peinado, el rostro y el pelo de aquel hombre manifestaban que
el aseo era una de sus reglas de conducta.
Al ver a Martn, se quit una gorra con que se hallaba cubierto y se adelant con una de esas miradas que equivalen a una pregunta. El joven la interpret as, e hizo un ligero saludo, diciendo: El seor don Dmaso Encina? Yo, seor, un servidor de usted contest el preguntado. Martn sac del bolsillo de la levita una carta que puso en. manos de don Dmaso, con estas palabras: Tenga usted la bondad de leer esta carta. es usted Martn exclam el seor Encina, al leer la firma, despus de haber roto el sello, sin apresurarse. Y su padre de usted, cmo est? Ha muerto contest Martn, con tristeza. Muerto! repiti, con asombro, el caballero. Luego, como preocupado de una idea repentina, aadi: Sientese, Martin; dispnseme que no le haya ofrecido asien to; y esta carta?. . . Tenga usted la bondad de leerla contest Martin. Don Dmaso se acerc a una mesa de escritorio, puso sobre ella la carta, tom unos anteojos que limpi cuidadosamente con un pauelo y coloc sobre sus narices. Al sentarse dirigi la vista sobre el joven. No puedo leer sin anteojos le dijo a manera de satisfac cin por el tiempo que haba empleado en prepararse. Luego principi la lectura de la carta, que deca lo siguiente: Mi estimado y respetado seor: Me siento gravemente enfermo y deseo, antes que Dios me llame a su divino tribunal, recomendarle a mi hijo, que en breve ser el nico apoyo de mi desgraciada familia. Tengo muy cortos recursos, y he hecho mis ltimas disposiciones para que despus de mi muerte puedan mi mujer y mis hijos aprove charlos lo mejor posibles. Con los intereses de mi pequeo caudal tendr mi familia que subsistir pobremente para poder dar a Martn lo necesario hasta que concluya en Santiago sus estudios de abogado. Segn mis clculos, slo podr recibir veinte pesos al mes, y como le sera imposible con tan mdica suma satisfacer sus estrictas necesidades, me he acordado de usted y atrevido a pedirle el servicio de que le hospede en su casa hasta que pueda por s solo ganar su subsistencia. Este muchacho es mi nica esperanza, y si usted le hace la gracia que para l humildemente solicito, tendr usted las bendiciones