Mastil:
Es la zona alargada de la guitarra, donde están los trastes. En la
superficie del mástil se encuentran los trastes, que tienen la función
de dividir el mástil en las diferentes notas de la guitarra. Entre cada
traste hay una diferencia de medio tono.
Cuerpo:
Es la zona ancha de la guitarra. En una guitarra eléctrica es la zona
donde se encuentran las pastillas (single, hambucker), los
potenciómetros de volumen y el puente de la guitarra (el lugar
donde aguantan las cuerdas).
Clavijero:
Es el final del mástil (en el lado contrario del cuerpo) y podríamos
decir que es el lugar desde donde se controlan las cuerdas. Desde
ahí se afina una guitarra.
CAPITULO 2
PRIMEROS PUNTEOS:
Primer punteo:
Ante todo, aclarar el mito de la guitarra eléctrica: El punteo es un
complemento del ritmo, un guitarrista que sólo sabe puntear (por
rápido que lo haga) no sirve de nada. Por eso, este apartado que
empieza a aparecer en este capítulo debe tomarse con la misma
motivación que los anteriores, no con más. De momento la
velocidad no importa. Es preferible conseguir primero precisión.
Acorde de 7ª:
El nombre es debido a que, musicalmente, resuelve frases, es
decir, acaba con una secuencia de acordes. Al resolver una frase
musical con un acorde de 7ª, no se puede con cualquiera, sino con
el que corresponde al tono en el que se esta tocando. Estas
progresiones suenan a temas conocidos. Ejemplo: la de “Knockin'
on Heaven's Door” forma parte del 70% de las canciones
populares. Seria interesante investigar nuevos ritmos con la mano
derecha, que resultan muy complicados de explicar aquí.
Mecanismos:
Empecemos a tratar en este capítulo los mecanismos. Consiste en
ejercicios en los que se utilizan todos los dedos, destinado a
incrementar la precisión y velocidad de punteo. Deben practicarse
como “calentamiento” antes de empezar a tocar de forma continua.
A medida que avance la práctica, la velocidad de ejecución irá
incrementando. Para su práctica es aconsejable utilizar un
metrónomo.
ESCALA PENTATÓNICA:
Acordes menores:
Llega el turno de los acordes menores o “tristes” como se les suele
llamar. Su sonoridad es diferente a la de los mayores y séptimas,
por eso dan mucho juego en las ruedas de acordes, pues aportan
combinaciones totalmente diferentes. La mayoría de ellos (en su
posición “normal”) llevan cejilla, que a estas alturas ya no es un
problema.