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CONSTRUYENDO EL FUTURO DESDE EL

PREESCOLAR COMUNITARIO:

Parte 1: LA CARA TRISTE y RETO

Por: Luis Felipe Ulloa (luisfelipeulloa@gmail.com )


Pinturas: María Ternura Ulloa

¿No le ha ocurrido a usted al observar una clase en una escuela primaria


o en un preescolar, que su imaginación vuela intentando ver a esas niñas
y niños unos años adelante? ¿Talvez cuando ya son adultos? ¿No le
sucede que su imaginación se estaciona demasiado en la realidad actual
y le muestra de pronto algún cuadro tenebroso o definitivamente
desesperanzador? No es para menos: Todavía demasiadas niñas y
niños están creciendo en condiciones que no son muy prometedoras.

Traumas: La población actual nicaragüense ha vivido diversos traumas


que van de la guerra a desastres -como los huracanes Mitch y
Juana, el maremoto de la costa pacífica o el terremoto de Managua-
y a la ruptura de credibilidad en un buen número de sus dirigentes e
instituciones. Diagnósticos por parte de diversas fuentes indica
señales preocupantes en varios sentidos: tanto que se habla de un
“desequilibrio emocional generalizado”. Niñas y niños son parte de
esta situación patológica.

Economía que patina: Deja saber un investigador que “El crecimiento


económico ha redundado en el mejoramiento económico de una
minoría de hogares, lo que ha posibilitado que solamente cerca del 5
por ciento del total de los mismos haya mejorado considerablemente
sus niveles de vida, mientras el resto se empobreció”1.

¿Se perdió el cariño? Un estudio en barrios periféricos de Estelí señaló


-entre otros hallazgos- la ausencia de expresiones de cariño dentro de la
familia “que puede deberse a la inexistencia de cariño, a no saber
expresarlo o a no priorizar su expresión” (2) y agregó que “Sea lo que sea
cuando las niñas no reciben manifestaciones claras de cariño es muy
posible que ellas mismas vayan a tener dificultad para expresar su propio
cariño a otros y otras, alimentándose una cadena transgeneracional de lo
que el siquiatra Luis Carlos Restrepo ha llamado ‘analfabetismo afectivo’”
(3).

Violencia: Otra investigación estimó que solo en el casco urbano de Estelí


para finales del año 2002 existían 37 marimbas o pandillas juveniles
en las que se agrupaban entre 500 y 700 jóvenes, y de las cuales
unas 22 eran consideradas transgresoras de la ley y el orden. Si la
situación no mejora, detrás de ellos hay muchos otros niños
rondando los 13 y 14 años que podrían incorporarse en las acciones
violentas y que por ahora se conocen como “los junior”. Basado en
trabajos anteriores el mismo estudio afirma que “la violencia ha
tomado formas diferentes y está presente en todos los espacios de la
cotidianidad juvenil”4.

Ayudas que no ayudan: Con mucha frecuencia ni las políticas nacionales


de atención social ni el manejo de la ayuda internacional por parte de
ayudadores y ayudados han sido muy afortunadas5. Las
intervenciones de desarrollo orientadas a lo productivo, lo
infraestructural y en últimas a lo técnico han dejado entrever una
“clara subestimación de lo interno de las personas”, es decir lo
afectivo, lo emotivo, espiritual... lo ético6.

Lo más profundo. El filósofo nicaragüense Alejandro Serrano Caldera,


luego de repasar males del país como el empobrecimiento, la corrupción,
la politización de órganos del estado, etc., afirmó en el año 2001 que “...
la crisis más profunda que padece el país, es la crisis ética en la que se
evidencia la pérdida de valores fundamentales y de la visión y acción
estratégica orientada a un objetivo común y a los intereses generales de
la Nación, los que deben estar por encima de los intereses partidarios y
personales”7. Ya diez años antes el economista latinoamericano,
investigador y docente universitario Alberto Supelano había afirmado que
“el yerro de nuestras sociedades no es económico ni político, es moral”8.
Se trata de problemas de afecto y de demostración de afecto, crecimiento
de la violencia cotidiana, vacío de valores fundamentales, limitaciones
al desarrollo de la actitud científica, bajos niveles de originalidad, y
subestimación por actores nacionales y externos de la parte espiritual
de las personas, que contribuyen a su vez a afirmar la pobreza en su
sentido más amplio. Y además, en medio de los discursos y los
informes de logros, la educación en edades tempranas y en
situaciones especiales, sigue enfrentándose a la desvalorización por
parte de sectores sociales e institucionales, que no logran captar los
beneficios que ella revierte en proporción al nivel de compromiso y
esfuerzo comunitario e institucional.

Es indudable que necesitamos disposición, creatividad y capacidad


científica para buscar respuestas apropiadas pero aquí también hay
inconvenientes. Según una ponencia presentada en el II Foro de
Investigación de Centros de Educación Superior y Técnica de Las
Segovias, y basada en experiencias de dos universidades, en
nuestro medio se va castrando la actitud científica desde los
primeros años de la infancia, de varias maneras, entre ellas:
“controlando los porqué’s y otras iniciativas incómodas para las
autoridades adultas respectivas -sobre todo padres y maestros-,
enmarcando el pensamiento, simplificando la realidad, desestimando
a quien se sorprende y maravilla con la vida, subestimando la
pregunta auténtica, encasillando las maneras de expresión, etc”9.
Planteamiento que nos hace tocar argumentos importantes que
sustentan la apreciación del economista mencionado respecto a que
en América Latina se ha copiado todo, excepto la originalidad10.

En el próximo número empezaremos a ver que sí se puede hacer algo y


se está haciendo. Seguramente algunos lectores y lectoras podrán hacer
otros aportes al respecto en esta misma revista.

Fuentes:
1
Vargas, Oscar-René (1999). Pobreza en Nicaragua: Un abismo que se agranda. Managua, Centro de Estudios
de la Realidad Nacional (CEREN). -- p.180 (2da edición)
2
Proyecto Miriam (2003) ¿Cómo está el trabajo de niñas y adolescentes? Situación de las Niñas y Adolescentes
trabajadoras en cinco Barrios Peri-urbanos de Estelí vista por las propias protagonistas. Marzo 2003. (En
proceso de publicaciónEmail: primaria@ibw.com.ni)
3
Restrepo, Luis Carlos (1995). “El derecho a la ternura”. – Bogotá, Arango editores, p. 27.
4
Ulloa, Luis Felipe. “¿Por qué no terminamos esto? (Diagnóstico de las pandillas juveniles o marimbas de
Estelí, con miras a buscar pistas para mejorar la situación). Estudio propiciado por: la Asociación para la
Investigación del Desarrollo Sostenible de Las Segovias –ADESO- y la Policía Nacional de Estelí. -- Estelí,
Nicaragua 2004[?]- (En proceso de publicación durante el 2003)
5
Ver por ejemplo: Ayuda Popular Noruega (2003), “Actores Nacionales y cooperación solidaria en Nicaragua:
Problemas y propuestas para hacer fructífera la relación y la acción”. Managua, APN Agosto 2003. 46p.
(“Documento para trabajarlo”)
6
Ver por ejemplo: Ulloa, Luis Felipe (2001) Fundamentos y caminos para hacer capacitación: Una propuesta
estratégica a partir de la experiencia del proyecto TROPISEC en el norte de Nicaragua. Estelí, TROPISEC,
2001. 106p. (Específicamente el capí1tulo: “El entorno: Capacitaciones en condiciones difíciles”. - -pp. 17-27)
7
Serrano Caldera, Alejandro (2001). Hacia un proyecto de Nación (Una década de pensamiento político)..
Managua, Fondo Editorial CIRA (Colección “Sociedad y Política”). --p.151
8
Supelano, Alberto (1992) . “La Otra Modernidad”. En “Coyuntura Agropecuaria, Santafé de Bogotá, Centro de
Estudios Agrícolas y Ganaderos (CIEGA). Vol.9, No.2, 1992, p59
9
Ulloa, Luis Felipe (2002). ¿Re-conocer y romper la herencia negativa de la educación formal desde la
universidad? Aprendizajes desde dos experiencias introductorias en dos universidades diferentes de Las
Segovias, en Nicaragua”. En: ADESO, Las Segovias. “La metodología de Investigación como forma
organizativa del proceso de Enseñanza-Aprendizaje. Resumen de Exposiciones del II Foro de Investigación de
Centros de Educación Superior y Técnica de Las Segovias. Serie Educación e Investigación, No. 3. Diciembre
2002. –pp12-30
10
Supelano, Alberto (1992) . ibidem

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