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Id Cendoj: 30030370042010100299
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Murcia
Sección: 4
Nº de Recurso: 415/2010
Nº de Resolución: 335/2010
Procedimiento: CIVIL
Ponente: FRANCISCO CARRILLO VINADER
Tipo de Resolución: Sentencia

Resumen:
MATERIAS NO ESPECIFICADAS

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 4

MURCIA

SENTENCIA: 00335/2010

Sección Cuarta

Rollo de Sala 415/2010

ILMO. SR.

D. FRANCISCO JOSÉ CARRILLO VINADER

MAGISTRADO

En la ciudad de Murcia, a diecisiete de junio del año dos mil diez.

Habiendo visto en grado de apelación la Sección Cuarta de esta Audiencia Provincial los autos de
Juicio Verbal número 529/09 que en primera instancia se han seguido ante el Juzgado Civil número Dos de
Totana (Murcia) entre las partes, como actor y ahora apelado D. Primitivo , sucesivamente representado por
los Procuradores Srs. Gallego Iglesias (ante el Juzgado) y Hurtado López (ante la Audiencia) y defendido
por el Letrado Sr. Buendía Noguera, y como demandado y ahora apelante D. Hilario , respectivamente
representado por las Procuradoras Sras. Carrasco Sarabia (ante el Juzgado) y Sempere Sánchez (ante la
Audiencia) y defendido por Letrado Sr. Germán López-Acosta. Habiendo sido turnada para ser conocida por
un único Magistrado al Ilmo. Sr. D. FRANCISCO JOSÉ CARRILLO VINADER.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- El Juzgado de instancia citado con fecha 14 de enero de 2010 dictó en los autos
principales de los que dimana el presente rollo la sentencia cuya parte dispositiva dice así: "FALLO: I. Se
estima la demanda interpuesta por la representación procesal de D. Primitivo contra D. Hilario . II. Condeno
a D. Hilario a pagar al actor la cantidad de 2.805 #. III. Así mismo le condeno a pagar las costas del
proceso".

SEGUNDO.- Contra la anterior sentencia, en tiempo y forma, preparó e interpuso recurso de


apelación D. Hilario , solicitando su revocación total o, subsidiariamente, parcial.

Después se dio traslado a la otra parte, quien presentó escrito oponiéndose al mismo, pidiendo la
confirmación de la sentencia.

Por el Juzgado se elevaron las actuaciones a esta Ilma. Audiencia Provincial, turnándose a la Sección
Cuarta donde se registraron con el número 415/10 de Rollo. Tras personarse sólo la apelante, por

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providencia del día 14 de junio de 2010 se señaló el de hoy para dictar sentencia.

TERCERO.- En la sustanciación de ambas instancias se han observado las prescripciones legales.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- D. Primitivo plantea demanda contra su vecino, D. Hilario , reclamando los daños y
perjuicios (2.805 #) que le ha causado el gato de éste, al entrar en su casa en dos ocasiones y matar
determinado número de pájaros que tenía.

Se convoca a juicio a las partes y se dicta sentencia por la que se estima totalmente la demanda,
considerando acreditado que el gato es del demandado, que ha matado un número determinado de pájaros
del actor, cuyo valor se precisa, y que la responsabilidad que se reclama es objetiva, no concurriendo culpa
del actor. Impone las costas al demandado.

Contra dicha sentencia prepara recurso de apelación el demandado, aunque infringiendo el art. 457.2
LEC , al no precisar los pronunciamientos contra los que recurre. Cuando lo interpone lo motiva profusa,
confusa y reiterativamente, alegando que la sentencia ha incurrido en infracción de normas y garantías
procesales, pues se aparta de las causas de pedir y hechos en los que se basan las partes (art. 218.1 LEC )
y de las reglas sobre la carga de las pruebas (art. 217 LEC ), ya que la demanda habla de 10 jilgueros y 2
camachuelos muertos, y la sentencia afirma que se trata de jilgueros siberianos y camachuelos mejicanos,
modificando sustancialmente los hechos del debate. Además, no se ha pronunciado sobre el número de
pájaros muertos en el segundo ataque (incongruencia). Por otro lado denuncia falta de legitimación activa,
al no acreditar el demandante debidamente que era el propietario de los pájaros, la cualidad de los mismos
y su valor económico (las pruebas aportadas son manifiestamente insuficientes). En todo caso, entiende
que no debería incluirse el importe de los jilgueros y camachuelos, porque no son especies susceptibles de
comercio, al estar protegidas. También denuncia la concurrencia de culpa en el actor en el segundo ataque,
al tener abierta la ventana de su vivienda. Por último, considera que no deben imponérsele las costas
ocasionadas.

Del recurso se dio traslado a la otra parte, que se opuso al mismo, pidiendo la confirmación de la
sentencia, con costas.

SEGUNDO.- Hay que comenzar negando que en la sentencia de primera instancia exista infracción
alguna de normas o garantías procesales. No hay una mutación del objeto del proceso, prohibida por el art.
218.1 LEC . En la demanda se habla de determinados pájaros, entre ellos jilgueros y camachuelos, y no se
alteran los hechos de la demanda porque, en el desarrollo del juicio, se precise la subespecie, ya que se
trata de los mismos pájaros, pero de determinada procedencia (mejicanos y siberianos), a consecuencia de
la alegación de la parte demandada de identificarlos como una subespecie concreta (autóctonos). La
distribución de la carga de la prueba no se ha alterado, pues el actor ha sido el que ha propuesto y
practicado prueba sobre ese extremo.

Tampoco hay incongruencia o falta de motivación en la sentencia. Precisamente, frente a un asunto


tan nimio, claro y evidente, el Juzgado de la primera instancia ha dedicado un gran esfuerzo de tiempo y
medios. La sentencia es más que razonada y completa, dando respuestas a las distintas cuestiones,
muchas de ellas artificiosas, que ha planteado la parte demandada. Que no contenga una expresa
respuesta a una determinada cuestión en ningún caso implica falta de motivación o incongruencia, pues
claramente se desprende que se entiende acreditado que el número de pájaros muertos en el segundo
ataque es el que se señala en la demanda, quedando patente el hilo argumental del pronunciamiento del
Juzgado.

En cuanto a la falta de legitimación activa que denuncia el apelante, no es una cuestión procesal, sino
de fondo, pues hace referencia a la titularidad dominical del actor respecto a los canarios y a la
preexistencia de los objetos y su valor. De nuevo este Tribunal ad quem discrepa del recurrente, pues las
pruebas practicadas han sido más que suficientes para acreditar la preexistencia de los animales muertos,
su valor y su propiedad. Téngase en cuenta que en el acto del juicio quedó probado que tales pájaros
fueron adquiridos por el actor en la dos tiendas, cuyos encargados comparecieron al juicio y dieron toda
clase de explicaciones. Ni siquiera era precisa esas pruebas, pues hay fotos y dos testigos que vieron los
restos de los pájaros en la vivienda del actor, ya que, tratándose de bienes muebles, la mera posesión de
los mismos es suficiente para acreditar la propiedad (art. 464 C . c.). La postura del demandado ha sido la
de negarlo todo, pese a haber reconocido inicialmente su responsabilidad ante uno de los testigos. Incluso
su gato, que según él no podía saltar, fue fotografiado en el tejado de la casa y encontrado dentro de la

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habitación donde se criaban los pájaros y atrapado por el actor.

Las pruebas son abundantes, concluyentes y no dejan lugar a duda alguna sobre la realidad de los
hechos base de la pretensión del actor.

TERCERO.- Por lo que respecta a la concurrencia de culpa en el actor, debe rechazarse que el hecho
de que alguien tenga la ventana abierta de su casa sea una negligencia grave que implique una asunción
de culpas. El causante de los daños es el gato del demandado, y éste, sabedor de que acudía a casa del
vecino a cazar sus pájaros, es el obligado a adoptar todas las medidas para impedir que cause daño, no
siendo responsabilidad del vecino adoptar precauciones para que dicho animal deje de perjudique.

Por todo ello, debe rechazarse el recurso planteado.

CUARTO.- En cuanto a las costas de la primera instancia, las pretensiones del demandado han sido
totalmente rechazadas, por lo que el principio del vencimiento objetivo conlleva la imposición de las costas
ocasionadas en dicha instancia. No se aprecian "serias" dudas de hecho o de derecho, muy al contrario,
como ya se ha indicado, el supuesto es claro y sencillo, habiendo sido la actuación del demandado la que
ha complicado sobremanera el pleito, lo que podía haber merecido la sanción de temeridad en orden a las
costas ocasionadas.

Al desestimarse la apelación procede imponerse las costas de la segunda instancia a la apelante, tal
y como establece el artículo 398.1 LEC .

VISTOS los artículos citados y los de general y pertinente aplicación.

FALLO

Que desestimando el recurso de apelación interpuesto por D. Hilario , ante esta Sala representado
por la Procuradora Sra. Sempere Sánchez, contra la sentencia dictada en el juicio verbal seguido con el
número 529/09 ante el Juzgado de Primera Instancia número Dos de Totana , y estimando la oposición al
recurso sostenida por D. Primitivo , ante el Juzgado representado por el Procurador Sr. Hurtado López,
debo CONFIRMAR Y CONFIRMO dicha sentencia, imponiendo al apelante las costas causadas en esta
alzada.

Notifíquese la sentencia y llévese certificación de la misma al rollo de esta Sala y a los autos del
Juzgado, al que se devolverán para su ejecución y cumplimiento.

Así por esta mi sentencia, contra la que no cabe recurso ordinario, definitivamente juzgando, lo
pronuncio, mando y firmo.

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