Un poco apartado del lugar, se halla una tercera gran pirámide, Villar Córdova,
considerada la más antigua pues guarda evidencia de una cultura anterior a los
Ychsma, los Lima, pueblo que ocupó el mismo espacios cientos de años antes y cuyos
restos de su ciudad construida en adobitos (pequeños bloques de adobe) sirvieron de
base y relleno para construir lo que ahora se observa en Cajamarquilla. Además, cerca
de esta pirámide se mantiene en pie una construcción en cemento de la década del 60
que fue levantada para albergar una expedición de investigadores italianos
comandada por Sestieri.
Adicionalmente, la zona arqueológica queda muy cerca al río Huaycoloro, un río que
solo seco la gran parte del año y cuyo cauce se ve cargado de agua sólo en época de
verano producto de las lluvias en la sierra central. La relación con Cajamarquilla es
crucial, pues fue el río que gracias a sus desbordes fue forjando la fisonomía del
territorio y brindando material para la construcción de la “ciudad”.
2. Público visitante
Público principal
En su mayoría, niños y adolescentes de la localidad entre 7 y 18 años de
edad. Además, estudiantes de otros distritos entre el mismo arco de edad.
Público secundario
Jóvenes y adultos de la localidad y de otros distritos entre 20 y 60 años de
edad.
3. Elementos más atractivos
De entre los mencionados, considero que el Laberinto es uno de los
sectores que atrae más a los visitantes puesto que se haya restaurado casi
en su totalidad.
Por otro lado, de las pirámides, Tello es la que posee mayor atracción, ya
que además de su estructura y espacios, posee los perfiles y trincheras
abiertas por los arqueólogos, lo que permite explicar a los visitantes la
manera en como es que trabajan los investigadores.
Por otro lado, las chacaras poseen un valor especial, pues además de ser
reminiscencias de la antigua hacienda, y que aún hoy son trabajadas por
otros dueños, resultan ser un atractivo por las sus espacios y áreas verdes,
lugares que no son muy abundantes en el distrito.