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HYBRIS

A aquel a quien los dioses quieren destruir,


primero lo suben al monte mas alto de la soberbia,
luego lo embriagan de poder, le ciegan los ojos,
lo llenan de soledad en medio de un mar de aduladores,
y al encontrarse solos, descubren que no se soportan a si mismos,
el caerse ya solo es cuestin de tiempo

Y yo, que he estado siempre entre preguntas,


qu responder entonces?

El porcentaje tan alto de neurticos entre nosotros se debe a que nos negamos
a recibir esa efectiva ayuda espiritual. Permanecemos aferrados a las imgenes
no conjuradas de nuestra infancia y por ello poco dispuestos a pasarlas etapas
necesarias de nuestra edad adulta.

La causa primera del malestar en la cultura es el deseo, porque en la


naturaleza del deseo est implcita la imposibilidad de su realizacin. Ese es el
objeto del deseo. La propia bsqueda.

DESEO
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se
ama se desea, ni todo lo que se desea se ama. Miguel de
Cervantes

El deseo florece; la posesin lo marchita todo. Marcel Proust

Lo mucho se vuelve poco con slo desear otro poco ms.


Francisco de Quevedo.

El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra


ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y
cumplirlos plenamente.

La paradoja - el grito imposible que emite lo inefable cuando


lo llevas hasta el paroxismo.

Quin es el dueo de una carta: el remitente, o el destinatario? Acaso el correo, en su


trayecto al menos. Quin es el dueo de la herida: el que la causa, o el que la padece?
No son caras los dos de una misma moneda? O quiz el dueo es el sentimiento que les
clava su dardo. Quien ama, quien es amado y el amor: ese arquero que los llaga a
ambos, ese puente levadizo en que se encuentran y se desencuentran El dueo de la
herida es el verdugo y es la vctima; es el idlatra y es su dolo; pero, sobre todo,
aquello que los vincula o los enfrenta, sea cual sea su nombre. Porque hay amores que
no saben el suyo verdadero.

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