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Leonor Arfuch Norberto Chaves Maria Ledesma Disefio y comunicacién Teorias y enfoques criticos ” Paidés Buenos Aires * Barcelona * México imagenes fugaces, estimyfan a En cuanto a la relacion entre el diseiio grjgtoy las visuae De einem merry idades contempordneas, en la compleja te eo én sera 0s al comienzo, sin duda encuentra en 1ra puesta en cuestién sera entonces fa : jasc owas cue Go : incipio articulador. Desinde canibiNads eared barancrensiataaae de grdfio puede resultar impropi sroviledl stipes, idtlidad, Sitectie fe adr. | movimiento y se transforma a} pondremos en camblo, como alternativa, uf paradigms de ise delinea ot Iohheterogeneo,a partir dels omedad cons entre deo y la é a del pe je y de la percepeién, en la senda del p ’ 7 “Je Mall Bajtin, que se inscribe ty de dodo la enunciacién, Desde esta 6pt ai es ocurridas en el espacio piblico politico, incluye tanto la reconversion (y “redisefio") de npysas esiatales en entes privados, hasta la reconfigura. sma de Ia idea de ciudadai cuestin, as | Disefio y comunicacion: notas sobre una divergencia a8 seguro que corresponda a la palabra Comunicacién un concepto tinico, untvoco, Tigurosamente dominable y transmisible: comunicable? Segiin una extratia figura del Aiscurso, debemos preguntarnos inicialmente si 4a palabra o et significante “comunicacién” comunica un contenido determinado, un sentido identificable, un valor descriptbl. Jacques Deraiva, Mangenes de la filosofia Ea comunicacién como virtualidad istinciOn, sus sefias de ‘UBACYT, sobre e tema : mas bien, apenas acotada cierta zona que brin- fo en las transformaciones de a €or Imaginario. 41 britfa el aba. as, las vecindades, las “contaminacionege foro de las disciplinas, tanto acagg como profesional, supone la tension entre certerayg interrogantes, la bisqueda conjetural ce pertinencias des lindes. En la todavia reciente historia del diseno ‘St4fieg como especializaci6n universitaria en nuestro med, tensi6n tiene una indudable centralidad, y hasta una o va recurrencia: constantemente parece necesario rez Jo que es. no es dad del campo. Entre las definiciones més corrientes hay una que pan provenir de un orden natural, incuestionable, y que sey sa tanto bajo la forma de una equivalencia -ei dised co) ¢s comunicacién-, como de una conjuncién amor la manera de una pareja simbiotica: diseiio y comuniea ‘Quizas esta alianza sea facilmente comprensible: con fulerza que en otros campos pesan sobre el disefiador ciertos mandamientos ~claridad, univocidad, sin nencia— que tocan muy de cerca la utopia mi ‘municacion”. Esta naturalidad del uso es la que, como sugieres epigrafe, lleva a preguntarse una vez mas por los § que se le otorgan a la palabra “comunicaci6n”, Qui pocas ha resistido a la crisis de credibilidad, a la ince bre de estos tiempos -pensemos, por ejemplo, lo que han sufrido las ideas de verdad, totalidad-l lismo-, conservando un aura de positividad, de cei¢ buenas intenciones. La alienta desde la fantasia democratica de didlogos, at comunidades de consenso, hasta la presuposicign parencia, direccionalidad, de envio capaz de Ul 142 worsién a su destino, mediando jidad de los cédigos, Esesta tiltima idea la que prima cn la equiparaci6n lisa y Jana entre “diseio” y *comunicacién". Si bien la unidirec. donalidad del mensaje, esa linealidad de una flecha que cu- la distancia entre dos puntos, ha sido suficientemente sefutada en lo que va del siglo por teorias filosdficas, lingiifs fics y hasta por las ciencias “duras*, algo ha quedado como parca del sentido comtin que parece dificil desterraryque es ductor del mensaje, cumpliendo con ciertos requisitos, Elque logra “hacerse entender”, imponer un sentido. Tal pri. gicia Oiorgada al enunciador, que cjerceria el control de su jensaje y hasta de sus “efectos”, en detrimento de la libertad receptor, inspir6 justamente, en los altos '40, criticas vi mientas contra el imperio creciente de los medios de comu. iaci6n de masas, su poder de persuasién y seduccidn, que fan sido eficaces instrumentos en el sustento de los re- jenes totalitarios antes y durante la Segunda Guerra,’ tam. gx parecian serlo en la posguerra, para el afianzamiento de nuevas fronteras politicas, la sociedad de consumo y la macionalizacién del mercado Conformismo, consumis- 's condiciones de legibi- Bien conccido el uso intensivo de Ia grafica, ef cine y la radio en el afta. nasa y la propaganda potiea de fa guera, como bien el papel feempciaron esis nuevos medios como soporte idedlogicos dela seekers iis 20. Al respect, y sobre todo en destacable, dentro de la produccion de la Escuela de Frankfurt o iss de Adorno y Hortheimer sobre la “Industsia Cultural Enel res reflexionan sobre la pedida de distancia enue lace i creado pot la radio y el cine, to que resulta en uns pie ver. 6 operncin negdors deo specs co. ‘de la industria cultural, lo cual conduce a ccc lo ue preoctp os stores niemizader,lercxat hegemonis fea sd oe warsorna en conser, smo yalienacién aparecian entonces, desde esta éptica manque este otro no sea mas que wu valres negatvos aociados fa manipuacién median aedoblamiento, un orogens HEU imaginaia un » (Desde una posicién contrapuesta, celebratoria de El reconocimiento de esa asime tudes de la co miniesrisnimacaiedistcs para la al us So eeereeca Sareea eS de audiencias, la mayor visibilidad politica y la democrag neo de los procesos de recepciGn/interpretacion, segierey, cion de los saberes, también se otorgaba al medio, y pa a pérdida de control del sentido por parte delenan cian tanto al productor/enunciador, el Ingar de prvilegis na mayor indeterminacidn del meats oy ee posturas, que Umberto Eco caracteriz6 con una dstinelg pento de la propia idea de gfcta (pot oun parle ce Irn Clisiea, “pocalipticos" os “integrads"comintan pe del siglo, el destinarario ha muliplicado sve dectreass, te se de manifiesto, con variantes y nuevos contenidos, fadose cada vez mas de la inocencia). Este enfoquie inertia que se plantea el debate en torno de los medios y su jecon mayor fuerza la variable del azar, que recientes sagen | social. Pero ¢s s6lo operando un desplazamiento de e tn establecido incluso como un modode fancies de oposiciones que puede pensarse, mas mat al en el universo de las ciencias “duras” (la sien, la toe complejidad siempre creciente de la comunicaciég vamica): el hecho de que cicrtas mezclasy agrupamionn Pea 3 Bsde particulas reaccionen ragularmente de manera weanan, En ese desplazamiento, una nocién fundamental gual no supone, sin embargo, la posibilidad de predects __lna divergencia constiutiva entre emisor y recep Soa niicat . la posibilidad de predecir usar una expresin mis apropiada, entre enunciadgr esta linea de pensamiento, el desvio, la deriva, el tan cédigos comunes que hagan posible la compre ino de una comunicacién “feliz”, és | mensaje (lingiiisticos, discursivos, culturales, etc.) 7 = +8ino mas bien como 1 cas dela cultura, de ls biografay, de las ponciona 4 ean es on leagues) Y; Bor tos respectivos, de los puntos de vista y las interpr s decir que pueda considerarse exitos, Pegs oe ‘misma” manera? ¢Cémo otorgar a un mensaje ef u contrafigura -la confusion, la incomprensién. el sentido que lo ames oe el ae no és ->Y quiza la pugna de las liedeae ee dee voco, que viene “dado” en la forma del mensaié ices ju : ss “| entre la significacién que el texto (la imagen) politicas (Io que “en realidad’ ss dijo lone abropiacién que realiza cl destinatario receptom plo que no se dijo, etc), que aleanza tambien cs es la que lleva a otro desplazamiento: el de 139g Mica (las Gants Seba ae wal del enunciador. La idea de negociacién ( Preguntas sobre la intencién teracci6n) supone la existencia de partenaires, tun proceso activo y continuo de significacién. dad no es posible separar un “primero” (ele tun “segundo” (el destinatario): slo porque cat Mis Bn mire de lage Et mo, un ol capaz de comprender, tiene lug ‘monéloga como uno de lee cheno 144 145 ola motivacién del autor, o sobre c6mo debe giao un sentido, es imposible tenga come mp munca ala pia de a “com { _ Sin embargo, ceerperfecta, esa consumacién ideal del de- sto Soda top ta smuleneamente en maginado el limite de lo real avis Inde a comoniecn Se eae ee signifcacion, del deveniceadtico de as aaa eee ven Porque, siesverdad que no bay wn sentid, aero hay cualquier sentido; Volemos aqui ala tension, la re teh to que el mensaje significa (su combinatex eee aliae de diversos cOdigos,lingtiisticos y no lingiisticos) Saat ue suscita; En ese espacio de indeters) | yas lecturas posbls que suscla, En ese expaco de ndetens f minacién, donde nada esta jugado mano 1c juega cualquier juego, esta justamente cl Ia oira connotacién que sera fy “comics al des defn nad Nueramene a ideas cain del control del sentido sta ex por acon qu gla prodicin del mens Pe sion de jficaciones en la vida social fo p See ee oe uttarno, a cumplimiento wea bleep eapecificos. Las signifcaciones fluyen en ere yc, ve tansforman, desandan sus caminos, se srromisiblemente de su "fuente" (a botoenaeias tna buena prueba de ello). Mas alla de todo props toda intencionatidad, en el momento cién, aun cuando ésta sea proyectuah P inconsciente, el deseo, el juego capri fa confirmar que la “comunicacion”, en- areceria confirma Shoso de lo interte ara de una concepon A eo ficado de de eng ect cacctoentode re {is ~6 pero no permite por supuesto pt igure de expres consi gta voles) ace Ps 146 tual —filiaciones, didlogos, influencias, esos discursosoiros. que es imposible rastrear ¢ inventariar, que se confunden con nuestra “propia” voz~ Por estas connotaciones que venimos sefialando, la equi- valencia entre disefio grafico y comunicacién constituye una definicién restrictiva. Reduce su funcionalidad a la transmi- sin de un mensaje. Sobre la nitidez de ese mensaje, sus atri- | butos, su cficacia virtual, trabajarian las estrategias del comunicador en dosis prescriptibles de intuicién, técnica, creatividad y experiencia. Es evidente la carga normativa de este enfoque: un “buen” mensaje alcanzaria su target, levan- doa “buen” fin la seduccién (la compulsion?) de un hacer hhacer que, segiin nos ensciia la cada vez mayor apoteosis del mercado, es ya un hacerser® Asi, esa aleacién que parece decirlo todo (disefio = comu- nicacién) deja de lado lo mas problematico: la cuestion del ‘Sntido, su irreductibilidad, su imposible captura, el hecho de que es en la recepci6n donde termina de definirse el jue- go, nunca del todo-predecible. ¢¥ qué es, en definitiva, un “buen” mensaje, en este campo? ¢Aquel que conforma al diseniador y/o al cliente? ¢Aquel que tiene eficacia en cuanto su popularidad ~imagenes, esléganes, simbolos- 0 en rela- cn con la venta de un producto o el logro de un objetivo? en de psmasionmptacon, de Ser alude entonces ala configu en boga. gO acaso las obras premiadas, a priori o a posteriori de su eventual salida al mercado, lo son en virtud de su “efec- to” comunicacional? a ae sta vision restringida, que deja afuera el componente ao artstico, cultural asta a posiilidad de libertad, de gratuidad del diseio una produccién no comercial, sin objeto predeterminado ni target conlleva otra coneepeién instrumental: sélo los saberes que prestan una utilidad direc- taa los objetivos y las finalidades en cuestién son pertinentes para la disciplina. Llevada al limite, esta idea revierte en una especie de apartheid pragmatico: s6lo pueden “hablar” de teorias, incumbencias y limites quienes hacen diseito. Més alld de la comunicacién: el diserio como espacio plural Desde una dptica semiética, desde la travesfa que también sugiere la'palabra “comunicacién”, desligada ya de la obliga- cion de llegar “a buen puerto”, tomamos justamente el cami- no inverso: no mirar por el ojo de la cerradura algo que seria un coto privado, técnico, especifico, sino colocarlo en la mira ‘mds amplia del horizonte de la contemporaneidad: sus mitos de felicidad o facilidad, la aceleracién, el reino de lo efime- 10, la experiencia de los ritmos vitales, la heterogeneidad de Jas metrdpolis. El modo en el que una grafica diseriadainvade - hasta el tiltimo resquicio de nuestra cotidianidad imprime un giro a nuestra percepeién, tiene que ver con nuestro sersuje- \ tos; 1a manera como esta densidad significante excede la par- ticularidad -y la intencionalidad- de cualquier “mensaje” y también los limites de un dominio formal, instrumental. Es asi que en lugar de inventariar los atributos que cons- tituyen la especificidad de ese singular, “el diseno”, vistum- ramos la posibilidad de dispersion, de dialogos, de entre cruzamientos en otras superficies/Se trataria entonces de —vpensar el disefio como campo phiral, aceptando que se comunicacién (aunque no necesariamente “feliz”), inmer: so en redes incesantes de produccién de sentido, donde la 148, in significante, quiz su complejidad derive justamente de la pluralidad de los cédigos que involucra, de naturaleza tan diversa que plantean un verdadero acertijo se- midtico y cuya interaccién va més alld del eventual “mensaje” en cuestién. En efecto, ¢cémo acotar la significacién cuando se trata de combinatorias posibles ¢ innumerables de juegos de espacios, imagenes de cualquier clase hasta las inasibles de Ia realidad virtual-, tipografia, serie lingiiistica, tramas, co- lores, tonalidades, movimiento, en una verdadera red metafé- rica?/Porgite cada uno de los elementos, puestos a significar conjuntamente, “habla” ademas por si mismo, trae su pro- pia historicidad, revela la huella de otros usos (dentro y fue- ra del disenio), se inscribe en el devenir de la cultura. ¥ esta también el modo como esos componentes son convocados a articularse en una nueva superficie bajo la impronta del disefio. » Es justamente esa impronta proyectual la que resemantiza, da otros sentidos a las combinatorias de viejos sistemas semié- ticos. Lo que ellos traen, en su siempre relativa especificidad, ¢s una experiencia de siglos, una acumulacin de esquemas valorativos que se actualizan en otro universo: densidad se- mantica de la tipografia, huellas de la retérica, teorias del color, reglas del arte pictérico, escultérico y arquitectonico ~que sintetizara el propio concepto renacentista de designo-, uusos de un arte “nuevo”, la fotografia, y también conceptos clisicos de la filosofia, que se interroga desde sus origenes sobre la imagen, la metéfora, la representacion. Enumera- cién por supuesto no exhaustiva, que solamente evoca una especie de estadio mitico a partir del cual el disefio, segtin lo entendemos hoy, trazard su propia genealogia, su diferencia, en una practica que viene desplegandose sin pausa, y que reconoce algunos anclajes emblematicos (las “revoluciones del estilo” de mediados y fines del siglo XIX ~Arts and Crafts, Art Nowweau, Jugendstil, etc ~ las vanguardias artisticas de prin- 149 cipios del siglo XX ~impresionismo, futurismo, Dada, cong tructivismo, surreatismo, etc.-; la utopia de la Bawhaus y gig sucesores, etc.). Ecos hist6ricos de intensidad diversa, que conviven con la imagineria de lo nuevo en un campo dé miiltiples diseros, objetos extremadamente disimiles en may complejidad, que tampoco podrian ser homologadogeq una definicién general. De la insuficiencia de las definiciones, de la incertidy bre que produce toda nominacién, da cuenta incluso la'peg pia practica profesional cuando se trata de su institucio: zacion discursiva en el mercado. Tomando al azar un ro de la revista espafiola Visual, con un suplemento e sobre estudios de disefio, esa indecisién aparece en una ca acumulativa, alrededor de tres ¢jes principales: 1) dise comunicacién, 2) disefio/arte/creatividad y 3) diseha, gen corporativa: nsultoria en Disefio y Comunicacién Diseiio Grafico/Comunicacién visual Compaiiia de Comunicacién y Disefio Grafico Diseno & Comunicacién Diseio y Comunicacién Grafica Dg /Gomunicacién Visual Disefio, Publicidad y Consultoria en Comunica 2) Comunicacién y arte Direcci6n creativa, Direccidn de arte, Identidad Greatividad, Diseiio, Arte final Estudio de creacién grafica Disefio Gréfico/Artes Graficas Disefio/ Creatividad Estudio de creacién y Realizaci6n grafica 3) Identidad corporativa, identidad visual, imagen’ Programas de identidad visual % Programas globales de identidad corporatival Disefio y programacién de identidad corpora 150 Investigacion grafica, Disefio grafico corporative ‘Activaci6n y desarrollo de cultura corporativa Sieste abanico, que incluye en menor medida otros items (packoging, Ilustracién, Seftalética, ctc.), puede leerse como na necesidad de explicitar los componentes de un dominio elativamente reciente en cuanto a su desagregacion bajo la denominaci6n hegeménica de “diseiio”, también en ese jue- de deslizamientos de sentido, de un significante a otro, de ‘umbral a otro, pueden descubrirse huellas de discusiones {eoricas, pugnas entre jerarquias, privilegios y subordinacio- ges. Mientras que el primer agrupamiento remite a la equi icumulaci6n de los dos términos que venimos ana- Tzando, el segundo sefala la primacia de otra vertiente, que 108 consideran constitutiva 0 naturalmente derivada: el iva”. A pesar de ello, la ultima expresi6n anotada, quiza smasiaco pretenciosa y hasta riesgosa si se la lee en clave “cultura corporativa” no se avendria facil n efecto, si la “comunicacién” no puede renunciar a la f del entendimiento, el diseho parece conservar toda- jilusion de una armonia del mundo, de la posibilidad de ‘sobre lo-ca6tico, lo informe, lo incontrolable. En la i6n de la Bauhaus, esa armonia tenia el correlato de una t equidadtsocial, de un reparto més justo de los bienes ores de la modernidad. Hoy, quiz por la abrumado- itralidad de la empresa en el horizonte contemporanco, sha ocupado con creces el lugar del estado y de las uto- Hociales, no resulta curioso que uno de los territorios 151 preferidos para imponer el orden de lo arménico sea preci. samente el de la identidad “corporativa’. “Por qué la cuestiOn de la “identidad”, previa a toda otra especificacién, compromete a tal punto la prictica del disefio? Justamente quiza, podria pensarse, por ser un territoria ‘marcado por la fluctuaci6n, la multiplicidad, irreductiblea un significante, y que supone un verdadero desafio a la de: limitacién proyectual. Jdentidad visual, corporativa, gréfiea, en todos los casos se trata de una operaci6n de s trema, donde unos pocos rasgos pretenden expresar la totd lidad ideal de un universo de sentido. Si la “felicidad”de cién, en el caso de la identidad corporativa la cuestioa incluso mas all de la acufiaciéa de un logo/isotipo, apuntar a una “polifonia de la uniformidad’ mite esta especie de oximoron, donde todos los niveles la empresa estan involucrados (arquitectura, indumentaa tecnologias, relaciones humanas) y deberian responder tanto “portavoces” de Ia identidad, @ una misma radia lidad. ‘Junto a la uniformidad a la que apunta la identida porativa” ~expresion que remite, por otra parte, a losd tivos mas fuertes de concentracién de poder econdi politico de este siglo,’ cuyo crescendo en la globalizaci6l dimensi6n multinacional, ya desterritorializada, po observar sobre el fin de esta década-,.° y quiza como da de la misma moneda, las otras identidades (sociales, Tes, étnicas, religiosas, de género, etc.) se fragmenta tiplican, adquiriendo a veces fuerte conflictividad: resulta curioso es que una expresion surgida en una contexto especificos adquiera un uso tan generall 1. su version original en inglés, cporae ident remite a ran empresa (enoretion) 0 aun conyunto de empress que sea in de las redes informacicas ha termina les ys capitals hablard de identidad “corporativa” aun cuando se trate de la tienda mas pequeiia, o incluso de una institucién que no es precisamente una empresa. :Seré quiz la ilusion de ser crea- do “a imagen y semejanza” la que preside su uso indiseri- minado? ;Quizas el imaginario adanico del disefio ~que ha sido tan criticado~ se haya desplazado del lugar de la wtopi como democratismo de lo arménico al de la eficiencia, el control total (gla calidad total?), la racionalidad absoluta? Porque en realidad, la imagen de la uniformizaci6n, de voces y cuerpos que responden al unisono, forma parte més bien de las distopias, esas pesadillas futuristas y desesperanzadas que vienen preocupando al arte, la literatura y el cine, desde Motrdpolis hasta Blade Runner, para tomar s6lo de este ultimo dos ejemplos chisicos y divergentes Desde una 6ptica instrumental, la practica del disefio po- dia ser vista como tna relaci6n puntual con un “comitente” que pretende ordenar su universo y a quien debe sugerirsele un buen modo de lograrlo a partir de un know-how entendi- {do como la aplicacién de técnicas apropiadas, Pero hasta los {nimos intercambios cotidianos se inscriben en un campo “global de interaccién social, estan sujetos a reglas, normati- fs, inmersos en multiples dispositivos de poder. ‘Los dominios disciplinares, los saberes y las profesiones figuran justamente uno de los escenarios donde es inevi- ble la contraposicion de certezas y valoraciones teéricas 0 téticas, con racionalidades y exigencias del mercado. Esta ‘in, que leva a una tensién a menudo irresoluble, es con bastante intensidad en la especializacién del dise- jo-en la que esta presente la cuesti6n de las pertinencias € ibencias-, donde no s6lo se plantea a cada paso la nece- Bidad de discernir sobre éticas y responsabilidades sino tam- la de tomar partido sobre algo inmaterial y caprichoso: io. Umbrales indecisos: hay, sin duda, gusios de la época, sncias hegemOnicas, preferencias mas o menos secto Jas, mandatos en boga, zpero cémo se dirime todo esto, lo ylo individual, en el momento de la transaccién? hacer del disefio, que quiza por lo que trae de su conve vencia con el arte no puede desprenderse del prestigio de va- lores tales como creacién 0 invencién, se inscribe asi, por distintas vias, en una urdimbre de determinaciones sociales que van incluso mas alla de las exigencias del mercado La cuestién se hace atin mas compleja en un mundo donde el despliegue informatico viene a cuestionar incluso toda origi- nalidad posible. Un campo que, como sefalamos, se con- figura no por exclusién sino por combinatoria de genealo- gias y multiplicidad de cédigos semidticos, ahora esta sujeto, ademis, a la lengua del software, a las opciones, si bien no binarias tampoco infinitas, que moldean los programas én cuestién, A partir de esta transformacién cualitativa, no es ocioso preguntarse si disefiar supone algo mas que saber manejar con destreza estos nuevos lenguajes. Siguiendo la linea de nuestra argumentacién, podriamos afirmar que, en efecto, supone mucho mas que €s0. Pero no simplemente por acumulacién contextual de otros saberes sino por su inflexi6n; por el modo como se asume una posi cién, mas alld de la proveniencia curricular. El diseiiador podra formarse en el campo del arte, de la técnica, de la dis- ciplina universitaria u otras vertientes, pero quiza su distin cin, en el sentido que le otorga Pierre Bourdieu, respecto de un saber experto limitado al software, consista en el posicio- namiento reflexivo y critico sobre la propia practica, la no aceptacion lisa y llana de un orden “natural” de la disciplina © del mercado, la insercién comprensiva en un horizonte sociocultural. Para volver al ejemplo de la identidad “corpo- rativa”, en tanto ella no consiste en acufiar simplemente un isologo, la cuestién pasaria quizés, al trabajar la imagen de ‘una empresa, por asumir todas las implicancias y responsabi- lidades de esa operaci6n semiética, a partir de un determin: do posicionamiento historico y social. Dicho de otro modo: Ja definicién del diseiador estarfa vinculada al reconocimien — to de que la intervenci6n del disefio es de indole politicay nd cosmética. Este reconocimiento marcaria también una distancia res pecto dle la aceptacién incondicional de tendencias, modas, — 154 estereotipos: el pasaje del automatismo de respuesta al mer cado, a una experiencia mas compleja, donde se problema: tice el jugar de la enunciacién, incluidos los lugares respecti- yos en los distintos “mundos”, cuya divergencia no hace sino acentuarse. Porque si el disetio tiene que ver con la comuni- cacion, es por ser parte indisociable no s6lo de las redes mediaticas, de la aceleracién vivencial, del deslumbramiento tecnol6gico de la época, sino también de aquello que desafia todo optimismo “satelital”: los lados oscuros de nuestro tiem- Po, sus conflictos ¢ inequidades, U. EL Disetio en Ja trama de la cultura. Una propuesta tedrica Un acontecimiento que tiene un observador, por lejano, oculto y pasivo que sea éste, represen. ta ya un acontecimiento absolutamente distinto, ‘Myatt. Barray La pertinencia daa mirada semistica indeterminacidn de sus limites 0 alabras ¢ imagenes en pricti- camente cualquier cosa y en cud¥quier lugar”, Kalman y otros, 1994: 27), hasta normativas estrictsen cuanto ala utilizacion de cédigos y al deslinde de sus pertiencias (los decalogos del buen disefio y del buen disefiador y, Wa consecuencia, del “mal” disetio), pasando por la equiparacio. xo con otros campos de significacion (diseSdxe communica, ién, disefio = arte, disetio = mercado, etc.). En’ cia, estos enfoques podrian coincidir, sin embargyen un rasgo: la heterogeneidad de los sistemas que grarse en una superficie, dando lugar a otra forma de sign ficacion, Esa forma-otra es justamente producto de una combinato- ria que excede en mucho la suma de sus “partes”: la pieza de 155

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