(Gen. 22:1-17)
Cuando mi hijo era pequeño tenía muchos amigos y a varios de ellos los llevábamos al templo.
Uno de ellos decidió bautizarse, pero su mamá habló con él y le dijo: no es malo, pero primero
diviértete eres muy joven. ¿A qué aspectos de la vida consagramos a nuestros hijos? Al T.V., a la
diversión, a hipocresía, a un vicio, a las fiestas, a la riqueza, etc.
Dios decidió ver hasta qué punto estaba dispuesto Abraham a obedecerle. Le pidió que sacrifique
a su hijo. Abraham llevó a su hijo hasta el monte, una vez allí preparó el altar de holocausto y
cuando estaba a punto de degollar a Isaac, Dios lo detuvo, le dijo que había demostrado que en
realidad le obedecía y le amaba mucho.
Abraham es un ejemplo vivo de que nuestros hijos deben ser consagrados a Dios. En esta porción
encontramos tres cosas que debes hacer para que tus hijos vivan entregados a Dios.
1
Usted debe preparar su hogar para que en él se adquieran los hábitos espirituales que van
a ser inculcados en sus hijos. Es su responsabilidad, muchas personas quieren milagros
cuando ven que los hijos ya están sumergidos en un mundo destructivo, pero cuando es el
tiempo de hacer preparativos para el sacrificio no hacen nada, creen que con solo venir a
la iglesia van a convertirse en personas dedicadas a Dios.
2
1.- Levantarse temprano, no creas que porque les hablas de Dios, los llevas a la iglesia ya
serán espirituales y consagrados tienes que ocuparte en todo lo que tiene que ver con la
consagración de tus hijos a Dios.
2.- Adorar, enseñar a amara a Dios, enseñarles a leer y creer en la palabra de Dios,
ayudarle con sus dudas, enseñar a levantar un altar para Dios, ellos te deben ver
adorando, practicando y celebrando la presencia de Dios en todo lugar.
3.- Extendió su mano para degollarlo, Tus hijos deben saber que te corresponde a ti
decidir en su consagración de ellos a Dios y no a ellos mismos y que tomarás decisiones
radicales sobre el pecado dentro del hogar (firmeza). (Jos. 24:15)
Gocese 10