Conociendo la voz, breve historia

Es difícil saber cuándo descubrimos nuestra propia voz, muchas veces estamos tan encantados con
los sonidos del exterior que no ponemos atención a la nuestra, no a menos hasta que curioseamos
con alguna grabadora y de repente parece que somos alguien distinto.

Encontrar nuestra voz, es un poco más difícil que encontrar nuestra imagen, ya que contamos con
el espejo, bien esa función de “reflejo” que reside al igual que en la imagen, nuestra la voz. El
reflejo del espejo nos da posibilidad de controlar nuestra imagen, escogiendo nuestra ropa,
nuestro peinado, nuestra postura, nuestra mirada, nuestra sonrisa, en fin… tratamos de cuidar
nuestra imagen y darle “personalidad”.

La voz no es distinta, cuando la descubrimos, podemos embellecerla, darle actitud, personalidad,

expresar sentimientos y controlarla, nada mejor que un cantante que ha estilizado la voz para
mostrarnos una idea, sentimiento, o pasión.

La historia de mi voz, radica en los diversos sonidos que uno experimenta en el mundo, tal vez la
forma en que cada quien escucha a un cantante, a un maestro, cuando imitamos a un animal, o
instrumento. Al principio escuchaba el sonido de la guitarra de aquellas canciones de rock de los
ochentas, el sonido era intenso, libre, quería sentir esa libertad.

Si bien, necesitaba de un instrumento para lograr aquel sonido, sin embargo al pasar los años, nos
damos cuenta que el instrumento y las manos es la forma secundaria para lograr el sonido, antes
de tocar imaginamos el sonido en la mente, y lo reproducimos con la voz, muy propio de los
guitarristas del jazz, tocar mientras lo interpreta con la voz, tocando mientras realiza “scat
singing”.

Claro ¡todo sonido nace de nuestra voz, al menos para comprenderla, y pasa por el instrumento.
Entonces uno se pregunta, ¿A qué suena mi voz? Uno se centra tanto en el sonido del instrumento
que puede perder el sentido del sonido propio. Con ello, decidí buscar el reflejo que una
grabadora puede ofrecer. Oh¡ rayos, uno puede expresar: Así suena mi voz?

El sonido de toda voz refleja así como los demás sentidos experiencias sentibles, si fuese un olor,
tal vez olería a madera, un poco seca, tal vez tendría el sabor de semillas como nueces, tendría un
tono otoñal, colores cafés claros, amarillo ocre y si pudiera sentirlo, tal vez tendría la textura del
pasto, con pequeños filamentos que cuando pasas la mano en su dirección parece liso y un poco
suave, mientras que si lo pasas contra los filamentos, se siente un poco rugosos.

Así es como me di cuenta de la realidad de mi voz, de sus posibilidades de expresión, no solo

musical sino como parte de una totalidad personal dentro del mundo.