Cada año, el cuarto sábado de noviembre se conmemora la terrible hambruna que asoló
Ucrania en el invierno de 1932-33. Siete millones de ucranianos, la mayoría niños,
murieron en una de las mayores atrocidades perpetradas por el ser humano.
Memorial y museo del Holodomor en ulitsa (calle) Lavrskaya. Kiev
Como los guardias rojos de Stalin no lograban hacer mella en este inmenso número, la
OGPU recibió la orden de comenzar las ejecuciones en masa. Pero simplemente no
había suficientes agentes para matar a tanta gente, por lo que Stalin decidió sustituir
las balas por un medio mucho más barato para matar: La hambruna.
Agentes del OGPU y soldados del Ejército Rojo sellaron todas las carreteras y líneas de
ferrocarril. Nada entró o salió de Ucrania. Se realizaron búsquedas en las explotaciones
agrícolas y se confiscaron alimentos y combustible así como todas las reservas de
semillas, grano y forraje de animales. Los Ucranianos rápidamente comenzaron a
morir de hambre, frío y enfermedades.
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El material de estos videos puede herir la sensibilidad en su visionado
aunque los dos primeros han sido emitidos por televisión en España
Extracto del documental “Staline. Le tyran rouge” (Stalin, el tirano rojo) de Mathieu
Schwartz y Serge de Sampigny
El corresponsal del New York Times, Walter Duranty, que ganó un premio Pulitzer por
su presentación de informes de Rusia, escribió que las denuncias sobre la hambruna
eran “una propaganda maligna”.
El New York Times nunca repudió los desaciertos de Duranty y los intentos de algunos
sectores de opinión y de la prensa americana para retirarle el Pulitzer no acabaron
dado fruto ya que la Junta Pulitzer se niega una y otra vez a revocar dicho premio. Una
comisión ucraniana fue la última en hacer la solicitud el 29 de abril de 2003.
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Ninguno de los responsables que cometieron el genocidio ha sido llevado ante la
justicia. Lazar Kaganovich murió pacíficamente en Moscú en 1991, meses antes de la
disolución de la URSS, todavía conservaba la Orden de la Unión Soviética y disfrutaba
de una generosa pensión del Estado.”
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KIEV – Monumento al Holodomor, en el muro de entrada al monasterio de San Miguel ‘de las cúpulas doradas’. Al fondo, a través del
monumento, el campanario de la catedral de Santa Sofía.
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Fuera de Ucrania prácticamente nadie ha oído hablar del Holodomor. Incluso allí, hasta
después de la independencia no empezaron a hablar de ello abiertamente. Rusia todavía
se niega a reconocer que el Holodomor fue un acto deliberado de genocidio, y lo
atribuyen a la colectivización incompetente de los comisarios de Stalin.
De todas formas solo hay que echar un vistazo al apartado ‘momentos biográficos’ del
presidente pro-ruso Yanukovich para darse cuenta de los motivos de esta petición de
revocación.
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KIEV – Memorial Holodomor
“Para saber dónde te encuentras has de saber a dónde vas, pero de nada sirve si no recuerdas de dónde
vienes”
“Puedes dudar a dónde ir, pero si olvidas de dónde vienes, estás perdido”
“El que olvida de dónde viene puede caminar sobre sus pasos sin saberlo”
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Kiev está lleno de memoriales de hechos casi todos trágicos con el fin de recordar NO
repetirlos. En mi viaje a Moscú visité el inmenso parque Gorki. Cerca hay un pequeño
parque llamado “De los monumentos caídos“. En él puedes encontrar muchas estatuas
e iconos de la era soviética y personajes abominables de aquellos años. Esta gente ha
sabido respetar la historia incluso en su faceta más cruel, lo que les ha llevado a
conservar estos símbolos como ejemplo de lo que NO debe volver a ocurrir.