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Desearfa, en primet lugar, felicitai a Marie-Héléne Brousse por haber organizado este seminario angl6fono en Paris. Estoy verdaderamente sor- prendido de ver aqui a casi cien per- sonas de diferentes paises. Deseaba que se retomara este seminario angl6~ fono. Hubo hace ya unos afios una serie en Paris, luego lo interrumpi- mos. Como eso me preocupaba, le pedi a Marie-Hélene Brousse de relanzarlo, Es una ocasi6n importante para mf constatar que la audiencia del Campo freudiano en los paises angl6- fonos, lejos de haber disminuido, aumenté en numero y en importancia desde hace diez afios. El Campo freu- diano no esté, a mi parecer, suficien- temente representado en el mundo angl6fono, algo que tenemos la inten- sién de cambiar. El Campo freudiano desea promoverse con vigor en el mundo anglosajén ~en Gran Bretafia, en los Estados Unidos, en Australia— ya otros paises donde el inglés es itual para transmitir la ensefianza de Lacan y nuestra accién. Cor elegi: = una = * “ 10. = es en s{ misma como im efecto rer. no del desarrollo pragmético de su ensefianza a lo largo de treinta afios de seminario. Tengo la intencién de darles, en esta exposicién informal sobre el concepto de psicosis ordina- ria, un mayor eco del uso préctico que hacemos de este término desde hace muchos afios con mis colegas, entre los cuales muchos hani contribuido a darle un sentido més preciso. América dividida Freud se planteé Ja famosa pregun- ta: “2Qué quiere una mujer?”. El se la planteé en tanto que hombre. Quizd en tanto que mujer también. A pesar de tener atrés treinta afios de ensefian- 2a de Lacan, nosotros no tenemos la respuesta. Sin embargo, la hemos bus- cado. No se trata por lo tanto de una cuestién de discriminacién. “Conferencia pronuinciada en el eminario angléfono “Psicosis ordinaria” realizado en Pests en julio de 2008 y publicada en la revista Quarto 4-95, enero de 2008, en Bruselas (ECE) y en Freudiana-N° 58 en abril de 2010, cuya treduccién realizaron Sandra Aris y Catherine Galaman. Agradecemos a la responsable de Freudiana, Gabriela yalas traducto- tas de la ELF, su colaboracién para esta publicacién. La traduccién que aqui publicamos corresponde a Damasia Amadeo de Freda. Caldero ®* 14: ano 2040. ‘Tengo otra pregunta que me ha perturbado durante ajios: “;Qué quieren los americanos?”. ;Tengo la respuesta! Una respuesta parcial. Quieren a Slavoj Zizek. Quieren al Lacan de Slavoj Zizek. Lo prefieren por sobre el Lacan del Campo freu- diario. Quiz4, por el momento. La pregunta es la siguiente. 2Ellos quieren conceptos bien definidos? {Quieren un espacio. para discutir? Un espacio de disputa?, lo que es el caso con los conceptos de psicoandlisis. Otto Kenberg, por ejemplo, decia estar muy perturbado por el hecho de que no podia atrapar la definicién exacta de los conceptos lacanianos. “Cambian todo el tiempo”, decia. Pueden imaginarse bien al querido Otto -que lee francés- buscando y queriendo encontrar en Lacan la defi- nicién del Nombre del Padre, del sig- nificante... y no encontrar una, sino una pluralidad de definiciones. E1 encuentra definiciones contradictorias y se encuentra siempre perdido en la ensefianza de Lacan. ES que és muy dificil dar sentido a esos cambios cons- tantes en las significaciones de los con- ceptos de Lacan. Quizd sea porque Otto es de descendencia alemana, Los. prusianos, se sabe, quieren significa- ciones muy rigidas, pero a decir ver- dad, esto incluye también al espfritu americano, Recuerdo que Kernberg, mientras yo daba una conferencia en New York en 1985 -la tinica que di en. la IPA-, cuando terminé, en una de las preguntas que me plantes me decia: "Pero, el cincuenta por ciento de la vida psiquica son los afectos”. xComo hacta 1 para medir el cincuenta por iento de la vida psiquica? Sin embar- 0, jera Otto Kernberg! El queria defi- niciones precisas. Y es, en parte, lo que Jos americanos quieren: un saber bien definido, utilizable, con néimeros. Por otra parte, tengo Ja sensacién de que los americanos reclaman un espacio para transmitir sus opiniones, pata poder decir: “Tt piensas asf, yo pienso de otra manera. Yo tengo mi propia idea”, sin por eso faltarle el respeto al prestigio y al saber. Es una forma muy democrética de cuestio- nar el saber del Otro. Tengo la impresién de que el alma americana o el espfritu americano, si me lo permiten, se encuentra desga- rrado entre, por un lado, un deseo por la extrema precisién y los nime- ros y, por otro, el deseo de ser capaz de expresar el propio pensamiento y de seguir las propias ideas. La psicosis ordinaria se sitéa més bien sobre esta segunda vertiente. Es Ja raz6n por Ia cual la elegi para reno- var este seminario, ie Todo el mundo es bienvenido para dar su impresiGn y su definicién de la psicosis ordinaria. Yo no inven- 6 un concepto con la psicosis ordina- ria. Inventé una palabra, una expre- sién, un significante, dando un esbo- zo de definicién para atraer los dife- rentes sentidos, los diferentes reflejos de sentidos alrededor de ese signifi- cante. No di un saber-hacer sobre la utilizacién de ese significante. Hice la apuesta de que ese significante podia provocar un eco en el clinico, en el profesional. Querfa que tomara am- plitud y ver hasta dénde podia llegar esta expresién, Estaba inspirado por lo que Lacan hhabfa hecho con el pase. Saben que ero no dio més que una definicién esbozada, porque no que- ria que la gente lo imitara. Si ustedes dicen que pueden reconocer el fin del andlisis. cuando el sujeto hace esto 0 aquello o dice esto o aquello, todo el mundo va a hacerlo inmediatamente. Es el caso de la Universidad. Si tienen. necesidad de una nota, deben decir las cosas de una cierta manera y en-un cierto estilo. Y entonces la gente se conforma con eso y vive en un mun- do de-sombras, una “Ciudad de fan- tasmas”, como en el artfculo de Jean- Louis Gault!, Debo confesarles que la Universidad es una ciudad de fantas- mas con gente que imita lo que son supuestos ser. Lacan dio solo un esbo- 20 de definicién del pase y propuso que se experimente para ver, una vez definido el momenio, lo que surgia, aquello a Jo que la gente contribuiria. Quisiera hacer algo de ese tipo con la psicosis ordinaria. Y creo que eso atrajo el sentido en potencia. Mucha gente se acetcé luego para decir: “jYo conozco un caso de psicosis Ahora puedo reflexionar sobre la raz6n por la cual habia sentido en su momento la necesidad, Ia urgencia y Ja utilidad de inventar ese sintagma, psicosis ordinaria. Dirfa que era para +Gault, J-L,, Quarto 94-95, pags. 66-71. wip Saben que cada significante es fun- damentalmente definido, en la teorfa de Roman Jackobson ~que es una teo- fa antigua en la actualidad-, por su posicién en telacién a if teoauna falta de si que tenfamos esencialmente una clf- nica binaria, neurosis o psicosis. Un “o bien o bien” absoluto. Tenfamos también la perversin, pero ella no pesaba de la misma forma en la balanzs Ja i a los clinicos, a mos los analistas, a los psicoterapeutas, preguintarse si su paciente era neur6- tico 0 psicético. Cuando ustedes reci- ian a esos analistas en control, po- dfan verlos retomar, afio tras afio, ese 10, NO; o he decidido por el momento”. Y eso continué ast durante afios. Clara- mente, no era una manera satisfacto- tia de considerar las cosas. Caldero Era claramente una dificultad en Jos casos de histeria. Cuando en la histeria no hay una identificacién nar- cisista al propio cuerpo “suficiente- mente buena” -ese “suficientemente. buena” es un término wirinicottiano que me gusta mucho-, porque en la hhisteria tienen a menudo algunas marcas de una cierta ausencia del cuerpo, un cierto abandono del cuer- po, entonces podfan preguntarse si este abandono llegaba hasta el punto de no concernir yaa la histeria sino a la psicosis. Vefan asf gente que inten- taba, durante afios, decidir de qué lado estaba su paciente. O bien, cuan- do tienen sujetos que testimonian de un vacio que experimentan en sf mis- mos, pueden preguntarse si ese vacfo es también histérico. jBs el sujeto barrado que reenvfa a la nada en la neurosis? 0 es el vacio psic6tico, el agujero psicbtico? Aunque, afio tras afio, a pesar de la diferenciacién supuestamente absoluta entre la neu- rosis y la psicosis, sobre la base de la forclusién del Nombre del Padre =verdadero credo lacaniano: “yo te bautizo neurético si hay Nombre del Padre, yo te bautizo psicético si no lo hay”-, ciertos casos tenfan el aspecto de éStar entre los dos. Y esta frontera termind, a lo largo del tiempo -en el control y en la préctica-, por ensan- charse. {Un ensanchamiento creciente como el que ustedes encuentran alre- dedor de su cintura! NIP Entonces, habfa algo que no iba bien porque, Si/€fal tina netirosis) 6 era una psicosis y, si era una psicosis, no era una neurosis. La psicosis ordinaria era una forma de introducir el tercero excluti- do por la construccién binaria, unién- dose al mismo tiempo a la posicién del lado derecho del binario. “kK Era una manera de decir, por ejem- plo, -que (SiibivieronduranteNanos razones para dudar de la neurosis del sujeto, pueden apostar a que se trata més bien de un psicético ordinario. Cuando se trata de: la.‘neurosis, {Ustedes lo deben saber! La contribu- cién de ese concepto permitia decir que la neurosis no es un fondo de pantalla (wallpaper). La neurosis es una estructura muy precisa. Si no reconocen la estructura muy precisd de la neurosis del paciente, pueden apostar o deben intentar apostar a que 3 una psicosis disimulada, una psicosis velada. No es, pues, seguro que la psicosis ordinaria sea una categoria objetiva.. Se tienen que preguntar si es una cate- goria de la cosa-en-si. {Pueden decir que la psicosis ordinaria existe objeti- vamente en la clinica? No es seguro. La psicosis ordinaria interesa al saber de ustedes, a la posibilidad que tienen de conocer algo del paciente, Ustedes - dicen: “psicosis ordinaria”, cuando no reconocen signos evidentes de neuro- sis;y asf son conducidos a decir que es una psicosis disimulada, una psicosis velada. Una psicosis dificil de recono- cer tal cual, pero que deduzco de pequefios indices variados, Se trata més de una categoria epistémica que objetiva. Esta tiltima conciemelainines: tra manera de conocerla. EPISTENE La construcci6n lacaniana de la psicosis en los Escritos 1. El mundo imaginario movedizo En su texto dlésico sobre la psicosis, “La’ cuestiOn preliminar..”? de los Escritos, de todos modos, Lacan debu- ta con laneurosis, £l piensa la psicosis en la perspectiva de la neurosis. Hace derivar la estructura de Ja psicosis de la de la neurosis, como una variacién de la ‘estructura fundamental de la neurosis 0 de la normalidad. Hay una conexi6n entre neurosis y normalidad: el complejo de Edipo, En Lacan ~y en Freud ‘igualmente-, el complejo de Edipo ~que Lacan traduce como meté- fora paterna- es tanto el fundamento de la realidad comin como de la neu- rosis. El complejo de Edipo es el lazo entre normalidad y neurosis, Podemos decir que Ja neurosis es la normalidad, Una persona supuestamente normal es un neurético que no sufre de su neurosis 0 que no sufre demasiado de su neurosis, 0 més todavia, que no cura su neurosis por el andlisis, que cura su neurosis viviendo. ;Es menos interesante! Es més interesante curarla neurosis por el andlisis, pero la gente no piensa siempre asf y sigue vivien- do. Y entonces, me siento como el doc- tor Knock, en la famosa obra de teatro francesa de principio de siglo, que decidfa que todo el mundo estaba enfermo sin saberlo. zCual es la base comtin entre neu- rosis y psicosis desde el punto de vista de Lacan? ;Cudl es el inicio de la vida pstquica? El inicio dela vida pst- quica en el Lacan clasico es lo que Hama Jo imaginario, Considera que todo. el mundo comienza por lo ima- ginario. Es el Lacan clésico. Esto se puede poner en tela de juicio porque est la incidencia del lenguaje. En efecto, desde el inicio el sujeto estd inmerso en el lenguaje, Pero SHS texto dlésico sobre la psicosis, como €n casi fodos sus textos de los Escritos ~a excepcién de los tltimos-- acai construy6 la dimensién fundamental del sujeto como perteneciendo a la dimensién imaginaria. Es, pues, el nacimiento supuesto comin, que sea un.futuro neurético, un futuro nor- mal, un futuro perverso, un futuro psicético, depende de cémo habite, podriamos decir, el estadio del espejo. El estadio del espejo es la primera estructura del mundo primario del sujeto, lo que indica que es un mundo muy inestable. El mundo estructura- do por el estadio del espejo es un mundo de transitivismo. Transiti- vismo quiere decir que nojsabeniisi son ustedes 0 el otro el que lo ha hecho. Es cuando el nifio le da un golpe al compafiero y dice: “El me peg6”. Tienen ahi una confusién: “(Soy yo o-es él?”. Este és un buen ejemplo para entender que se trata de un mundo de arenas movedizas. Es un mundo inestable, un mundo sin consistencia. Es un mundo de som- bras. En el primer seminario de Lacan, esa es la forma en que describe el mundo primario 0, més bien, la manera en que se construye. Digo “construye” porque hay que comen- zar por hacer abstraccién del lengua- je que esté presente desde el inicio, Es a partir de ahi que estructura la psi- “Lacan, J, “De una cuestiOn preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1957-58), Escritos 2, Siglo Veintiuno editores, Bs. As., 1989, pags. 513-564, Calder cosis, Jam mund nado nifio-s esto e el mu: locure ‘igo cosis. Es también para él el mundo de Ja madre. BS) /stiptestamente in mundo cuya fuerza pulsional es la del ‘Deseo de la Madre, el deseo desorde- nado de la madre con respecto al nifio-sujeto. De una cierta manera, esto equivale a decir que Ja locura es i mundo primario. Es un mundo de Jocura. 2. El orden simbélico El orden simbélico viene en un segundo tiempo de esta construccién. Es anivel simbélico que se debe insis- tir sobre la palabra “orden”. Estarfa- mos tentados de decir “el orden ima- ginario”, “el orden real”, pero es ine- xacto. En efecto, esto quiere decir que el orden viene al mundo imaginario con lo simbélico. La estructura laca- niana introduce lo simbélico -el len- guaje, la metéfora paterna~ como la potencia que impone el orden, que impone la jerarquia, la estructura, la constancia, que estabiliza el mundo imaginario moyedizo. Lacan conden- sa esta potencia, esta potencia orde- natriz de lo simbélico, con el Nombre del Padre -utilizo la P maydscula” ra representar la palabra francesa “Pere"— que es un elemento-en més. Es un plus (+) que tiene como conse- cuencia un mengs (-), un goce en menos. El goce imaginario, que vuel- ve posible el mundo imaginario, es expulsado, sustrafdo. Y encuentran, en todo el texto'de Lacan, la idea segtin la cual él goce es evacuado por Tosimb6lieo! Lacan utiliza esta expre- sién de diferentes maneras. Podemos hablar de exttacci6n, de Stistraccién, pero_es siempre Ja misma idea. Cuando se introduce el elemento ordenador del Nombre del Padre, se obtiene una sustracci6n a nivel de la libido, del goce y de las pulsiones. En términos del falo tenemos el falo ima- ginario completo (#) de un lado, y del otro el menos-phi (-9) que quiere decir “castracién”, la palabra freudiana para esta sustraccién de goce. +NP_® -J (9) A partir.de ese momento, como bien saben, Lacan eonstriye lalpsico: sis como una falta del Nombre del Padre, Po y la falta de ese falo castra- do que escribe py. Tenemos dos agi- jeros correlativos.sobre el esquema 1 ~debernos escribirlo asf, con tres fle- chas- a nivel del goce, que es de hecho un “demasiado”. Si el goce imaginario que est4 “en. demasiado’. contintia existiendo, en- tonces el Nombre del Padre no es operatorio. Esto quiere decir que inenios phi no és opexatorio) De hecho, es menos-phi cero. No voy a explicar de nuevo esta construccién de la psi- cosis en Lacan, pero lo que introduce al mismo tiempo, mientras que lee el caso Schreber, es la idea de'la metéfo- falldélirante! No tiene la metéfora paterna normal en el caso Schreber pero, en un momento preciso, se nos revela el hecho de que nO/eStAunidS al significante del Nombre del Padre, desencadenando su psicosis extraor- EPISTEME 18 initial Luego de un primer tiempo de perplejidad del mundo -un mundo que antes estaba estabilizado, ‘habfa Ilegado a obtener una posicién muy elevada como magistrado, su mundo tenfa su. orden, pero Gianido fue solicitado para responder desde el punto de vista del Nombre del Padre, no alcanz6 y se desencadené entonces su psicosis extraordinaria~ observa- ‘mos una suerte de mundo ordenado que se reorganiza a sf mismo. Schreber logré armar progresivamen- te un mundo vivible. Lacan dice que € no tiene una metéfora paterna, sino més bien una metéfora delirante. ‘De todos modos,|um delirio es simbélico. Un delirio es un cuento simbélico. Un delirio es también ca- paz de ordenar un mundo. Pregin- tense silo que ordena nuestro mundo no es, en gran parte, delirante. Si lo trasladan al saber cientifico, esas his- torias de Dios-todo-poderoso, de madre, padre, etc, los conducen a decir que es un delirio. No dirfa esto “no osarla-, pero la gente del siglo Xvi osaban decir que, en efecto, en parte es un delirio. El Campo freu- diano es un delirio, no tiene una exis- tencia bien delimitada. Es algo para unas miles de personas en el mundo que hablan del Campo freudiano, pero eso no tiene existencia precisa a decir verdad. Cuando leen a propési- to de Mohammed ~Dios no permita que yo diga lo que sea, contra Mol .d- que se fue solo, que lle- vaba un mensaje divino y que escri- bfa, ese discurso ordené a un millon de personas en el mundo. Era un délirio GiviNG! En efecto, la hipétesis segdn la cual |anjdelirioipuedejordes nar el mundo no es completamente tirada de los pelos. ca Schreber tenfa un delirio privado; é1no pudo lograr hacer de su delirio tun delitio para todos en la Prusia de finales del siglo 0x. Lo tuvo que pri- vatizar. Mont6 una empresa delirante para él solo: Entonces, pueden tener un orden simbélico delirante. Del nombre propio al predicado Debo decir que en su tiltima ense- fianza, Lacan est prOximo a decir que todo el orden simbélico es un delirio, induida su propia construccién del orden simbélico. La vida no tiene nin- gin sentido. |Producir sentido 8 ya delitanitel Es una conviccién profun- damente inculcada en Lacan. En la practica, (euando comprenden lo que el paciente dice, estan capturados por su delirio, por su manera de producir sentido. El trabajo de ustedes, en tanto que clinicos, no es comprender lo que el paciente dice. De esa manera, uste- des no participan de su delirio. El tra- bajo de ustedes es captar la manera particular, ins6lita de dar sentido a las cosas, de. volverle a dar siempre el snismo sentido a las cosas, de dar sen- tido a la repeticién en la vida. Esto introduce un cambio de esta- tuto para él Nombre del Padre. En los textos clasicos de Lacan, se utiliza el Nombre del Padre en tanto que nom- bre propio. Cuando preguntamos: “E] sujeto, ;tiene Nombre del Padre o no tiene Nombre del Padre?”, utilizamos légicamente el Nombre del Padre como nombre propio, el nombre pro- pio de un elemento particular que se llama el Nombre del Padre. Siguiendo la idea del orden simbélico delirante, podemos decir que el Nombre del Padre no es més un nombre propio, Idero Ha Escuela sinc cas Not ler su Pad pier cua afio reci me mat pre: Sch. anti psic lisis vad cdr ord; ido; irio ide pu inte ner ase: que itio, del vya fun- ala que por ucir anto que iste- tra- aera alas eed asta- ad ‘om- "EL 2 no adre pto- te se mdo ante, del dpio, sino un predicado definido en la légi- casimbdlica, NP (x) Un elemento tal funciona como Nombre del Padre para el sujeto. Este elements es el principio que ordena su mundo. Eso no es el Nombre del Padre, pero tiene la cualidad, la pro- piedad. Es igualmente muy itil cuando pensamos en el hecho de que Schreber levé una vida aparente- mente normal durante cincuenta afios. Su psicosis se desencadend recién cuando tenfa cincuenta y un afios, durante lo que se lama en medicina el climaterio de la vida masculina. La idea nos ayuda a com- prender cémo podia funcionar su munidoy {Qué habria pasado si Schreber hubiese venido al andlisis antes del desencadenamiento de su psicosis? No habfa todavia psicoand- lisis en esa época, pero imaginense si 41 hubiera sido tratado_por Freud. Quiz4 antes de los cincuenta y un afios ustedes podrian ya haber obser- vado particularidades en la construc- cién de su mundo que Jes habria hecho decir que era un psicético ordi- mario. Freud no conocia la psicosis ordinatia es evidente que 61 conocia muchas otras cosas mucho més importantes, pero quizd lo que nosotros llamamos pBicosis Ordiania es una psicosis que no se manifiesta hasta su desencadenamiento. Es, por ejemplo, una de las maneras de cap- tar el concepto sobre el cual ustedes debatieron, Entorices, la _cuesti6n se centra sobre el Nombre del Padre en tanto * Bidem, pg. 540 que predicado. Eso quiere decir que es un sustituto sustituido. El] Nombre del Padre se sustituye él mismo al Deseo de la Madre, impone su orden al Deseo de la Madre. ¥ lo que lama- mos el predicado del Nombre del Padre es un elemento que es una suerte de make-believe del Nombre del Padre, un compensatory make-believe (un hacer creer compensatorio) del Nombre del Padre,-una CMB-en la psicosis. |Vamos'a hacer creer ~make- believe- que estamos haciendo un estudio altamente:cientifico! ;Y debe- rfamos decir que tenemos la intencién de observar y de hacer una lista com- pleta de todas las formas posibles de CMB en la psicosis! De hecho, es més dificil que eso, Es més dificil que este tipo de bromas. “Un desorden [...] en la juntura mas intima del sentimiento de la vida en el sujeto.”> {Qué intentamos captar hablando de la psicosis ordinaria? Es decir, cuando la psicosis no va de suyo, cuando no tiene el aspecto de ser una neurosis, cuando no tiene Ja firma de laneurosis ni la estabilidad ni la cons- tancia ni la repeticién de Ja neurosis, Una neurosis es algo estable, una for- maci6n estable. Cuando ustedes no ‘comprueban-—es también una prueba para el clinico- (que tienen los ele: mentos bien definidos, bien recorta- dos de la neurosis, la repeticién cons- tante y regular de lo mismo-, y cuan- do no tienen claros fenémenos de psi- cosis extraordinaria, entonces llegan a decir que es una psicosis, zunque no sea manifiesta sino, por el contrario, disimulada. Deben entonces ponerse a la biis- queda de pequefios indices. Es una df- nica muy delicada. A menudo es una cuestién de intensidad. Una cuestién de ms o menos. E80 los orienta hacia To que Lacan lama “un desorden pro- vocado en Ja juntura més fntima del sentimiento de la vida en el sujeto” 4 Es la frase sobre la cual insisto desde hace afios en mis cursos y en las discu- siones'con mis colegas, en la pégina 224 del tomo II de los Escritos. En Ja excelente edicién angléfona de Bruce Fink, en la pagina 466, est traducido por “a disturbance”. Esa eg una muy buena traduccién de desorden. El no pone trastorno, que habria sido un tér- mino del DSM, sino “disturbance”: “a disturbance that accuredat the inmost juncture of the subject’s sens of life’®. Y bien, es es0 lo que buscamos en la psi- cosis ordinaria, Hse desorden en la jun- tura més fntima del sentimiento de la vida en el sujeto, “Sens of life” se tra- duce por “sentimiento de ia vida’. Es un término muy sincrético, “el senti- miento de la vida” o “cémo viven ustedes su propia vida”. Es muy dificil de analizar ese término. Los psiquia- tras intentaron delinear ese “senti- miento de la vida”. Ellos hablan de sintesis, de sentimiento general del sujeto, de “estar en el mundo”. El desorden se sittia en la manera en que sienten el mundo que los rodea, en Ja manera en la que sienten su cuerpo y en la manera de referirse a Sus propias ideas. Pero, :qué hay de ese desorden, dado quelldsneurdticos también lo sienten? Un sujeto histéri- “Ibidem. co siente ese desorden en relacién a su cuerpo, un sujeto obsesivo siente un desorden en relacién a sus ideas. 2Qué es entonces ese desorden que Tega a “la juntura més intima del sen- timiento de la vida en un sujeto”? Es algo muy dificil de formular. Una triple externalidad Voy a intentar organizar ese desor den en el sentimiento de Ja vida en relacién a una triple externalidad: una externalidad social, una externa- lidad corporal y una externalidad subjetiva. Los indicios hay que localizatlos en los tres registros, 1. Una externalidad social En lo que concierne a una externa- lidad social, en lo que concierne a la externalidad social en la psicosis ordi- naria, la cuestién es la siguiente: jet es la identificacién del sujeto con una fancién social, con una profesién, con su lugar bajo el sol, como se dice en inglés? Fl indice mas claro se encuen- tra en la relaci6n negativa que el suje- to tiene con su identificacién social. Cuando tienen que admitir que el sujeto es incapaz de conquistar su lugar bajo el sol, asumir su funcién social. Cuando observan un desam- aro misterioso, una impotencia en telacion a esta fumcién, Cuando el sujeto no se ajusta, no en el sentido de la rebeldfa histérica, o a la manera auténoma de la obsesién, sino cuan- do hay una suerte de fosa que consti- $ Lacan, J., Ecrts, W.W. Norton & Company, 2007, pag, 466. C8lidarn tuy in Ta xié un nec des fre Tan par que oe he e tuye misteriosamente una barrera invisible. Cuando obsévanl lo que llamo un desenganche, una descone- sa6mi Ven a veces sujeto que van de una desconexién social a otra; desco- nectarse del mundo de los negocios, desconectarse de la familia, etc. Ese es un trayecto frecuente en los esquizo- frénicos. Dije esquizofrenia. Esa puede ser la realidad del sujeto, aunque pueda parecer una psicosis ordinaria, por- que no va de suyo, Pero la psicosis ordinaria es, entonces, desde el punto de vista de ustedes, Una vez que dije- ron que es una psicosis ordinaria, tra- ten de clasificarla de un modo psi- quidtrico. No deben decir simplemen- te que es una psicosis ordinaria, deben ir mas lejos y encontrar la clini- ca psiquidtrica y psicoanalitica clési- ca. Sino hacen eso ~y ese es el peligro del concepto de psicosis ordinaria-es Jo que se llama un “asilo de la igno- rancia”. Eso se transforma en un refu- gio para no saber. Siablamos de psi cosis ordinaria, gde qué psicosis ha: blamos? 3 Pudimos, por. ejemplo, constatar esto en el iiltimo coloquio de las Secciones Clinicas francéfonas [el cfr- culo UFORCA, la conversacién sobre situaciones subjetivas de desinsercién social en la Maison de la Mutualité el 28 y 29 de junio de 2008} cuando, en el caso de una psicosis ordinaria, un colega ~un psicoanalista y psiquiatra— dijo: “es una paranoia sensitiva, en el sentido de Kretschmer”. Se trataba de tuna psicosis ordinaria porque novera manifiesta, pero una vez. que ustedes dicen que es una psicosis ordinaria, eso quiere decir que es una psicosis. Y si es una psicosis, entonces puede ser trasladada a las categorias nosoldgicas dlésicas. Tuve la impresién de que mi colega tenfa raz6n, que en ese caso se trataba de una paranoia sensitiva de Kretschmer. EI término!/de psicosis ordinaria no debe damos el permiso de ignorar la clinica, Es como una invi- tacion a pasarse de ella. Esto por Jalidentificacion | Sodial negativa, pero deben también perca- tarse de cémo se viven las identifica- ciones sociales positivas en la psicosis ordinaria. Es decir, cuando los sujetos invisten:: demasiado, su trabajo, su posicién: social, ‘cuando tienen una identificacién demasiado intensa ‘en su posicion social, Pueden ver enton- ces, y se ve a menudo, paiebtiGos ofdiz narios cuya pérdida del trabajo desen- cadena la psicosis porque su trabajo querfa decir més que un trabajo o una manera de vivir. Tener ese trabajo era su Nombre del Padre. Lacan dice que en nuestros dias el Nombre-del-Padre es el hecho de ser nombrado, de ser asignado a una funcién, de ser nom- brado para. El Nombre del Padre hoy es acceder a una: posicién social. Constatamos, en efecto, que ser miembro de una organizacién, de una administracién, de un club, puede ser el tinico principio del mundo de un Psic6tico ordinario, Por ejemplo, hoy tener un trabajo tiene un valor simbé- lico extremo. ‘Las personas estén dis- puestas a Ilenarse de trabajos mal pagos solo para tener el valor simbéli- co de estar en el trabajo. Los gobiernos son suficientemente inteligentes para entender esto claramente y para ofre- cerles trabajos miserablemente remu- nerados. El gobierno francés quiere en este caso extenderlo a los psicélogos y a los psicoterapeutas. Es de esto de lo que hablamos en estos dfas. Ellos quieren crear una nueva profesién de psicoterapeutas que estarfa peor pa- gada que la kinesioterapia. Esto por la externalidad social, con la vertiente positiva y negativa de la identificaci6n social. 2, Una externalidad corporal Lasegunda externalidad concierne al Otro corporal, al cuerpo como Otro para el sujeto, partiendo del principio de que “no se es un cuerpo, sino que se tiene un cuerpo”, como dice Lacan. Ena histeria tienen la experiencia de extranjeridad del cuerpo, el cuerpo hace’ su antojo. En el cuerpo macho también tienen al menos una parte del cuerpo que hace igualmente a su antojo: el pene, es bien conocido. Enla psicosis ordinaria debe haber algo de més, un desajuste. El desor- den més intimo es esta brecha en'la que el cuerpo se descompone y donde el sujeto es levado a inventar- se lazos artificiales para reapropiarse de su cuerpo, para “cefiirse” a su pro- Pio cuerpo, Para decirlo en los térmi- nos de la mecénica, ene) necesidad) de una prensa para unirse a su propio cuerpo. La dificultad reside en el hecho de que todos esos imedios artificiales que anormales hace afios, hoy son banalizados. Hoy |l08 pieréings estén de moda. L6s tatiiajes también. La moda esté claramente inspirada en Ta psicosis ordinaria. Ciertos usos de os tatuajes son un criterio de la psi- cosis ordinaria cuando perciben que para el sujeto es una manera de ligar- sea sii propio cuerpo. Este elemento suplementario oficia de Nombre del Padre. Un tatuaje puede ser un Nombre del Padre en la relacién que el sujeto tiene con su cuerpo. ;Cémo lo comparamos con Ia histeria? No podémos hablar de otro iodo que en términos de tonalidad -no tiene ¢] thismo tono~y en términos de exceso, eso excede las posibilidades de la his- teria. La histeria est obligada por los Hmites de la neurosis, est4 limitada por el menos phi. A pesar de la rebe- lin y del desasosiego, la histeria est siempre sometida a la obligacién, mientras que se siente el infinito en la falla presente en la relaci6n del psicé- tico ordinario a su cuerpo. "8, Una externalidad subjetiva No voy a discutir la vida séxual. Luego de la realidad social -el Otro social y el Otro corporal, les hablaré del Otro subjetivo. Lo ms habitual es Tocalizar en la experiencia el vacto, la vacuidad, la vaguedad en el psicdtico ordinario. Pueden encontrarlos en diversos casos de neurosis, pero en la psicosis ordinaria busquen un indicio de vacfo o de vaguedad de una natu- raleza no dialéctica. Hay una fijacién especial de este indicio. Quisiera también desarrollar la relacién a las ideas, pero lo dejaié para la proxima vez. También deben investigar sobre la fijacion de la identificaci6n con el obje- toacomo desecho. La identificacién no es simbélica, sino bien real, porque sobrepasa a la metéfora, El sujeto i puede transformarse en un desecho, descuidarse al punto més extremo. Digo que es una identificacién real porque el sujeto va en la direccién de realizar ese desecho en su persona. Finalmente, puede defenderse de eso por un extremo manierismo. Podemos tener entonces dos extremos. Puedo referirme acé a Ja exposicién de Pierre- Caldero Gilles dan qi laider al de; ‘una re de su era, d bien € enese bra di tran t Jean-1 ia? No que en iene ej axceso, tla his. por log mitada arebe. via est zacién, toenla { psics. va sexual, el Otro aablaré itual es acio, la sicdticn los en roen la indicio a natu- fijacién ollar Ta + dejar sobre la el obje- iciénno porque sujeto lesecho, xtremo. 6n real scidn de versona. de eso odemos Puedo 2 Pierre Gilles Guégen® sobre Genet. Recuer- dan que Pierre-Gilles Guégen hablé de Ja identificaci6n no dialéctica de Genet al desecho. Introducirfa igualmente una referencia a la exposicién.de Jean- Louis Gault? concemiente al partenaire de su sujeto. El dice que el verdadero ire de la vida de ese sujeto no era, de hecho, una persona, sino més bien el lenguaje mismo, y pueden ver en ese sujeto un eco especial de la pala- bra del Otro. En Ja neurosis, encuen- tran también eso, pero en el caso de Jean-Louis Gault tienen algo ast como un estigma producido por cada enun- ciado de esos otros. Y, en efecto, es algo as{ como una relacién fundamental, no a una persona, sino al lenguaje. Podrfa ya referirme al caso de Julia Richards que van a escuchar este vier- nes: “Un dialecto capitalista en el caso de una psicosis ordinaria’®. Es un caso donde el sujeto se presenta con una demanda de “encontrar el diez por ciento que le falta siempre para estar sano de nuevo”. Ya en esta manera de presentarse pueden ver de entrada que él tiene el sentimiento de no estar sano. fi] se dice eso en un pri- mer tiempo, luego se le pregunta con. una precisién Kernbergiana, |Kemn- berg sabe que los afectos representan el cincuenta por ciento! Y bien, jeste sujeto sabe que tiene necesidad de un diez por ciento mds! De hecho, jsupongo que es americano! fil nos da una precisién con nimeros. En esta Primera frase con la que se presenta pueden ver su delirio. El diez por ciento de delirio. “;Me falta el diez por ciento!” Hay algo que no marcha y é1 $ Guéguen, P-G., Quarto 94-95, pags. 29-33, ? Gault, J. L., Quarto 94-95, pags. 66-71. "Richards, J, Quarto 94-95, pags. 104-107, le atribuye un nimero. “Me falta el diez por ciento de castracién.” [risas]. No es divertido, pero en las conferen- cas clinicas la gente se rie mucho de cosas que no son divertidas. Este suje- to dice también: “;Por qué habria un Dios bondadoso? Soy afortunado, esto explica esta ‘mortaja funesta, esta paranoia... no deberia quejarme tanto”, conectado a Ja referencia a Dios. Es también una pequefia clave, una “mortaja funesta” -esto puede ser dicho por un’ neurético -roméntico-, pero clinicamente, eso se inclina més bien hacia la psicosis. Cuando dice més adelante que “el centro no se sos- tiene més, todo se divide, es cientifi- co”, todos esos laberintos de frases parecen tener la misma ausencia en su centro, Julia Richards agrega que “su punto de identificaci6n més sélido, aunque imaginario, esta construido con cada fragmento de identificacién paterna a su disposicién’. Esto es completamente caracterfstico de la psicosis ordinaria, las identificaciones que son construidas como un popurri. Pregunté como traducir popurrf en inglés antes de la exposicin. No conocia ésta traduccién: “flotsam and jetsam”. Me gusta mucho. jMr. Flotsam ‘and Dr, Jetsam! Las consecuencias tedricas de la psicosis ordinaria Tengo la impresién de que las con- secuencias teéricas de ld psicosis ordi- naria van en direcciones Una direccién nos conduce hacia EPISTEME una afinacién del concepto de neuro- sis. Como ya lo he dicho, la neurosis es una estructura particular, no es un fondo de pantalla (wallpaper). Ustedes necesitan ciertos criterios para decir “es una neurosis’: una telacin al Nombre del Padre —no un Nombre del Padre-; deben encontrar algunas pruebas de la existencia del (-9) menos phi, de la relacién a la cas- tracién, ala impotencia y a la imposi- bilidad; tiene que haber ~para utili- zat los: términos freudianos de la segunda t6pica~ una diferenciacién tajante entre el yo y el ello, entre los significantes y las pulsiones; un supery6 claramente trazado. Si no hay todo esto y otros signos, entonces 80 No es una neurosis, es otra cosa. En una direcci6én somos conduci- dos a afinar el concepto de neurosis, pero por otra parte, y es la conse- cuencia opuesta, somos conducidos hacia una generalizacién del concep- to de psicosis. Lacan sigue esta direc- cién. Esta generalizacién de la psico- sis significa que no hay un verdadero Nombre del Padre, Este no existe. El Nombre det Padre es un predicado. Es siempre un predicado. Es siempre un elemento espectfico entre otros * que, para un sujeto espectfico, fun- ciona como un Nombre del Padre. Entonces, si dicen esto borran la dife- rencia de la neurosis y la psicosis. Es una perspectiva que acuerda con “todo el mundo esté loco”, con “todo el mundo delira a su modo”. Lacan lo escribié en 1978. Comenté esta frase en las tiltimas lecciones de mi curso de este afio: “Todo el mundo esté loco, es decir, es delirante”. Ese no es el tinico punto de vista, pero en un cierto nivel la clinica es asf. Ustedes no pueden funcionar como psicoana- listas si no son concientes que lo que saben, que el mundo de ustedes es delirante -fantasmético, podemos decir, pero, justamente, fantasmati- co quiere decir delirante. Ser analista es saber que el propio mundo, el pro- pio fantasma, la propia manera de dar sentido, es delirante, Es la razén por la cual intentan abandonarlo, para poder percibir el delirio propio del paciente, su manera de dar senti- do. Bien, soy conciente de haber sido sensato durante una hora y media. Entonces, jtengan cuidado con lo que digo! Preguntas del piiblico Rogeer Litten: ~Seguf con gran inte- 18s ]o que usted dijo, particularmente su advertencia sobre el “dar sentido”. Hay, sin embargo, algo que no hace sentido para mf, Hay.casi una contra- diccién entre dos ejes diferentes que usted sigui6. Comenzando con la cli- nica binaria inicial la distinci6n entre neurosis. y psicosis- y con la emergencia, podemos decir, de la nocién de psicosis ordinaria, para Ile- gat a la ampliacién 0 al oscureci- amiento de la distincién entre neurosis y psicosis, pero enseguida, del oto lado; pone mucho cuidado en resi- tuar el concepto de psicosis ordinaria en la clinica psiquitrica y binaria. Jacques-Alain Miller: -Lo hice ast. Dije Neufosis/Psicosis con el espesa- miento de la frontera. Caldero ie la Presta Y luc Re Roge cierta rr miento vera si Perdén, esclare, cia casi cacién tanto e muy e forma « un fon psicosis paper), | modific del Pac emerge casi sin la clini. de esta algo ah Jocip . sis el I lugar. } lugar b sentaci supone ladete la man un age diferen EIN columi del Pac delme tienen algo at que 2S es ‘mos lista pro- ade azon sido! edia. > que vinte- nente tido”. hace ontra- 8 que ladt neién con la de la ralle- sureci- ‘urosis 1 otro 1 resi- linaria ce asi. sspesa- Y Iuego hice esto... “K .-Retorno a la psicosis. Roger Litten: -Entonces, de una cierta manera, poco importa el espesa- miento de esta frontera, eso debe vol- yer a situarse del lado de la psicosis. Perdéneme por oscurecer lo que usted esclareci6. Pero, entonces, la tenden- cia casi opuesta es aceptar la modifi- caci6n del concepto de neurosis, en tanto esta se volverfa una estructura muy especifica. Usted dice de una forma divertida que la neurosis no es un fondo de pantalla (wallpaper). La psicosis es el fondo de pantalla (wall- piper), la neurosis casi dio lugar a una modificaci6n specifica del Nombre del Padre contra la posibilidad de la emergencia de la psicosis. Tenemos casi simult4neamente la distincién de Ia difnica binaria y el oscurecimiento de esta distincién. Me pregunto si hay algo ahf en lo que me pierdo. Jacques-Alain Miller: -En la neuro- sis el Nombre del Padre est en su lugar. El Nombre del Padre tiene su lugar bajo el sol y el sol es una tepre- sentacién del Nombre del Padre. Se supone que en la psicosis, cuando se Ja detecta, y cuando se la construye a Ja manera lacaniana clasica, tenemos un agujeto en ese lugar. Esa es una diferencia clara. ElNombre del Padre esté ahf (en la columna de la izquierda). El Nombre del Padre no esté ahf (en la columna del medio). En la psicosis ordinaria no tienen el Nombre del Padre, pero hay algo ahi, un aparato suplementario. Neurosis Psicosis_Psicosis ordinaria On Me Podemos decir entonces, y bien, es una tercera estructura. En efecto, acd a la izquierda, hay algo, y ahi, a la derecha, no Jo tienen. En la psicosis ordinaria tienen algo que se ajusta més o menos, En realidad es la misma estructura. Al fin de. cuentas, en la psicosis, si no es una catatonfa com- pleta, tienen siempre algo que hace posible para el sujeto salirse o conti- nuar viviendo. En cierta manera, el verdadero Nombre del Padre no vale més que eso, simplemente, es un make-believe que conviene més. Ahora bien, logro tener una clinica binaria, una lfnica ternaria, y una clf- nica unitaria, ;todo er uno! ;Como la santa Trinidad! No: todas las psicosis toman la forma de una psicosis desencadena- da, explotada. Hay psic6ticos que van a vivir toda su vida de psicéticos tan calmamente como en la psicosis ordi- naria. Ustedes tienen psicosis dur- mientes, como tienen espfas durmien- tes, que no se despertardn jamés. Hay una diferencia entre las psicosis que pueden: desencadenarse y aquellas que no. La psicosis es un vasto conti- nente, un continente inmenso. Obser- ven la diferencia entre un buen para- noico, agudo y enérgico, que'se cons- truye verdaderamente un mundo para él y para los otros, y el esquizo- frénico que no puede salir de su cama. Nosotros llamamos a todo eso psicosis. ‘Cuando se trata de una paranoia, el make-believe del Nombre del Padre es EPISTEME mejor que el de ustedes, es més s6lido. Suponemos que cuando reciben a un paranoico en su consultorio, no lo van a dlasificar como un psicético ordina- rio, porque percibirdn Ja psicosis. - Pero, hay algunas, como el tipo para- noia sensitiva que mencioné antes, que no son claras desde el inicio. Fue recién luego de tres afios de anidlisis que la analista percibié que algo no andaba, que el sujeto construfa cada dia sa. paranoia. Estén también las esquizofrenias socialmente desconec- tadas, mientras que los paranoicos, socialmente, estén totalmente conec- tados, Ciertas grandes organizaciones estén dirigidas frecuentemente por Potentes psicdticos cuya identifica- cién es stiper social. El campo de las psicosis es por lo tanto inmenso. Localizar el desencadenamiento sirve cuando se trata de ese tipo de psicosis, compensado con un CMB. Llega un momento en que el make- believe, el “hacer creer”, cae, se rompe. El mundo del sujeto se deshace en tuinas, el desencadenamiento se vuelve entonces manifiesto. Luego, el sujeto puede reorganizarse, sea tan bien como antes, sea con un déficit ~del orden de un “no suficientemente bueno”- que desconecta progresiva- mente al sujeto de Ja realidad social. Schreber tenfa claramente eso. Tenia una identificacién compensatoria, y luego de ser ascendido su mundo se dispers6. Después logré ser un buen paciente, segtin los informes médicos. Pudo continuar sus conversaciones con su mujer y escribir su libro. Se volvi6 esctitor. Luego del desencade- namiento logré restablecerse en,una suerte de actividad compensatoria, La psicosis ordinaria prende con alfileres la existencia de “un desorden en la juntura més intima del senti- r miento de Ja vida en el sujeto”. Eso, quiere decir que podemos conectar todos los pequefios detalles que apa- recen distantes los unos de los otros. con un desorden central. Se trata por Jo tanto de ordenar el caso. En los casos que se dice borderline, eso no parece ser ni una psicosis ni una neu- tosis. Nosotros no creemos en eso. La categoria de la psicosis ordinaria tiene su origen en la préctica, en difi- cultades précticas. Si no reconocen una neurosis, sino ven signos eviden- tes de psicosis, busquen los pequefios indices, Esta es una clinica de peque- fios indices de la forclusién. Por ejem- plo, en la breve lista de pequefios indices que les he dado, vemos que ‘una identificacién social al trabajo es normal. Pero puede haber ahi una intensidad de la identificacién con el trabajo que indica otra direccién. Es una clinica de la tonalidad, Ese es su uso. Pero debe ser reducible a una forma clasica de psicosis 0 a una forma original de psicosis. Un participante de Israel: Esta con- cepcién nos conduce hacia el fo del sujeto como defensa. Todas las estructuras son de defensa. Pero, édefensa de qué? ;Cuél es el estatuto de eso de Jo que nos defendemos? Jacques-Alain Miller: No mencioné la palabra “defensa” més que una sola vez. {Usted es el que eligié hacer un Nombre del Padre de esta exposi- cién! La idea general es que nos defendemos de lo real, de lo que no podemos volver sensato o que volve- mos locamente sensato. Solamente en nuestros suefios pasa que lo que no tiene sentido resurge. Es verdad, los Cildero ‘dota escuela Ive- suefios tienen sentido, pero las pesa- dillas que nos despiertan, nos des- iertan generalmente sobre un ele- * Gnento de no-sentido. Es ahi que toca- thos quiz4 de més cerca la verdad. Es daro que los delirios estén construi- dios alrededor de ese real que no tiene + gentido, y ese fuera de sentido apare- «Gey produce agujeros en el discurso | del paciente. Incluso en la presenta- . cién de enfermos, en una hora de tiempo, pueden ver esas flechas que © Lacan dibujé en el esquema I traspa- gar el discurso del paciente. El discur- «go del paciente esté tejido alrededor de lo real. Pueden incluso Hamarlo una defensa. Vyacheslav Ysapkin: —Personal- mente, partiendo de mi experiencia clinica, encontré que el concepto de psicosis ordinaria era una idea bri- llante, muy inventiva, pero quisiera justamente informarle de Ja existencia de algunos antecedentes poco agta- dables al respecto. Esto atafie al lugar comuin del que los psiquiatras habfan abusado seriamente en la Unién Soviética, Hay un segundo plano te6- tico al res} Andrei Snezhnevsky de base, que comportaba la idea’ de psicosis con progresi6n Ienta. Esta idea tuvo dos consecuencias sociales. Por un lado, durante esos afios soviéticos los psi- quiatras buscaban indices menores, Preguntaban: “;Cuél es su autor pre- ferido?, sila respuesta era: “Bien, me gusta mucho Kafka”, no habfa para el psiquiatra més dudas posibles sobre el diagnéstico. Asi, los disidentes eran considerados como psicéticos por razones evidentes. Como segun- da consecuencia, atin hoy, -es espect- fico de la Escuela de psiquiatria de . Estaba Ja teorfa de~ Moscti, una clinica psiquidtrica en la que trabajé durante afios~ ellos tratan a los pacientes neuréticos como psi- céticos, déndoles grandes dosis de neurolépticos, aunque sean neuréti- cos, porque el diagnéstico preferido de la Escuela de ‘Snezhnevsky, la Escuela de psiquiatria de Mosci, era la esquizofrenia con aspecto de neu- rosis o una psicopatia con aspecto de esquizofrenia. Jacques-Alain: Miller: —Bien.. Du- rante afios, yo estuve en. contra de la idea de una psicosis no desencadena- da, porque me asustaba el abuso de la nocién de psicosis durmiente. Pero los hechos clinicos estén ahf. Cuando tie- nen una psicosis que se desencadena, el perfodo que precede es un perfodo de psicosis no desencadenada. Yo estaba entonces a favor de la localiza- cién de la psicosis durmiente que podfa desencadenarse. Esto era clini- camente necesario. Pero el paso siguiente es el de comprender que ciertas psicosis no van hacia un desen- cadenamiento: psicosis con un desor- den en la juntura més ‘fntima que evo- Jucionan sin ruido, sin explosién, pero con un agujero, una desviacién o una desconexién que se perpettia. En lo que concierné a la psiquiatrfa soviética que hacfa su diagnéstico sobre la lectura de Kafka, de hecho, lo que se revelé en 1992 si recuerdo bien, jera que la Uni6n Soviética era en sf un delirio! En efecto, jeso desaparecié completamente! Era una realidad delirante. jFue el suefio de Lenin durante setenta afios! Thomas Svolos: ~En la clinica freu- diana, con el apego de Freud al Padre y al complejo de Edipo, la neurosis y EPISTEME Jas psicosis extraordinarias estaban en el centro de la clfnica, por lo tanto, no se podfa hacer otra cosa que errar. Me parece que con Ja clinica de la psicosis ordinaria tenemos una verdadera con- cepcidn lacaniana de la psicosis que la extraemos del trabajo de Lacan, Io que produjo claridad sobre la psicosis. Las antiguas f6rmulas que habfamos adoptado -esquizofrenia, manta, para- noia~ podemos observarlas en el pre- sente como una suerte de variantes de la psicosis 0 como un tipo de psicosis, pero la psicosis ordinaria elucid6 algo més bésico sobre la psicosis. Digo esto a partir del trabajo clinico. {Si elegi- mos uria categoria como la esquizofre- nia, debemos entender los momentos entre los episodios como signos de una esqui: ia durmiente, silencio- sa 0 latente, 0 debemos tomarlo como una psicosis ordinaria? En otra pala- bras, segtin mi ctiterio, pienso que puede haber urta noci6n restrictiva y especifica de la psicosis ordinaria a la que Marie-Héléne Brousse? hizo alu- si6n —la psicosis ordinaria banal, muy estable_y bien delimitada-; pero Ia nocién de ‘psicosis ordinaria abre a una teoria mds general sobre la psico- sis, a partir de la cual podemos articu- lar la estructura especitica de la esqui- zofrenia o de la paranoia..La utilidad del concepto se sitvia en la manera por Ja cual se amplfa nuestra capacidad para conceptualizar la psicosis y hace teflexionar en las vias de estabiliza- cién de una manera que no existia en laliteratura anteriormente. Leyendo la ° Brousse, M.-H.: Quarto 94-95, pags. 10-15. literatura de los afios sesenta o de ly afios setenta sobre la psicosis, parej que fuera una literatura muy diferenj de la literatura. de los ultimos dig afios, Pienso que el proyecto de inve, tigacién desembocé en una nocid, més general de las psicosis. Jacques-Alain Miller: -Estoy & acuerdo. En Jo que concieme a Freud él no era, evidentemente, psiquiatra Estudié a Schreber a través de su obras, Pero hubo un caso de psicost ordinaria, el Hombre de los lobos. Ex: psicético y era una psicosis ordinari: Porque estaba Ileno de rasgos de li neurosis. El Hombre de los lobo ayudé a Freud a esclarecer las neuro sis. Cuando leen a Freud, pueder dudar de su psicosis, pero cuando lo siguen en Ruth Mack Brunswick, e diffcil dudar. Hace mucho tiempo comenté con mis colegas el caso de Hombre de los lobos durante un afio, Algunos decian que era un neurdtico, otros decian que era psicético, y mi placer consistfa en dejar eso en’ sus- penso porque estimulaba asf un gran interés en muchos comentarios inte- resantes de mis colegas, Pero de todos modos, el punto de capitén de este cuestién no estd en.el libro de Freud, sino en el libro de Ruth Mack Bruswick"®. Penny Georgiou: -Mi pregunta se relaciona con la eventualidad de poder esclarecer 0 no algo alrededor del desencadenamiento. Hubo una ‘Mack Brunswick, R, Suplemento del “Extrait de Uhistoie d'une néorose infantile” Freud (1928). Homme aux loups par ses peychanalysis et par Tu-méme, textos reunidos y presenta: Connaissances dos por M. Gardiner, NRE Gallimard, 268-313, de Yinconscient, Paris, 1981, pags. Caldero ‘dela scucla discusi6r esas psic pregunte das ono dor de 1 dios de « irrupciGr denamie Jacque pondf a desde e} yt prin Ohad ha 10, y €80 un dese compen, se tiene compen ahi no miento. cuando otra pat Tlamar € “psicosi con una una dec continu Man sexualic Hablé « social. ; peicosis Jacq tipico. Ustede: ciertas vida 81 DEL ame 0 de lg 3, pareq difereng 108 die, Je inves + nocidy stoy de a Freud iquiatra de su, psicosis ‘bos. Era rdinarig os de kk 18 lobos s neuro. pueden tando lo wick, es tiempo zaso del un afio, ‘urético, 0, y mi en sus- un gran 08 inte- Je todos de esta 2 Freud, t Mack unta se dad de rededor bo una e” Freud 31, pags. discusién este lunes a propésito de esas psicosis sobre las cuales uno se preguntaba si estaban desencadena- das o no. Habfa una pregunta alrede- dor de la diferencia entre los episo- dios de descompensacién, que son la irrupcion del fenémeno, y el desenca- denamiento estructural de la psicosis. Jecques-Alain Miller: ~Creo que res- pond{ a la pregunta diciendo que desde el momento que ustedes van imera vez, de una situacién de EME hacia una abertura tal del aguje- 10, ¥ e90 contindia sin cesar, tienen ahf un desencadenamiento. Hay “des- compensaciones multiples” cuando se tiene un pattern repetitive que es sin cesar. Por lo tanto, ahi no hablamos de desencadena- miento. Decimos “desencadené” cuando eso se produce una vez. Por otra parte, tenemos lo que podemos Tlamar en términos desarrollistas una “psicosis evolutiva”. Tienen psicosis con una ruptura y tienen psicosis con una decadencia cuando es un proceso continuo, una psicosis evolutiva. ‘Manya Steinkoler: -Usted. evocd la sexualidad para no hablar de ella. Habl6 del Otro corporal y del Otro social. {Cuél es la sexualidad de una psicosis no desencadenada? Jacques-Alain Miller: B50 no es ‘pico. No tienen vida sexual tfpica. Ustedes podrfan hacer una lista de ciertas experiencia extrafias en la vida sexual. Hemos publicado un libro sobre diversos casos clinicos bajo el tftulo El amor en la psicosist?, en el que tienen diferentes percepciones sobre la manera de vivir la sexuali- dad. A veces en los hombres hay un empuje a la mujer a través del acto sexual. A veces tienen lo contrario, una sexualidad que permite reapro- piarse de su cuerpo. A veces el cuerpo se fragmenta. No tienen por lo tanto nada especffico. Busquen simplemen- te el desorden en la juntura-més inti- ma del acto sexual y generalmente lo encontraran. Un participante: “Tengo una pre- gunta sobre el desencadenamiento: como encuentro con Un-Padre y la generalizacién de este encuentro en la psicosis ordinaria como siendo cual- quier cosa que viene a interrumpir el CMB. Jacques-Alain Miller: ~Cuando ha- blamos de CMB, se trata de una com- pensacién de la forclusién del Nombre del Padre. Entonces, supues- tamente, para desencadenar esta psi- cosis tienen que tener un elemento que venga en tercer lugar bajo la modalidad de Un-Padre, Si supone- mos que hay una forclusién del Nombre del Padre,‘no tienen que tener necesariamente Un-Padre, pero sf algo que venga a ese lugar tercero en relaci6n al sujeto. ‘Traducci6n; Damasia Amadeo de Freda meen las psicosis, J-A. Miller y otros, bajo la direccién de J.-A. Miller, Paidés, Bs. As, 6. EPISTEME

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