Por otro lado, los estudios realizados con población normal, con sujetos sin
diagnóstico clínico previo, y fuera del contexto de la hipnosis, también han
informado de la existencia de correlaciones positivas entre grado o nivel de
sugestionabilidad, el rasgo y el estado de ansiedad (Gudjonsson. 1988;
González Ordi y Miguel-Tobal, 2001; Wolfradt y Meyer, 1998).
Se han apuntado diversas razones por las cuales la hipnosis puede servir como
facilitador para la puesta en marcha de las técnicas cognitivo-conductuales,
entre ellas destacamos:
1. la economía de tiempo empleado en el tratamiento (Dengrove, 1973;
Ellis, 1986),
2. las expectativas positivas de los pacientes hacía los potenciales logros
producidos por la hipnosis (Lazarus, 1973),
3. el efecto placebo (Lazarus y Karlin, 1978),
4. el empleo de la imaginería vívida y realista (Cautela, 1975; Kroger,
1978, 1988; Kroger y Fezler, 1976),
5. la versatilidad en su adaptación a diversas situaciones clínicas (Karlin y
McKeon, 1976),
6. el uso de sugestiones específicas dirigidas a una meta (Spanos y Barber,
1976),
7. la inclusión de instrucciones más o menos explícitas de relajación
(Dengrove, 1973; Wickramasekera, 1988).
Otro buen ejemplo del uso de la hipnosis como parte integrante de las técnicas
de terapia de conducta es su combinación con el condicionamiento encubierto.
Cautela (1975) ha sugerido que la hipnosis y el condicionamiento encubierto
pueden beneficiarse mutuamente si se utilizan de forma combinada.
Una de las características que, como terapeutas, nos parece más sobresaliente
a la hora de abordar una intervención en la ansiedad es la pérdida del control
de la situación por parte del paciente, bien sea en un trastorno por agorafobia,
estrés postraumático, fobia específica, fobia social, etc., independientemente
de otras características psicopatológicas asociadas a cada caso. Esto es, desde
el punto de vista subjetivo del cliente, la situación ansiógena (salir a la calle,
relacionarse con alguien del otro sexo, hablar en público, etc) es la que
provoca que la persona tenga una crisis de angustia o unas reacciones de
ansiedad excesivamente intensas, no pudiendo hacer nada o casi nada para
controlarlas, excepto poner en marcha toda una serie de conductas de
evitación. De alguna manera, el paciente siente y/o cree que la situación-
problema "le controla a él" y él no puede o no sabe hacer nada para
controlarla.
Antes de pasar a exponer cada una de dichas fases, es necesario advertir que,
al igual que ocurre en otros ámbitos de intervención clínica, los pacientes más
hipnotizables se verán más beneficiados por este tipo de actuación que los
pacientes menos hipnotizables (González Ordi y Miguel-Tobal, 1993).
Mantenimiento y generalización
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correlacionales.
protocolo
utilidad de la hipnosis
beneficiarse mutuamente
reduce considerablemente
Bien, por favor cierre sus ojos. Esto hará que se encuentre mucho más
cómodo/a, sereno/a y relajado/a. Hará que se encuentre mucho más
tranquilo/a y en paz. La mayor parte de la tensión que usted puede sentir en
este momento es de carácter muscular; de forma que, si usted relaja todos los
músculos de su cuerpo, podrá sentir que descansa más confortable y
profundamente. Vamos a comenzar relajando las piernas. Relaje los músculos
de las piernas, desde los dedos de los pies hasta las caderas. Empiece
relajando los pies. Deje los músculos sueltos. Relaje cada uno de los dedos de
los pies. Tal vez pueda resultar algo difícil y extraño al principio, pero pronto
verá que es muy fácil. Usted será capaz de hacerlo porque usted quiere
hacerlo. Ahora relaje el resto de los pies y de los talones. Es agradable
¿verdad? Parece como si acabara de quitarse unos zapatos muy ajustados.
Está bien. Ahora, relaje las pantorrillas, rodillas y muslos. Relaje totalmente
los músculos desde las rodillas hasta las caderas. Lo está haciendo muy bien.
Sus piernas se encuentran ahora completamente relajadas. Toda la tensión
acumulada en sus extremidades inferiores ha desaparecido. Ahora, usted será
capaz de hacer lo mismo con sus extremidades superiores. Comenzará
relajando sus brazos desde los dedos hasta los hombros. A medida que relaja
cada uno de sus dedos y cada mano, usted comenzará a sentir una agradable
sensación de calor en sus manos que se mantendrá a medida que vaya
relajando más y más sus brazos. Está bien, muy bien. Ahora, relaje los
músculos de su abdomen y su diafragma. Respire lenta y profundamente...
lenta y profundamente... inspire... expire... inspire... expire... sienta como el
aire llega hasta la boca del estómago. Ahora está respirando muy
profundamente... muy profundamente... inspirando... expirando...
inspirando... expirando... y con cada respiración, usted se va sintiendo más
profunda y completamente relajado/a. Se siente muy bien, muy bien. Continúe
respirando profunda y regularmente. Ahora intente relajar los músculos del
cuello. Los músculos del cuello suelen estar normalmente muy tensos. Parece
como si uno tuviera la sensación de tenerlos tan rígidos como si fueran los
nudos de una cuerda. Usted quiere relajar los músculos de su cuello. Si lo
hace, verá como se libera toda la tensión del cuello proporcionándole una
agradable sensación de alivio y bienestar. Piense que los nudos de la cuerda se
deshacen progresivamente. Ahora, relaje todos los músculos de su cara.
Procure eliminar las arrugas de la frente. Relaje un poco más los músculos de
la cara, dejando caer la mandíbula de forma que la boca quede entreabierta.
Ahora usted está consiguiendo que todo su cuerpo quede completamente
relajado. Ahora usted está consiguiendo sentirse mucho mejor. Lo está
haciendo realmente bien y está consiguiendo un buen nivel de relajación. Se
encuentra agradablemente relajado/a y se siente muy bien. A partir de ahora,
usted será capaz de relajarse de esta manera cada vez que se lo proponga.
Ahora, quisiera que se mantuviese en este estado de relajación profunda en el
que se encuentra y disfrutara de él durante unos momentos. Después, le daré
una serie de instrucciones que le ayudarán a dormir mejor, mantenerse
tranquilo/a y en paz, relajado/a y a gusto, y le ayudarán a mejorarse muy
rápidamente... (al llegar a este punto, hacer hincapié sobre los objetivos
terapéuticos propuestos).
sugestionabilidad
"secuencia-guión realista"
instrucciones específicas
Ahora usted posee una poderosa arma para combatir su ansiedad que debe
emplear en cualquier momento que considere necesario. Recuerde que cada
vez que sienta ansiedad, cerrando el puño conseguirá automáticamente los
logros que hemos producido a lo largo de esta sesión.