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Violencia en el noviazgo en estudiantes de diferentes niveles educativos

Francisco Javier Robles Ojeda, Iris Xóchitl Galicia Moyeda y Alejandra Sánchez
Velasco.
Facultad de Estudios Superiores Iztacala.
Septiembre de 2016

El fenómeno de la violencia hacia las mujeres se presenta en diversas modalidades y formas. De


acuerdo al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), una de las principales modalidades es
el ámbito familiar o de pareja y dentro de esta modalidad o ámbito, se puede presentar la violencia
en la familia o pareja en alguno de los siguientes tipos: psicológica, física, patrimonial, económica y
sexual (INMUJERES, 2015).

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares


(ENDIREH) más de la mitad de las mujeres mayores de 15 años han recibido alguna clase de
violencia en sus relaciones de pareja, siendo la violencia psicológica el tipo de violencia más
reportada por las mujeres en su relación de pareja -42.4% en contraste con un 24.5% de violencia
económica reportada, un 13.5% de violencia física y un 7.3% de violencia sexual (INEGI, 2011).

La violencia psicológica es sin duda el tipo de violencia más difícil de identificar debido a que no
deja una huella física de ella como es el caso de la violencia física, además de que en algunos
comportamientos que se han identificado como violencia psicológica son difíciles de detectar, por
ejemplo, en una relación de noviazgo es difícil discernir si la conducta de recibir un mensaje al
teléfono móvil de mi pareja preguntándome cómo estoy y dónde me encuentro es una conducta de
control –relacionadas a la violencia psicológica-, interés o de cuidado. A nivel teórico tampoco ha
existido un consenso para referirse al fenómeno de la violencia psicológica, ya que se le ha
denominado de diversas formas: abuso psicológico, abuso emocional, abuso verbal, agresión
psicológica, violencia, psicológica, maltrato psicológico, maltrato emocional, entre otras (Porrúa,
Rodríguez, Almendros, Escartín, Martín y Saldaña, 2010).

De acuerdo al INEGI (2011), la violencia emocional es el conjunto de agresiones como insultos,


amenazas, intimidaciones, humillaciones, burlas que ocasionan daños progresivos en la esfera
emocional y psicológica de las mujeres –aunque no provoquen daño corporal.

De acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres (Diario Oficial de la Federación, 2013) a
una vida libre de violencia, la violencia psicológica es definida como cualquier acto u omisión que
dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado,
celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad,
comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales
conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al
suicidio.

Como se sugiere en las pasadas definiciones, la violencia psicológica puede asumir diferentes
matices o niveles de intensidad, desde los más leves y en ocasiones, difíciles de identificar, como lo
son los chantajes emocionales, sarcasmos, ausencia de apoyo o cariño hasta las de mayor intensidad
como lo son amenazas de muerte, o de daño físico con armas (sin que se llegue a perpetrar un daño
físico-corporal)

La dificultad de percibir la violencia psicológica se refleja en la tolerancia que se tiene hacia ella en
una relación de pareja, ya que si se considera que una conducta no es violenta o se le considera muy
leve y “normal” es más fácil aceptarla. Esto ha incrementado el interés por investigar la habilidad
para identificar conductas de violencia psicológica ha ido incrementándose de manera reciente. Una
investigación realizada en España (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2015)
muestra como a pesar de que solo 3 de cada 100 entrevistados aceptaban ciertas conductas
relacionadas con violencia física y sexual, 33 de cada 100 entrevistados aceptaban o creían que era
inevitable la presencia de conductas relacionadas a la violencia psicológica como controlar los
horarios de la pareja, impedir que la pareja vea a su familia y amistades, pedirle que no trabaje o
estudie o decirle las cosas que puede o no hacer. En esta misma investigación, se identificó un
déficit en la percepción de la violencia psicológica en las mujeres, ya que a pesar de que la mayoría
(92%) la consideraba inaceptable, al evaluar conductas concretas se presenta una menor crítica
hacia la violencia. Insistas

En México, el INEGI (2011) también señala la dificultad de identificar como violencia psicológica
a diversas conductas de maltrato. En este sentido, se menciona que algunas mujeres pueden tener
una gran sensibilidad para identificar un comportamiento como violencia psicológica (por ejemplo,
los celos), mientras que otra persona puede pasarla inadvertida. Además, de acuerdo a una
investigación realizada por esta institución, un 66% de las mujeres investigadas no consideraban
como violencia psicológica, o le dan poca importancia a acciones como que su pareja les ha dejado
de hablar, o que él crea que ella no cumple con sus obligaciones, no recibir cooperación del
cónyuge en las tareas del hogar y cuidado de los hijos. Estos hallazgos confirman la dificultad de
identificar determinadas conductas como violencia psicológica, lo que a su vez provoca que se le
tolere en las relaciones de pareja.
Con respecto a la edad, se han señalado algunas diferencias entre las relaciones de noviazgo en la
adolescencia temprana con respecto a edades más avanzadas, que hacen que este grupo se encuentre
en más riesgo con respecto a tolerar conductas de violencia psicológica: los adolescente presentan
mayor idealización romántica acerca de la pareja, inexperiencia con respecto a relaciones
románticas y afrontamiento de problemas en ella, mayor susceptibilidad a seguir presiones sociales
con respecto a ser de determinada manera en el ámbito romántico, entre otras (Estébanez, y
Vázquez, 2010). En la investigación realizada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad (2015) se encontró que las mujeres de menor edad son quienes presentan menor
sensibilidad para identificar la violencia psicológica, lo cual las pone en mayor riesgo de tolerarla
más. Asimismo, en otra investigación con mujeres españolas, se identificó que presentaban una baja
percepción de la violencia psicológica, y que las chicas más jóvenes –grupo de entre 15 años de
edad a 18- mostraban una mayor dificultad para percibirla que las de mayor edad de dicho estudio –
grupo de 19 a 25 años (Vázquez, Estébanez y Cantera, 2009).

Con los planteamientos anteriores se concluye acerca de la dificultad para identificar determinadas
conductas como violencia psicológica, sobre todo aquellas que son consideradas como “normales” a
nivel social y que incluso son valoradas de manera positiva a partir de concepciones tradicionales
de lo que se considera amor –por ejemplo, “si no te cela, no te quiere”, “el amor lo perdona todo”,
“el amor es sufrimiento”-, además de que todo indica de que una menor experiencia en las
relaciones de pareja que presentan las adolescentes las pondrían en mayor riesgo para identificarla a
pesar de que en los últimos años se ha incrementado la información para la prevención de cualquier
tipo de violencia en el noviazgo. Además de que a una mayor edad incrementa gradualmente la
competencia de percibir la violencia psicológica, factores como escolaridad y perfil profesional
pudieran ser otros factores coadyuvantes para identificarla, por lo que se esperaría que grupos de
jóvenes con mayor edad y mayor escolaridad presentaran mayor competencia para identificar la
violencia psicológica. Debido a esto, se destaca la importancia de identificar la percepción de la
violencia psicológica.

Referencias

INEGI, (2011). Mujeres violentadas por sus parejas en México. México: Autor.

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. (2015). Percepción de la violencia de género


en la adolescencia y la juventud. Madrid: Autor.
Porrúa, C., Rodríguez, A., Almendros, C., Escartín, J., Martín, J. y Saldaña, O. (2010). Análisis de
las estrategias de abuso psicológico en la violencia de pareja. Información psicológica, 99,
53-63.

Diario Oficial de la Federación. (2013, 15 de enero). Ley general de acceso de las mujeres a una
vida libre de violencia. Recuperado de
http://www.inmujeres.gob.mx/inmujeres/images/stories/normateca/legislacion2014/lgamvlv
.pdf

Instituto Nacional de las Mujeres. (2015). Clasificación y modalidades de la violencia. Recuperado


de http://vidasinviolencia.inmujeres.gob.mx/vidasinviolencia/?q=clasificacion

Estébanez, I. Vázquez, N. (2010). Diagnóstico de la percepción y opiniones sobre la violencia


sexista de la juventud de los municipios de Ondarroa y Markina-Xemein. Bilbao: Sortzen
Consultoría
Vázquez, N., Estébanez, I. y Cantera, I. (2009). Violencia contra las mujeres jóvenes: la violencia
psicológica en las relaciones de noviazgo. Bilbao: Módulo Psicosocial de Deusto

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