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P, FR, JOSE CAYETANO PARRA NOVO O.P. APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q’EQCHI DE SANTA MARIA CAHABON Reflexiones en torno al desafio de la inculturacién < —- veritas LIBERTAS -JyctiT1A FRANCISCO a 1 a uw a io ay : = > UNIVERSIDAD FRANCISCO MARROQUIN FACULTAD DE TEOLOGIA GUATEMALA, 1993 mS iz) hv. 0:20, 2004 10 | | SIVERSIDAD, ‘ES aE” El infrascrito, Decano de la Facultad de Teologia, con base en los dictémenes favorables del Lic. Jesis Tapuerca Ceballos, asesor, y de los revisores, Lic. Alfonso Friso y Lic. Sergio Checchi; por este medio autoriza la publicacién de la tesis titulada: *APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q'QCHI' DE SANTA MARIA CAHABON", presentada por el alumno JOSE CAYETANO PARRA NOVO para optar al grado de Licenciado en Teologia. Guatemala, 03 de mayo de 1993 UNIVERSIDAD FRANGISGO MARROQUIN TELS 313888 AL 90 “P UNIVERSIDAD FRANGISGO MARROQUIN eis: s1908 AL 80 SIVERSTDAD_ Guatemala, 3 de mayo de 1993 Sefior Director Facultad de Teologia Universidad Francisco Marroquin Sefior Director: En mi calidad de Asesor y en cumplimiento del mandato recibido, he examinado atentamente la Tesis elaborada y presentada por el P. Fr. JOSE CAYETANO PARRA NOVO, como requisito para obtener el Grado de Licenciado en Teologia, titulada: “"APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q'EQOCHI' DE SANTA MARIA CAHABON." Dado que cumple con los requisitos que la indole del trabajo requiere, apruebo la mencionada tesis y recomiendo su publicacion. leearenics. UNIVERSIDAD FRANGISGO MARROQUIN eis: 313208 At 90 Guatemala, 3 de mayo de 1993 Sefior Director Facultad de Teologia Universidad Francisco Marroquin Sefior Director: En mi calidad de Revisor y en cumplimiento del mandato recibido, he examinado atentamente 1a Tesis elaborada y Presentada por el P. Fr. JOSE CAYETANO PARRA NOVO, como requisito para obtener el Grado de Licenciado en Teologia, titulada: "APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q'EQCHI' DE SANTA MARIA CAHABON." Dado que cumple con los requisitos que la indole del trabajo requiere, apruebo la mencionada tesis y recomiendo su publicacién. nv > fonso Friso Revisor UNIVERSIDAD FRANGISGO MARROQUIN receaaata aoa Guatemala, 3 de mayo de 1993 Sefior Director Facultad de Teologia Universidad Francisco Marroquin Seflor Director: En mi calidad de Revisor y en cumplimiento del mandato recibido, he examinado atentamente 1a Tesis elaborada y presentada por el P. Fr. JOSE CAYETANO PARRA NOVO, como requisito para obtener el Grado de Licenciado en Teologia titulada: "APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q'EQCHI' DE SANTA MARIA CAHABON." Dado que cumple con los requisitos que la indole del trabajo requiere, apruebo la mencionada tesis y recomiendo su publicacién. a Dbrecol,” te. Kergio checcht Revisor P. FR. JOSE CAYETANO PARRA NOVO O.P. APROXIMACION CULTURAL A LA COMUNIDAD Q’EQCHI’ DE SANTA MARIA CAHABON Reflexiones en torno al desafio de la inculturacién UNIVERSIDAD FRANCISCO MARROQUIN FACULTAD DE TEOLOGIA GUATEMALA, 1993 Esta tesis fue elaborada por el autor como requisito para obtener el grado de LICENCIATURA EN TEOLOGIA Guatemala, junio de 1993 SUMARIO. INTRODUCCION, CAPITULO I: MARCO HISTORICO GEOGRAFICO Li Ubicacién 12. Santa Maria Cahabén 13. Sintesis hist6rica CAPITULO if; REFERENCIAS SOCIOCULTURALES IL. Sobre el q’eqchi’ en general IL2. Sobre el cahabonero en particular CAPITULO III: ML. mi, LA PERSONA Y LA COMUNIDAD Elementos antropolégicos El desarrollo de la persona TIL3, Servicios en la comunidad CAPITULO IV: REFERENCIAS TEOLOGICAS Y DESAFIOS PASTORALES PARA UNA NUEVA EVANGELIZACION IV.1. Referencias teologicas IV.2. __Desafios pastorales CONCLUSIONES APENDICE I: CURAS Y ENCARGADOS DE SANTA MARIA CAHABON DESDE 1729 HASTA NUESTROS DIAS. APENDICE II: IMAGENES Y CONSTRUCCIONES FUENTES Y BIBLIOGRAFIA INDICE GENERAL INTRODUCCION Los que trabajamos pastoralmente en la Didcesis de la Verapaz somos conscientes de que nuestra accién apostélica, dentro de la misién de la Iglesia, debe orientarse al servicio del pueblo indi- gena, un pueblo que es el primer gran valor de la Didcesis y la mejor reserva espiritual para nuestra evangelizacién (1). Sin embargo, un pueblo frecuentemente vencido y humillado, manipulado en sus lenguas y costumbres, reprimido en su conciencia hist6rica, privado de elementales derechos econémi- cos y politicos y a veces religiosamente incomprendido. Nos reconocemos continuadores agradecidos y admiradores del trabajo de nuestros mayores, los primeros evangelizadores de la Verapaz, quienes lograron insertar el Evangelio en la cultura y la religiosidad indigena, mediante el conocimiento de la lengua, musica, historia, cultura y fomentando sus organizaciones (2). Todo ello constituye un serio desafio para nuestra presencia en estas tierras, para nuestra insercién y para nuestra accién pastoral. 0.1, Razén de ser del tema Alexponer Ia razén de ser del presente trabajo, quiero dejar constancia de todo ello, junto con algunas razones més concretas: El llevar trabajando mas de un decenio por tierras de In Verapaz favorece que las inquietudes y reflexiones se concentren no sélo en aspectos tedricos sino en la préctica de cémo conjugar la tarea pasto- ral con el modo de ser del pueblo qieqchi’ en la parroquia-misién de Santa Maria Cahabén: su vida, sus costumbres, sus ritos, su cultura. Quiero, personalmente, buscar soluciones a los multiples interrogantes ‘que dia a dia surgen en mi accién pastoral y en la praxis de la celebracién sacramental con un pueblo eu- ya cultura, rica en rites y simbolos, todavia no hemos aprovechado convenientemente. En segundo lugar es una exigencia de la Iglesia a partir del Concilio Vaticano Il, Medellin, Puebla, Sinodos de los Obispos de 1974 y 1977, la exhortacién apostélica “Evangelii Nuntiandi” y las enciclicas "Redemptor Hominis" y “Redemptoris Missio". En ellas se nos habla del drama contempors- neo de la ruptura entre Evangelio y cultura (3) y se nos pide un esfuerzo generoso por encarnar el Evangelio en las culturas de los pueblos (4). (1) Cfk: FLORES REYES Mons. Gerardo, Primera Cara Pastoral, Cobin A.V. 14 Enero de 1985, nn, 43.y 43.1 Q) Chee Ibid mm. 1.2. 1.3.3.1, G)Cfr. PABLO VI, Exhoriacisn Aposislica “Evangelii Nuntiand sobre la evangelizacisn en el mundo contemparines, Imprenta Gutemberg, Guatemala C.A., 1975, . 20, (en adelante: E.N.). (4) Cf. JUAN PABLO TI, Cana Eneiclica “Redemptoris Missio™ sobre a permanente valde del mandsto misionero, Reeditado pore] Departamento de laicos, Imprenta Gutemberg, Guatemala C.A. nn. 52-54, (en adelante: RM.) En tercer lugar es un objetivo reiteradamente presentado en las ultimas semanas de Pastoral, que la Discesis de la Verapaz viene celebrando anualmente: formar una Iglesia encarnada en el pueblo (5). 'Y por uiltimo es el deseo y urgencia de los ultimos Capitulos Generales de la Orden de Predi- cadores, que nos piden, como una de las grandes cuatro prioridades, "la evangelizacisn de las diversas culturas” (6). En la conmemoracién de los 500 afos de la Negada del Evangelio a Latinoamérica, continente pluricultural y pluriétnico, con la presente tesis y de ung forma modesta, también yo quiero aportar mi grano de arena en la construccién de una Iglesia autéetona y encarnada en el pueblo (7), donde los ritos y costumbres indigenas no estén al margen de la vivencia de la fe, sino que sean su manifesta- cién mas genuina, 0.2. Metodologia Este trabajo es el resultado de una investigacién metodolégiea, pero sobre todo es el fruto de un ESTAR Y COMPARTIR con el indigena cahabonero en particular, y con el g'eqchi’ en general, quince largos afios de mi vida. La localizacién del trabajo en la parroquia-misién de Santa Maria Cahabén se justifica por la necesidad de coneretar, y no generalizar, tanto la idiosinerasia del hombre 'eqchi’ caha- bonero como las peculiaridades pastorales y los problemas particulares de dicho municipio. 0.2.1. Investigacién documental El primer paso fue un conocimiento y reeabacién documental de To que existe escrito referente al tema de nuestra investigacién: relaciones, encuestas, estudios anteriores, libros, folletos, etc, Todo ello tanto a nivel de impresién formal como a nivel de publicacién informal (mimedgrafo, fotocopias, ete. ). Las fuentes, en ese sentido, han sido: — Semanas Pastorales de la Didcesis de Verapaz. — Cursos para Catequistas del Centro San Benito, — Archivo Parroquial — Viceprovincia Centroamericana O.P. — Instituciones Oficiales. — Otros. (9) Cit, FLORES REYES Mons. Gerardo, O.c..m. 4.4.15. (6) ciasdel Capitulo General de Priors Provinciales ce Ja Orden de Predicadores,cxlehraso cn Qakland, Edicion de las Frovinelas de Expaia, 1990, pp. 36,38, 44-46, (7) Chr, FLORES REYES Mons. Gerardo, O.c, mn. 44.1.-44.1.1y 44.15. 0.2.2, Investigacién participativa El mejor camino para conocer la realidad del hombre cahabonero ka sido, sin duda alguna, el compartir cada dia lo que las comunidades indigenas viven y sienten, ‘Todo ello ha sido posible mediante — La observacién atenta y participativa de las celebraciones que se realizan dentro del mundo eqehi' cahabonero: Reuniones, costumbres, ceremonias, oraciones,ritos, palabras, gestos; y todo esto en contacto con los chinam, "passa, “xanto’, ancianos y las diversas cofradias. — La estancia y convivencia con los indigenas q'eqchi’ y sus comunidades, en visitas siste- miticas y esporddicas. — Bl trabajo pastoral desarrollado durante estos largos afios en una relacién intima con las personas y comunidades por medio de: * Las giras a las aldeas durante: 1 semana 15 dias 1 mes * La preparacién y administracién de los sacramentos’ Bautismo Confirmacién Penitencia Eucaristia Matrimonio Uneidn de Enfermos * Los cursos, cursilios, clases, reuniones, platicas, ete. 0.2.3, Investigacién concientizadora Se trata de una comunicacién dialogante con la cultura para investigar y transformar juntos la realidad, en un plano de igualdad. De esta forma sbamos aprendiendo el significado de las ideas, del pensamiento y de la vida total del indigena. En esta parte de la investigacion se trataba de conocer la realidad para comprenderla, expli- carla y trasformarla, Todo elle lo realizamos mediante: — Entrevistas, conversaciones y pliticas personales. Estas entrevistas fueron abiertas, es decir no se hacian en base a una pregunta, sino en conversacién larga, dialogante, sin pri: sas, para que el interlocutor pudiera expresar ampliamente y sin miedo todo cuanto qui siera informar. — Visitas a los ranchos y a las familias, donde la conversacién ya no era entre dos, sino en. tre varios hombres o ancianos de la familia. En muchas ocasiones intervinieron de forma activa las mujeres, sin ninguna close de miedo. — Encuestas a los eatequistas y comunidades en general. ‘Todos los datos obtenidos fueron confrontados y complementados con los datos y opiniones de otros sacerdotes y agentes de pastoral, algunos de los cuales llevan mas de treinta y cinco afios traba- jando con los indigenas q'eqch' de la Verapaz. No hace falta decir que esta tesis no es prioritariamente una reflexion teol6gica abstracta, si no un estudio sobre la realidad de Santa Marfa Cahabén, con intencién y enfoque teol6gicos. Quiero aclarar también que, cuanto se diga con insistencia de los rasgos caracteristicos de la cultura q[eqehi eahabonera es, a nuestro juicio, aplicable a las comunidades q'eqchi’ de otros rmunici pios de Alta Verapaz, salvando matices y diferencias secundarias. Del mismo modo, en lo referente al proyecto pastoral y a los retos planteados por la realidad, lo que sefialamos es igualmente aplicable a tras comunidades qleqchi’ EL presente estudio estard ordenado de la siguiente forma: Empezaremos con el marco hist rico-geogrifico de Santa Maria Cahabén; estudiaremos después las referencias socioculturales y, se guidamente, expondremos el tema central de la persona y la comunidad en todo el proceso de la vida a‘eqchi'-cahabonera, Este capitulo estar precedido por una breve exposicién, en la que estudiaremos los elementos antropolégicns. ‘Terminaremos con las referencias teolégicas y desafios pastorales que todo lo anterior implica para una renovada evangelizacién. En la conclusién sugeriremos las pautas y actitudes a tener en euenta ante el apremiante reto de una pastoral inculturada e indigena. CAPITULO I MARCO HISTORICO GEOGRAFICO Ll. Ubicacién El trabajo de campo de esta tesis, asi como la ambientacién de todo cuanto se diga, investigue yaafirme, esta ubicado en la parroquia-mision de Santa Maria Cahabén, perteneciente a la Didcesis de la Verapaz y al departamento de Alta Verapaz. 11.1. Situacién de la Verapaz Nuestra Diécesis, situada al nor-o inte de la Reptblica de Guatemala, esta integrada por los departamentos de Alta y Baja Verapaz. Su extensién territorial es de 11.809 Km. Su geografia, confi gurada por una multitud de montafias y valles, posee una diversidad de ambientes climatolégicos y ecolégicos que la hacen ricamente multiforme. Como la mayoria del territorio nacional, la Verapaz tiene su riqueza en la tierra, cuya propie- dad, injustamente distribuida, manifiesta grandes desigualdades. 1.1.2. Poblacién Seguin el Anuario Eclesidstico de 1986, la poblacién global de Alta y Baja Verapaz arrojaba un total de 663.333 habitantes. Administrativamente los departamentos tienen su independencia y estén integrados globalmente por 23 municipios. Normalmente se distinguen cuatro subregiones, de earac- terfsticas distintas: * La region norte del departamento de Alta Verapaz, que colinda en parte con los departa- mentos del Quiché al oeste y del Petén al noreste. * El Area de colonizacién, que se ubiea en las mérgenes de la Franja Transversal del Norte, siendo limite con Petén e Izabal. * La regién del Polochic, que es el valle del mismo nombre y que colinda con Izabal y Zacapa. * Y la region de Baja Verapaz, que limita con los departamentos del Quiché, Guatemala y El Progreso, ademas de Alta Verapaz. El municipio de Santa Marfa Cahabén se encuentra ubicado entre el area de colonizacién y el Valle del Polochic. 1.1.8, Informacién socio-econémica Riqueza basica: Como sefialébamos anteriormente, la riqueza de la Verapaz deriva de su ca- racteristica agricola, aunque muy diferenciada en su productividad, cultivo y tenencia de tierras. Areas socio-econémicas: En la estructuracién del sistema socio-econémico y en la conforma. cign de los diferentes grupos sociales, hallamos cuatro dreas diferenciadas: * Propiedad privada: Esta conformada por una rainoria de terratenientes, poseedores del ea- pital-tierra, Dentro de este grupo hallamos otros subgrupos, come los cafetaleros, ganaderos, carda- momeros, ete..., que tienen distintos mecanismos tanto en la produecién de la tierra como en la relacién con la fuerza de trabajo. Algunos de ellos conjugan el capital para la produccién con el capital para la comercializacién. Otro subgrupo, dentro de este grupo, serian los latifundistas medianos, con menores posibilidades pero en ascenso progresivo. Este grupo detenta el poder econdmico y, en asim lacién a su homélogo nacional, presiona sobre el poder politico. * Areas de colonizacién: Es el grupo intermedio; con propiedad agricola mediana, no muy sig. nificativa en ndimero, pero mayor en monto de tierra que su inferior. El grupo vive de los productos de la tierra y genera excedentes para su comercializacion. A este grupo pertenecen los seetores medios y algunas cooperativas que controlan los mecanismos inme- diatos para el manejo de la comercializacién de sus productos. Sin vinculacién a la tierra, forman parte de este grupo las capas medias de profesionales y co- merciantes, lo que hace de este grupo una masa heterogénea. * Areas campesinas: Es la base social de pequefios y micropropietarios del suelo, Son los que pueden cubrir su subsistencia pero no acumular un capital significativo. Entran también en este gru- po los campesinos pobres cuya produccién es insuficiente y Ia deben complementar con otros ingresos (artesan‘as, asalariados temporales, venta de parte de Ia cosecha, etc.). Este grupo es grande en mi- ‘mero pero dificil en su identificacién. A él debe unirse también un buen niimero de cooperativas na- cionales, tierras comunales, baldios y bloques parcelarios, ademas del grupo de los pequefios comerciantes urbanos y artesanos. * Sector desposeido: Es el grupo despojado de la propiedad del suelo, que integra tanto a los colonos como a los usufructuarios, pero no propietarios, ademas de los estrictamente asalariados, Es un grupo grande, aunque con menor porcentaje que su precedente; a quien hay que afladir los laborantes de las ciudades y los eentros urbanos. Santa Maria Cahabén pertenece al érea campesina, con algunos elementos del sector desposeido. 11.4, Informacién socio-cultural * Sector indigena: Desde el angulo socio-caltural y étnico, los departamentos de Alta y Baja Verapaz se integran en las regiones del altiplano occidental del pais, donde predomina la poblacién indigena, Bste sector esta configurado por las tres etnias mayahablantes, que por orden de importan cia numérica estan distribuidas de la siguiente forma: — El grupo étnico qleqeh’’, descendiente de los Mayas del altiplano. — Los grupos pokomchi, descendientes de los Mayas también, — Ylos grupos rabinal achi y cubuleo-achi, de origen mixtificado maya y tolteca-mexicano, Cada grupo étnico-indigena pose su propia lengua y sus variantes culturales, alimentadas por factores histéricos, sociales y econémicos. Esta cultura propia es derivada de su economia campe- sina y de su identidad indigena. Dentro de este eonglomerado indigena y mayoritario habria que hacer una distincién entre los del rea urbana y rural y sobre todo a los que, por un lado, siguen més de cerca las pautas Socio-cul- turales-religiosas de la cofradia y, por otro lado, el sector mas cercano al movimiento de renovacion, impulsado por los agentes de pastoral. Sin embargo estos dos sectores no entran en oposicién, ya que hay un denominador comtin, que se expresa en un conjunto rieo de valores y gestos cotidianos, Por ejemplo: sentido comunitario, sentido jerérquico, amor a la tierra, profundo sentido de la relacién eon Dios, laboriosidad, respeto y veneracién por la naturaleza (madre tierra), afectacién réligiosa-cultural de los ciclos agricolas, asimilacién de pautas culturales a través de la edueacién en familia, solidari- dad comunal, pautas ¢tico-culturales que se asumen como propias para la pervivencia del grupo y su universo cultural, ete. El grupo indigena, a través del tiempo y en el mecanismo de la dinémica cultural, ha ido re- creando y reestructurando estos valores dentro de su afectacién campesino-agricola y su identidad ét- nica. Las instituciones propiciatorias de los valores y las formas culturales han sido la familia y la cofradia como recipientes organizativos de la cultura. Se entiende asf que el indigena sea reacio a la educacién extrafamiliar, pues ve en ella, y en realidad se dan, desequilibrios familiares. Otro punto importante es la concepeién que del mundo tiene el indigena y que para él se limi- ta a los términos del municipio, por lo que no hay comprensién orgénica de la totalidad nacional gua temalteca, Como hemos dicho antes, el indigena, en todas sus etnias, siente como marginalidad y desam paro la necesidad de apartarse de su vinculacién a la tierra, pues en ella y por ella se forjan una abundante gama de valores. * Sector mestizo. Este grupo, llamado comiinmente ladino, se ubica en los centros urbanos y de mayor concentracién poblacional, ademas de en algunas regiones rurales aisladas, El sector mestizo es el que est més cerca de la nominada “cultura nacional” y de una forma ‘ms acusada en el érea urbana que en la rural. La cultura ladina es mas de cardcter imitativo que de contenides propios, pues usa de formas culturales indigenas, pero se adhiere formalmente a la identidad foranea occidental o a la Hamada “cultura nacional” 10 La region verapacense podria identificarse en lineas generales como un ejemplo de las llama- das "regiones de refugio", donde cohabitan grupos de distinta diferenciacién socio econémica-cultural, en la que se efectia una doble explotacién: de la parte al todo y del campo por parte de la ciudad, y donde el factor cultural es privativo como co-justificante de la explotacién Entre los grupos indigenas y mestizos hay una sorda y multisecular oposicién, nacida de mul- tiples causas y que se manifiesta en la vida cotidiana, 11.5. Informacién socio-religiosa La dimensién religioso-cultural es muy importante, ya que la fe se constituye como un ele. mento que resiste al proceso aculturativo que va presionando. Encontramos rasgos de una religiosidad popular muy acusada en el sector campesino, tanto indigena como ladino, asf como en el urbano medio. A partir del elemento religioso hay que distinguir: — El sector catélico, que integra a poblacién indigena y ladina y que sigue siendo mayorita- rio (80%). Dentro de esta mayoria catélica hay que diferenciar, y mas en conereto dentro del grupo catélico indfgena, el sector que sigue mas de cerca las pautas socio-culturales y religiosas trazadas por la cofradia y las delineadas por las acciones mas recientes de la Iglesia Catélica. No obstante, este elemento no es general para toda la regién, sino que entra también en la cualificacién de heterogeneidad. Las opciones religiosas del grupo la- dino arrojan manifestaciones heterogéneas: desde una fe religiosa crefda pero practicada ‘muy esporddicamente, hasta un rechazo formal de lo eatélico como distintivo de lo indige- na, pasando por una multiplicidad de actitudes y posturas religiosas de tipo préctico — El sector cristiano-no_catdlica, cuyo porcentaje se acercaria a un 20% de la totalidad. La caracteristica de éstos es su agresividad y affin de dividir las comunidades. Ello esta permeado por una cortiente de ideologia politica, con intereses econémicos, de mantener el "status quo” ul 1.2. Santa Marfa Cahab6n El municipio de Santa Maria Cahabén (8) est a 310 kms. de la ciudad capital y a 98 kms. de Ja ciudad de Coban, que es la cabecera departamental. ‘Tiene una extensién territorial de 900 kms, equivalente al 9.38% departamental. Colinda al Norte con los municipios de Fray Bartolomé de las Casas y Chahal. Al Sur con Se- nahu. Al Oriente con el Estor (Izabal) y Panzés. Y al Poniente con Lanquin. La cabecera Municipal esta situada a 15° 37° 13" longitud Norte, a 89° 47’ 38" longitud Oeste, encontréndose aproximadamente a 250 metros sobre el nivel del mar. Esté regada por los rios Caha- bon, Aktelé, Ox-eek’ y un sinfin de afluentes y pequeflas quebradas 1.2.1, Climatologia EB] clima es eélido en todo el territorio. Las Tluvias abundantes en los meses de junio a febrero. El vverana comprende los meses de marzo a mayo, en los que el calor y la sequia azotan fuertemente. La extensién total del municipio se encuentra localizada en una zona célida pluvial, con vege- tacién de bosque muy htimedo tropical y bosque puvial subtropical. 12.2, Poblacion La poblacién total del munic io es de 31.604 habitantes,de los cuales 80% son mayas-q’eqchi’ y el resto 20% ladinos (9). Los eahaboneros, en su mayoria indigenas y descendientesde los primitivos pobladores de esta regién, se dedican principalmente a la agricultura en pequeria escala, Los princi pales productos son: el maiz, el eafé, el frijol, el achote, el chile y el eacao, productos tradicionales en su mayoria, que en estos tiltimos aiios se han incrementado en su siembra y cultivo. 1.28, Flora y fauna En la parte norte del municipio atin pueden observarse algunas zonas selvéticas y bosques naturales de singular belleza, ‘xisten también fajas de terreno ricas en madera, como son el cedro, la caoba, santa maria, chicozapote, hormigo, jocote de fraile, ramén, palo blanco o cortez, ceiba, chipe, matilisguate, “rotzul”, ete, No menos rica y tradicional ¢s la variedad de plantas medicinales: “pos hen’, “sangre drago’, “mol max, ‘jobrocté”, etc., todas ellas muy recetadas atin hoy por los famosos curanderos eahaboneros. (@) Cir, Monpgsaia del municipio de Santa Mara Cahahn del depariamento de Alta Verapaz, Fotocopia que se encuentra en larchivo paroquia. (@) Cons Municipal 31-3.91). Segin mi propia estimacign, el porcentaje de poblacin g'euchi' puede ascender al 989% 12 Existe también una gran variedad de animales que habitan estos exuberantes bosques, Algu- nas especies estan por desaparecer, como el venado de cola blanca, el puma, el mono y el mico, Otros persisten, pero en lo mas escondido de la selva, como el tigre, el tigrillo, venado, cabro, armado, coche monte, cotuzas, ardillas, ete. La variedad de serpientes no es menos rica ni menos peligrosa: barba amarilla, boa o mazacuate, coral, bejuquillo, ranera, etc. Una multitud de aves multicolores enrique- cen la fauna de estas tierras y alegran el coraz6n sensible. Tanto la flora como la fauna tienden a de- saparecer, como sucede a nivel nacional, debido a la tala inmisericorde a la que estan sometidos los bosques y la virulencia con que se persiguen las distintas especies. 12.4. Principales montafias Entre los cerros mas importantes, no tanto por su altura cuanto por la mistica que tiene para los indigenas, cabe destacar el Ox-eek’, e] T’un oj, el Jul hix y la gran montaiia "Qand Itzem", ubica- da entre Languin y Cahabon, 12.5. Distribucién habitacional La poblacién de Santa Maria Cahabdn es prevalentemante rural. Aparte del pequetio micleo ‘central donde radican las dependencias municipales y parroquiales, y donde eabe distinguir algunos elementos de urbanizacién, lo demas son todo aldeas 0 caserios que, con excepciones muy eontadas, earecen de toda caracteristica urbana, Aun las aldeas mas numerosas estén constituidas por ranchos familiares, mas o menos distanciados entre sf, sin mas lugar de contacto que la ermita y la escuela, donde la hay. 1.25.1. Centro urbano Es el pueblo de Santa Maria Cahabén, apifiado alrededor de su iglesia colonial (siglo XVI). De forma mas 0 menos urbanizada, debido a lo accidentado del terreno, se fueron construyendo algu: ‘nos ranchos, que con el tiempo se han convertido en construcciones mas modernas y sélidas. El pueblo esté dividido en barrios, que conservan todavia algunas de sus ancestrales egstum- bres. Los més antiguos e importantes son: San Pablo, San Sebastian, San Jacinto, Santa Marfa, San Juan, San Pedro y el Espiritu Santo, La mayorfa tiene ermitas con imagenes de mediados del siglo ‘XIX y en casi todas ellas hay también cofradia. La poblacién total del centro urbano es de 3.500 habitantes, de los cuales 3.000 son q'eachi’ y el resto ladinos. Los indigenas hablan todos el q’eqchi’, que en algunos tiene acento cahabonero. Los adinos, aunque hablan el castellano, saben todos el q’eqchi' y lo usan frecuentemente, 13 En el centro urbano se encuentran instaladas, ademas de las dependencias parroquiales, las oficinas municipales, el Registro de Ciudadanos, el Centro de Salud, Correos y Telégrafos, Inacop, Di: gesepe, Fundacién del Centavo, Conalfa, IGER, Escuela de Pérvulos "José de la Luz Trinidad Argue ta", Escuela Urbana “Juan Véliz Judrez", Escuela Popular "San Bgidio", Escuela para Adultos, Instituto Basico por Cooperativa, Colegio de Magisterio “Juan José Arévalo” y el Centro de Promocién de la Mujer "Misién Santo Domingo", que dirigen las Hermanas Dominicas de la Anunciata, Siendo el micleo urbano el centro de todo el movimiento municipal y religioso y teniendo el pueblo tres dias de mereado (miércoles, sébado y domingo), hay una gran cantidad de cahaboneros de- dicados al comercio y a la compra-venta de granos bésicos. Un grupo muy reducido trabaja en de- pendencias estatales y el resto sale a cultivar sus pequefios terrenos, que se extienden alrededor del centro urbano. 1.2.6.2. Zona rural. Esta zona est compuesta por noventa comunidades indigenas dispersas a lo largo y ancho del territorio municipal. El acceso a la mayoria de ellas se realiza por caminos de herradura y vere- das. La poblacién rural es totalmente indigena y la lengua hablada es el q’eqchi’. En las aldeas no hay ningdin ladino ni indigena de otras etnias. La gente vive en ranchos dispersos unos de otros y se dedica a la agricultura. En cada comunidad qeqchi’ hay por lo menos una ermita, Semanalmente, en el dia domingo, los files se retinen pera la Celebracién de la Palabra de Dios, Un promedio de seis catequistas por comunidad se responsabilizan de estas reuniones de oracién, asf como de la preparacién presacra- mental, Hay también en cada ermita una, dos o tres cofradias, dependiendo del niimero de cristianos, asi como de las imégenes. Dichas cofradias tienen como funcién principal el cuidado ae\ “Santo” y de Ja ermita, la organizacién y celebracién de la fiesta religiosa y de la comida convur ria, el encargar al Padre las misas para su ermita, asi como aportar y recoger la limosna, que se entrega como ofren. da de la Eucaristia. Tienen también la responsabilidad de preparar y atender al Sacerdote en sus vi- sitas ala aldea. En cada comunidad hay también un alealde auxiliar y un mayor, que son los encargados de velar por el orden. Si es necesario pueden hacer justicia ante problemas de poca monta, En las aldeas, excepto en 31 de ellas, se cuenta con escuela y al menos un maestro. No hay datos oficiales recientes de la poblacién alfabetizada, Las comunidades rurates carecen de otras de- pendencias y servicios. 14 1.3. Sintesis histérica Para saber a donde vamos es preciso saber y conocer de dénde venimos. Sélo descubriendo las raices, el camino y la propia historia puede un pueblo sentirse continuador y heredero del trabajo y de Ja vida de sus antepasados. Y sélo asi puede entenderse y valorarse la forma de ser de una comunidad: su idiosincrasia, sus costumbres, su cultura y su vida toda. Esa es la intencién de este apartado. 13.1. Origen maya El pueblo qeqchi’ es una de las ramas més frondosas del gran drbol Maya. Aunque su origen procedencia se pierde en la noche del tiempo, parece ser que el establecimiento y desarrollo del pueblo Maya se Hlevé a cabo unos siglos antes de Cristo en Ta regién que conocemos como Mesoamérica. Todos estan de acuerdo en que el Proto-Kanjobal es la rai primaria y més antigua de las lenguas mayenses. Sin influencia externa, este pueblo fue evolucionando y desarrollé la més grande civilizacién precolombina de toda América, s6lo comparable a las civilizaciones Egipcia, Griega y Romana. Nos referimos a la Civilizacién Maya (10). De lo que fue la edad de oro de esta civilizacién (317-889 P.C.), su gran expansién y el desarrollo aleanzado, tenemos una muestra elocuente en la monumental ciu- dad de Tikal. No menos notables fueron los adelantos de la ciencia de los Mayas, que lograron elaborar un calendario solar de gran precisién, otro Iunar, e incluso llegaron a determinar la duracién del afio del planeta Venus. En el orden matemético establecieron el sistema numérico vigesimal y posicional, que inclufa la nocién del cero matemético, ignorado hasta entonces por las grandes culturas occiden tales, Ademds establecieron una grafia de ntimeros, que les llevé a la creacién de una escritura jero- glifica e ideogréfica, que atin no ha podido ser interpretada en su totalidad, En otro orden de cosas, fueron verdaderos artistas que supieron plasmar la belleza de la pin- tura en las distintas cerémicas y en algunos templos que atin hoy podemos admirar. Los Mayas también escribieron libros (Cédices). Desgraciadamente sélo tres han llegado has- ta nosotros: Cédex Peresianus, que se encuentra en Paris; Cédex Dresdensis, del siglo XI, que se en- cuentra en Dresde; y Cédex Trocortesianus, del siglo XV, que se conserva en Madrid. Otros libros Mayas son el Popol Vuh y Los Anales de los Cakchiqueles. El primero, que es el ‘mas importante, esta escrito en lengua quiché, con eseritura latina y sobre papel europeo. E! segundo esta en lengua cakchiquel y consiste en una serie de relatos histéricos. Finalmente estan los libros de (10) No es mi intencién una investigacin del tema, sino una sucinta referencia a los antepasados de los qeqchi. Para una mayor informacién sobre los Mayas: MORLEY Silvanus, La Civilizacién Maya, Fondo de Cultura Econdmica Sta. edicisr México, 1985, 1S Chilam Balam, eseritos en lengua maya, con escritura y papel europeo, que contienen también relatos historicos sobre las migraciones de los mayas, Todo esto fue obra de una pequefia élite, seguramente sacerdotes, consagrados a la observacién del movimiento de los astros, a la eseritura y a la especula- cién intelectual, sin estar sometidos, como los demés, a ningin trabajo manual, La religién estaba intrinsecamente unida a los fenémenos de la naturaleza, El proceso reli gioso-cientifico de la élite sacerdotal pudo haber desembocado en la creencia de un Dios supremo. Sin embargo el pueblo gustaba de una pluralidad de divinidades, con mayor vinculacién al desarrollo del hombre y a la vida cotidiana, Las principales divinidades fueron: Ttzamné: dios del cielo, ereador de la eseritura, Hunabkt: dios creador del universo. Kinich Ahau: dios del sol Ixchel: diosa de la luna, Los cuatro Bacab: doses de los puntos cardinales, Los cuatro Chaes: doses de la Iluvia. En el aspecto agricola no es posible hablar de los mayas sin mencionar el maiz, que constituy6 la base alimenticia del pueblo. En el cultivo de dicho grano basico, asf como en otros aspectos de la agricultura, lograron aleanzar extraordinarias téenicas de desartollo. Por su importancia vital, tam- bién el maiz tuvo una representacién primaria entre las divinidades. Hacia el siglo X, por causas deseonocidas, se produjo un decaimiento de la cultura maya, Los dis- tintos centros religiosos fueron abandonados y la poblacién se desplazé hacia la érida meseta del Yucatan, donde los Mayas volvieron a levantar impresionantes centros culturales, En el siglo XI una invasién de Jos Ttzd, que penetraron por el norte del Yucatén, provocaron una nueva renovacién cultural. Entre los afios 1450 y 1500 se desata una cadena de calamidades —hambre, enfermedades y pestes— que hundié al pueblo maya. La poblacién quedé diezmada, las ciudades abandonadas y la cultura perdida. Cuando en 1527 los espafioles iniciaron la copquista de la peninsula del Yucatan, los testimonios de la gran cultura maya eran pocos y olvidados. 13.2, Origen y formacién de la nacién Qeqchi’ 0 Holom Nah Para adentrarnos brevemente en el origen histérico de la Verapaz usaremos de la unica in- vestigacién que hasta el momento se ha hecho sobre este tema (11) y que tan coneisamente desarrolla el licenciado Gémez Lanza. (11) GOMEZ LANZA Helio, Desatolo histérico de 1a Verapaz ya conguissa pacifica Instituto Indigeista Nacional, Ministerio de Edueacisn, Publicaciones Bspeciales, Segunda Epoca n, 1, Guatemala, 1983, 16 Ya vimos emo en la edad de oro de la civilizacién maya se llevé también a cabo una gran ex- pansién de su cultura y de sus gentes. Uno de los grandés estudiosos de dicha civilizacién, Sylvanus ‘Morley, dice a este respecto que entre los afios 731-790 "los mayas continuaron extendiéndose en to- das direcciones hacia las tierras vecinas de la periferia” (12). No es dificil eoncluir, como lo hace el profesor Gémez Lanza, que ya en el siglo VI algin grupo de los principales emigrara “del Petén central hacia su periferia Sur, asentdndose definitivamente en la zona que hay conocemos como la Verapaz" (13). De esta forma el pueblo Holom Nah o qleachi’ se convirtié en el primer grupo maya establecido en dicha 4rea, ocupando y poblando abundantemente Ja parte centro-noreste de la Verapaz, Esta tesis de la legitimidad maya de los q'eqehi’ esta avalada ademas por otros elementos de tipo historico, geografico, lingistico y etnolégico, Asi, en el "Titulo manuscrito de los SeRores de Zacapulas”, que el conocido historiador Agus- tin Estrada Monroy presenta como “relatos originales de los Aj Jolomné, 0 sea del pueblo cabeza de Jos Kekchies” (14), se describe la reparticién de las lenguas a los trece pueblos de origen maya. Como antepeniiltima, aparece la lengua "Cobaneca”, es decir la lengua q[eqchi’ (15), En otro documento, “Testamento y titulo de los antecesores de los SeRores de Cagcoh. Lanza (16), se nos describe también por dos veces @ los q/eqchi’ con su antiguo nombre de Holom Nah y descendientes directos de los Mayas, como aliados de los Cageoh en la lucha contra los " paleografiado por Helio Gémez wasores. Estos datos explican las luchas habidas entre los pueblos autéctonos de la Verapaz y los quichés, tu- curiies y otros (17). Aunque creemos no se puede ya cambiar la nominacién de un pueblo que por siglos se ha la- mado q’eqehi, i estamos de acuerdo con el Lie. Helio Gémez en que el nombre propio y original fue Holom Nah. Este pueblo, junto con sus hermanos de Cageoh, han sido y seguirdn siendo los tinicos pueblos legitimamente mayas (18). En el aspecto geogréfico queda bien claro que de los departamentos existentes en Guatemala ¥ de las etnias que hoy pueblan el territorio nacional, la Verapaz, y en ella el grupo q'eqchi’, es el mas cereano al foco de Ia civilizacion maya: Tikal (19). (12), MORLEY Sylvanus, Oc. p. 80. (13) GOMEZ LANZA Helio, Oc, p. 33. (14) ESTRADA MONROY Agustin ELMundoK’shchidoJa Venu, Batra del Eco, Primer ein, Gutsmal 1979.9. (15) Chip. 10 (16) Oe pp. 73-86 (17) Chr. bid, pp. 34.35 (18) Cir Bid, p. 23 (19) Cit. DE LEON Las 7., Care una Misin en Guatemala, Publicaciones del CEHMS, Eeitorial Instn Técnico Ricaldone, San Salvador 1985, p33, a7 En el Area de la catalogacién lingtifstica, aunque los especialistas no se ponen de acuerdo en Ja distribucién de las familias, si son todos undnimes en afirmar que la lengua q’eqchi’ es, por su es- tructura y forma, una lengua eminentemente mayense (20). Finalmente, en la linea etnolégica hay un paralelismo tan igualitario y constante entre los dos grupos que no deja dudas sobre la ascendencia maya de los habitantes de Alta Verapaz. Los rasgos fisicos de los actuales q’eqchi’ son extraordinariamente parecidos con los dibujos de las antiguas vasijas y con los otros esculpidos en las estelas mayas (21). En el aspecto agricola, no de- ja de asombrar la gran similitud existente, alrededor del cultivo de mate (22), entre los actuales a’ea- chi’ y los Mayas del Yucatan (23), Por todo ello podemos afirmar, sin miedo a equivocaros, que la etnia qeqchi’ es una de las razas més puras y directamente descendientes de los Mayas. 133, Origen del pueblo Chicajbén El nombre de Chieajbén, que a lo largo de la historia ha variado en su forma escrita (24), tie- ne su origen en el vocablo aleachi’ “chi” = en el lugar; “caj” = de polvo; "bén” = de pintura, que traduci- do literalmente al castellano quiere decir “en el lugar de polvo de pintura”. Por ciertos vestigios y restos arqueolégicos encontrados en los alrededores del pueblo y en al- gunas cuevas cereanas (25) se sabe que, muchos afios antes de la conquista, existia ya en este mismo lugar un poblado indigena que después fue aprovechado para la pacifieacién y conquista de las indo- mables tribus de los Choles y Manchés (26), con quienes muy pronto se entremezclaron. Atin hoy dia podemos ver esa realidad en los rasgos fisicos y en el deje lingtifstico de los indigenas cahaboneros, La existencia de este poblado estd confirmada por el historiador Agustin Estrada Monroy, quien nos deseribe que ya en afio 1500 los q'eqchi’ o joiom nah “vivéan en calpules o grandes aglomera- ciones regidas por Caciques, que a su vez dependian de un gran Seftor elegido por todos los principa- les, Cada Calpul tenta sus casas distantes unas de otras, de tal manera que un poblado de 400 a 600 habitantes ocupaba varias leguas de terreno” (27). (20) Cir. PACHECO Luis, Tradiciones y Costumbres del PuebloMaya-Kekchi, Editorial Ambar, San José C-R. 1988, pp. 7-8. Hay una hipétesis dilerete cue hace deriva la lengua g'egci” del tonco lingtisticoquiché (21) Ch DELEON Luis, 0. p35. (22) PACHECO Luis, Religiosidad Mava-Kekchi alrededor del maiz, Editorial Escuela para Todos, San José, Costa Rica 1985. (23) Che. MORLEY Sylvanus, Oc, pp. M2155. (24) Enlos distntos documentos yiboshistios aparece ecrit dels siguientes formas: Chica, Caghén, Cajon, (Cahbom, Cahabén, Chagbén, Chaabén, Santa Maria Chagbén, Santa Marfa de Cahabén y Santa Maria Cahain. (25) Hay algunos resto ypiezs aqueoldgicas en el pequeto museo panroqual (26) CfREMESAL Antonio de, Historia General de las Indias Occidentals y panicular de la gobemacin de Chiapas y Guatemala, ‘Biblioteca de Cultura Popular "1S de septiembre” Editorial "José Pineda Ibarra”, Gusterala 1966, T-1V, Vol. 94, pp. 1822 sey 1841 ss; TOVILLA Martin Alfonso, Relacinhstrcn deserinva de es povinias de a Verapaz y de acl Manché, Editorial Universi. Guatemala 1960, Vo. 38, pp. 197 ss (27) ESTRADA MONROY Agustin, Os. 9.12. 18 Los primitivos documentos indigenas, que sirven de base histériea y que guardan celosamente Jos ancianos, nos legaron los nombres de estas aglomeraciones y entre ellas aparece como una de las principales la de "Cahbom" (28). Hasta la legada de los espatioles, los nativos de "Chieajbdn", como todos los pueblos mayas de estos contornos, se dedicaban principalmente al cultivo de la tierra, a la que amaban, respetaban y reverenciaban como divinidad. Sus cultivos preferides eran el maiz, el friol, el chile, el eacao, el achote, el algodén y otros productos mas. También se dedicaban a la caza y a la pesca. Vivian en comunidad y al frente de cada grupo habia un anciano que dirigia los trabajos, las, celebraciones, y con sabidurfa y experiencia ensefiaba a los mas jévenes. En unién con la “santa tierra” y por medio del trabajo, ritos, costumbres y celebraciones, ense- fiaban a los hijos y creefan todos en su relacién con las divinidades, sobre todo con el dios del maiz. Arropados por la fuerza religiosa de la "santa tierra” (con el mismo alcance y significado sim- botico de la "Pachamama” de quechuas y aymaras y la “santa madre tierra” de los quichés), fueron surgiendo muchas historias, leyes, mandatos y normas, para sabidaria del pueblo, espiritu comunita: rio y viveneia en paz, alegrfa y armonia (29). Sin embargo desde 1538 habia ciertos enfrentamientos entre las comunidades de Cahabén y algunos advenedizos de Chameleo, que se habian establecido en Languin. En 1543, con la ayuda de los frailes dominicos, Dn. Juan Matalbatz establecié los limites de ambas comunidades en los rios Chiacté y Chipap, que han perdurado hasta nuestros dias (30). Santa Marfa Cahabén remonta sus orfgenes cristianos a la conquista pacifica y evangeliza. cin de Tezulutlén, Hamada después Verapaz (31). Su fundacién como pueblo data de 1543, fecha en que por una carta del Principe Felipe al Pre- sidente de la Audiencia Real de Guatemala, Licenciado Alfonso Maldonado (32), éste acude puntual- mente “a todos los despackos de los padres, que con todas estas y otras diligencias juntaron todos los indios en diez pueblos, poniéndoles juntamente con los nombres de su antigualla otros de santos. (83). Asi pues, hasta ese momento la denominacién era simplemente "Chicajbén". A partir de (28) Ibid (09) Cér. MORLEY Sylvanas, Oc, pp. 142-198; CONTRERAS R, J. Daic, Bisve hisiria de Guatemala, Editorial "Piedra Santa’, Guatemala 1987, 3a. Edici6a, pp. 7-20 (80) Ck, ESTRADA MONROY Agustin, .c, pp. 176-178 G1) Ctr, REMESAL Antonio de, Oc, TIM, Vol93, p:1163; TOVILLA Martin Alfonso, Qc, p. 113; FUENTE Jul winsia do vi 6 1 Santsimo Rosario’, Vergara 1929, pp. 68 74 (62) Cie. REMESAL Antonio de, Qc, T- I, Vol.92, pp. 503504, Segin la versién rtcasostenid por Batalléa, aa que més tarde haremos referencia, la presencia dominicana en estas tera eras partir de 1544, de donde e daducir que la funda «in. del pueblo de Santa Maria Cahabsn, habri sido posterior al fecha indicads por Remes 3) TOVILLA Mastin Alfonso, .. p. 103. op, itd entonces se le afiadié el nombre cristiano de Santa Marfa, quedando atendido por “cuatro padres” que evangelizaban "Santa Marta Cajabén, San Francisco y San Agustin Languin" (34). 184, Prineipios de la evangelizacién Hoy es dificil hablar de la primera evangelizacién del "nuevo mundo”. Con mucha frecuencia se cae en los extremos ya consabidos: 0 se condena todo lo hecho o se sublima todo lo realizado, El bagaje cultural, la lejania en el tiempo y en la historia y nuestros personales puntos de vista, no nos ayudan a emitir un juieio totalmente imparcial. En este apartado sélo quiero hacer una breve sintesis de un proceso de evangelizacién, donde los dominicos tuvieron un papel preponderante y en el que, a pesar de los muchos fallos, sobresalié siempre el amor a la justicia y el respeto a la persona. El proyecto del P. fray Pedro de Cérdoba, iniciador de la labor de la Orden de Predicadores en América Lati y predicado por el P. fray Antonio Montesinos en la Isla Espafiola, el 21 de Diciembre de 1511, cuarto domingo de adviento (35): "...Decid: gcon qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y tan ho- rrible servidumbre aquestos indios? ;Con qué autoridad habéis hecho tan detestables querras a estas _gentes, que estaban en sus tierras mansas y pacificas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estra- gos nunca ofdos, habéis consumido en sus enfermedades, que los excesivos trabajos que les dais incu: 1a, puede resumirse en algunas frases del famoso sermén elaborado comunitariamente r7en y se 08 mueren y, por mejor decir, los matdis por sacar y adquirir oro cada dia? ¢¥ qué euidado tenéis de quien los adoctrine y conozean a su Dios y criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y los domingos? Estos jno son hombres? {No tienen almas racionales? {No estéis obligados a amarlos como a vosotros mismos?” (36). EL Padre fray Bartolomé de las Casas, que se habia “convertido” en la Espaftola y que habia toma- do el habito de la Orden de Predicadores en el convento de la misma isla, siguiendo la escuela de fray Pe- dro de Cérdoba, llega a Guatemala por invitacién del Obispo Marroquin a finales del afio 1535 (37) Hacia tiempo que fray Bartolomé de las Casas habia escrito su libro “De nico vocacionis mo- do", en el que, baséndose en la Sagrada Escritura, en los Santos Padres, en la Teologia mas ortodoxa y en el Magisterio de la Iglesia, demostraba el tinieo modo vélido de llevar el Exangelio de Jesis: el que “persuade al entendimiento con razones y atrae la voluntad suavemente, y éste es comiin u todos los hombres del mundo sin ninguna diferencia de errores, sectas 0 corrupcidn de costumbres” (38). (94) GOMEZLANZA Helio, Op. 89. Traduecin al castellano del documento en lengua Kekchi, comespondient alos prime ros sins de la conqust pacifca dela Verapaz (95) Cft. PEREZ Jusn Manvel OP, Esios sno son hombres Ediciones Pundacién Gareta-Arévalo ne. Santo Domingo, Rep. Dom. 1984, p37 (96) Onasde Fr Bauoloméde las Cass, Esiciones AdasMadtid 1958, Vol. Il,BAE, 196, pp. 176s G1) CfREMESAL Antonio de, Oc, T.1, Vol 91, p. 282s. (38) Thi, pp 303-304, 20 El proyecto lascasiano de evangelizacién, que rechazaba la fuerza de las armas y se apoyaba exclusivamente en la predicacién de las verdades divinas ¢on dulzura y claridad, fue acogido inmedia- tamente por los demas frailes dominicos. La Bula "Sublimis Deus” (2-V1-1537), que coincida con las tesis mas importantes de fray Bar- tolomé de las Casas, llegé con rapidez. al Nuevo Mundo, a pesar de la negativa imperial, y animé a los frailes a llevar a cabo su pensamiento misionero. ‘Los dominicos, encabezados por Las Casas, habfan expuesto muchas veces su ideal evangeli- zador, que rehusaba por principio la fuerza de las armas, La ocasién de llevarlo a cabo se la oftecié Ia misma c6lera de los conquistadores, quienes, conociendo el nuevo método evangelizador y convenci- dos de que seria un rotundo fracaso, los retaron a ensayarlo en Tezulutlin o Tierra de Guerra, El lu gar no podia ser mds belicoso y el ambiente mas adverso. Por tres veces los espaitoles habian intentado entrar en aquellas tierras y nunca lo habian logrado (39). Fray Bartolomé de las Casas acepta dar comienzo a su empresa paeifiea, pero antes asegura Ta no interferencia de los espaficles con la firma de un contrato con ei Gobernador de Guatemala, Dn. Alfonso Maldonado (2-V-1537). ‘Tres eran las principales eldusulas: 10, El contrato debe mantenerse en secreto. 20. Los indigenas no serén encomendados a los espafioles. 30, En cinco afios ningwin espafio! entraré en Tezulutlén (40). El pensamiento lascasiano iba adelante: "Ensenarles y predicarles la fe de Cristo Nuestro Se- tor y que con las obras diesen muestras de lo que en ellos aprovechaba la religién cristiana, y éste sin ruido de armas ni soldados sino con s6lo la Palabra de Dios y razones del Santo Evangelio" (AL), Dos versiones se disputan no tanto el medio cuanto el modo de llegar y evangelizar las terri- bles tierras de Tezulutlén, Mientras que Remesal nos cuenta que entraron por Sacapulas via Rabi- na}, con unos medios extaordinariamente pacificos (42), Bataillon sostiene la otra versién, un tanto ‘més hostil, de que entraron por la via del Golfo de Honduras y Golfo Dulee, como el eamino de pene- tracién topogréficamente mas fécil (43). Lo cierto es que los frailes dominicos entraron en la “Tierra de Guerra” y como nos dice el P. Lorenzo Galmés: "Conjugando los diversos elementos depurados, Uegamos a la conclusién de que la evangelizacién pacifica de la Verapaz fue un hecho, como también lo fue el epilogo sangriento de 1555, 09) Cf Bid p31. (40) Cf. Ibid, pp. 312s. (1) Bi, p.311. (42) Chr. Ibid, pp. 343 ss (43) Cir. BATAILLON Marcel, La Vera Paz, Roman et Histoire, en “Bulletin Hispanigue’, Annales de la Faculté des Lettres de Bordeaux, 1951, LI, 3. 258. 2 Y que auin teniendo en cuenta los elementos que la han desfigurado, tuvo gran importancia y merece un respeto enorme” (44), El principio de evangelizacién que los frailes usaron, y que al modo paulino estuvo envuelto en la seguridad de sentirse “instrumentos elegidos de Dios", tuvo cuatro puntos de referencia (45): 10, Dios-Evangelio: Es la misién que les empujaré a proclamar con transparencia que el Dios cristiano es bueno, poderoso, creador de cuanto existe y que ama especialmente a los indigenas, a quienes desea dar todos sus bienes (46). 20. El evangelizador: Hay una constante en los frailes por hacerse “indiios con los indios", asu- ‘miendo no sélo el papel de padres sino también el de “madre que lo pari y dio leche de sus pechos" (47). 80, El evangelizando: El hombre indigena sera siempre el punto de referencia que hara sur- gir una nueva evangelizacién, sencilla y clara, més cultual que dogmatica. Esta catequesis, que se fundamentaré en firmes prineipios eristianos, tendré también su brazo social en los pueblos recién fandados y en la educacién integral de la persona: cultivos, crianza de animales, ete. Todo ello con ‘un objetivo conereto: la dignidad del hombre indigena, que proviene de su filiacién divina. 40. Elfin deseado: La conversién del indigena y su incorporacién a la Iglesia. Después de la exposicién de las verdades de la fe catélica siempre aparece una invitacién a vivir la exigencia de la vida cristiana con sentido de radicalidad, en el cumplimiento de los mandamientos, en la recepeién de los sacramentos y en las obras de misericordia (48). Para el logro de todo esto se introducen devocio- nes, algunas de las cuales —Ia cofradia del Rosario— (49) perdura hasta nuestros dias. 1.3.5, Métodos de evangelizacién y organizacién Bvangelizar es algo mas que un proceso intelectual. La verdadera evangelizacién tiene siem- pre presente a la persona, su idiosincrasia, sus capacidades, sus necesidades, sus emociones, todo su ser. La introduccién de la fe cristiana en la Verapaz no fue facil, pero los primeros frailes dominicos lucharon por entender a las personas a quienes iba dirigida la evangelizacién. Su capacidad intuitiva (44) GALMES Lorenzo, Bartaloméde st Cass, Defensor de los dssschos humands, B.A.C. Editorial Caslica, Madrid 1982, p.l8. (45) Ctr. MEDINA Miguel Angel, ELesrisma de Domingo de Guzmén y lacvangcizacn de Amética en elsiglo XVI, Cuadernos para la Historia dela Evangelizacién de América Latina, IHALOP, Quito, Cento Bartolomé de as Casas, Cusco 1987 n.2, pp. 953. (46) Ctr Doctrina cristina para insruccin de los indios. Redactada por fr Pedro de Cérdaba, OP. y ots rligisos doctos de lamisma Oxden.Jnpresa.en México, 1544 y 1548, Introduccion y notas por M.A. Meding, Salamanca 1987, pp. 120-125. (47) MATABUENA G. Antonio, Origen y exigencas hiséricss de a obra misional de Verapaz, Sepaata de Ciencia Tomist, ‘T.CVII, 350, Salamanca 1980 p. 113 y nota 82 (48) Cir. Docsina Cristiana para insiruccign de ls Indios, pp. 130-133, (49) Dicha cofrada fue fundada en la Verapaz por ft. Pedro de Angulo, let. obispo de esa Sede. Cit, REMESAL Antonio de, Oc.,T.1V, Vol. 94, p. 1563. 2 y creadora les Vievé a usar unos métodos pedagégicos que el tiempo y la historia no pueden dejar de admirar (50). 13.5.1, Las lenguas La lengua, ademas de ser un medio de comunicatién, es sobre todo Ia manifestacién mas ge- rnuina de la identidad social del hombre, Hablar a una persona en su propia lengua es signo claro de respetoy aprecio hacia él y su cultura, Para poder entender con profundidad los demas métodos de evangelizacién, hay que empezar destacando el interés y la seriedad que los primeros evangelizadores pusieron en el aprendizaje de las lenguas autéctonas: "Desde que a Guatemala habian legado, diéronse los Religiosos con ahineo al es- tudio de la lengua del pats..."(61). Pero no solamente las estudiaron sino que las hablaron, haciendo de ellas, como veremos mas adelante, el principal instrumento de la evangelizacién. Asi, eseribiéndonos de la primera entrada de los frailes dominicos a tierras de Tezulutlén, se nos confirma que: "Cupole esta primera entrada al Padre fray Luis Cancer y recibié ta obediencia con gran gusto por ser gran religioso y celostsimo del bien de las almas y dilatacién del Santo Evangelio, y para hacerla con ventajas, se la daba muy gran: de el saber la lengua de la provincia de Guatemala, comin a la tierra donde iba” (52). Y més adelante se nos cuenta que cuando fray Bartolomé de Las Casas quiso entrar en la Provincia de Tezulutlén, lo hizo "Wevando por su compafero al Padre fray Pedro de Angulo, que sabia muy bien aquella lengua, aungue el Padre fray Bartolomé no la ignoraba, antes la entendia y hablaba con ventajas” (53). No menores eran las dotes misioneras de fray Juan de Torres, quien "tenfa mucha facilidad para aprender las lenguas indigenas; y ast era el mejor catequista de los kekchies hablandoles en su propia lengua” (54), (60) Esta primera evangelizacén lomé siete carcerncas: primera, urgencia en el aprendizaje de la lengua indigena para evita imérprcies segunda, para veel ndigena pudiera rene mejor lo expueso, la metodologi de la prdicacgn seria mis en forma de naracineshistrics que por razonaentsdiscusivos;tercer,pedicaién frecuente, sobre todo los domingos y lis festvos cust, estimonio de pobreza de devocién en el pedicwor quina predcacén elaborada comuniuriamente, sexta nila prodiccin ni el jredicador debian ser un peso econdmico para lo indigens;y séptima, psibilidad de usar otros medias pedagsgicos: ejemplos, cates, dramstzacién cts bibles y ovos... Cf. Dozzina erisiana para inszucin de los indie. 3.50, G1) FUENTE Julién OP, Qc, p66. ($2) TOVILLA Martin Alonso, Oc. p75. 3) Ibid, p.77. (64) DELEON Luis, Qc. p.62. 23 Las coplas atribuidas a Luis de Cancer (55) y la determinacion dei Capitulo Provincial cele- brado en Coban el 3 de Enero de 1662 son la muestra més elocuente de cuanto estamos afirmando: "Que un religioso docto y eiemplar, y que sabe la lengua de los indios, y se vuelve a Espana, en ningu- na manera se le ha de dar la absolucién, si no es que sea tal la causa, que los superiores la tuviesen Por justa y legitima. Lo uno, porque desampara las almas en extrema necesidad, o por lo menos gravt- sima, Lo otro porque a los religiosos que se quedan ies dé escdndalo, y mueve a que haga otro tanto. Y lo tercero, que estorba a los que estén en Espafa, para que no vengan acd” (58). 13.5.2. Las doctrinas El término "Doctrina” era idéntico a “Parroguia”, con la diferencia de que la primera era aten- dida por religiosos, mientras que la segunda lo era por el clero secular. Para ser titular del curato correspondiente era siempre necesario someterse a los exdmenes de rigor, que requerian un amplio conocimiento de la administracion de los sacramentos, moral, len- gua autsetona del lugar, ete, Para los frailes dominicos, las doctrinas eran como conventos menores, atendidas por un niimero de religiosos, segxin la capacidad de) convento formal y las necesidades de las doctrinas, Normalmente el muimero de religiosos adscritos a cada una no era menor de des. Estos frailes estaban asignados al con- vento formal mis préximo y sujetos a la obediencia del Prior Provincial, qué los visitaba canénicamente, y del Prior local, que los animaba, corregia y llamaba a los capitulos y elecciones conventuales. Los religiosos doctrineros no sélo catequizaban y administraban los sacramentos a los indige- nas del lugar de 18 doctrina, sino que salfan en giras apostélicas para visitar y evangelizar a otros grupos indigenas dispersos y a veces escondidos por entre montafias y selvas, Santa Maria Cahabén fue una de las primeras doctrinas dependientes del convento de Santo Domingo de Cobén (57), que los primeros frailes dominicos usaron como medio para el apatigwamien- toy evangelizaci6n de los indigenas cahaboneros. 13.5.3. Los catecismos Uno de los medios mas comunes y tradicionales de la evangelizacién han sido los eatecismos, Estos son siempre pequefios libros, sencillos en su exposicisn y féciles de memorizar, Ein ellos se explican las prin. cipales verdades de la fe eatélica en forma de dislogo, es decir, mediante preguntas y respuestas concisas. (65) Clr. BOSSU Z, Ennio Maris, Ua Manuscrito K’ekchi'del silo XVI, TranscripciGn paloogrificn, waduecisn v estudios de las cops attibuidas aft, Luis Céncss, Universidad Francisco Marroguin, Guatemala 1986, pp. 1s. (56) REMESAL Antonio de, Ox, T-1V, Vol-94,p. 1585. (57) Chi. REMESAL Antonio de, 0c, 1V. Vol 94, p. 1889. 24 El texto de la primera evangelizacién en tierras de la Verapaz fue seguramente la “Doctrina Cristiana” de fray Pedro de Cérdoba (58), que debié servie también como texto bisico para que los Pa- res fray Domingo de Vico y fray Francisco de Viana hicieran sus traduceiones a las diversas lenguas. La sencilla “teologta de los indios" trataba de forma amena los diversos temas de la fe, para una mejor comprensién y aceptacién de verdades cristianas por parte de los neoconversos: Encarna- cidn, vida y milagros de Jesis, principales verdades de la fe, sacramentos, mandamientos, oraciones, Ja Iglesia, la santa misa, las obras de misericordia, pasién, muerte, resurreceién y juicio final. El testimonio de los Padres respecto al conocimiento que los indigenas tenian de la doctrina cristiana es bien demostrativo: "Sab/an comunmente todos las cuatro oraciones, y muchos los diez mandamientos de la ley de Dios, los articulos de fe y los siete sacramentos" (59). El entusiasmo con el que los indigenas participaban de la eatequesis ya en el 1545 no podia ser mas desbordante: "Los domingos y dias de precepto venta cada barrio, con Cruz alta, cantando la doctrina hasta la puerta de la iglesia” (60). 13.5.4. La misica Otro de los medios que mejor resultado dio en Ia primera evangelizacién de las provincias de ‘Tezulutlan fue, sin duda alguna, la musica (61). Conocedores los frailes de la sensibilidad que los indigenas tenfan para con la musica y des. pués de una piadose preparacién, nos dice el P. Remesal que, entre todos los frailes, escribieron en lengua nativa “unas trovas o versos del modo que la lengua permitfa con sus consonancias e interca dencias, medidos como a ellos les parecié que hacfan mejor sonido al ofdo. Y en ellos pusieron la crea- cidn del mundo, la caida del hombre, su destierro del paratso y como no podéa volver a él, segin la determinacién divina, sino mediante la muerte del Hijo de Dios y en orden a darle a conocer y cémo pudo morir para redimir al hombre, pusieron toda la vida y milagros de Cristo Nuestro Sefior, su pa- sion, su muerte, su resurreccién, ta subida a los cielos y cuando segunda vez ha de venir a juzgar a los hombres y el fin de esta venida, que es el castigo de los malos y premio de los buenos. Era esta obra ‘muy larga y ast la dividieron en sus pausas y diferencia de versos al modo de los castellanos, que por (68) Ctr. MELGAR GUZMAN Rafac S.D.B. LaIslesa en Ia Verapaz, cuatocieniosafos de historia, 1987, Edicién Fotoco piada, p. 5 (59) RODRIGUEZ. CABAL Juan OP, Conquista de la Verapaz, Separata de “MissionaliaHispénica”, Madrid 1967, Ao XXIV, 2.10, p.44 (60) Ibid. p. 31 (61) Parauna mejor informacién de este apartad tenemos al respect: —FRISO Alfonso, Lamiscay el canto nite los Kekshiesds Guatemala at-vhoy, Guatemala 1981, Estudios Teo os VIL, (15) pp. 113-192 25 ser estos los primeros que se hicieron en lengua de indios, merectan no haberse olvidado por muchos ‘mds que se inventasen después" (62). Lo que siguié no fue més sencillo, Aprovechando que algunos indigenas comerciantes habjan aceptado la fe eristiana, fray Bartolomé de Las Casas y sus compafieros les ensefiaron pacientemente Jas canciones, para que en sus viajes tierra adentro las cantaran a la gente. Los cuatro indigenas mercaderes, después de algunos toques y de completar la parte musical, cargaron sus mercaderias y emprendieron el esperanzador viaje. El resultado no pudo ser mejor: el anuncio del mensaje cristiano por medio de cantos se revelé eficaz. Fray Luis de Cancer pudo entrar por primera vez a aquellas inhéspitas tierras y por su medio el cacique "se determind de hacerse cristiano y recibir la fe, y 6 mismo se hizo predicador de ella a sus vasallos” (63), ‘Notemos que el entusiasmo de Remesal por magnificar la obra de los dominicos pudo hacerle olvidar las dificultades con que conté dicha empresa evangelizadora; tesis que trata de probar André Saint-Lu en su obra sobre la evangelizacién de la Verapaz. 13.5.5, Visitas y repetidores Los frailes no se conformaban con evangelizar solamente a los indigenas que habfan establecido en los pueblos recién fundados, sino que desde el primer momento se lanzaron con audacia a la predica- cidn itinerante, tan propia de nuestra Orden, Aunque a veces se afirme lo contrario, no hay mas que adentrarse un poco en la historia para afirmar que, a pesar de ser pocos frailes y por lo mismo, siempre ‘mantuvieron esa inquietud de visitar a los indigenas en sus propios poblados. Las giras, largas y duras, las hacfan por etapas y en cada rancheria que encontraban se quedaban algunos dias, para catequizar a los indigenas, declaratles los sagrados misterios de la fe y bautizar "hasta cincuenta personas” (64). Otras veces usaban en su accién evangelizadora intermediarios (65) 0 repetidores (66), que bien podrian ser los antecesores y prototipos de los catequistas de hoy. Cuando por alguna circuns- tancia los Padres se ausentaban de alguna zona, “siempre tenfan cuidado de enviar indios de Caha- bén, buenos cristianos y antiguos, para que animasen a los ya bautizados, y les platicasen la doctrina, porque no se les olvidase, y los apartasen de los ritos y ceremonias antiguas, si acaso quisiesen volver a ellas, y para que enseRasen la doctrina a los que estaban por bautizar” (67). (2) REMESAL Anonio de, Oc, TI, Vol.91, pp. 315-316 (63) Did . 348 (64) Ibid T-TV, Vol. 94, p. 1832. (65) Cli Ibid. p. 1825 (66) Ctr. Ibi, p. 1835. (61) Bid p. 1847 26 13.5.6. Las cofradias Por ultimo nos referiremos a las cofradias como otro de los medios de evangelizacién, que los frai- les idean y aprovechan para llevar a efecto la tan deseada cristianizacién de las estructuras habidas. Desde el primer momento, la conversién religiosa dio origen a la organizacion de numerosas cofradias o hermandades, establecidas para el culto y la veneracién de alguna imagen, contribuyendo en especie, dinero o servicios para la celebracién del culto (68). De esta forma las cofradias se convir- tieron en un modo de contribucién y mantenimiento de la Iglesia (69). Su cercania al sacerdote y al movimiento lituirgico que envolvia el eulto al Santo fue aprove chado para una catequizacién, que si bien les hizo asimilar algo de lo novedoso, providencialmente sirvié también para conservar sus tradiciones mds profundas. Ello nos demuestra la importancia que después tendran las cofradias, como receptaculos que expresan las costumbres y la mentalidad indi. gena (70). Otra caracteristica de las cofradias era que en ellas y por ellas se realizaba la convocacién in- digena de las comunidades, dando asi participacién a los nativos en la toma de decisiones de la vida comunitaria-eclesial (71). Ello puede hacernos entender hoy la realidad actual de la coftadia, no sélo como medio de mantener la fe y las tradiciones cristianas, sino como espacio organizativo donde el indigena se siente identificado como indigena (72). 136. Visitas pastorales y determinaciones Ante la auseneia de datos histéricos que nos den a conocer la labor evangelizadora en Santa Maria Cahabén, vamos a utilizar las Visitas Pastorales que a lo largo de Ia historia, de forma muy ofi- cial y de tiempo en tiempo, nos acercan al desarrollo evangelizador y catequético de esta antigua pa- rroquia-misién, La primera visita pastoral a los pueblos de Tezulutlan o ‘tierra de guerra”, como se le llamaba entonees, Ia realizé el que fue primer obispo de Guatemala, Dn. Francisco Marroquin (73), hacia la primavera de 1545. A lo largo de su visita pudo palpar ya los extraordinarios frutos de aquella pri- mera evangelizacién pacifica de los frailes dominicos. En lo que hasta entorces habia sido selva (68) Cir. ROJAS LIMA Flavio, Lacofradiareducio cultural indigena, Seminario de Integracin Socal, publicaciénn. 46, Litografias Modernas, Guatemala 1988, pp. 9 y 61-66 (69) Cir Ibid, p67. (70) Cir bid, pp. 67, 81,202. (1) Chr Ibid, pp. 211s. (12) Chr Ibid p. 214 (73) Cit, REMESAL Antonio de, Oc, T. Il, Vol.93, pp.933-934; TOVILLA Martin Alfonso, Qc. 105. 27 inhéspita encontré el obispo Marroquin muchos pueblos muevos, debidamente organizados y que, sin violencia alguna, habjan sido incorporados a la fe de la Iglesia Catélica y ala Corona Espafiola. De todas sus impresiones envié una amplia relacién al emperador Carlos V, quien correspondié eomplaci- do al abnegado prelado (74). Después de la ereccién de la diécesis de la Verapaz en 1559 6 1561 (75), ze sucedieron en la si: Ta episeopal: fray Pedro de Angulo, que fue el primer obispo; fray Pedro de la Pefta, fray Tomas de Cérdenas, fray Antonia de Hervias, fray Juan de Castro, y Dn, Juan Ferndndez Rosillo, que fue el sex- to y ultimo obispo de esa primera época (76). Algunos de estos obispos nunca llegaron a tomar pose- sign, otros tuvieron un pontificado brevisimo y casi todos vivieron en situaciones de eonflicto y falta de entendimiento con los frailes, por lo que es facil suponer apenas demoraron en tierras cahaboneras. Sin embargo, parece ser que el primero de los obispos pudo visitar dichas tierras, aunque no tengamos mds datos que los precisos: "En el mes de noviembre de 1561, fray Pedro de Angulo inicié su visita pastoral recorriendo San Pedro Carchd, San Agustin Lanquin y Santa Marta Cahabén" (77), El 18 de febrero de 1685 la realiza fray Andrés de las Navas y Quevedo, obispo de Guatemala (78), didcesis de 1a que dependia Cahabén, después de que en 1607 el Consejo de Indias anexé la dié- cesis de Verapaz a la de Guatemala, con eédula de incorporacién de 23 de Junio de 1608 (79). Esta visita, de la que no hay informacién mas especifica, debié desarrollarse como era costum- bre en aquel momento: "El pueblo a través del aviso del cura doctrinero preparaba con esmero el reci bimiento del prelado y se disponta espiritualmente participando en los sacramentos de la confesion y comunién, Los preparativos culminaban con la presencia del Pastor como en una misién popular in- tensiva, pues el motivo principal de la visita consistia en el encuentro del Obispo con su sacerdote y fie- les para conocerse tntimamente, recibir orientacién en su vida cristiana a través de la predicacion especial y solerane del prelado visitador y fortalecerse con la recepcin de los sacramentos, en especial el de la confirmacién” (80). Entre los afios 1768 y 1770 hace su visita pastoral al entonees dilatado arzobispado de Guate- mala el Dr. Dn, Pedro Cortés y Larraz. Recorrié todas y cada una de las parroquias, entre ellas San. ta Marfa Cahabén, y de las averiguaciones logradas a su paso se sirvié para redactar la ya famosa (14) Cir, REMESAL Antonio de, 0... Il, Vol.93, pp. 934-935; TOVILLA Martin Alfonso, Oc. p. 106 (95) Chr. TOVILLA Marin Alfonso, Q.. p. 116; MELGAR GUZMAN Rafael S.D.B., Oc. p.6. (16) Chi. MELGAR GUZMAN Raftel SB, O.c, pp. 6-12. (7) ESTRADA MONROY Agustin, Oc. p. 313. (78) Cit. ZAPORTA PALLARES os, Vida eclesial en Guatemala a fines ce} sislo XVIL. 1683-1701, Guatemala 1983, pp, 127-128, (79) Cfr. ESTRADA MONROY Agustin, Datos para la historade lalelesa en Guatemala, Sociedad de Geografia e Historia de Guatemala, Biblioteca “Goathemala’, TJ, Vol. XXVI, Guatemala \972, primera edicién,p. 44; MELGAR GUZMAN Rafiel S.DB., Oc. p. 12. (80) ZAPORTA PALLARES José, Oc. p. 117. 28 “Descripeién Geogréfica-moral de la Diécesis de Goathemala’. En el orden moral advirtis y traté de corregir algunas inmodestias generalizadas entre los eahaboneros, as{ como también su apatia en la instruecién religiosa y literaria de los nifios, ademas de exigir mas presencia de religiosos y en Caha- ‘én, coneretamente, al menos un cura con un compatiero (81). En los primeros dias de marzo de 1817 giré visita pastoral a la parroqvia de Santa Maria de Cahabén el Arzobispo fray Ramén Casaus y Torres. En los libros parroquiales hay algunas notas alusivas al gobierno del ilustre dominico al fren- te del arzobispado de Guatemala, En Cahabén, concretamente, se interesé por la ereccién del Calva- rio y el fiel cumplimiento de las fundaciones pfas (82). En otofio de 1845 el Dr. Dn. Francisco de Paula Garcia Peldez, Arzobispo de Bostra y Coadju: tor del exiliado fray Ramén Casaus y Torres, despaché una circular a todas las parroquias anuncian do su proxima visita pastoral. E120 de enero de 1846 Tlegé a la parroquia de Santa Maria Cahabsn y de su anexo Lanquin, practicando las diligencias propias de la visita Entre otras cosas pidié se sacara el cementerio del templo parroquial, y se interesé ademas por el funcionamiento y desarrollo de la catequesis y de la escuela de parvulos. Urgié para que hubie- ra mayor diligencia en bautizar a los nacidos er las milperias, ordené la manera de levar algunos li- bros parroquiales y recordé algunas disposiciones dadas en visitas anteriores. Dispuso y presidié una procesién de penitencia, celebrada con participacién y edificacion del pueblo, "a la que atin siendo Wemados no concurrieron los que lo escandalizaron con el atroz asesinato perpetrado en la sagrada persona del R.P. Cura fr. Jacinto Cabrera, vispera de San Juan Bautista del ano veintinueve... Para remedio de quienes habian cometido aquel sacrilegio, autoriz6 al P. Cura (Baltasar Balduino) para que los pudiera absolver de la excomunién en la que habfan incurrido, siempre que pidie- ran penitencia y la practicaran convenientemente. Se destituy6 de las funciones de Chindm de San Juan Bautista a Sebastian Cucul como uno de los perpetradores del mencionado erimen” (83). Halléndose el Arzobispo Coadjutor en el pueblo de Santa Marfa Cahabsn practicando la visi ta, leg6 el correo que trajo la noticia de la muerte del Arzobispo exiliado, Dr. Casaus y Torres, ocurri da en La Habana el 10 de noviembre de 1845 (84). (61) Chr. CORTES ¥ LARRAZ Pedro, Descripcién geogréfica-moral de la Didcesis de Goathemala, Liblioteca "Goathemala” de 1a Sociedad de Geografiae Historia de Guatemala, 1958, T. Il, Vol, XX, pp-20-25 (62) Chr. Archivo partoquial de Santa Maria Cshahsin (en adelante: A.P), Libro de Bautismos n.10, pp. 102-104, (3) id (84) Clr. A.B, Libro de Bautismosn. 10, pp. 105 y anexo, 29 Hacia el 11 de Marzo de 1859 llega de nuevo a la parroquia de Cahabén el Arzobispo de Gua- temala, Dn, Francisco de Paula Gareia Peléez. En esta segunda visita pastoral, ademas de cumplir con las formalidades del ritual, administré el sacramento de la confirmacién y examiné a los alumnos de la catequesis y de la escuela. En solemne sesién, ante los fieles més representativos de la poblacién, les hablé de la necesi- dad urgente de concluir el artesonado de la iglesia, que afios atrds habia emprendido el malagrado Padre fray Jacinto Cabrera, asi como la conveniencia de enladrillar el piso del templo. De los informes recibidos pudo comprobar que los eulpables del asesinato del P. Jacinto ha- bian acudido a confesarse, pedir perdén y ser absueltos de la excomunién, menos dos: Sebastian Chen, que més adelante murié impenitente y fue sepultado en el campo, y Ambrosio A., que murié ahogado en el rio Grande (85). La tercera y tiltima visita pastoral que Dn. Francisco de Paula hace personalmente a tierras cahaboneras, la realizé el dia 12 de Marzo de 1864, En esa ocasion administré el sacramento de la confirmacién y, como en la visita anterior, examiné tanto a los nifios de la catequesis como a los de la escuela. Dio ademds disposiciones para levar los libros de la administracion parroquial, reconocié los ornamentos de la sacritia y revis6 los libros de las cofradias existentes en la Parroquia, a saber: Dulce ‘Nombre de Jestis, Nombre de Maria, Calvario, Rosario de hombres y mujeres, Santa Tecla, Animas, Santisimo Sacramento de hombres y mujeres, Cera del Santisimo, Sefior de Esquipulas y San Miguel, “con dote por todas de 443 pesos” (86). Ocho afios después de la ultima visita pastoral de Dn. Francisco de Paula sobrevino la segun- day més dura exclaustracién y desamortizacisn religiosa de Guatemala, llevada a cabo por el Gene- ral Justo Rufino Barrios el 7 de Junio de 1872 (87). Los frailes dominicos, que de forma casi ininterrumpida habian evangelizado la Verapaz, se vieron obligados a abandonar sus curatos. Santa ‘Maria Cahabén quedé desde entonces sin frailes dominicos. Esta ausencia forzada se alargaria por espacio doloroso de casi ochenta afios (88). En esas circunstancias politicas y religiosas, el Arzobispo de Guatemala, Dn. Francisco de Paula Garcia Peléez, refuerza la figura de los Vicorios Provinciales con el fin de atender las comunidades parroquiales dispersas en los lejanos departamentos (89). De esta forma el 9 de Abril de 1875 entra en la parroquia de Santa Marfa Cahabén el Vieario de la Alta Verapaz y cura de Cobin, Presbitero Manuel Salvador Gonzdlez, para practicar la visita canénica en nombre del Prelado Metropolitano. (85) Cir. AB, Libro de Bausmos n 12, pp. 7-8 (86) AB, Libro de Bautsmos n 12, pp. 80-8 (87) Ci MELGAR GUZMAN Refs, Oc, pp. 17 y 28 (88) Ci. AB. Noticias varias n.3, Nomina de los scerdotesadminsadores do la Parroguia de Santa Maris Cehabén de quienes hay memoria encl Archivo, (69) Cie. MELGAR GUZMAN Rafael, Oc. pp. 28-29. 30 En cumplimiento de su cometido revis6 los libros de la administracién parroquial y ordené el mejor modo de redactar las partidas de defuncién. ‘Traté ademds de corregir el abuso existente entre los indigenas, de entregar las jévenes a sus futuros maridos desde el dia en que empezaban las informaciones. Desaprobé, asimismo, lo que con- sider6 "inmodesto” del vestido de las mujeres. Requirié a los responsables del pueble para que prove- yeran a la reparacién del templo parroquial y al arreglo de los ventanales. De los principales y mayordomos recabé la anueneia para restaurar las alhajas de plata que, por lo general, estaban maltratadas. A los indigenas les exhort6 se abstuvieran de la ebriedad, aun- que por orden superior hubiera venta publica de aguardiente, y procurasen la educacién cristiana de sus hijos. Al Padre Cura, entonces Pbro. Crisanto Flores, le encargé proveyera la sacristia de orna- mentos buenos, por estar en mal estado los que existfan (90). De nuevo el 25 de Enero de 1878, y en representacién del Sr. Arzobispo, realiza Ia visita cané- nica a la parroguia de Santa Maria Cahabén el Vicario de la Verapaz, presbitero Dn, Rafael V. Eche- verria. Revis6 los libros de archivo, cofradias, sacristia, inventario de utiles y cosas sagradas, iglesia ete, Encontré ta sacristia desprovista de ornamentos, a tiempo que abundaba en piezas de plata. To 1mé la determinacién de informar s 1a superioridad para que tuviera a bien autorizar al seftor Pérroco, afin de poder enajenar algunas piezas de plata menos titiles y proveer a la iglesia de ornamentos. Comprobs también la falta absoluta de fabrica y la imposibilidad de establecerla por de pronto, Jo mismo que en el anexo de San Agustin Lanquin. Finalmente manifests su satisfaccién por el trabajo del pérroco Dn. Juan de Dios Mejieano phro., a quien se le hizo constar la debida gratitud (91). Nueve afios después, el 3 de Junio de 1887, se presents en la parroquia de Santa Maria Caha- ‘bon Dn, Romualdo Monterroso pbro., Vicario de la Verapaz, para llevar a cabo la visita canénica, que realiz6 en nombre y representacién de\ Sr. Arzobispo de Guatemala. ‘No hay constancia de las determinaciones tomadas en e curso de esa visita. Sélo cabe anotar que en aquel entonces administraba la parroquia el Presbitero Dn. Cornelio Van Boheemen, de origen suizo, que vino a este curato muy enfermo desde Cotzumalguapa, Murié en San Pedro Carchd el 3 de Julio de 1889 y alli mismo fue enterrado (92). ‘a primera visita pastoral del presente siglo la realiz6 el Arzobispo de Guatemala fray Julian Raimundo Riveiro y Jacinto, hacia el 24 de Enero de 1915 (93). Este obispo era natural de Coban y profeso en la Orden de Predicadores. Promovide a la Sede Metropolitana, fue consagrado obispo en Roma el 10 de Mayo de 1914. (90) Cir. AP, Librode Bautismos . 14, pp. 126-127 (1) Chr. AB. Libro de Bautismos n.15,p.95. (02) Chr. AB. Libro de Bautismos n, 19, p43. (63) Chr. ESTRADA MONROY Agustin, Datos para la hisora dea elsisen Gusiemals, Sociedad de Geogratiae Historia de Guatemala Bibkoteea "Goathemala” T. I, Vol. XVIII, Guatemala 1979, primera edicin,p. 363, 31 No habia pasado un afio de su consagracién episcopal, cuando emprendié la visita pastoral a su dilatada arquidiéeesis, Desgraciadamente no disponemos de datos referentes a su paso por la pa- rroquia de Cahabén. Apenas su firma y su sello impreso en los libros de bautismos dan testimonio de su visita (94). El 27 de junio de 1921, Su Santidad Benedicto XV separé los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz y Petén, del Arzobispado de Guatemala y establecié el Vicariato Apostdlico de la Vera- paz y Petén. Sin embargo este Vicariato no fue cubierto y siguié administrandolo el Arzobispo de la capital (95). A partir de 1930 empieza a despuntar Ia bandera de Ia toleraneia religiosa. Aprovechando es- te ambiente favorable Pio XI eleva el Vicariato a Diécesis de la Verapaz y el Petén, con fecha 14 de enero de 1935, y nombra como primer obispo de este segundo periodo a Monsefior Luis Montenegro y Flores (96). Aunque en su Pontificado nunea visité la Parroquia de Santa Maria Cahabén (97), por infor- macién verbal de algunos eahaboneros (98) sabemos que el edicto de Monsefior Montenegro de 1 de agosto de 1935, respecto a la preparacién de los nifios a la primera comunién (99), tuvo una respuesta muy favorable en el pueblo, Muy pronto los sacerdotes que fueron sucediéndose en la administracién de la parroquia co- menzaron a reunir y catequizar a los nifios con entusiasmo y celo apostélico. Muchos recuerdan toda- via aquellos grupos numerosos que, afio tras afio y después de un nervioso examen, se acereaban a recibir la santa comunién, En los tiltimos dias de abril de 1949 estuvo girando su visita pastoral a Santa Maria Caha- bén fray Raimundo Martin, Era la primera de sus visitas canénicas a la parroquia. ‘Monsefior Raimundo, profeso de la Orden de Predicadores, habia sido nombrado obispo auxi- liar de Monsefior Luis Montenegro el 16 de mayo de 1944. A la muerte de éste fue nombrado obispo diocesano, por Pio XII, el 14 de noviembre de 1945 (100). Esta primera visita pastoral esté ampliamente descrita por quien en aquel entonces era cura pérroco de Cahabén-Senaht, pbro. Joaquin Mariona: (G4) Clr. AB., Noticias varias n. 6, Visitas Pastorales n,10 (G5) Cir. MELGAR GUZMAN Rafeel,O., p. 32. (96) Ci. Ibid, pp. 32-3. (G7) No encontramos referencias al respecto en los libros existentes enef archivo parogtil (08) Dia, Adelaide Lépex Vda. de Arpuetay ots (@9) Cir. MELGAR GUZMAN Rafael, O., p. 36. (100) Ci. bid, p38. 32 “Fue acompaftado (el Sr. obispo) por el Rudo. pdrroco de San Pedro Carchd, José Dini, y el Rudo. pdrroco de Cahabén-Senahu, Sr. Mario Joaqutn Mariona pbro., y el Hno. Coadjutor Fr. Rai- mundo o.p. Las confirmaciones se 'levaron @ cabo con la ceremonia del caso, habiendo empezado la visita pastoral por San Agustin Lanquin, filial de Cahabdn, donde permanecis el Sr. Obispo dos dias ¥y se practicaron 131 confirmaciones y 55 comuniones, ni un matrimonio. De Langutn, pasé el Sr. Obispo a Cahabén, en cuya parroquia permanecié tres dias, verifieando 230 confirmaciones, 180 con- fesiones, 225 comuniones y 7 matrimonios. De Santa Maria Cahabén se continué la marcha hacia ‘San Agustin Chahal (filial también), donde permanecié la comitiva dos dias; se hicieron 113 confir- maciones; 30 confesiones y 25 comuniones..." (101) Cuatro afios después, el 13 de marzo de 1953, Monsefior Raimundo Martin o.p. hace su segun- da visita pastoral a tierras cahaboneras. Para aquel entonces, el obispo de la Verapaz habia restau- rado provisionalmente la presencia de la Orden en la parroquia de Santa Masia Cahabén, con la designacién del P. fr, Vicente Pefia como cura eneargado de dicha parroquia. ‘Cumplidos los requisitos previstos en el Ritual, Monsefior Raimundo administré la sagrada confirmacién a numerosos feligreses en la eabecera parroquial y en las filiales de Languin y Chahal, Revis6 y firm6 los libros de ls administracién parroquial, donde queda constancia de su visita (102) Uno de los deseos més ardientes de Monsefior Raimundo era restaurar definitivamente la presencia dominicana en la Verapaz. Debido a sus buenos oficios ante la Curia Generalicia de la Or- den en Roma, logra su anhelo con la Tlegada de un buen mimero de frailes, tanto de la Provincia de Espana como de la Provincia de Aragén. Esta tiltima es la encargada de restaurar la Orden en la pa- rroquia de Santa Maria Cahabén, lo que se llevé a cabo el 23 de abril de 1955, con la legada de los padres dominicos fr. Abel Castro y fr. Antonino Plana Campos, recién venidos de Espafia (103). Tres afios después, el 17 de marzo de 1958, se incorpor6 también a la parroquia, en sustitucién del P, fr. Abel Castro o.p, +I Rdo. P. fr. Terencio Marfa Huguet Montoro o.p., quien con su profunda espirituali- dad marcé indeleblemente la vida cristiana del pueblo y de todas las eomunidades indigenas, E1 25 de junio de 1958 entré por vez primera a la parroquia de Santa Marfa Cahabén Manse- for Humberto Lara Mejia C. M., que habia sido nombrado obispo auxiliar de la Verapaz el 8 de di- ciembre del afio anterior (104). La presencia de Monsefior Lara fue aprovechada principalmente para que administrara el sa cramento de la confirmacién a numerosos feligreses cahaboneros. El dia 28 del mismo mes procedié a Ja bendicién solemne del convento parroquial restaurado. El mismo dia, por la tarde, presidié el (101) AB. Libro de Confirmaciones de Senahi-Cahabn-Lanquin- Chahal y Panzés, Ano 1949. (102) Cf. AB. Noticias varias n. 6, Visita Pastoral, n 12. (103) CS. MELGAR GUZMAN Reftel Oc. p. 4. (104) Cf. id, p44, 33 ‘examen de los nifios preparados para hacer su primera comunién, que la recibieron al siguiente dia, 29 de junio, festividad de los Apéstoles San Pedro y San Pablo (105). Sélo un afto después, el 20 de septiembre de 1959, tuvo lugar una nueva visita del obispo au- xiliar, Monseflor Humberto Lara, que llegé a Cahabén para proseguir camino hacia la filial de Chahal y visitar aquella extensa demarcacién, En efecto, el 22 se dirigié hacia aquella zona, administrando Ja sagrada confirmacién a numerosos fieles en las ermitas de Pradera de Chitkok, Chivitz, Q’antutu, cabecera de Chahal y Se’ Pemech (106). El miéreoles de Ceniza del afio 1960 tiene lugar una nueva visita de Monsefior Lara a tierras cahaboneras. En aquella oportunidad, el Sr. obispo auxiliar celebra las funciones propias del dia en Ja iglesia parroquial, imponiendo la ceniza bendita a gran multitud de fieles y administrando asimis- ‘mo algunas confirmaciones (107). EI 15 de Mayo de 1963 Monseftor Raimundo Martin hace una répida visita pastoral a la al- dea Boloneé, filial de Santa Maria Cahabén, donde admit cahaboneros habitantes de aquella lejana demareacién (108). stra el sacramento de la confirmacién a 94 Doce afios después de su tiltima visita a la cabecera parroquial, Monsefior Raimundo Martin op. vuelve a Cahabén el dia 9 de mayo de 1965, con el propésite de girar visita pastoral. Cumplidas las coremonias prescritas en el Ritual, Monsefior procedié a la revisiOn y firma de los libros parro- quiales. Administré también el sacramento de la confirmacién a 148 feligreses, que acudieron en di- versos grupos durante los dias en que el obispo se mantuvo ef la parroquia. El domingo dia 10 procedié ademés a la Consagracién Solemne del Altar Mayor que preside la nave central del temple parroquial y que estd dedicado a Ia titular Santa Maria de Rosario, encerran- do en su interior algunas reliquias de varios Santos de la Orden y de otros més, venerados en la Igle- sia Universal. El Tunes dia 11, Monsefior Raimundo prosiguié en sus funciones de consagrar los dos altares me: nores de las naves lateralles, que estan dedicados a San Vicente Ferrer y a San Martin de Porres (108) Esta era ta ultima visita pastoral que hacia a la parroquia Monseftor Raimundo Martin, quien presents su renuncia a la Diseesis de Ja Verapaz el dia 10 de febrero de 1966 y murié santamente el 8 de diciembre de 1975 (110). (105) Chr. A, Libro de Confirmaciones,p. 26 (106) thi. (07) Tid. (108) Cf. AP, Libro Ide Confiemaciones,p. 27 (109) Cf. AB, Libro Ide Confirmaciones, p. 20. (110) Cf. MELGAR GUZMAN Rafsel, O... p43. 34 Aceptada la renuncia de Monsefior Martin, la Digcesis de la Verapaz quedé bajo el caidado de Monsefior Humberto Lara Mejfa con el cargo de Administrador Apostélico "Ad nufum Sanctae Sedis” (211), hasta que un alo después fue nombrado obispo del Quiché. E15 de mays de 1967 es nombrado Monsefior Juan Gerardi Conedera como nuevo Obispo de la Verapaz, tomando posesién de la misma €1 12 de agosto de 1967 (112). ‘Monserior Gerardi hace su primera visita pastoral a Santa Marfa Cahabén durante los dias 2 xy 3 de octubre de 1971 (113). La labor catequética emprendida desde la legada de los frailes de la Provincia de Aragén fue inerementéndose por el trabajo pastoral, tesonero y profundo, del P. Terencio, que muy pronto esta- blecié la organizacién de Catequistas. Las Hermanas Dominicas de la Anunciata, que habjan llegado a Santa Maria Cahabén el 21 de junio de 1972, dieron un nuevo auge a la accién evangelizadora, mul- tiplicando sus frutos. No es pues de extrafiar que en esta su primera visita Monsefior Gerardi administrara el sa- cramento de la confirmacién a 759 cahaboneros. Toda esa multitud de fieles habfa sido preparada e instruda adecuadamente en los cursillos organizados para esa ocasién. La segunda visita pastoral de Monseftor Juan Gerardi duré cinco dias y comprendis las fechas del 19 al 17 de abril de 1972, es decir, solo seis meses después de la primera. Se vislumbra ya un an- sia de sacramentos, provocada por la constante atencién pastoral y catequética de frailes y hermanas dominicas, secundada ya en aquellos afios por los cientos de catequistas que, devota y tenazmente, evangelizaban a sus hermanos qegehi’. Esta visita pastoral fue desarrollandose en diferentes ermi- tas y termin6 en el templo parroquial. El total de confirmados fue de 985 fieles (114) La tercera y tltima visita de Monsefior Gerardi, antes de ser trasladado a la Diécesis del Quiché, se desarrollé durante los dias 11, 12 13 de octubre de 1972, confirmando a 555 eahaboneros (115). Bs bueno resaltar aqui que, en el periodo de 18 meses, el Sr. obispo visité pastoralmente tres veces la parroquia, administrando el sacramento de la confirmacién a un total de 2.299 fieles. Ello nos demuestra no solamente la disponibilidad del Sr. obispo, sino también el trabajo arduo y tenaz de uienes estaban al frente de Ia parroquia. Después del traslado de Monsefior Juan Gerardi Conedera a la Dideesis del Quiché y de tres afios sin obispo propio, el 7 de octubre de 1977 es nombrado Obispo de fa Verapaz Monsefior Gerardo Flores Reyes. (212) Che Ibi. (112) Che. Ibid. p. 49. (113) Cle. AB. Libro I de Confirmaciones,p. 3. (114) Cr. AB. Libro I de Confirmaciones, p. 83 y Litro Il de Confirmaciones, (115) Cir AB, Libro If de Confismaciones, nn. 701-1255,

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