En occidente casi todos hemos oído halar de la Medicina China, pero no debemos entender
este concepto como algo global, unificado, porque aunque todas las medicinas tradicionales se
basan en la religión y en la filosofía, la práctica resultante es diferente en cada caso. De hecho
en China cada vez hay menos personas que practican la Medicina Tradicional. La Medicina
China tal y como se conoce hoy, no se fundamenta sólo en los principios chinos.
En los tiempos antiguos la medicina estaba relacionada con la religión y con el chamanismo. Las
tradiciones de los chamanes fueron absorbidas parcialmente por el taoísmo y la medicina
desempeñó un papel muy importante en esta religión. De hecho muchos médicos eran monjes,
monjas y maestros budistas o taoístas.
El QI
La observación de los fenómenos nos muestra que cualquier transformación se genera a través
de la interacción de dos fuerzas: el yin y el yang.
Todas las descripciones del yin y el yang muestran una larga lista de situaciones antagónicas: así
se dice que lo yin es lo frío, lo femenino, la tierra… y que lo yang es lo caliente, lo masculino, el
cielo… pero en realidad, esas palabras son solo atributos o acepciones del yin y el yang.
Los libros actuales describen este concepto como un complejo sistema de correspondencias
que gobiernan el universo: la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua.
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Nos enseñan que la Madera, el Fuego, la Tierra, el Metal y el Agua están entrelazados en dos
relaciones básicas: el ciclo constructivo y el ciclo de control. Sólo algunos autores hablan de
etapas de transformación del Qi.
En el gráfico observamos que el agua, la madera, el fuego, la tierra y el metal son las 5 etapas
de transformación de la energía en su paso de la máxima contracción a la máxima expansión.
Cada uno de esos estadíos se expresa en cualquier manifestación de la vida: el ciclo diario, el
ciclo estacional, la vida terrenal… las fases serían nacimiento, crecimiento, florecimiento,
madurez y muerte.
Este ciclo permite igualmente relacionar los distintos colores, sabores, formas de cocción… con
cada etapa de transformación de la energía.
La energía se expresa también formando los órganos y sus vísceras asociadas, dando lugar a los
distintos temperamentos…
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Figura 5. Los órganos y las emociones
Entendiendo bien esto, es fácil abordar los conceptos de la medicina funcional de Ives Requena
y la definición de las diferentes diátesis.
Cuando los textos de Medicina Tradicional China dicen que el riñón es yin, se refieren a la
energía que circula por el meridiano del riñón que es ascendente y expansiva, sin embargo el
riñón físico es el órgano más compacto del cuerpo por lo tanto yang, contraído.
Cuando dicen que la vejiga es yang, en realidad se están refiriendo a la energía que circula por
el meridiano de la vejiga, que es descendente y contractiva, sin embargo la víscera es hueca,
yin, expandida.
Este hecho es idéntico en cualquiera de los aspectos que revisemos. No olvidemos que cuando
se habla de Medicina Tradicional China estamos hablando de Medicina Funcional.
Así la energía sube por los meridianos de los órganos compactos-yang y baja por los meridianos
de las vísceras huecas-yin, luego hablando con precisión, será correcto decir que los órganos
compactos son yang estructuralmente y yin funcionalmente y las vísceras huecas son yin
estructuralmente y yang funcionalmente. Por eso a través de una estructura hueca la energía
circula rápidamente y a través de una estructura compacta la energía circula lentamente.
Es decir que cuando por ejemplo hablamos de yin-frío, supongamos en un resfriado, cuando
esa energía perversa se acentúa, en su extremo produce calor-yang, que sería la manifestación
de la fiebre y la inflamación. Por eso podemos hablar de verdadero frío-falso calor cuando
estamos ante un proceso febril en un resfriado por ejemplo.
Luego no podemos hablar de yin y yang como conceptos estáticos sino como manifestaciones
de la energía en perpetuo cambio: el día se transforma en la noche, el verano se transforma en
invierno, la sístole provoca la diástole, la inspiración produce la espiración, la guerra conduce a
la paz, para que haya la alegría tiene que haber la tristeza…
El macrocosmos y el microcosmos
El ser humano es un microcosmos del universo que nos rodea, gobernado por las mismas
fuerzas que rigen el macrocosmos.
Curar una enfermedad sería como cavar un pozo cuando ya se tiene sed. El verdadero médico
debería enseñar cómo vivir para no enfermar, debería enseñar a cultivar el bienestar. Por eso la
mejor forma de curar una enfermedad es prevenirla.
Esta visión no es privativa de los pueblos orientales, simplemente en occidente en el siglo XVII
con Descartes se impuso la consideración de las personas como independientes de los sistemas
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vivientes que los rodean y la idea de que el ser humano puede dominar la naturaleza. Nuestra
tendencia actual es a separar lo físico de lo emocional, el tiempo del espacio, la mente del
cuerpo… Este aspecto ha sido particularmente nefasto en las artes de la salud.
El QI
Es el principio creador y formador asociado con la vida. Todas las formas de vida son
manifestación el QI. Es una fuerza inmaterial que tiene manifestaciones palpables y
observables.
El QI tiene su propia dinámica, genera movimiento y calor, aviva el cuerpo, de modo que todas
las manifestaciones, tanto físicas a nivel orgánico o celular, como las emocionales o
comportamentales, son la expresión del QI.
Igual que un ecosistema natural es un medio dinámico autorregulado que transforma la luz
solar y el agua en vegetales vivos, es decir transforma la energía procedente del cielo y de la
tierra en vida. El cuerpo humano está envuelto y es atravesado por corrientes del QI que
conectan y dan vida a todas las actividades.
El cuerpo humano está sujeto a los mismos ritmos y ciclos que cualquier ecosistema en la
naturaleza, ya sean diarios, mensuales, estacionales…
Igual que un ecosistema está formado por agua, tierra y aire el cuerpo está organizado en
sangre, fluidos y QI.
En la naturaleza mientras no hay un desastre natural o una intervención humana aberrante, los
ecosistemas permanecen en equilibrio. La Energía en su perpetua transformación sería el
motor de esos cambios. Un ecosistema en equilibrio tiene una cierta capacidad de soportar una
sequía ocasional, una plaga de insectos, una infección por hongos o una tormenta de verano.
¿Cuál sería la función del médico en este concepto del cuerpo humano?
El yin y el yang
En otros ámbitos de la vida como la guerra y la paz, el amor y el odio, el frío y el calor, el trabajo
y el ocio, el dar y el recibir…
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Todo existe y todo cambia de acuerdo con estos postulados que nos legó Georges Osawa
fundador de la Macrobiótica. Enseñaba el principio único o principio último de funcionamiento
del universo. El desarrolló los 7 principios y las 12 leyes que describimos a continuación.
De estos 7 principios emana una profunda comprensión acerca del funcionamiento del mundo
y de las cosas que en el ocurren.
De hecho cuando estudié Medicina China, comenté a mi profesor que había recibido mucha
información pero poca comprensión acerca de los procesos energéticos en la salud y en la
enfermedad. Había recibido unos protocolos de cómo tratar tal o cual enfermedad,
simplemente. Así, muchas traducciones de los ideogramas chinos no son exactas, porque se
pretende describir de forma estática algo como el QI que es dinámico.
Yo misma cuando comencé a hacer publicaciones y a impartir cursos y como no tenía la visión
del movimiento y de la relatividad de los fenómenos, caí en la tentación de reproducir listas
incompletas y a veces contradictorias donde se enumeran los atributos del yin y del yang.
En los atributos del yin y el yang en los que coinciden todos los autores son:
Yang Yin
Cielo Tierra
Masculino Femenino
Caliente Frío
La forma espiral se observa en el movimiento de las galaxias, en las corrientes oceánicas, en los
tornados, en el crecimiento de las platas, en la estructura de las conchas marinas, en el flujo del
agua en el desagüe, en las huellas digitales, en la forma de nuestras orejas, en los remolinos en
el cuero cabelludo y en la misma estructura del DNA.
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Las espirales son inicialmente creadas por una fuerza centrípeta yang desde la periferia hacia el
centro, moviéndose hacia la materialización y al llegar al estado de la máxima contracción, esta
fuerza centrípeta vuelve hacia su opuesto, una fuerza centrífuga yin expandiéndose desde el
centro hasta la periferia, provocando la desmaterialización.
Cuando la ciencia moderna define los electrones y los protones no como partículas separadas
sino como regiones dentro de un campo espirálico de energía conocido como átomo, nos está
describiendo de nuevo el yin y el yang.
La formación de los brazos y de las piernas también es espirálica. Ambos están formados por 7
espirales logarítmicas orbitales. Es la forma universal de la espiral.
Las espirales aparecen y desaparecen en todas las manifestaciones del Universo Infinito, desde
la sombra de una sonrisa en nuestro rostro hasta en un huracán o un terremoto y están
gobernadas por la energía centrípeta/yang combinada con la energía centrífuga/yin.
Las leyes cuatro y cinco son muy fáciles de comprender, ya que los occidentales las definimos
como que las cargas de distinto signo se atraen y las del mismo signo se repelen. En términos
de medicina nos permiten entender el mecanismo de acción de los remedios que actúan por la
ley de los contrarios: antitusígenos, antiinflamatorios, diuréticos, antidiarreicos…
Las leyes seis, siete y ocho nos invitan a reflexionar acerca del concepto de relatividad y de
movimiento del yin y el yang.
Si yin es lo frío y hablamos del frío como un agente perturbador externo, cuando un paciente se
enfría, hace una bronquitis que es una inflamación (energía expansiva-espiral centrífuga). Pero
si el enfriamiento es muy fuerte puede haber fiebre y se manifiestan las características de la
inflamación: calor, dolor, tumor y rubor. De tal manera que hay autores que describen la
inflamación como un proceso yang. Se confunde la consecuencia (calor) con la causa (frío).
El cielo y la tierra
Si todos los autores definen el cielo y lo masculino como yang, debemos entender que las
energías celestes son de naturaleza descendente y contractiva y entran a través de la espiral de
la coronilla, descienden a lo largo de lo que llamaremos el canal espiritual y forman el pene y
los testículos como órganos fuera de la cavidad general del cuerpo.
Cielo/masculino/yang
Descendente/contractivo
Tierra/femenino/yin
Ascendente/expansivo
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La esencia comprensiva de estas afirmaciones la vemos en los hombres a lo largo de la historia
practicándose la tonsura o simplemente descubriéndose la cabeza al entrar en la iglesia, para
favorecer la entrada de energía celeste (del cielo yang) y contrariamente en las religiosas
cubriéndose la cabeza con una toca o nuestras madres poniéndose una mantilla al ir a la iglesia
para acrecentar la energía femenina (de la tierra, yin). Debemos entender que la religiosidad
debe ser vivida desde nuestra esencia íntima ya sea femenina o masculina.
Del choque de la energía del cielo descendiendo y de la energía de la tierra ascendiendo surgen
los 7 vórtices de energía llamados chacras.
El canal espiritual se extiende por el interior del cuerpo, un poco por delante de la columna
vertebral. Como la tierra está girando, las fuerzas del cielo y de la tierra no son líneas rectas,
sino espirálicas.
En el hemisferio norte la fuerza del cielo se expresa girando en el sentido contrario a las agujas
del reloj y la energía de la tierra sigue la dirección de las agujas del reloj. Así los antiguos
médicos orientales cuando practicaban la acupuntura, usaban agujas de oro para tonificar
haciéndolas girar en el sentido contrario a las manecillas del reloj y agujas de plata para sedar,
haciéndolas girar en el sentido opuesto.
Los textos orientales antiguos nos platean varias formas de terapia en cada caso y son: la
acupuntura, la fitoterapia, la alimentación y el ejercicio (taichí, artes marciales…)
La acupuntura
La fitoterapia
Los fármacos modernos tienen su origen en las plantas, así el ácido acetilsalicílico se extraía de
la corteza de sauce, la morfina de las flores de adormidera, la quinina de la corteza de la
quina…. De modo que en occidente se han descrito las plantas por su composición en principios
activos. Así las plantas son sudoríficas, diuréticas, antiinflamatorias, colagogas… Su acción
estaría dirigida a actuar sobre los síntomas de la enfermedad, aunque con claras ventajas sobre
los medicamentos de síntesis.
En la visión oriental las plantas se eligen por sus cualidades energéticas como son:
El ejercicio
La amplia difusión y aceptación de todas las técnicas corporales orientales en occidente habla
de sus resultados. Hoy nadie puede afirmar que hacer taichí es un orientalismo o una moda. De
nuevo la gran diferencia con la visión occidental es que se trabaja el cuerpo desde la
perspectiva energética y no tanto la de los músculos, la velocidad, la competición…sino la del
movimiento consciente. Así las artes marciales ya no son algo circunscrito a oriente, sino que se
practican en todo el mundo.
La alimentación
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enfermedades. Hoy se afirma que los alimentos sólo nutren o previenen, pero de ninguna
manera curan.
Cuando definimos los alimentos desde la perspectiva energética, unos son constructores-
estancadores-calentadores-secos y otros son desintegradores-impulsores-enfriadores-
húmedos. Los alimentos equilibradores que llamaremos terapéuticos, no tienen características
extremas, son los auténticos moduladores de la homeostasis.
De modo que no existe una dieta saludable sino que a cada persona según su naturaleza y
según su condición le recomendaríamos comer aquello que fuera más adecuado para
reencontrar ese equilibrio interior, para conseguir esas condiciones desequilibrio que definen la
salud.
La salud
Podemos explicar también el concepto de salud como un estado de armonización activa con
nutro medio ambiente, un estado de disfrutar con muchas otras personas, una constante
creatividad y progreso.
Podemos igualmente definir la salud de una forma cuantitativa utilizando elementos de medida
que nos dan la biología, la química y la física.
Desde este punto de vista, la salud se puede medir utilizando cuatro parámetros importantes:
pH Es el factor de ionización. Permite medir el estado ácido o alcalino y su valor se halla entre 0
y 14. El valor 7 representa la neutralidad.
Estos cuatro factores pueden ser evaluados en la sangre, la saliva y la orina, de tal modo que su
interpretación nos permite valorar las condiciones del terreno.
La biología nos enseña cómo la vida no puede existir por encima y por debajo de unos límites
de temperatura. Esto es válido para todos los seres vivos, tanto vegetales, como animales o el
propio ser humano.
La química igualmente nos habla de que la vida de cada ser vivo se desarrolla entre unos
estrechos límites de pH. En el caso de los seres humanos, el pH sanguíneo en condiciones de
equilibrio debe oscilar entre 7,30 y 7,45 y cuando nos encontramos en otros rangos más ácidos
o más alcalinos, podemos crear un terreno que favorezca el desarrollo de agentes patógenos:
bacterias, virus…
Además, está la resistividad, cuyo rango en el individuo santo está de 180 a 230 ohmios/cm en
la sangre.
Estos tres aspectos definen la Bioelectrónica de Vincent. Es un método de análisis que nos
permite averiguar las condiciones del terreno en términos de salud o enfermedad.
Igual que para cualquier ser vivo el frío y la humedad son factores limitantes, los parámetros
bioelectrónicos nos hablan de los límites entre la salud y la enfermedad. Por ello, la regulación
de los valores anteriormente citados, es de capital importancia para restablecer la salud.
La relación Na/K
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Es precisamente la relación Na/K la que nos permite abordar desde un punto de vista
cuantitativo el concepto yin-yang de la Medicina tradicional China.
Podemos ver a modo de ejemplo la diferencia entre el mijo y los espárragos en la tabla
siguiente.
Definimos lo yang como la energía de contracción que tiene que ver con la sístole, la espiración,
la ovulación, la formación de las raíces, la deposición de toxinas en forma de quistes y/o
tumores…la energía descendente, la energía del cielo. El Na representa lo yang y el K
representa lo yin en el mundo de los elementos químicos de tal modo que, del justo balance
entre estos dos elementos resulta el equilibrio célula-mesénquima.
Hay otros factores además de la relación Na/K en los alimentos, para valorar el aspecto yin-
yang y son como decíamos más arriba:
La forma
La forma larga en sentido vertical es yin, mientras que el sentido horizontal es yang.
La densidad
Lo más denso está más bajo la influencia de la fuerza centrípeta yang, cuanto más densa es una
sustancia, es más yang.
Cuando domina la fuerza centrífuga, el elemento a considerar es más ligero, cuanto más ligero,
más yin.
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El color
Los colores los podemos clasificar según el espectro de la luz difractada por un prisma: rojo,
amarillo, verde, azul, añil, violeta. La longitud de onda más larga (rojo e infrarrojo) produce los
colores más yang y la longitud de onda más corta (violeta y ultravioleta) los colores más yin más
yin.
El contenido en agua
Cuanto más rico en agua es el elemento a considerar, es más yin; cuanto más seco, más yang.
La calidad
Los alimentos vegetales con yin en comparación a los alimentos de origen animal que serían
más yang
Un mismo alimento no tiene las mismas cualidades si se toma crudo o cocido, ni es lo mismo
cocinar al vapor o a la plancha.
Asimismo la utilización de la sal como condimento nos da unas características diferentes que la
utilización del ajo.
Sin duda que la utilización del fuego o de la sal, no son más que formas “alquimistas” de
equilibrio de los alimentos, que deben ser tenidas en cuenta a la hora de pautar una dieta.
Por otra parte la forma de preparar los alimentos estará adecuada además de a la enfermedad
que tenga la persona al tipo de persona. No es igual una diabetes en un paciente obeso que en
uno desnutrido, en el primer caso la dieta incluirá más alimentos pobres en grasas y proteínas
además de hidratos de carbono complejos y en el segundo caso serán muy importantes
proteínas de buena así como grasas saludables.
Todas las prácticas terapéuticas alimenticias que se aplican en la actualidad son de tipo yin,
señalemos la eutrofoterapia cruda y el método Kousmine o las dietas vegetarianas de los
médicos naturistas.
Debemos comprender que, en todas las patologías de deficiencia-yin, esta práctica no corrige el
desequilibrio, y en las patologías de exceso-yang, crea la condición contraria en el paciente,
pero no el equilibrio-salud.
Si pretendemos curar, nunca debemos recurrir a utilizar la alimentación según la ley de los
contrarios. Por ejemplo, tradicionalmente, a los enfermos afectados de tuberculosis que es una
enfermedad de deficiencia producida por exceso de yin, se les daba doble ración de carne que
al resto de los enfermos, siendo la carne un alimento fuertemente yang. Efectivamente, la
carne equilibra ese exceso de yin pero, posteriormente, los pacientes curados de la
tuberculosis mediante ese sistema, crean otras patologías evidentemente, de naturaleza yang
como la formación de quistes y tumores, enfermedades reumáticas…
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Igualmente, si a un paciente ha sufrido un infarto por exceso de yang, es decir por un
sobreconsumo de alimentos ricos en grasas saturadas, con cocciones a altas temperaturas,
hábitos tabáquicos, etc. le recomendamos suprimir la sal, reducir los alimentos animales y que
haga una dieta “light” con mucha verdura, ensalada y frutas, podemos debilitar tanto los
riñones que se provoque otro problema cardiaco por el antagonismo agua/riñón-
fuego/corazón.
Siendo así que los alimentos de categoría central tendrían la facultad de equilibrar el medio
interno.
El conjunto del menú debe proveer una condición del medio interno que respete los
parámetros de la salud-vida.
Por lo tanto deberemos conocer los aspectos que influyen en la oxidación (desnaturalización de
loa alimentos), en la bajado de la resistividad (adición de abonos químicos), en el pH (alimentos
fuertemente ácidos –coca cola- o exceso de sal en la comida).
CONCLUSIÓN
Por lo tanto:
A continuación damos unas claves importantes tanto para nuestra salud individual, como para
aplicar en la consulta.
De modo que sería el propio paciente el que, a través de un cambio profundo en sus hábitos de
vida, consiguiera la curación, siendo la función del médico la de un catalizador.
“No le des al cuerpo por dos bocas, que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu
alimento”
Hipócrates
www.elenacorrales.com
© Elena Corrales
Derechos reservados por Elena Corrales González en 2005.
Nota:
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BIBLIOGRAFÍA
Prècis de Bioelectronique
L. C. Vincent
Ed. Resurgence
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………………………………….. 21
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………………………………… 23
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