A diferencia de la Tuberculosis en adultos, los niños son no bacilíferos o bien son paucibacilares,
por tanto son solo positivos en 10 al 15% de los casos e incluso el cultivo es negativo en 70% de los
mismos. Por tanto el sustento de un diagnóstico certero que permita aplicar un oportuno
tratamiento se basa en el cuidadoso estudio de la historia clínica haciendo hincapié en el estudio
de contactos y si no hubiera relato explícito de contacto con tuberculosis, indagar sobre tosedores
crónicos con los cuales el niño tenga contacto. El examen físico (teniendo en cuenta las formas
pulmonares y extra pulmonares), los estudios de laboratorio y de imágenes permiten someter los
datos a evaluación con criterios ya establecidos. Teniendo en cuenta la dificultad del diagnóstico
de tuberculosis en niños, por tener una baja tasa de bacteriologías positivas, es que se recomienda
usar cartillas de combinación de criterios para aproximarnos al diagnóstico, de allí que se idearon
tablas con una serie de criterios, cuya suma permite llegar a una categoría de diagnóstico.
En el Perú, el Programa de Tuberculosis del Ministerio de Salud, incluyó desde hace más de 17
años a los criterios de Stegen modificado por Toledo en el Manual de Normas y Procedimientos en
Tuberculosis para decidir el diagnóstico y tratamiento de tuberculosis en niños.
PUNTAJE
Hallazgo del Bacilo de Koch 7
Granuloma Específico 4
PPD positivo 3
Antecedente epidemiológico 2
Cuadro Clínico Sugestivo 2
Radiografía Sugestiva 2
2puntos: No es tuberculosis
Granuloma Específico
PPD Positivo
Las edades y frecuencia con que debe efectuarse como cribado dependen de la prevalencia de la
infección tuberculosa en el área o grupo en cuestión. También está indicada ante exposición a TBC
conocida, o clínica o radiología compatibles con TBC, repitiéndose en estos casos la prueba al cabo
de 2-3 meses si resulta inicialmente negativa.
ANTECEDENTE EPIDEMIOLÓGICO:
El antecedente del contacto bacilífero es el dato más relevante de la historia clínica, a pesar de no
demostrarse en el 100% de los casos. Su importancia radica en la alta contagiosidad que presenta
un adulto bacilífero con afectación pulmonar, por lo que la identificación y tratamiento de los
casos índice ayuda a disminuir y controlar su incidencia en los niños. Por ende, todo contacto
sospechoso deberá estudiarse hasta descartar enfermedad activa. Corresponde tener en cuenta
que, mientras más estrecho es el contacto entre el enfermo y el niño, mayor será el riesgo de
padecer una infección tuberculosa.
Escenario
Epidemiológico
Efectuar un PPD si presentaron una prueba negativa hasta 1-2 años antes o si se
desconoce su situación en relación a la infección TBC (nunca se ha realizado un PPD o se
desconoce su resultado).
Estudio radiológico a todos los reactores de 5 mm o más, independientemente de sus
antecedentes de vacunación BCG.
Indicar quimioterapia o quimioprofilaxis primaria o secundaria si procede.
Esta sistemática se iniciará a partir de los 1-2 años de vida y, si las circunstancias
epidemiológicas no cambian, cada 1-2 años, repitiéndose el PPD si la prueba era negativa.
Si ya era positiva y ha recibido quimioprofilaxis se efectuará una anamnesis y exploración
adecuada y radiología de tórax si existen signos o síntomas sospechosos.
RADIOGRAFÍA SUGESTIVA
DIAGNÍSTICO POSIBLE Y AMERITA ESTUDIO MÁS PROFUNDO