra su poder (1 Pedro 1:2; Romanos 8:29; Efesios 1: 2 Timoteo 1:9; Hebreos 12:10). Mi temor es que, mientras celebramos correctamente —y en algunas regiones redescubrimos— todo aquello de lo que Cristo nos ha librado, le damos poca importancia 14 Cuidado con la fisura ve hacemos Poco esfuerzo por aquellas cosas de las que Cristo nos rescaté. Aquellos que son mas apasionados con respecto al Evangelio y a la gloria de Dios, no deberfan ser también los mds dedicados en la busqueda de la san- tidad? Me preocupa que haya una grieta de entusiasmo y que parezca no importarle a nadie. éQUIEN LO DICE? éComo sé que existe una grieta en la santidad? Bueno, no lo sé. {Quién puede, asegurar el estado de la Iglesia evan- gélica o de la Iglesia en América del Norte y menos aun de la Iglesia a nivel mundial? Podrfa brindarte estadisti- cas acerca de fusiones pastorales o cifras con respecto a la mundaneria del feligrés promedio. Probablemente, los hayas visto antes y le hayas prestado poca atencién. Cual- quiera puede decir cualquier cosa con las estadisticas. El 73% de los votantes registrados lo saben. Asi es que no afirmo que he probado, a nivel cienti- fico, que los cristianos descuiden la busqueda de la san- tidad. Pero no soy el primero que piensa que hay algo perdido en la escena de la Iglesia contemporénea. En el libro Rediscovering Holiness [Redescubrir la santidad], J. I. Packer asegura que los creyentes de la actualidad encuen- tran la santidad como algo pasado de moda. Cita tres evidencias: (1) No escuchamos acerca de la santidad ni en las predicaciones ni en los libros. (2) No insistimos sobre la santidad en los lideres. (3) No 15 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD mencionamos la necesidad de santidad personal en el evangelismo. Estas observaciones me parecen validas. Pero si quieres dar por sentado las palabras de Packer, piensa en estas tres preguntas de diagndstico basadas en tres pasajes de La Escritura: 1. ¢Todos conocen nuestra obediencia? En la mayoria de las cartas, Pablo les da mucho dnimo a las iglesias. Normalmente, comienza con algo asi como: “Estoy tan agradecido por ustedes. Son impresionantes. Pienso en ustedes todo el tiempo y, cuando lo hago, esto me hace alabar a Dios”. Es un padre espiritual orgulloso. Pero no distribufa pegatinas de “Mi cristiano es un santo del cuadro de honor en la escuela apostdlica para los su- perdotados”. No tenia que hacerlo. Los otros lo notaban por si mismos. En Romanos 16:19, por ejemplo, Pablo dice “... es cierto que viven en obediencia, lo que es bien co- nocido de todos.. ”. Sin duda alguna, la reputacion pueden ser erréneas (Apocalipsis 3:1), y los romanos tenian sus propios temas para resolver. Pero este cumplido al final de Romanos nos obliga a formular la pregunta: étu igle- _ sia es conocida por la obediencia? {Es aquello en lo que otros cristianos piensan cuando miran tu vida? Es lo por lo que te gustaria que te conocieran? “Crea- ” o “relevancia” o “cambiador del mundo” podria mejor que la antigua y aburrida obediencia. os puritanos me desafian en este aspecto. Sé que po- oir “puritano” e imaginar un perpetuo aguafiestas 16 que “tiene la sospecha furtiy. lugar la esté pasando bien” eran asi. a de que alguien en algun ; . Pero los puritanos reales no Disfrutaban de los dones buenos de Dios mien- al mismo tiempo, buscaban la piedad como uno de los dones mas grandes de Dios. Esta es la razon por la cual tras que, un tedlogo describié el puritanismo como un movimiento de santidad reformador. Eran falibles, pero cristianos creyentes en La Biblia, apasionados en la bus- queda de Dios y la piedad. La espiritualidad puritana no se enfocaba en los dones espirituales 0 en la experiencia en si misma o en perderse en una nube misteriosa de lo desconocido. La espiritualidad puritana consistia en cre- cer en la santidad. Tenfa que ver con los cristianos que se convertian en santos visibles. Esta es la razén por la que definieron a la teologia como “la doctrina de vivir para Dios” (William Ames) o “la ciencia de vivir de forma bendecida por siempre” (William Perkins). Su pasion y oracion eran por la santidad. Honestamente, ¢podemos decir que nuestra vida y las iglesias estan marcadas por la misma busqueda? 2. {Fs nuestro cielo un lugar santo? En Apocalipsis 21 se nos da un atisbo deslumbrante del cielo nuevo y de la tierra nueva. Mientras que la mayo- ria de los cristianos siente una curiosidad natural acerca ndo recreado, en realidad, La Biblia no provee especificos. Pero lo que si sabemos es lo itamos saber. La nueva Jerusalén es de este mui muchos detalles que realmente neces) 7 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD gloriosa; brilla con el resplandor de la presencia de Dios. La nueva Jerusalén es segura; ya nO hay mas sufrimiento, no hay mds mar caético y no hay mas puertas cerradas enemigos). Y lo que es mas impor- (porque ya no hay mas pésito, la nueva Jerusalén es santa; tante para nuestro pro no solo la novia ha sido purificada sino que las dimen- siones de la ciudad sugieren que el cielo nuevo es una reconstitucién del Lugar Santisimo. En algunas concepciones populares acerca de la vida después de la muerte, el amor de Dios se reduce a una afirmacién incondicional. Pero, en verdad, el amor de Dios siempre es un amor santo y su cielo es, por comple- to, un lugar santo. El cielo es para aquellos que conquis- tan, para aquellos que vencen la tentacién de abandonar a Jesucristo y se comprometen en la fe (Apocalipsis 21:7; ver también Apocalipsis 2-3). “Pero, —contintia Apoca- lipsis 21:8— los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mdgicas, los idélatras y todos los mentirosos recibirdn como herencia el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte”. Sin importar lo que profesas, si muestras indiferencia por Cristo al entregarte al pecado (de forma incorregible y habitual), entonces el cielo no es tu hogar. éSabes por qué tantos cristianos ahondan en el tema de la homosexualidad? Ciertamente, la presién cultural juega un papel importante. Pero el fracaso de entender realmente la santidad del cielo es otro factor significa- tivo. Si el cielo es un lugar de aceptacién universal para 18 tas las personas lindas, épor qué alguien deberia armar andalo con respecto a la homosexualidad aqui en erra? A muchos cristianos jamas se les ha ensefiado jue tos que practican las artes miagicas, los asesinos y los dolatras, y todos los que amen y practiquen las menti ra quedaran fuera de las puertas del cielo (Apocalipsis 22:15). Entonces, no tienen las agallas (o la compasién) para decir que el que practica la inmoralidad sexual y no se arrepiente no sera bienvenido en el cielo, que es exac- tamente lo que Apocalipsis 21-22 ensefia. Debido a que el nuevo mundo de Dios se encuentra libre de toda mancha o vestigio de pecado, es dificil imagi- nar como podriamos disfrutar del cielo sin la santidad. Tal como J. C. Ryle nos recuerda, el cielo es un lugar santo. El Senior del cielo es un Dios santo. Los angeles son criaturas santas. Los habitantes son santos. En el cielo, la santidad se encuentra escrita en todo. Y nada impuro puede entrar a este cielo (Apocalipsis 21:27; Hebreos 12:14). Si pudie- ras entrar al cielo sin santidad, équé harias? ¢Qué dicha sentirias allf? Con qué hombre o mujer santos te sentarias para tener compafierismo? Sus placeres no son los tuyos. Su cardcter no es tu cardacter. Lo que ellos aman, tt no lo amas. Si ahora te desagrada un Dios santo, ¢por qué que- rrias estar con El para siempre? Si la adoracin no te atrae en la actualidad, gqué te hace pensar que te emocionara en algtin futuro celestial? Si la impiedad es tu deleite aqui en la Tierra, qué te complaceré en el cielo, donde todo es limpio y puro? No seras feliz alli si no eres santo aqui. O, 19 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD como dijo Spurgeon: “Es mas facil que un pez viva en un ee Arbol que un malvado en el Paraiso”. 3- Somos cristianos de la gran comision? Aqut hay un cuestionario rapido: resume la gran comisién que Jestis dio al final de Mateo 28. Si no sabes lo que es eso, continua y buscalo. Pero si sabes de lo que hablo, piensa en el resumen de dos oraciones que hiciste. No ci- tes los versiculos; solo escribelos con tus propias palabras. éQué nos envia Jestis a hacer en la gran comisién? Quizas hayas dicho: “Nos envia a evangelizar al mun- do”. O puede que dijeras: “Quiere que prediquemos el Evangelio a las naciones”. O, tal vez, dijiste algo acerca de hacer discfpulos. Esas no son respuestas erréneas. Pero érecuerdas las instrucciones precisas de Jestis? Por tanto, vayan y hagan discipulos de todas las nacio- nes, bautizéndolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, enseridndoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes... —Mateo 28:19-20A Palabra “obedecer” significa algo més que “ob- ”. Significa “acatar”. No les pedimos a las naciones jue observen los mandamientos de Jestis como si fuera un Rembrandt interesante; les ensefiamos a seguir sus man- damientos. La gran comisién se trata de la santidad. Dios quiere que el mundo conozca a Jestis, que crea en El y quele 20 obedezca. No nos tomamos en serio la gran comision si no nos ayudamos los unos a los otros a crecer en obediencia. Y, sin embargo, écuantos de nosotros pensamos, por lo general, en la santidad cuando reflexionamos acerca de la obra misionera? Qué facil es contentarse con liderar personas que toman decisiones por Cristo en vez de en- focarse en hacer discfpulos para Cristo. Por supuesto, esto no significa que, simplemente, tratemos de hacer buenas personas que vivan como Jesus. La gran comisién no signi- ficaria nada y no lograrfa nada si no fuera por el hecho de que quien la pronuncié tiene “... toda autoridad en el cielo y en Ia tierra” (Mateo 28:18). Es solo al confiar en Ely al ser perdonado por su sacrificio de sustitucién que somos capaces de andar en sus caminos. No puedes hacer que el fruto bueno crezca en los Arboles malos. Las demandas de Jestis no pueden estar separadas de su persona y de su obra. Cualquier santidad que El requiera es como el fru- to de su obra redentora y para el despliegue de su gloria personal. Pero, en todo este matiz necesario, no te pierdas lo que muchas iglesias han pasado por alto: Jesus espera obediencia de sus discfpulos. Transmitir los imperativos de Cristo se encuentra en el coraz6n de la gran comisién. éPOR QUE TAN AGUJEREADO? Todo, hasta este punto, nos leva a preguntar: “Por qué?”. O mejor aun: “{Dénde?”. éEn qué lugar se pro- dujo esta grieta en la santidad? Si la mision de Dios en el 21 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD mundo es salvar a las personas que no son santas y santj- ficar a aquellos que salva, si Dios justifica a los impios a través de la fe solamente y después promete hacer santos a los fieles, si el Santo de Israel se encarga de preparar un Pueblo santo para si mismo; entonces, épor qué parece improbable que alguno de nosotros sea parte de una de- nominaci6n, red ministerial o asociacin de amigos a la que recientemente se haya descrito como una especie de “movimiento de santidad”? Recuerda, los puritanos (pur- itanos) no inventaron aquel nombre por si mismos. Sus oponentes acufiaron el término porque pensaban que los puritanos estaban enfocados intensamente en ser buenos y puros. La busqueda de la santidad no ocupa un lugar en nuestro coraz6n tal como lo hizo en el de ellos. De forma mis critica, el interés por la santidad no es tan obvio en nuestra vida como sj lo es en las paginas de La Escritura. éPor qué? ¢De dénde viene la grieta? En el pasado era comtin equiparar la santidad con la abstinencia de unas pocas practicas tabu tales como be- ber, fumar y bailar. La santidad significaba que evitabas la lista de los no. Las generaciones mas jovenes tienen poca paciencia para esta clase de reglas, En algunos casos, no estan de acuerdo con las reglas (por ejemplo: acerca de las peliculas, bailar, apostar). En otras instancias, las normas solo parecen faciles de manejar. Sé que cuando crecia pa- _ tecia que la santidad significaba nada de alcohol, drogas o x0. No hubiera sabido cémo conseguir drogas si lo hu- iera intentado. La cerveza olia mal. Y era absolutamente 22 Cuidado con la fisura cierto que no habia una larga fila de chicas que ansiaban acercarse a mi. Asi que me sentia muy bien. Relacionado con esta primera raz6n se encuentra el temor de que una pasién por la santidad te convierta en una especie de vestigio extrafio de una era pasada. Tan pronto como compartes el interés que tienes con respecto a jurar, evitar ciertas peliculas, o cuentas tus decisiones relacionadas con la modestia, la pureza sexual, el auto- control o simplemente la santidad, las personas te mi- ran como si tuvieras el rostro untado con queso crema de moralidad de los afios cincuenta. Los creyentes se ponen nerviosos de que sus amigos los llamen legalistas, mojiga- tos, de mentes cerradas, anticuados, farisaicos 0, lo peor de todo, fundamentalistas. Otra razén por la que existe la grieta es que en las iglesias hay muchas personas no regeneradas. Mientras que no quiero que los cristianos genuinos se alejen de este libro y cuestionen su conviccién, me anticipo (y espero) que algunos creyentes que profesan serlo lleguen a ver que, en realidad, no han puesto su confianza en Cristo. Una razon por la que el Pueblo santo de Dios no bus- ca la santidad es que atin no han nacido de nuevo en el Espiritu Santo. Algunos encuestadores y expertos miran la mundanerfa de la Iglesia y concluyen en que nacer de nuevo no marca una diferencia en la forma en la que las personas viven. Deberiamos llegar a la conclusion! opues- ta; es decir, que muchas de las personas que asisten a la 23 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD Iglesia, en verdad, no han nacido de nuevo. Tal como A, W. Tozer lo expresa: El sentido comun debe decirnos que cualquier cosa que no produzca cambio en el hombre que lo profesa tampoco marca diferencia alguna en Dios y, con fa- cilidad, se observa el hecho de que para un numero incontable de personas el cambio de la no fe a la fe no hace ninguna diferencia real en la vida. Nuestra cultura de lo genial también tiene parte de cul- pa. Ser genial significa que te diferencias de otros. Esto, con frecuencia, quiere decir empujar los limites en nuestra for- ma de hablar, y con respecto al entretenimiento, el alcohol y la moda. Por supuesto, la santidad es mucho mas que es- tas cosas, pero en un esfuerzo por estar en la onda, muchos cristianos se han imaginado que la santidad no tiene nada que ver con estas cosas. De forma voluntaria han abrazado la libertad cristiana pero sin una busqueda equivalente de Ja virtud cristiana. Entre los cristianos mas liberales, la busqueda de la santidad puede ser sospechosa debido a que etiquetar cualquier conducta como “impia” se siente critica e in- tolerante. Si debemos presentarnos “... sin mancha y sin arruga...” (ver Efesios 5:27), necesitamos discernir qué clase de actitudes, acciones y habitos son puros y cuales son impuros, Este tipo de clasificacién te mete en proble- mas con la policia pluralista. 24 Entre los cristianos Conservadores, a veces, existe la nocion errada de que si verdaderamente estamos centra- dos en el Evangelio no hablaremos acerca de las reglas o los imperativos 0 el esfuerzo moral. Estamos tan deseo- sos de no confundir los indicativos (lo que Dios ha he- cho) con los imperativos (lo que deberfamos hacer), que nos volvemos demasiado cautelosos para permitir que los mandamientos biblicos guien, de forma incémoda, a la conviccién de pecado. Les tememos a palabras como di- ligencia, esfuerzo y deber. Los pastores no saben de qué forma predicar las Buenas Nuevas en los sermones y, atin, exhortan fuertemente a quienes asisten a la Iglesia para que se purifiquen de todo lo que contamina el cuerpo y el espiritu (2 Corintios 7:1). Sabemos que el legalismo (la salvacion por medio de guardar la ley) y el antinomianis- mo (la salvacion sin la necesidad de guardar la ley) son erréneos, pero el antinomianismo se siente como un peli- gro mucho més seguro. Después, se encuentra la realidad de que la santidad es, francamente, una tarea dificil y, con frecuencia, somos vagos. Nos gustan los pecados y morir a ellos es doloroso. Casi todo es més facil que crecer en santidad. Entonces lo intentamos y fracasamos, lo intentamos y fracasamos y después nos rendimos. Es mas facil firmar una peticion de protesta en contra de la crueldad humana que amar a tu prdjimo como a ti mismo. Una cosa es graduarse en la universidad y estar listo para cambiar el mundo. Otra es decidirse y orar para que Dios te cambie. 25 UNA GRIETA EN TU SANTIDAD Finalmente, muchos cristianos, de forma simple, han renunciado a la santificacién. Con frecuencia, escucho A creyentes que, incluso, dudan de que la santidad sea pos. ble. Y no es solo por el hecho de que el proceso sea dificil, Es porque imaginamos que Dios es dificil. Si nuestros ac- tos mejores no son mas que trapos de inmundicia (Isaias 64:6),

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