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ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 10/2000.

DIPUTADOS
INTEGRANTES DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEL DISTRITO FEDERAL.

VISTOS; Y

RESULTANDO:

PRIMERO. Diputados integrantes de la Asamblea Legislativa del


Distrito Federal, promovieron acción de inconstitucionalidad
demandando la invalidez del Código Penal para el Distrito Federal en
su artículo 334, fracción III, reformado por decreto publicado el 24 de
agosto de 2000

SEGUNDO. Los conceptos de invalidez que adujo la parte promovente


son los siguientes:

"Primer concepto de invalidez. El artículo 334, fracción III, del Código


Penal para el Distrito Federal, reformado por acuerdo adoptado por
mayoría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la cual fue
publicada el 24 de agosto del 2000 en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal, es contraria a las 'garantías individuales' consagradas en los
artículos 1o., 14 y 22, en relación con el 17 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, por lo siguiente: De acuerdo con el
artículo 14 constitucional 'Nadie puede ser privado de la vida ... sino
mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos ...', y los tribunales previamente establecidos
únicamente podrán condenar a muerte a una persona después de
haber seguido el juicio respectivo y en el que se haya cumplido con
las formalidades esenciales, única y exclusivamente en los siguientes
casos, conforme al 22: 1. Traición a la patria en guerra extranjera; 2.
Al parricida; 3. Al homicida con alevosía, premeditación o ventaja; 4.
Al incendiario; 5. Al plagiario; 6. Al salteador de caminos; 7. Al pirata;
y 8. A los reos de delitos graves del orden militar. Nuestra legislación,
confirmando lo que la ciencia ha demostrado, establece que la vida
humana se inicia a partir de la concepción, y así lo establece en
diversas disposiciones, entre las que destacan las siguientes: En el
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación
para la Salud, se establece: 'Artículo 40. ... II. Embarazo. Es el periodo
comprendido desde la fecundación del óvulo (evidenciada por
cualquier signo o síntoma presuntivo de embarazo, como suspensión
de menstruación o prueba positiva del embarazo médicamente
aceptada) hasta la expulsión o extracción del feto y sus anexos; III.
Embrión. El producto de la concepción desde la fecundación del óvulo
hasta el final de la decimosegunda semana de gestación; IV. Feto. El
producto de la concepción desde el principio de la decimotercera
semana de la gestación hasta su expulsión o extracción; ...'. En el
Código Civil para el Distrito Federal, se establece: 'Artículo 22. La
capacidad jurídica de las personas físicas se adquiere por el
nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento en que
un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le
tiene por nacido para los efectos declarados en el presente código.'.
Por su parte, el Código Penal para el Distrito Federal establece en el
'Título decimonoveno' relativo a los 'Delitos contra la vida y la
integridad corporal' que: el aborto es un delito contra la vida de un
ser humano a partir de la concepción, y lo define como: 'Artículo 329.
Aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier
momento de la preñez.'. En igual sentido se pronuncian todas y cada
una de las Legislaturas de los Estados que forman la Unión. Aunado a
lo anterior, México ha sido parte en diversas declaraciones, pactos y
convenciones internacionales, y las mismas han sido ratificadas por el
Senado de la República y publicadas en el Diario Oficial de la
Federación y, por tanto, son obligatorios conforme al artículo 133 de
la Constitución, que establece: 'Esta Constitución, las leyes del
Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que
estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
presidente de la República, con la aprobación del Senado, serán la
Ley Suprema de toda la Unión. ...'. Entre las declaraciones, pactos y
convenciones que México ha suscrito o adoptado, destacan los
siguientes: Declaración de Ginebra de 1924. Derechos del Niño 1959.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948. Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1981. El Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1981.
La Convención de los Derechos del Niño, 1991. La Convención
Americana sobre Derechos Humanos, 1981. La Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, 1967.

En todos estos instrumentos internacionales se destacan los


siguientes principios: 1. Que los derechos esenciales del hombre no
nacen del hecho de ser nacional de determinado Estado, sino que
tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón
por la cual justifican una protección internacional de naturaleza
coadyuvante o complementaria del que ofrece el derecho interno de
los Estados. 2. Que toda persona es ser humano. 3. Que toda persona
tiene derecho a que se respete su vida. 4. Que toda persona tiene
derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. 5.
Que el derecho a la vida estará protegido por la ley a partir de la
concepción. 6. Que nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente. 7. Que se entiende por niño todo ser humano menor
de 18 años, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya
alcanzado antes la mayoría de edad. 8. Que todo niño tiene el
derecho intrínseco a la vida. 9. Que el niño por su falta de madurez
física y mental necesita protección y cuidados especiales, incluso la
debida protección legal tanto antes como después del nacimiento. 10.
En todas y cada una de las declaraciones, pactos y tratados, los
Estados se obligan a respetar los instrumentos internacionales y
adecuar su legislación a los mismos.
El legislador que aprobó la limitación al derecho a la vida de los
individuos que presenten 'alteraciones genéticas o congénitas que
puedan dar como resultado daños físicos o mentales, al límite que
puedan poner en riesgo la sobrevivencia', atenta contra la garantía
que tiene todo gobernado a que el Estado le otorgue la protección de
sus derechos, empezando por el primero de ellos, que es el derecho a
la vida, y cualquier acto que de cualquier manera le restrinja tales
derechos, evidentemente estará violando los preceptos
constitucionales antes invocados. Lo anterior se evidencia en el hecho
de que no habiendo vida, no existe persona y, por tanto, no hay
centro de imputación de derechos y obligaciones.

En el caso concreto, con la reforma aprobada por la mayoría de la


Asamblea Legislativa a la fracción III del artículo 334 del Código
Penal, un individuo que por cualquier razón presente alguna
alteración genética o congénita, que supuestamente a criterio de dos
personas ajenas dañe su salud, al límite que pueda poner en riesgo su
sobrevivencia, no se le permite vivir y llegar a su muerte natural,
privándole de este derecho al aplicarle la muerte por eutanasia, la
cual también es considerada como una conducta típicamente
antijurídica, dolosa y culpable en nuestro derecho. Por tanto, esta H.
Suprema Corte de Justicia de la Nación deberá decretar procedente la
acción de inconstitucionalidad, y fundado el concepto de invalidez
que se hace valer.

Segundo concepto de invalidez. 1. Fuente de inconstitucionalidad:


Artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales del Distrito
Federal cuya invalidez se alega, mismo que fue adicionado por el
decreto citado. 2. Precepto constitucional violado: Artículos 1o., 14,
16, 20, 21 y 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. 3. Concepto de invalidez: Como ya se expresó en los
conceptos de invalidez anteriores, el derecho a la vida no puede ser
restringido o suspendido por autoridad alguna. A. Las facultades del
Ministerio Público se encuentran enunciadas en forma limitativa en
los artículos 20 y 21 constitucionales, y derivado de las facultades
aquí establecidas, la Ley Orgánica de la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal regula su actividad, y de esta legislación
se concluye que el agente del Ministerio Público únicamente tiene las
facultades que dicho ordenamiento le otorga expresa y
limitativamente. El artículo 20 constitucional, en su último párrafo, al
referirse a que la víctima tiene derecho a que se le preste atención
médica de urgencia cuando lo requiera, se refiere a un derecho de la
víctima, no a una facultad del Ministerio Público de ordenar la
interrupción de un embarazo, facultad que no está previamente
establecida por una ley. Se violan los artículos 14 y 16
constitucionales, porque no existe una ley expedida con anterioridad
que faculte al Ministerio Público a ordenar la suspensión de un
embarazo, pues correspondería a la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal y previamente a la
Constitución otorgar estas facultades, y no a una simple ley adjetiva.
Asimismo, no se puede alegar que el artículo 20 constitucional ya
determina la atención médica de urgencia, porque esto es un derecho
de la víctima, no una facultad del Ministerio Público, y en los asuntos
criminales no cabe la interpretación por analogía o por mayoría de
razón. B. El artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales del
Distrito Federal que se adicionó por el decreto mencionado, faculta
inconstitucionalmente al Ministerio Público a autorizar la suspensión
del embarazo cuando éste sea consecuencia de una violación y exista
una denuncia por este delito. Por lo mismo, estas pretendidas
facultades que el artículo otorga al Ministerio Público suponen ser
medidas que se toman como resultado de la posible comisión de un
delito. La garantía contenida en el artículo 21 constitucional prevé
que corresponde a la autoridad judicial imponer las penas y al
Ministerio Público la investigación y persecución de los delitos. La
ejecución de las medidas que deriven de la posible comisión de un
delito corresponde a otras autoridades de carácter ejecutoras, no a
una autoridad investigadora y persecutora, como es el Ministerio
Público, máxime que en el caso ni siquiera se prevé que dichas
medidas sean ordenadas por una autoridad judicial. C. El artículo 49
de nuestra Carta Magna prohíbe en su segundo párrafo que 'No
podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o
corporación ...', y en el caso concreto se están reuniendo en el agente
del Ministerio Público facultades que son propias de la autoridad
judicial, como son la imposición de penas de acuerdo con el propio
artículo 21 constitucional."

TERCERO. La parte actora estima que las normas cuya invalidez


demanda transgreden los artículos 1o., 4o., 5o., 14, 16, 21, 22, 49 y
133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

QUINTO. La Jefatura de Gobierno del Distrito Federal manifestó en su


informe, medularmente:

1) Que la procedencia de la presente acción de inconstitucionalidad


tiene como requisito esencial, que sea iniciada por cuando menos un
tercio del total de los integrantes del correspondiente órgano
legislativo, de conformidad con lo dispuesto en el inciso e) de la
fracción II del artículo 105 constitucional, lo que en el caso no se
satisface por lo siguiente:

a) Que como se desprende de la demanda, ésta no se firmó por tres


diputados.

b) Que dos de los firmantes, esto es, Jacobo Bonilla Cedillo y


Francisco Solís Peón, a pesar de haber impreso su signo gráfico, se
trata de personas que se ignora quiénes sean, puesto que de las
constancias de mayoría de diputados a la Asamblea Legislativa que
obran en el expediente, de cuatro de julio de dos mil, se aprecia que
fueron electos dos diputados que llevan los mismos apellidos, sin
existir certeza de que los firmantes sean tales, discrepancia que
conforme a derecho debe tomarse en cuenta para examinar la
procedencia de la acción.

c) Que las firmas que obran en la parte final de la demanda son


ilegibles y no puede presumirse que se trate de las mismas personas,
ante la imposibilidad de efectuar un cotejo de firmas, por lo cual
existe duda y la ley no establece la suplencia de la deficiencia de la
queja en cuanto al acreditamiento de la personalidad que deben
ostentar los interesados, por ser de orden administrativo y de estricto
derecho, además de ser de orden público e interés social el
procedimiento legal en que se actúa, en el que se encuentran
controvertidos intereses importantes y trascendentales de la
sociedad.

2) Que en lo que concierne al primer concepto de invalidez que hace


valer la parte actora, es infundado, toda vez que las reformas
efectuadas permiten a las mujeres, en el ámbito del Distrito Federal,
la interrupción de su embarazo en determinadas condiciones sin
contravenir a la Ley Fundamental, ya que el producto de la
concepción no goza de las garantías individuales establecidas por la
misma, toda vez que su goce y disfrute solamente corresponde a
individuos.
Que la parte actora, partiendo del falso concepto de que el producto
de la concepción goza de garantías, pretende que exista
contradicción entre lo dispuesto por la Ley Suprema del país y las
reformas efectuadas al Código Penal y al Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal, que permiten a las mujeres, en el
ámbito del Distrito Federal, la interrupción de su embarazo en
determinadas condiciones excluyentes de responsabilidad penal.

3) Que apoyándose en una indebida interpretación del artículo 22 del


Código Civil para el Distrito Federal y aislada del diverso 337 del
código referido, concluye erróneamente que nuestro derecho
reconoce la capacidad jurídica de las personas físicas "en los términos
planteados por dicha parte".

Que atendiendo a lo dispuesto por el artículo 337 del Código Civil,


para los efectos legales sólo se tendrá por nacido al que, desprendido
enteramente del seno materno, vive veinticuatro horas o es
presentado vivo ante el Juez del Registro Civil; que del análisis del
artículo precitado se desprenden dos eventos para tener por nacido al
producto del embarazo y si no se satisfacen ambos no puede
tenérsele por nacido y, consecuentemente, por tutelados sus
derechos y garantías individuales, según una interpretación adecuada
de la garantía constitucional contenida en el artículo 14 de la
Constitución Federal.
4) Que la garantía que protege el derecho a la vida se encuentra
contenida en los artículos 14 y 22 constitucionales y de acuerdo con
nuestro derecho únicamente es permisible la privación de la vida,
cuando exista sentencia firme pronunciada en un juicio seguido ante
los tribunales previamente establecidos, en los que se cumplan las
formalidades esenciales y las leyes expedidas con anterioridad al
hecho que así lo establezcan; que el análisis debe ubicarse en los
alcances que debe tener el segundo párrafo del artículo 14
constitucional.

Que la palabra "nadie" que contiene el aludido precepto


constitucional, es un pronombre indefinido y lleva la connotación
equivalente a ninguna persona, y dentro de nuestro derecho se deben
llenar los requisitos que establece el Código Civil para tener el
carácter de persona para ser sujeto de derechos y obligaciones.

5) Que al vincular el artículo 22 constitucional con el artículo 337 del


Código Civil vigente, estableciéndose en el último una condición para
que el producto del embarazo pueda ser considerado como viable y,
por ende, sujeto de derecho, de no cumplirse con tales dispositivos no
nos encontramos en la posibilidad de referirnos al nasciturus para
considerarlo jurídicamente como una persona, pues no cumple con
los supuestos que previene el Código Civil.

6) Que en la acción de inconstitucionalidad se esgrime como


argumento toral el hecho de que se está violando el artículo 14
constitucional, por resultar presuntamente violadas las garantías
individuales que le corresponden al no nacido, por existir como sujeto
de derecho y, por tanto, como persona desde el momento de la
concepción, lo cual es una percepción errónea, pues de acuerdo con
el derecho positivo, que define con precisión el momento y las
condiciones conforme a las cuales puede ser considerada una
persona como sujeto de derechos y obligaciones, estamos ante un
condicionamiento legal, para que el producto del embarazo sea
considerado como sujeto de derecho de acuerdo con nuestra
legislación.

7) Que existen once Estados de la República que contemplan entre


sus causas de despenalización el aborto por causas eugenésicas y es
la legislación civil en el Distrito Federal la que permite determinar si
en el caso de la legislación penal que permite el aborto, se está
violando o no el artículo 14 constitucional.

8) Que conforme al artículo 1o. de la Constitución Federal, todos los


individuos gozarán de las garantías que ésta otorga, pero los
presupuestos para disfrutar de esos beneficios se constriñen y
regulan a través del referido artículo 337 del Código Civil, respecto
del cual no hace impugnación alguna la actora; que aun cuando el
artículo 22 del Código Civil es expreso al establecer que la capacidad
jurídica de las personas físicas se adquiere por el nacimiento y se
pierde por la muerte, como dice la actora, es necesaria la certeza
referida en el artículo 337 del Código Civil.

Que no se infringe el artículo 1o. de la Constitución Federal, porque el


mismo alude al "individuo", como el único que puede gozar de las
garantías que otorga nuestra Ley Fundamental; que individuo es la
persona considerada aisladamente en relación con una colectividad, o
sea, hombre o mujer, criatura, así como cualquier ser, animal o
vegetal, respecto de su especie; por lo que en tales circunstancias,
sobra decir que el producto de la concepción no es un individuo cabal
o real, sino potencial, por lo que en tales circunstancias resulta
evidente que no es sujeto de las garantías a que se contrae el artículo
en comento.

9) Que el producto del embarazo, el feto o el nasciturus, tiene una


personalidad jurídica condicionada a la certeza de su nacimiento y sin
ese requisito obviamente carece de personalidad y no puede
entenderse como tutelado por las garantías que consagra nuestra
Constitución, por no considerársele por la misma como un individuo;
que en el caso no se viola el artículo 4o. constitucional, pues el hecho
de despenalizar el aborto, por las causas y bajo las circunstancias
específicas que se indican en el decreto impugnado, en ningún
momento impide o condiciona la posibilidad de que una pareja tome
libremente la decisión de tener o no tener hijos, número y
espaciamiento de éstos, por lo que tal garantía permanece intocada.

10) Que despenalizar el aborto en las circunstancias especificadas en


el artículo 334, fracción III, no significa que las mujeres en cuyo
embarazo se diagnostique que el producto presenta alteraciones
genéticas o congénitas graves, tengan necesariamente que abortar,
pues lo que hizo el legislador fue simplemente despenalizar tal
conducta, lo que no conlleva la obligación para la mujer de
interrumpir el embarazo, sino que, por el contrario, le permite que
informada y libremente tome una decisión que indiscutiblemente
repercuta en su vida futura y así, estar en aptitud de acudir a un
centro hospitalario de su confianza y ser atendida en condiciones de
higiene que permitan la conservación de su salud, sin poner en riesgo
su vida o su integridad física o psíquica.

11) Que tampoco se infringe el artículo 5o. constitucional, porque


éste se refiere únicamente a la "persona", es decir, a un individuo
real y no al caso del embrión o del feto, los que están en vías de
convertirse en seres humanos, lo que ocurrirá una vez nacidos;
además de que la contienda planteada no deriva de ningún contrato,
pacto o convenio, sino de una norma legal expedida por autoridad
competente.

12) Que no se infringen los artículos 14 y 16 de la Constitución


General de la República, dado que el primero se refiere
exclusivamente a la "persona", esto es, el bien jurídico a proteger es
un individuo real y no virtual, como es el caso del feto o embrión, y el
párrafo segundo del mismo, a las circunstancias y condiciones de un
juicio criminal o penal; que por similares razones no se infringe el
segundo de los preceptos citados.

13) Que no existe antinomia entre el artículo 17 constitucional y las


normas impugnadas, toda vez que de ninguna manera las reformas
efectuadas al Código Penal para el Distrito Federal y al Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, autorizan a las
mujeres que se encuentran en estado de embarazo y en las
condiciones que señalan las reformas efectuadas, a violentar lo
dispuesto en el citado mandamiento constitucional, es decir, a
hacerse justicia de propia mano, que como se prevé en tales normas,
lo que pueden hacer las mujeres embarazadas cuando se ajustan al
supuesto legal previsto en la norma, es invocar la aplicación de la
excluyente de responsabilidad penal, lo que resulta válido en
términos de lo dispuesto por los artículos 15, fracciones V y VI, y 334,
fracción III, del citado Código Penal para el Distrito Federal.

14) Que tampoco se violan los artículos 21 y 22 constitucionales por


razones similares a las mencionadas en cuanto a los artículos 14 y 16;
que el delito de aborto a la fecha subsiste, incluso con una penalidad
mayor, empero, en el caso previsto por la fracción III del artículo 334
del Código Penal para el Distrito Federal, en virtud de existir una
excluyente de responsabilidad penal, por tal situación evidentemente
no corresponde ninguna pena a la conducta de la mujer que la
realiza, y si el óvulo fecundado, el embrión o el feto no pueden
cometer ningún delito, debe concluirse que no hay ningún delito
punible, por lo que resulta evidente que la invocación de este artículo
por la parte actora, al igual que la de los referidos artículos 14 y 16,
resulta absurda y equivocada por su manifiesta falta de relación con
la cuestión constitucional controvertida.

15) Que la actora cita los artículos 49 y 133 constitucionales por


razones de carácter formal, ya que los mismos no guardan ninguna
relación con el fondo del asunto.

16) Que las fracciones II, III y IV del artículo 40 del Reglamento de la
Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud, no
son materia de controversia, además de que en ninguna de sus
partes se señala que el embrión o el feto tengan personalidad jurídica
y, por ende, sean sujetos de garantías individuales; que la fracción VI
del citado precepto señala: "VI. Nacimiento vivo. Es la expulsión o
extracción completa del producto de la concepción, del seno materno,
cuando después de dicha separación respire y lata el corazón, se
haya o no cortado el cordón umbilical y esté o no desprendida la
placenta."; que es hasta el momento en que se expulsa o extrae el
producto de la concepción del seno materno que legalmente se
considera que el niño ha nacido y, por ende, también han nacido con
él todos sus derechos, desde las garantías individuales que establece
la Constitución General de la República, así como todos los derechos
que se desprenden del marco legal que establece la misma.

17) Que el hecho de que el precepto 22 del Código Civil para el


Distrito Federal disponga que desde el momento en que un individuo
es concebido entra bajo la protección de la ley y se le tenga por
nacido para los efectos declarados en dicho código, es obviamente de
manera limitada y para los fines que se disponen en el referido
ordenamiento legal, como, por ejemplo, para que el producto de la
concepción herede, o sea objeto de una donación o, en su caso,
reciba alimentos; empero, sin duda alguna estos actos jurídicos
evidentemente se condicionan a que material y jurídicamente nazca
vivo, mas no para que, conforme a los razonamientos esgrimidos por
la actora, se le tenga como todo un ser humano o individuo sujeto de
garantías individuales, ya que esta disposición legal no puede tener el
alcance de modificar o reformar la Ley Suprema del país.

18) Que si como pretende la actora un "no nato" fuera sujeto de


garantías individuales, seguramente el Constituyente de mil
novecientos diecisiete lo hubiese incluido en la propia Constitución en
ese sentido; empero, como tal concepción no fue su espíritu
establecerla en la Ley Fundamental, al no haberla previsto de esa
manera resulta obvio que no puede concebirse así.

19) Que los efectos legales que reconoce el artículo 22 del Código
Civil para el Distrito Federal, se limitan en el artículo 337 que señala
"Para los efectos legales, sólo se tendrá por nacido al que,
desprendido enteramente del seno materno, vive veinticuatro horas o
es presentado vivo ante el Juez del Registro Civil. ...", es decir, que la
legislación civil reconoce expresamente que mientras un sujeto no
nazca, jurídicamente no tiene capacidad de goce y no puede ser
sujeto pleno de derechos y obligaciones, menos de las garantías
individuales previstas en la Ley Fundamental del país, atributos de la
persona que están sujetos a la condición suspensiva del nacimiento;
que en el momento que ocurre el nacimiento, la legislación retrotrae
sus efectos de protección al momento de la concepción y, en tales
condiciones, podrá gozar de la herencia, de la donación o de los
alimentos de que haya sido objeto en un momento determinado, por
lo que resulta evidente que de ninguna forma se pueden equiparar el
óvulo fecundado, el embrión o feto, con la "persona".

A mayor abundamiento, el término "persona" es un concepto jurídico


fundamental que se refiere a la entidad dotada de existencia jurídica,
susceptible de ser titular de derechos subjetivos, facultades,
obligaciones y responsabilidades; que los atributos de la persona
jurídica no son predicados propios o exclusivos de seres humanos,
pues pueden ser reconocidos a grupos de individuos a través de la
constitución de personas morales y los predicados de persona son
cualidades o aptitudes jurídicas por los cuales determinados actos de
ciertos individuos tienen efectos jurídicos.
20) Que la utilización de artículos del Código Civil del Distrito Federal
para sostener una argumentación contra el Código Penal del Distrito
Federal es impropia, ya que ambos son ordenamientos jurídicos de la
misma jerarquía, es decir, son leyes emanadas de la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal y cada uno tiene un ámbito de
aplicación por materia específica; por lo que en tales circunstancias,
menos pueden servir para instaurar una acción de
inconstitucionalidad cuya litis se constriñe únicamente a esclarecer si
existe o no contradicción entre una norma general y la Constitución
General de la República, por lo que no resulta válido, conforme a
derecho, invocar en apoyo a dicha acción preceptos legales de una
ley secundaria de la misma jerarquía a la norma general impugnada.

21) Que las declaraciones, pactos y convenciones internacionales en


los que México ha sido parte, a los cuales alude la actora, sólo
vinculan jurídicamente cuando forman parte de la normatividad
interna, es decir, cuando hayan sido suscritos por el Ejecutivo Federal
y aprobados por el Senado de la República en representación del
Poder Legislativo de la Federación, siempre que estén de acuerdo con
la Constitución y la parte actora no menciona los artículos, puntos o
cláusulas que considera se violentan con la actuación impugnada.

22) Que si bien es cierto que el derecho a la vida del producto de la


concepción es un bien jurídico tutelado por lo dispuesto en el artículo
329 del Código Penal del Distrito Federal, el que sanciona penalmente
la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la
preñez, esto se refiere obviamente a la tipificación del aborto como
delito en general, es decir, a la acción o aceptación de la práctica del
aborto en condiciones normales; empero, también lo es que existen
causas excluyentes para sancionarlo, como lo son: la existencia de
condiciones de riesgo, lo que puede ser un peligro actual o inminente,
o para ejercer un derecho cuando exista necesidad racional de la
conducta sin perjudicar a otro u otros y menos a la sociedad, ya que
la única perjudicada sería en todo caso la mujer embarazada.

23) Que la despenalización del aborto eugenésico se plantea como


una posibilidad de permitir a la mujer embarazada determine
libremente la decisión de tener o no a un hijo que requiera de
cuidados especiales para sobrevivir.

24) Que las reformas efectuadas de ninguna forma violentan los


derechos humanos de las mujeres que se encuentren en el supuesto
legal previsto en el artículo 334, fracción III, del Código Penal para el
Distrito Federal, como lo pretende hacer creer la parte actora, ya que
de un análisis del mismo se desprende que: el legislador está
protegiendo el derecho de la mujer embarazada para decidir si
suspende o no su embarazo sin ser sancionada, cuando el producto
de la concepción tiene daños físicos o mentales causados por
alteraciones genéticas o congénitas que le impidan sobrevivir por sí
mismo, o bien, ser madre de un niño con tales características;
derecho de la mujer embarazada cuyo ejercicio no depara perjuicios a
nadie, ya que solamente beneficia o perjudica a ella, y que se
considera indiscutiblemente debe garantizar de manera plena el
Estado.

25) Que el artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales para
el Distrito Federal acata lo previsto en los artículos constitucionales,
pues en el último de los citados se establecen las bases
constitucionales para que el Ministerio Público, actuando como
autoridad defensora de los intereses de la sociedad, sea quien
autorice la interrupción del embarazo de acuerdo con lo previsto en el
impugnado artículo 334, pero en su fracción I, del Código Penal para
el Distrito Federal, cuando concurran los requisitos que señala.

26) Que la institución del Ministerio Público se encuentra prevista en


la Constitución como el único órgano encargado de la persecución de
los delitos y, por tanto, poseedor del monopolio del ejercicio de la
acción penal y tiene además el carácter de representante social y
precisamente en ejercicio de esa función se constituye como vigilante
de los intereses colectivos y garante de la legalidad, en la debida
tutela de los derechos e intereses de cualquiera de las partes que
intervengan dentro de la etapa de la integración de la averiguación
previa y se debe tener presente que en la etapa de la averiguación
previa, el Ministerio Público está investido del carácter de autoridad y
tiene como función principal la persecución de los delitos cometidos
en perjuicio de los intereses de la comunidad, función que deviene en
el mantenimiento de la legalidad, de la que se erige como el vigilante
por excelencia.

28) Que la facultad otorgada al Ministerio Público en el artículo 131


bis impugnado del Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal, para autorizar, dentro de un término de veinticuatro horas, la
interrupción del embarazo, de ninguna forma es arbitraria, ya que se
le sujeta a los requisitos específicos que se indican en las fracciones
de la I a la V del artículo mencionado, por lo cual no puede afirmarse
que el Ministerio Público actúe con ligereza al autorizar la interrupción
del embarazo, máxime que es su obligación dictar todas las medidas
necesarias para asegurar a la víctima, proteger sus derechos e
intereses, proporcionarle la atención adecuada y, de conformidad con
el artículo 11, fracción III, de la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal, concertar acciones con
instituciones de asistencia médica y social, públicas y privadas, para
los efectos del último párrafo del artículo 20 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

29) Que la tutela que el Ministerio Público debe ejercer respecto de


los derechos e intereses de la parte afectada por la comisión de un
delito, debe ser tal, que evite que se le continúen generando daños
derivados del acto punible y sancionado por la ley penal; que tan es
así que el artículo 9o. bis del Código de Procedimientos Penales para
el Distrito Federal faculta al Ministerio Público para hacer cesar,
cuando sea posible, las consecuencias del delito desde el inicio de la
averiguación previa y sostener lo contrario implicaría sancionar a la
víctima, ya que no solamente ha sido violada por el agresor en sus
derechos más íntimos, sino que además tendrá que llevar día a día
las consecuencias del delito, que en este caso serían las de traer al
mundo un hijo no buscado ni deseado.

30) Que no es obstáculo lo dispuesto por el artículo 21 constitucional,


ya que tal no se contrapone con lo que el artículo 131 bis del Código
de Procedimientos Penales para el Distrito Federal le concede de
manera complementaria al conocer del delito; que pensar que sólo la
autoridad judicial puede autorizar a la víctima del delito, haría letra
muerta el contenido del precepto impugnado por virtud del tiempo en
que se tardaría.

Que en la especie, las facultades que el artículo 131 bis de mérito


concede al Ministerio Público, no son excluyentes ni pugnan con las
facultades que la Ley Suprema le otorga para que, en su carácter de
investigador, pueda indagar sobre todo lo referente a la comisión del
delito, así como dictar las medidas necesarias para que la víctima del
delito pueda suspender su embarazo.

31) Que la iniciativa, promulgación y publicación de las reformas y


adiciones al Código Penal para el Distrito Federal y Código de
Procedimientos Penales del Distrito Federal, cuya invalidez promueve
la parte actora, se llevó a cabo conforme lo establece el artículo 122
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En apoyo a sus consideraciones, la Jefatura de Gobierno del Distrito


Federal cita la tesis de rubro: "CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL. LA
FINALIDAD DEL CONTROL DE LA REGULARIDAD CONSTITUCIONAL A
CARGO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN INCLUYE
TAMBIÉN DE MANERA RELEVANTE EL BIENESTAR DE LA PERSONA
HUMANA SUJETA AL IMPERIO DE LOS ENTES U ÓRGANOS DE PODER.".

SEXTO. El primer vicepresidente en turno de la Mesa Directiva de la


Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en ausencia del presidente,
al presentar su informe a nombre de dicho órgano, manifestó lo
siguiente:

a) Que los accionantes consideran que el artículo 334, fracción III, del
Código Penal para el Distrito Federal, viola los artículos 1o., 14 y 22,
en relación con el 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y ello resulta falso; que la reforma al artículo 334, fracción
III, en la cual se excluye de sanción al aborto por cuestiones de
alteraciones genéticas o congénitas del producto, se encuentra
sustentada en la Constitución y en las leyes reglamentarias, que tiene
como propósito resolver un problema grave de salud pública y tiene
fundamento en el artículo 4o. constitucional.

b) Que el Poder Judicial de la Federación ha sustentado la necesidad


de igualar en todos los planos los derechos entre el hombre y la
mujer, entre ellos el derecho a la salud, citando la Asamblea
informante la tesis de rubro: "TRABAJADORAS AL SERVICIO DEL
ESTADO. EL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN V, PÁRRAFO SEXTO, DE LA LEY
DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS
TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO, VIOLA LA GARANTÍA DE
IGUALDAD.".

c) Que la protección a la salud, a que se refiere el artículo 4o.


constitucional, no sólo es respecto de la salud física, también
comprende el aspecto mental, por tanto, dar la opción a la mujer
cuando se dé la hipótesis a que se refiere la fracción III del artículo
334 del Código Penal para que interrumpa el embarazo, con la
certeza de que no será castigada, implica una protección a su salud
tanto física como mental, dándose la protección de un derecho sobre
otro de igual o menor jerarquía, contemplado como excluyente en el
artículo 15, fracción V, del Código Penal Federal y su correlativo del
Código Penal del Distrito Federal.

d) Que poner en riesgo la salud física y mental de la madre por la


procreación de un hijo con alteraciones genéticas o congénitas, da
como resultado que al despenalizar el aborto se actúe por estado de
necesidad para proteger la salud de la mujer embarazada; que es
importante tomar en cuenta esa situación, ya que con el artículo que
se impugna se está protegiendo un derecho ya existente, como es el
de la salud de la mujer embarazada, derecho reconocido por la propia
Constitución, las leyes reglamentarias y los tratados internacionales.
e) Que contrario a lo que manifiestan los accionantes en cuanto a la
supuesta violación a diversos artículos constitucionales con la adición
de la fracción III del artículo 334 del Código Penal del Distrito Federal,
la misma no violenta ningún artículo de la Ley Suprema, pues por lo
que hace al artículo 1o. sólo contiene una declaración de carácter
general que no consagra garantía específica alguna, por lo que su
violación sólo puede ser resultado de otro artículo que realmente
establezca una garantía individual; que así lo ha sustentado el Poder
Judicial de la Federación en la tesis: "ARTÍCULO PRIMERO
CONSTITUCIONAL.".

f) Que sin embargo, existe un requisito indispensable para la


aplicación de dicho artículo, el cual consiste en que para poder gozar
de las garantías otorgadas se requiere ser persona con capacidad
jurídica y tratándose de persona física debe tener seis atributos, que
son: el nombre, el estado civil, la nacionalidad, el domicilio, el
patrimonio y la capacidad, requisitos que sólo se adquieren con el
nacimiento y que se pierden con la muerte; que de tales atributos el
más elemental es la capacidad de goce, la cual, de acuerdo con
diversos ordenamientos, está condicionada al nacimiento, según
interpretaciones que el Poder Judicial Federal ha emitido en relación
con el artículo primero constitucional, citando la tesis de rubro:
"DAÑOS Y PERJUICIOS CAUSADOS CON LA SUSPENSIÓN
(EXTRANJEROS).".

g) Que el producto de la concepción no es una persona con capacidad


jurídica, por no haber cumplido con uno de los requisitos esenciales,
como es el nacimiento, por lo que no se encuentra protegido por el
artículo 1o. constitucional. Lo anterior se refuerza con el contenido de
diversos artículos de la propia Constitución, en donde se puede
constatar que la intención del Constituyente de mil novecientos
diecisiete era proteger a la persona como alguien con vida propia,
alguien que ya hubiera sido desprendido del seno materno, que
hubiera nacido y fuera capaz de vivir, y un ejemplo es el artículo 4o.
constitucional, en relación con la garantía de salud consagrada en
dicho precepto.

h) Que en los artículos 3o., 5o., 14 y 17 de la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos, se aclara la intención del
Constituyente respecto al artículo 1o., relativa a proteger a las
personas con vida propia, o sea, a los nacidos que puedan ser
capaces de vivir; que el producto de la concepción, al ser considerado
por la ley como embrión o feto, pero no como persona, no puede
estar protegido por el artículo 1o. constitucional y, por tanto, no es
susceptible de gozar de las garantías que consagra ésta.

i) Que la adición de la fracción III al artículo 334 del Código Penal del
Distrito Federal, en donde se despenaliza el aborto por virtud de que
el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas que dén
como resultado graves daños físicos o mentales en el mismo, al límite
que pueda poner en riesgo la sobrevivencia, se da cumplimiento al
artículo 1o. constitucional al garantizar el derecho de las mujeres a la
salud y la libre procreación, pues no se restringe derecho alguno, sino
que se asegura el cumplimiento de una garantía individual.

j) Que la adición de la fracción III al artículo 334 del Código Penal no


viola lo establecido en el artículo 14, párrafo segundo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues tiene
como finalidad la protección de la salud y el reconocimiento de una
libertad de la mujer y no la privación de la vida, ya que el producto de
la concepción no tiene capacidad jurídica y, por tanto, no puede
accionar la garantía de audiencia consagrada en el artículo
constitucional aludido.

k) Que lo que establece la fracción III del artículo 334 es una causal
excluyente del delito de aborto.

m) Que el tema de la despenalización de una causal del aborto no


debe plantearse por el lado de definir si el feto es o no considerado
persona, sino que el tema debe centrarse en el derecho a la salud y a
la libertad de decisión que otorga la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, ley suprema en nuestro país, en términos
del artículo 133 del mismo ordenamiento.

p) Que respecto a las garantías de audiencia y legalidad, se


desprende que la autoridad sólo puede hacer lo que la ley le permite,
en tanto que el particular puede hacer no sólo lo que la ley le
permite, sino también aquello que no le prohíbe y este principio fue
aplicado para reformar el artículo 334 del Código Penal.

q) Que la afirmación de los accionantes en el sentido de que "no


habiendo vida, no existe persona y, por tanto, no hay centro de
imputación de derechos y obligaciones", denota que los mismos
centran el tema en la cuestión de si el producto de la concepción es o
no persona con capacidad, lo que en el aborto no puede suceder,
pues debe verse más bien como un problema de salud pública que
requiere la atención inmediata del Estado; que la equiparación del
aborto eugenésico con la eutanasia resulta improcedente y errónea,
ya que la eutanasia, de acuerdo a su connotación, es una muerte
tranquila.

r) Que los accionantes no argumentan en qué consiste la violación al


artículo 5o. constitucional y la reforma multicitada no vulnera ninguna
garantía, sino que, por el contrario, tiene la finalidad de proteger las
garantías de salud y libertad de decisión consagradas en el artículo
4o. constitucional.

s) Que los diputados accionantes señalan que el artículo 131 bis del
Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal es
inconstitucional y las facultades enviadas en los artículos 20 y 21
constitucionales dan cuenta que en el derecho procesal penal
mexicano, el ofendido tiene personalidad sólo para reclamar la
responsabilidad exigible a terceras personas y pedir el aseguramiento
precautorio, por parte del Ministerio Público, de bienes que garanticen
su derecho a la reparación del daño (o el ejercicio del derecho de
aborto, aplicándose en el caso del delito sexual de violación), y tal es
un mecanismo que permite a las víctimas de un delito la reparación
mediante un procedimiento oficioso, expedito, justo, gratuito y
accesible, que cumple con las garantías constitucionales consignadas
en los artículos citados.

t) Que el adicionado artículo 131 bis del Código de Procedimientos


Penales para el Distrito Federal, que prevé que el Ministerio Público
autorizará en un término de veinticuatro horas la interrupción del
embarazo, de acuerdo con lo previsto en el artículo 334, fracción I,
del Código Penal, cuando concurran los requisitos a que alude, recoge
la obligación del Estado de brindar una adecuada asistencia a las
víctimas en la procuración y administración de justicia, además de
proteger su intimidad, garantizar su seguridad y eliminar en lo posible
las molestias a la misma y a sus familiares, evitar demoras
innecesarias y actuar de inmediato de acuerdo con los mandamientos
que la propia ley establece.
u) Que las reformas impugnadas cumplen con la eliminación de
cualquier tipo de discriminación o maltrato, así como con la obligación
de respetar la integridad y salud de la mujer.

v) Que el Ministerio Público debe investigar e indagar sobre todo lo


referente a la comisión de un delito, así como dictar las medidas
necesarias para que la víctima de éste pueda suspender el embarazo
y que de lo anterior se concluye que resulta válida la facultad
otorgada al Ministerio Público en el artículo 131 bis del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal.

w) Que no se viola el artículo 49 de la Constitución Federal con el


impugnado artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales
para el Distrito Federal, por virtud de que la interrupción del
embarazo, autorizada por el Ministerio Público, no constituye pena o
medida de seguridad alguna y lo hace en acatamiento al artículo 21
constitucional; que cuando el Ministerio Público actúa como autoridad
en la averiguación previa no invade competencias constitucionales de
la autoridad judicial y se encuentra fundamentada por el artículo 9o.
bis del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, que
prevé que desde el inicio de la averiguación el Ministerio Público
tendrá la obligación de hacer cesar, cuando sea posible, las
consecuencias del delito; que con dicha reforma se suple el vacío
legal existente para establecer la regulación que autorice la
interrupción del embarazo en el caso de una violación, logrando la
certidumbre jurídica indispensable ante una maternidad no deseada.

x) Que al ser el Ministerio Público la autoridad que conoce de la


denuncia en caso de existir violación, es quien con base en los
elementos de convicción establecidos en la indagatoria podrá
autorizar la interrupción del embarazo, previa solicitud de la mujer
embarazada, sin que lo anterior implique invasión de competencia
alguna, considerando la duración del proceso, y que estimar que el
Juez debe autorizar la interrupción del embarazo en sede judicial una
vez determinada plenamente la responsabilidad del inculpado,
equivaldría a la inoperancia del precepto debido a la duración del
proceso; que, incluso, la Ley General de Salud establece en su
artículo 56 la obligación del Ministerio Público de disponer el traslado
inmediato de personas a los establecimientos de salud más cercanos,
en caso de que reciba informes y denuncias sobre personas que
requieran servicios de salud de urgencia.

OCTAVO. Por oficio número PGR/775/2000, el procurador general de


la República presentó su pedimento, en el cual manifestó, en síntesis:

1. En el caso concreto es competente este Alto Tribunal para tramitar


y resolver la presente acción de inconstitucionalidad, por virtud de
que se plantea la posible contradicción entre normas de carácter
general y la Constitución Federal.

2. Que según se desprende de las constancias, es de concluirse que


la parte promovente cuenta con legitimación procesal para promover
la presente acción de inconstitucionalidad y la demanda fue
interpuesta oportunamente.

3. Que por lo que se refiere a la causa de improcedencia que se hace


valer, apoyada en la variación de los nombres asentados en las
constancias relativas a dos de los promoventes, es conveniente
precisar que la variación de un nombre en todo el enunciado nominal
de las personas no es suficiente para desvirtuar su identidad, máxime
si en nuestro orden jurídico no existe disposición alguna que
establezca reglas respecto del uso de los elementos que integran el
nombre de una persona y, en todo caso, la personalidad de los
promoventes debe presumirse de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 11 de la Ley Reglamentaria de las Fracciones I y II del Artículo
105 Constitucional, toda vez que solamente ante una prueba
indubitable que demostrara que las personas que suscribieron la
demanda en esta acción de inconstitucionalidad no son las personas a
las que se refieren las constancias de mayoría de diputados a la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal, emitidas por el Instituto
Electoral Local, se estaría en el caso de una falta de legitimación
como la que se pretende hacer valer, por lo que no se actualiza la
causal de improcedencia y sobreseimiento que se aduce.

4. Que del análisis del escrito de demanda y los informes rendidos por
las autoridades, así como de las constancias relacionadas con el
proceso legislativo del que deriva la norma que se impugna, las
cuales obran en el expediente, se advierte una contravención al
artículo 16 de la Constitución Federal, que si bien se sustenta en
consideraciones que el actor no hizo valer en los conceptos de
invalidez, se apoyan en:

a) Que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido


que en vía de acción de inconstitucionalidad procede el concepto de
invalidez por violaciones indirectas a la Constitución Federal, siempre
que estén vinculadas de modo fundamental con la ley reclamada,
como se desprende de la tesis: "ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD.
ES PROCEDENTE EL CONCEPTO DE INVALIDEZ POR VIOLACIONES
INDIRECTAS A LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, SIEMPRE QUE ESTÉN VINCULADAS DE MODO
FUNDAMENTAL CON LA LEY RECLAMADA.".

b) Que en el caso concreto, en el preámbulo de su demanda el actor


señala, entre otros artículos violados, al numeral 16 constitucional y
aun cuando en su primer concepto de invalidez no expresa
razonamientos lógico-jurídicos encaminados a acreditar la vulneración
a éste, no debe soslayarse que del mismo se desprende una de las
garantías pilares de nuestro sistema jurídico: la garantía de legalidad,
que en esencia consagra el principio rector de que los actos de
autoridad sean dictados por un órgano competente para ello, y que
dicho mandato sea por escrito en el que se funde y motive la causa
legal del procedimiento, entendido el primero, como la cita precisa de
los preceptos aplicables al caso concreto y, lo segundo, como la
expresión de las circunstancias especiales, razones particulares o
causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la
emisión del acto, siendo necesario, además, que exista adecuación
entre los motivos aducidos y las normas aplicables al caso de que se
trate.

c) Que la garantía genérica de legalidad consagrada en el precepto


constitucional citado, contiene un mandato para todas las
autoridades, incluyendo, naturalmente, al Poder Legislativo,
significando que los actos legislativos también están sujetos al
mandamiento constitucional de referencia, pues de lo contrario
vulnerarían el derecho que tienen todos los individuos a que se
refiere el numeral 1o. de la Constitución Federal, relativo a no ser
molestados en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente,
que funde y motive la causa legal del procedimiento, citándose al
respecto la tesis de rubro: "FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS
ACTOS DE AUTORIDAD LEGISLATIVA.".

d) Que dada la naturaleza del acto legislativo, su fundamentación y


motivación se realizan de una manera sui generis respecto de la
generalidad de los actos de autoridad, según la tesis de rubro:
"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS DE AUTORIDAD
LEGISLATIVA.".

e) Que la iniciativa de una ley, así como los dictámenes y debates que
se realizan durante el proceso legislativo, forman parte de éste, como
lo ha establecido ese Alto Tribunal en la tesis de la voz: "INICIATIVA
DE LEYES Y DECRETOS. SU EJERCICIO ES IMPUGNABLE MEDIANTE EL
JUICIO DE AMPARO, POR FORMAR PARTE DEL PROCESO
LEGISLATIVO."; que de dicho criterio se desprende que la
fundamentación se satisface cuando el órgano legislador actúa dentro
de los límites que la Constitución le confiere y la motivación se
satisface cuando las normas generales que el órgano colegiado emite
se refieren a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente
reguladas, de lo cual se sigue que para cumplir el requisito de
motivación exigido por la Ley Fundamental, las normas que dicte el
Poder Legislativo deberán surgir del reconocimiento que haga el
legislador de las necesidades y reclamos de la sociedad que
demanden una solución a través de una debida regulación jurídica.

f) Que además, resulta evidente la necesidad de que las normas que


se emitan correspondan efectivamente a las relaciones sociales que
se pretende regular, esto es, que haya adecuación y coherencia entre
los preceptos normativos que se dicten con las necesidades sociales
que se pretenden satisfacer, ya que de otra forma la motivación a
que se refiere el artículo 16 constitucional se vería trastocada.

g) Que por lo que corresponde a la fracción III del artículo 334 del
Código Penal del Distrito Federal, el órgano emisor cumplió con la
fundamentación al actuar dentro de los límites de las atribuciones
que la Ley Fundamental le confiere en el numeral 122, base primera,
fracción V, inciso h), que le otorga la facultad para legislar en materia
penal, pero que no cumplió plenamente con el requisito relativo a la
motivación, al no estar dirigida la reforma a relaciones sociales que
deberían ser jurídicamente reguladas.

h) Que lo anterior no se surtió en la especie, como se desprende de la


exposición de motivos de la iniciativa, del dictamen y de los debates,
pues la comisión, al referirse específicamente a la reforma relativa a
la fracción III del artículo 334 del Código Penal del Distrito Federal,
expresó: "... consideramos que el eje central de esta reforma lo
constituye el derecho a la vida y la salud de la mujer embarazada, por
lo que la reforma propuesta en la iniciativa para excluir la punición
del aborto cuando por indicación médica se permita suponer que el
producto presenta alteraciones genéticas o congénitas que pueden
dar como resultado graves daños físicos o mentales en el mismo es
procedente ...". Esta hipótesis nos permite proteger, además de los
derechos enunciados anteriormente, a la familia y a la pareja y,
esencialmente, el derecho de un ser por nacer, a nacer sano y bien
dotado biológicamente para su posterior desarrollo físico y psíquico.

i) Que de los debates realizados en la Asamblea Legislativa del


Distrito Federal con motivo de las reformas al Código Penal, se
advierte que éstos se enfocaron a tratar de justificar que con la
reforma se daría solución al problema de salud pública planteado y se
garantizaría con ella la salud de la mujer y su derecho a decidir sobre
su cuerpo.

j) Que como se advierte de los elementos y consideraciones que se


hicieron valer en la iniciativa, en el dictamen y en los debates puede
inferirse que, esencialmente, en los términos de la tesis emitida por
este Máximo Tribunal, las relaciones sociales que reclamaban de una
regulación corresponden al problema de salud pública que representa
para el país las muertes de mujeres embarazadas con motivo de
abortos ilegales practicados en lugares insalubres, por personas sin la
experiencia y capacidad profesional y la regulación emitida, esto es,
la fracción III de la norma que se impugna no contempla un supuesto
acorde con la relación social antes indicada, sino que establece la
despenalización del aborto eugenésico en determinadas
circunstancias en el Distrito Federal.

k) Que, por tanto, la norma que se emitió no se refiere a las


relaciones sociales que al decir del órgano legislativo requerían de
una regulación, sino que se dirige a regular una hipótesis diversa,
vinculada con relaciones sociales a las que el órgano legislador no
aludió concretamente y que tampoco se pueden tener por existentes,
ni menos aún que reclamen de la regulación contenida en la norma
que se impugna, considerando el hecho de que no se advierten en los
antecedentes del proceso legislativo datos, información o
argumentaciones específicas en torno al número de casos de aborto
cometidos con motivo de las malformaciones a que se refiere la
fracción III, ni mucho menos al número de muertes que se deriven de
ellos, sino que se tomaron en cuenta circunstancias y situaciones
genéricas, no necesariamente aplicables al aborto eugenésico a que
se refiere la norma y, en consecuencia, el acto legislativo carece de
una debida motivación.

l) Para dar cabal cumplimiento a la condición que exige el numeral 16


de la Constitución General de la República, el precepto cuya invalidez
se solicita debió surgir del reconocimiento que hiciera el legislador de
necesidades y reclamos de la sociedad, vinculados directamente con
la hipótesis normativa y que demandaran una solución a través de
esa regulación jurídica, lo que no acontece en el presente caso.

m) Que las referencias generales al fenómeno descrito durante el


proceso legislativo, no eliminan la necesidad de dejar claramente
establecida la existencia de la supuesta realidad social que regula la
norma emitida por el órgano legislador, como lo sería la referencia y
documentación de los abortos producidos por malformaciones
genéticas o congénitas, así como de los casos en los que se han
presentado las supuestas muertes de la madre o el posible impacto
que con base en información objetiva se pudiera esperar en la
disminución de las muertes en mención.

n) Que del indicado análisis al texto de la norma impugnada se


desprende que ésta no brinda certeza jurídica sobre los casos que
comprende, pues la realidad que regula corresponde a situaciones no
comprobadas y especulativas, esto es, que los supuestos a que se
refiere son simples posibilidades, como lo es el que las alteraciones
de que se trata "puedan dar como resultado daños físicos o mentales"
o que tales daños se ubiquen "al límite que puedan poner en riesgo la
sobrevivencia" del producto de la concepción, sin que se pueda
establecer a partir del examen del proceso legislativo de manera
específica, por qué esas posibilidades justifican una muerte, que no
será hipotética sino real, sin justificarse debidamente la excepción
que se establece respecto al derecho a la vida.

o) Que en otra parte del dictamen de la comisión encargada de


examinar la iniciativa de reformas, se advierte la falta de adecuación
entre la realidad que se pretende regular y la norma que se emite
para ello, toda vez que se expresa de manera contradictoria que "el
eje central de la reforma lo constituye el derecho a la vida y la salud
de la mujer embarazada" y enseguida se alude a que la reforma
permite proteger, entre otros, esencialmente "el derecho de un ser
por nacer, a nacer sano y bien dotado biológicamente para su
posterior desarrollo", lo que demuestra nuevamente una falta de
correspondencia entre las relaciones sociales que reclaman una
regulación jurídica y la norma emitida, con lo cual se actualiza la
deficiencia en la debida motivación y, por ende, la violación a la
garantía de legalidad consagrada en el artículo 16 de la Carta Magna.

p) Que, por tanto, la norma impugnada deviene inconstitucional y


debe declararse su invalidez, en la medida en que no se subsane la
insuficiente motivación de que se trata, en la que el órgano legislativo
local emita una norma que efectivamente se refiera a una relación
social que reclame ser regulada, como lo señala el criterio
jurisprudencial referido.
5. Que considerando las manifestaciones contenidas en los informes
rendidos por las autoridades demandadas, en adición a los elementos
propios del proceso legislativo, resulta evidente que para la debida
motivación por parte del órgano legislativo, se requiere el
agotamiento previo de un debate amplio, ilustrado e informado que
dé claridad social sobre la debida regulación del aborto eugenésico en
lo particular, pues en esa medida podrá advertirse con nitidez y
claridad la existencia de las relaciones sociales que reclamen de una
regulación y la necesidad y conveniencia de satisfacer tal reclamo
mediante la despenalización del aborto eugenésico u otra figura
jurídica, amén de dilucidarse en mejores condiciones lo que, en su
caso, sea la justa descripción de las hipótesis normativas que,
acordes con nuestro orden jurídico, deban contenerse en la norma
jurídica que se emita para satisfacer plenamente ese reclamo.

Que el debate permitirá la posibilidad de que el órgano legislativo


reconozca una diversa realidad social, o bien, un diverso reclamo o
regulación jurídica para ella, la cual deberá corresponder a los
principios y derechos esenciales que actualmente conforman nuestro
orden jurídico, además de propiciar la necesaria reflexión sobre
temas vinculados de manera fundamental al aborto eugenésico, tales
como el concepto jurídico de persona, los titulares de los derechos
humanos e, incluso, los relativos al alcance de la libertad de elegir
sobre el número y espaciamiento de los hijos y la relación de esta
libertad con el delito del aborto y las excusas absolutorias previstas
en la legislación penal que implican su despenalización.

6. Que los argumentos del actor contenidos en el inciso A del segundo


concepto de invalidez, resultan esencialmente infundados, ya que las
facultades del Ministerio Público del fuero común se desprenden de
diversos numerales de la Constitución Federal, como son los artículos
16, 19, 20, 21, 22 y 119, segundo párrafo; de las leyes reglamentarias
de estos preceptos, como son los Códigos Penal y de Procedimientos
Penales del Distrito Federal y la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal, así como de otros
ordenamientos de diverso rango que contienen facultades
específicas, y no únicamente de los preceptos y ordenamientos
indicados por el accionante.

7. Que si el artículo 122, base primera, fracción V, inciso h), de la Ley


Fundamental confiere a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la
facultad de legislar en materia penal, sin establecer ninguna
limitación en torno al ordenamiento en que deban contenerse las
facultades de los agentes del Ministerio Público, las cuales
evidentemente corresponden a esta materia, es claro que tales
facultades pueden ser establecidas en cualquiera de los
ordenamientos que le corresponde emitir a dicho órgano legislativo.

8. Que contrario a lo manifestado por el accionante, de la ley que


regula la estructura y funcionamiento de la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, no se concluye que el Ministerio Público
únicamente tenga las facultades previstas en los artículos 20 y 21
constitucionales y en la propia ley orgánica, ya que se puede concluir
que las facultades del representante social se establecen también en
otros ordenamientos, como se desprende del artículo 2o. de la citada
ley orgánica.

9. Que el citado artículo 2o., además de enunciar de manera genérica


las atribuciones del Ministerio Público, remite en su fracción XI a "las
demás que señalen otras disposiciones legales", como lo son, por
ejemplo, la facultad para velar por los intereses del ausente,
establecida en el artículo 722 del Código Civil para el Distrito Federal,
o bien, las que le concede el Código de Procedimientos Penales del
Distrito Federal, entre las que se encuentran las relativas a dar fe de
las personas y de las cosas a las que hubiere afectado el acto
delictuoso o autorizar la suspensión del embarazo en la hipótesis
prevista en el artículo 334, fracción I, del Código Penal del Distrito
Federal, materia de la presente acción de inconstitucionalidad.

10. Que del análisis de las atribuciones del Ministerio Público se


desprende claramente que las mismas no necesariamente deben
corresponder a su actividad investigadora y persecutora de los
delitos, sino que también se relacionan con materias de muy distinta
naturaleza, como se advierte de la simple lectura de los numerales
3o. a 13 de la ley orgánica antes mencionada, en los que se detallan
las atribuciones genéricas previstas en el artículo 2o. y además de
otorgar facultades al Ministerio Público respecto de las materias
propias de su facultad investigadora y persecutora a que se refiere el
accionante -como las relativas a la averiguación previa, a la
consignación y durante el proceso-, también le conceden otras
diversas.

11. Que es inoperante el señalamiento relacionado con el contenido


del último párrafo del artículo 20 constitucional, toda vez que la
circunstancia de que éste no se refiera a la facultad que se impugna,
no significa que la misma sea inconstitucional, o bien, que no esté
establecida en un diverso ordenamiento, como lo pretende el actor,
por lo que no se actualiza violación alguna a los artículos 14 y 16 de
la Constitución Federal, pues como quedó establecido, no existe
fundamento alguno para exigir que la facultad que se impugna se
contemple expresamente en un precepto constitucional, o bien, que
previamente a la reforma se encontrara establecida en la Ley
Orgánica de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal,
en lugar de estar prevista, como lo está, en el código penal adjetivo
local.

12. Que corresponde al Ministerio Público investigar y perseguir los


delitos y, en ejercicio de esa facultad, al practicar las diligencias
propias de la averiguación previa se puede actualizar el mandato
contenido en el numeral que se impugna; que lo anterior se corrobora
con la circunstancia de que la facultad impugnada está consignada en
el capítulo II, denominado "Curación de heridos y enfermos", título
segundo del código penal adjetivo, relativo a las diligencias de
averiguación previa e instrucción.

13. Que la intervención del órgano jurisdiccional para que con motivo
del delito de violación ordene que se interrumpa el embarazo que del
mismo resulte, es evidente que tal orden no le corresponde y que
sería innecesaria, toda vez que como se desprende del dispositivo
impugnado, la orden ya está contenida en el texto de la ley, al
establecerse que en el caso de un embarazo por violación, el
Ministerio Público autorizará la suspensión del embarazo, y que las
instituciones de salud pública del Distrito Federal practicarán el
examen que compruebe la existencia del embarazo, así como su
interrupción.

14. Que es importante considerar que el Ministerio Público cuando


ejercita la facultad que se impugna, actúa dentro de una averiguación
previa iniciada por el delito de violación, de manera que la excusa
absolutoria prevista en el artículo 334, fracción I, del Código Penal del
Distrito Federal, no es una hipótesis que se actualice, pues no existe
aún el delito de aborto, de donde se sigue que al no haber delito de
aborto, tampoco puede surtirse la excusa absolutoria y, por ende, no
tiene por qué darse intervención al órgano jurisdiccional en este
aspecto.

15. Que con la autorización que se impugna se brinda seguridad


jurídica a quienes intervienen en la práctica del aborto por violación,
de manera que la acción ministerial significa una medida de apoyo y
protección para la víctima dentro de la averiguación previa en que
actúa, lo que no se opone o excede a las facultades relativas a la
investigación y persecución de los delitos y es acorde con la facultad
que le concede al representante social el artículo 11, fracción XI, de la
Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia del Distrito
Federal, que establece las atribuciones en materia de atención a las
víctimas o a los ofendidos por el delito que comprenden, entre otras,
la de otorgar en coordinación con otras instituciones competentes la
atención que se requiera.

16. Que con la norma impugnada no se viola el artículo 49


constitucional, ya que la orden o autorización a que se refiere dicha
norma no le corresponde al órgano jurisdiccional y, contrario a lo
expuesto por la actora, no es propio de la autoridad judicial autorizar
la interrupción del embarazo por violación, en la medida en que no
existe precepto constitucional o legal alguno que le otorgue tal
facultad y el autorizar la interrupción del embarazo resultante de una
violación, no puede equipararse de manera alguna a la imposición de
una pena o a la orden para que se imponga ésta, por lo cual no se
surte la hipótesis de que el o los sujetos en quienes recae el acto de
interrumpir el embarazo hayan cometido un delito al que, previo el
agotamiento de los procedimientos penales respectivos, le siga una
resolución que determine autorizar la interrupción del embarazo con
fines punitivos, pues se trata de la autorización de una medida
justificada de apoyo a la víctima de un delito, para acogerse al
beneficio que supone la existencia de una excusa absolutoria prevista
en el Código Penal, que impide sancionar a quien interrumpa el
embarazo resultante de la comisión del delito de violación, por lo que
al emitir la autorización de que se trata, el representante social no
invade la facultad que otorga el artículo 21 de la Constitución Federal
a los órganos jurisdiccionales para imponer penas.

17. Que dado que, por un lado, la facultad que se impugna sí


corresponde a la naturaleza de las atribuciones relativas a la
investigación y persecución de los delitos inherentes al Ministerio
Público y, por el otro, dicha potestad no corresponde a la que tienen
los órganos judiciales para imponer penas, ni está comprendida entre
las que supone la impartición de justicia, puede concluirse que no
existe violación al principio de división de poderes consagrado en el
artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

NOVENO. Mediante proveído de veintiocho de noviembre de dos mil,


se tuvo por integrado el presente expediente, poniéndose los autos
en estado de resolución.

CONSIDERANDO:
PRIMERO. El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación es competente para resolver la presente acción de
inconstitucionalidad

TERCERO. Enseguida debe analizarse la legitimación de quien


promueve por ser ello una cuestión de orden público.

De conformidad con lo dispuesto por los artículos 105, fracción II,


inciso e), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y 62 de la ley reglamentaria de la materia, las acciones de
inconstitucionalidad podrán ejercitarse por el equivalente al treinta y
tres por ciento de los integrantes de la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal, en contra de leyes expedidas por la propia asamblea.

Los veintidós diputados cuyos nombres aparecen en el párrafo


precedente son quienes signan la demanda de acción de
inconstitucionalidad y considerando lo dispuesto por el artículo 37
transcrito, así como lo informado por el presidente de la Mesa
Directiva de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en cuanto al
total de diputados que integran dicho órgano legislativo, debe
concluirse que los veintidós diputados promoventes representan el
treinta y tres punto treinta y tres por ciento de los integrantes de la
Asamblea Legislativa y toda vez que la presente acción se plantea en
contra de normas reformadas por la referida Asamblea Legislativa del
Distrito Federal, se concluye que la parte actora cuenta con la
legitimación necesaria para ejercitar la presente acción de
inconstitucionalidad.

No es obstáculo para lo considerado que la Jefatura de Gobierno del


Distrito Federal sostenga que la parte actora no reúne el porcentaje
requerido por el artículo 105, fracción II, inciso e), de la Constitución
Federal, ya que la demanda de acción de inconstitucionalidad no fue
firmada por tres diputados, a pesar de que sus nombres sí aparecen
en ésta, además de que de las constancias de mayoría de diputados
que obran en el expediente, del cuatro de julio de dos mil (fojas
diecisiete y veintiséis), se aprecia que fueron electos los diputados
Jacobo Manfredo Bonilla Cedillo y Francisco Fernando Solís Peón, pero
que no existe certeza de que quienes firman la demanda con tales
apellidos sean los diputados a que se refieren las constancias
aludidas, ya que sólo aparecen como Jacobo Bonilla Cedillo y
Francisco Solís Peón, sin asentarse los nombres de Manfredo en el
primero y Fernando en el segundo.

Lo anterior, habida cuenta que mediante proveído de dos de octubre


de dos mil, la Ministra instructora tuvo por no presentados a Camilo
Campos López, Ana Laura Luna Coria y Arnold Ricalde de Jager,
interponiendo la presente acción personal respecto de quienes
precisamente se alude no signaron la demanda y, en lo relativo a la
objeción de que no se asentaron los nombres completos de los
diputados, resulta indiscutible que lo apuntado sólo se trata de una
omisión manifiesta, que no puede ni debe considerarse traiga consigo
falta de certeza de los citados signantes, máxime si se atiende que
sus nombres se contienen tanto al inicio como al final de la demanda
en una relación en la que aparecen el resto de los diputados
promoventes.

QUINTO. Previo al estudio de los sintetizados conceptos de invalidez y


dada la complejidad de éstos, se estima conveniente precisar acto
continuo los puntos controvertidos, a fin de circunscribir a ellos el
análisis constitucional de este Alto Tribunal, sin entrar al estudio de
ninguna otra cuestión.

En la presente acción de inconstitucionalidad únicamente se plantea


la inconstitucionalidad de la fracción III del artículo 334 del Código
Penal del Distrito Federal y del numeral 131 bis del Código de
Procedimientos Penales para la indicada localidad, adicionados a los
citados ordenamientos, mediante la reforma Por lo que respecta al
primero de los preceptos impugnados, artículo 334, fracción III, del
Código Penal para el Distrito Federal, se desprende que los
planteamientos de su inconstitucionalidad, en esencia, se hacen
consistir en:

a) Falta de motivación de la disposición;

b) Vulneración al principio de certeza en materia penal; y,

c) Violación a las garantías de igualdad y respeto a la vida,


consignadas en diversos preceptos constitucionales y en tratados
internacionales signados por México.

El numeral cuya invalidez se demanda, en la fracción impugnada,


señala textualmente:
"Artículo 334. No se aplicará sanción:

"...

"III. Cuando a juicio de dos médicos especialistas exista razón


suficiente para diagnosticar que el producto presenta alteraciones
genéticas o congénitas que puedan dar como resultado daños físicos
o mentales, al límite que puedan poner en riesgo la sobrevivencia del
mismo, siempre que se tenga el consentimiento de la mujer
embarazada.
"...

"En los casos contemplados en las fracciones I, II y III los médicos


tendrán la obligación de proporcionar a la mujer embarazada,
información objetiva, veraz, suficiente y oportuna sobre los
procedimientos, riesgos, consecuencias y efectos; así como de los
apoyos y alternativas existentes, para que la mujer embarazada
pueda tomar la decisión de manera libre, informada y responsable."

De lo anterior se advierte que la fracción III del artículo 334 del


Código Penal del Distrito Federal que se impugna en este
procedimiento, prevé una excusa absolutoria en tanto que en dicha
hipótesis, según lo dispuesto "no se aplicará sanción", en los casos
expresamente señalados.

En relación con lo anterior, resulta trascendente precisar que las


excusas absolutorias son aquellas causas que, dejando subsistente el
carácter delictivo de la conducta o hecho tipificado como delito en la
ley, impiden la aplicación de la pena, es decir, no obstante
configurarse el tipo penal, impiden la sanción del sujeto activo en
casos específicos, como en la especie sucede cuando la madre decide
interrumpir el proceso de gestación ante el diagnóstico de dos
médicos especialistas en el sentido de que el producto de la
concepción presenta alteraciones genéticas o congénitas que pueden
dar como resultado daños físicos o mentales, al límite que puedan
poner en riesgo la sobrevivencia de dicho producto, pues no obstante
configurarse el tipo penal y carácter delictivo de la conducta, ésta no
se sanciona.

Ahora, a diferencia de lo anterior, es característica de las excluyentes


de responsabilidad el impedir que ésta surja; no se trata de una
responsabilidad que existe originalmente, sino que la conducta
tipificada en la ley no es incriminable desde el inicio, siendo ello
precisamente lo que determina la diferencia con las excusas
absolutorias, pues en éstas la conducta es incriminable, sin embargo,
no es sancionable.
Por tanto, las excusas absolutorias, propiamente dichas, no relevan al
sujeto activo de su responsabilidad en la comisión de la conducta
típica, sino que determinan su impunibilidad.

Las citadas excusas son determinadas por el órgano legislativo,


atendiendo a las circunstancias actuales y particulares que rigen a la
sociedad en el momento de la emisión de la ley y a que sus
integrantes en representación de dicha sociedad, estiman deben ser
establecidas para no sancionar determinadas conductas típicamente
reguladas, siempre y cuando se den las hipótesis legales establecidas
para ello, como en el caso ocurre si el producto de la concepción
presenta alteraciones genéticas o congénitas que, como ya se indicó,
pueden dar como resultado daños físicos o mentales, al límite que
puedan poner en riesgo la sobrevivencia de dicha concepción.
Así, de la hipótesis prevista en el artículo 334, fracción III, del Código
Penal impugnado, se advierte que su aplicación presupone las
siguientes circunstancias:

I. Que se haya cometido el delito de aborto (que una o varias


personas hayan producido la muerte del producto de la concepción en
cualquier momento de la preñez).

II. Que previo a lo anterior:

1) Dos médicos especialistas hubieren emitido juicio en el sentido de


que existe razón suficiente para diagnosticar:

a) Que el producto de la concepción presenta alteraciones genéticas


o congénitas;

b) Que dichas alteraciones pueden dar como resultado daños físicos o


mentales; y,

c) Que dichos daños puedan poner en riesgo la sobrevivencia del


producto.

2) Que exista consentimiento de la mujer embarazada.

3) Que dicho consentimiento responda a una decisión libre, informada


y responsable.

4) Que como garantía de que la decisión reúne las características


especificadas, los médicos que hicieron el diagnóstico hayan
proporcionado a la mujer embarazada una información objetiva,
veraz, suficiente y oportuna.

5) Que tal información comprenda, por una parte, los procedimientos,


riesgos, consecuencias y efectos; y, por otra, los apoyos y
alternativas existentes.

Cabe precisar que resulta lógico inferir que, como una garantía para
las personas que intervengan en la muerte del producto de la
concepción, en el caso específico, cumpliendo minuciosamente todos
y cada uno de los requisitos exigidos, deben existir las constancias
necesarias, sustentadas en pruebas idóneas que acrediten dicho
cumplimiento, pues es claro que si no está demostrado alguno de
ellos, la autoridad respectiva puede llegar a la conclusión de que no
se actualiza la excusa absolutoria a que se refiere el citado numeral
en la fracción materia de impugnación, para el delito de aborto.
Es evidente, como queda asentado, que la consecuencia de la
demostración fehaciente del cumplimiento de tales requisitos
exigidos, trae consigo la conclusión, en los estrictos términos de la
norma materia de análisis, de la no aplicación de la sanción prevista
en los artículos 330 a 333 del Código Penal para el Distrito Federal, en
relación con las personas que hubieren incurrido en dicha conducta
delictiva.

No escapa a este Alto Tribunal, que los requisitos previstos en el


precedente inciso 1), son de naturaleza médica y, por lo mismo, se
encuentran condicionados a la evolución de la ciencia; sin embargo,
es lógico que la responsabilidad del diagnóstico, en su caso,
corresponderá a los dos médicos especialistas a que alude la norma y
que de llegar a producirse el aborto, podrán sin duda ser analizados
por otros médicos especialistas, a fin de que el Ministerio Público o la
autoridad jurisdiccional, estén en aptitud de determinar si tales
diagnósticos iniciales tuvieron la sustentación idónea y fueron claros
para quienes sin ser peritos en la materia, como en su caso lo puede
ser la mujer embarazada, le sean entendibles en cuanto a sus
conclusiones.

Asimismo, es inconcuso que del cumplimiento de los referidos


requisitos a que alude la norma, deben existir constancias, al igual
que de las pruebas científicas en que se sustente el diagnóstico,
mismas que no dejen lugar a dudas de su realización y que se
refieren al producto de la concepción en el caso específico.

En tal orden de ideas, una vez precisado el alcance de la norma cuya


inconstitucionalidad se plantea, procede examinar el primero de los
conceptos de invalidez aducidos, relativo a su falta de motivación.

Sostiene el procurador general de la República que el numeral 16 de


la Constitución Federal contiene un mandato para todas las
autoridades; que este Alto Tribunal ha establecido que dada la
naturaleza del acto legislativo, su fundamentación y motivación se
realiza de una manera sui generis y la iniciativa de una ley, así como
los dictámenes y debates que se realizan, forman parte del proceso
legislativo; que la fundamentación se satisface cuando el órgano
legislador actúa dentro de los límites que la Constitución le confiere y
la motivación cuando las normas generales que el órgano colegiado
emite, se refieren a relaciones sociales que reclaman ser
jurídicamentereguladas.

Que, por tanto, para cumplir el aludido requisito de motivación debe


existir el reconocimiento que haga el legislador de las necesidades y
reclamos de la sociedad que demanden una solución a través de una
debida regulación jurídica; siendo necesario que las normas que se
emitan correspondan a las relaciones sociales que se pretende
regular; que si bien el artículo 334, fracción III, del Código Penal para
el Distrito Federal impugnado, cumple con la fundamentación al
actuar el órgano legislativo dentro de los límites de las atribuciones
que la Ley Fundamental le confiere en el numeral 122 para legislar en
materia penal, no cumplió con el requisito relativo a la motivación al
no estar dirigida la reforma a relaciones sociales que deberían ser
jurídicamente reguladas.

Que como se advierte de las consideraciones que se hicieron valer en


la iniciativa, dictamen y debates, puede inferirse que éstos se
enfocaron a tratar de justificar que con la reforma se garantizaría la
salud de la mujer y su derecho a decidir sobre su cuerpo, y las
relaciones sociales que reclamaban de una regulación, correspondían
al problema de salud pública que representa para el país las muertes
de mujeres embarazadas con motivo de abortos ilegales practicados
en lugares insalubres por personas sin la experiencia y capacidad
profesional, por lo cual la norma que se impugna no se refiere a la
relación social indicada, al establecer la despenalización del aborto
eugenésico en determinadas circunstancias en el Distrito Federal, a lo
cual no aludió concretamente el legislador, al no advertirse en el
proceso correspondiente argumentaciones específicas.

Que la comisión del órgano legislativo, al referirse a la reforma


relativa expresó: "... consideramos que el eje central de esta reforma
lo constituye el derecho a la vida y la salud de la mujer embarazada,
por lo que la reforma propuesta en la iniciativa para excluir la
punición del aborto cuando por indicación médica se permita suponer
que el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas que
pueden dar como resultado graves daños físicos o mentales en el
mismo, es procedente ... esta hipótesis nos permite proteger además
de los derechos enunciados anteriormente, a la familia y a la pareja y
esencialmente el derecho de un ser por nacer, a nacer sano y bien
dotado biológicamente para su posterior desarrollo físico y
psíquico ...".

Que del análisis del texto de la norma impugnada, se desprende que


ésta no brinda certeza jurídica sobre los casos que comprende, pues
la realidad que regula corresponde a situaciones no comprobadas y
especulativas, esto es, que los supuestos a que se refiere son simples
posibilidades, como lo es el que las alteraciones de que se trata
"puedan dar como resultado daños físicos o mentales" o que tales
daños se ubiquen "al límite que puedan poner en riesgo la
sobrevivencia" del producto de la concepción, sin que se pueda
establecer a partir del examen del proceso legislativo de manera
específica, por qué esas posibilidades justifican una muerte, que no
será hipotética sino real, sin justificarse debidamente la excepción
que se establece respecto al derecho a la vida; que existe falta de
adecuación entre la realidad que se pretendió regular y la norma
emitida, toda vez que en una parte del dictamen relativo se expresa
de manera contradictoria que "el eje central de la reforma lo
constituye el derecho a la vida y la salud de la mujer embarazada" y
enseguida se alude a que la reforma permite proteger, entre otros,
esencialmente "el derecho de un ser por nacer, a nacer sano y bien
dotado biológicamente para su posterior desarrollo".

Ahora, como rectamente aduce el procurador general de la República,


este Alto Tribunal ha sostenido en la jurisprudencia del rubro:
"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS DE AUTORIDAD
LEGISLATIVA.", que la fundamentación y motivación de un acto
legislativo debe entenderse satisfecha cuando el Congreso que
expide la ley está constitucionalmente facultado para ello y las leyes
que emite se refieren a relaciones sociales que reclaman ser
jurídicamentereguladas.

En el caso concreto, como bien señala el procurador, la


fundamentación de la reforma impugnada se encuentra debidamente
satisfecha, atendiendo a que la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal está constitucionalmente facultada para emitir leyes en
materia penal, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 122,
apartado C, base primera, fracción V, inciso h), de la Constitución
Federal, que dispone:

"Artículo 122. ...

"C. El Estatuto de Gobierno del Distrito Federal se sujetará a las


siguientes bases:

"Base primera. Respecto a la Asamblea Legislativa:

"...

"V. La Asamblea Legislativa, en los términos del Estatuto de Gobierno,


tendrá las siguientes facultades:

"...

"h) Legislar en las materias civil y penal; normar el organismo


protector de los derechos humanos, participación ciudadana,
defensoría de oficio, notariado y registro público de la propiedad y de
comercio."

Lo anterior, máxime si se atiende a que en la reforma en que se creó


la fracción V, inciso h), antes transcrita, se emitió el artículo undécimo
transitorio en el cual se dispuso que la facultad de dicha asamblea
para legislar en materias civil y penal, entraría en vigor el primero de
enero de mil novecientos noventa y nueve, y en el presente caso el
decreto impugnado por el cual la multirreferida Asamblea Legislativa
emitió la norma general impugnada, fue publicado el veinticuatro de
agosto de dos mil, lo cual evidencia que en esta última fecha dicho
órgano legislativo ya contaba con la facultad de legislar en materia
penal.

Por lo que se refiere al requisito de la motivación, como antes se


asentó, el procurador general de la República sostiene que en las
consideraciones que se hicieron valer en la iniciativa, dictamen y
debates, que concluyeron con la reforma del precepto cuya invalidez
se demanda, se advierte que las relaciones sociales que reclamaban
regulación, correspondían al problema que significaba para el país la
muerte de mujeres embarazadas con motivo de abortos ilegales
practicados en lugares insalubres por personas sin experiencia y
capacidad profesional, y la norma impugnada de que se trata, se
refiere a la despenalización del "aborto eugenésico" en determinadas
circunstancias, a lo cual no se aludió en el proceso legislativo.

Debe señalarse que respecto a que este Máximo Tribunal ha


sustentado que el requisito de motivación, tratándose de leyes, se
satisface cuando las leyes que emite el órgano legislativo se refieren
a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas, en
primer lugar debe decirse que dicha motivación se puede desprender
de la totalidad del procedimiento legislativo y no únicamente de la
exposición de motivos, iniciativa o dictámenes, considerando que
todos los actos que integran el procedimiento legislativo están
plenamente vinculados entre sí y forman una unidad en su conjunto
y, en segundo lugar, que se debe atender a una relación social que el
legislador considere prudente regular.

Ahora bien, respecto del segundo aspecto debe precisarse que a esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, sólo le corresponde verificar
la existencia formal de la motivación de la norma y no así la
deficiencia o adecuación de la misma.

En este orden de ideas, si en el caso concreto del proceso legislativo


que culminó con la reforma del artículo 334, fracción III, del Código
Penal para el Distrito Federal impugnado, se precisó que la relación
social que reclamaba de una regulación, correspondía al problema de
salud pública que representa para el país las muertes de mujeres
embarazadas con motivo de abortos ilegales, ello evidencia que la
relación social a regular fue dicha práctica, es decir, la realización de
abortos ilegales y si en el dispositivo de mérito se despenaliza el
aborto eugenésico en determinadas circunstancias, como señala el
procurador general, es inconcuso que tal norma tiende a impedir la
práctica del aborto, aunque sólo sea con motivo de los supuestos
contemplados en el precepto y fracción correspondientes. Por tanto,
es de estimar que el requisito de motivación analizado también se
encuentra satisfecho al establecerse en el multicitado numeral una
razonabilidad para que el cuerpo legislativo se pronunciara sobre el
aspecto formal a cumplir, ya que se planteó un problema real sobre el
aborto y se emitió a consideración del cuerpo legislativo una solución
para ello.
No es obstáculo alguno para lo anterior, que durante dicho proceso
legislativo se aludiera o no específicamente al aborto eugenésico,
atendiendo a que como quedó evidenciado, la relación social a
regular fue la práctica del aborto ilegal.

Tampoco constituye obstáculo alguno para considerar satisfecho el


requisito de motivación analizado, el argumento del procurador,
relativo a que del análisis del texto de la norma impugnada se
desprende que ésta no brinda certeza jurídica sobre los casos que
comprende, ya que los supuestos a que se refiere son "simples
posibilidades" y que existe contradicción en el dictamen relativo, al
señalarse que el eje central de la reforma lo constituye el derecho a
la vida y la salud de la mujer embarazada y, posteriormente indicarse
que tal reforma permite proteger, entre otros, esencialmente el
derecho de un ser por nacer, a nacer sano y bien dotado
biológicamente para su posterior desarrollo; toda vez que la aludida
certeza jurídica no incide para poder considerar motivada la norma de
que se trata, al referirse a una cuestión diversa.

Siendo inexistente la contradicción indicada, ya que aun cuando el eje


central de la reforma lo constituya el derecho a la vida y salud de la
mujer embarazada, ello no impide que tal reforma permita proteger,
como se expone, entre otras cuestiones, el derecho de un ser por
nacer en la forma con antelación precisada.

En consecuencia, es infundado el argumento relativo, en el sentido de


que la reforma que culminó con la emisión del artículo 334, fracción
III, no cumple con el requisito de motivación a que se refiere el
numeral 16 de la Constitución Federal de la República.

Por otra parte, el segundo de los argumentos de inconstitucionalidad


se apoya en que la fracción materia de impugnación vulnera el
principio de certeza en materia penal, consignado en el artículo 14 de
la Norma Fundamental, al establecer este último: "... En los juicios del
orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aun
por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley
exactamente aplicable al delito de que se trata.".

Del precedente análisis del artículo 334, fracción III, del Código Penal
para el Distrito Federal, se concluye de forma evidente que en dicha
fracción se contempla una disposición totalmente ajena al principio
de certeza aludido, por virtud de que lo único que se determina es
que reuniéndose los requisitos ahí especificados, no se impondrá la
pena señalada en las disposiciones relacionadas con el delito de
aborto. Por consiguiente, es claro que a través de la citada fracción
no se autoriza a imponer una pena por analogía o mayoría de razón,
no decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se
trate.
Es conveniente precisar que, aun en el supuesto de considerar que la
situación descrita debiera estar determinada con precisión, para
poder llegar a concluir que se está en el caso de no imponer la pena
correspondiente al delito cometido, se estima que es inconcuso que
en la fracción analizada se dan los elementos suficientes para
determinar, en cada caso específico, si se llenaron los supuestos de la
norma y que tratándose de situaciones futuras e inciertas,
corresponderá a las autoridades que conozcan de los casos concretos
determinar si se reunieron o no estos requisitos y si en algún caso se
llegara a la conclusión de que no se cumplieron éstos, lógicamente no
se podría dejar de aplicar la sanción establecida en la ley, todo lo cual
evidencia que la fracción multirreferida cuenta con los elementos
suficientes para su correcta aplicación.

En el tercero y último planteamiento, relativo al artículo 334, fracción


III, del Código Penal para el Distrito Federal, se argumenta que éste
viola la garantía de igualdad contenida en el artículo 1o., la de
respeto a la vida, consignada en los numerales 14 y 22, en relación
con el 17, todos de la Constitución Federal, así como aquellos
tratados internacionales signados por México, en los cuales se
establece la protección a la vida.

Ahora bien, para determinar si las normas cuya invalidez se demanda


son o no contrarias a la Constitución Federal, es necesario que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación determine inicialmente si la
Constitución Federal prevé como derecho fundamental el derecho a la
vida, para lo cual se analizarán los artículos 1o., 14 y 22
constitucionales.

Es primordial dejar sentado que el estudio de los conceptos de


invalidez que se hacen valer, se hará a la luz de las disposiciones
constitucionales vigentes, a partir de las reformas y adiciones a la
Constitución Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación
el catorce de agosto de dos mil uno, aun cuando la presentación de la
acción de inconstitucionalidad fue anterior a dicha publicación, en
tanto que dicha acción es un medio de control de la
constitucionalidad de las normas generales, emitidas por alguno de
los órganos que enuncia el artículo 105, fracción II, de la Constitución
Federal y, por ende, a nada práctico conduciría examinar la
constitucionalidad de la ley frente a disposiciones que ya dejaron de
tener vigencia.

El principio de igualdad de todos los individuos que se encuentren en


el territorio nacional, ya que les otorga el goce de los derechos que la
Constitución consagra sin distinción de nacionalidad, raza, religión,
sexo, etcétera, es decir, el alcance del derecho de igualdad
consagrado en este precepto se extiende a todo individuo, a todo ser
humano.

De igual forma, prohíbe la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos


y prohíbe todo tipo de discriminación que atente contra la dignidad
humana y menoscabe los derechos y libertades de las personas, así
entonces, este precepto establece un derecho de igualdad para todos
los gobernados.

Por su parte, el artículo 14 constitucional, contiene el derecho o


garantía de audiencia. Este precepto constitucional comprende como
derechos protegidos la vida, la libertad, las propiedades, las
posesiones y los derechos, señalando como elementos del derecho
constitucional de audiencia, el juicio ante los tribunales previamente
establecidos en los que se sigan las formalidades esenciales del
procedimiento.
De igual manera, de este precepto se desprende que la Constitución
Federal reconoce como derecho fundamental, entre otros, el derecho
a la vida, y es tajante al disponer expresamente que nadie puede ser
privado de ella, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con
anterioridad al hecho.

Así es, el artículo 14 constitucional reconoce como derecho


fundamental inherente a todo ser humano, el derecho a la vida y
protege este derecho de manera general, es decir, protege toda
manifestación de vida humana, independientemente del proceso
biológico en el que se encuentre.

Por su parte, el artículo 22 de la Constitución Federal, en su cuarto


párrafo, prevé:

"Artículo 22. ...

"Queda también prohibida la pena de muerte por delitos políticos, y


en cuanto a los demás, sólo podrá imponerse al traidor a la patria en
guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía,
premeditación o ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de
caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar."

Del artículo transcrito se desprende que nuestra Constitución Federal


permite que se imponga la pena de muerte en determinados casos.

No obstante lo anterior, dicho mandamiento se debe interpretar de


manera excepcional; ello encuentra sustento en que la locución
"podrá", gramaticalmente entraña la facultad para hacer alguna cosa,
por lo que es válido concluir que atendiendo a dicho dispositivo
constitucional la imposición de la pena de muerte, o bien, la privación
de la vida, únicamente puede ser concebida de manera excepcional,
siempre y cuando se cumplan los requisitos establecidos en el
artículo 14 constitucional, en el caso de la comisión de alguno de los
delitos que están contemplados textualmente en el artículo 22, los
cuales son: traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al
homicida con alevosía, premeditación o ventaja, al incendiario, al
plagiario, al salteador de caminos, al pirata y, finalmente, a los reos
de delitos graves del orden militar.

Fuera de los casos mencionados anteriormente, nuestra Constitución


no contempla otra causa por la cual se pueda privar de la vida a
alguien.

De lo anterior se infiere que la teleología constitucional consiste en


que la pena de muerte es de aplicación excepcional, ya que
únicamente se podrá aplicar cuando se esté ante alguno de los casos
que señala el catálogo cerrado que hace nuestra Constitución Federal
en el cuarto párrafo del citado numeral, sin posibilidad de extensión a
casos distintos.

Este numeral nos confirma que nuestra Constitución Federal protege


como derecho fundamental la vida, esto es así ya que, tal como se
señaló, la Constitución permite que se aplique la pena de muerte
únicamente en determinados casos, por lo que si esta pena se
encuentra limitada, es claro que el valor fundamental que es la vida,
se encuentra protegido por nuestra Constitución Federal.

Así entonces, el artículo 22 constitucional, al prohibir la pena de


muerte, reitera el criterio que sostiene el artículo 14 constitucional
referente a la protección de la vida.

Por tanto, de un análisis integral de todos los artículos señalados con


anterioridad, es válido concluir que nuestra Constitución Federal
protege el derecho a la vida de todas las personas, pues contempla a
la vida como un derecho fundamental inherente a todo ser humano,
ya que es un derecho supremo del ser humano, sin el cual no cabe la
existencia y el disfrute de los demás derechos.

Por lo que se refiere al artículo 17 constitucional, la parte actora


argumenta en sus conceptos de invalidez que el Estado debe velar
por el orden público y respeto de todos y cada uno de los derechos
otorgados por la Constitución Federal, entre ellos, el derecho a la
vida, sin embargo, del análisis del artículo 17 no se aprecia que este
numeral se refiera a la protección del derecho a la vida.

Una vez determinado que la Constitución Federal sí protege el


derecho a la vida, es pertinente analizar si nuestra Constitución
protege la vida humana desde el momento de su concepción.

Al respecto, el artículo 4o. consta de varios ordenamientos relativos


a:

a) La igualdad jurídica entre el varón y la mujer;

b) La protección y fomento del núcleo familiar y la paternidad


responsable;

c) El derecho que todas las personas tienen para decidir libremente


sobre el número y espaciamiento de sus hijos;

d) La responsabilidad de los padres y el apoyo institucional para la


satisfacción de las necesidades y salvaguarda de los derechos
fundamentales de la niñez;

e) La protección de la salud; y,

f) El derecho de todas las personas a tener una vivienda digna.

En general, el contenido de este precepto constitucional es un marco


de seguridad para la familia y protección de la sociedad, ya que
comprende el bienestar físico y mental del ser humano y la asistencia
para su adecuado desarrollo y el mejoramiento de su calidad de vida
consagrando derechos de igualdad, de salud, de vivienda, de
alimentación, etcétera.

De lo anterior se desprende que la teleología de este artículo, es la


procuración de la salud y el bienestar de los seres humanos y ello se
confirma con la exposición de motivos y con los dictámenes de las
Cámaras de Senadores y de Diputados que dieron origen a las
reformas y adiciones al artículo 4o. constitucional, de fecha tres de
febrero de mil novecientos ochenta y tres, las que en sus partes
conducentes señalan:

Exposición de motivos.

"... Por ello, los gobiernos de la Revolución han estado atentos a


destinar a la salud, los mayores recursos posibles y a continuar la
tarea permanente de modernizar la legislación sanitaria. La rica y
vasta legislación se ocupa ya de cuestiones que inicialmente no eran
contempladas por la norma sanitaria, como son la prevención de
invalidez y rehabilitación de inválidos, disposición de órganos, tejidos
y cadáveres; control de alimentos, bebidas y medicamentos,
estupefacientes y psicotrópicos; protección de la salud de la niñez y
de los ancianos; mejoramiento y cuidado del medio ambiente.

"... es necesario elevar al rango del derecho a la protección de la


salud, consagrándolo en el artículo 4o. de nuestra Carta Magna como
una nueva garantía social.

"Por sucesivas reformas y adiciones, el artículo 4o. de nuestra Carta


Magna contiene derechos y principios de la mayor trascendencia para
el bienestar de la familia: la igualdad del hombre y la mujer; la
organización y desarrollo familiares; la paternidad responsable,
cimiento de la planificación familiar libre e informada; el derecho del
menor a la salud física y mental y a su subsistencia básica, y la
correlativa responsabilidad del Estado. ..."

Dictamen de la Cámara de Senadores.

"... Por otra parte, nuestra Constitución, por primera vez en el devenir
histórico-constitucional del mundo, incorporó en su articulado
preceptos de carácter social, tendientes a brindar tutela, protección y
auxilio a las clases sociales económicamente débiles, a los
trabajadores y campesinos que, con su labor callada y eficaz, han
propiciado y fortalecido el progreso de México. Asimismo, en nuestra
Constitución se contienen disposiciones para atender a la familia, a
los infantes y a los jóvenes.
"...

"Preocupación constante de los mexicanos ha sido atender


correctamente la necesaria salud de los miembros de nuestra
comunidad, para que puedan desarrollar plenamente sus facultades
físicas e intelectuales, para que desempeñen sus actividades con
entera capacidad y entusiasmo, para que la vida no constituya un
sufrimiento, sino un decurso de funciones intensas y fructíferas tanto
para lograr bienestar material como satisfacciones de índole
espiritual; en una palabra, para propiciar y estimular la plena
expansión de la persona humana.

"...

"De esta forma, como garantías sociales de salud de que gozan los
mexicanos, entre otras, encontramos: la obligación que tienen los
patrones de observar los preceptos legales sobre higiene y seguridad
para prevenir accidentes de trabajo, y para que éste se verifique con
las mayores garantías para la salud y la vida de los trabajadores; el
establecimiento del Instituto Mexicano del Seguro Social para atender
los requerimientos de la salud y, básicamente, su quebrantamiento y
cubrir seguros de invalidez, de vida y de cesación involuntaria del
trabajo; el deber que tienen las sociedades cooperativas para la
construcción de casas baratas e higiénicas; la responsabilidad
patronal de los accidentes de trabajo y de las enfermedades
profesionales; las aportaciones para el fondo nacional de la vivienda;
la debida atención y descansos para la mujer embarazada,
pretendiendo con esto no sólo velar por su salud propia, sino también
por la del futuro hijo quien, de esta manera, desde antes de su
nacimiento goza de la protección del derecho y del Estado.

"...

"Otra disposición constitucional referida a cuestiones de salud es el


artículo 4o., fundamentalmente porque tiende a preservar el
desarrollo de la familia y porque señala el deber de los progenitores
de preservar el derecho que tienen los menores a atender sus
necesidades y, muy especialmente, su salud tanto física como
mental.

"...

"El artículo 4o. constitucional así adicionado se constituirá


indudablemente, en la medida en que tienda a la protección de la
parte más sensible de la sociedad, la familia, la niñez y los beneficios
fundamentales para la vida digna de los hombres en un verdadero
catálogo trascendente de los mínimos de bienestar elevados a la
máxima jerarquía jurídica. ..."

Dictamen de la Cámara de Diputados.

"... La salud se define como un estado de completo bienestar físico,


mental y social y no solamente como la ausencia de enfermedad.
Disfrutar del nivel más alto de salud posible debe constituir uno de los
derechos fundamentales de todo mexicano sin distinción alguna.

"...

"El derecho a la protección de la salud debe alcanzar por igual, desde


el momento de la gestación, tanto a la futura madre como al hijo. Sin
importar sexo, tanto al joven como al anciano, del inicio al término de
la vida, no sólo prolongándola, sino haciéndola más grata dándole
mayor calidad, haciéndola más digna de ser vivida. ..."

De lo anterior se desprende que este precepto constitucional


considera de fundamental importancia la procuración de la salud de
los seres humanos, buscando con ello el pleno desarrollo y bienestar
de la sociedad en general. Cabe resaltar que este precepto también
protege la salud del producto de la concepción, tal y como se señala
en la exposición de motivos y en los dictámenes antes transcritos.

Por su parte, el artículo 123, apartado A, tiene un contenido social,


ya que establece el derecho de todas las personas para tener un
trabajo digno y socialmente útil.Con este precepto se corrobora la
igualdad entre el varón y la mujer, que contempla el artículo 4o.
constitucional, ya que tanto los hombres como las mujeres tienen
derecho a tener un trabajo digno, sin limitación alguna por cuestión
de sexo.

Al contemplarse así por la Constitución Federal, la igualdad entre el


varón y la mujer para poder tener un trabajo digno y socialmente útil,
el artículo 123 constitucional en su apartado A regula las relaciones
entre los patrones y los trabajadores, y señala en su fracción XV la
única distinción válida que hay entre los derechos de la mujer y el
hombre, consistente en que a la mujer le otorga la protección a la
maternidad, protegiendo así la salud de la mujer como la del producto
de la concepción.

Asimismo, este precepto, en su fracción V del apartado A, así como


en la fracción XI, inciso c), del apartado B, consigna el derecho de que
las mujeres, durante el embarazo, no realicen trabajos que exijan un
esfuerzo considerable y signifiquen un peligro para su salud en
relación con la gestación. De igual manera, también señalan que las
mujeres gozarán forzosamente de un descanso de seis semanas
anteriores a la fecha fijada aproximadamente para el parto y de seis
semanas posteriores al mismo y que disfrutarán de asistencia médica
y obstétrica.

De lo anterior se aprecia que este precepto protege la salud de la


madre, pero dada la vinculación que tiene con el producto de la
concepción, también atiende a la protección de la vida de dicho
producto. Esta protección se confirma con lo anteriormente señalado
en el estudio relativo al artículo 4o. constitucional.

Ahora bien, de modo directo y explícito, la protección del producto de


la concepción se consigna literalmente en la fracción XV del apartado
A del precepto que se estudia, porque en él se señala que el patrón
está obligado a observar los preceptos de higiene y seguridad en las
instalaciones de su establecimiento y a adoptar las medidas
adecuadas para prevenir accidentes en el uso de las máquinas,
instrumentos y materiales de trabajo, así como a organizar de tal
manera éste, que resulte la mayor garantía para la salud de la vida
de los trabajadores y del producto de la concepción cuando se trate
de mujeres embarazadas.

Todo lo anterior se corrobora con la exposición de motivos de la


reforma a los artículos 4o. y 123 constitucionales de treinta y uno de
diciembre de mil novecientos setenta y cuatro, la cual, en su parte
conducente, señala:

"... A casi cincuenta años del establecimiento de las garantías sociales


contenidas en el artículo 123, apartado A, la evolución del país ha
dado un nuevo contenido al concepto de bienestar y la dinámica
propia del derecho social nos invita, en consecuencia, a remodelar en
nuestra Ley Suprema determinados preceptos fundamentales que
orientan la legislación reglamentaria del trabajo. Los principios y las
disposiciones de la ley deben adecuarse a las nuevas circunstancias y
requerimientos del desarrollo, particularmente ahora, en relación con
la equiparación jurídica entre el varón y la mujer, y con la
incorporación de ésta a las grandes tareas nacionales.

"...

"Es llegado entonces el momento en que, tanto por merecimiento


propio, como por un loable sentido de solidaridad social que la mujer
mexicana ha manifestado reiteradamente, su acceso y libertad de
empleo deban considerarse, en todos los casos, en un plano
equiparable al del varón. Tal equiparación, constituye, por lo demás,
una de las más trascendentes aplicaciones del gran principio general
contenido en el nuevo artículo 4o., que en esta iniciativa he
propuesto a vuestra soberanía. En las circunstancias actuales de
nuestro avance social, la única diferencia que puede establecerse
válidamente entre los derechos de la mujer y del varón, será aquella
que se derive de la protección social a la maternidad, preservando la
salud de la mujer y del producto en los periodos de gestación y la
lactancia.

"...

"En virtud de las consideraciones anteriores, la presente iniciativa


plantea sendas reformas a los apartados A y B del artículo 123
constitucional, guiadas por el propósito de abrir a la mujer, con
máxima amplitud, el acceso al trabajo, así como por el objetivo de
proteger al producto de la concepción y establecer, en suma,
condiciones mejores para el feliz desarrollo de la unidad familiar. ..."

De lo anterior, es claro que el producto de la concepción sí se


encuentra protegido constitucionalmente.

Ahora bien, de un análisis integral de todos los artículos señalados


con anterioridad, se desprende válidamente que la Constitución
Federal sí protege la vida humana y de igual forma protege al
producto de la concepción, en tanto que éste es una manifestación de
la vida humana independientemente del proceso biológico en el que
se encuentre.

Por otro lado, el artículo 133 de la Constitución Federal, dispone que


los tratados internacionales son compromisos asumidos por el Estado
mexicano en su conjunto y comprometen a todas sus autoridades
frente a la comunidad internacional, por tanto, su acatamiento resulta
obligatorio.

Al respecto, en el Diario Oficial de la Federación de veinticinco de


enero de mil novecientos noventa y uno, aparece publicada la
"Convención sobre los Derechos del Niño", especificándose en la
parte inicial del decreto promulgatorio que la citada convención fue
aprobada por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión el
diecinueve de junio de mil novecientos noventa, según decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta y uno de julio
del mismo año. Esta convención en sus artículos primero, segundo y
sexto señala:

"Artículo 1o. Para los efectos de la presente convención se entiende


por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en
virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría
de edad."
"Artículo 2o.

1. Los Estados partes respetarán los derechos enunciados en la


presente convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a
su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza,
el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra
índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los
impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del
niño, de sus padres o de sus representantes legales.

"2. Los Estados partes tomarán las medidas apropiadas para


garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de
discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las
opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o
de sus familiares."

"Artículo 6o.

1. Los Estados partes reconocen que todo niño tiene el derecho


intrínseco a la vida.

"2. Los Estados partes garantizarán en la máxima medida posible la


supervivencia y el desarrollo del niño."

Ahora bien, en el preámbulo de la convención se señala en una de


sus partes:

"... Teniendo presente que, como se indica en la Declaración de los


Derechos del Niño 'el niño, por su falta de madurez física y mental,
necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida
protección legal, tanto antes como después del nacimiento'."

La relación entre el texto de la convención y su preámbulo deriva de


la aplicación de la "Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados" de la que México fue Estado parte, ya que en su artículo 31,
en el punto segundo indica que para los efectos de la interpretación
de un tratado, el preámbulo del mismo debe ser considerado como
parte de su texto.

De lo anterior se desprende que la "Convención sobre los Derechos


del Niño", incluyendo su preámbulo, señala que todo niño tiene el
derecho intrínseco a la vida y que por su falta de madurez tanto física
como mental, necesita protección legal y cuidados especiales tanto
antes como después del nacimiento.

Así entonces, este tratado internacional protege la vida del niño tanto
antes como después del nacimiento, por lo que es válido concluir que
protege al producto de la concepción y, al tratarse de un instrumento
internacional de los que se señalan en el artículo 133 de la
Constitución Federal, sus disposiciones son de observancia
obligatoria.

De igual forma, en el Diario Oficial de la Federación de veinte de


mayo de mil novecientos ochenta y uno aparece publicado el "Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos", especificándose en la
parte inicial del decreto promulgatorio que el citado pacto fue
aprobado por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión el
dieciocho de diciembre de mil novecientos ochenta, según decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el nueve de enero de
mil novecientos ochenta y uno. Este pacto en su artículo sexto señala:

"Artículo 6o. 1. El derecho a la vida es inherente a la persona


humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser
privado de la vida arbitrariamente."

Así entonces, este tratado internacional protege el derecho a la vida,


ya que lo considera como un derecho inherente a la persona humana.

Todo lo expresado con anterioridad se confirma con lo dispuesto por


determinadas leyes secundarias, tanto federales como locales, tales
como el Código Penal Federal, el Código Penal para el Distrito Federal,
el Código Civil Federal y el Código Civil para el Distrito Federal.
El Código Penal Federal y el Código Penal para el Distrito Federal
regulan, dentro del título relativo a los delitos contra la vida y la
integridad corporal, el delito de aborto, ambos en su artículo 329
establecen la figura delictuosa del aborto, en la cual, el bien jurídico
protegido es la vida humana en el plano de su gestación fisiológica.
Dicho artículo dispone:

"Artículo 329. Aborto es la muerte del producto de la concepción en


cualquier momento de la preñez."

Del artículo transcrito se aprecia que el concebido se encuentra


protegido por la ley, tan es así que este precepto legal señala que el
aborto es un delito que atenta contra la vida.

Así es, los Códigos Penales establecen que el producto de la


concepción "vive", porque a través del aborto se le causa la "muerte"
y no puede darse muerte a alguien que no tiene vida.

De los citados Códigos Penales se puede deducir que consideran al


producto de la concepción como alguien que tiene vida, porque a
través del aborto se le causa la "muerte" y lógicamente no puede
darse muerte a alguien que no tiene vida.

Por su parte, tanto el Código Civil Federal, como el Código Civil para
el Distrito Federal, en su artículo 22 disponen:
"Artículo 22. La capacidad jurídica de las personas físicas se adquiere
por el nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento
en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y
se le tiene por nacido para los efectos declarados en el presente
código."

El artículo transcrito se refiere a la capacidad jurídica de las personas


físicas, pero además establece claramente una protección legal al
producto de la concepción, ya que señala que desde que un individuo
es concebido queda protegido por la ley.

Lo anterior justifica que en materia civil sea válido que el concebido


pueda ser designado heredero o donatario, según lo dispuesto en los
artículos 1314 y 2357 del Código Civil Federal, que establecen:

"Artículo 1314. Son incapaces de adquirir por testamento o por


intestado, a causa de falta de personalidad, los que no estén
concebidos al tiempo de la muerte del autor de la herencia, o los
concebidos cuando no sean viables, conforme a lo dispuesto en el
artículo 337."

"Artículo 2357. Los no nacidos pueden adquirir por donación, con tal
que hayan estado concebidos al tiempo en que aquélla se hizo y sean
viables conforme a lo dispuesto en el artículo 337."

Así entonces, puede concluirse que la protección de la vida del


producto de la concepción se deriva tanto de los preceptos
constitucionales, de los tratados internacionales, así como de las
leyes federales y locales a las que se ha hecho referencia; y sin que la
constitucionalidad de dichos dispositivos se hubiera planteado.

Debe precisarse que lo consignado en el artículo 334, fracción III, del


Código Penal del Distrito Federal que se impugna, no es una
excepción al diverso 329 de dicha norma que establece el delito de
aborto, pues en ella no se dispone que dándose los supuestos que
señala, deberá entenderse que no se cometió el delito de aborto; se
limita a establecer que en ese caso no se aplicará sanción.

Lo que la disposición en estudio pretende es que cuando una mujer


embarazada afronta la existencia de un diagnóstico de dos médicos
especialistas, en el sentido de que existe razón suficiente de que el
producto presenta alteraciones genéticas o congénitas y que las
mismas pueden dar como resultado daños físicos o mentales de una
gravedad tal que puedan poner en riesgo la sobrevivencia del mismo,
y decida dar su consentimiento para que se practique el aborto, las
personas que intervengan en la comisión del delito estarán ante la
alternativa de que se les procese y condene por ello o que se estime
que no se deberá aplicar sanción, dependiendo esa situación de que
en la averiguación previa o en el proceso se establezca, fundada y
motivadamente, si se cumplieron o no los requisitos señalados en la
fracción. Al respecto, conviene destacar que en esa peculiar,
excepcional y dramática situación que contempla la disposición, si la
mujer embarazada da su consentimiento para que se practique el
aborto, y fundada y motivadamente se concluye que se llenaron los
requisitos, no procederá sancionar a quienes hayan incurrido en la
conducta delictiva.

No pasa inadvertido a esta Suprema Corte que el dispositivo cuya


constitucionalidad se examina contiene una contradicción intrínseca
que está en los límites del absurdo, puesto que establece, como un
requisito fundamental que debe llenarse, que la situación del
producto de la concepción sea de que los daños físicos o mentales
que puedan ser resultado de sus alteraciones genéticas o congénitas
lo sean "al límite que puedan poner en riesgo la sobrevivencia del
mismo", lo que daría lugar a que se produjera la muerte del producto.
Dicho en forma sencilla: si se advierte que el producto con las
características tantas veces repetidas puede morir, puede
provocársele la muerte. Sin embargo, tal razonamiento es
inaceptable, pues ya se ha explicado que la disposición no establece
que se deba privar de la vida al producto de la concepción, sino sólo
que de haberse producido la muerte en esas condiciones y
habiéndose llenado los requisitos, no procederá imponer sanción.

Además, debe considerarse que la situación descrita por el precepto


coloca a una mujer embarazada ante una situación de muy difícil
decisión: la heroica de aceptar continuar con el embarazo y la de
aceptar la interrupción del mismo, con la consecuencia de que es un
delito y las consecuencias que de ello pueden seguirse. Si alguna
mujer opta por la decisión de que se interrumpa el embarazo, en la
hipótesis de la fracción III, dará lugar a que se considere, según se ha
reiterado, que no debe imponerse sanción a los que hayan
participado en dicha interrupción, lo que significa que el legislador del
Distrito Federal consideró que si una mujer a la que dos médicos
especialistas le hacen un diagnóstico en el que se especifica y
prueba, fundadamente, que el producto de la concepción (1) presenta
alteraciones genéticas o congénitas (2) que pueden dar como
resultado daños físicos o mentales y (3) que ello sea al límite que
puedan poner en riesgo la sobrevivencia del mismo, es posible que
tome la decisión de dar su consentimiento de que se interrumpa el
embarazo y se provoque la muerte del producto de la concepción, lo
que debe apreciarse para concluir que no cabe imponer las sanciones
previstas para el delito de aborto cometido.

Por razones similares debe considerarse que no se transgrede la


garantía de igualdad contenida en al artículo 4o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues la repetida fracción III
no autoriza la privación de la vida del producto de la concepción, sino
sólo contempla la posibilidad de que, de producirse el acto delictivo y
reuniéndose los requisitos previstos, se concluya que no debe
aplicarse sanción. No se establece, en consecuencia, que a
determinados productos de la concepción, por sus características, se
les pueda privar de la vida, lo que sí sería discriminatorio; sino que lo
contemplado por la fracción es que de producirse el aborto (conducta
tipificada como delito y, consiguientemente, prohibida expresamente
por el artículo 329, previéndose las sanciones correspondientes en los
artículos 330, 331 y 332), y de haberse cumplido los requisitos
consignados en la fracción III del 334, aquéllas no podrán aplicarse.

Atento todo lo expuesto, se reconoce la validez del artículo 334,


fracción III, del Código Penal para el Distrito Federal.

SEXTO. Puesto que de la votación del proyecto de la Ministra Olga


Sánchez Cordero de García Villegas, en el aspecto relativo al artículo
131 bis del Código de Procedimientos Penales del Distrito Federal,
que proponía su inconstitucionalidad y su declaración de invalidez,
aparece que el resultado de la misma fue de seis votos de los
Ministros Aguirre Anguiano, Azuela Güitrón, Díaz Romero, Aguinaco
Alemán, Ortiz Mayagoitia y de la Ministra ponente, a favor del
proyecto; y de cinco votos de los Ministros Castro y Castro, Gudiño
Pelayo, Román Palacios, Silva Meza y presidente Góngora Pimentel,
en contra, procede desestimar la acción por las siguientes razones:

Ahora bien, el artículo 59 de la ley reglamentaria del artículo 105 de


la Constitución, previene que: "En las acciones de inconstitucionalidad
se aplicarán en todo aquello que no se encuentre previsto en este
título (III), en lo conducente, las disposiciones contenidas en el título
II.". El artículo 73 de este título señala: "Las sentencias se regirán por
lo dispuesto en los artículos 41, 43, 44 y 45 de esta ley.". El artículo
41, en sus fracciones III y V, dispone: "Las sentencias deberán
contener: ... III. Las consideraciones que sustenten su sentido, así
como los preceptos que en su caso se estimaren violados. ... V. Los
puntos resolutivos que decreten el sobreseimiento, o declaren la
validez o invalidez de las normas generales o actos impugnados, y en
su caso la absolución o condena respectivas, fijando el término para
el cumplimiento de las actuaciones que se señalen.". Por otra parte,
el artículo 72 del propio ordenamiento, establece: "Las resoluciones
de la Suprema Corte de Justicia sólo podrán declarar la invalidez de
las normas impugnadas, si fueren aprobadas por cuando menos ocho
votos. Si no se aprobaran por la mayoría indicada, el Tribunal Pleno
desestimará la acción ejercitada y ordenará el archivo del asunto.".
Esta disposición reproduce lo establecido por el párrafo quinto del
artículo 105, fracción II, de la Constitución, en el mismo sentido.

Del análisis concatenado de los dispositivos transcritos se sigue que


al presentarse en el caso a estudio la hipótesis descrita de una
resolución mayoritaria, en el sentido de la inconstitucionalidad del
precepto, pero que no alcanzó la mayoría exigida para invalidar la
norma, debe hacerse, en un punto resolutivo de la sentencia, la
declaración plenaria de la desestimación de la acción, sirviendo estas
consideraciones como sustento.

Debe añadirse que la disposición que se aplica tiene un claro apoyo


constitucional derivado de los artículos 40, 133 y 135 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con
los artículos 105, fracción II y 122 de la propia Carta Fundamental.

El artículo 40, en la parte que interesa, señala que: "Es voluntad del
pueblo mexicano constituirse en una República ... democrática ...". El
artículo 133 consagra el principio de supremacía constitucional al
determinar que: "Esta Constitución, las leyes del Congreso de la
Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la
República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión.".

El 135 regula lo relativo a las reformas de la Constitución, al prever


que: "La presente Constitución puede ser adicionada o reformada." y
añade que "Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de
la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las
dos terceras partes de los individuos presentes, acuerde las reformas
o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las
Legislaturas de los Estados.", así como que "El Congreso de la Unión o
la Comisión Permanente en su caso, harán el cómputo de los votos de
las legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones
o reformas.".

Por otra parte, el artículo 105 de la propia Carta Fundamental


establece como un mecanismo de defensa de la supremacía
constitucional ante la Suprema Corte de Justicia, las acciones de
inconstitucionalidad que podrán oponer, entre otras hipótesis, las
minorías parlamentarias de cuando menos el treinta y tres por ciento
de los integrantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en
contra de leyes expedidas por la propia asamblea, como aconteció en
la especie.

Finalmente, el artículo 122 citado regula el sistema jurídico-


constitucional del Distrito Federal, especificando como una de las
autoridades locales del mismo a la "Asamblea Legislativa" (párrafo
segundo) la que estará integrada con el número de diputados electos
según los principios de mayoría relativa y de representación
proporcional, mediante el sistema de listas votadas en una
circunscripción plurinominal "en los términos que señalen esta
Constitución y el Estatuto de Gobierno".

De las diversas disposiciones mencionadas se pueden establecer las


siguientes conclusiones:

I. El sistema jurídico mexicano reconoce como norma suprema del


mismo a la Constitución. Todas las autoridades de los Poderes
Federales, Estatales y del Distrito Federal deben ajustar sus actos a
ellas.

II. La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la responsabilidad


de velar por la constitucionalidad de todo acto de autoridad, entre
otros procesos, en la acción de inconstitucionalidad.

III. La función de la Suprema Corte, en el supuesto señalado, radica


en cotejar el acto de la autoridad legislativa local con las
disposiciones constitucionales aplicables, para determinar si se ajusta
a ellas.

IV. La Suprema Corte, en el ejercicio de su función de control


constitucional, debe ajustarse a lo establecido en las disposiciones
vigentes de la Constitución. Apartarse de la Constitución implicaría
atentar contra su propia naturaleza. Si la Constitución establece algún
principio que por el transcurso del tiempo resulta anacrónico, no toca
a la Suprema Corte introducir su modificación, sino al órgano
legislativo correspondiente (Poder Constituyente Permanente,
también identificado como Órgano Reformador de la Constitución).

V. Los órganos legislativos, entre ellos la Asamblea Legislativa del


Distrito Federal, al emitir sus leyes deben ajustarse a la Constitución.

VI. Si una minoría de cuando menos el 33% considera que la ley


aprobada es violatoria de la Constitución, pueden acudir a la Suprema
Corte en vía de acción de inconstitucionalidad.

VII. La Suprema Corte de Justicia, al resolver la cuestión, con la mayor


amplitud en el análisis del tema, pues cabe la más amplia suplencia
de la queja (salvo en acciones de inconstitucionalidad en materia
electoral), deberá determinar si se dio la violación pretendida.

VIII. Conforme a lo anterior, debe concluirse que el principio


consagrado en la Constitución en cuanto a la necesidad de que
cuando menos sean ocho Ministros los que voten en el sentido de que
se da la inconstitucionalidad de la norma, responde con claridad al
sistema constitucional descrito. Por una parte, la aprobación de la
norma deriva de una votación mayoritaria del cuerpo legislativo
respectivo. Si el principio de supremacía constitucional, establecido
en el artículo 133 de la Constitución, obliga a los legisladores a que
las normas que aprueban sean conformes con la misma, resulta
lógico que, ante toda disposición emanada de un cuerpo legislativo,
se presuma su constitucionalidad. Ahora bien, si una minoría de ese
cuerpo legislativo, que sea cuando menos del treinta y tres por
ciento, considera que se violentó la Constitución por la mayoría,
podrá ejercer la acción de inconstitucionalidad ante el Órgano
Supremo del Poder Judicial de la Federación, encargado de velar por
el respeto al orden constitucional. Se trata, por consiguiente, de
someter a un órgano de carácter técnico-profesional, lo decidido por
una mayoría simple por un órgano de carácter político, emanado de
una elección popular. La minoría calificada señalada, también
respaldada en su representación popular de cuando menos treinta y
tres por ciento -podría ser de cuarenta y nueve por ciento-, tiene el
derecho constitucional previsto en el artículo 105 de la Carta
Fundamental, de acudir ante la Suprema Corte para promover la
acción. Pero con la misma coherencia del sistema, serán necesarios
ocho votos para que se haga la declaración respectiva. De no
alcanzarse ese número en el sentido de la inconstitucionalidad, el
Tribunal Pleno desestimará la acción ejercida y ordenará el archivo
del expediente, con una clara diferencia a los casos en que, por
mayoría simple (mitad más uno), se considere constitucional la norma
o cuando se estime inconstitucional, cumpliéndose el requisito de la
votación calificada descrita, pues en estos supuestos, en la parte
considerativa del proyecto, habrá un pronunciamiento sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad establecida, dándose lugar a
tesis aislada, si no se alcanzaron los ocho votos declarando la
constitucionalidad, o a tesis jurisprudencial cuando la votación llega a
ser de ocho o más votos en uno u otro sentido, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 43 de la ley reglamentaria del artículo 105
constitucional. en el sentido de que

Como se ve, la lógica del sistema no se limita a la declaración de


constitucionalidad por simple mayoría, de inconstitucionalidad por
mayoría calificada o de insubsistencia de la acción cuando no se llega
a la misma, sino que ello comprende las consideraciones en que se
sustenten las conclusiones. Si se coincide con la constitucionalidad a
que llegó la mayoría del cuerpo legislativo, y según sea la votación,
simple o calificada, habrá el respaldo jurídico al mismo en una tesis
aislada o jurisprudencial del Órgano Supremo técnico-jurídico,
encargado constitucionalmente de velar por el respeto al orden
emanado de la Constitución.

Por todo lo expuesto, debe concluirse que en relación con el artículo


131 bis del Código de Procedimientos Penales del Distrito Federal,
este Pleno, en estricto acatamiento del artículo 72 de la ley
reglamentaria del artículo 105 de la Constitución, debe desestimar la
acción ejercida y ordenar el archivo del asunto.

Por todas las consideraciones contenidas en éste y en los anteriores


considerandos y con fundamento en lo establecido en los artículos
105, fracción III, de la Constitución; 39, 40, 41, 43, 59, 71, 72 y 73 de
su ley reglamentaria, se resuelve:

PRIMERO.-Por lo que toca a la acción de inconstitucionalidad relativa


al artículo 131 bis del Código de Procedimientos Penales del Distrito
Federal, se desestima y se ordena el archivo del asunto, en los
términos del último considerando.
SEGUNDO.-En cuanto al artículo 334, fracción III, del Código Penal del
Distrito Federal, se reconoce su validez de acuerdo con lo expuesto
en el considerando quinto de esta resolución.

Notifíquese; haciéndolo por medio de oficio a las partes y, en su


oportunidad, archívese el expediente.

Así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación en Pleno

De la presente ejecutoria también derivaron las tesis P. VIII/2002, P.


IX/2002, P./J. 10/2002, P./J. 12/2002, P./J. 13/2002 y P./J. 11/2002, que
aparecen publicadas en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XV, febrero de 2002, páginas 415, la
primera y la segunda, y 416, 418, 589 y 592, respectivamente, las
restantes, con los rubros:

"ABORTO. EL ARTÍCULO 334, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL PARA


EL DISTRITO FEDERAL, NO AUTORIZA LA IMPOSICIÓN DE UNA PENA
POR ANALOGÍA O MAYORÍA DE RAZÓN.", "ABORTO. EL ARTÍCULO 334,
FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, NO
TRANSGREDE LA GARANTÍA DE IGUALDAD, PUES NO AUTORIZA QUE
SE PRIVE DE LA VIDA AL PRODUCTO DE LA CONCEPCIÓN.", "ABORTO.
LA HIPÓTESIS PREVISTA EN EL ARTÍCULO 334, FRACCIÓN III, DEL
CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, CONSTITUYE UNA
EXCUSA ABSOLUTORIA.", "ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. EL
ESTUDIO DE LOS CONCEPTOS DE INVALIDEZ QUE SE HAGAN VALER
DEBE EFECTUARSE A LA LUZ DE LAS DISPOSICIONES DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL VIGENTES AL MOMENTO DE RESOLVER.",
"DERECHO A LA VIDA. SU PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL." y
"EXCUSAS ABSOLUTORIAS Y EXCLUYENTES DE RESPONSABILIDAD.
SUS DIFERENCIAS.".

Tesis:

1.- Registro No. 187799


Rubro: EXCUSAS ABSOLUTORIAS Y EXCLUYENTES DE
RESPONSABILIDAD. SUS DIFERENCIAS.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 592; [J];

2.- Registro No. 187816


Rubro: DERECHO A LA VIDA. SU PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 589; [J];

3.- Registro No. 187817


Rubro: DERECHO A LA VIDA DEL PRODUCTO DE LA CONCEPCIÓN. SU
PROTECCIÓN DERIVA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Y DE LAS LEYES FEDERALES Y LOCALES.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 588; [J];

4.- Registro No. 187882


Rubro: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. EN EL CASO DE UNA
RESOLUCIÓN MAYORITARIA EN EL SENTIDO DE LA
INCONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA IMPUGNADA, QUE NO SEA
APROBADA POR LA MAYORÍA CALIFICADA DE CUANDO MENOS OCHO
VOTOS EXIGIDA POR EL ARTÍCULO 105, FRACCIÓN II, ÚLTIMO
PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, LA DECLARATORIA DE QUE
SE DESESTIMA LA ACCIÓN Y SE ORDENA EL ARCHIVO DEL ASUNTO
DEBE HACERSE EN UN PUNTO RESOLUTIVO.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 419; [J];

5.- Registro No. 187883


Rubro: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. EL ESTUDIO DE LOS
CONCEPTOS DE INVALIDEZ QUE SE HAGAN VALER DEBE EFECTUARSE
A LA LUZ DE LAS DISPOSICIONES DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL
VIGENTES AL MOMENTO DE RESOLVER
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 418; [J];

6.- Registro No. 187884


Rubro: ABORTO. REQUISITOS PARA QUE SE CONFIGURE LA EXCUSA
ABSOLUTORIA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 334, FRACCIÓN III, DEL
CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 417; [T.A.];

7.- Registro No. 187885


Rubro: ABORTO. LA HIPÓTESIS PREVISTA EN EL ARTÍCULO 334,
FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL,
CONSTITUYE UNA EXCUSA ABSOLUTORIA.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 416; [J];

8.- Registro No. 187886


Rubro: ABORTO. EL ARTÍCULO 334, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL
PARA EL DISTRITO FEDERAL, NO TRANSGREDE LA GARANTÍA DE
IGUALDAD, PUES NO AUTORIZA QUE SE PRIVE DE LA VIDA AL
PRODUCTO DE LA CONCEPCIÓN.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 415; [T.A.];

9.- Registro No. 187887


Rubro: ABORTO. EL ARTÍCULO 334, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL
PARA EL DISTRITO FEDERAL, NO AUTORIZA LA IMPOSICIÓN DE UNA
PENA POR ANALOGÍA O MAYORÍA DE RAZÓN.
Localización: 9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; XV, Febrero de
2002; Pág. 415; [T.A.];

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