--Fuente: http://www.lhistoria.com/bolivia/cochabamba
HISTORIA DE COCHABAMBA: EPOCA PRE-HISPANA
Los valles centrales de Bolivia que son parte del departamento de Cochabamba han
sido desde siempre poblados por numerosas tribus, por su fertilidad y su clima
agradable, a medio camino entre las frías alturas del Collasuyo, y las calientes junglas
de la Amazonia. Existen huellas de hombres prehistóricos dedicados a la caza y la
recolección de frutos, en la zona de Carayani, pero recién se puede datar una cultura
mas avanzada a partir de 2.000 a.C., que ha dejado innumerables restos de cerámica,
pues al parecer casi todos los pueblos de esta parte de Bolivia eran expertos
ceramistas, y se los puede clasificar en grupos distintos según los diseños y el colorido
de su cerámica.
Los pueblos que habitaban esta tierra han dejado constancia del nombre con el que se
denominaban a si mismos: Canas, Karis, Urus, Cotas, Mojocoyas, Chanés, Chuwis o
Chues, Guaraníes y Mitimaes. Que no eran un grupo étnico uniforme, se puede ver por
las diferencias en su alfarería, cuyos distintos estilos dan nombre a algunas culturas
según la región de donde proceden. Así, por ejemplo, tenemos a la de Aiquile, con su
cerámica monocroma y ondulada, la Tupuraya de Cercado, Arani y Mizque, con
cerámica bicolor de diseños geométricos, y la Mojocoya del sudeste, que hacían
cerámicas de color rosa con diseños en espirales y escalonados. Asimismo,
existen pruebas arqueológicas de que estos pueblos tenían trato comercial con los
Tiwanacotas, que se establecieron en Omereque, y eran los más avanzados
culturalmente, a juzgar por su alfarería y construcción. Por su parte, los Chané y
Chues no han dejado esa clase de vestigios en arcilla.
Todos ellos fueron sometidos por los Quechuas, quienes alcanzaron a pasar de
Qochapampa hasta la entrada a los valles del norte cruceño, donde los Chiriguanos les
hicieron dar media vuelta. Por este motivo es que los indígenas del lugar que persisten
en nuestros tiempos hablan el idioma incaico. Probablemente fueron los colonizadores
incas quienes le dieron al valle el nombre que tiene, composición de los vocablos
“Qocha” y “Pampa”, que significan laguna y planicie respectivamente, y aluden a la
abundancia de agua y a las suaves colinas aplanadas de clima tibio que caracterizan a
la región. Los conquistadores hispanos, para no perder la costumbre de adaptar todos
los dialectos al suyo, lo pasaron a pronunciar como Cochabamba.
El primer español que se aventuró por estos sitios fue Garci Ruiz de Orellana, un
hombre de la expedición de Pizarro (posiblemente del grupo de Gonzalo, o en todo
caso Hernando, pues Francisco no pisó estos lares), quien llegó en 1540, según unos,
y 1542, según otros. Le encantó el sitio, que vio apto para plantar huertos, de modo
que se las arregló para regresar más adelante a parlamentar con los caciques de Sipe
Sipe, y adquirir por ciento treinta pesos de plata las tierras donde está la ciudad, que
los nativos llamaban Canata (por los Canas, habitantes originales del lugar), según
consta en un acta de compra extendido en Potosí. Allí se construyó una finca, que
llamó Chacra del Algarrobal (actual Plazuela Osorio). Tras él llegó otro español, Pedro
de Estrada, que adquirió las tierras vecinas a las suyas, y Gerónimo de Osorio, que
hizo lo propio alrededor de 1565.
Ya en 1571, el Virrey del Perú, Francisco de Toledo, dio luz verde al proyecto del
hacendado Gerónimo de Osorio de fundar una villa en el sitio. Este le tuvo que
comprar sus tierras a Ruiz de Orellana, dándole otras a él y a otros terratenientes, que
se negaban a moverse de sus fincas. Fundó en esas tierras la Villa de Oropesa el 15 de
agosto de ese año, al pie del cerro de San Sebastián, un sitio que ahora se llama Las
Cuadras, por la parcelación en cuadriculas que hizo para repartir terrenos entre los
primeros moradores. El nombre lo decidió Osorio para honrar a su patrocinador, pues
el Virrey tenía el titulo nobiliario de Conde de Oropesa, y entre sus posesiones en
España había una villa homónima. El fundador fue su primer Corregidor y Alcalde,
residiendo en ella hasta su muerte en 1573.
Por razones que aun hoy los historiadores no se explican satisfactoriamente, al año
siguiente de la muerte del fundador, apareció otro para refundar la villa. Sebastián
Barba de Padilla, quien aparentemente ya había sido funcionario durante el gobierno
de Osorio, le pidió al Virrey que le diera la venia para volver a fundar la Villa de
Oropesa. No se sabe con qué argumentos convenció a Toledo, pero éste se lo permitió,
y así el 1 de enero de 1574 se realizó la segunda fundación, en la actual Plaza 14 de
Septiembre.
HISTORIA DE COCHABAMBA: EPOCA INDEPENDISTA
El sistema colonial que rigió en las siguientes centurias era muy gravoso para las
castas ubicadas en la parte baja de la escala: los indios tenían que empadronarse en
un censo, que los Corregidores usaban para extraerles absurdos impuestos por bienes,
en muchos casos innecesarios, que forzaban a los indígenas a aceptar, para luego
cobrarles una tasa elevada. Y a los mestizos, que se dedicaban a oficios artesanales,
se les exigía un impuesto anual por ejercer, además de regalías sobre la producción.
Como era previsible, esto causaba continuas disputas, que estallaron en revuelta en
1730, con el nombramiento por parte del Virrey Armendáriz de un nuevo Juez
Revistador (especie deoficial supervisor), con la misión de averiguar que hacían los
corregidores de la provincia de Cochabamba con el dinero de las recaudaciones, pues
había denuncias de doble padrón y cobros fraudulentos. El funcionario, Manuel Venero
y Valverde, llegó en momentos en que el Corregidor de la ciudad había causado un
tumulto por empadronar arbitrariamente a los mestizos y criollos en las listas de
impuestos, en las que sólo se debía incluir a indígenas, violando así sus derechos.
Se nombró como nuevas autoridades a los criollos José Mariscal (Alcalde) y Francisco
Rodríguez (Registrador), quienes no tardaron en traicionar a Calatayud. En enero de
1731, un grupo de criollos que hasta entonces había estado de su lado, emboscó al
líder de la revuelta en casa de su compadre Rodríguez, llevándolo en secreto a una
prisión, donde lo estrangularon. Su cadáver fue maltratado de manera horrenda;
primero se le colgó, ya muerto, en la Plaza de Armas, luego se lo llevó al cerro San
Sebastián para desmembrarlo y enviar su cabeza a La Plata, donde lo exhibieron en
una pica en la plaza. En la capital, algún simpatizante robó la cabeza para enterrarla a
escondidas.
En 1776, cuando pasaron la Audiencia de la tutela del Virreinato del Perú al del Rio de
la Plata, la nueva administración incluyó a Cochabamba dentro de la inmensa provincia
de Santa Cruz. Pero en 1782, el rey Carlos III de España ordenó crear el modelo de
administración territorial de Intendencias. Con ello, al año siguiente se expendió
una Cedula Real, con fecha del 5 de agosto, ordenando trasladar el gobierno de Santa
Cruz al valle, creándose la Intendencia de Cochabamba, una de las cuatro que
componían la Audiencia de Charcas. Tenía la nueva Intendencia bajo su jurisdicción a
los partidos de Cliza, Mizque, Sacaba, Tapacari, Arque, Ayopaya, Vallegrande, Santa
Cruz, y la gobernación de Moxos. Toda esta vasto territorio de valles era conocido
como el granero de la colonia, por sus abundantes cosechas de cereales.