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WILLEBALDO LOPEZ SIETE OBRAS DE TEATRO Nota preliminar de Griselda Alvarez letras mexicanas FONDO DE CULTURA ECONOMICA Primera edicion, 1997 Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra —incluido el diserio tipogréfico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrnico 0 mecénico, sin el consentimiento por escrito del editor. D. R. © 1997, Fonpo DE CuLTuRA Economica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14200 México, D. F. ISBN 968-16-5111-1 Impreso en México NOTA PRELIMINAR Una decidida vocacién hacia las letras, en especial hacia la drama- turgia, se manifiesta en Willebaldo Lépez y se prueba con la reite- rada aparicidn y puestas en escena de sus obras. Fue hace mas de veinte anos que tuve el gusto de conocerlo. Fue en ocasién del concurso “Hombres de México y el Mundo” donde gané el primer lugar con la obra Yo soy Juarez. Fue inter- pretada por un grupo de discipulos de artes teatrales que era di- rigido por el muy respetado maestro Fernando Wagner. Aqui, con un gran repertorio, se presenté al Benemérito sin el carton, la tiesura acostumbrada por todos sus panegiristas. El gran mérito de esta obra, entre otros, es presentar un Juarez simpatico, atrac- tivo, sin quitarle historia al gran personaje. Un Juarez aplaudido fuertemente por el pttblico de preparatoria, que siempre exige el doble. Yo soy Judrez bastaria para darle al autor buena entrada al mun- do de las letras. La obra recorrid toda Centroamérica, Sudamé- rica y los Estados Unidos, y en México se presenté mas de ocho- cientas veces. Al afio siguiente de este triunfo, vino otro premio del mis- mo concurso. Fue con la obra Pilo Tamirano Luca, de gran fuerza teatral, con extraordinaria escenografia de Julio Prieto y también de gran reparto, donde se explora el mundo de los coras. Al afio siguiente (y es de anécdota), no se le permitid a Wille- baldo inscribirse en el concurso por el temor fundado a que fue- ra a obtener, por tercera vez consecutiva, el primer lugar. Su produccién dramatica sigue fecunda. Se recuerdan otros tf tulos: Los arrieros con sus burros por la hermosa capital, Cosas de muchachos, La oscuridad ya estd vieja, ya no espanta a la ver- dad, El paletero del sol, Vine, vi... y mejor me fui, Yo soy Juarez, ya citado, Tereso y Leopoldina, y otros més. El escritor Willebaldo es constante en el tema, digamos, mexi- cano; en casi todas sus obras hay rasgos en donde nos reconoce- mos, en donde describe algo muy nuestro que nos hace ser pecu- liares o decididamente originales. Le gusta el conflicto, arma la tragedia y la sabe resolver. Willebaldo se ha construido ladrillo a ladrillo, y su edificacién est4 bien basada, es s6lida, nada facil de conseguir. Ahi van para la posteridad sus temas originales, asentados con la mexicanidad mds sana, més nuestra. Enhorabuena. GrIseELDA ALVAREZ Los arrieros con sus burros por la hermosa capital OBRA EN DOS ACTOS [1967] Estreno: Teatro Hidalgo, mayo de 1967 Temporada: Teatro Jiménez Rueda A Willebaldo Lopez HL, mi padre A Isidra Guzman, mi madre MUJER DESNUDA: CANTANTE: Guia 1: Guia 2: TuRISTAs: Jost: NEMECIO: ALEMANA: GRINGA: SIRVIENTA: GacuupiNx AGENTE: GRINGO: Maripo: MUJER: PANDILLA\ PORDIOSERA: Borracnios: GANAN: PROSTITUTA: CANTANTE VIEJO: Esrosa: NINo: REPARTO Barbara Fonseca Héctor Manuel Espinoza Guillermo Roquefii Ricardo Olveda La compafiia Julio Castillo y Enrique Muiioz Willebaldo Lépez Yolanda Martinez y Martha Aura Jorge Camarena José Luis Avilés Ubaldo Gonzalez Bertha Aguilar Maria Luisa Alcala Lourdes Carrasco Eduardo Borja Guillermo Roquefii Ubaldo Gonzalez Ricardo Olveda Yolanda Martinez y Martha Aura La companiia Yolanda Martinez y Martha Aura La compaiiia Ricardo Olveda Maria Luisa Alcalé Héctor Manuel Espinoza Lourdes Carrasco Lili Fernandez Direcci6n: Willebaldo Lépez Asistent Juan Antonio Llanes Ayuda técnica: Félida Medina Promoci6n: Joana Brito Primer premio en el “Primer Festival de Primavera” organizado por INBA, IMSS y UNAM en 1968, Jurado: Wilberto Cantén, Hugo Argiielles, Marcela del Rio, Margo Glantz. PRIMER ACTO Aparece un muchacho con una guitarra; se muestra muy nervioso cuando se enfrenta al ptiblico. MucnacHo.— Perdénenme... Yo no sé cantar. Pero, es que el se- flor que se encarga de esto..., de esto que ustedes van a ver, me trajo ahorita de alla afuera y... Y yo quiero decirles que no sé can- tar, ¢Saben qué?... Aqui me da miedo. Yo canto en los camio- nes; pero aqui, pues... jCé6mo me hago del rogar! ;Verdad?... (respira hondo) {Bueno!... Pus..., ahi les va (muestra un papel). Mirando al suelo voy mi sumisi6n. Mirando al suelo voy mi rendicién. Mirando al suelo voy mi deshonor. Y sdbate, sdbate el lomo, sefior; que a nadie le importa que tengas dolor. La gente de arriba te grita: ... jladr6n! Y tu, en tu miseria, respondes: ... si soy. Mirando al suelo voy mi gran rencor, Mirando al suelo voy mi confusi6n. Y stibete, stibete al cruel y opresor y por sus costillas le bailas un son. Procura lo tuyo, sin ningtin temor; que sin excepciones tt eres mejor. Mirando al ciclo voy revolucién, revoluci6n, revolucién. 10 Aparecen intempestivamente, entre el pitblico, un grupo de turis- tas extranjeros con sus respectivos guias; arman un gran escdndalo, Turistas.— (Fotografian a diestra y siniestra.) {Capital, capital! jCapital, capital! jCapital, capital! Guia 1.— (Con gesticulaciones estereotipadas.) {Por aqui, por aqui, sefiores! E] pais entero es el regalo que les vamos a ofrecer. (Los dos gutas simulan que abren un enorme regalo.) Sirvanse tirar del listén que lo envuelve. Abran la caja. entiran c6mo emana un aroma amistoso y hospitalario que les invita a disfrutarlo, con- sumirlo y devorarlo con lengitetazos Avidos de hambriento placer. TurIstas.— jOooooh! ;Siiii, devorarlo, devorarlo! Guia 1.— jPorque en este pais les tenemos Guia 2.— Bellfsimos paisajes. Turistas.— jCapital, capital! Guia 1.— Desiertos y praderas. Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— Ciudades de canteras. Guia 1.— Para sus pensionados y veteranos de guerra. Guia 2.— jCarreteras Turistas,— jCapital, capital! Gulia 1.— Stiper, supercarreteras. Guia 2.— Industrias extranjeras. Guia 1.— Que son permanentes. Guia 2.— ¥ no golondrinas viajeras. Guia 1.— Tenemos autoridades fieras. (Gesticulan con feroci- dad.) Y tantas cosas que terminan en eras. Turisras.— ¢Como chingaderas? Guia 2.— (Tosiendo nervioso.) No, no. Como primaveras. Guia 1.— Tenemos toda una tradicién Nena de ruinas; que an- teriores visitas se encargaron de dejarles a ustedes desde la Con- quista. Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— Celebramos olimpiadas y campeonatos de futbol. Guia 1.— Hacemos cine. Guia 2.— Tenemos palenques, hipé6dromos y cabarets. Turistas.— jCapital, capital! Guia 1.— Curiosidades y un sinfin de artesanias. Guia 2.— Mujeres callejeras y buenas taloneras. TuRISTAS HOMBRES.— jCapital, capital! Guia 1.— Lancheros en Acapulco y machos bien dotados. Turistas MusERES.— {Capital, capital! Guia 2— Borrachines, tequila con mariachi: neros para el recuerdo. indios y limos- 11 Turistas.— (Gritos a la mexicana.) {Capital, capital! Guia 1.— Barbacoa con carnitas; tepaches y mezcales. (Los tu- ristas vomitan.) Turisras.— (Asqueados.) jCapital, capital! Guia 1.— Tenemos ritmos, modas y cosas importadas. Guia 2.— Fayuca por todos lados. Guia 1.— Somos un pueblo que rie. No sé por qué, pero se rie. Turistas.— jCapital, capital! Guia 1.— ;Bailes en grandes fiestas! Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— (Fiestas, muchas fiestas! (Los gufas salen y llaman a los turistas.) Turistas.— (Muy entusiasmados.) jCapital, capital...! etcétera. Oscuro para dar paso a una mujer desnuda, quien, al son de una nuisica campirana, baila con entusiasmo; se cubre apenas con un letrero que dice: “campo”. Cuando la mujer desaparece, sobre el oscuro, se escucha el hacheo de dos campesinos que rajan lena. La luz descubre al padre y al hijo en plena tarea. El hijo se desploma, agotado. Papre.— Apurate, hijo. Hay que completar las cargas antes de que venga tu madre. Huo.— (Se incorpora con dificultad y se limpia el sudor.) Si, apa. jQue te apures, te digo! Y te me vas lueguito a casa de Luciano pa que te dé la burra que va a emprestarme apareja- da... ;Ah! Y no se te olvide pedirle el pretal. Huso.— Si, apa. (Vuelve a su hacha.) {Y si se fue pa la Villa, qué hago? Ayer me dijo que no iba a estar, que se iba muy temprano a vender resina pa las calderas de los bafio: PapRE.— {Qué pendejo!... Mejor la hubiera tirado. Ni el viaje. En los bafios te dan sélo unos centavos. Hio.— Pues, peor es nada. Nosotro: ni eso. PapReE.—¢Qué rezongas? ¢Eh? ¢Qué rezongas? (Lo amenaza.) Hiso.— Nada, apa. PapRE.— Entonces, vas y te trais la burra. Al fin que su vieja no dice nada. Hiso.— (Que nooo...? Papre.— Es rezonza, parece muerta. No te hace nada. Mira, deja el hacha y vete ya. Huso.— (Mira a lo lejos.) Alla viene mi ama... Nomads me echo un taco y me voy. ¢Si, apa? Papre.— Esta bien. Entonces, gritales a Lucio y a José pa ver 12 si quieren un taco; ya ves que nos van a prestar sus burros. Yo le grito a Nemecio. Hiso.— (Grita.) jLucioooo00o! jJoseeeeeeeé! {Que dice mi apa que si no se vienen a echar un taco! Lucio.— (Contesta a lo lejos.) (Yo si voooovy! José.— jAhiiii vamoooos! Papre.— (Grita.) jNemecioooooo! NemeEcto.— (Contesta a lo lejos.) ¢Queececé? Papre.— jVente a echar un taco, mano! NemeEcto.— jAhiiiif voooy oritaaa! Nomaads que acaaabece de cagaaaar. Manre.— (Aparece y se muestra molesta.) {Ya no sigan gritan- do! Apenas traigo comida pa ustedes; no va a alcanzar. Después no les va a gustar que només les toque un taco... Y qué van a chismorrear ellos: que somos unos muertos de hambre. Papre.— Nomis llegas y friegas, mujer. Ellos no dicen nada. Ti sabes que lo que se agradece es la buena voluntad. Ademas..., hay que tomarlo como negocio: me van a prestar sus burros. Mapbre.— Pues..., ¢cuantos burros tienes ya? Papre.— Son como seis...; si es que me los prestan todos. (A sui hijo.) ¢Verda, ta? Hiso.— Si, apa. Mapre.— (Mira a su alrededor.) ¢Y las cargas de lefia? Por lo que veo Papre.— Si nos apuramos a darle en la tarde, seguro las tene- mos para pasado mafiana. (A su hijo.) ¢Verda, td? Hiso.— Si, apa. Aparecen Lucio y José, y no se acercan; poco después aparece Nemecio, fajandose todavia los pantalones. _ PaprE.— (Se percaia de los que llegan.) (Pero, qué hacen ahi?... jAndenle! Vénganse a comer aunque sea una gorda con sal, jArri- mense!... (Mira hacia el sol.) Que ya es tarde. Y el hambre ya gru- fie en la barriga. Lucio.— Buenas tardes. Josi.— (Se quita el sombrero y saluda con atencién exagerada.) Buenas tardes... Buenas tardes. Mapre.— Buenas tardes. (Pone sobre el mantelito el tazcal lle- no de tortillas y la cazuela con el guisado.) Entrenle a un taquito: son unos humilditos honguitos del Hano..., pero muy sabrosos. Hiso.— (Come.) Sabrosisimos. Para eso se pinta sola mi ama. Lucio.— (Se sirve.) Pos... yo si le entro. Jost.— (Imita a Lucio.) Pos, yo también. 13 NEMECIO.— (Se abre paso.) Déjenme algo. No se los acaben. Pa todos hay. Se hizo bastante. Mapbre.— (Prepara un gran taco.) Pero comete uno tu, viejo. > Después, después. No tengo hambre. Ustedes éntrenle. Lucio.— (Mira a su alrededor.) jValgame, santo Dios!... (Qué rajadero de lefia! Entonces, va en serio. ¢Asi que te vas a la capi- tal? Jost.— Yo digo que es una tarugada. ¢Qué vas a hacer hasta alla? Esta relejos. Lucto.— Y nila conoces. ¢O. Papre.— No. Jost.— Lo que pasa es que se quiere hacer riquillo. NEMEcIO.— Mira: déjate de tarugadas, junta tus cargas con las de nosotros y las vendemos en un pueblo que esté m: Lucio.— Pagan poco, pero seguro. José.— La capital esta muy lejos para ir con burros. Nemecio,.— (Muestra y saborea el taco.) ¢Pa qué te arriesgas? Aqui todavia nos quedan honguitos, quelites y frijoles. ;Mmm! Y estan retesabrosos. Lucio.— (En burla.) Es que él ha de querer bisté. (Risas de los otros.) — Y va a acabar como Nepamuceno cuando se fue a la mis jodido y sin quelites. Lucio.— Y sin bisté. (Risas.) NeEMEcIOo.— Cuando regres6 con su familia, ya no lo podiamos reconocer, Lucto.— Mejor haz lo que muchos: vete pal norte de mojado y ya Jost.— Y si no te matan... Papp (Molesto.) Bueno, gme van a prestar sus burros?.. ¢Sio no? Lucio.— No te enojes, mano. Ya sabes que ero si quieres llevarte de un jaldn tanta lefia, por qué no alquilas una troca? Papre.— ¢Pa qué? Tan luego salga a la carretera me va a reco- ger la carga de lefia el mordelon y ni el flete voy a poder pagar. Y como uno no sabe nada de eso, pues se lo hacen pendejo facil. José.— A mi no me han agarrado. PapreE.— ¢Y qué tal a Lucio?... (Lucio va a protestar.) ¢Qué te paso a ti, Lucio?: alquilates el camion, sacates el permiso, tuvi- tes que dar la mordida en la Villa, y cuando Hegates al otro pue- blo, los forestales de alla se dejaron venir y te quitaron la lena, y hasta las hachas; alegando que no servia tu permiso, por no s cuantos articulos y leyes. ¢¥ tt qué hicites? Pos nada. Si oimos 14 cuando te amenazaron con meterte al bote porque no le llega- tes a la mordida. Y perdites dos meses de raje y raje lefia para nada. Lucio.— ¢Y a poco crees que en la capital no te vana fregar? Papre.— A lo mejor. Espero que no estén tan muertos de ham- bre como los de aca. Alla se desquitan con los aserraderos y las madereras grandes. NeMecio.— Si serds... Esos sf tienen pa pagar mordidas y com- prar permisos, En cambio a ti, alld te van a fregar mas. Papre.— No creo que le echen el ojo a mis burros. Lucto.— Tu, ya ni la resina quieres ir a vender al pueblo. Papre.— ¢A los bafios ptblicos? gPa que me paguen una picota- da? Mejor le prendemos fuego en el llano, como cuando la huel- ga resinera. H1o.— Daba miedo esa montafiota de botes de resina ardiendo. Dicen que se vefa la luz desde el otro lado del cerro. NEMECIO.— Pues ya vites lo que nos paso por argiienderos. En la fabrica de aguarrés nos pagaban mejor la resina que en los bafios. Pero, por querer el aumento en el precio y hacer la huel- ga, agarraron sus chivas y se largaron a otro estado. José.— Y nos dejaron con tamana batea de babas. Y ahora te- nemos otra vez toda la resina amontonada. ¢Qué vamos a hacer con ella? PaprE.— La levamos al Iano y la quemamos. Mapre.— O nos la dejan a las viejas pa que la quémemos en la cocina. Papre.— Ta callate, vieja. Lucto.— Si todos oimos al gobernador: nos habl6 retebonito: nos prometié que no iba permitir que se fueran a otro lado los de la fbrica de aguarras, que se los iba a empinar...; y hasta ori- ta, los empinados seguimos siendo nosotros. Mapre.— ¢A ustedes? A ustedes no. (Sefiala a su marido.) A él si lo bajaron amarrado de las manos y corriendo detras de los yips de los soldados, como si fueran asesinos... Y luego alla en la carcel le dieron un culatazo tan fuerte en el pecho, que hasta la fecha no puede trabajar bien. Papre.— Callate, vieja. Jos£.— Pero, ¢c6mo quedamos? Mas jodidos, no? PapRE.— Pos, esta mejor, Antes nomas ellos ganaban. Ahora ni ellos, ni nosotros: estamos parejos. Me han dicho que alla en la capital esta bien. A pesar de Nepamuceno, la mayoria de los que se han ido ya no han vuelto. Lucito.— S6lo dan lastimas alla. Papre.— {Qué va! Aqui estamos rejodidos Espero que alld no. 15 Lucio.—Y tu muchacho se va a quedar cuidando el monte y la cas Hiso.— No. Yo me voy con mi apa. Jos! éY vas a dejar solas a las viejas? NEMECIO.— Qué confiado eres. Lucio— Habra que darles una mano. ra de hambre el escuincle. Papre.— ¢Qué pasd?... No sean tan acomedidos. Mapre.— A las viejas con el escuincle no las metan en sus lios. iYo solita me basto y sobro, mientras viene mi marido...! Si ellos quieren ir a probar suerte..., ;que vavan! Yo no los voy a detener. Papre.— Callate, vieja. Nemecio.— jMira a ésta! Nosotros tratando de que no se va- yan... y ella los empuja. Mapre.— Yo no los empujo. ¢Cuando han visto que los empuje? José.— Ahorita. Tu mujer no te quiere, hermano. Lucio.— Es que se quieren quedar chinas libres. Mapre.— (Furiosa.) ;Nunca he dicho que no quiera a mi ma- rido!... Na mas lo dejo en libertad de hacer lo que le dé la gana. (Irénica.) No lo tengo aqui ananado, pegado a mi falda y tapan- dolo con el rebozo. Tanto él, como mi hijo, si se quieren ir a tra- bajar lejos de aqui... jpus, que lo hagan! Que yo me sé aguantar; aunque me muerda los labios pa no chillar. Papre.— Callate, vieja. Mapre.— ;Pos ta, Nemecio!... ¢No estas de amamantado y pe- gado a tu vieja? Si cada vez que vas al pueblo a vender lefia. fimitando) le dan ataques, y ataques, y ataques, para obligarte a que la lleves contigo. (Risas de los otros.) Y todavia gastas en me- dicinas... {Una buena cuereada le habias de dar, y verias como se le quitaban los ataques! Papre.— Callate, vieja. José.— jPero, qué consejos son esos, comadre! Si la oyera mi mujer. Mapre.— Tt no cantas mal las rancheras, José... Tu, que siem- pre presumes porque tu mujer si sabe leer y fue a la escuela, te tiene bien amarrado. Sélo haces lo que ella te da permiso. Papre.— Callate, vieja. José.— jA mi nadie me amarra! Mapre.— jQue nooo!... ¢Y la vez de la huelga resinera, qué? Cuando mas te necesitabamos y te fuimos a buscar, tu vieja te nego, porque te tenia tapado con cobijas y escondido detras del petate. gA poco crees que no nos dimos cuenta? (A los otros.) iNiéguenlo! (Los otros agachan la cabeza.) Papre.— (Mas enérgico.) jCallate, vieja! 16 para que no se les mue- Mapre.— Y no fue solo esa vez: también fue cuando el deslinde ejidal y el pleito con los matones de don Melit6n, también cuan- do la comisi6n para la escuela y... Nomads que acordamos no decirte nada pa que no te diera vergitenza; porque, yo estoy se- gura, fue tu vieja la que hizo que no te comprometieras. Papre.— jCailate, vieja! Mapre.— jNo te rias, Lucio! Que tu mujer es igualita de mie- dosa que todas las del rancho. Anda con brujerias, pone santos de cabeza revueltos con diablos, y te da a tragar un montén de cochinadas, pa que cuando vayas a otros pueblos no te encuen- tres otra vieja, y pa que solamente con ella puedas hacer... (ma- liciosa) lo que tt ya sabes. (Risas de los demds.) Y si no, la en- cuentras chille y chille pa que no te vuelvas a ir. PapRE.— jQue te calles, te digo! Mapre.— ¢Y qué me dicen del pobre de Luciano?: con su mu- jer que se hace la zonza zonza; pero que desquita su muina aga- rrando a golpes a sus hijos y no les da de tragar si él se va y la deja sola. Papre.— jCallate ya, mujer! Lucio.— jA que la comadre tan rezongona! Lo que dijo no es verdad. Jos! Le dieron cuerda. NEMECIO.— Se enojé de veras. Mapre.— jEs verdad lo que dije! 7Y lo sostengo! Todo eso que.. Papre.— {Que te calles, con un carajo...! (A los otros.) Bue- no..., ¢me van a prestar sus burros, si o no? Lucio.— Yo si, hombre. Pasa por él. Nos vemos. A ver si le qui- tas lo echadora a la comadre. José.— Pos, yo igual. Pasa por mi burro. Y gracias por el taco: aunque regafiado. Nemecio.— Aunque nos cale, tiene raz6n, ¢no? Pasen por el burro. Nos vemos. Pape Gracias. Y perdonen el taco tan pobre. Hio.— Nos vemos. Yo voy a ir por los burros. Papre.— Si me va bien en la capital, luego se van ustedes con- migo. Lucio.— ¢Pa qué? No me deja mi mujer. Tiene raz6n la comadre. José.— Mejor me voy a esconder detras del petate. NEMECIO.— Te encargamos mucho nuestros burros. Después nos cuentas como te fue. (Los campesinos salen.) Papre.— (Presiona con la mirada a su mujer.) Te decia que te callaras. Mapre.— (Con miedo.) No pude, viejo... Es que lo que dije es cierto. Me dio mucho coraje que.. 17 La madre se asusta cuando el padre agarra un lero y lo esgrime amenazante; el hijo se interpone y el padre se acerca. PApRE.— jHijo! Hiso.— (Con temor.) {Si,... apa? El padre rodea al hijo hasta quedar frente a la atemorizada madre. Papre.— jRespeta siempre a tu madre! Hiso.— Si, apa. Ellos van por sus hachas, mientras la madre recoge las cazuelas, nerviosa y feliz. OSCURO Entran los turistas con sus gutas, repitiendo grotescamente sin ce- sar: “capital, capital, capital, capital...” Entre ellos se abre paso la mujer desnuda, que se cubre apenas con el letrero que dice: “CAPI- TAL”. Los turistas hombres silban con admiracion. Guia 1.— jAaaaah, la capital! Gvia 2.— jCierto, la capital! Guia 1.— Tenemos para ustedes una hermosa capital. Guia 2.— Una prospera y hermosa capital. Turistas,— {Capital, capital! Guia 1.— jCon enormes avenidas! Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— jCon grandiosos edificios! Turistas.— jCapital, capital! Guia 1.— Hoteles con mil servicios. Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— Hay museos con tradiciones. Turistas.— jCapital, capital! Guia 1.— Murales con revoluciones. Turistas.— jCapital, capital! Guia 2.— Que ahora son lindas decoraciones. Turistas,— jCapital, capital! Guia 1.— jAaaaah, pero qué hermosa...! Guias 1 y 2.— jQué hermosa capital! Turistas.— jCapital, capital, capital, capital...! etcétera. (Salen con sus gutas.) 18 OscuRO Se escuchan los gritos de los campesinos arreando a sus burros. Entra la mujer desnuda con el letrero que dice: “COL. LAS LOMAS INN”. Aparece un elegante jardin con una mujer corpulenta que toma el sol, rodeada de abundantes comidas y bebidas. Los arrieros gritan y tratan de que sus burros no Ueguen hasta donde se encuentra la mujer. Papre.— jLeeceefiaaaa de encino y de pinoooo! Hiso.— jLeeeeeeececeecenaaa! Papre.— jBurro! jEzate! ;Burro! (Maniobra con el burro.) Hiso.— ¢Onde va: maldito burro? jBurro! jEa! jOoo! ALEMANA.— (Se sobresalta.) {Eh! jOué ser esto! Papre.— Somos nosotros, patrona... Mire, aqui esta la lefia pa su bafio o chimenea. ALEMANA.— (Con gritos agresivos.) jFuera! jFueraaaa! jLargo de aqui! jFueraaaa! Qué lefia ni qué lefia...! Nada mas vienen a mirar qué se roban. jLadrones! jFuera de aqui! (Repara en los movimientos de los burros.) jQuiten esos animales de aqui! ;Se comen mi pasto! ;Y mis tulipanes! jMis azaleas! {Mis rosales: jMis flores! {Qué barbaridad!... {Se estan comiendo mis orqui- deas... y mis alcatraces! (Pelea su flor a un burro.) jSuelta mis azucenas..., burro tarado! (Lanza un tremendo alarido al ver ca- gar aun burro.) {Caca!... {Se hace caca!... {Mis prados! ;Se ha: caca en mis prados! (Empuja y jalonea a los burros.) {Hagan algo! ;Quiten esos animales de aqui! ;Quiten esa porqueria! jNo los dejen! {No los dejen! Papre.— Pos, asi debe ser, ¢no? ¢O qué? gA poco usté nunca hace lo que el burro? ALEMANA.— (Se descontrola.) ¢Yo?... ¢Yoooo? (Grita.) jPe- droooooo! jRutilaaaa! ¢D6énde se meten cuando mis los necesi- to? {Maridooooo! jLlamen a la policia para que se lleve a estos indios mugrosos a la carcel con todo y animales! ;Policiiifaaaa! {Al ver que otro burro caga.) |Otra vez cacaaa! (Hacia otro burro. jMas caca! (Otro burro.) jOtra caca! {Policiaaaaa! jCaca! jPoli- ciaaaa! |Caca! (Sale gritando lo mismo.) Hijo.— (Azorado.) Ay, apa... Esta vieja esta reloca. PabRE.— Y tanto argiiende por una caca. ;Vamonos, hijo! Huo.— Si, apa. (Jalonea a los burros.) |Erriaaaa burro! {Burro cag6n! jVamonos! Papre.— {Burrooo! 19 OSCURO Enel oscuro se escucha una estrofa de la cancion tema. Y sdbate, sobate ellomo, sefior; que a. bade le imeors: que tengas dolor. Lawente dearriba te grita: jladrén! Y tt, en tu miseria, respondes: si soy. Pasa répidamente la mujer desnuda con el letrero que dice: “COL. SAN ANGEL INN”. Aparece el jardin de un nuevo rico, recargado de estatuas con préceres de la patria. Un hombre gordo y ostentoso gesticula con aleteos amplios de sus brazos; ensaya que se dirige a una multitud. Memoriza de unos papeles que trae en una mano, mientras que en la otra sostiene una bebida, de la que bebe con desesperacion. Papre.— jLeeeeeefiaaa de encino y de pinoooo! Hiso.— jLeeeeefiaaaa! Papre.— Alli los cuidas. Hay de ti donde dejes que se caguen. Huso.— Ah, Dio... ¢¥ cémo le hago? Ni modo que les ponga un tapon. Papre.— (Se acerca al hombre.) Con su permisito, patrén...; pero, pus, aqui le traigo su lena de encino, bien gitena. Potitico.— (En explosién agresiva.) (Oueeeé! jCarajo!... ;jOtro pinche vendedor!... )Vayanse mucho a... fregar a su abuela! jNo quiero nada! ;Déjenme en paz! Hio.— (Acercdndose a su padre.) jAy, apa..., éste se ve mas loco que la vieja! Papre.— {No les descuides el culo a los burros! Vete pa alla. (En tono humilde.) También traigo lefia de pino...; es barata vy esta bien sequecita. Po.itico.— (Saca una pistola de entre sus ropas.) {O se lar- gan!... O voy a tener que decir que me estaban asaltando. Huo.— (Va por su padre.) {Mejor vamonos, apd Papre.— Si ya nos vamos. Ya nos vamos. jErria burro! jErria! Hiso.— jBurro! Poritico.— (Muminado.) jEsperen! jNo se muevan! (Los arrie- ros levantan los brazos, asustados. El politico los rodea y los mira con fascinacién, pero sin soltar el arma.) jPerfectos!... jPerfectos! 20 Hiso.— (Qué... qué quiere, apa? PADRE.— Pues, matarnos; creo. Potitico.— (Suelta la carcajada.) j{Nhombre! {Qué los voy a matar! Si los voy a necesitar para un trabajito. Ya bajen las manos. Papre.— Pues baje la pistola. Potitico.— (Guarda el arma.) ¢Esto?... Apenas si es un espan- tapendejos. Hiso.— Pos, a mi si me asust6, apa. Papre.— Es que eres pendejo. (Bajan los brazos.) Potitico.— (Grita.) jLucrecia! {Lucrecia! Llama de inmediato a todos los periddicos y diles que manden a reporteros y foté- grafos. jQue te ayuden los giievones de tus hijos! (Como conce- diendo la vida a los campesinos.) {No se imaginan la suerte que tienen!... Se van a retratar conmigo durante todo el dia. Y ade- més, van a ganar dos sueldos minimos cada uno. Hiso.— {Todo el dia? Papre.— ¢Entonces, a qué horas vamos a terminar de vender nuestra lefia? Potitico.— Les pago mas cle lo que manda la ley dentro de un marco de estado de derecho. PabreE.— ¢Pero, y la lefia? Potitico.— Si, es necesario que se vea la lefia. (Jala los bu- rros y los acomoda.) Aaaaah, un burro lo acomodamos aqui... (Se va poniendo cada vez nds feliz.) Otro borrico por acé Aquéllos por alla... Este de las orejotas aqui. (Colocando a los campesinos.) Ta te acomodas aqui. Y tt, acd. (Con entusiasmo.) Podemos hacer un ensayo..., dos ensayos... 0 tres... Nos aleanza bien el tiempo. (Toma sus papeles.) Mientras yo hablo, ustedes deben mirarme asf:... (Les muestra una expresién con la boca abierta.) PapRE.— ¢Cémo? Potitico.— Asi, miren. Asf. (Muestra cémo, y los campesinos lo imitan.) {Mas! {Mas! (Los campesinos exageran.) Asi, asi esta bien. Van a salir en los periddicos y en la television. Hiso.— ¢Y eso pa qué, apa? Potitico.— jSilencio!... S6lo escuchen mi discurso: van a Ilo- rar de emocion. (Se dirige primero a los arrieros y después a una aparente multitud.) (Hermanos campesinos!... Con el dolor que sus problemas y su situacién actual me producen, quiero hacer- les un Hamado: que esperen, que esperen y no se desesperen: que se aguanten como hombres que son, herederos de una raza fuerte y valicnte. Yo les prometo solucionar sus problemas, sus hambres, sus miserias y darles apoyo econdémico. Yo les pro- 21

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