3 diciembre 2017
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Deca que la vigilancia, de que habla el evangelio, no es sino otro
nombre de la atencin. Gracias a ella, habitamos el momento presente,
dejndonos fluir con la vida misma.
Pero, para ello, debido a la inercia de un funcionamiento que nos haba
encerrado en la mente, necesitamos una prctica continuada, que nos vaya
adiestrando en desarrollar una capacidad de presencia tal que,
progresivamente, nos conduzca a hacernos conscientes de nuestra identidad
ms profunda.
Esta es, precisamente, la riqueza que el presente encierra: al venir a la
Presencia, experimentamos que somos ella misma. El yo es slo un objeto
dentro de la Presencia consciente que somos.
Pero esta identidad no est al alcance del pensamiento; emerge, cuando
la mente se silencia. Reljate, hazte presente a ti mismo/a, suelta todos los
pensamientos y preocupaciones, y qudate slo aqu y ahora En ese mismo
momento, te apercibirs de que Todo es. Djate estar ah, en el desnudo
estar
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