La duracin de la escritura
Newton y Darwin, dos tiempos de procesos semejantes
Hoy nos ocupa, el asunto del inicio escritural de un libro. Durante 21 aos Isaac
Newton llev un diario recurriendo en un problema puntual, el problema de la
gravedad y la fluxin. Como se sabe, el profesor de Cambridge y miembro de la Royal
Society, fue urgido por su amigo, el astrnomo Edmund Halley, y finalmente decide
publicar su trabajo, reconociendo su temor por el robo de sus hallazgos. Dieciocho
meses dur la escritura de la versin definitiva de Principia, al Newton publicarla,
corra el ao 1687.
La historia recoge, en la misma universidad, noventa aos despus, de otra manera; la
ancdota de la escritura del libro, El origen de las especies, de Charles Darwin. El
famoso libro tuvo un proceso de escritura descrito a continuacin,
Las principales ideas que Darwin plasmara en El Origen de las Especies las
inici en un cuaderno de notas abierto en 1837; en 1842 ya tena un bosquejo
de 13 pginas, y en 1844 haba hecho un resumen de 232 pginas, que fueron
presentadas a la Linnean Society para su publicacin en coautora (1858) con
Alfred Russel Wallace (1823-1913), que haba desarrollado la teora de la
seleccin natural trabajando independientemente. Aunque Darwin se refera
siempre a "mi teora", Wallace, con su modestia y caballerosidad habitual lo
apoyaba ("es suya y slo suya") a partir de la quinta edicin (1869).1
Como podemos leer en esta revisin del profesor Vicente Prez, la obra de Darwin
tambin tuvo un proceso largo de escritura. Segn Bertrand Russell en La perspectiva
de la ciencia, las condiciones editoriales de las obras cientficas han venido cambiando
mucho desde Newton. Dice al respecto el matemtico ingls:
1
Cuando Charles Darwin public el origen de las especies (1859). Vicente Prez. Laboratorio de
Entomologa, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. Casilla 113-D. Punta Arenas, Chile.
vicente.perez@umag.cl
Anales Instituto Patagonia (Chile) v.37 n.2 Punta Arenas 2009
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-686X2009000200006
Lo digo para ilustrar la diferencia entre nuestra edad y la de Newton. No
aspiramos ya a la perfeccin, a causa del ejrcito de sucesores a quienes
podemos apenas aventajar, y que estn en todo momento dispuestos a borrar
nuestras huellas (p. 32)