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Sigmund Freud Escritos sobre la cocaina Notas de esta edicién de ANNA FREUD Edicion e introduccion de ROBERT BYCK im EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA. Titulo de 1a edicién original: Cocaine pat She Stooeit! Publishing Compeny Nueva York, 1975 Traduecion: Enrique Hegewice Maqueta de la colecci6n: ‘Argente y Mumbri Portada: Julio Vivas © EDITORIAL ANAGRAMA, 1980 Calle de 1a Cruz, 44 Barcelona-34 ISBN 84-339-0058-7 Depésito legal: B. 7628-1980 Printed in Spain Gréfices Diamante, Zamore, 83, Barcelens-18 AGRADECIMIENTOS DEL AUTOR Este libro no bubiera podido ser redactado sin la ayuda de muchas personas. En particular quisiera dar las gracias a la pro- fesora Rosemary Ostwald y a la sefiora Hortense Koller Becker por haberme autorizado a reproducir artfculos excritos por sus padres, asi como sobre ellos. El Dr. David Musto merece un agradecimiento expecial no solamente por les anotaciones que ha escrito para su artfculo sobre «Sherlock Holmes y Sigmund Freud» sino tambiéa por su erudi- ta ayuda y sus sugerencias. Los doctores Stephen Fleck y Frede- rick C. Redlich me ayudaron mucho retocando y corrigiendo las traducciones. Nunca hubiera egado a terminar este libro sin la excepcional generosidad y buena voluntad de los bibliotecarios de la facul- tad de medicina de la Universidad de Yale, especialmente los sefiores Ferenc Gyorgyey, Robert Breedlove, y la sefiorita Bette Greenberg. Fueron también magnificos los esfuerzos creadores del sefior Peter Swales. Hay tantas personas de Yale que me han ayudado y estimu- lado que me resulta imposible nombrarles a todos. Este libro lo escribf para mis hijos Carl, Gillian y Lucas, para que aprendan cosas sobre la ciencia a partir de la historia. Rosert Byck Cronotocfa pe Freup ¥ DE LA COcAiNa Nicolés Monardes (1507-588) publica la primera descrip- cién de la coca en Europa. Gardeke extrac un alcaloide al que llama erythroxylon: cs la primera vez que se afsla la cocaina. Nace Freud en Moravia, el 6 de mayo. La expedicién de Ia fragata Novara da la vuelta al mundo y a su regreso leva hojas de coca a Europa. ‘Mantegazza ensalza las virtudes de la coca. Albert Niemann describe la operacién que permite aislar un aledoide de Ta coca, y To bautza con el nombre de aa Oreo Schroff da cuenta del efecto insensibilizador de la cocatna en Ia lengua. La cocaina es incluida en Ia lista oficial de drogas de la farmacopea de los Estados Unidos. Von Anrep informa sobre la accién de la cocaina en los animales, Bentley y Palmer informan acerca del tratamiento del hébi- to de la morfina por medio de la cocaina en la Detroit Therapeutic Gazette. ‘Aschenbrand? tuenta sus experimentos en Ja apli- cacién de Ta cocaina a los soldados. Freud lee su articulo. En abril Freud escribe a su prometida: «ahora juego con tun proyecton. Ha leido los informes norteamericanos ¥ 9 ha quedado impresionado por el articulo de Aschenbrandt. 1884 E130 de abril Freud toma cocaina_por primera vez. ies4 En mayo Freud empieza a tratar_a su_smigo Emst von Fschl-Marxow, adicto a la morfina, con cocaina. 1884 EL 19 de junio Freud escribe « su prometida para de- cirle: «ayer noche terminé “Uber Coca”>. 1884 _Se publica defensa, por parte de Freu ear 1 ne come facea universal. Ambos temas han sido de le es im pidieado gue la norepinefring, que, es liberada en las terminaciones, nerviosas, Hegue @ activarse, aunque este Trecho no Legue a dar tuna explicacin completa de Ia accién de esta droj i inn eapliacion complete ga. Una intere- sre ziube de cove cteoaminien de la depresién seria, bo ap ahe or el naamieato de Salers de deprimidos, 4 in tema He 9-1 SE ade resivg. ‘AT igual que Ta anfetamina, la_cocaina puede cavsar euforia x coo los Fd. formé Freud, tener un efecto antidepresivo mediante u aceiGn en depresiones suaves o neurasténicas. Todavia po se via i Tamia ew ory ta dens a ST Ta covaina tiene efectos antidepresivos en las depresTones biolBgicas. Solo hay un articulo de Tos textos actuales ‘0 re paicoFarmacoloy patsarmacoloie que haya examinado ena posibilidad; en Ale deca que no se abian encontrado efectos ansidepresivos cn Ta coi, Si eta conlsién encvntra comprobscones en ‘0s andlisis, es posible que sea necesario reviser Ia teoria catecolaminica, En este sentido debe tenerse en cuenta que Freud, en a efectos antidepresivos biol sivos biold; ondo_s.nuso a ninhar los fectos amidepresivos biolgicos de ong Sri or_ageate y euférico, se adelantaba_noventa afios a u tiempo, 27 LK @Fue Freud el tinico que, tras descubrir los efectos psicolé- gicamente placenteros de una droga, abog6 en favor de su uso general tendiendo a ignorar Tos peligros inherentes? Retrospecti- Bervente, Freud aparece como el predecesor de una large lista de Teofarmacdlogos. Experimentar en uno mismo agentes Dolch Pralmente eicosetives, y pasar luego a difundir los resultados Caure los amigos, es una tradicién extendida que st prolonga sae Guestros dias. Y no se trata de algo simplemente lim: ado a la juventud sino, més bien, una nora se conducta de Jon cin Vfieog que trabajan en el campo de las drogas psicoactivas. be edo, este ipo de afirmaciones que hacen publicidad de la noeuidad y los placenteros resultados de Jas droges que acim tl sistema nervioso central no ha estado_nunce limitado los cientificos. En The Doors of Perception Aldous Fluxley)escribi6: “para la mayoria de las personas es completamente inocua. ; “A iferencia del alcohol, no conduce @ quien Ja toma 8 un tipo de accién desinhibida que tiene como conserutatt i oetjos, erimenes violentos o accidentes viarios. Un hom- tee que se encuentra bajo los efectos de ls mescaline. 5 edica a interesarse tranquilamente por sus cosas. Es més las cosas por Ias que se interesa consisten en una experiencia de tipo epecialmente iluminador, que (y esto €s muy ime portante) no hay que pagar luego con wna resaca compere erie Apenas sabemos nada acerca de las consecuencias de pueda tener tomar mescalina regularmente, Los indios que caamen botones de peyote * no parecen quedar fisica nt re descubrimiento de alguna cosa importat ae de la clinica o en el de la patologia médic plemente, como podrfa suponerse, la ai mucho més que esto, la esperanza de abrirle una perspectiva suficiente en el te vada como para justificar el adelantar la 2 en un afio, o incluso dos, en relacién c= = animarse a considerar como probable t= Debieron habérsele ocurrido muchas ideas al respecto, y en sus cartas menciona repetidas veces uno u otro nuevo descubrimiento que podria conducitle al deseado fin. Pero ninguna de esas ideas dio resultado. La mayor parte de las veces, por desgracia, sélo proporciona en sus alusiones un vistazo atormentadoramente fugaz de dichas ideas. Los tinicos dos casos en que se extiende sobre el tema son aquellos en que més cerca estuvo de lograr su propésito: son los que se refieren al_método_del o_para_la. in iéa_del tejido nerviosey al_uso clini ina Esto ultimo, como luego veremos, representa algo més que uuno de los tantos esfuerzos de rutina, y los problemas que plan- tea justifican que lo presentemos como un episodio aparte. La primera noticia que tenemos acerca de este asunto de la cocatna aparece en una carta del 21 de abril de 1884, en la que da la noticia de «un proyecto terapéutico y de una esperanza». He estado leyendo acerca de la cocaina, el componente esencial de las hojas de coca que algunas tribus indias mastican para poder. resistir las privaciones y dificultades. Un alemén* la ha estado em pleando para sus soldados, y ha informado que, en efecto, aumenta 2 energia y la capacidad para !a resistencia. Estoy tratando de adquitir. una cantidad, y la ensayaré en los casos de enfermedad cardfaca y en los de agotamiento nervioso, y especialmente en la desdichada sirua- én que sigue al abandono de ia morfina (Dr. Fleischl). Tal vez otros estén trabajando en esto mismo. Quizd no salga nada de esto. Pero haré el intento, desde luego, y ya sabes que cuando se persevera, tarde o temprano se triunfa. No necesitamos mas que un éxito de éstos para estar ca condiciones de pensar en poner nuestra casa. Pero no dés por asegurado que el éxito legard en esta ocasién, Dos cualidades debe tener el temperamento del investigador zsabes?: debe ser te- meratio en el intento, pero debe poner sentido critico en su trabajo. * Se trataba de un médico del ejército, el Dr, Theodor Aschenbrandt, quien realiz6 esas observaciones sobre soldados bévaros durante las manio- bras del otofio precedente. Theodor Aschenbrandt, «Die physiologische Wirkung und die Bedeutung des Cocsins», Deutsche’ medizinische Wochen. schrift, 12 de diciembre de 1883. 48 ‘Al comienzo no pensé que pudiera resultar gran cosa de esto; «Me animo a decir que va a resultar algo parecido a lo del mé. todo; * menos de lo que me habia imaginado, pero de todos mo- dos algo bastante respetable». El primer obstéculo results ser el costo de la cocaina que habia pedido a Ia casa Mesgk, de Darms- tadt: en lugar de costar 33 kreutzer (6 peniques) el gramo, se en- contré, con gran dolor, con que costaba 3 florines 33 kreutzer (5 chelines y medio). Pensé al comienzo que esto iba a significar el final de su investigacién, pero una vez pasada Ia primera im- presién, encargé, sin arredrarse, un gramo, con la esperanza de poder pagarlo algin dfa. Inmediatamente ensayé el efecto de un vigésimo de gramo. Comprobé que habia convertido su mal hu- mor en slegria y que le producia la sensacién de haber comido bien, «de modo que no hay que preocuparse de nada en abso- lutom, pero sin disminuir en nada su energia para el ejercicio 0 el trabajo. Se le ocurrié que, puesto que Ix droga actuaba eviden- temente como un anestésico del estémago, suprimiendo toda sen- sacién de hambre, podria resultar «til para cohibir los vémitos de cualquier origen.** Decidi6, al mismo tiempo, ofrecer la droga a su amigo Fleischl, presa de un intenso sufrimiento en su lucha contra la adiccidn a Ja mosfina, en que habia caido para librarse de una fuerte neu. ralgia. Afios después Freud hubo de lamentar amargamente el hav ber tomado esa decisién. Fue en ocasién de un informe que ha- bia leido en la Detroit Medical Gazette, acerca del uso de la droga pera ese fin. Fleischl se abrazé a la nueva droga «como un hom- bre que se esté ahogando»,*** y a los pocos dias estaba toméndola en forma continuada. El resto de la historia de Fleisch! serd rela- tado un poco més adelante. El entusiasmo de Froud iba en aumento. La cocaina era una +E] método del cloruro de oro, ideado por él. ** Carta inédita de Freud a Martha Bernays del 3 de mayo de 1884. se Carta inédita de Freud a Martha Bernays del 7 de mayo de 1884 49 «droga mégica». Tuvo un éxito espectacular en un caso de cata- tro géstrico, en el que hizo desaparecer en seguida el dolor.* Si esto marcha escribiré un exsa to ms iyo sobre Ia droga, y espero que ls terminaré por ocupar su lugar en la terapéatica, junto a a mor na ¥ en Tango superior a ésta. Tengo acerca de esto otras esperanzas intenciones. Es is Bi tra la depresiéa y Ia indigesti6n, con el més brilla suc} lepresi indigesti6n, con el més brillante éxitos, ‘Tengo la esperanza de que serviré para termisar con te ‘vemitos mas rebeldes, aun aquellos que provienen de un dolor intenso, Ea . En una palabra: es apenas ahora que me siento médico, puesto que he ayudado 4 un enfermo y tengo 1a esperana de ayudar a otros. Si las cosas, siguen como hasta aquf no tendrenos que preocuparnos ya en cuanto a poder reunimos y quedar en Viena. Enwid cierta cantidad de Ja droga Marta, «para hacerla fuer: te-y dar color rojo a sus moja, Ie ofreciainssteamente a sus amigos y colegas, tanto para rare ara sus paci dio a sus hermanas. Ea resumen, mirad desde a pants ‘e Sea de lo que hoy sabemos, se estaba convirtiendo en una verdadera amenaza publica. Freud no tenia ningiin motivo, naturalmente, en pensar que su conducta encetraba peligro alguno, y cuando aseguraba que, a pesar de la frecuencia con que tomaba la dro- 2, no habla advertido ansia alguna de volverla a tomar, estaba diciendo estrictamente Ia verdad: tal como sabemos ahora, se esta une predisposiiSn capri para incubar_una_adicién a las drogas, y Frew jente 0 posefa tal predisposicion.** ee ress, y Frond Tellmeate no pool pediooa sposicion.’ Algunos coleges le informaron de éxitos obtenidos con Ja droga; otros se mostraron mas reticentes. Breuer, con su cautela aracte a i carscteristiea, era uno de los que no se mortiaban impresio + Ga nt de Fd «Man Bes 25 Se RS Ra Soe Bes eee oe fos simios realizan trabajos duros para conseguir cocaina. Es poco proba- a ai ea dh eg ee ae, pr Dr. Jones. (N. del E.) ms Pecale a Ie g ‘fier el 50 Freud encontraba dificultades en la obtencin de Ja literatura sobre este tema poco usual, pero Fleischl lo recomends a la Bi- blioteca de Ia Sociedad Média, donde se encontré con el volumen recién publicado del Surgeon's General Catalogue, que contenia tun informe completo de Ia misma. Ahora (el 5 de julio) calculaba terminar el ensayo en quince dias més y dedicarse luego a sus investigaciones sobre electricidad, para ocupar asi Jas restantes cuatro 0 cinco semanas que ain faltaban para ponerse en viaje a Wandsbek. Lo terminé el dia 18, y ya el dia siguiente estaba impresa la mitad. Aparecié en el Centralblatt fiir die gesammte Therapie, de Heitler, en su mimezo de julio Este ensayo, a pesar de constituir una amplia resefia sobre el tema —holgadamente lo mejor que se haya publicado hasta el presente— tiene, a no dudar, més calidad como trabajo literario que como contribucién cientifica original. Estaba escrito en el mejor estilo de Freud, con su vivido brillo caracteristico, su sim- plicidad y su distincién, cualidades éstas que habian hallado redu- ida aplicacién en la descripcién de los nervios del cangrejo fluvial 6 de las fibras del bulbo raquideo. Muchos aos habrian de pasar antes de que se le presentara nuevamente la oportunidad de ejer- citar sus dotes literarias. Hay, ademés, en este ensayo, un tono que nunca volvié a repetirse en los escritos de Freud, una nota ble combinacién de objetividad y calor personal, como si estuviera enamorado de su contenido, Usaba expresiones no habituales en tun trabajo cientifico, tales como «la maravillosa excitacién»* que demuestran los animales a continuacién de un inyeccién de co- caina, y administrando mas bien una «ofrendan ** que una «do- sis». Con gran calor rechazaba la t7aw Se podrfa suponer, quizds, que la euforia que resulta de la buena salud no es més que algo normal en una corteza cerebral bien alimentada que «no es consciente» de los érganos del cuerpo al que pertenece. _ Durante esta fase de lor efectos de la cocafna, que no se distingue por nada més, aparecen los sintomas que han sido ge- neralmente desctitos como el maravilloso poder estimulante de la coca, Es entonces cuando es posible realizar prolongados tra- bajos intensos, tanto mentales como fisicos, sin sentir fatiga. Es como si la necesidad de comer y dormir, que sin la coca se hacen sentir de forma perentoria en determinados momentos del fa, quedara completamente climinada. Mientras duran los efectos de Ia cocaina, si uno lo desta puede comer copiosamente y sin asco; pero se tiene Ia clara sensacién de que Ia comida es innece- saria. Del mismo modo, cuando el efecto de Ja coca empieza a decaer, nada le impide a uno dormirse, pero también resulta posi- ble suprimir el suefio sin que se produzcan consecuencias desa- gradables. Durante las primeras horas del efecto de la coca no s= puede dormir, pero el betho no resulta molesto en modo alguno. He comprobado en mi mismo unas doce veces este efecto de_ Ja coca, que suprime el hambre, el suefio y la fatiga, y permite acentuar el esfuerzo intelectual; no he tenido oportunidad de realizar trabajos Tsicos. Un colega muy ocupado me dio la oportunidad de observar tn asombroso ejemplo de la forma en que la cocaina suprime Ja fatiga més extrema y también una sensacién plenamente justi ficada de hambre; este colegz, que 0 habla comido desde pti- mera hora de la mafiana y que habia trabajado en exceso, se tomé 0.05 gramos de cloruro de cocaina a las seis de Ja tarde. Al cabo de unos minutos dedlaré que se sentia como si hubiera tomado una comida abundance, que 20 deseaba cenar, y que 3 106 sentia Jo suficientemente fuerte como para emprender una larga caminata._ Este efecto estimulante de la coca ha sido confirmado oe) alli de tdda dada por una serie de informes dignos de crédito, de Jos que algunos son muy recientes. Para realizar un experimento, Sir Robert Christison * —que tiene setenta y ocho afios— se cans6 hasta llegar al agotamieno caminando veintidés kilémetros, sin comer. Al cabo de algunos dias repitié el ejercicio con el mismo resultado. Durante el tercer experimento se administré 3.4 gramos de hojas de coca y pudo realizar el esfuerzo sin el agotamiento experimentado en anteriores ocasiones. Cuando llegé a casa, y a pesar de haber estado nueve horas sin beber ni comer, no sintié hambre ni sed, y al despertar- se a la mafiana siguiente no sintié cansancio. En otra ocasién as- cendié una montafia de novecientos metros de altura y legs com- pletamente agotado a la cumbre. Después realizé el descenso bajo la influencia de la coca, que le permitié hacerlo eno de vigor juvenil y sin sensacién de fatiga. Clemens * y J. Collan‘ han tenido experiencias similares, y este tltimo lo hizo después de caminar durante varias horas por la nieve; Masson dice que la coca es excelente «para una lar- ga caminata»; Aschenbrandt ® informé recientemente que unos soldados de Baviera, agotados a consecuencia del esfuerzo y enfer- medades debilitadoras, tras ingerir coca fueron sin embargo ca- paces de participar en las maniobras y marchas del ejército. More- no y Maiz® fue capaz de permanecer despierto noches enteras gracias a la coca;(Mantegazza} pudo_permanecer_cuarenta_horas sin tomar slimentas No nos equivocamas, por lo tanto, al afirmar que el efects a_en los curopeos es el_mismo que as hojas de coca en los indios de Sudamérica. E] efecto de una dosis moderada de coca desaparece de for- ma tan gradual que, en circunstancias normales, es dificil definir su duracién. Si después de tomar coca se trabaja con intensidad, al cabo de tres a cinco horas decae Ja sensacién de bienestar y 107 S es necesario tomar otra dosis de coca pata que no se produzca la fatiga, El efecto ée-tiempo_si evan a cabo grandes esfuerzos musculares. Todas las opiniones parecen undnimes al afirmar que Ta euforia inducida por la coca no va seguida por ninguna sensacién de laxitud-u otros estados depresivos. Creo que después de tomar dosis moderadas (de 0.05 a 0.10 gramos), parte del efecto de Ia‘coca dura més de veinticua. two horas. Puedo afirmar que, al menos en mi caso, incluso ef dia después de haber tomado coca mi_estado es mejor de lo nor. mal_Para explicar Ia posibilidad de un aaaeaTS doeleno ae Ia fuerza, que a menudo se ha dicho que es uno de los efectos de Ia coca, creo que basta con hacer referencia al conjunto de los efectos que produce. A la luz de los informes que mencionaré posteriormente, parece probable que si se_usa durante largos perfodos, Jers en anidades mendes je ess Seo et cuerpo, Von Anrep traté a animales durante treinta dias con dosis moderadas de cocaina y no detecté efectos negativos en sus funciones corporales.[Me parece digno de destacar —y esto lo descubrf en mi mismo y en ctros observadores capaces fe juzgar tales aspectos— que ni una primera dosis ni una serie repetida de dosis de coca producen un deseo incontenible de volver a uti- lizar_ el estimulante; por el contrario, lo que se siente ¢s cierta aversién inmotivada contra Ta sustancia Esta circunstancia quizé en animales es inconfundible. Al aumentar ain més la Bess Mantegara se sumié en on sopore Beato; el ritmo de sus pulsaciones se aceleré muchisimo y le subié algo Ia temperatura ‘deLgusspo; comprobé que no podia hablar y que su caligraia Grapoco firme; mis adelante experiments esplénidasyvivs alo Jnaciones que al principio, aunque por poco tiempo, le Seo pero goe 2 part de entonces fueron algres, Tampoeo esta intoxicacién por la coca le produjo ningén tipo de depr sién, ni dejé en él ninguna sefial de haber pasado por un periodo de intoxicacién. Moreno y Mafz también experimenté un deseo jgualmente fuerte de moverse después de tomar dosis bastante elevadas de coca. Incluso después de administrarse treints gra mos de hojas de coca, Mantegazza no experiments ninguna limi tacién de Ia conciencia. Un farmacéutico que traté de envenenar- se tomando un gramo y medio de cocaina’ se sintié mareado y mostré sintomas de gastroenteritis, pero mantuvo incélume su conciencia. VI. Urinizaci6 TERAPEUTICA DE LA COCA 2 que una planta que en su pais de origen habia | ones Teputacién por sus maravillosos efectos, fuera utile | zada para el tratamiento de los més diversos desdrdenes y enfer- sea_en parte responsable del hecho de que Ja coca no sea uti zada ya desde hace tiempo en Europa como estimulante, a pesat aE que se han hecho sen tido. Wantegazza) experimenté en s{ mismo el efecto de dosis ele- vadas de coca, que le produjeron un estado de felicidad notable. mente mayor que la que sentia antes de tomar coca, acompanado de un deseo de inmovilidad completa que, sin embargo, se vela interrumpido ocasionalmente por un violentisimo deseo de mo. verse. La analogia de estos resultados con los obtenidos por von 108 medades del cuerpo humano. Los primeros europeos que conocie- —~ ron este tesoro de Ja poblacién india recomendaron sin reservas Ja coca, Basdndose en una amplia experiencia de gpédico. Mante- _gazza hizo posteriormente una lista de las propiedades terapéuti- ‘cas de la coca, que fueron confirmadas yna_por_una por otros dcctossy. En esta secciéa de mi ensayo he tatado de reunr en varios grupos las diversas recomendaciones que se han hecho sobre el uso de Ia coca y, al hacerlo, he intentado establecer una distincign entre las recomendaciones basadas en el tratamieiio de enfermedades que han egado-a ser curadas y Tas que se basah 109 en los efectos’ psicolégicos producidos por el estimulante. En ge- nezal, estos Ultimos son més numerosos que Jos primeros. Actual- mente parecen existir esperanzas de que Ja coca sea reconocida y ampliamente aceptada en los Estados Unidos, mientras que en Europa los médicos apenas si la conocen de nombre. El fracaso que ha tenido la coca en Europa, algo que en mi opinidn es in- merecido, puede atribuirse quizés a la aparicién de informes que han habledo de las consecuencias desfavorables de su utilizacién y que se publicaron muy poco después de Ia introduccién de la coca en Europa. También es posible que sea debido a la dudosa calidad de los preparados, su relativa escasez y cl clevado precio que, debido a estos tltimos, ha tenido. Algunas de las pruebas que hablan en favor de la utilizacién de la coca han sido. confir- madas més allé de toda posible duda, y otras merecen como nimo ser objeto de una investigacién sin prejuicios. La cocaina de Merk [sic] _y sus sales son preparados que tienen todos los efectos, o al menos los més esenciales, de Jas hojas de coca, — @ a coca como estimulante, La principal utilizacién de la coca serd seguramente la misma que ha tenido durante siglos entre los indios. En este sentido resulta valiosa en todos los casos en los que el objetivo primordial sea aumentar la capacidad ffsica del cuerpo durante un perfodo corto de tiempo o mantener gran- des reservas de fuerzas para futuras exigencias, especialmente cuando las circunstancias exteriores excluyen la posibilidad de obtener el descanso y el alimento normalmente necesarios para realizar grandes esfuerzos. Este tipo de situaciones aparecen en tiempo de guerra, durante los viajes, en la escalada de moptafias y en expediciones de otro tipo, etc. Se trata en muchos casos de ocasiones en las que se ha reconocido generalmente que los esti- mulantes alcohélicos resultan tiles. La coca es un_estimulante mucho més fuerte y menos dafino que el alcohol, y su uso gene- ralizado sdlo se ve Impedido_actualmente por su elevado precio. Teniendo en cuenta el efecto producido por la coca en los indios 10 pfs durcke = de Sudamérica, un médico Hamado Pedro Crespo (Lima, 1793) la recomendé ya en esa fecha tan temprana para que fuera utilizada en las naves europeas; Neudérfer (1870), Clemens (1867) y el médico militar mayor E. Charles recomendaron que ademés fuera utilizada por los ejércitos europeos. Las experiencias de Aschenbrandt deberfan servir para que los dirigentes de Tos ejér- citos tuvieran en cuenta Ia coca. Si se da Ja cocaina para producir efectos de estimulo, lo mejor es que se administre en dosis pe quefias pero eflcaces (de VDT a U.IU-gramos) y que se repita Ta dosis tan a menudo que los efectos se superpongan. Aparente. mente no'es posible almacenar la cocaina en el cuerpo. Ya_he wado que cuando terminan los efectos de la coca no se pro- ducen efectos i En este momento todavia no es posible estimar hasta qué punto la coca puede aumentar los poderes mentales del hombre. Tengo la impresién de que una utilizacién de la coca durante largo tiempo puede llevar a una mejoria duradera si las inhibi. ciones que se manifiestan antes de Tomarla se deben simplemente 2 causas fisicas o al_agotaniiento, Sin duda alguna, el efecto ins- tanténeo de una dosis de coca no puede compararse al producido por una inyeccién de morfina; pero, como contrapartida, la coca no_supone el grave riesgo para el cuerpo que implica la utilizacién continuada de Ta morfina, Muchos médicos han pensado que la coca puede llegar a coupar un puesto importante entre la serie de férmacos que admi- nistran los psiquiatras. Es bien sabido que éstos tienen una am- plia gama de productos que Jes permiten ayudar a sus pacientes a reducir_ la excitacién_de los centros_nerviosos, pero que no tienen ninguno que siva para aymentar_yn funciongmiento men | guado de esos centros. La_coca ha sido por esta razdn_recetada para los més variados tipos de de i isteria, hi condgia, inhibiciGn melancdlica, estupor fan comunicado algunos éxitos: por ejemplo, el jesuita Anto- nio Julidn (Lima, 1787) habla de un culto misionero que fue libe- Ie Coce, jul Hugee Asp

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