Pese a que el Patrimonio Real contina, en general, diferenciado en muchos rdenes del
estatal, no posee la exclusividad que el Patrimonio Eclesistico o religioso an hoy se
arroga sobre s mismo y frente a otras instancias patrimoniales.
La aplicacin de estas medidas sobre formas cultura les vivas e incluso sobre las
denominadas culturas en peligro de desaparicin interfiere, encierra, limita, fosiliza y
contradice la dinmica de los procesos sociales, institucionaliza ingerencias de poder en la
vida, las emociones y los pensamientos de los individuos y grupos, desencadenando
transformaciones ajenas a ellos y, a la larga, resulta inoperante, generando muchas veces un
efecto contrario al buscado. La conservacin artificial, que intenta frenar una desaparicin
inminente de formas culturales o conjuntos de ellas que ya no tienen valor ni sentido para
sus actores sociales, desvirta su veraz comprensin presente y futura. En el fondo de estas
actuaciones legales subyace la idea de que las culturas vivas son un bien de todos, de igual
manera que en teora deberan serlo las grandes obras de arte.