Traducción y Diagramación:
Paulo Devai
Prefacio
Hace quinientos años, un monje llamado Martín Lutero publicó Las Noventa y
Cinco Tesis, y al hacerlo, señaló el comienzo del gran despertamiento protestante
y empezó un movimiento de reforma en las iglesias de su época. Desafió muchas
creencias y prácticas arraigadas y colocó a Cristo, el Salvador, al frente de la
Cristiandad. Lutero puso en marcha un movimiento que ha llevado a muchos
al estudio de las Escrituras. Muchos cristianos tienen hoy diversas opiniones
y argumentos sobre Cristo y su vida terrenal. Aunque muchos hablan de qué
significa la justicia de Cristo, Dios busca hoy un pueblo que demuestre al mundo
su justicia a través de la manera en que viven sus vidas cada día.
“No es suficiente argüir en defensa de la verdad. La evidencia más eficaz de
su valor se ve en una vida piadosa; sin esto las afirmaciones más concluyentes
carecerán de peso y de poder persuasivo, pues nuestra fortaleza radica en estar
relacionados con Dios por su Espíritu Santo.”—The Review and Herald, 20 de
marzo de 1888.
“Se ha hecho abundante provisión para que todos los que desean vivir una
vida piadosa puedan tener gracia y fortaleza mediante Jesús nuestro divino
Redentor... Los siervos de Dios han de recibir paz y fortaleza de la Fuente de
su fortaleza y al hacerlo, encontrarán que la vida está llena de felicidad y paz...
Todo el ser debe ser consagrado a Dios, ya que nuestro precioso Salvador nunca
compartirá un corazón dividido. Nuestras inclinaciones y deseos deben estar
bajo el control del Espíritu de Dios, y entonces seremos fortalecidos para pelear
la buena batalla de la fe.”—A Fin de Conocerle, pág. 94.
“[Cristo] dijo por boca de su discípulo amado: ‘Ciertamente vengo en
breve’, y Juan responde: ‘Amén; sí, ven, Señor Jesús’ (Apocalipsis 22: 20, 21).
Jesús pronunció estas palabras como un mensaje de advertencia y aliento para
su pueblo, ¿y por qué no las tendremos en cuenta? El Señor ha dicho que será el
siervo fiel y prudente quien será encontrado velando y esperándolo.”—Reflejemos
a Jesús, pág. 250.
Es nuestra ferviente oración a Dios que, mientras estudiamos las lecciones
de este trimestre, sigamos la guía de su Espíritu y hagamos nuestra la justicia de
Cristo. Al entregar completamente nuestras vidas a la dirección de Dios, él nos
usará como sus instrumentos para compartir el gran mensaje de Cristo nuestro
Salvador vivo a los que están a nuestro alrededor y así apresurar la venida del
Señor. Que todos lleguemos a una experiencia más profunda, que nos volvamos
al Señor de todo corazón, confesemos nuestros defectos, obtengamos la seguridad
del perdón de nuestros pecados y permitamos que él nos limpie, de forma que su
justicia llegue a ser la nuestra.
Ofrenda del Primer Sábado—Para restauración de la sede la Unión Sud Sudamericana en Argentina
“He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas
el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4).
“Celoso, ardiente y abnegado, sin más temor que el temor de Dios y sin
reconocer otro fundamento de la fe religiosa que el de las Santas Escrituras,
fue Lutero el hombre de su época. Por su medio realizó Dios una gran obra
para reformar a la iglesia e iluminar al mundo.”—El Conflicto de los Siglos,
pág. 129.
Lectura adicional: El Conflicto de los Siglos, págs. 129–154; 209–218.
Domingo ^
1 de octubre
Año Bíblico: Mateo 1-4
“Los ángeles del cielo estaban a su lado [de Lutero] y rayos de luz del trono
de Dios revelaban a su entendimiento los tesoros de la verdad. Siempre había
tenido temor de ofender a Dios, pero ahora se sentía como nunca antes con-
vencido de que era un pobre pecador.
“Un sincero deseo de librarse del pecado y de reconciliarse con Dios le in-
dujo al fin a entrar en un claustro para consagrarse a la vida monástica.”—El
Conflicto de los Siglos, págs. 131, 132.
c. Mientras subía la escalera de Pilato sobre sus rodillas, ¿qué verdad funda-
mental de la Biblia se hizo clara para Lutero? Romanos 1:17.
Ofrenda del Primer Sábado—Para restauración de la sede la Unión Sud Sudamericana en Argentina
de las indulgencias, ¿cómo enseñó que nuestras obras no pueden expiar
el pecado? Gálatas 2:16; Hechos 20:21.
b. ¿Cómo solamente podemos ser salvos del pecado y mediante quién? Ro-
manos 1:16; Efesios 2:8–10.
“La fe que nos capacita para recibir los dones de Dios, es en sí misma un
don del cual se imparte una porción a cada ser humano. Aumenta a medida
que se la usa para asimilar la Palabra de Dios. A fin de fortalecer la fe debemos
ponerla a menudo en contacto con la Palabra.”—La Educación, págs. 253, 254.
“Ahora, hermanos, ustedes se han adiestrado de tal manera en dudas e
interrogantes que tienen que educar sus almas en la línea de la fe. Tienen que
hablar de la fe, vivir la fe, actuar por fe, para que puedan crecer en la fe.”—Fe
y Obras, pág. 79.
Ofrenda del Primer Sábado—Para restauración de la sede la Unión Sud Sudamericana en Argentina
104.
“La Palabra de Dios, por medio de la cual probaba Lutero cada doctrina y
cada aserto, era como una espada de dos filos que penetraba en los corazones
del pueblo. Por doquiera se notaba un gran deseo de adelanto espiritual. En
todas partes había hambre y sed de justicia como no se habían conocido por
siglos. Los ojos del pueblo, acostumbrados por tanto tiempo a mirar los ritos
humanos y a los mediadores terrenales, se apartaban de éstos y se fijaban, con
arrepentimiento y fe, en Cristo y Cristo crucificado.”—El Conflicto de los Siglos,
pág. 143.
Viernes ^
6 de octubre
Año Bíblico: Mateo 13-14
Domingo ^
8 de octubre
Año Bíblico: Mateo 18-20
“La única definición del pecado es la que da la Palabra de Dios: ‘El pecado
es transgresión de la ley;’ es la manifestación exterior de un principio en pugna
con la gran ley de amor que es el fundamento del gobierno divino.”—El Con-
flicto de los Siglos, pág. 547.
“Pero cuando entró el pecado, rompieron su relación con Dios, y la luz que
los había circuido se apartó. Desnudos y avergonzados, procuraron suplir la
falta de los mantos celestiales cosiendo hojas de higuera para cubrirse.”—Pala-
bras de Vida del Gran Maestro, pág. 252.
“Esto es lo que los transgresores de la ley de Dios han hecho desde el día
en que Adán y Eva desobedecieron. Han cosido hojas de higuera para cubrir
la desnudez causada por la transgresión. Han usado los mantos de su propia
invención; mediante sus propias obras han tratado de cubrir sus pecados y
hacerse aceptables a Dios.”—Ídem., págs. 252, 253.
c. ¿Qué engaño nos lleva a creer que podemos hacernos aceptables ante
Dios? Jeremías 17:9; Isaías 64:6.
c. ¿Qué pregunta ha sido hecha por los pecadores desde la caída y cuál es la
única respuesta? Job 9:2; 25:4–6; Juan 1:29.
“En toda congregación hay almas que están insatisfechas. Cada sábado
deberían oír algo que les ayudara en el camino de la salvación y les enseñara
cómo llegar a ser mejores cristianos. Lo importante para ellos es saber: ¿Cómo
puede un pecador ser justificado delante de Dios? Que el camino de la salva-
ción sea presentado ante ellos con sencillez. Elevar a Jesús es la única esperan-
za del pecador.”—The Review and Herald, 7 de octubre de 1909.
Viernes ^
13 de octubre
Año Bíblico: Marcos 1-3
Domingo ^
15 de octubre
Año Bíblico: Marcos 6-7
“La gracia que Cristo derrama en el alma es la que crea en el hombre ene-
mistad contra Satanás. Sin esta gracia transformadora y este poder renovador,
el hombre seguiría siendo esclavo de Satanás, siempre listo para ejecutar sus
órdenes. Pero el nuevo principio introducido en el alma crea un conflicto allí
donde hasta entonces reinó la paz. El poder que Cristo comunica habilita al
hombre para resistir al tirano y usurpador. Cualquiera que aborrezca el peca-
do en vez de amarlo, que resista y venza las pasiones que hayan reinado en
su corazón, prueba que en él obra un principio que viene enteramente de lo
alto.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 560.
“Cristo fue el Cordero muerto desde la fundación del mundo. Para muchos
ha sido un misterio el que se necesitaran tantas ofrendas de sacrificio en la
antigua dispensación, el por qué tantas víctimas sangrantes fueron llevadas
al altar. Pero la gran verdad que debía mantenerse delante de los hombres, e
imprimirse en su mente y corazón, era ésta: ‘Sin derramamiento de sangre, no
se hace remisión.’ Hebreos 9:22. En cada sacrificio sangrante estaba simboli-
zado el ‘Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.’ Juan 1:29.”—Nuestra
Elevada Vocación, pág. 49.
c. ¿Qué dijo Dios a Caín sobre el plan divino, y qué reveló la respuesta de
Caín sobre sí mismo? Génesis 4:6–8.
“[Caín] pensó que sus propios planes eran mejores, y que el Señor se aven-
dría a su procedimiento. Caín en su ofrenda no reconoció su dependencia de
Cristo. Pensó que su padre Adán había sido tratado duramente al ser expulsado
del Edén. La idea de conservar ese pecado siempre ante la mente, y ofrecer la
sangre del cordero inmolado como una confesión de la dependencia de un
poder ajeno a sí mismo, era una tortura para el soberbio espíritu de Caín.”—
Testimonios para los Ministros, págs. 74, 75.
“El fariseo sube al templo a adorar, no porque sienta que es un pecador que
necesita perdón, sino porque se cree justo, y espera ganar alabanzas. Considera
su culto como un acto de mérito que lo recomendará a Dios.”—Palabras de Vida
del Gran Maestro, pág. 116.
b. ¿Cómo frustra esta actitud la gracia de Dios y por qué? Gálatas 2:21.
“El fariseo y el publicano representan las dos grandes clases en que se di-
viden los que adoran a Dios. Sus dos primeros representantes son los dos pri-
meros niños que nacieron en el mundo. Caín se creía justo, y sólo presentó a
Dios una ofrenda de agradecimiento. No hizo ninguna confesión de pecado,
y no reconoció ninguna necesidad de misericordia. Abel, en cambio, se pre-
sentó con la sangre que simbolizaba al Cordero de Dios. Lo hizo en calidad
de pecador, confesando que estaba perdido; su única esperanza era el amor
inmerecido de Dios. Dios apreció la ofrenda de Abel, pero no tomó en cuenta
a Caín ni a la suya. La sensación de la necesidad, el reconocimiento de nuestra
pobreza y pecado, es la primera condición para que Dios nos acepte.”—Ídem.,
págs. 117, 118.
c. ¿Cómo se manifiesta esta actitud general en casi todas las religiones fal-
sas? Romanos 10:2, 3.
“La clase de adoradores que sigue el ejemplo de Caín abarca la mayor parte
del mundo; pues casi todas las religiones falsas se basan en el mismo principio,
a saber, que el hombre puede depender de sus propios esfuerzos para salvarse.
Afirman algunos que la humanidad no necesita redención, sino desarrollo,
y que ella puede refinarse, elevarse y regenerarse por sí misma. Como Caín
pensó lograr el favor divino mediante una ofrenda que carecía de la sangre del
sacrificio, así obran los que esperan elevar a la humanidad a la altura del ideal
divino sin valerse del sacrificio expiatorio. La historia de Caín demuestra cuál
será el resultado de esta teoría. Demuestra lo que será el hombre sin Cristo.
La humanidad no tiene poder para regenerarse a sí misma. No tiende a subir
hacia lo divino, sino a descender hacia lo satánico.”—Patriarcas y Profetas, págs.
60, 61.
“El Señor vio nuestra condición caída. Vio nuestra necesidad de gracia, y
porque amaba nuestras almas, nos ha dado gracia y paz. La gracia significa un
favor para alguien que no lo merece, para alguien que está perdido. El hecho
de que seamos pecadores, en vez de rechazarnos apartándonos de la misericor-
dia y del amor de Dios, hace que la práctica del amor de Dios sea para nosotros
una necesidad positiva a fin de que seamos salvados.”—Mensajes Selectos, tomo
1, pág. 407.
c. ¿Qué nos enseñan las túnicas de pieles provistas por Dios a nuestros
primeros padres sobre la promesa de la redención? Génesis 3:21; Isaías
61:10.
“Es una gloria para Dios rodear a los seres humanos pecaminosos y arre-
pentidos con los brazos de su amor, vendar sus heridas, limpiarlos de pecado y
cubrirlos con las vestiduras de salvación.”—Profetas y Reyes, pág. 493.
“Ningún manto hecho de hojas de higuera, ningún vestido común a la
usanza mundana, podrán emplear aquellos que se sienten con Cristo y los
ángeles en la cena de las bodas del Cordero.
“Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dig-
nos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa
de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente.”—Palabras de Vida
del Gran Maestro, pág. 253.
“Alma desalentada, anímate aunque hayas obrado impíamente. No pienses
que quizá Dios perdonará tus transgresiones y permitirá que vayas a su presen-
cia. Dios ha dado el primer paso. Aunque te habías rebelado contra él, salió a
buscarte. Con el tierno corazón del pastor, dejó las noventa y nueve y salió al
desierto a buscar la que se había perdido. Toma en sus brazos de amor al alma
lastimada, herida y a punto de morir, y gozosamente la lleva al aprisco de la
seguridad.”—Ídem., pág. 147.
Viernes ^
20 de octubre
Año Bíblico: Lucas 1
“Sólo Cristo es exaltado por ‘Príncipe y Salvador, para dar a Israel arre-
pentimiento y remisión de pecados’. ‘Y en ningún otro hay salud’ (Hechos
5:31; 4:12).”—Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 208.
Lectura adicional: Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 265–268.
Domingo ^
22 de octubre
Año Bíblico: Lucas 4-5
1. EL SUSTITUTO DIVINO
a. ¿Qué sucedió el mismo día en que Adán y Eva pecaron? Génesis 3:21.
“Para Adán el ofrecimiento del primer sacrificio fue una ceremonia muy
dolorosa. Tuvo que alzar la mano para quitar una vida que sólo Dios podía dar.
Por primera vez iba a presenciar la muerte, y sabía que si hubiese sido obedien-
te a Dios no la habrían conocido el hombre ni las bestias. Mientras mataba a la
inocente víctima temblaba al pensar que su pecado haría derramar la sangre
del Cordero inmaculado de Dios. Esta escena le dio un sentido más profundo y
vívido de la enormidad de su transgresión, que nada sino la muerte del querido
Hijo de Dios podía expiar. Y se admiró de la infinita bondad que daba seme-
jante rescate para salvar a los culpables. Una estrella de esperanza iluminaba el
tenebroso y horrible futuro, y le libraba de una completa desesperación.”—Pa-
triarcas y Profetas, págs. 54, 55.
“Cristo fue tratado como nosotros merecemos a fin de que nosotros pudié-
semos ser tratados como él merece. Fue condenado por nuestros pecados, en
los que no había participado, a fin de que nosotros pudiésemos ser justificados
por su justicia, en la cual no habíamos participado. El sufrió la muerte nuestra,
a fin de que pudiésemos recibir la vida suya.”—El Deseado de Todas las Gentes,
págs. 16, 17.
b. ¿Pueden los seres humanos presentar una obediencia perfecta por sí mis-
mos? Isaías 64:6.
“Era posible para Adán, antes de la caída, conservar un carácter justo por
la obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos
una naturaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos.
Puesto que somos pecadores y malos, no podemos obedecer perfectamente
una ley santa. No tenemos por nosotros mismos justicia con que cumplir lo
que la ley de Dios demanda. Más Cristo nos ha preparado una vía de escape.
Vivió sobre la tierra en medio de pruebas y tentaciones tales como las que
nosotros tenemos que arrostrar. Sin embargo, su vida fue impecable. Murió
por nosotros y ahora ofrece quitarnos nuestros pecados y vestirnos de su justi-
cia.”—El Camino a Cristo, pág. 62.
“El Redentor del mundo, el Hijo unigénito de Dios, por su obediencia per-
fecta a la ley, por su vida y carácter, redimió lo que se había perdido en la caída,
y permitió al hombre obedecer esa santa ley de justicia que Adán había trans-
gredido. Cristo no cambió su divinidad por la humanidad, sino que combinó
la humanidad con la divinidad; y en la humanidad vivió la ley en favor de la
familia humana. Los pecados de todos los que reciben a Cristo fueron puestos
a su cuenta, y él ha satisfecho plenamente la justicia de Dios.”— Special Testi-
monies on Education, pág. 21.
“Debido a que el hombre caído no podía vencer a Satanás con su fuerza hu-
mana, Cristo vino desde la corte real del cielo para ayudarle con su fuerza hu-
mana y divina combinadas. Cristo sabía que Adán en el Edén con sus ventajas
superiores podría haber resistido las tentaciones de Satanás y haberlo vencido.
También sabía que no era posible para el hombre fuera del Edén, separado de
la luz y del amor de Dios desde la caída, resistir las tentaciones de Satanás con
su propia fuerza. A fin de traer esperanza al hombre y salvarlo de la ruina com-
pleta, se humilló a sí mismo para tomar la naturaleza del hombre, para que con
su poder divino combinado con el humano pudiera alcanzar al hombre donde
estaba. Obtuvo para los hijos e hijas caídos de Adán aquella fuerza que es im-
posible que ellos obtengan por sí mismos, para que en su nombre puedan ven-
cer las tentaciones de Satanás.”—The Review and Herald, 18 de agosto de 1874.
5. EL DESAFÍO DIVINO
a. ¿Qué pregunta sin respuesta hizo Cristo a sus enemigos? Juan 8:46.
Viernes ^
27 de octubre
Año Bíblico: Lucas 14-16
Justificación por la Fe
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1).
“La luz que he recibido de Dios coloca este importante tema más allá de
todo interrogante en mi mente. La justificación es enteramente por gracia y
no se consigue por ninguna obra que el hombre caído pueda realizar.”—Fe y
Obras, pág. 18.
Lectura adicional: Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 456–466.
Domingo ^
29 de octubre
Año Bíblico: Lucas 19-20
2. UN EJEMPLO DE JUSTIFICACIÓN—ABRAHÁN
a. ¿Cómo le fue imputada justicia a Abrahán? ¿Qué mérito tienen las obras
para obtener la justificación? Génesis 15:1, 5, 6.
“Y mientras [el gran Médico] pasaba, ella [la pobre mujer enferma con
flujo de sangre] extendió la mano y alcanzó a tocar apenas el borde de su
manto; pero en aquel momento supo que había quedado sana. En aquel toque
se concentró la fe de su vida, e instantáneamente su dolor y debilidad fueron
reemplazados por el vigor de la perfecta salud...
“El Salvador podía distinguir el toque de la fe del contacto casual de la mu-
chedumbre desprevenida. Una confianza tal no debía pasar sin comentario.
Él quería dirigir a la humilde mujer palabras de consuelo que fuesen para ella
un manantial de gozo; palabras que fuesen una bendición para sus discípulos
hasta el fin del tiempo.”—El Deseado de Todas las Gentes, págs. 311, 312.
“Él no dio oportunidad a que la superstición proclamase que había una
virtud sanadora en el mero acto de tocar sus vestidos. No era mediante el con-
tacto exterior con él, sino por medio de la fe que se aferraba a su poder divino,
cómo se había realizado la curación.”—Ídem., pág. 312.
“Del simple relato de la Biblia de cómo Jesús sanaba a los enfermos po-
b. ¿Qué ejemplo del hombre restaurado a la salud debería ser seguido por
nosotros? Marcos 11:24.
Viernes 3 de noviembre
^ Año Bíblico: Juan 6-8
PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL
1. ¿Qué es necesario para ser justificado?
2. ¿Cómo se puede demostrar que la justificación no es obtenida mediante las
obras?
3. ¿Qué lección podemos aprender de la experiencia de la mujer entre la gente
que se aglomeraba alrededor de Jesús?
4. ¿Qué permitió al hombre enfermo recibir la bendición y también nos permi-
tirá recibir bendiciones?
5. ¿Cómo podemos recibir y beneficiarnos de la fe?
Fe que Justifica
“¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre,
cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe
actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por
las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó
a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de
Dios” Santiago 2:21–23.
Domingo ^
5 de noviembre
Año Bíblico: Juan 11-12
b. ¿Qué luz podemos recibir de las Escrituras acerca de las condiciones para
la vida eterna? Mateo 19:16, 17, 20, 21.
b. ¿Qué indica si sólo tenemos una fe casual o una fe que justifica? Santiago
2:18.
“Pero si bien es cierto que [el creyente] es justificado por los méritos de
Cristo, no está en libertad de proceder injustamente. La fe obra por el amor y
purifica el alma. La fe brota, florece y da una cosecha de precioso fruto. Donde
está la fe, aparecen las buenas obras. Los enfermos son visitados, se cuida de los
pobres, no se descuida a los huérfanos ni a las viudas, se viste a los desnudos,
se alimenta a los desheredados. Cristo anduvo haciendo bienes, y cuando los
hombres se unen con él, aman a los hijos de Dios, y la humildad y la verdad
guían sus pasos. La expresión del rostro revela su experiencia y los hombres
advierten que han estado con Jesús y que han aprendido de él. Cristo y el cre-
yente se hacen uno, y la belleza del carácter de Cristo se revela en los que están
vitalmente relacionados con la Fuente de poder y de amor. Cristo es el gran
depositario de la rectitud que justifica y de la gracia santificante.”—Mensajes
Selectos, tomo 1, pág. 466.
“Hay muchos que tienen una fe legal y casual. Han aceptado nominal-
mente a Cristo como el Salvador del mundo, pero no hay evidencia en sus co-
razones de que él es su Salvador personal, que ha perdonado sus pecados, que
tienen una conexión viva con Dios, la fuente de toda luz. No pueden enseñar
a otros de Jesús y su justicia, no pueden retratar su incomparable amor y la
plenitud de su gracia, no pueden ser descriptos como cristianos cabales, como
consoladores y guías de los hombres, a menos que su propio corazón esté lleno
de su amor. No serán capaces de presentar a Dios como un Dios de compasión
y amor a menos que puedan decir: ‘He probado y sé que el Señor es bueno.’”—
The Signs of the Times, 2 de septiembre de 1889.
3. LA FE QUE JUSTIFICA
a. ¿Cuándo un pecador es justificado por la fe? ¿En qué condición debe
mantenerse el alma? Hechos 16:30, 31.
“La fe salvadora es una transacción por la cual los que reciben a Cristo se
unen con Dios mediante un pacto. La fe genuina es vida. Una fe viva significa
un aumento de vigor, una confianza implícita por la cual el alma llega a ser
una potencia vencedora.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 313.
“El apóstol Santiago vio los peligros que surgirían al presentar el tema de la
justificación por la fe, y trató de demostrar que la fe genuina no puede existir
sin las obras correspondientes. Se presenta el caso de Abrahán. ‘¿No ves —
dice— que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por
las obras?’ De modo que la fe genuina efectúa una obra genuina en el creyente.
La fe y la obediencia producen una sólida y valiosa vida cristiana.
“Hay una creencia que no es una fe salvadora. La Palabra declara que
los demonios creen y tiemblan. La pretendida fe que no obra por el amor y
purifica el alma, no justificará a hombre alguno... Abrahán creyó a Dios. ¿Y
cómo sabemos que creyó? Sus obras comprobaron el carácter de su fe, y su fe
le fue contada por justicia.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de
White], tomo 7, pág. 948.
“La fe que sirve para ponernos en contacto vital con Cristo expresa de
nuestra parte una suprema preferencia, perfecta confianza, entera consagra-
ción. Esta fe obra por el amor y purifica el alma. Obra en la vida del seguidor
de Cristo la verdadera obediencia a los mandamientos de Dios, pues el amor a
Dios y el amor al hombre serán el resultado de la relación vital con Cristo.”—
Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 392, 393.
“Cuando Dios actúa en el corazón y el hombre entrega su voluntad a Dios
y coopera con Dios, efectúa en la vida lo que Dios realiza mediante el Espíritu
Santo y hay armonía entre el propósito del corazón y la práctica de la vida.
Debe renunciarse a cada pecado como a lo aborrecible que crucificó al Señor
de la vida y de la gloria, y el creyente debe tener una experiencia progresiva
al hacer continuamente las obras de Cristo. La bendición de la justificación
se retiene mediante la entrega continua de la voluntad y la obediencia conti-
nua.”—Ídem., págs. 464, 465.
5. ILUSTRACIONES DE FE VERDADERA
a. ¿Qué estaba dispuesto a sacrificar el mercader a fin de obtener la perla
verdadera? ¿Qué representa la perla verdadera? Mateo 13:45, 46.
“La justicia de Cristo, cual pura y blanca perla, no tiene defecto ni mancha.
Ninguna obra humana puede mejorar el grande y precioso don de Dios. Es
perfecto. En Cristo ‘están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conoci-
miento.’ Colosenses 2:3.”—Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 87.
“Hay algunos que parecen estar siempre buscando la perla celestial. Pero no
hacen una entrega total de sus malos hábitos. No mueren al yo para que Cristo
viva en ellos. Por lo tanto no encuentran la perla preciosa. No han vencido
la ambición no santificada y el amor a las atracciones mundanas. No toman
la cruz y siguen a Cristo en el camino de la abnegación y de la renunciación
propia. Casi cristianos, aunque todavía no totalmente, parecen estar cerca del
reino de los cielos, pero no pueden entrar. Casi, pero no totalmente salvos, sig-
nifica ser no casi sino totalmente perdidos.”—Palabras de Vida del Gran Maestro,
págs. 89. 90.
Viernes ^
10 de noviembre
Año Bíblico: Hechos 4-6
El Llamamiento al Arrepentimiento
“A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y
Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de
pecados” Hechos 5:31.
Domingo ^
12 de noviembre
Año Bíblico: Hechos 9-10
5. TODO O NADA
a. ¿Qué nos pide Dios que le demos y qué implica esto? Proverbios 23:26;
Lucas 14:33.
“Dios requiere la entrega completa del corazón antes de que pueda efec-
tuarse la justificación.”—Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 429.
“Al consagrarnos a Dios, debemos necesariamente abandonar todo aquello
que nos separe de él. Por esto dice el Salvador: ‘Así, pues, cada uno de vosotros
que no renuncia a todo cuanto posee, no puede ser mi discípulo’ (Lucas 14:33).
Debemos dejar todo lo que aleje el corazón de Dios. Los tesoros son el ídolo
de muchos. El amor al dinero y el deseo de las riquezas son la cadena de oro
que los tienen sujetos a Satanás. Otros adoran la reputación y los honores del
mundo. Una vida de comodidad egoísta, libre de responsabilidad, es el ídolo de
otros. Mas deben romperse estos lazos de servidumbre. No podemos consagrar
una parte de nuestro corazón al Señor y la otra al mundo. No somos hijos de
Dios a menos que lo seamos enteramente.”—El Camino a Cristo, págs. 43, 44.
Viernes ^
17 de noviembre
Año Bíblico: Hechos 23-25
Perdón
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).
Domingo ^
19 de noviembre
Año Bíblico: Romanos 1-3
1. MEDIANTE CRISTO
a. ¿Qué nos ofrece Dios a través de la redención que Jesucristo realizó y con
qué objetivo? Colosenses 1:14. Hechos 26:17, 18
“Jesús conoce las circunstancias que rodean a cada alma. Tú puedes decir:
Soy pecador, muy pecador. Puedes serlo; pero cuanto peor seas, tanto más ne-
cesitas a Jesús. Él no se aparta de ninguno que llora contrito... Ordena a toda
alma temblorosa que cobre aliento. Perdonará libremente a todo aquel que
acuda a él en busca de perdón y restauración...
“A las almas que se vuelven a él en procura de refugio, Jesús las eleva por
encima de las acusaciones y contiendas de las lenguas. Ningún hombre ni
ángel malo puede acusar a estas almas. Cristo las une a su propia naturaleza
divino-humana.”—El Deseado de Todas las Gentes, págs. 521, 522.
“El propósito del Gran Maestro es la restauración de la imagen de Dios en
el alma.”—Fundamentals of Christian Education, pág. 436.
b. ¿Qué parte tiene Cristo hoy al perdonar a los pecadores? Hebreos 4:15; 1
Timoteo 2:5.
b. ¿En qué se debe creer realmente a fin de que seamos vencedores? Marcos
2:5.
b. ¿Hasta qué punto debemos perdonar a aquellos que nos han ofendido?
Lucas 17:3, 4.
“[Pablo] pide a Tito que instruya a la iglesia que mientras confíe en los mé-
ritos de Cristo para la salvación, la gracia divina, morando en sus corazones,
los guiará a una fiel ejecución de todos los deberes de la vida.”—The Sanctified
Life, pág. 87.
Viernes ^
24 de noviembre
Año Bíblico: 1 Corintios 1-4
Ofrenda del
Ofrenda delPrimer
PrimerSábado
Sábado
Para una capilla en Nepal
46 Lecciones
Lecciones
Bíblicas Bíblicas
Sabáticas, octubre-diciembre,
Sabáticas, ?????-?????, 2017
20##
Lección 9 Sábado, 2 de diciembre de 2017
^ Año Bíblico: Gálatas 4-6
Nacido de Dios
“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el
pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y
el maligno no le toca” (1 Juan 5:18).
Domingo ^
26 de noviembre
Año Bíblico: 1 Corintios 10-13
1. LA INVITACIÓN
a. ¿Qué invitación ofrece Jesús a todos? Mateo 11:28–30.
“Es un error creer que debes arrepentirte antes de que puedas venir a Jesús.
Ven a Cristo tal como eres y contempla su amor hasta que tu duro corazón sea
quebrantado.”—The Review and Herald, 3 de septiembre de 1901.
b. ¿Cómo explicó Jesús esta verdad más claramente a Nicodemo y qué quiso
decir con ella? Juan 3:4–6.
“Jesús continuó diciendo: ‘Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que
es nacido del Espíritu, espíritu es.’ Por naturaleza, el corazón es malo, y ‘¿quién
hará limpio de inmundo? Nadie.’ Job 14:4. Ningún invento humano puede
hallar un remedio para el alma pecaminosa. ‘La intención de la carne es ene-
mistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.’
‘Del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones,
hurtos, falsos testimonios, blasfemias.’ Romanos 8:7; Mateo 15:19. La fuente
del corazón debe ser purificada antes que los raudales puedan ser puros. El que
está tratando de alcanzar el cielo por sus propias obras observando la ley, está
intentando lo imposible. No hay seguridad para el que tenga sólo una religión
legal, sólo una forma de la piedad. La vida del cristiano no es una modificación
o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Se produce
una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio pue-
de ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo.”—El Deseado
de Todas las Gentes, pág. 143.
3. DANDO UN GIRO
a. ¿Qué bendición esencial incluye también el evangelio y por qué? Gálatas
3:14; Hechos 3:26.
b. ¿Por qué es imposible por nosotros mismos dejar una vida pecaminosa?
Romanos 8:7.
“Se oye el viento entre las ramas de los árboles, por el susurro que produce
en las hojas y las flores; sin embargo es invisible, y nadie sabe de dónde viene
ni adónde va. Así sucede con la obra del Espíritu Santo en el corazón. Es tan
inexplicable como los movimientos del viento. Puede ser que una persona no
pueda decir exactamente la ocasión ni el lugar en que se convirtió, ni distin-
guir todas las circunstancias de su conversión; pero esto no significa que no se
haya convertido. Mediante un agente tan invisible como el viento, Cristo obra
constantemente en el corazón. Poco a poco, tal vez inconscientemente para
quien las recibe, se hacen impresiones que tienden a atraer el alma a Cristo. Di-
chas impresiones pueden ser recibidas meditando en él, leyendo las Escrituras,
u oyendo la palabra del predicador viviente. Repentinamente, al presentar el
Espíritu un llamamiento más directo, el alma se entrega gozosamente a Jesús.
Muchos llaman a esto conversión repentina; pero es el resultado de una larga
intercesión del Espíritu de Dios; es una obra paciente y larga.”—El Deseado de
Todas las Gentes, págs. 143, 144.
“El pecador puede resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo;
pero si no se resiste será atraído a Jesús; un conocimiento del plan de la salva-
ción lo guiará al pie de la cruz, arrepentido de sus pecados, que han causado
los sufrimientos del amado Hijo de Dios.”—El Camino a Cristo, pág. 26.
c. ¿Qué luz usa Dios para cambiar nuestros corazones? 2 Corintios 4:6.
“Cristo debe ser revelado al pecador como el Salvador que muere por los
pecados del mundo; y cuando consideramos al Cordero de Dios sobre la cruz
del Calvario, el misterio de la redención comienza a abrirse a nuestra mente y
Viernes ^
1 de diciembre
Año Bíblico: Gálatas 1-3
Santificación
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que
antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel
que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos,
porque yo soy santo” (1 Pedro 1:14–16).
Domingo ^
3 de diciembre
Año Bíblico: Efesios 1-3
3. LA OBRA DE SANTIFICACIÓN
a. Aunque tenemos la justicia de Cristo que nos es imputada, ¿cómo es la
obra de santificación que se debe realizar y con qué propósito? 1 Tesalo-
nicenses 5:23.
b. ¿Cómo se logra esto? ¿Qué parte tiene el pecador en ella? Tito 3:5.
4. SANTIFICACIÓN BÍBLICA
a. ¿Qué es la santificación bíblica? ¿Qué implica? 1 Tesalonicenses 3:13.
“El cristiano sentirá las tentaciones del pecado, pero luchará continuamen-
te contra él. Aquí es donde se necesita la ayuda de Cristo. La debilidad huma-
na se une con la fuerza divina, y la fe exclama: ‘A Dios gracias, que nos da la
victoria por el Señor nuestro Jesucristo’ 1 Corintios 15:57.”—El Conflicto de los
Siglos, pág. 523.
“Ningún arrepentimiento que no obre una reforma es genuino. La justicia
de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni
abandonados; es un principio de vida que transforma el carácter y rige la con-
ducta. La santidad es integridad para con Dios: es la entrega total del corazón
y la vida para que revelen los principios del cielo.”—El Deseado de Todas las
Gentes, pág. 509.
“Nadie es un cristiano vivo a menos que tenga una experiencia diaria en
las cosas de Dios y practique diariamente la abnegación al llevar alegremente
la cruz y seguir a Cristo. Cada cristiano ha de avanzar diariamente en la vida
divina. Mientras avanza hacia la perfección, experimenta cada día una conver-
sión a Dios; y esta conversión no es completa hasta que logra la perfección del
carácter cristiano, una preparación completa para el toque final de la inmorta-
lidad.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pág. 448.
5. LA PRUEBA DE LA SANTIFICACIÓN
a. ¿Cuál es la experiencia del corazón en el cual es realizada la obra de san-
tificación? ¿Qué será un gozo especial para los tales? Salmo 119:14–16.
Viernes ^
8 de diciembre
Año Bíblico: 2 Tesalonicenses 1-3
“La justicia es la práctica del bien, y es por sus hechos por lo que todos
han de ser juzgados. Nuestros caracteres se revelan por lo que hacemos. Las
obras muestran si la fe es genuina o no.”—Palabras de Vida del Gran Maestro,
pág. 254.
Lectura adicional: Fe y Obras, págs. 94–97.
Domingo ^
10 de diciembre
Año Bíblico: 2 Timoteo 1-4
“Los que han recibido a Cristo deben revelar en el hogar lo que la gracia
ha hecho en su favor. ‘A todos los que le recibieron, dióles potestad de ser he-
chos hijos de Dios, a los que creen en su nombre.’ Compenetra al verdadero
creyente en Cristo una autoridad consciente que hace sentir su influencia en
toda la familia. Resulta favorable para la perfección del carácter de todos sus
miembros.”—El Hogar Cristiano, pág. 30.
b. ¿Qué actitud debemos tener hacia aquellos que nos rodean en el hogar?
Colosenses 3:12, 13.
“De todo hogar cristiano debería irradiar una santa luz. El amor debe ex-
presarse en hechos. Debe manifestarse en todas las relaciones del hogar y re-
velarse en una amabilidad atenta, en una suave y desinteresada cortesía.”—
Ídem., pág. 31.
“La bondad y la tolerancia mutuas harán del hogar un paraíso y atraerán a
los ángeles santos al círculo familiar.”—Ídem., pág. 382.
“Cultivad la simpatía hacia los demás. Dejad que la alegría, la bondad y el
amor compenetren el hogar. Ello intensificará el amor por los ejercicios religio-
sos, y los deberes grandes y pequeños se cumplirán con corazón animoso.”—
Ídem., págs. 392, 393.
b. ¿Qué consideración especial debemos tener unos por los otros en la fe?
Romanos 12:10.
“Así como los miembros de una familia fiel cuidan unos de otros, aten-
diendo a los enfermos, soportando a los débiles, enseñando a los que no saben,
educando a los inexpertos, así también los de ‘la familia de la fe’ han de cuidar
de sus necesitados y desvalidos. De ninguna manera han de desentenderse de
ellos.”—El Ministerio de Curación, pág. 153.
“Debemos obtener esa medida de la gracia de Cristo que ha de capacitarnos
para morar juntos en amor y unidad en esta vida, pues en caso contrario no
podremos morar juntos en la vida venidera.”—Cada Día con Dios, pág. 372.
“Cuanto más nos acerquemos a Cristo tanto más cerca estaremos uno del
otro. Dios queda glorificado cuando su pueblo se une en una acción armóni-
ca.”—El Hogar Cristiano, pág. 158.
b. ¿Qué atributo de Dios debemos tratar de imitar en nuestro trato con los
demás? Salmo 119:88; 69:16.
Viernes ^
15 de diciembre
Año Bíblico: Hebreos 11-13
Completos en Cristo
“Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo
principado y potestad” (Colosenses 2:10).
Domingo ^
17 de diciembre
Año Bíblico: 1 Pedro 1-2
“El ideal de Dios para sus hijos es más elevado de lo que puede alcanzar el
más sublime pensamiento humano. ‘Sed, pues, vosotros perfectos, como vues-
tro Padre que está en los cielos es perfecto.’ Esta orden es una promesa. El plan
de redención contempla nuestro completo rescate del poder de Satanás. Cristo
separa siempre del pecado al alma contrita. Vino para destruir las obras del dia-
blo, y ha hecho provisión para que el Espíritu Santo sea impartido a toda alma
arrepentida, para guardarla de pecar.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 277.
“El ideal del carácter cristiano es la semejanza con Cristo. Como el Hijo del
hombre fue perfecto en su vida, los que le siguen han de ser perfectos en la
suya. Jesús fue hecho en todo semejante a sus hermanos. Se hizo carne, como
somos carne. Tuvo hambre y sed, y sintió cansancio. Fue sostenido por el ali-
mento y refrigerado por el sueño. Participó de la suerte del hombre, aunque
era el inmaculado Hijo de Dios. Era Dios en la carne. Su carácter ha de ser el
nuestro.”—Ídem., pág. 278.
b. Habiendo sido justificados por la fe, ¿en qué condición debemos perma-
necer? Colosenses 4:12 (última parte).
c. Como nuestro mediador, ¿qué es lo que Jesús nunca deja de hacer por los
que permanecen en él mediante la fe? Hebreos 7:25 (última parte).
“Jesús está en el Lugar Santísimo, para comparecer por nosotros ante la pre-
sencia de Dios. Allí, no cesa de presentar a su pueblo momento tras momento,
como completo en él. Pero, por estar así representados delante del Padre, no
hemos de imaginar que podemos abusar de su misericordia y volvernos descui-
dados, indiferentes y licenciosos. Cristo no es el ministro del pecado. Estamos
completos en él, aceptados en el Amado, únicamente si permanecemos en él
por fe.”—Fe y Obras, págs. 111, 112.
“El que está intentando alcanzar el cielo por sus propias obras al guardar
la ley, está intentando un imposible. El hombre no puede ser salvado sin la
obediencia, pero sus obras no deben ser propias. Cristo debe efectuar en él
tanto el querer como el hacer la buena voluntad de Dios. Si el hombre pudiera
salvarse por sus propias obras, podría tener algo en sí mismo por lo cual regoci-
jarse. El esfuerzo que el hombre pueda hacer con su propia fuerza para obtener
la salvación está representado por la ofrenda de Caín. Todo lo que el hombre
pueda hacer sin Cristo está contaminado con egoísmo y pecado, pero lo que se
efectúa mediante la fe es aceptable ante Dios. El alma hace progresos cuando
procuramos ganar el cielo mediante los méritos de Cristo. Contemplando a
Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, podemos proseguir de fortaleza
en fortaleza, de victoria en victoria, pues mediante Cristo la gracia de Dios ha
obrado nuestra completa salvación.”—Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 426, 427.
c. ¿Cómo solamente son aceptables nuestras buenas obras ante Dios? He-
breos 7:25.
“Los servicios religiosos, las oraciones, la alabanza, la confesión arrepen-
tida del pecado ascienden desde los verdaderos creyentes como incienso ante
el santuario celestial, pero al pasar por los canales corruptos de la humanidad,
se contaminan de tal manera que, a menos que sean purificados por sangre,
nunca pueden ser de valor ante Dios. No ascienden en pureza inmaculada, y a
menos que el Intercesor, que está a la diestra de Dios, presente y purifique todo
por su justicia, no son aceptables ante Dios. Todo el incienso de los taberná-
culos terrenales debe ser humedecido con las purificadoras gotas de la sangre
de Cristo. Él sostiene delante del Padre el incensario de sus propios méritos, en
los cuales no hay mancha de corrupción terrenal. Recoge en ese incensario las
oraciones, la alabanza y las confesiones de su pueblo, y a ellas les añade su pro-
pia justicia inmaculada. Luego, perfumado con los méritos de la propiciación
de Cristo, asciende el incienso delante de Dios plena y enteramente aceptable.
Así se obtienen respuestas benignas.”—Ídem., pág. 404.
“Nunca podremos ver a nuestro Señor en paz, a menos que nuestras almas
estén inmaculadas. Debemos llevar la perfecta imagen de Cristo. Cada pensa-
miento debe ser puesto en sujeción a la voluntad de Cristo. Como lo expresa
el gran apóstol, debemos alcanzar ‘la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo.’ Nunca llegaremos a esta condición sin un esfuerzo ferviente. Debemos
luchar diariamente contra el mal externo y el pecado interior, si queremos al-
canzar la perfección del carácter cristiano.”—Mensajes Selectos, tomo 3, pág. 167.
“Mediante el sacrificio que se hizo por nosotros, los pecados pueden ser
perfectamente perdonados. No dependemos de lo que el hombre puede hacer,
sino de lo que Dios puede hacer por el hombre mediante Cristo. Cuando nos
entregamos enteramente a Dios, y creemos con plenitud, la sangre de Cristo
nos limpia de todo pecado. La conciencia puede ser liberada de condenación.
Mediante la fe en su sangre, todos pueden encontrar la perfección en Cristo
Jesús. Gracias a Dios porque no estamos tratando con imposibilidades. Pode-
mos pedir la santificación. Podemos disfrutar del favor de Dios. No debemos
inquietarnos por lo que Cristo y Dios piensan de nosotros, sino que debe in-
teresarnos lo que Dios piensa de Cristo, nuestro Sustituto... Dios muestra a la
persona arrepentida y creyente, que Cristo acepta la entrega del alma para
moldearla según su propia semejanza.”—Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 36, 37.
“Cuando Cristo reina en el alma, hay pureza, libertad del pecado. Se cum-
ple en la vida la gloria, la plenitud, la totalidad del plan evangélico. La acepta-
ción del Salvador produce un resplandor de perfecta paz, y amor perfecto, de
perfecta seguridad. La belleza y fragancia del carácter de Cristo, reveladas en la
vida, testifican de que Dios ha enviado ciertamente a su Hijo al mundo, para
ser su Salvador.”—Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 346.
Viernes ^
22 de diciembre
Año Bíblico: 2 Juan, 3 Juan, Judas
Domingo ^
24 de diciembre
Año Bíblico: Apocalipsis 3-5
“El Señor nos ha enviado mensajes para este tiempo a fin de establecer el
cristianismo sobre una base eterna, y todos los que creen la verdad presente no
deben apoyarse en su propia sabiduría, sino en la de Dios; y deben levantar los
cimientos de generación y generación. Ellos serán registrados en los libros del
cielo como reparadores de portillos, restauradores de calzadas para habitar. De-
bemos sostener la verdad porque es la verdad, haciendo frente a la más intensa
oposición. Dios está influyendo en las mentes humanas; el hombre no actúa
solo. El gran poder iluminador procede de Cristo; el brillo de su ejemplo ha
de mantenerse delante de la gente en cada conversación.”—Comentario Bíblico
ASD [Comentario de E. G. de White], tomo 4, pág. 1174.
2. UNIDAD DE FE
a. ¿Qué dones permiten a los sinceros creyentes del Adviento discernir las
verdades especiales para estos tiempos? 1 Corintios 12:28.
“Dios está sacando a un pueblo del mundo para colocarlo sobre la exaltada
plataforma de la verdad eterna, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Él
quiere disciplinar y preparar a sus hijos. No estarán en desacuerdo, creyendo
uno una cosa, y teniendo otro una fe y opiniones totalmente opuestas, mo-
viéndose cada uno independientemente del cuerpo. Por la diversidad de los
dones y ministerios que él ha puesto en la iglesia, todos pueden llegar a la uni-
dad de la fe. Si un hombre adopta sus puntos de vista referentes a la Biblia sin
considerar la opinión de sus hermanos, y justifica su conducta alegando que
tiene derecho de profesar sus propias opiniones peculiares, y luego las impone
a otros, ¿cómo podrá cumplirse la oración de Cristo?”—Testimonios para los
Ministros, págs. 29, 30.
“El Espíritu Santo, el Consolador, que Jesús dijo que enviaría al mundo, es
el que cambia nuestro carácter a la imagen de Cristo, y cuando esto se logra,
reflejamos como en un espejo la gloria del Señor; es decir, el carácter del que
así contempla a Cristo es tan semejante al del Señor, que el que lo mira ve el
propio carácter de Cristo que brilla como procedente de un espejo. En for-
ma imperceptible para nosotros somos transformados día tras día, de nuestros
propios caminos y nuestra propia voluntad a los caminos y a la voluntad de
Cristo, a la belleza de su carácter. Así crecemos en Cristo e inconscientemente
reflejamos su imagen.”—The Review and Herald, 28 de abril de 1891.
3. EL JUICIO
a. ¿Qué gran escena fue mostrada al profeta Daniel, y cuándo comenzó?
¿Cómo el ministerio de Cristo está asociado a ella? Daniel 7:9, 10, 13, 14;
1 Juan 2:1; Daniel 8:14.
“[Se cita Daniel 7:13, 14.] La venida de Cristo descrita aquí no es su segunda
venida a la tierra. Él viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el
dominio y la gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de
mediador. Es esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la
profecía predijo que había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844. Acom-
pañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar
santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su
ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer
expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella.”—El Conflicto
de los Siglos, págs. 533, 534.
“Se pone sobre los tentados, probados, pero fieles hijos de Dios, el manto
sin mancha de la justicia de Cristo. El remanente despreciado queda vestido de
gloriosos atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por las corrupciones
del mundo. Sus nombres permanecen en el Libro de la Vida del Cordero, regis-
trados entre los fieles de todos los siglos. Han resistido los lazos del engañador;
no han sido apartados de su lealtad por el rugido del dragón. Ahora están
eternamente seguros de los designios del tentador.”—Testimonios para la Iglesia,
tomo 5, pág. 450.
c. ¿En qué condición espiritual debemos estar cuando Jesús venga? Hebreos
12:14; 2 Pedro 3:14.
“‘Procurad con diligencia que seáis hallados de él sin mácula, y sin repren-
sión, en paz’ 2 Pedro 3:14. Esta es la norma para alcanzar la cual cada cristia-
no debiera luchar, no en su habilidad natural, sino a través de la gracia que
Jesucristo le ha concedido. Luchemos para dominar todo pecado, y para ser
capaces de reprimir toda expresión impaciente e irritante.”—Nuestra Elevada
Vocación, pág. 237.
“Satanás no pudo encontrar nada en el Hijo de Dios que le permitiese ga-
nar la victoria. Cristo guardó los mandamientos de su Padre y no hubo en él
ningún pecado de que Satanás pudiese sacar ventaja. Esta es la condición en
que deben encontrarse los que han de poder subsistir en el tiempo de angus-
tia.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 681.
b. ¿Qué es dicho de aquellos que son vencedores y por lo tanto están pre-
parados para encontrarse con Jesús en su segunda venida? Apocalipsis
14:12.
“El pueblo que tiene el nombre de Dios; los que en esta tierra han dado tes-
timonio de su lealtad. ¿Quiénes son? Los que han guardado los mandamientos
de Dios y el testimonio de Jesucristo; los que han tenido al Crucificado como
su Salvador.”—Ídem., pág. 992.
“No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer en él. La única fe
que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos
pone en posesión de sus méritos. Muchos estiman que la fe es una opinión.
La fe salvadora es una transacción por la cual los que reciben a Cristo se unen
con Dios mediante un pacto. La fe genuina es vida. Una fe viva significa un
aumento de vigor, una confianza implícita por la cual el alma llega a ser una
potencia vencedora.”—El Deseado de Todas las Gentes, págs. 312, 313.
Viernes ^
29 de diciembre
Año Bíblico: Apocalipsis 17-18