A quien me tuvo en su barriga y trajo esta familia,
A mi primer amiga y mdica de cabecera, Yo tu hijo, t el cobijo que me protegi de todo lo que hay fuera, Quien me dijo "t hazme caso y todo te ir bien", Lo hice y ahora mrame, ver para creer, La que me ba en mil caricias y con abrazos, Cur mis heridas con besos en su regazo, Eres el espejo dnde mirarme, Porque ms que carne y huesos, somos ms que ua y carne, La familia no se elije, esa es la nica constante, Pero ni por todo el oro del globo querra cambiarte, Dicen que solo hay una, y a mi me vale, Porque no habr nadie que me quiera como t, ninguna, Tanta locura desde la cuna y hasta las canas, Como la luz de luna me alumbras, como las hadas, Confiaste en m cuando dedos me sealaban, Y perdonaste cuando el resto sentenciaba, Celebraste cada paso que daba, Cada logro como el triunfo del fruto de tus entraas, Mi primera palabra va dedicada a la primera dama, Mi ngel de la guarda y man, La palabra ms hermosa que haya sido pronunciada, Y escuchada por el hombre y no es otra que "mam".
Para mi madre por lo bueno y por lo malo,
Por demostrarme que el amor es un regalo, Por la palabra y el orgullo de la sangre, Por el simple milagro del beso que mata el hambre, Ella me ense a andar de frente, A no fingir y sentir si el alma siente, A no mentir cuando todo el mundo miente, A mirar siempre a los ojos cuando hablo con la gente, Me dijo "hijo s valiente, valiente que aqu la vida es cruel", "Que no te engae una fachada reluciente, Que lo nico que importa est debajo de la piel" y, Y si la vida viene y no hace confesiones, Mam me dijo "hijo has de estar dispuesto, A echarle ms fuerzas que el resto, A poner el corazn en cada palabra de tu texto", Y tu palabra fue mi escuela, Mi centinela, el viento de mi vela, De ah aprend a defender a mi familia y a mi nombre, Y a siempre comportarme como un hombre, Yo soy la fruta del manzano, t la artesana de la noche y de la calma, Forma del alma de mis hermanos, T eres la alfarera, yo tan solo barro entre tus manos...