Ciencia 34 LUNES 18-10-2004 Málaga hoy
M AT E M ÁT I C A S
Estudio. Científicos concluyen que no es posible hacer operaciones matemáticas sin que existan palabras para nombrar
cada número tras investigar una tribu amazónica cuya lengua carece de vocablos para designar dígitos mayores de cinco
El cálculo
numérico
es cuestión
de letras
EL INFORME
Elena Sanz
■ MÁLAGA. Que el lenguaje y las ma-
temáticas están íntimamente re-
lacionados era algo que ya se sa-
bía. Sin embargo, hasta ahora
psicólogos, antropólogos y lin-
güistas no habían resuelto la
cuestión de si sería posible para
un ser humano conceptualizar
números sin un lenguaje que los
describa. Los contados experi-
mentos en ciertas especies ani-
males, así como en niños meno-
res de tres años que aún no han
aprendido los nombres de los nú-
meros, apuntaban a que para ha-
cer cálculos matemáticos aritmé-
ticos exactos es imprescindible el
lenguaje, mientras que las apro-
ximaciones numéricas podrían
realizarse sin necesidad de pala-
bras.
Un equipo de científicos de la
Universidad de París, liderados
por el profesor Pierre Pica, acaba
de dar un espaldarazo definitivo
a esta idea gracias a sus trabajos
con tribus amazónicas que ha-
blan el mundurukú. Y es que en
este idioma, de la familia del Tu-
pi-Guaraní y hablado sólo por
7000 indígenas, sólo existen pa-
labras para designar los números
del uno al cinco. Por ejemplo, el
dos se pronuncia como “xep
xep”, mientras para el cinco se
utiliza el término nativo “pug
pogbi”, que significa “una ma-
no”.
Pica y sus colegas comproba-
ron que los mundurukú eran ca-
paces de efectuar con éxito algu-
nas comparaciones numéricas
–por ejemplo, decidir qué canti-
dad era mayor, 20, 40 u 80– y
aproximaciones de sumas con ci-
fras superiores a cinco. “Los indí-
ZOOLOGÍA
La alondra de Dupont entra en el catálogo
Nacional de Especies Amenazadas
MARÍA REVUELTA
■ MÁDRID. Varios grupos de expertos
ornitólogos se han puesto en mar-
cha para lograr un mayor conoci-
miento sobre la alondra de Du-
pont, un ave ibérica de la que que-
dan apenas 2.000 parejas en Espa-
genas utilizaban cuantificadores
aproximados como algunos, mu-
chos o unos pocos, así como otras
expresiones más precisas del tipo
más de una mano, algunos pies o
los dedos de las manos y algunos
más, para contar hasta 13”, expli-
can los autores del estudio en el
último número de la revista
Science . Sin embargo, esos mis-
mos individuos fallaban estrepi-
tosamente cuanto trataban de
hacer cálculos aritméticos exac-
tos con estas cifras.
Según el profesor Pica, los ha-
llazgos sugieren que es necesario
hacer una distinción clara entre
la representación aproximada de
Los expertos sostienen
que la morfología de
una lengua influye en
la manera de pensar
del que la habla
los números (algunos, muchos,
etc.), que es independiente del
lenguaje y está presente de forma
innata en el hombre e incluso en
otros animales, y la representa-
ción matemática exacta de cada
cifra, que se desarrolla sólo con
el lenguaje.
Además, este trabajo parece
confirmar una antigua y discuti-
da hipótesis, formulada a finales
de los años 30 por el lingüista
benjamín Lee Whorf, según la cu-
al el lenguaje influye en nuestra
forma de pensar. Algo que tam-
bién apuntaba hace unos meses
el investigador Peter Gordon, de
la Universidad de New York, tras
realizar experimentos similares
ña y que, como si de un correcami-
nos se tratase, avanza reptando en-
tre los arbustos de los páramos pe-
ninsulares.
Si bien ya existían estudios sobre
la alondra de Dupont desde finales
de los años ochenta, ahora se ha
puesto un mayor énfasis en la nece-
3 SISTEMAS DE CONTEO
Los dedos, los primeros dígitos
Los sistemas de recuento más pri-
mitivos se basaban en el 5, el 10 o
el 20, números que están relacio-
nados con los cinco dedos que el
humano tiene en una mano, en
ambas manos o en manos y pies
respectivamente. De hecho, nues-
tro sistema decimal tiene este
mismo origen anatómico y toda-
vía hoy utilizamos la palabra “dí-
gitos” (deriva del latín dígitus, de-
do) para referirnos a los números
de 0 a 9. Pero a lo largo de la histo-
ria ha habido excepciones. Como
el caso de cierta tribu brasileña
que se decantó por un sistema ter-
sidad de su conservación, ya que es-
ta especie “típicamente española”
ha sido clasificada hace un mes co-
mo “vulnerable” en el último catá-
logo Nacional de Especies Amena-
zadas. Se trata de un pequeño pája-
ro de color pardo, de tamaño “simi-
lar al de un gorrión” y con un pico
nario, utilizando las tres articula-
ciones de las falanges de los dedos
para contar.Sin embargo, los sis-
temas de base cinco han estado
muy difundidos. De hecho, en
muchos idiomas las palabras que
significan “cinco” y “mano” son la
misma o están relacionadas. Por
ejemplo, los indios Tamanacos
del Caribe, hoy desaparecidos,
usaban para el 5 la misma palabra
que para decir “una mano ente-
ra”. El término que designaba al 6
significaba “uno en la otra ma-
no”… Y así hasta el 10, que se tra-
ducía como “ambas manos”.
muy curvado, largo y fino, según
explicó el profesor de Ecología de la
Universidad Autónoma de Madrid
(UAM) Francisco Suárez.
Hasta comienzos de los años
ochenta se pensaba que no había
ejemplares de alondra de Dupont
en España, pero entonces se com-
con otra tribu del Amazonas, los
indios Piraha, un grupo de dos-
cientos cazadores-recolectores
con un sistema de numeración
aún más reducido de sólo tres pa-
labras: uno (hói), dos (hoí) y
muchos (aibai). Gordon diseñó
una serie de tareas para exami-
nar si los miembros de la tribu
podrían contar y conceptualizar
con precisión números más allá
del uno y el dos, aún faltándoles
las palabras para mencionarlos.
Encontró resultados muy simila-
res a los del profesor Pica: sin los
términos numéricos necesarios
no podían contar, hacer sumas ni
restar más allá del uno y el dos.
Parece que, después de todo, las
ciencias y las letras no están tan
separadas como muchos todavía
creen.
probó que “estaba mucho más pre-
sente de lo que se creía” y en 1988 ya
se realizó un primer censo.
Sin embargo, advierte Suárez, las
cifras que se barajaron estaban “so-
breestimadas”, ya que se databan
cerca de 13.000 parejas, cuando en
realidad existen tan sólo entre
1.500 y 3.000. Sus principales ame-
nazas son las repoblaciones, los cul-
tivos y la construcción de infraes-
tructuras, tales como el tren de alta
velocidad o los parques eólicos,
además de la depredación, que se
acentúa en las poblaciones de Al-
mería, donde abundan los zorros.