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i Los ensayos que se publican en est libro son versiones e visadas y ampliadas de fos que aparecieron en las siguientes tevstas: American Scholar, Chicago Review, Daedalus, Novas Pontisan Review, The Review of Politic. «Verdad y politica» sparecié originalmente en The New Yorker. Denver Lindley tradijo del alemdn «La erss en fa educacion». PREFACIO. LA BRECHA ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO Nowe beta st pri ucun tevtament»—eouestra herencia no proviene de vingin tstawenton— es, quiz, el smas exraho de los afrismos extriamente abroptos en que René Char, poeta y exeritor francés, condens fs eencia de lo aque cute tose a Resistencia leparon a sigofiar parade tina generac de escrtores yhombres de ler curopens! La ‘da de Francia, para ellos un aconteimizoto completamente ‘nesperado, habia vaciado el esceaacio paitico de sh pats dela proche ala mafana para deer poblado de fantochadas de i catosytoatos,y quienes runcaen realidad habian participada en log asuntos oficiales de la Tereen Replica se vieron a> srbides por la politic con la crea del vaio, De esa manera, sin habero pensado sntesy aun en contra de sus ncinaciones conscientes, lepaton scoafigat a peste suyo un mbit pi blico en el que sin os clementox del fila y ens @ les ojos de amigos y enemigos se hizo, de palabra y obra, todo fo que xs importante en fs asunts del pais ‘quello no duns mucho, Al eabo de anos pocos a8 elie Theron defo que aes habian cansiderad una wcarean y vol verona entregars a lo que —en ese momento los In irelevanciainzdvida de sus cestiones personales, una vez ris separados del cmuada de [a realidad por un cpasseur ‘note le apacidsd iste de una ve priv cenrada slo en ‘misma. Aun cuando se neaban ea volver [sts] propios co tnienzos a [sx] conducta mis pobre, o nico que poctan ka cer era regresa ala antigua lucha de ideaogias enentadas jue, tras a derrota dal enemigo comén,nuevamente ocupaban Ia arena politica, dividiendo alos antigo compafieros Ge a sas en innumerable camailas—nisiguerafacciones— yen 2 zarzindolos en las polémicas e intrigas ineeminables de una ‘uerra de papel. Lo qe Chae habia prevsto y anticipado con ‘laridad, mientcs ain se poducia la verdadera cha —eSi 30 brevivo, sé que tend ate tomper eon ef aroma de ess aos ccenciales,rechazaren silencio (no reptimir mi tesoro»— hax bia ocuride:habian pedo su tesoro, Que tesoro era ese? Como los propios protagonists lo entendieron, al parecer consis, por deco sen dos partes interrelacionades: babfan descubierto que quien se «anid ata Resistencia, second ax mismo, quc habia ded de ebus carse [2 si mismo] sin habilidad, en medio de una insatsac: cin desmudan, que ya no se sea sospechoso de einsincet- dado, de ser ain actor de la vida capcios, suspicazm, que se ‘odin permite wir desnedon. En exe desnudez, despojados de tovia miscara —de esas que a sociedad asgna asus miembros yytambin de ests que el individ fabrica para sien sus reac Cones prioligicas contra a sociedad, por vez primera en ‘Sus vids los visitaba una apariencia de libertad no, por cecto, ‘orgue setuarsn conta la rani y esas peowes quel tania esto cra indisotibeenel caso de cadainteprante de lose titos aliados—, sino porque se habia convertide en «retado: ‘es, haan asumido la niciativay por lo tame, sin sabeclo ni advert, comenzaron crear ese espacio pdblico que media boa entre ells y ea el campo en donde podia aparecer a liber tad «kn cada comida que compartimos, se invita ala libertad Lasilla siempre esti vaca, pero so luga esta asignado.» Los homlres ce ls Resistencia europea ne Tueron los pi eras nfs iitimes que perdieron su tesro. La hstorin de las revoluciones —deade el verano de 1776 en Filadeli vel vera- ‘na de 1789 en Pais st el oroio de 1956 en Budapest—, que poltcamente explica a historia reebndita de la epoca moder ia, se puede narrar bajo la forme de una paribela, como el cctemtoen a que un tesoro de fa edad dorada, bao las circuns- tancias mis diversas aparece abruptae inesperadamente v de saparece ota ver, en distntas condiciones mistetiosas, como si se traaza de un espejismo, Hay muchos motives, por certo, para creer que el tesoro amas fue una realidad sno una usin Spica, que no nos enftentamos en este tema com algo susan lil sino con uns wisi, y ol mejor de todos esos motivo es el hecho de que el sor, hasta hoy, carece de nombre. Exste algo, no en el espacio exterior sino en el mundo y en les esun tos de los hombees sobre ater, que ni squiers haya tenido tin nombre? Los unicornios y las hadas son, al parecer, mas ? reales qu el ts0%0 perio de las revoluciones. No obstante,* Si volvemos les ojos alos comiensos de esta era, y sobre todo a Jos decenios que la precede, podemas deseubse para nuestra sorprese que enel siglo xvi, a ambos ladas del Adio, este tesovo tenia un nombre, hace tiempo olvidado ¥ pecdido, se iia, incluso antes de gue el tsar mismo desapareciera Ea América el nombre fue «leicidad piblic, denominaciin sq, on sus connotaciones de ire wlan, aponas si sntendemos mejor que su equivalent francés, libertad pili a»; para nosotros a dlfcultad eseriba en que en ambos e905, tl enfasseati en el adjesvo apiblico. Sea como sea, al deci que ningén testamento nos lens testra herenci, el poeta alude al anonimato del tesoro perc do, El testamento, cuando dice al heredeso Io que le pertene cet por derecho, entega las posesiones del pasado aun fore ro, Sin tstamento o, para sortar la metifora, sin tradicisn —iue seleciona y denomina, ue tansmitey preserva, quein ica dénde esti los sores y cules su valor—, parece que n0* texte una continua volustaria en el tiempo y, portato, ha blend en términos humanos, ni pasado oi fauro: so el cam bio remo del mundo x del ciclo bioliyico de las eats que en dl vven, Ps decir que el tesoro no se perdié por eircunstan clas histéricas ni porlos infortunios dela realidad, sino porgue ninguna traicién babia prevsto su apaicién ni su realidad, porque ning testamento lo habia leeado a furaro. De todos ‘mods, a pétdida, quiz inevitable en trminos de realidad po- ltica, se consumé por el ovido, por un fall dela memoria no sclo Geos hesederos sno tambien, por deci ast, dels acto res, de os tests, de quienes por un instante fugaz sostnie ro el tesoro en la palma de sus manes, en poeas palabras, de fos propos sees humanos; porque el recuerdo, que —s ben tna de las mis mportantes—no ex mis que uns forma de pen amino, esti desvalidl fuera de una estructura de referencia Dreestablecid,y la mente humana slo en muy raras ocasones es eapaz de retenet algo que se presenta completamente inco rnexo. Axi los primeros que no logearon recordar cGimo ere ese tery fuetun pre uncntc les que, aun poseyéndelo, la consi deraron tan rara que i siguiera supieron cémo amarto, En su tmomento, eto no les preoeupds aunque ignoraban su ts0%0, ‘conoctan bastante bien el significado dle lo que hacan ysabian {que cso estaba mis sllé dela victoria y dela desrora: «La accién ‘que tiene un significado paca el horabre vivo sles ilida pace el muerto; su cumplimienco, s6io paca las mentes que la han heredado y le custionan.» La tragedia no empez6 cuando ih beraciéa del conjunto del pais srzuind casi automaticamente las pequetias ists ce libertad escondidas que, cle todos mods, ya estaban perdicias, sino cuando se adsiti6 que ne habia una memoria pars hetedar y cvestionar, para telexionar sore clla v cecordar, Lo fundamental es que se les eseapaba el «cumpli- rmiersor, que sin duda todo hecho acontecide debe tener en la mente de quienes han de contaco a fa historia para trasader st sinificaién; y sin esta conciencia del cumpiimiento después de la acién sn la ariculacién operads pore revuerdo, sen llamente ya no habia relato que se pudiers transmit. En esta situaciin no hay nacla totalmente nuevo. Estamos muy familirizados con los ciclicos esallides de exaspesacién apasionada, con Ja tazdin, el pensamiento y el discurso racional, las reacciones naturales de fos hombres que, por sus propias experiencia, saben que pensamiento y realidad son clementes concomitantes, que la realided se ha vueko opaca para la huz el pensamiento y que el pensamiento, ya falto de esa reacién cone incidente que siempre conserva el citculo con su venta, puede converse en algo sip significado alguno 0 repete las Viejas verdades, despojacas de toda relovanciaconcrets. Incl so el econocimiento anticipado de este peedicamento se habia convertido ya en algo familiar. Cuando Tocqueville vols del Nuevo Mundo, del cul haria una descripcion y andlisis tan so bechios que su obra se convirt6 ea un clisico y sobrevivib & mis de un siglo de cambios radicales, ra muy consciente de dave lo que Char Tlainé el ecumplimierton de a acca y el be cho ya se fe habia escapado a él mismo; y la frase de Char, scouestra herencla no proviene de ningsin tstamento», suent como una variaeion de una de Tocauevile, que dice: «Tode vercqueel pasida deja de arrojar ss hz sabre el otra, li men ‘te del hombre vapa en la oscuidad. Con toda, la snica des cripeiéa exacta dé este predicamento se encontravia em esas pe rabolas de Franz Kafka que, inicas en esie sentido dentro de fa literatura, son verdaderas napaBohat,acrojadas a lo largo del incidente yen torna a€l come rayos de hex que, no obstante, 20 ‘Juminan su apariencia extern, aun cuando poscen el poder de Jos rayos X para dejar al desmudo su estructura interaa que, en ‘nuestro caso, consise en los procesos ocultos de la mente. La parabola de Katka dice asi? «(fl Tiene dos enemigos: el primero le amenaza por de cis, desde los origenes. El segundo le ciesra el eamino hacia adelante. Lucha con ambos. En realidad, el primero le apoya en su lucha contra el segundo, quiere impulsurie hacia adelan- te, y de la misma manera cl segundo ke apoya en su lucha con- teal primero, le empuja hacia aris, Pero esto es solamente te rica, Porque aparte de los adversavios, tambien existe zy quia conoce sus intenciones? Siempre suefa que en un mo mento de descuido —pataello hace fata una noche inimagina blemente oscura— pueda escabullise del frente de batalla y ser elevada, por su experiencia de fucha, por encima de los combatiemtes, eomo drbitro.» El incideate que esta parabola narra y desvela es resultedo, dentro de la lgiea interaa del sunto, de los acontecimientos ‘cuya esencia enconttaros ene! aforismo de René Char. De he cho, comienza en el punto mismo en que el aforismo que abria estas lineas deja la sccuencia de acontecimientos en suspen $0, como si dijéramos, en el aire. La lucha de Katke comienza cuando el curso de la aceicn se ha puesto en marcha y cuando seespera que el relate que era su consecueacia se complete wen las mentes que Jo heredan y cuestionan>. La tarea de la mente sla de entender Jo que ocurri y esta comprension, de acuer do con Hegel, sla forma en «peel hombre se reconcilia con la realidad; su verdadero fn es estar en paz con el mundo. El pro blema consiste en que, sila mente es incapaz de dar paz ein cir a la reconcilicién, de inmediato se ve envuelta en los ‘onflcios que le son propios Sin embargo, Ishlanda en rinos hisitiras, est evap 8 del desarwilo de la mente modema estuvo precedida, al menos endl siglo xx, no por uno sino por dos hechos. Antes de que a freneracion de René Char, eegido aqui come representante de lla, tuviera que apartarse de las bisquedas lterarias para st :mergirse en los compromisos dela acc, otta generacin, algo mayor, se habia Suck hacia Ie politica en busca de soluciones pata sus perplejidadesfloséticas, habia procurado huie del pen samiento pasando a la accién, Los integrantes de esta genera cin mayor se convirticron entonces en portavoces y creadores, de lo que ellos mismos llamaron existencialsmo; el existencia Fiso, al menos en su versin francesa, implica ea primer térmi no escapar de las perplejdades de la fiesofia modemta yeado hacia ese compeomiso queno cuestionalaaccidn. Ya que, eas cizeunstancias del siglo wx, ls asf Temacls inteectucles —es- ctores, pensadores, artistas, hombres de letras y ese tipo de personas s6lo podian entrar en el eampo publico en empos revolucionarios, la revolucin vino a desempefar, al como lo adviriécierta ver Malraux ten La condictn burma «el papel ‘que en ota época desempenis Ia vida eterna: salva a quienes la hacen», Elexistencilismo, larebelién del flésofo contrs la il soffa, no surgié cuando la ilosofia result incapaz de aplicar sus ‘propiss reglas al campo de los asuntos polities; este fllo de la filosoia pottca, entendida al modo de Platén, es casi tan viejo como la historia de la Blosofia y la metafisca occidentales;y ni siguiera surgi6 cuando se descubris que la filosofia tambign cea incupaz de realizar la tarea que le asianaran Hegel y la Blosotia de la historia, os decir, entender y captar conceptvalmente Ia realidad hires y los acontecimientos que hicieron al mundo :moderno tal como es, Pero la situaciin se volvi6 desesperada cuando se demostré que las antiguas preguntas metafisias cure- fan de significadoy es decir, cuando el hombre modemo empe- 26 a comprendr que habia legado @ un mando ea que su men: te y su dadicin de pensamiento no etan capaces siquiera de plantear preguntas adecuadas y significatives, por no hablar de clar respuesta a sus propias perpleidades, En este predica ‘mento, li scién, con su implicacién y compromiso, por ser f= 1gée, parecia negar la esperanza, ne la de sesolver los proble- ‘nas, sino la de hacer posible que se viviera eon ellos sin legit ser, como dijo Sartre Geeta ve, un selaud, am hipeit 4 1 descubrimiento de yue Ia mente humana, por rzones inisteiosas, habia dejado de funcionar adecuadamente configu +, por decisl aie primer acto de los hechos que nos interesin Lo menciono aqui, aungue silo sea con brevedad, pore sin ‘exec elemento no advertitiamos la iconia peculiar de lo que si jyuid René Char, que eseribia durante los itimos meses dela Re sistencia, caando laliberacién —que er nuestro contexto signif ca iberaciéa de Ie acvién—adquits gran importanca,coneluys sus reflexéones dirigiendo a fos posibles supervivientes una lla mada al pensamiento, no menos urgente ni menos apasionada aque la convocatoria ala accion de quienes lo prevediezon. Si hu Dieta que escribir la historia intelectual de nuestro siglo, no bajo la forme de generaciones sucesivas, en que ef historiador debe rmantenerse ieralmente adherido a ia seuencia de teorias act tudes, sino bajo la forma dk la biografia de una tines persona, y cone objetivo de no irmasalié de una aproximacién metaférica alo que de verdad ocurtié en las mentes de los hombres, de fa mentalidad de esa persona se revelara quese vio obligada acom- pletar el czoulo ea su totalidad no una sine dos veoss: la prime 1, cuando se apart del pensamiento hacia la accibn,y la segur da, cuando la accidn —o mis bien l hecho de haber setuado— Ja oblig6 a volver al pensamiento, Porlo cual seria de cert im- portancia advertir que la Hamada al pensaricnto surgi6 en ese extra perfodo intermedia que a veces seinsertaen el curso his: ‘orico, cuando no silo le tltimas historiadores sino los aecores ¥ testis, las propies personas vivas, sedan cuenta de que hay en cl tiempo un interregno enteramenre determinado por cosas gue Yano existen y por cosas que ain no existen, Ea a historia, e508 ingeregnos han dejado ver mis de una vez que pueden contenct cl momento de la verdad Volvamos ahora a Kafka que, en la ligica de esos esuntos, sungve no en su cronologfa, ocupa a iltime y, por decitlo ast, |i mas avanzada de las posiciones. (El enigma de Kafka, gue en mas de treintay cinco afos de fama péstuma ereciente ve ha consolidade como uno de los primeros entre los primeros, et todavia por resolver; consisteen principio en una especie de in versién pasmosa de la relacién establecida entre experiencia y PPensamicnto. Mientras que nosoitos encontrarmos nesta 3s0- Car la riqueza de detalles coneretos y de la aecidn dramatica s con la experiencia de una realidad dada y adscribie Tos pro ‘cesos mentaes la paldez abstracta como el precio que se page por su orden y precision, Kafka, gracias ala mera fuerza de la inteligencia y de ia imaeinacin espirital,cre6 sobre [a base de un. despojado minimo de experiencia aabstracta» una especie de paisaje del pensamsiento gue, sin perder precision, albergs toxlas las riquezas, variedadesy elementos draméticos caracte Hsticos de la vide atcaby. Paral escitorel pensamiento era la parte mis vital y vigorosa de le realidad: por esto desarrollé su eextrafio don de anticipacién que ain hoy, después de casi cus rena aos lenos de acontecimientos sin precedentes ¢ impre- visible, no deja de sorprendernos.) En sa simplicidad y breve dled totals, la historia registra un fenémeno mental, algo que se posiria denominar ides-acontecimients, El escenario es in campo de combate sobre el que las fuerzas dl pasado y del turo chocan una con offa; entre ells podemos encontrar al hombre que Kafka Ilama «él, quien, si quiote mantenerse fi ime por completo, debe preseatar batalla a arnbas foerzas. Es decir que hay das o tres contiendas en desarrollo simalténeo: a pelea entre «sus» enemigos y la pelea del hombre cue estd en medio con cada uno deellos. Sin embargo, la existencia de una loch parece que se debe de modo exclusive ala presencia del hombre,en cuya ausencia sospechamos, las fuerzas del pasado y las del fotaro se habrian neutralizado 0 destruido mutua mente mucbo tiempe ates. Lo primero que se ha de advertir es que no slo el futuro —ela ola del futuro» — sino tambiée el pasado se ve como una fuera, yo, comocn cas todas nuesras metifors, como una car sg1 que el hombre debe sobrellevar y de cuvo peso muesto el ser humano puede, o incluso debe, iberarse en su marcha ha cia el fururo; en las palabras de Faulkner, «el pasado jamés ‘ucre, ni siquiera es pasados, Ademis, este pasado, que rem: te siempre al origen, a lleva hacia atzis sino que impulsa hacia delante y, on contra de lo que se podsia espera sel futuro el ‘que nos leva hacia el pasado, Observado desde el punto devs tadel hombre, que siempre vive en el intervalo entre pasedo » fiaeato, tiempo no es un continuo, ue fluja de seeesisn inn ‘errumpida, porque esta partido por la mitad, en al punto don- de-eelo se yergue; yest» punto de mira no es el presente, tal 6 como habitualmente lo entendemos, sino més bien una brecha ten cl tiempo al que «suo lucha constant, «sem defini de tina postura frente el pasado yal futuro otorga existencia. Slo porcue el hombre esta inserto en el tiempo y s6lo en la medida fen que se mantenya firme, se omperd en etapas cl lujo indie rente de la temporalidad, esta insercién —el comienzo de un comieneo, para deeitia con tésminos agustinianos— es lo que ‘scinde el continuo temporal en fuerzas que entonees comin: zap aluchar unas con ottas ya actuae sobre el hombre, tl como Jo describe Kafka, porque estin enfocadas en la partcula o en cuerpo que les da su direccién, Sin distorsionar el significado de Kafka, creo que ve puede avanzar un paso mas. Kafka describe la forma en que le in- Sercién del hombre ompe a! flujo uniditeccional del terspo, pero, de una forma bastante excraria, no cambia Ia imagen tra dlcional de aeverdo eon la cual pensamos. que el tempo se moeve en lines recta. Como Kafka conserva la tredicional me télora de un movimiento temporal rectilineo, «be apenassi te ne espacio suficiente para mantenerse firme y, eada vex que «ln piensa en independizarse, wb: sueia coo una region que tsté al otto lado y por encima del frente de batalla: cqué otra cosa son este sucio y esta regi sino el antigua sucio de un ‘ino intemporal, no espacial y suprasensorial, que es Ja regin specifica del pensamiento, un suefio foriado por la metafsica ‘occidental, desde Parménides hasta Hegel? Es obvio que lo {que falta en a descripein kafkiana de una idea-acontecinien- 19s uaa dimensiGn espacial, donde el pensamiento pueda es faceaese sin verse obligado a salir po completo del tempo hu mano, El peoblema del relate de Kafka, a pesar desu catistet admirable, consise en que casi noes posible retener la nocisa de un movimiento temporal reetilineo, si su flujo unigireccio- tal se rope en fueraas antagénicas que atacan al hombre y sctian sobre él. La insercién de! hombre, cuando quiebra el continuo, slo hari que las fuerzas se desvien de su direccién original, aunque sea minimamente, ¥, tal e280 ya no caerian en picado sino que impactarian tras una trayectoria angular, En otras palabras, a becha en la que esté les, al menos en potencia, no ua simple intervalo sino algo semmejanie & lo que cn isica se llama paralelogramo de fuerzas, En rérminos ideale, la aecién de los des clementos que forman el paalelopremo de fuerzasen quecl ecto de Kafka contré su campo de batalla tiene que dar una teceera fueras, la diagonal resultantecuyo origen seria el punto donde las fuee zas chocan y sobee el que actgn, Esta fucraa oblican se dife- rencia en un sentido de las dos que le generan. Las dos fuereas antagsnicas no tienen un limite en su oxigen, ya que une pro- viene dc un pasado infinito y la otra de ua furaro infinite; pero, sungue earecen de un comienzo conocido, tienen an fin: el ‘punto en que chocan, Por el comirari, la fuerza cblicue tiene ln origen precioso, porgue nace en al punto de calisin de las fuerzas antagdnicas, pero no tiene fi, ya que esel resultado de la accién conjunta de dos fuereas cave origen es el infinite. Esta fueeea oblicus, de origen conocido y direcién determina da por el pasado yl futuro, pera cay fin posible se pierce en clinfinito, es la metélora perfecta par la accividad del pensa miento, Si el personaie de Katka fucse capaz de aplicar sus fueraas sobre esa diagonal, en perfecta cquidistancia de pasado 1 futuro, deslizindose por dll, por decielo asi hacia adelante y hacia atti, con los movimientos lentos y erdenados del des plazaniento de las seeuencias del pensemiento, no se uparadia de la linea de fuego aunque estaria por encima de la refrieea, como lo exige fa pardbola, porque esa diagonal, aua cuando A; pero de exta forma, ef procagonista habria descubiesto —a pesar de verse presionado por sus enemigos en la Gniea direc: cin desde la que puede ver vieilar lo que le pertenece, lo que ha liegado a er solo con su propia aparicién autoinserteda—el enorme y siempre cambiante espacio temporal tea y limita- do por las fuerzas del pasado y del futuro; habria encontrado ‘un hagae en el iempa que es Jo ascante los del pasado y del futuro como para offecet «al iebito» una posicin desde la «que podria ju2zar ls fuerzssen pugaa eon ojos imparcials. Pera nos vemos tentados a tadis: esto es «sélo teria mente asin, Lo que es mucho mas probable que ocurra —y fo «que Katka en otros relatos y paribolas ha descrto a memudo— es que el wély,incapaa de encontrar diagonal que lo arranca rade la linea de fuego y condujera a espasio ideal constitu do por el paralelogramo de fuerzis, emuera de agotamiento>, 8 spobiado por la presion de la lucha constants, olvidado de sus intenciones originals y silo consciemte de Ia existencia de esa bprecha en el tempo que mientras viva, es el Inga en que debe rantenctse, aunque mas que un hogar parézca un campo de batalla ‘Para que no haya mlasinterpretaciones: as iensgenes que uso agut pata indicat metaléricaytentaivamente las condi tes del pensamiento contemporineas s6lo pueden ser valdas dentro del campo de fos fenémenos mentales. Aplicadas al tiempo histrico o al biogrfico, quiz ninguna de esas meti- foras tenga senido, porque las brechas temporalcs no se pro slucen en elles. Sélo en ia medida en que piensa y en que fs intemporal —an «él al que con ra26n Kafka lama as y no “alguien, el hombre, dentro de la realidad coral de su see Concreto, vive en esa brecha del tempo situada entre ef pasado yyelfararo. Sospecho que fa brecha no es un fenémeno moder~ No, que qui ai siquiera es un dato histérco, sno algo coe neo de la existencis del hombre sobre la terra Bien puede ser In regién del espiria 6, més bien, el camino pavimentado pot el pensumiento, esa pequetia senda sin tiempo que ls actividad Gel pensimiento recorte dentro del espacio temporal de los mortals y donde las secuencias de persamiento, de recuerdo y Uepremoniciinsalvan todo Io que tocan dela ruina del tiem- po histrico y biogtafico. Fste pequeiio espacio intemporal dentro del corazén misino del tiempo, a diferencia del eundo yyéela cultura en que hemos nacido, slo puede indicarse, pero ni heredursey transesicise dose el pasado: cada mucva pene: racidn, cada nuevo ser humano, sin Guda, en a medida en que se inserte entre el pasado infiiza y un futuro infinito, debe ces cubtitlo de nuevo y pavimentarla con laboriosidad. ‘Sin embargo, el problema consiste en que, al parecer, no estamos ni equipados ni prepatados para esta actividad de pea sar, de establecernos en la brocha entre el pasado y el futur. Durante muy largas temporads de nesta historia, de hecho ‘lo largo de los miles de afios que siguieron a bs fundaciin de Roma y quedaron determinados por los eonceptos romans, «6a brecha queds salvada por el puente que, desde los tempos de los romans, lamamos tricia. Que esta tadicion se d- biltd mis y més # medida que avanzaba la époct modern, no » sun secreto pata nade. Cuando el hilo de la tradici¢a se rom: 16 por fin, a brecha eatteel pasado y el futuro dejé de ser una condicién peculiar s6lo para la actividad del pensamieaco y se restringi6e la calidad de una experiencia de los pocos gue ba: ‘cen del pensamiento su tatea fundamental. Se convirtiéen uns id tangible y en pesplejdad para todos; ex decis, se con. virtis en un hecho de importancia poltica, ‘Katka merciona le experienc, ln experiencia de lucha ga- nada por aély, que se mantiene fuerie en medio del choque de las olas de pasaco y del futuro, Esta experiencia lo es de pense tient, ya que, como vimes, toca la paribola se rfiere aun fe nnétneno mental yse puede adguirir, como cualquier experiencia para hacer alpo, a uavés de la préctica, de la ejrctacién, (Ea te, como en otros aspectes, se tata de un tipo de pensanien- to diferente de los procesos mentales de la deduecisn, de lain ducciéa y de la obtencién de conclusiones, cuyas rglasIouicas -de no contradiccin y de coherencia interna se pueden aprender cle una vex para siempre y después sdlo haba que aplicarlas,) Los seis ensayos siguientes son cjezcicios de sa casey su nico ‘objetivo es adquirir experiencia en eusnzo a emo pensar; 20 contienen prescripciones sobre qué hay que peasar ii que ver dds se deben sustentar, Menos ain, no pretenden restablecer el bilo roto de la tradciéa ni inventar novedosos suceckineos «con los que se pueda cerrar la brecha entre pasado y futuro, En estos ejercicios el probloma de la verdad permanece en estado Intent; Jo que importa slo es cdmo moverse cn esta beecha, la ‘inca rein en la que, quiz, ain aparezca la verdad, De un modo mis espectico, s tata de ejercicios de pen- samiento politic, tal como surge de fa realidad de los inciden- tes politics (aunque esos incidentes se mencionan slo ce ma! nera ccasional) y mi tess es que el propio pensamiento suze eles incidentes de la experiencia viva y debe seguir unido a ellos a mado de letrero indicador exclusiva que determina el rambo, Estos eeceicios se mueven entre el pasado y el fucuro, zazén por la cual contienen tento enticas como experitnentes, _péro los experimentos no procaran dibujar una especie de fu taro ut6pico, yl erica de! pasado, de los concepts tradicio rales, no busca cl adesprestigion. Ademas, las partes critica y ‘experimental de los ensayos siguientes no estén divididas con casa linea abropta, aunque, en términos generale, los tres prt ‘menus capitulos son mas criticos que experimental, y los it mos cinco mas experimentales que crticos. Este paso gradual del énfasis no es arbitrario, porque existe un efemento de ex: perimentacin en la interpretacsn critica del pasado, vt in terpretacion cuya meta ex descubri los origenes verdaderos de Jos conceptos tradiciovales, para destilae de ellos otra vez st espicita original, que tan infortunadamente se evapor6 de las propias palabras clave del lenguale politico —como liberiad y justicia,autoridad y saz6a, responsabilidad y virted, poder 1 #loria—- dejando atris unas conchas vacias con las que hay ‘que hacer cuadra todas las cuentas, sin tomar en considers icin su realidad fenoménica subyacense. Me parece, y espero que el lector esté de acuerdo, que el ‘exsayo come forma lteraria posee una afinidad natural con Tos citeicios que tengo en mente, Como toda eolecciéa de ex siyos, este libro de eercicias obviamente podia tener mls © ‘nepos eapitules, sin gue por eso varara sucardeter.La unidad de sus clemenzos —que consideso jusificacin suficiente par jpublicarlos bajo la forma de libro— no es fa unidad de un todo sino de una secuencia «le movimiontos que, como ea una suite ‘musical, estin escritas en idéntica toraidad o en ronalidedes lines. La secteneia misma est determinada por el contenido, En esteaspecto, el libro se divide en tes pares, La primera toa ta de la rupturs moderna entre la tradicion y el concepro de la historia coo el que la épaca moderna esperaba reemplaza los conecptos de la metafisica tradicional. La sepunda parte sete fiere a dos conceptos politicos cendtales e intertelacionados autoridad y libezted;ionplica el anilisis de fa primera parte en dl sentido de que preguntas tan elementaes y directs como egqué es la autoridad?», «qué es la libertad? pueden surgit séle siya no existen ni son villas las respuestas formuuludes por la tradieién. Los cuatro ensayos de la hima parte, por fn, Son intentorabiestos de apicne a problemas inmediatos yp cos, con los que nos enfrentamos cada di, el tipo de pensa- imiento que se prob6 en las dos primezas partes de! libro, aun usin duce no para encontrar soluciones precisa, sino con la csperanca de cavificar las salidas v ganar cierta seguidad alen- Eremtar problemas especificos, 1 LATRADICION Y LA EPOCA MODERNA 1 Nuesieatradicign de pensamiento palitico uve su comiien- 20 definido en las ensefsanzas de Platéa y Aristteles. Creo que Teg un fn no menos definide en las teoras de Karl Mars, Ed comienzo se produjo.ciando, con la aleposfa de a caverna, Pla tn describis en La replica laesfera de los astatos humvanos roxio o que pertenece ala coesistencia de les hombres en un mundo ominn— en té:minos de escuridad, confusibn y de- cepeién, de las que quienes aspizan al ser verdadero deben ‘apartarse y dejazlasatris, si quieren deseubrir el firmamento Timpido de la idess ereenas. El fia legs cuando Marx decaes ‘oe Ia flosofia ysu verdad estin situadas no fuera de fos »sun- tos de los hombres y de su mundo comiin, sino precisamente ‘0 clos, sila se pueden «llevar adelante» en la esfera dela co- ‘exisencis,amada por l «sociedad, a través del surgimiento, de los shombres soializados» (euergesellscafiete Menschen») ‘La ilosotia politica necesariamente implica la actitud del fils sofo ante politica; su tradicin comsenzé cuando el filésofo se apaité dela politica y después repress a ella para iesponer sus rnorimas aloe asuntos humanos. Elin se produjo cuando un fi Iisofo se aparts dela filosofia como pera llewarla adelante en el campa politico, Este intento fue ol de Marx, expresado pri ‘ero en su decisién (flosfiea en si misma) de abjurar dela Flosofia», en segundo lupar, en su inteacidn cle «cambiar el mundo» y, por tanto, las mences flosofantes, la «conciencia» de las hemes. 1 principio y cl fin ce la tradieién tienen algo en. comin: Jos problemas elementeles de la politica nunca legan tan clan mente alaluz en su urgencia inmediata y simple, como cuando —Apx¥, Ao Kai Beds Ev GvBpuimrors topper EEL TaVIA—," e6 verdad para nuestra cradiién: en la medida en que su comien- 20 estaba vivo, pudo salvar todas les cosas y tmonizaclas. Por lino rego, elt desusv cuando lg a Fin smencionar la secuela de confusién ¢ impotencis que siguis al terminode la tradi, secuelaen que atn boy vines, En ls filosofia marxsia —gue mis que trastrocar a Hegel invits Ie jrarqula tradicional de pensarniento y accisn, de rand se someti6 ala autoridad del pensamiento gtiego habia de- saparecclo entre fos lectores y oyentes octdentales, Las distorsiones destructivas de la teadicin provinicton, todas, de hombres que habfan experimentado algo nuevo ¥, cal instanténeamente, procuratoa superaeloy reducirio a algo siejo. El salto de Kierkegoaed de la dude a la fe cra una inver siGa y una distorsién de la relacin tradicional entre xz yf Fue la respuesta aa falta moderna de fe, no slo en Dios sino tambien en ia ra26n, que erainherente en el «de onribus dubs sandure est» catesiano, con sa sospecha subyacente de ae fs cosas pueden no sero que aparentan y de que un espirita ma Iigno. malciosamente para siempre, podria ocular a verdad a entendimiento human, El salto de Marx de lateoria ale ac cin y de la conremplacidn a trabajo lleg6 después de que He gel bubiers teansformado [a metafisica en una filoofia de la historia y bubiera convert al flésofo en el historiador a cuya mirada retespectva, si aceso, al fin de os tempos, al signi «ado dela conversion y del movimiento, nel del ser y Ta ver- dad, se revelaria por si mismo. Bl salto de Niewsche desde el reino trascendentc no sensual dc ls ideas y dimensiones ri no sensual de [a vida, su «platonismo invertidor o «transvalo- racidn de los valores, como mismo diva, foe la iia cen- torva de aparacse dela tadickin yu éxito se redujo a ponerla cabeza sbsio. Por muy diferentes que sean estas rebeliones contra fa tra lis sensidos del honabe. Sega las pulabras de Maes, a cir ‘a moderna sexia asuperblua sila apasienca y la exencia de as cosas coincidierany.’ Dado que muestra teisién tradicional es ‘senclalmente revelada y, en concordancia con a flosofie ant pu, sostiene que fa verdad es Io que se revela a si mismo, que le verdad es revelacion (aun en caso de que el significado de sta revelacin sea tan dilererte como lo son la-ddxieua y Ta rides de ios filésofos, por un lado ¥, por otro, las expecta tis eseatoigicas de es primeres crinianos en un drones yw co a Sepundla Venid Ia ciencia modternaes para ella un ene migo mucho mis temible que la lilosofia tradicional, incluso en sus versiones ms racionalsis. No obstante, la tentativa de Kierkegaard de salvar la fe de la embestida de la modernidad nivel la religién moderna, es decir, la some a ta duda y la Hesconfianza, Las eteeacias tradicionales se desintegraron en fl absurdo cuarclo Kierkeysid ats de catfcaras om la con: sideracion de que el hombre no puede farse de Te cupacidad de recepeidn dela verdad desu raz6n o de sus sentidos ‘Marx sabia que la incompatiblidad entze el pensamiento politico clisicoy las condiciones politieas modemas se funda ba en el hecho consumado de las Revoluciones Francess¢ Tr dustrial, que juntas habian levado trabajo, tradiclonalmente tams desdeiada de todas las actividades hurcenas, hasta cles calén mis alto de la produetividad y pretendian set capaces de asegurarel ideal, honeado en ese momento, de ibercad en con diciones hasta cnsonces desconocidas de igualdad univers Sabia que la cuestidn estaba planteada s6to superticialmente en las decSaraciones idealistas de igualdad del hombre, de le dig nidad innata de todo ser humano, y que silo se le habia dado tuna respuesta superficial otorgando alos obreros 6 derecho de ‘voto, No se trataba de un problema de justcia que se pudicrs resolver dando alla mievs clase trabajadora lo que eta suyo, its To eval cl aniiguo orden de raz euigne se restableceria y fan onaria como en el pasado, Existe uns incompatiilidad bis ‘ea entre los concepios tadicionales, que convierten al trabajo fen si mismo en el propio simbolo de i sujeci6n del hombre « Ia necesidad, y Ja époea moderna, en la que se ens el x5 bajo para expresaela ibertad positiva del see hummano, liber tad de prodiice. Por el impacto del tabalo, es decir, de la ne ‘esi en el sentido tradicional, Mare se esfores por salvar el pensamieato filosofien, del que la tradicdin devia que cra le fas libre de todas las actividades humana. Axi, cours poo clamaba que «n0 se pede abolir a flosofa sin conetetatle, también habia empezado a sujetae el pensariento al despots so inexorable de a necesidad, al aley de hiertom de las fuer- as sociales productvas. La devaluacién de valores nietzscheana, como la teotia fa- bboral de Marx sobre el valor, nace dela incompatibilidad entre 8 lus «ideas» tradicionales, que como unidades trascendentes se ussror para reconocer y medi los pensamientos y aciones hu mmanes, 9 a sociedad moderna, que haba desintegrado todas ‘Sis sormas en relaciones ener ss miembros, defindas como SSulores» funcionales. Los valores son productos sociales que to tienen sigilicado psopio sino que, como ousos products, Sole evisten en la relatvidad carbiante de los nexesy el co: inerso sociales. A causa de esta relativizaci6n, tanto las cosas Geel hombre produce para su uso como las normas sein las tials vive experimentan una transformacién decisive se con ‘een en objetos de cambio yla que posee su avalor» es las Giedad yo cl hambre, que es produce, usa y uzpa. El sbiens Dierde su csticter de idea, el pated con el que se pucle medie $ reconocer el bien y el mal; se ha trmsformado en un valot «qe se puede intercarbiar por otros valores, como los de con- ‘nina 0 de poder. El poseedor de valores puede neparse 4 tsteintecambio y converse en un «idealist», que pone el ‘alor del eben» por encima del valor de I coavenienci; pero tsto no hace que eleva del bien sea menos relatvo. Eltérmina «calc» debe su igen ala tendencia socilégica gq, aun antes de Mars, estaba bien mavifista ea le relate torte nue cienca de la economia clsica, Marx conocia rey bi el hecho, desde entonces olsada por ls ciencias social de que nadic «sto asladameate produce valores, pero esos prucactos «se eonvetten en valores solo dentro de la relacin soci" Su dstincin entre ealor de usos y avlor de cambiow «fle a clistincin ene ls cosas tl come el homie as usa y produce, y su valor en la sociedad, y su insistencia en la mayor wtenticidad de los valores de uso, su descipcin frecuente del surgimiento del valor de cambio camo una especie de pecido orig en lino del mereade de produce rflejasu propio seconocimiento impotent —y, por decide asi, cieyo de la inevitable na nminenieeevaluacin ce tote val tex, El nacmiento de ls clenciae sociales puede eiuase no ‘momento en que todd las eos, tanto eideas- vomo objetos satsses, quedaron gualads a los valores, de manesa que ‘odo oben su existencia de I sociedad y exaba relacionalo com lla lo bon ylo malo no metoe qu los objetstangibes. Te dispura acerca el capital el eubajo es I fuente de los 8 ‘loses, por to comin se pasé por alto que, cutndo Ia Revol ‘ida Indostial era incpiemte, se consideraba que los valores, y ho has cosis, son al resultado de la capacidac produetiva del hombre, 0 todo lo existente se elacionaba cor la sociedad vn con el hombre atstoaislalamente. aa nocign de shombres so cializados», cuya apariciin proyect6 Mack esl furura sociedad Sin cases. cs en rigor le premisaimplicita santo de Ia economia clisca como ce la marsista Por tanto, essenciiamente natural que esa pregunta de res puesta ineiert, que més taede pesturbd a todas las «los devalorese —2dénde encontrar el valor supremo por el que se pueda medir a todos los otros?—, apareciens por primera vez falas ciencias econdimices que, en palabras de Mat, xataban de weuaditar el cirealo, pars encontrar un elemento de valor permanente quesieviese camo un patron constant par los de- Inise, Marx ereia que dl abia encontrado ese pan cn el tiempo de trabajo € isistia en que los valores de use «que se pueden adguiar sin trabajo no tienen valor de cambio fame {que retienen st autlied natural, de modo que la ierea mis ina ecatece de valor», na represcatx un strabrj objetivedon Con esa conclusion llegams al umbral de un nibiismo rad cal, asa neguciGn de todo lo dado de In que las ebetiones del Siglo xrx conura Ia tradcSén sabian ain tan poe ¥ que suREE sélo en Ja sociedad del siglo xx. ‘Nievzsche parece haber sido inconsciente tanto del origen come de la modernidad del término «ston», cuande lo acep- taba como una nocidn clave en su atague ala traci, Pero cuando empezé a devaluur ls valores vigentes de Ta sociedad, las implicaciones de toda la empresa quedaron manifiestas de Jnmediato, Las ideas como unidades absolutes se Sdentificaban com fos valores sociales hasta tal punto que, simplemente, deja ron de existir una vex que se les nego su catdcter de valores, su Situacin social Nadie coniocia mejor que Nistzehe el earnino {través de los senderos rezorcidos del moderno laberinto pirital, donde recuerdos ¢ ideas del pasado se seumulaban tom si senspre hubiesea sido valores que a sociedad menos- precaba cada ver quc necesitaba productos mejores, ¥ més fucves. Tambien era conscience del profundo sin scatide de a nueva ciencia«carente de valores», que pronto iba a degencrar 4 enc ciemiticsmo y en la supessticién cieatifica general y que runes, a pesar de todas las protest en contra tuvo nadia ep co fin coa Ta actitud de los histoiacores romanos que preconi: Tabao tie iret studio. Mientras esta norma pedia wn eriteria sia desprecio y una brisqueda de la verdad sin empeno, lice Joie Wisenscbaf, que no podia juzear porque ya habia perd {lo sus norinas de fico ys no podia busear la verdad porque hudba de sa existenca, imagine gue podia producie resulta ‘dos sigificatives con slo abandon ls ities restos de esas armas absolutas, Cuande Nietasche proclan6 que habia des {ubierto «valores nuevos y mas alto», fue la primera victim ile los engaiias que é mismo habia contcibuido a dest, seepuando en su forma mis nueva y mis horrible a antigua no tin tradicioaal de medir eon unilades trascendentes y, pot tapto, Hevando la relasvidad y la posibiidad de intercambiat fos valotes a los mismos tomas cuya digridad absoluta habia {querido confirmar: el poder, Ja vida y el amor del hombre ha: insu existonca terena 4 todersot, el rcsultado de los tres deseffos « la rade sign eel siglo x, n0 6 mas que una, y qui Ie més supe cial, de ls cosas que tienen en comin Kierkegrard, Mars y INietesche. Mayor imporcanciatienc el hecho de que exda una dle sus rebeliones parezea concentrarse en el mismo tema, siem- pte repetico: conta las supwestas abstracciones de la flosotia sw concepte dal hombre coma un antinal rationale, Kite. fiard quiere fortalecer a los hombees coneretos y suttientes, ‘Marx confirma que la humanidad del hose consiste en su fuerza peoduetiva y activa, aa que en su aspecto més clemen tal ama fuerza de trabajo: Nietasche insiste en Ja productivi- dud cea vida, en la voluntad del hombre yen as ansis de po er. Ln completa independencia motoa —ninguno de ellos supo siguicra que los ots exstian—,Iegan a la conetasi6a de fue esta empresa, en tétminas tradicional, se puede bacer solo a través de una aperacin mental mejor deserita com imi tenes y comparaciones: sar, inver’r y poner Jos conceptos Sel revés: Kierkegaard habla desu salto de la duda ala fe; Marx a pone del revés a Hegel o, mis bien, 2 «Plarén y toda la tra dlicién plat6nica» (Sideey Hook}, «lo vuelve del derecho otra vez» saltando adel campo de la necesidad al campo de la iber- tado; y Nietzsche comprend sv filosofia coma «platanismo in vertidos y «transfo:mavién de todos los valores» Las operaciones roratorias con Jas que termina Ie tradicién ddan aluz el comicnzo en un doble sentido. La aseveracisn mis- ina de uno de lon opucstos —fides eontza intellects, préctica ceontsa teoria, vids seasval, perecedera, contra verdad perms sent, invariable, suprasenstial—necesariamente tree aia Tz al ‘opuesto repudiado y demuestra queambos tienen significado ¢ importancia slo dentro de esa aposicién, Ademés, pensar en ‘érminos de esos opuestos no es lo natural, sino que se cimen ten une primera gran opericién soratori en la que, en hima instancia, se basan todas las demas, porque por ella se estable- ciecon los opuestos dentro de cuyatirantex se maeve la tradi- cin, La primera soracién es la mepuaryerh THis dais de Pla tin, ln vuelta del rovés de todo ef ser hursano, que él relata —como si fuese una nareacidn con un principio yun fin y no una mera operacién mental— en a parabola de la cavern, ex La repibtica El telato de la caverna se desarolla en tees escenatios: el primer cambio se produce en la caverra misma, cuando uno de los habitantes se tibera de las cadenas que aprisionaa lis «pier nas y cuellos> de los moradores de ese logar de tal modo que «cdo pueden mirie hacia delinten, con sus ojos fijs ep la pen talla sobce is que aparecen las sombras las iigenes ce la co- sas; el liberado se vuelve entonces hacia la paste trascra de la cueva, donde un fuego artificial ilunsina las cosas que hay €2 ella tal cotno son. En sepundo lugar, se produce el paso desde Ja caverna hacia el aie libre, donde las ideas se muestran como Inc werdaderae yeternasexencias de las cosas ce hay en la cue: ‘a diuminadas por el so, Ja idea de ls ideas, a que permite que cl hombre vee y que las ideas vesplandezcan. Por immo, se produce la necesidad de volver a la caverna, de dejar el reino elas exercise cternasy pasar otea vez al eeino de las cosas pe recederas ¥ de los hombres mortales. Cada uno de esos eazt bios se cumple mediante una pérdia de sentido y de orienta «isin: los ojos habituados a las foemas sombrias del pantalla se ciugan con el fuego del aniro: después, ya habituados a la luz tromtecina del fueuo artlicil, se ciegan con lt luz que durian Jas ideas; por dltimo, los os acostumbrados & la luz del sol tc ten que volver # adapcarse a la penumbra de la cuews, Deinis de estas variaciones, que Platon pide slo al fi6so- foal amante de la verdad y de la luz, existe otra inversin se jalada generalmenteen la violenta erica de Placén contra Ho: tnero La eeligiin homeérica,y sobre todo ea la constzuccisn de ‘crrelato como uns especie ee réplica y anttess respecto de fa Ueseripcién que del Hades bace Homero en el libro XI de la Oat sc E] paraleko entre las imgenes de la caverna y el Fades (os snovinientossombrios,insustanciaes, cesmayades del ana en el Hades hoaerico se corzesponden con lajgrorancia y la insen satez de los excepos en lo caverma} es evidente, porque est subre yado por la forma en gue Platon usa las palabras e¢Bonor, imagen, v oie, sombra, que son las mismas palabras clave ut lizadas por Homero para describ la vida tas la muerte en el mundo subterrineo, La anttesis respecto dela «posicions ho- inérica es evidente; es crno si Platsn estuviee dicigndole: no es a vida de las alas in cuerpo sino la vida de los cuerpes lo aque se produce en un mundo subrercinca; comparads con el cielo yel sol, la erza es como el Hades; las imagenes y las som bras on los abjetos de los sentidos corporales, no cl ambiente de las almas sin cuerpo; lo verdadero y seal no es e} mundo.en que-nos movemes y vivimos y que sbandonamos al mori; lo serdadera y teal son las ideas vistas y captacas por los ojos de li mente. En un sentido, la repteeyory) de Plan esa una in ‘ersdin por la que todas las creencias comunes acordes cor Ia reign homériea quedaron, on Grecia, weltas del reves. Es como si el mundo subterrineo del Hades hubiera emespido a 4s superficie de la tierra” Pero esta inversién de Homero en realidad no lo puso cabeza abajo o cabeza uiba, ya que he Xlicoromia que eel espacio exclusive dentro del cua esa ope ‘icin podria productse es casi tan ajena al pensamiento de Plaron —gue todavia no hacia uso de opuestos predetermine dos como al mundo homérico. (Ninguna vuelta del reves de Jutradicin puede, pot tanto, levarnes 2 la xposicién homéri- que ike a rta el deaismos ce Hegel, su inlluencia habria so tan einer tan ital las diseusiones eruditas como las de sus contemporines, La premisa bisca de Hea exa que el mo- Nimiento dikctico de pensamiento es idémieo al moviniento Uilectico de la propia mareria, De sternade espera tender un puente sobre o abismo que Descartes habia abierto entre el Frombre, definide coma rer eitins, el mundo, deirido como reson, entre cagnicién realidad, pensarinto y sez. F} de imparo espritual dl hombre modes cneuenta sus prmenis fcapresiones cn sta sncetidumbre eatesiana y en la respuestt 4 pascalian. Hegel finn ie el hallago del movimento dls Seomo ey univers, que ge I xzén del hombre yes aunts Funanos tm a eras inrerior dels aconteimientos 8 tural, slcanzaba algo més que una mera correspendenca entre Intellectas ys, cj coincdencia con la fileoliaprecartsina Jubia define como verdud AL intoducie el esi y su auto Trealzacidn en ol ovimiento, lel ris haber demostrado una ‘dendidad onolégic cate materia c idea. Por tart, para Hegel no habe tendo gran importance se empezara este movimiento desde cl panto de vista dea earcencia, queen cierto momento tmp cvateralizar, o ques eligi a materi crno pun rock paid que, mientras se mee hai la aespiiualiaciin, Sevelve constiente des misma. (Mar no dudaba de ests prin Sips Fundentales de su macstr, como seve por papel gue tong als autoconcienca aj forma de concieniadecase en Jeter) Ee otras palabras, Marx no emis materialist in- lectico» de lo gue Hee! era wideaistadikéticon; el concept namo de nnimento dalzico,conecbido por Hegel como una ie aniveral —y as aceprado por Marx hace que os céninos sadealsmo» yeataterislsmo» no tengan Semido como sistemas Hosscos. Mars, sobre todo en sus primeros escrito, e muy comciente de sto, ysabe que sa repuio dela raion y de He txl no se basa ensu «materialism, sino en so nsgativa aasuoic Sve la derenca ener: hombre vida animal es rio o pens tient, quae —en palabras de Hege!— el hombe es exencial snenite pin en sa juve, Mare sestvo que el hombre es esencialmente un ser natural dotado de ia facltad de accién (een ger Naeunoesem),v su acign se mantiene como enats rls porgue cansiste en el trabajo el metabolsro ente el hom: bre lanatusalena." Su incesin., como lade Rierkegnard yale Nizsche, va hasta el nile del nsantolos res cuestiona ae ‘argoiateadlconal dels capacidides hersanas 0, para decila de ira manera, vielen ala pregunta sobre la cualida especics mente humana del hombre, no pretenden consirui sistemas 0 Welnsohxaangon sobre sino aque prema Desde ol surgimiento de la ciencia moderna, cuyo espititu cs expresade en la filosofiacareesiana dla dud y la descon- fianza, el sistema conceptual dea traicin ya uo estaba seg ro, La dicotomia emtre contemplacién y acciéa, la jerarquia tea- dicional que estableca que la verdad se percibia, en diltima ins- ca soo en la contemplacinsin palabras pasiva, yaa po dla sastentasc cuando ceca se habia vc activa riba para obtener conocimiente. Cuando desaparei ln creencia de Gurls cons se resto tl como wn, conespto de verdad So revelacsn se voli cudoo,y con la fe ncuestionable num Dios evelado, La nocdn de story eambis de sig cado. Ya no lucia un sistema de verdacles razonablemente ‘coneetadas que, come tales, no habjan sido hechas sino dadas ala adn y los sentidos, Mis Bien se con en la eon Gentifica moderna, que es una hipstesis de trabajo, cambiante segin los resultados que produce y que obticne su validez no lo que «revelan sino dela forea en que sopra». Borel ras ‘mo proceso, las ideas platsnicas perdieron su poder auténome dd dominar el mundo yl universo, Primero econvieren en lo que habian sido para Pltn so en su relacion con elf to police, corms y medida, o fuereasreguladoras, li ‘as. de lu propa mete rztnance del hombre, que aparece en ‘Kant. Mas tarde, después de que la prioridad de la razén sobre Inaccn,el hecho de quela ene presenbera is normas ec toras de las acciones de los hombres, se perdiera en Ia transfor- ‘maciGn operads en todo el mundo por la Revalucia Indus ‘Tiina rasformacin cy et parcia probar que las aci nes del hombre y sts producto dctaban sus ormas ala ri 26n—, estas ideas por fin se convirticron en meros valores, Cuya vader determinan go uno o varios hombre sina las “lead como conjvaro en ss nussidades FunconalesNempre cambianes ee valores en su eumbio e intercabfo son las Gncas sdcase que quedan a fos ehombressocalzados» © que los pueden entender, unos hombres que habian decidido que ja- {nds abondonarfun lo que pace Patén era ela cavemay de fos fsuntes humanos de rodos los ds, y que jams se aventuraron por su caenta en un mando y una vida ala que, quiza, Ia fun- Elomaizacinubicua de la sociedad! moderna pave de un de gus earaceistces mis clemeviales: In expacidad de producit combo ante lo que ex como ex, Este desstollo tan rel se iigjay preamuncia en el pensariento poco de Marx. Al dae 46 yuck del rerés a la tradici6n dentso de su propio sistema, ‘Mars no se deserbarazo de las ideas de Platon, aunque cis tnd el oscurecimiento del cielo claro donde esas ideas, y tam: pcr muchas otras presencias, cesta vez se hicieron vsibles 2 Tos os de los hombres. ” UL. EL CONCEPTO DE HISTORIA: ANTIGUO Y MODERNO 1, HISTORIA Y NATURALEZA Fimpecemas con Herédoto, a quien Cicerén lamé pater buntorisey que sigue siendo el pace dela historia occidental! En la prime frase de su obra sobre las guerras persas nos dice aque ef objetivo de sn esfuerzo es prese var lo que naci6 por >, obra de los hombres, 4 yensjteve df dvdpsimioy, para que el tiempo ao lo borrara y para otorga alas haa gloroses, ac rntables, de los griegosy ls birbaros la alabanzasufeiente aque asegurase que Is posteidad habria de recondarlas y ast santeniaimpoluta esa glovia através dels sigs. Esco, aunque nos dice mucho, no nos dice lo bastante, Pars nosotros el interés por Ie inmortalidad no es ago que se dé por sencado y Herloto, puesto gue para el si era algo que daba por sentado, no nes dice mucho al respecto, Su concepeién de Jatares de la historia —salvar las hazahas humans de la eivia lida que se deriv del olvido— estaba entizaa ene concep toy experiencia que de La nauralezatenian los griegos ¥ que sbareaba todas as cosssexistentes por si mismas, sin ayuda de Jos hombres ni de los dioses —las divinidades olimpicas no se suribuyen Ia ereacién del mundo—* y que por tanto son in ‘mortals. No es posible pasar por alco w olvidar las cosas de la aniraleza, siempre presentes; ademas, por ser inmortales, no secesitan del recuerdo humano para su existencin posterior. ‘Todas ls eriataras vivas, inelaido el hombre, estén dentro de ‘ste reino de la existencia eterna, y Arstételes nos ascguri ex piictamente que, en la medida en gue es un ser natural y er fenece ala especie humana, el hombre posee a inmoralidad: a ‘waves de ciclo recurrente de La vida, la nataralezaasegura el ” mismo tipo de existencia cterna pare las cosas que nacen y rmueren como para Jas cosas que som y no cambian, «El ser de las riarurasvivas cs la Vida>,y el ser para siempte (Gat sivas) correspond a deryevs, procreaciin. ‘it diuda que esta recurzencia etezna es la mayor proxi rmacin posible de uo mundo del llegar sera del ser, pero n0 conviere alos hombres en inmartales, pr supuesto: por el con tratio, dentro de un cosmos en el que todo ena inmovtl, cl ex ricter de mortal fue lo que se convirtié en el sello dstintivo de leexistencia humana. Los hombres son «los morales, lo tnico mortal que existe, porque los animales exsten slo como miem: bros de sa especie y no com individuos. El cardcter mortal del hombre estrba en el hecho de que a vida individual, una Bos con tina historia vital seconcible desde el nacrento hasta la muerte, surge de la vida bioligica, Ga. sta vida individual se clstingue de todas las dems cosas por su movimento retlizeo que, por decilo asi, atraviesa los movimnientos circlares de la vida biogica. Esto es la mortalidad: moverse en una linea ree sen un universo donde tod, ses que se mueve, lo hace den ‘0 de un orden cilico, Cuando los hombres persiguen sus me tas, labrando la tierra fet, obligand al viento libre a hinchar sus velis, surcando las olas siempre méviles, coran un movi siento que ne tiene objetivo y que gita dentro de sf mismo, Cuando Séfocles, en el famoso coro de Antigana, dice que no hay nad que inspite mis reverencia que el hombre, contin poniendo como ejemplo las setvidades homanas que, con un propasito definido, vilentan 2 la naturaleza porque perturban Toque. en sasencia de los morales, constituitiala eterna yuietud desee para senspne que descanano gina dentro de si misma ‘Pata nosotros cs cifiil comprender que las haraias y ra boos de los que son capaces los movtales, y que se convierten ene tema de la narracinhistGrica, no se vean como partes de tun todo 0 de an proceso; par el contrario el acento est sem pre en situaciones y gestos singulares. Situacioncs, hazaias 0 Aacontecimientos singulaces interrumpen el movimiento cireu- lar de la vida coxidiama en el mismo sentido en que la Bos de Tos mortales interrumpe el movimento circular de la vida bio Tigiea. El tem de la historia som estas incerrupciones:en otras palabras, lo extevordinavo, so Ela Arid cuando sempeaa capsular sbrelt toler dela ito. penat ent proceso hati y enc “Eno his delat acon, en su acco y eld, ca hrs en qu la accion partly I somtcmins5e ‘etn dno de un odo, de lnedite 3 dj que es proces {ebtan er cele El movin bsncaempesé cone ‘Sine wen a sogcn dea via bc. En eis de a Josofia antigua, esto podria significar que el mundo de la historia tabla uci und de annua ol mundo de ks morta cs. al univetso inmortal, Pero en términos dela poesia y de ls his- teint gay sia qe sbi pi ec en do inicial de la grandeza de los martales, como algo distinto de la, Sind, mayor granada maternal cues A comienzas de la historia de Occidente, la distinciéa en- tre la mortalidad de los hombres y la inmortalidad de la na. turer, te las costs char po el hom ns cows ue llegan a ser por si mismas, era para Ja historiografia una pre- samc ht, Todas lt cont ue deen ru ensteci Tos hombres, come fos trabajos, las proezas y las palabras, son pe- recedes, esti infects, por dei por el deter mr tal de sus autores. Sin embargo, si los mortales consiguen dozar ss taba, proezis y palabras de certo geado de perma nencia y detener su caricter perecedero, estas cosas, al menos lta modi, ocgran el mundo deo perdumbley dentro ‘i €locupan ua puso propio, es mons miss encon tain pst. ca el cosmos, dowd odo encore ‘cpa del hombre, La capecidad humanecjue porte oar ‘et lamemorin,Moemenine eguien por tanto secnshess Pine de oils otras muses, i Para comprender on epic agin ive de chidad odo olen que ny etamos de ere concen pega ela relacon cntrenatrletae ister etre cots os bombs sos pete pers ue temon cso vers de Reon sega Seal onan perfects que dein amor adc, Berge rb, von Strnen aherprichtgs ter auch i re finer ett ‘Ach n rscinom wilden Heron nach ‘bdachio dio Unverganglibbtt»" ‘Agu! incluso las monranas sdlo parccen descansar bajo la Ia de las estrellas; som lentas, las devora en secret el tempo; nada es pata siempre, la inmostaldad ha huido del mundo para encoatsar una morade incirta en la excuridad del congas hur ‘mano, que an tiene la eapacidad de recordar y dete para sc pre, 1a inmortalidad o carieter imperecedro, s existe 6 evan do existe, no tiene un verdadero hopae.Al mirar ess ineas con los ojos de los gxiegos, vemos casi come si el port tratara cons Cientemente de invert as relaciones planteadas por los griegos taco se ha vuelto perecedero, salvo quiz el cosa26n buanos la inmortaldad ya no es el medio en el que se muevea los mort les, sino que ha encontrado su refugio sin amparo ea el propio corazsin dela mortalidad; las cosas, los trabajos ¥ proezas, los hhechas e incluso ls palabras inmoriales, eunquc los hombres todavia sean eapaces de externalizar, cosficar —por decitlo asi— dl recuerdo de sus corazones, perdizron su puesto en el ‘undo; en vista de que el mundo y le nacuraleza son perccede +0, y ya que las cosas hechas por el hombre, una vez que har le ado a ser, comparten el destino de todos los sre, todls emt pricain a mori en el momento.en que legan ala existenca Con Herédoto, palabras, prowess y acontecimientos —es desi, las cosas que slo deben su existencia alos hombres-— se convirteron cn el tema de laistoria. De tous ls cosas he chas pore hombre, éstasson las mas fates, Los tabajos de las ‘manos fnumanas deben parte de su existencia ala materi pri- rma gue properciona lx naturaeza y, por tance, lievan dentro cierta dosis de permanencia, comada en préstaino, por deci loasi de la indole imperecedera de lo natural. Pero lo que se produce entee los mortales directamente, la palabra hablada y {odas las ecciones y proezas que los gxiegos lamaron mpxiters o-tpciynares, come lo opuesto a rocyans,fabricacién, jams pueden superar el momento de su relizacién, jamis podsian dar ninguna ble sin la ayuda del recuerdo, La tatea del posta y la del historador (a quienes Aristteles todavia pone enteo de la misma categoria, porque el tems de ambos «sla ‘wpaifis!” consiste cn hacer algo que sea digno de recuesdo. Lo hacen taduciondo pages y Nes, aocicn ¥ palabra, en «se tipo de oinaes fabricacion que, por ukiimo, se converte en ‘Convo eacegont de a ence a soxigua, por supuesto, que la palabra eserta, mis antigua que FHeridoto c incluso que Iomero. Si se habla en tésminos no historieos sioo posticos, sv comignge se encuentra en el mo mento en gtte Ulises, en la corte del zey de los feacios, escucha clrelito de sus propias hazaas y sutimientes, la historia de su vida, en exe instante algo situado fuera de €l mismo, un sob jete» que todos ven y eseuchan, Lo que habia sido mero suce sose bahia converida en historian, Peo la tanslormacién de hechos y aconzecimicntos singularcs en historia era esencial mente la misma simizacion de acciény hecha con palabras que mis tarde emples la erageia griepa,” donde, como ciesta vez seialé Burckhardt, «la accion externa se ocula al ojo» me dante [os informes de los menssjeros, aun a pesat ke que 90 habia ninguna objecién en contra de mostra lo horeible* La sscena en que Ulises escucha lahistoia desu propia vida es pa- racigmtica tanco dela historia como de la poesia la ereconci- liaciéa cor la ealidady, a carasis, ue seain Arst6teles era la cseacia dela trpedia y sein Hep era el fn hime de la is tori, se produca entre las liarimas del recuerdo. El mas pro fundo mativo hismano para i historia y la poesia se muestra agai en una pureza sin paral ya que el oyente, el acto y el srormentado son [a misma persons todos los motivos de cu ‘iosidad y avidea didfanas por la informacién, siempre duets, por supuesto, de un papel amplio canto en la investigecin his como ev cl placer estéico, estan susentes en Ulises mis- ‘mo, que se hebria abarrido mas que emocionade sila historia {uese slo noticias y Ia poesia slo diversion, Estas distinciones y reflexiones pueden parecer lugares co sunes para ls ofdos mocernos. Sin embargo, llevan implicite tuna enorme ¥ penosa paradoja que contribuia (quiad mas que ‘ualguier oro factor individual al aspectotrgico de la cult: 1 gciega un sus manifestaciones maximas, Le paradojaes que, por tn lado, todo se veia y media respecto del entomo de las ‘covas que son para siempre, mientras que. por oLro ls eriepos —al menos los preplariniees-— entendlian que la grandeza hu: sara resid en las padezas ¥en las palabras, y estaba repre seniadt po Agttiles, wel de los grandes hechos y Ins grandes Palabras», mas bien que por el hacedor y fabricante o incase a Ua swans om a 3 cave por el poetay cl eseritor, Esta paradoja, quel grandeza se entendiera en trminos de permanencia, en tanto que la gran sdeaa humana se veia precisamente en las actividades mis ft les y menos duradris de los hombres, cbscsion6 a poetas ¢ historiadores griegos, a como habia perturbado la paz de los Lilésofos, ‘a teanprana solucsin gricga de Ia paradoja fue poética y no filssiica, Consista en la Fama inmortal que los poetss put den conceder a la palaicay Ja proeza, pare que superen no séloel momento trivial del habla y dela secién sino tnchaso la vida mortal de quien la dice ola ejcuta, Antes dea escuela so «rita — eon la posible excepcion de Hesiodo-—, no encontra- mos una critica verdadera dela fama iomortal; asta Herdclito pensé que ésta era la mayor de todas las aspiraciones utmanas ¥, aungue denuncis con amargure vilents las condiciones po lkicas desu aativa Ffeso, jamas se le habria oeutrido condenar al imbito de los asunios bumanos como tales ni dudar de su srandeca potencial El cambio, preparado por Parménides, se eoneret6 con S6- crates leg as culminacibn en a filosofia platonic eayas cevsefanzas sobre la inmortalidad potencial de los hombres ‘morales se les adjudis autoridad en codas las escuels floss freas antiguas. Sin dda, Platéa todavia se vio eofrentado a esa znismaa pazadeja,y parece haber sao el primero en considerar ‘que «el deseo de bacersefaraso y no guedatse al fin sin un nombre» estaba en el mismo plano que el deseo nurural de los nos por el qu la natualezaasegurs la inmortalidad de laespe- Cie, aunque no a daveur del individvo. En su sofia poli a, por tanto, propuso que sesestizuyer a sepunda por lap meta, como si el deseo de inmoralidad através de la fame se pudiera cumplir tambien a pesar de que los homibces ws0n in- morales porque dejan hijo de us hijos tras de siy comparten Ja inmorclidad a través de la unidad de un eterno retorno>5 cuando declaré gue engendrarhijos era une ley, evidenternen te esperaba que esto fuesesuficiente para el natural anelo de inmozeakdad del chombre comtins. Ni Platén ni Aristoveles ‘rcian ya que los hombres mortales pudiesen winmortalzarsen {a@averrigeu, en larerinolonia aristética, una actividad cay ‘objeto n0 es necesarinmente uno taismo, la fama iomortal del 4 nombre, sino que incluye una variedad de ocupaciones rela cionadas con cosas inmortales en pencrl)& través de grandes proezasy palabras.’ Habian deseubicrto, en la propia actividad Gel pensamiento, una cxpacidad humana oeulta, capaz de apar. tne de todo el campo de los asuntos humanos, que el hom- ‘bre no debia tomasse demasiado en setio (Platén}, porque ern cvidentemente absurd pensar quec! humano es el maximo sr cxistente (Avisuteles!. Mientras engendrar podia ser bastante pars lamayona, «inmortalizarse» iifico parse ilésofa estar cn las cereanias de esas cosas que persisten pare siempre, es tarally presente er un estado de atencin activa, pezo sin ba ‘er ala, sin realizar proezas ni teabajar. De modo que ia act tu tipica de fos morales, na vez quc habianlicgado a las cer canfas defo inmortal, era la conterplacin sin acisn incluso sin pulabras: el vobs avstorlico, la alsima v especiticamente humana eapacidad de visién para, no puede expresir con pa lubas lo que cantiene.y la veedad lima que la visign de las ideas descubsis a PlarGn es como un ipprror, algo que no se pede expresar con palabras.” Por lo canto los filésofos resol ‘eon la antigua paradoja negando sl hombre no la capacidad de inmortlizarse>, sino la eapacidad de mediese a si mismo y medir sus propias hazafas con respecto ala grandeza perdure ble del cosmos, de igalae, por asi deco, lainmoralidad dela nacutalezay los dieses con una grandeza motel propia. La solucién se produce laramente a expensas ade los grandes he ‘ches y de las grandes palabras», La dstincin entre posta chistoriadores de una part yf lisofos de a tea era que los primeros simplemente aceptaban Lconcepto de grandeza coreente etre los eriegos, La slaban de la que proven la gloria y despues [a fara duradera, po- ia concederse slo alas cosas que ya eran aytandes», es deci, ates cosis que teafan una coalidad visible, brllane, que las isting de todas las otras y hacia posible la gloria, Lo gra sle-era ho que mereeia la inmortalidad, lo que debia ser acmi- tio ena compatia dela cosas que durabin para siempre, 1 ‘Seando a futileza de los morales con su majestad insuperable A través dela historia, fos hombres casi se ham convertido co los pares dela naturaleza ys6lo los acontecimientos, las pre: 7as 0 palabras que se levaron por sf mismas al siempre pre ss sentedesafo del univesso natural esan fo gue llamasiamos his trico. No scl el poeta Homero ni el histosindos Herodoto Sino tambien Tuciddes, que de un micdo macho mas sob fae! primero en establece as normas de la histosiogali, nos dice eeplictarente en el comienzo de la Gress del Plopone. so que escribio sa obra por la «grandezay de a guerra, porque sue el mayor movimiento conacide en la historia, no solo de {os helenos, sino artbién de una gran parte del mundo bath ro. eas de la yanidad ‘ia preocupacin pot la grandeza, tan prominente en fa po esfay en la historiogafia prczas, se basa en la muy tia co- ‘evitin entre los conceptos de aatraleza e historia, Su comin mortalidad eo que, portato, los morales deben tata deo arar, si guiceen ser digas del mundo ene! que han nacido, set digoos de las cosas qe los rodean y en cuyo ambitoestin ad ‘niidos por on breve tiempo. Por consigaient,laconexin en tue historia y narraleza de ningtin modo es una oposicién. La instore recdbeen su secuerdo alos mortales que através de he chos ¥ palabras se han mostrado dignos de lz naturales ys {aera imperecederasigilica que, a pesar de su cadcter mona pueden sei en la compat de las cosa perdurabls. Nucstra mademe concept dela historia esta intimamente ‘conectado con nuestro moderne concepro de la natureleza n0 menos que los correspondientesy muy distintos conceptos sue sicdos ul comienzo de nuestra historia, También se puede ver & ‘tos on su sgnificade pleno silo si se descubee la raf comin atrodas ellos. La aposieidn que se establecis en el siglo Ix en. te ciencias naturales ¢ historias, junto con a presunta objet vidad absoluta ye precision de los nauralistas, hoy es cosa del pasado, Ea la actualided, las efencias naturales admiten que coon el experimento —es decir, los procesos de prucbs nature Jes bajo condiciones determinidas, v con el observador, que al seu el experimento se convierte en una de sus condicione— se inteodvee un Factor asubjetivor en el proceso «objetivo de Ia natwealeza 6 <1 mas importante de los resultados nuevos de la fisica nuclear fue el reconocimiento de la posbildad de aplicar muy ‘istintos tipos de leyes naturales, sin contradiecion, « uno y elmistno hecho fsio, Esto se debe a que, dentro de un siste tos de eyes basadlas en ciertas ideas fundamentals, soo tienen Seotido ciertas formas rouy definidas de planteer las pregun dus, yen consecuenia, «ue ese sistema esl separado de los dns que petaitenplantear preguntas dissincas»” {Eh otras palabras, ya que el experimento «es una cuesion presentads por a naturders» (Galle) las respuestas de la Senta sempre sera las réplcas 2 preguntas planteadas por dos hombes; fa confusin en el punto de le «objetivid es ‘tibaba en asumie que pacris haber zespicsas sn preguntes y resultados independiantes de la existencia de unas preguntes Lafiscs, hoy fo sabemos, investiga lo que existe de uv modo can centradaenel hombre como el que us la investigain bis ‘Gin, Por tamo, a angua dspora enre Ta esuljetvidade de 1a storiogralia la aobjetividad de ha fsiea ha perdido bue pa pare desu insporancia.* Por rea geneal, el histosador moderno n0 es consiente sxin ddl hecho cle que cl naturalist ante quien vo que de fender st propio evvel cientifico» darante tacos decenos, se ‘ncucotra en a mina posiidn y cs muy expaz de establecesy restulecer, en unos términos rucwosy al parecer mis cen os las tps distinciones ent une cienca de a naturale y tin cencia dela histori. La rscn es que el problema dela ob isiidad ep ls cincia histricas esas que una simple perple jedad scenic, Genta, La objevidad, la eextincion dl yon emis condicin dela isin pas eda eine Shen der Din em Ranke, implicaba queel historiador se abstenia de aabar Criticar.ala ver que aleptaba unaacizud de petfecto distancia ticato, con a ie sega cl curso de los suces tal como ls ‘elahan sus fuentes dacumentaes, Pata la Gncalimitacfa de «sia aetitud, que Droysencierta ver denuncs como «objet dad eunucay,” esti en la necesidad de seleccionar material de nize una asa de hechos qs 818 compara con la capaci i ital de ence humana y la extensin Tinitada de fa vida dl hombre, parece infnits En otis palabras, la obetividad sign: o fice no iterferencia y también na dscriminaciéin, De esta dos, Ja no diserimioacion, abstenerse de alabar y de ertca, era evi ddentemente macho mas fii de conseguir que lz no interfere cia; cualyuie seleceién de material, en cicro sentido, incefiene , Este desplaramiento del énfasis es cai tutinatio, sie asume que el hombre puede conocer sélo To que él mismo hace, en la media en que asumirestoz su ver implique que yo seconozco» algo cuando comprendo cémo ha llezado a ser. Por el mismo motivo, y por Iss mismas razones, el enfasis se des polar de interés en las cosas al interés en los procesos, de los {ue lis cosas pronto se convertrian en subproductos cast ci dlentales. Vico perdis interés en la narutaleza, porque eonside- 16 cue, para comprender el misterio de la Creacién, habia sido necesario entender el proceso creative, mientras que en todas las épocas anteriores se dle por sentido que se podia ‘comprender muy bien el universo sin siquiera saber cémo lo habia creado Dios 0, en Ta version geiege, cémo habian adyui sido su ser las cosas que existen por sf mismas. Desde el siglo 2x, la prcocupacién principal de tod investipacién ciemifics, nazual histérca, se cents6 en los procesos: pero si la rece rnologia moderne (y no la ciencia pure, por muy deserrollada {que estuviese), que comen2s sustituyendo procesos mecinicos ‘nediante actividades humanas —mano de obra y irabajo— y terminé iniciando nuevos procesos naturales, habria sido por entero adecuads al ideal de conocimiento de Vieo quien, sun {gue es para muchos el padre de la historia moderna, diffi mente se habria entregado a cla en las condiciones modernas vuelto hacia la teenologia, porque nuestra a, por cierto, hace o que Vioo penss que hacia la ac- cin divina en l reine de la narutalezay Te accién humana en slde la histor En la epoca moderna, la historia emergia como algo distin to de lo que sntes habia sido. Ya no se componia de ls proe- zas ysuftimientos de los bombres y ya no natraba los hechos aque afecabun alas vidas humanas sino que se couviris en un proceso realizado por el hombre, el nico proceso enwolvente dle a totalidad que debia sa existenca excusivamente ala caza humana, Hoy, esta cualidad que diferencio « bistoriay naturt- Jeza es también cosa del pasado, porque sabemos que, aunque ‘ao podemas «iahricar» naturaleza en el sentido de la creacion, somos muy eapsces de iniciar un proceso natural nuevo ¥ q¥e, 66 por tanto, en un sentido «abricamos naturaleza» en ls medida fon auc slabricamos historian. Es verdad que Hegamos a este punto lo coa los descubsimientes nucleares, cuando las fer 2s naturales estén sucles, desencadenadas, por decio as, y Se pradueen procesos naturales que jamés hebrian existido sin Indirect interferencia de a accim del hombre. Este estado va mucho mas alli no solo de Ts época premodemna, cuando se ‘usron el viento y el va para suscituiey multilica les fucress hhumanas, sino también dela era industrial, con su maquina de wpor y su movor de combustién interna, cuando las Fuerzas ‘naturales se iitaron y usaron como medios de produccién fa- bricados por dl hombre, 1a declinscién eontemporinea del interés en las human dades, y sobre todo en el estudio de le historia al parecer ine vituble en todos los paises muy modernizados, concverda con Jos ptineros impulsos que levaton hasta Ia moderna cieneia hisvrica. Lo que hoy esta defiicivamente fuera de lugar es la tesignacin que condujo a Vieo al estudio de la historia, Pode- mos hacer en el reino fisico natural lo gue pensbamos que sélo podfamos hecer en el reine de la histori. Heros empeza {doa actuacen i naturaleza tal como lo haciamos en la historia. Sisc trata de una mera cuestién de procesos, se ha visto que el hombre es eapaz de iniciar procesos naturales que no se pro lucirian sio inervencisn humana, al como es eapar de ict algo nuevo en la esfera de los asuntos hursanes Dende principios del sivio xx, la tecnologia se muestra como ef campo de encuentro de las ciencias naturals y lade la hiscoria,y sun evando ers nase bs hecho un solo gean dese brimiemto cientifieo con finalidades pregmiticas, tenicas 0 pricticss (el pragmatismo, en el sentido vailgar del s:mino, ‘queda relutado por el regis objetivo del desarrollo cienii- col, ese efecto final estéen acuerdo periecro con las metas in herentes @ la cieosia moderna. Las ciencias sociales, compa rtivamente auevas, que con tanta rapidez pasaron a ser 2 1s historia fo que la tcenologia result ser a la fisica, pueden usar la experimentacién de un modo mucho més tosco y menos Fdedigno que las ciencias naturales, pero ol mérodo es el mis: ‘0; también preseriben condiciones, condiciones para el com bortemieato lnamano, asi como la Fisica prescribe condiciones & para los procesos naturales, Si sa vocsbularo es repubsivo y vv tsperanza de erar la presunta brecha entre nuestro dominio cientifco de lanatursleza y nuestra deplorada isnpotencia para ‘«estionare los asus humanos, través de wa ciencia de fenieria de lis reaciones humanas, suena aterradora, es sélo porque han decdido tetar al hombre como un ser absohita ‘nente natural cuyo proceso de vida puede rmanipularse del mismo modo que todos los demas procescs Sin embargo, en este contexto pan las emtidades singulares 0 los acontecimientos individuals sus casas separadas especiales. Las palabras clave dla bis- toriograia —adesateolloyy wprogresow— fueron tambiéa, er il siglo xx, lis palabras clave de las, per entonces, nuevas ra ‘mas dela ciencia natural, sobre todo la biologiay la geologia, tuna referida ala vida anita y la otra incluso ala materia inot- ‘pinica en términos de procesos historics. La teenologta, en el “ntide modeeno, estuvo precedids por las diversas ciencias de Ta historia natu, la storia de la vids bilby, de la tes, del universo. Antes de que la disputa ene las ciencias natura- les e histéricas preoctpaza al mundo de ls estudiosos hasta el punto de confundir los temas fundamentals, tuo lugar un ‘juste mutuo de terminologia de las dos ramas de la investipa clén ciemiiea "Nada parece mis adecuaclo para disipar ess confusién que Jos limos vances en las eiencias naturales, poxque nos han de: ‘vacko al origen convin dela matunaeza y dea historia en la gp ca modema, y demuestrin que su comin denominador concept de proceso, al como el comin denominadar de ana tural y ln historia, en ka Ancgiedsd, ex el concepro de i tmorelidad, Pero la experiencia gue suosace en In idea de pro {eso dela época moderna, a diferencia dela experiencia que subyace en la antiguaidea deinmortlicad, no exen primerains tancia tna expesienci que el hombre haga en ef mundo gue lo odes; por el contrat, surged la desesperacidn ane la posi Tidad de experiment yconoceeadecuadamente todo lo que es lado al hombre y no hecho por él, Contra esa desespevacin, el hombre moderna apels a la potencia total de sus props exp cidade sin esperanza de halla Ja verdad a través dela mera Contemplai6n, empeas a poner 2 prueba su capacidad para la ‘cca yl hacelo as, no podo evita a comprobacion de que, aula ver que el hombre ata, nici procesos La ea de pro: ‘exe ne denora una cualidadobjetva de historia ode a natu rales es el resultado inevitable de la accin humana, El primer resultado de la accign de los hombres sobre ls historia es que la bistoia se consiest en un proces, ¥ el argumento més convin ccnte part que el hombre ade en le natraleze mediante na lnvestipacisn cientfica es que hoy, siguendo la formulacién de ‘Whitehead, ela naturaleza es un proceson Hs bastante peligoso actuar en la naturalez, evar la hu nana indole impredecible a un campo en el que nos enfents mos con lis fuerais elementals que, tal ver, jamés podremes concroliz con segusiad, Ain as pligeoso seria ignorar que. por primera vez en muestra hisoria, la capacidad humana pare Ia accisn ite comenzado a domiar a todas as otras, ala capa «dad de asombzo v pensanvento en la contemplaciin, no me nos que a as capactdacles del hor Jaber y del. anna liborans humavo, Esta, desde fuego 0 significa gue de hora en ade Janie los hombres ya no eran eapaces de fabrieat cosas, pensit © trabsjar. Noson las capacidades del hombre, sino la conse lacin que ordena us murs slacones lo que poede carne, y Jo ace hstricamente. Tales cambios pueden observarse me jor en ls variables autoimerpretaciones del hombre a tavés de la historia, que, aunque sean muy poco importantes para el ‘aude imo de a naturaleza humana, con todo, som ls tes tmonios mis breves y suciatos del espsitu de épocas enters. ‘Asi, hablando esquemiticamente, la Antigiedad griepa cisica consideré que la forma mis elevada de vida humana era Ja que se viva ea la por y que la eapacidad uiana supresna era el Jengusie, {Gov roktrux6y y {@ov hsyor éov. sey la Famo~ sa doble dfinicin de Aristotees; Rotma y aflosoffa medieval definieron al hombre como el arinal rationale; en fas ctapas inicales de la €poca modeana se pens que el hombre er, <0 bre todo, howe Jaber hasta que, en el siglo xn, se interpret aque el hotabre es un ena! labora, euyo metabolismo con fa nturaleza podia rendie la praductividad mis aka de la quc es capa? la vida huovana. Con los antecedentes de estas dfinicio- nns esquematicas, resultatiaadecuado que el mundo ch que tamos viviendo definicta al hombre conto un set capes de ac- ion, porque esta capacicad se conviris, al parecer, en el centeo de todas otras capacidades husranas, std fuera de duda que la capacidad de actuar es la mis pe ligeosa de todas las hubilidades y posibilidades humanas, y también esa fuera de duda que ls riesgos creadas por cl hon brea los que fa humanidad se enfrenta hoy nunca sc enfrenta- ron antes, Consideraciones como éstas no pretender dar solu ‘cones ni conscjo. En el mejor de los casos, podrian estimulir tna reflesin continua yestrcta sobre la naturalezay as pos: bilidades intrinseces de la accidn, que nunca antes revel6 su ‘geandeza y su peligrosidad tan abiertamente, 2, HISTORIA E INMORTALIDAD TERRENA, El concepto modemo de proceso, que penetra por igual ln historia y la naturaleze, separa ln €poca moderna de! pasado ‘con mayor profundidad que cualquier otra idea por si sola Para avestra mode de pensar modemo, nada es significative en y por si mismo, ni siquiera le historia o la naturaleza roma- das cada tina como un todo, y Eampoco lo son los sucess par ticulares en el campo tisio ni los hechos historieos especificos. “Hay una monstruosidad facal en este estalo de cosas, Los pro esos invisbles han invadido todas las cosas concretas, toda tentidad individual que sea visible para nosoctos, educiéndolas a fanciones de un proceso general, La enormidad de este cam bio puede escapérsenos, si permitims que nos engafien pene- salizaciones como al desencanto del mundo ola alienavisn del hombre, generalizaciones que a menudo implican una idea to rmintica del pasado. Lo gue implica el concepto de proceso es que lo concreto y lo gencral, la cosa o hecho singular v el sign: fleado universal, son concomitantes. El proceso, que por st solo da sentido a fo que fo Ileve adelante, ha adguivido asi un ‘monopolia de universaidad y significado Sin duda, nada diferencia eon mayor agudera los concep tos modemo y antiquo de historia, porque esta difevenciaciba ‘no depende de que la Anvgiicdad ruviera 0 n0 un concepto de In istoria del mando uns idee general de ls humanidad, Mu. cho mis importante es «qe la istoviografiagriega y romana, por muy distingss que sean entze si, dan por sentado que sig niffeacion 0, como cirian los romanos, ia lecidn de cada he cho, hazafia © acontecimiento se revela en y por si misma. Es cvidente que esto no exclve nila causalidad ni el contexto en «gacalgo ocurre; ls antiguos tuveron de clo tanta conciencia ‘como nesouros. Peso la causalidad yl contexto se veiam ala xz que el mismo hecho brindaba, iluminando un segmento espe «fico de los asuntos humanos; no se veian como ducios deuna existencia independiente de le que el hecho seria la tinica ex- presidn més o menos accidental, aangue adecuada. Toda ac Cia 6 acontecimiento contenia s desvelaba su parce dc signif cado «general» dentro de los limites de su forma individusl ¥y no necesitabe un proceso de desarrollo y absorcién para volverse significaiva. Hlerédoto queria adlecir lo que existe» (seyew 14 €6rra) porgue la palabra y la esectura fan lo fil ¥ perecedro, «fubrican una memoria de ello, en el gico sti 0: ame moeeZatae: no obstante, jamais habia dudadio de ac cada eosa que existe 0 exists lleva en si su sianificado y Sélo necesita de Is palabra para porerlo de manifesto (héyors moby, «amanifesar con palabras), pera la wexposicién po: bie de los grandes hechoso, éardBerdus Eoyou weryihwn. Bl Ayjo de esta narracién es lo bastante amptio como pars dejar «espacio a muchos relazos, pero nada en 6 indica que lo xeneral contiete-un aleanee y una signilicacia a lo particu. Use desplazamienco del anasiscorvierte en insustaneal I terminacién desila poesia yla historiograli pricgasvieron en ‘significado cle un sconteciiento cients grandeza sobresalien- te que justficae el recuerdo por paste dela posteridad. os los romans covetbieron la historia como un almacén de ejemplos tomados del comportamiento politica real para demostrar que «da ni debiavener importancia capital para el hombre. Su falts| de interés en To que lamamos historia era tan grande que dedi 6 un so libro de su Civitas De alos hechos seculares; ade ‘mis, wand encarge a su diseipulo Orosio que escribiera una historia del mundo, solo pensaba en una averdadera tecopir lacién de los males del mundo» 1a aetitud de Agustin ante I historia secular noes, en ese a, dstinta de lade os romans, aunque est invertido el aen tor la historia sigue sendo un almacén de ejemptos vl localiza ida de los acontecimicntos en el tiempo dentro del curso hissrico secular sigue eareciendo de importanca, La historis| secular se repite y lv Gnica narzacion eo ls que se producen scontccimigntos singulares « irrepetibles empieza con Adan y {crmina can el navimiento ¥ muerte de Cristo. Desde entonces, Jos podeses secures sgn y cae como cn el pasado, y lo se * ‘gina haciendo hasta l fin del mundo, pero ingura verdad Tundarsentalmente macva volver a revelase a través de ess su esos soandantes # los que, se pone, los crstiznos no ban de jadicar una sigificacion particulat. Em cualoierflosofta Cristiana de verdad, ol hombre es un «peregrino sobre la iesra» ¥yeste hecho por sf sol la separa de nueta propia oncienca bistérca. Pace wm evstiano, como para un romano, la significa don de los econtecimientos secures estitba en que tengan el ‘acter de cemplos que se pueden reper, de mosio que la ae: ‘din puede segue ciestos quemas nomnalizados. (Esto, nc ‘entlmene, es eign muy aljad del ide griega de pro 7, lata por poetss ¢ Pistonadores, que sive come una ‘cece de pateén para medi las capacidades de grandeza pro pias. La iferencia entree espeto fe aun ejemplo rconocido ye intento personal de medise con Les la diferencia entce Ia moral romanoctstiana y lo que se Tams espe agonal eriego, «que no sabia de consideraciones amoral» sino slo de unt urravew, un efuczo incesarie para ser sempre el mejor de roves.) Poe atza parte, para nosotros [a hisora se funda y des ploma sobrela consideracin de que el proceso en su misrnase Cularidic nos reata una anécdota propia y que, hablando de manera etrica, no pueden producirse las repeticiones ‘Mis jena an a coneepto modern dela bistorineslaidea ccistiana de que l humaaidad tiene wn comienzn yun fin, de {que lund fue creado en un momento determinade y por fin desaparecer, como vod las cosas temporales, La concien- ciahisedrica nosurgis cuando, en ls Edad Media, los judios to inarom la ereacién del mundo coro el punto de partica de la enumetécién etonolégies: ampaco nacié cuando Dionisio [Exiguo empezs a cantar el dempo desde el nacimienco de Crs ta, Conacernos esquemas similares de cronologia de ls civil tacign oriental, el ealendasieeistiano imt6 la prictca roma rade contare tempo desde el ao de fa Fundacion de Roma El edmpito modern de las fechas hstricasesablece un con tease gido, tras sa itrodci6a taeda fines del siglo xv) tomando el nacimiento de Cristo come punto de referencia desde el que se cuenta el tiempo tanto hacia ars como hacia ‘delante, Esta reorma cronol6pics se presenta en for manales ‘como una simple mejra tenic, necesaria en tzminos enue 76 tos par facta Ia Bijaciin exacta de fechas en ta historia ant pus. sin hacer referencia 2 upa multitd de distintas formas de {alelarel tempo. En épocts mis recientes, Hegel inspieg una {nterpretaciin que ve ene sistema rmoderno de datackin unt tendaderecronologiscritiana, porgue en la aeroalidid el nact tniente de Cost parece baberse converido en el pum der fexeacia de la historia manta ‘Ninguna de estas expliciciones es satisfaetoria. Las efor mas eronolgieas con fines erudvos se rodujeron varias veces nel pasado, sin que se las acepeara en la vida dara, preciss- mente porte slo se inveataron por concenieneis academia Jno se corresponden con nnytin cambio social amplio del oncepto del tiempo, Ea auesto sistema, lo decsivo 20 25 que tl nacimiento de Cristo se vea ahora como el punto de referen a dels historia del mundo, porque sea reconocido como ral J con gran fuctea hace varios sials sip vingsn efecto similar obre nuestra crondlogis lo decisivo es ve ahora, por prime: £3 ve, la istova de ls humandad se cle aun pasado inf tito al ue poderos hacer abadidos volunad yen el que po- demos seguieinvestizanco, ya que se proyecta hacia un futto infnito. Esa ifiitucl dabie de pasado y de futuro elimina to- daslasrociones de principio y fin, Io que gone aa humanidac {vu potencial inmorialiiad tettena. Lo que a primera vista prece na cistianizacién dela historia del mundo en realidad tlsvina de la historia scalar todas lis expeculacionesreligiosas sobre impo. En cuanto ala historia secular, vivimos e9 un proceso gue ne conoce prinepio i fia y que no nos permite Sustentar expoctativasexcatlégiess, Nada podeia ser mis a> no al pensamicnto cstiano que ese concepio de upa inmor Tededtertena de la burnanidad El gran impacto cela nocién de hiscori en la conciencia de 1u gpoee moder llegs relativamente tarde, no antes del dl sno tercio del siglo xv, ¥ con ¢elativa pronttud encontrs su consumacién cukminant® en la filosoia de Hepel. El concept central de la metatisica hegeliana es la bisovia. Esto sole la si 1a en la mas total de las oposiciones alas otras metalisicas a. teriores que, desde Plain, habian huscado la verdad y la reve Jacido del Ser eterno en tadas partes menos cn cl campo de los 7 asunios hamanos rk tv dvBpGmrow mpdyperra— del que Platén habla con tanto dasdén precisamente porque ninguna ‘petmanencia hay en ély, por consiguiente, no se pucde esperar ‘que desvele la vercad, Pensar, con Hegel, que la verdad reside yy se revels asf misma en el propio proceso temporal es carac teristico de too el conocizsiento histsrico modemo, ya se ex presen terminne hegalianos 0 no. El ascenso de las humani- tdadesen el siglo xvii se inspiré en el mismo seatimiento dela historia y, por tanto, esté claramente diferenciado de las tes tauraciones recurrentes de a Antigiedad, ocurridas en etapas anteriores. Los hombres empezaron a leer, segin scialé Mei necke, coma nunca antes lo habsan hecho, «leyeron pata ex ‘ace dela historia la verdad ultima que podia elrecer a los que bbuscan a Dins»; pero ya no se pensaba que esta verdad éleima ‘estaba en un nia ibzo, fuera la Bilis o algin sustituto de lla. Se consideraba que Ia historia misma era tl libro, el bro ‘adel alma humana en las épocas y los paises», como lo defn Herder” La investigacgin historia recente aro mucha luz sobre el period de transicion entre la Edad Media yla poca moderna con el resultada de que el comienzo de &ta, que antes se ident ficd con el Renacimiento, se legd a remmontar basta el corazon. mismo de la Edad Media, Ess gran insistencia en una contimui ‘dad ininterrampida, a pesar de sv alto valor, tiene una desvens tain, pies, al tratur de cerrar fas brechas que separan una culta- rareligiooa del mundo secular en gue winizns, as evita ep ugar de wesolverlas, lo que constizye el gran problema del innegable ‘ascenso repenting de lo secular, Si por «secularization no se enticnde mis que el ascenso de lo secular y el edipse concomi: tante de un mundo trascendente, resultars innegable que ta comeieneis historica moderns esti forimamente conectada com sn secularizacién. Sin embargo, esto no implica de ningia moder la transformacion dusdosa de las categorias relixiosas y trascendentes en fnalidades y normas terrenas inmanentes, en las que han insstida los hiscoriadores de las ideas en tiempos cercinos, Ante codo, seculuizacién significa simplemente la se pparacsn de religion y polit ‘fecta a ambos clementos dde-una manera fundamental, de modo que nade parece menos probable gue es (ransformacién gradual de las categoria reli * owas en conceptes sceulates, cuyo esteblecimieate procuran los defensores de In continoidad sin fsures. Le raxén de que fst certo punto poedan convencernos esti en la natualezs de las ideas en general, antes que eo el peciodo del que eatans rel momento‘en que se separs por entezo una idea desu base en li experiencia real, noes dic establecer una conesin en tte lla y cs cvalaice ott ides. En otras palabrs, si comside tenos qe existe ago ai como un reno mndepenctente de eas paras, todas las nciones ycanceptos no pueden sno estaincer felaconados, prguc en exe caso todos denen sa orien a lami tra fente: una mente humana vist en su subjtvidad extrema, jusando para siempre con sus propias imagenes, nalterada por tn experiencia y sin elacin con al mundo, concebido ya sea como maturaleza.o ben como bistort Sia embargo, si por seelarizacion emendemos un hecho «que se puede ‘echas en el tempo historic y no un eam de {deas,entonces la cuestion no es sila adestreza dela raztin> fe- teliana ota una secularizacién de la provideoca divina 0 si Ue sociedad sia clases de Mare representa ona secleizacin dela Eni Mesiiniea, El hecho es que se produje le separacign de Tikes y Estado y gue as se eliminé la reigion del ida publica, con Jo que desaperecieron todas las sanciones religisas de a politica y asta reign perdi ese elemento politico adguiido fn los silos en que la Iglesia catolica somana se comports cron Ia heredera del Imperio romana. (No se deduce eu esta separacin convitera la eign eo un easunto privado por completo. Este tipo de earicter privado en la regi surge undo un régimen tcisico prohibe el funcionsmiento pub «o delasiglesas,niog al czeyene el espacio piblico en el que pede runitse con oftos y ser visto por ellos. El dominio pi Deo seclu,o la eslere politica, para dectlo con precisisn, abazca y di espacio a la esleraeligosa publica. Un creyente puede ser miemro de una iglesia ya Ta vez, actuar como tn Crudadano en la unidad mayor que corstruyen todos los qu Pertenccen ala Ciudad.) A menudo propiciaron esta secular zacion hombres que para nada pusieton en duds la verdad de las easeftanzas relgisas tradicionalestiachuso Holbbes murié en el miedo fro del ekaego del nfirno> y Descartes elev6 s blewaria la Santa Virgen), yen as fuentes nada nos autoriza a ” creer que todos los que preparsron © contibuveron a estable- cer una nueva esera secular independiente fueran ateos en se {ecto 0 sip saherlo, Todo lo gne podemos deeie es que no in {lays en lo secular ef hecho de que tuvieran fe 0 10 la tavieran, Los tediicos politicos del sgio xv cancretaron la seculariza ion separando el pensamiento politica dela teologa,¢ ins tiendlo en que el imperio dela ley nareal daba una base pare el ppader politico, aun cuando Dios no existiese. Era el mismo ppensamienta que Nevs a De Groot a detir que «ni siquiera Dias pede logsar que das mas dos no sean custrom, La cues tidn no era negar la existencia de Dios sino descubsie en elim bito secular un significado independiente, inmanente, goe ai siquiera Dios puchiese altar. “Hemios seiahdo antes que la conscoxencia mas importante ‘de la aparicin del carmpo secular en la época modetms Fue que Ju cecencia en a inmorealidad individual —yafucza Ia inmorta Jidad del alma 0, ms importante an, la resurrecciin del cuer ‘po pers en lo politico su fuerza vineulante. Paes bien, sin ‘doda sera inevitable que la posteridad tesrena volvera a con vertise una vez mis en la sustaneia principal dela esperanza», pero de esto nose infere que se produjese una secularizacion de Ja cecencia en un mds alld, ni que la mueva actitud no feese, en esencia, mis que ana nueva acomodacién de las ideas cistia sas gue tataba de desplazar».* Lo gue en realidad sucedis fue ‘que el problerna dela politic recuperé aquellaimportancia gra ‘vey decisiva para la existencia de kos hombres que le habia fa tado desde la Antipicded, porque ea irreconcilable con ur comprension estrictameate cristina de Jo secular, Tanto par Jos gregos como para los zomanos, pesar de todas las diferen cas, la fundamentacion de! poder politico se origins en la nece- sicad lnumana de superar el catécter moral det hombtey la fu tileza de los hechos humanes. Fuera del poder politico, la vid dal hombre no era sélo y ni siguiera ante todo insepura, es decit, cexpuresta ala violencia de otto; ademas, carecia de sentido y de dlgnided porque en ningtin caso podi dejar huells tas de st Esta fue la causa de la maldicin que el pensamiento gricgo sero sobre toda la esfers de la vida privada, cava anecedad> Ccanssta en ques6loseinteresaba por la supervivencia tal como fue la taza del punto de vista de Cicerén, quien sostuve que, fe séloconstruyendo y preservando comunidades politica, lavirtad Ihuruona poss aleanzar ls eaminos del divide" En ots pa Idbras, la secelarizacién dela después del pecado de Adan y respocables dle que la politica, en el mero sentido secular, se convrtiera en una necesidad para la pecaminosa vida terrena. La conviecion ‘agustiniana de que cieta clase de vida politica debe existe aun cn condiciones libyes de peeado, ¢ incluso de santidad, se res ‘meen una frase: «Sacialfex vita sanctorun», hasta la vida de los santos es una vida en compaiia de ocees hombres.” Auague Ia comprensin del caricter perecedero de todas las creaciones humanas no eave gran importancia pata el pen samiento cristiano, y en su maximo peosido, incluso pudo es- taracorde con una concepcin de a politica apartada del cam po secular, se voli muy importuna en la época modems, fuando la esfera secular dela vida humana se emancipé de la religidn. La separacin de religin y polite sipnitcs que, pen sara lo que pensase una persona como miemibro de una iglesia, come ciudadano actusba y se comportaba aceptando e care ter mortal del hombre. Eltemor de Hobbes al fuego del infer no no nfluyé para nadaen su consteaccion del gobierno como < Leviatin, up dios mortal que iatimidaba 2 todos los hor bres, En términes politicos, dentro del campo secular mismo, Ia secularizacién signified ni exis i menos que los hombres, tuna vez mis, se halpian vuelto moctales. Si bien esto lleva wn nuevo descubrimiento de la Ancigiedad, a que llamames bu manismmo, en el que las fuentes griegas ¥ romnanas volvieron & hablar un idiom mucho ms familiar, correspondiente a expe rieneias mracho mis similares ala suyas propas, sin dla no permit que los seres humane moldeasan su comportamicn: to-de acuerdo eon e ejemplo griego o romano, No se recupers Ia antigua certeza de que el mundo era mas peemanente que cada hombre y de que las estructura politieas eran una garan tia de la supersivenciatervena tas la muerte, de modo que la 'untizua opasicion deme vida mortal yun mando ms 0 menos 8 inmortal se diluy6: tanto vide como cl mundo se hubian vue tw perecedros, mortals, Files. Hoy encontramos dificil comprender que esta situacién de rortalidad absohuta pudiera resultar insoportable para los hombres. Sin embargo, si observamos o desarrollo dela

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